Funciones de Costos Translogar´ıtmicas: Una

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Banco de México
Documentos de Investigación
Banco de México
Working Papers
N◦ 2007-08
Funciones de Costos Translogarı́tmicas: Una Aplicación
para el Sector Manufacturero Mexicano
Héctor Salgado Banda
Lorenzo E. Bernal Verdugo
Banco de México
Banco de México
Abril 2007
La serie de Documentos de Investigación del Banco de México divulga resultados preliminares de
trabajos de investigación económica realizados en el Banco de México con la finalidad de propiciar
el intercambio y debate de ideas. El contenido de los Documentos de Investigación, ası́ como las
conclusiones que de ellos se derivan, son responsabilidad exclusiva de los autores y no reflejan
necesariamente las del Banco de México.
The Working Papers series of Banco de México disseminates preliminary results of economic
research conducted at Banco de México in order to promote the exchange and debate of ideas. The
views and conclusions presented in the Working Papers are exclusively the responsibility of the
authors and do not necessarily reflect those of Banco de México.
Documento de Investigación
2007-08
Working Paper
2007-08
Funciones de Costos Translogarı́tmicas: Una Aplicación
para el Sector Manufacturero Mexicano*
Héctor Salgado Banda†
Banco de México
Lorenzo E. Bernal Verdugo‡
Banco de México
Resumen
Se utilizan funciones de costos translogarı́tmicas para estimar elasticidades precio y de
sustitución de las demandas de insumos, economı́as de escala y costos medios en las manufactureras Mexicanas. Se analizan datos de la Encuesta Industrial Anual para 1996, 2000 y
2003. Se muestra que un modelo que no permite homoteticidad ni elasticidades unitarias en
la función de costos es el más indicado para representar la estructura de producción. Elasticidades de Allen-Uzawa indican la existencia de posibilidades de sustitución entre los insumos.
La demanda por electricidad es de elasticidad unitaria. Todas las elasticidades cruzadas son
menores a uno. Tanto las economı́as de escala como los costos medios disminuyen conforme
el tamaño de las clases de actividad aumenta. Las economı́as de escala aumentaron para
cualquier nivel de producción. Las diferencias en costos medios entre pequeñas y grandes
clases de actividad se han reducido y algunas disparidades se mantienen en ciertos grupos
manufactureros.
Palabras Clave: Modelos con ecuaciones simultáneas, Función de costos translogarı́tmica,
Manufacturas.
Abstract
We use translog cost functions to estimate own-price and substitution elasticities of input
demands, economies of scale and average costs in Mexican manufacturing. Data from the
Mexican Annual Industrial Survey is used for 1996, 2000 and 2003. We show that a model
that allows for nonhomotheticity and nonunitary elasticities of substitution is appropriate to
represent the production structure. Allen-Uzawa elasticities indicate the existence of substitution possibilities amongst inputs. The demand for electricity is essentially unitary elastic.
All cross-price elasticities are less than one. Both scale economies and average costs diminish
as the size of activity class increases. Economies of scale increased for any level of output.
The differences in average costs between small and large activity classes were reduced and
some disparities prevail in a number of manufacturing groups.
Keywords: Simultaneous equation models, Translog cost function, Manufacturing.
JEL Classification: C3, D24, L60.
*
Agradecemos a Daniela Flores Rico por su excelente asistencia en esta investigación. También, agradecemos a Daniel Chiquiar, Alejandro Dı́az de León, Kenjiro Hori y Eduardo Martı́nez por revisar versiones
anteriores de este documento, ası́ como a los participantes en el seminario del Banco de México por sus
comentarios. Gerardo Leyva, Abigaı́l Durán y Othoniel Soto en el INEGI fueron de gran ayuda respondiendo
nuestras dudas sobre los datos. Todos los errores y omisiones son responsabilidad única de los autores.
†
Dirección General de Investigación Económica. Cualquier comentario favor de dirigirlo a este autor.
Email: hsalgado@banxico.org.mx.
‡
Dirección General de Investigación Económica. Email: lbeverdugo@banxico.org.mx.
1 Introducción
El propósito principal de este documento de investigación es estimar funciones de costos
translogarítmicas que incluyen al capital, trabajo, electricidad y transporte como insumos
de la producción para el sector manufacturero mexicano. La estimación de dichas
funciones permitirá estudiar las elasticidades de la demanda por insumos, economías de
escala y costos medios. Se utilizan los datos de la Encuesta Industrial Anual (EIA)
elaborada por el Instituto Mexicano de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) para
el periodo de 1996-2003.
Existen muy pocos estudios para México que sigan el enfoque general que aquí se
presenta (es decir, el uso de una función de costos translogarítmica). Por ejemplo, Sterner
(1989) estudió el uso de la energía en la manufactura mexicana usando la función de
costos translogarítmica para estimar las elasticidades de sustitución y la demanda por
insumos durante el periodo 1966-1981. El estudio se basó en censos anuales y se
seleccionaron 18 industrias. Se probaron las restricciones de homoteticidad y cambio
tecnológico neutral, mismas que fueron rechazadas la mayoría de las veces; por tanto, se
mantuvo el modelo no restringido. Las elasticidades precio calculadas fueron negativas.
Las elasticidades precio fueron de -0.4 para la electricidad, -0.6 para el combustible, -0.5
para el trabajo, -0.3 para los materiales, y -0.2 para el capital. Con la intención de medir
el grado en que los insumos de la producción pueden ser sustituidos por otros, se
calcularon las elasticidades parciales de sustitución de Allen. Se encontró que, a nivel
industrial, los materiales eran los sustitutos más comunes de la energía, mientras que para
el sector manufacturero total, el trabajo era el principal sustituto para el combustible.
Cabe mencionar que únicamente se estimó el sistema con las ecuaciones de participación
de los insumos, es decir, no se incluyó la función de costos totales.1
Truett et al. (1994) incluyeron a las importaciones como un insumo de la
producción utilizando datos de 1960 a 1988 para estimar una función de costos
translogarítmica agregada. Encontraron que i) las elasticidades precio de la demanda por
insumos (capital, trabajo e importaciones) eran casi todas negativas e inelásticas, y ii) que
tanto el trabajo como las importaciones eran sustitutos del capital. Básicamente
1
Esto se explicará en la sección 4.
1 argumentan que, manteniendo todo lo demás constante, una reducción en el precio de las
importaciones reduce la cantidad demandada tanto por trabajo como por capital.
Truett y Truett (1998) analizaron la existencia de economías de escala en la
industria mexicana de la maquinaria no eléctrica y calcularon tanto las elasticidades
precio como las cruzadas de la demanda por estos insumos (capital, trabajo y materiales
intermedios) usando datos anuales de 1970 a 1992 para estimar una función de costos
translogarítmica. Rechazaron las restricciones de homoteticidad y homogeneidad,
considerando la ecuación translogarítmica con las restricciones básicas como el modelo
final. Adicionalmente, encontraron que la industria exhibe economías de escala, que las
elasticidades precio de la demanda por insumos eran negativas y menores a uno, y que el
capital exhibe una elasticidad precio más alta que el trabajo y que los materiales
intermedios. Las elasticidades cruzadas de los insumos indicaron que éstos son sustitutos.
El coeficiente de la variable de cambio tecnológico neutral fue negativo mas no
significativo.
En un documento más reciente, Truett y Truett (2005) estimaron una función de
costos translogarítmica para el total de la industria automotriz mexicana usando datos del
periodo 1970-1997. Encontraron evidencia de retornos constantes a escala en esta
industria y que el capital, trabajo y materiales intermedios importados podían ser
sustituidos unos por otros, al igual que el capital y los materiales intermedios de origen
doméstico. El trabajo y los materiales intermedios domésticos eran complementarios.
En comparación a los estudios mencionados anteriormente, este documento usa
datos de la EIA y variables más específicas, incluyendo a la electricidad y al transporte en
la función de costos. También, se permite una función de producción menos restrictiva
dado que presenta varias pruebas de homoteticidad, homogeneidad, retornos constantes a
escala y elasticidades unitarias de sustitución. En otras palabras, una ventaja de asumir
este enfoque es que se puede explotar una teoría de dualidad sin imponer ninguna
limitación en la tecnología subyacente.2 Con mayor precisión y de acuerdo con Shepard
(1970), existe una correspondencia única entre funciones de producción y de costos.
Ambas funciones contienen toda la información acerca de la tecnología subyacente.
2
La relación entre cualquier problema de maximización y su problema de minimización "dual"
correspondiente.
2 Siguiendo el enfoque de Christensen y Greene (1976), se hace un énfasis
particular en economías de escala y costos medios (CMe). Dichos autores explican que la
forma más conveniente de hacer esto es utilizando datos de sección cruzada. También,
una ventaja importante de utilizar este tipo de datos es que permite tomar en cuenta
algunas fuentes que pueden llevar a cambios en los costos medios, por ejemplo,
economías de escala y cambio tecnológico. Una ventaja adicional de los datos de sección
cruzada es que permiten tener una perspectiva más amplia sobre cómo las economías de
escala varían en el tiempo. En consecuencia, para efectos del presente documento se
consideraron tres periodos de sección cruzada: el primero para 1996, el segundo para
2000 y el tercero para 2003. Esto se hace con el objetivo de proporcionar, mediante las
estimaciones de sección cruzada, un panorama general de la estructura de costos en el
sector manufacturero mexicano para determinados momentos en el tiempo. Al contar con
datos para los años 1996-2003, la idea es presentar una perspectiva del sector al inicio, a
mediados y al final del horizonte de tiempo disponible. Se excluye el periodo de crisis
1994-1995 ya que su posible inclusión seguramente sesgaría nuestras estimaciones de
manera considerable.3
Finalmente, de manera similar a la mayoría de los estudios microempíricos, este
documento enfrenta algunas limitaciones que pueden sesgar los resultados. Por ejemplo,
y como se revisará posteriormente, i) el horizonte de tiempo es relativamente corto (ocho
años), que puede no ser suficiente para concluir sobre cualquier aspecto relacionado con
el cambio tecnológico; ii) no se cuenta con establecimientos, empresas o compañías
como unidad de estudio, en vez de eso, cada observación corresponde a una "clase de
actividad" que conglomera a un número de establecimientos manufactureros dentro de
ella. Implícitamente, lo anterior supone que los establecimientos dentro de cada clase de
actividad son, de alguna forma, parecidos en términos de sus procesos manufactureros,
tecnología, etc.; iii) no se pueden estimar las funciones de costos translogarítmicas para
grupos/subsectores específicos de la industria manufacturera debido a las pocas
observaciones disponibles; por tanto, nos enfocamos en el total del sector manufacturero;
iv) debido a los puntos anteriores, algunos de nuestros hallazgos deberán tomarse con
3
De contar con suficientes años previos a la crisis, sin duda sería muy interesante considerar dicho periodo
para observar cómo se reestructuró, si fue el caso, el sector manufacturero.
3 cierta reserva ya que se están comparando actividades manufactureras diversas (e.g.
producción de azúcar o café contra producción de computadoras o automóviles); y, v) la
construcción de variables como el costo de capital, el precio de electricidad y el precio de
transporte pueden sufrir los típicos problemas de medición y construcción de variables
(e.g. modelos simples de depreciación, falta de datos, uso de proxies en vez de variables,
variables deflactadas con índices de precios generales, etc.).
El resto del documento está organizado de la siguiente manera. La sección 2
presenta los datos y variables utilizadas en los cálculos y estimaciones. La sección 3
ofrece una breve revisión de las tendencias observadas en el precio de los insumos y en
los costos reales de los insumos por unidad de producto en el sector manufacturero
mexicano. La sección 4 explica el modelo y la estrategia de estimación. La sección 5
presenta los resultados principales y la sección 6 concluye con un resumen.
2 Datos y Variables
Se utilizó principalmente la EIA del INEGI, la cual provee información del sector
manufacturero sobre los siguientes aspectos: producción, empleo, inversión y acervos de
capital, consumo de energía y gastos de transporte.4 La EIA se ha publicado desde 1963.
Ésta consideraba al inicio únicamente 29 clases de actividad, pero se extendió en 1993,
tomando ventaja del Censo Industrial (CI), considerando como la población a la totalidad
de los establecimientos manufactureros que existían en ese momento. Por tanto, se tomó
una nueva muestra para la EIA, misma que hasta 2003 incluía a más de 5,400
establecimientos agrupados en 205 clases de actividad correspondientes a los 9
subsectores de la Clasificación Mexicana de Actividades y Productos (CMAP).5 Los
establecimientos encuestados producen casi el 85% de la producción total manufacturera
y emplean alrededor del 65% de la fuerza laboral en el sector. Para efectos del presente
estudio, se consideraron tres años: 1996, 2000 y 2003.6 La EIA más reciente corresponde
4
La construcción de variables se hace de acuerdo a OCDE (2001).
5
Es importante notar que a pesar del número de establecimientos, la muestra de la EIA está de alguna
forma sesgada hacia establecimientos relativamente grandes, esto es, aquéllos con más de cien empleados,
salvo algunas excepciones.
6
No se consideró el periodo de crisis 1994--1995 ya que podría sesgar nuestros resultados.
4 a 2004. Sin embargo, dado que sufrió cambios considerables, no se incluyó en este
estudio (por ejemplo, no se pueden calcular ni el precio de la electricidad ni las
remuneraciones por hora trabajada). Las variables consideradas son:
Valor de los Productos Elaborados (Y).7 Es el valor de mercado de la producción
de cada clase de actividad, utilizando para su cálculo los precios promedio de venta al
mayoreo. Esta variable incluye todo aquello que se produce con los insumos utilizados en
un año, sin importar si la producción fue vendida o no. En consecuencia, el uso de esta
variable considera la variación en los inventarios dentro de los establecimientos. Su valor
se deflacta con índices de precios específicos para cada clase de actividad elaborados por
el INEGI.8
Costo del Capital. La tasa de rendimiento del capital es calculada con base en
datos del Sistema de Cuentas Nacionales (SCN) para la industria manufacturera. En
términos generales, el Excedente Bruto de Operación (EBO) es considerado como el
pago al factor capital. Sin embargo, al ser calculado como un residual (la parte del
ingreso que no va a los trabajadores por concepto de remuneraciones ni al gobierno por
concepto de impuestos), el EBO puede incluir otros conceptos que no necesariamente son
pagos al capital, como lo son el pago al trabajo por cuenta propia, el ingreso del sector
informal y el pago de algunos impuestos indirectos. Por tal motivo, es necesario extraer
del EBO el pago que se hace exclusivamente al capital. Siguiendo a Mena (1997) y
OCDE (2001), esto se hace de la siguiente manera
rt K tm  EBOtm  OFILmt 
Ytm
ISRt  K tm
PIBt
(1)
donde rt es la tasa de rendimiento neto del capital, K tm es el acervo de capital, OFILmt son
otras fuentes de ingreso laboral, Ytm es el valor de los productos elaborados, PIBt es el
Producto Interno Bruto, ISRt es el Impuesto Sobre la Renta, δ es la tasa de depreciación
7
Los resultados no cambian drásticamente cuando se utiliza el Valor Agregado (es decir, producción
menos materiales intermedios).
8
Y es deflactado por índices de precios específicos para cada clase de actividad; sin embargo, la mayoría
de los establecimientos producen más de un producto único y homogéneo, esto es, un mismo índice de
precios es considerado para diferentes establecimientos con diferentes rangos de productos dentro de una
misma clase de actividad.
5 del capital físico,9 donde m y t hacen referencia al sector manufacturero y al tiempo,
respectivamente. Todas las series, excepto la del ISR, están disponibles en pesos
constantes de 1993 en las estadísticas del SCN. Para tener la serie ISRt en pesos
constantes, su valor es deflactado con el índice de precios implícitos del PIB.
Para el cálculo de la serie de acervos de capital en el sector manufacturero basada
en las estadísticas del SCN, el valor inicial de la serie (en el periodo 1988) es aproximado
mediante K₈₈=((I₈₈)/(c+δ)), donde I₈₈ es la formación bruta de capital físico en 1988 y c
es su tasa de crecimiento promedio entre 1988 y 2003 (ver por ejemplo Hall y Jones,
1999). Para los periodos subsecuentes, la serie de acervos de capital es calculada
mediante la metodología de inventarios perpetuos (OECD, 2001).10
Si resolvemos para rt en la ecuación (1), obtenemos la tasa de rendimiento neto
del capital en la totalidad del sector manufacturero para cada periodo. Finalmente, la tasa
de rendimiento bruto correspondiente a cada clase de actividad es igual a esta tasa de
rendimiento neto más su respectiva tasa de depreciación. En este punto, es oportuno notar
que la hipótesis de una tasa rt constante para todas las clases de actividad/subsectores
queda implícitamente validada por el supuesto de mercados de capital competitivos, en
cuya presencia la asignación de este insumo (capital) en las diferentes clases de actividad
y subsectores será tal que los rendimientos netos (los cuales son los que verdaderamente
un inversionista toma en cuenta) del capital sean igualados. Los retornos brutos pueden
variar de una clase de actividad a otra, debido a las diferencias inherentes en los tipos de
capital que cada clase de actividad utiliza (e.g. se espera que una clase de actividad que
utiliza de manera relativamente intensa equipos de cómputo presente una tasa de
depreciación más alta que una clase de actividad que utiliza de manera relativamente
intensa equipo y maquinaria pesada). La tasa de rendimiento bruto en cada clase de
actividad debe ser tal que compense por estas diferencias en depreciación, de tal manera
que un inversionista se encuentre indiferente entre invertir en una clase de actividad o en
otra (el hecho de que haya capital asignado en cierta clase de actividad indica que su
9
La tasa de depreciación se obtiene con datos del CI de 1998.
10
Dado que las observaciones de interés para este estudio son las comprendidas entre 1996 y 2003, es
probable que los posibles errores o imprecisiones en la estimación del capital inicial ya hayan quedado
"diluidos" para las observaciones de dicho periodo.
6 rendimiento es el mismo que en cualquier otra a la que se pudiera haber asignado este
insumo).11 Asimismo, es importante destacar que las tasas brutas son las utilizadas en las
estimaciones.
Remuneraciones por Hora Trabajada. Calculada como el total de remuneraciones
dividida entre el total de horas trabajadas por el personal empleado.
Precio de la Electricidad. Calculado en base al gasto y consumo de electricidad.
Es el precio pagado por Kw/h consumido.12
Precio del Transporte. La EIA no provee información sobre el tipo principal de
transporte utilizado (aéreo, ferroviario, terrestre o marítimo) ni del destino (o distancia)
de la producción de las clases de actividad. Por tanto, en ausencia de datos específicos, se
utilizó el gasto en transporte de los productos terminados divididos entre el valor de los
productos terminados como una aproximación de este precio.13
3 Evolución Reciente
Esta sección ofrece, con el objetivo de ilustrar y poner en contexto el estado general del
sector manufacturero mexicano, un análisis general de los precios de los insumos y de los
costos unitarios reales. Como se ha mencionado, el presente documento estudia las 205
clases de actividad incluidas en la EIA (es decir, al total del sector manufacturero). Sin
embargo, para esta sección en particular, se analizan con mayor detalle subsectores
específicos, en particular el S8 Maquinaria y Equipo. Para hacerlo, se clasifican las 205
clases de actividad en 14 grupos, con base en el Sistema de Clasificación Industrial de
América del Norte (SCIAN).
11
El procedimiento seguido en la obtención de estos cálculos también se encuentra descrito en OECD
(2001, sección 5.4.2, párrafo 109), donde se especifica que de existir diversos tipos de activos, r puede
suponerse igual para todos ellos. En nuestro caso, los diversos tipos de activos corresponden a las diversas
clases de actividad del sector manufacturero.
12
El cálculo del precio de la electricidad, basado en la EIA, tiene la desventaja de que para 2003, existen
algunas observaciones sobre el consumo (miles de Kw/h) que aparecen en ceros, haciendo imposible
calcular el precio pagado por Kw/H en 2003. Este problema se resolvió de la siguiente manera. Para cada
clase de actividad, el precio por Kw/h en 2003 es igual al precio de 2002 más el incremento anual promedio
entre 1996-2002. Alrededor de 29% de las clases de actividad reportan un consumo igual a cero en 2003.
13
De hecho, las mismas conclusiones se mantienen sin importar si se consideraban tres o cuatro insumos.
7 La descripción y correspondencia entre ambas clasificaciones están detalladas en
el Cuadro 1, que presenta: i) los 9 subsectores CMAP, ii) los 14 grupos SCIAN, y iii)
cómo los 9 subsectores CMAP han sido reorganizados en los 14 grupos SCIAN. Por
ejemplo el subsector S3 Productos de Madera, contiene cinco clases de actividad (los
números en paréntesis en el Cuadro 1); estas mismas cinco clases de actividad son
reclasificadas en dos grupos SCIAN, G3 Productos de Madera y G14 Otras Industrias
Manufactureras, con tres clases de actividad moviéndose hacia G3 Productos de Madera
y las otros dos restantes desplazándose hacia G14 Otras Industrias Manufactureras. Para
mayor referencia sobre las principales actividades y productos en cada grupo, consultar el
Apéndice.
Un método obvio a seguir para esta investigación sería estimar las funciones de
costos translogarítmicas para cada subsector CMAP y/o grupo SCIAN; sin embargo, tal
como se ha mostrado, estos subsectores y/o grupos tienen relativamente pocas clases de
actividad (e.g. G5 Derivados del Carbón y del Petróleo, está compuesto por sólo dos
clases de actividad), que pueden llevar a estimadores econométricos no robustos o
simplemente no permiten estimar el modelo translogarítmico. Por tanto, no se consideró a
ningún subsector o grupo en particular en la sección 5. Sin embargo, se presenta
información de los precios y costos unitarios de los insumos más relevantes para los 14
grupos SCIAN.
8 3.1 Precios de Insumos y Costos Unitarios de los Insumos
En esta sección se presenta una visión general de: i) los precios de insumos, y ii) los
costos unitarios del trabajo y totales.
Precios de Insumos
Las gráficas en la Figura 1 muestran los niveles en 2003 (en pesos de 1996) y el Cuadro 2
presenta la tasa de cambio promedio anual en términos reales de los precios de los
insumos durante 1996-2003 para cada grupo y para el total de la manufactura.
Primero, tal como se esperaba, el costo del capital es muy parecido para todos los
grupos. Segundo, las remuneraciones por hora trabajada muestran considerables
diferencias entre los grupos; por ejemplo, los dos grupos con las remuneraciones por hora
trabajada más altas en 2003 fueron G5 Derivados del Carbón y del Petróleo y G6
Petróleo y Químicos, mientras que las remuneraciones más bajas fueron pagadas por G2
Textiles, Prendas de Vestir y Cuero y G3 Productos de Madera. Por tanto, esto podría
9 estar reflejando la heterogeneidad prevaleciente en capital humano y/o la existencia de
diferencias en el grado probable de extracción de rentas en cada grupo (e.g. algunas
prestaciones asociadas con la existencia de sindicatos). Tercero, existen diferencias
considerables en el costo de la electricidad dentro de los grupos, que podrían explicarse
por el hecho de que la Comisión Federal de Electricidad (en adelante CFE, la empresa
paraestatal mexicana encargada de la producción y distribución de cerca de la totalidad
de la energía eléctrica consumida en el país) sigue reglas de ajuste de tarifas que
diferencian entre las capacidades de voltaje de la electricidad para uso industrial (ver
CFE, 2006).14 Finalmente, el precio del transporte también muestra disparidades entre los
grupos, con G7 Productos Minerales no Metálicos, G3 Productos de Madera y G6
Petróleo y Químicos pagando los precios más altos por unidad transportada de producto,
mientras que los grupos que pagan los precios más bajos son G10 Aparatos Eléctricos y
Componentes y G13 Productos Electrónicos y Computadoras.
Con respecto a los cambios de los precios de los insumos en términos reales entre
1996 y 2003, en el Cuadro 2 se observa que el incremento en el precio de la electricidad
muestra la disparidad más grande y al mismo tiempo, los cambios en las remuneraciones
por hora trabajada entre los grupos manufactureros son relativamente homogéneos.
14
Por ejemplo, las tarifas para electricidad en alta tensión se ajustan en 59% de acuerdo con la inflación en
tres subíndices del IPP (a saber, Maquinaria y Equipo, Metal Básico y Otras Manufacturas) y en 41% de
acuerdo con la inflación de combustibles (incluyendo gasolina, gas natural, diesel y carbón), mientras que
las tarifas para electricidad en baja tensión se incrementan en 80% y en 20% de acuerdo con la inflación en
estos dos grupos de índices de precios, respectivamente. Por tanto, un establecimiento cuya maquinaria y
equipo productivos utilizan electricidad de alta tensión (como uno perteneciente al grupo G11) puede
enfrentar tanto precios como incrementos anuales en la electricidad más altos que un establecimiento que
consuma electricidad de baja tensión (como uno en el grupo G1).
10 Figura 1: Precios de los Insumos (Niveles), 2003
En consecuencia, esto implica que el cambio en el precio de electricidad relativo
al cambio en el precio de otros insumos es más alto en algunos grupos que en otros. Por
ejemplo, y relacionado con el párrafo anterior, en un extremo se encuentra G11
Automotriz, con un incremento promedio en el precio de la electricidad de 12.4% por
11 año, y un incremento de sólo 1.5% por año en remuneraciones por hora trabajada; en el
otro extremo se encuentra G1 Alimentos, Bebidas y Tabaco, con una disminución
promedio de 13% por año en el precio de la electricidad y un incremento promedio en
remuneraciones por hora trabajada de 2.8% por año. El cambio en el precio del transporte
también es heterogéneo (-11.7% en G13 Productos Electrónicos y Computadoras y 8.1%
en G12 Otro Equipo de Transporte).
Costos Unitarios de los Insumos
En esta subsección se presentan los costos laborales y totales en términos reales por
unidad de producto. Los costos unitarios del trabajo se calculan como el gasto en el
insumo trabajo dividido entre el valor de los productos elaborados. Ambos montos se
expresan en precios constantes de 1993.15 De forma similar, se calcula una medida de
costos medios, donde el numerador es igual a la suma del gasto en los cuatro insumos
considerados. Se calculan índices de costos unitarios de la mano de obra y de costos
medios para cada grupo y para el total del sector manufacturero, normalizando el costo a
100 en 1996. El valor de los índices en 2003, así como su variación porcentual anual
promedio durante el periodo 1996-2003, se muestran en el Cuadro 3.16
Primero, en referencia a los costos unitarios del trabajo, G14 Otras Industrias
Manufactureras y G2 Textiles, Prendas de Vestir y Cuero han mostrado los menores
decrementos, mientras que G13 Productos Electrónicos y Computadoras es el grupo que
claramente tiene el decremento más significativo es sus costos del trabajo. Segundo, con
respecto a los costos medios reales, los grupos con los decrementos más significativos
son G13 Productos Electrónicos y Computadoras y G10 Aparatos Eléctricos y
Componentes, mientras que aquéllos con menores decrementos son G14 Otras Industrias
Manufactureras y G2 Textiles, Prendas de Vestir y Cuero.
15
Se utilizan índices de precios específicos para cada insumo y producto. Además, cuando en lugar de Y se
utiliza VA, las posiciones dentro del ordenamiento no cambian drásticamente.
16
El cálculo de estos costos se hace con la idea de extender hacia los otros insumos el enfoque representado
en el índice de Costos Unitarios de la Mano de Obra del INEGI, el cual es un importante indicador de la
productividad de este sector y que puede interpretarse como el costo en términos reales de la mano de obra
requerida para generar una unidad de producto. En este punto es importante destacar que los precios de los
insumos por unidad de producto no son los que se utilizan en las estimaciones realizadas, sino los precios
por unidad de insumo (e.g. remuneraciones por hora trabajada, etc.).
12 La función de costos tiene como argumentos al nivel de producción y a los
precios de los insumos. En particular, la función de costos translogarítmica puede ser
considerada como una aproximación de Taylor de segundo orden en logaritmos a una
función de costos arbitraria (ver Christensen et al., 1973). La especificación más
generalizada de la función de costos translogarítmica no impone ninguna restricción
previa a la estructura de producción, esto es, no impone, a priori, neutralidad,
homoteticidad, homogeneidad, retornos constantes a escala, o elasticidades unitarias de
sustitución; por el contrario, esto permite probar estas especificaciones alternas de la
estructura de producción.
La función de costos translogarítmica se establece como
ln C   0    i ln Pi 
i
1
1
2
 ij ln Pi ln P j   y ln Y   yy ln Y     iy ln Pi ln Y , (2)


2 i j
2
i
donde i,j=1,...,N indican los N diferentes insumos considerados con  ij   ji , C es el costo
total, Y es la producción y los Pi 's son los precios de los insumos. Para que una función
de costos se comporte adecuadamente debe ser homogénea de grado uno en precios, lo
que implica que, para un nivel fijo de producción, el costo total debe incrementarse
proporcionalmente cuando todos los precios aumentan proporcionalmente. En
consecuencia, se aplican las siguientes restricciones sobre la ecuación (2).

i
 1,
i
13 (3)

iy
 0,
(4)
i

i
ij
   ij    ij  0.
j
i
j
(5)
Como se ha mencionado anteriormente, se puede imponer un número adicional de
restricciones a los parámetros de la función de costos translogarítmica, que
implícitamente representa la tecnología subyacente. Homoteticidad significa que la
función de costos puede ser escrita como una función separable en los precios de la
producción y de los insumos.17 Para la homoteticidad , es necesario y suficiente que
 iy  0, i.
(6)
La función de costos es homogénea en la producción si la elasticidad de costos
con respecto a la producción es constante. Esto ocurre al imponer las siguientes
restricciones
 iy  0,  yy  0,
(7)
en este caso, el grado de homogeneidad es igual a 1 /  y . Existen retornos constantes a
escala (RCE) en la función de producción dual cuando, en adición a la ecuación (7)
 y  1,
(8)
Finalmente, la función translogarítmica se vuelve una función Cobb-Douglas con
retornos constantes a escala, si además de las restricciones previas, se tiene que
 ij  0, i.
(9)
De hecho, todas las elasticidades de sustitución pueden restringirse a la unidad
mediante la eliminación de los términos de segundo orden en los precios de la función de
costos translogarítmica y pueden aplicarse en los modelos translogarítmico, homotético,
homogéneo y/o con RCE.
Se puede ejecutar la estimación directa de la ecuación (2). Sin embargo, pueden
obtenerse ganancias en eficiencia si las ecuaciones de demanda por insumos
minimizadoras de costos, es decir, las ecuaciones de participación de los insumos, son
17
Con funciones de costos no homotéticas se permite que las demandas por insumos dependan del nivel de
producción. En contraste, con las funciones de costos homotéticas se obtiene que las demandas de insumos
son independientes del nivel de producción.
14 estimadas conjuntamente con la ecuación (2). Más específicamente, si se estiman con un
conjunto de ecuaciones de participación de los insumos directamente relacionadas con la
función de costos translogarítmica de acuerdo con la teoría de la dualidad. Siguiendo el
lema de Shepard, las funciones de demanda derivadas para cada insumo se obtienen al
diferenciar parcialmente la función de costos con respecto a los precios de cada insumo
C 
 Z i . Por tanto, la ecuación (2) se deriva parcialmente, siguiendo el lema de
Pi
Shepard, para obtener las ecuaciones de participación de los insumos
 ln C Pi C Pi X i


  i    ij ln Pj   iy ln Y ,
 ln Pi C Pi
C
j
donde
PX
i i
i
 C . Si S i 
(10)
Pi X i
, entonces iSi  1 .
C
Las restricciones necesarias dadas por las ecuaciones (3), (4), y (5) se imponen
bajo la restricción de
S
i i
 1 , lo cual implica que sólo N-1 de las ecuaciones de
participación en (10) son linealmente independientes.
Una vez que se han estimado los coeficientes, se pueden calcular las elasticidades
de sustitución parciales de Allen entre dos insumos i y j (Uzawa, 1962). Estas
elasticidades son cruciales para describir el patrón y grado de sustitución y
complementariedad entre los insumos de la producción. Básicamente, éstos miden el
porcentaje de variación en las proporciones de los insumos debido a un cambio de uno
por ciento en sus precios relativos. Para el modelo translogarítmico esto implica
 ij 
 ij
Si S j
 1 para i  j.
(11)
Adicionalmente, uno puede calcular tanto elasticidades precio como elasticidades
cruzadas de las demandas de insumos (ceteris paribus, cómo la demanda por insumos i
responde a las variaciones en su precio o a variaciones en el precio del insumo j) como
 ij  S i ij , que puede calcularse como
 ii 
 ii
Si
 S i  1,
15 (12)
 ij 
 ij
Si
 S j para i  j.
De acuerdo con Hanoch (1975), las economías de escala deben ser evaluadas a
través del sendero de expansión, esto es, donde los precios de los insumos son constantes
y los costos son minimizados para todos los niveles de producción, mientras que los
retornos a escala son normalmente definidos a través de un rayo arbitrario de mezclas de
insumos. De hecho, si la función de producción es homotética, tanto los retornos a escala
como las economías de escala serán iguales.
Las economías de escala son definidas en términos del incremento relativo de la
producción resultante de un incremento proporcional en todos los insumos. Esto se
expresa como uno menos la elasticidad de los costos totales con respecto a la producción
  1
 ln C
,
 ln Y
(13)
Ψ es positivo para economías de escala y negativo para deseconomías de escala.
Específicamente, Ψ es calculado en la especificación sin restricciones como


1   y   yy ln Y  i iy ln Pi , para el caso homotético como 1   y   yy ln Y  , y para el
modelo homogéneo como 1   y .
4.2 Estrategia Empírica
Para la estimación conjunta de la función de costos y de las ecuaciones de participación
de los insumos se utiliza el método de Máxima Verosimilitud con Información Completa.
Como establecen Christensen y Greene (1976), la inclusión de las ecuaciones de
participación de los insumos implica la ganancia de grados de libertad sin la adición de
restricciones sobre los coeficientes de la regresión, lo cual arroja estimadores más
eficientes de los parámetros. Se incluyen únicamente N-1 ecuaciones de participación de
los insumos en el sistema para evitar problemas de singularidad. Para más información,
ver Barten (1969) y Kmenta y Gilbert (1968).
En este estudio, los modelos son estimados después de imponer las condiciones
de simetría en la función translogarítmica y las restricciones de homogeneidad de grado 1
en los precios de los insumos.
16 Particularmente, los modelos considerados son: i) una función de costos
translogarítmica sin restricciones (A), ii) una estructura de costos homotética (B), iii) una
estructura de costos con homogeneidad impuesta (C), iv) una estructura con retornos
constantes a escala (D), y v) los modelos E, F, G y H que corresponden a los modelos A,
B, C y D, respectivamente, con elasticidades unitarias de sustitución impuestas en cada
caso. En suma, se estiman ocho modelos diferentes para los tres diferentes periodos
(1996, 2000 y 2003).
La aceptación de cualquiera de las estructuras previas es determinada por pruebas
de razones de verosimilitud, una vez que se obtienen los estimadores de los parámetros
de Máxima Verosimilitud. En particular
Estadístico de prueba LR:  2 R  U ,
(14)
donde  R y U son el logaritmo de los valores de la función de verosimilitud con y sin
restricciones, respectivamente. La ecuación (14) se distribuye asintóticamente como una
variable aleatoria χ², con grados de libertad igual al número de restricciones
independientes que se hayan impuesto.
5 Resultados Empíricos
Como se ha mencionado, es deseable iniciar el análisis de la estructura de producción de
cualquier industria o actividad económica con el modelo con las menores restricciones
posibles, en nuestro caso, con un modelo que permita una estructura no homotética y
elasticidades de sustitución no unitarias. En la sección 5.1 se presentan los resultados de
la estimación de funciones de costos para el total de la industria manufacturera mexicana,
mientras que en la sección 5.2 se presentan los resultados correspondientes a economías
de escala y costos medios.
5.1 Funciones de Costos para la Manufactura Mexicana
Esta sección presenta los resultados de la estimación de funciones de costos
correspondientes a los ocho modelos A-H para los años 1996, 2000 y 2003. El capital, el
trabajo, la electricidad y el transporte se denotan, respectivamente, por los subíndices K,
L, E y T.
17 Las restricciones de homogeneidad lineal de grado 1 en los precios de los insumos
fueron impuestas en todos los modelos para asegurar que las funciones de costos
estimadas representen estructuras de producción con un comportamiento adecuado.
18 Para el caso particular de 2003, los Cuadros 4 y 5 presentan el conjunto completo
de los parámetros estimados bajo los diferentes modelos, el primero de ellos con
elasticidades de sustitución no unitarias (modelos A-D) y el segundo con elasticidades de
sustitución unitarias impuestas (modelos E-H). El Cuadro 6 presenta los parámetros
estimados correspondientes al modelo A para las muestras de 1996 y 2000.
Las estimaciones apuntan a una no homoteticidad estadísticamente significativa
involucrando al capital (  KY ) y al transporte (  TY ) en 2003, al transporte (  TY ) y al
trabajo (  LY ) en 2000, y al transporte (  TY ) en 1996. Además, los parámetros de
sustitución  KT y  LT son estadísticamente significativos para los tres años. Esto da un
indicio de que ni la hipótesis de homoteticidad ni la de elasticidades de sustitución
unitarias son consistentes con los datos.
Como se ha explicado, es necesario probar la validez de las restricciones
impuestas a los modelos B-H; por tanto, el Cuadro 7 muestra los valores de los
estadísticos de prueba LR para las tres muestras de datos. Se pueden rechazar
cómodamente todas las hipótesis de restricciones de parámetros para las tres muestras a
un nivel de significancia del 5%. En consecuencia, el modelo A, que permite no
19 homoteticidad y elasticidades de sustitución no unitarias, es el que mejor representa a la
estructura de producción de la industria manufacturera mexicana.
Como se ha discutido, la medida con la que un insumo puede sustituirse por otro
está dada por las elasticidades parciales de sustitución de Allen-Uzawa, las cuales miden
el cambio porcentual en las proporciones de los insumos como resultado de un cambio de
uno por ciento en sus precios relativos. Las posibilidades de sustitución prevalecientes en
la manufactura mexicana se presentan en el Cuadro 8, dadas por las elasticidades
parciales de sustitución de Allen-Uzawa.
Todas las elasticidades parciales indican la existencia de posibilidades de
sustitución entre los distintos insumos para los tres años.18 Considerando las elasticidades
estadísticamente significativas del Cuadro 8, existe una importante capacidad de
sustitución, para los tres años, entre capital y trabajo (  KL ), y trabajo y electricidad (  LE
). También para 1996 existe capacidad de sustitución entre la electricidad y el transporte (
 ET ), y para 2000, entre capital y electricidad (  KE ).
18
Las complementariedades entre electricidad y transporte (  ET ) parecen aumentar únicamente para el
año 2000. Sin embargo, el aumento no es estadísticamente significativo.
20 Con referencia a las elasticidades precio y elasticidades cruzadas para la demanda
de insumos, éstas se presentan en el Cuadro 9, donde cada elemento es la elasticidad de la
demanda por el insumo en el renglón ante el cambio en el precio del insumo en la
columna, para los tres años estudiados. Todas las elasticidades precio de la demanda por
insumos, en la diagonal principal, son consistentes con la teoría microeconómica y tienen
el signo negativo correcto. En términos generales, se puede decir que la demanda de
electricidad es, básicamente, de elasticidad unitaria, mientras que los otros insumos son
inelásticos.19
Las elasticidades cruzadas, los términos fuera de la diagonal, contienen la misma
información que las elasticidades de sustitución en el Cuadro 8. Sin embargo, estas
elasticidades cruzadas no son simétricas dado que dependen de la participación de los
insumos. Se puede observar, en los tres periodos muestra, que todas las elasticidades
cruzadas son menores a uno.
Dos son las elasticidades más altas, ambas involucrando al trabajo:  KL >0.5 y
 EL >0.67. La elasticidad cruzada entre trabajo y capital,  LK , es 0.35 para 1996 y 0.23
19
Todos estadísticamente significativos, excepto transporte, a un nivel de significancia del 5%.
21 para 2003.20 En 2000 se da una elasticidad estadísticamente significativa entre la
electricidad y el capital ( EK =0.285). En 2003 ésta decrece a 0.138; sin embargo no es
significativa. El impacto que tienen las variaciones en el precio tanto de la electricidad
como del transporte en otros insumos es insignificante y no es estadísticamente
significativo. Dichas elasticidades cruzadas son importantes para afectar la cantidad en
que se usa un insumo en específico y permiten conocer la dirección en que los precios
deberían modificarse.
20
Las elasticidades  KL ,  EL y  LK son estadísticamente significativas.
22 5.2 Economías de Escala y Costos Medios
Siguiendo cercanamente a Christensen y Greene (1976), esta sección estudia economías
de escala para los tres años considerados. Un estimado del grado de economías de escala
puede derivarse para cada clase de actividad al evaluar las fórmulas presentadas al final
de la sección 4.1 con el nivel observado de producción y de precios de los insumos.
Como en Christensen y Greene (1976), la muestra se divide en cinco “conjuntos”
de clases de actividad de acuerdo a su nivel de producción (el Conjunto 1 es el más
pequeño, mientras que el Conjunto 5 es el más grande). En los Cuadros 10 y 11, se
presentan estimaciones del grado de economías de escala para la clase de actividad con la
producción promedio en cada grupo, utilizando los seis modelos que permiten dicho
análisis.21 Antes de comentar algunos de los principales resultados, vale la pena
mencionar que los cálculos en todos los modelos fueron estadísticamente significativos.
Como es sabido, los estimadores de economías de escala para los modelos
homogéneos (C y G) son constantes en todos los niveles de producción. Es interesante
mencionar que, desde 1996 hasta 2003, se han incrementado las economías de escala.22
Con respecto a los otros modelos en que las economías de escala pueden variar
con la producción (A, B, E, F), observamos que, para los tres años analizados, las
economías de escala disminuyen en la medida en que el tamaño de la clase de actividad
21
Los resultados no cambian considerablemente cuando se usa el nivel de producción más alto o el
promedio.
22
Modelo C: de 0.157 a 0.159; Modelo G: de 0.22 a 0.28.
23 aumenta (excepto para el Modelo E en 2003). Adicionalmente, los cálculos son de alguna
manera similares entre los modelos A, E y F, con el Modelo B, presentando los
estimadores más pequeños. De hecho, no existe una diferencia considerable entre los
cálculos correspondientes a los cinco conjuntos en cada modelo. Por ejemplo, basados en
los resultados de 2003, el estimador de economías de escala para el Conjunto 1 en el
Modelo A, que fue aceptado como modelo final en la sección previa, es 0.37 mientras
que para el Conjunto 5 es 0.27. También, se observa que bajo el Modelo A, las
economías de escala aumentaron entre 1996 y 2003 para los cinco conjuntos.
Para efectos únicamente de exposición, se derivan las curvas de costos medios
estimadas para el sector manufacturero con base en los dos mejores modelos de cálculo:
A y B. La curva de costos medios se obtiene evaluando la función de costos medios para
distintos niveles de producción mientras se mantienen fijos los precios de los insumos e
iguales al promedio de la muestra. La Figura 2, muestra las curvas para estos dos
modelos contenidos en el Cuadro 10 para 2003 con el tamaño de distribución de clases de
actividad bajo el eje horizontal junto con su participación en la producción. Se puede
observar que hay un indicio inicial de que ninguna clase de actividad se encontraba cerca
del punto de costos medios mínimo (indicado por las líneas verticales punteadas).
24 Figura 2: Curvas de Costos Medios Modelos A y B, 2003
En la Figura 3 se presentan las curvas de costos medios para 1996, 2000 y 2003,
para el modelo A, con la distribución de clases de actividad por tamaño debajo del eje
horizontal para cada año. Se observa que la curva de costos medios para 1996 es más
plana que las otras dos curvas, lo cual es consistente con nuestros hallazgos previos al
identificar economías de escala más bajas en 1996. También, como se muestra en el
recuadro inferior a las curvas de costos, las clases de actividad están localizadas hacia la
izquierda de los puntos de costos medios mínimos (aquéllos para 1996 y 2000 no se
muestran en la Figura 3). El que se encuentren alejadas del punto mínimo de la curva de
costos medios no necesariamente significa que las clases de actividad están operando por
debajo de su nivel óptimo: en el punto mínimo se sabe que Costo Medio = Costo
Marginal, por lo que las clases de actividad no deberían tener ganancias extraordinarias;
en niveles de producción a la izquierda de este punto, las clases de actividad deberían
25 tener ganancias mayores a cero.23 Por tanto, esto pudiera ser más un tema de competencia
(estructura de mercado) en el mercado de bienes de producción.
Figura 3: Curvas de Costos Medios pata el Modelo A: 1996, 2000 y 2003
Adicionalmente, puede verse que el punto mínimo de la curva de costos medios
en 2003 está localizado en la parte superior izquierda (noroeste) de los otros dos puntos
mínimos (no mostrados en la Figura 3), lo que implica que se requiere menor producción
para lograr alcanzar la región de costos más bajos. Esto puede proporcionar evidencia de
que la curva de costos medios está desplazándose hacia arriba debido a que tanto los
costos fijos como los variables están aumentando.
23
Cuando el precio disminuye, una clase de actividad tendría que incrementar su producción a niveles en
los que los costos medios sean más bajos, hasta llegar al punto mínimo.
26 Como se ha mencionado en la Sección 1, se debe tener cautela al hacer
conclusiones sobre si efectivamente puede haber algún cambio tecnológico negativo o un
incremento genuino en costos en la Figura 3 ya que diversos factores (e.g. asuntos de
medición, agregación de datos, falta de datos y uso de proxies, construcción de variables,
posibles cambios en la composición/estructura de la industria, etc.) pudieran sesgar los
resultados en un periodo tan corto como el disponible.24 Finalmente, como se ha
discutido, se considera como punto de referencia al sector manufacturero total, que
pudiera no ser la forma más precisa de determinar si existe o no un cambio tecnológico
cuando se están analizando unidades de estudio muy diferentes (por ejemplo,
procesamiento de carne vs. manufactura de equipo e instrumentos dentales); idealmente,
el análisis aquí esbozado debería aplicarse a grupos manufactureros específicos utilizando
datos a nivel de establecimiento. Por tanto, sería de alguna manera aventurado concluir
que con el tiempo las clases de actividad se han vuelto técnicamente menos eficientes.
Para formalizar estadísticamente la existencia o no de economías de escala, y
siguiendo a Christensen y Greene (1976), el Cuadro 12 presenta las clases de actividad y
la proporción de la producción total en 1996, 2000 y 2003, localizada en cada una de las
tres regiones de la curva de costos medios para el total del sector representadas en la
Figura 3: i) economías de escala estadísticamente significativas; ii) economías o
deseconomías de escala no significativas; y iii) deseconomías de escala estadísticamente
significativas.25 Una vez más, nuestro punto de referencia (el total del sector
manufacturero) puede no ser el mejor dado que la diversidad en los procesos y productos
manufactureros inherentes en nuestros datos es considerable.
Puede observarse que, en 1996, existían once clases de actividad que
representaban el 37.0% de la producción total que no mostraban economías o
deseconomías a escala estadísticamente significativas. Este número disminuyó a ninguna
clase de actividad en 2000 y a dos clases de actividad que representaban 18% de la
24
Christensen y Greene (1976) tienen observaciones anuales para 1955 y 1970.
25
Basados en Christensen y Greene (1976), el nivel de confianza para determinar economías de escala
estadísticamente significativas se establece al 95%. Cualquier punto en la curva de costos medios con la
correspondiente Ψ que sea menor a 1.96 veces su error estándar se considera en la región "plana" (con
economías o deseconomías de escala no significativas).
27 producción total en 2003.26 Adicionalmente, ninguna clase de actividad mostró
deseconomías de escala estadísticamente significativas en ninguna de las tres muestras
estudiadas.
Para concluir esta sección y para establecer una comparación de costos un tanto
más válida entre las clases de actividad en cada grupo manufacturero, se presenta el
Cuadro 13, donde los renglones del cuadro muestran el costo medio para la clase de
actividad representativa de un tamaño particular para cada grupo como porcentaje del
punto mínimo en la curva de costos medios para el total del sector manufacturero en
2003.
En particular, las clases de actividad representativas se clasifican en tres
diferentes niveles/categorías de producción (proxy de tamaño) para los 14 grupos
manufactureros. Los tres niveles de producción considerados dentro de cada uno de los
14 grupos manufactureros son: i) Categoría Chica --producción promedio de las clases de
actividad que en conjunto representan un porcentaje de la producción, en su respectivo
grupo manufacturero, cercano al 15%;27 ii) Categoría Mediana --la clase de actividad en
26
Estas dos clases de actividad fueron: i) producción, ensamble y reparación de computadoras, y ii)
producción y ensamble de automóviles y camiones.
27
Si consideramos la clase de actividad más pequeña en lugar de ésta, la intuición de los resultados no
cambia.
28 cada grupo con el nivel de producción mediano; y , iii) Categoría Grande --la clase de
actividad con el nivel de producción más alto en cada grupo.28
Consistente con nuestros resultados previos, el costo medio disminuye en la
medida en que el tamaño de la clase de actividad aumenta en cada uno de los grupos
manufactureros. Adicionalmente, los porcentajes más bajos se encuentran en la Categoría
Grande para G11 Automotriz y G13 Productos Electrónicos y Computadoras, mientras
que los porcentajes más altos corresponden a G12 Otro Equipo de Transporte tanto en las
Categorías Chica como Mediana y en G2 Textiles, Prendas de Vestir y Cuero en la
Categoría Chica. Los resultados sugieren la influencia o existencia de importantes costos
fijos para algunos grupos en particular.
Es muy interesante observar la diferencia de costos: i) entre tamaños de categorías
dentro de los grupos, y ii) entre grupos manufactureros dentro de una misma categoría.
De acuerdo con los últimos renglones del Cuadro 13, que muestra para cada una de las
tres categorías de tamaño, la diferencia entre el porcentaje más alto y el porcentaje más
bajo a lo largo de los 14 grupos manufactureros, para 2003 y 1996, el diferencial más
bajo se encuentra en la Categoría Mediana. Las últimas columnas del Cuadro 13
muestran la diferencia entre el tamaño de las clases de actividad (Chica-Grande) en cada
28
A excepción de G1, la clase de actividad más grande en cada grupo representa más del 15% de la
producción de su grupo.
29 grupo manufacturero para 2003 y 1996, respectivamente.29 Adicionalmente, todas las
categorías de tamaño y los grupos experimentaron reducciones en sus diferenciales
respectivos; en otras palabras, al parecer hubo menos dispersión en la escala de
producción en 2003 que en 1996.30 Esto es de esperarse ya que, como se ha discutido, los
costos medios mínimos para el total del sector se han movido ascendentemente y hacia la
izquierda, y en comparación, un mayor número de clases de actividad estaban más cerca
de la región de costos mínimos en 2003 que en 1996.
6 Resumen
Este documento estimó funciones de costos translogarítmicas para el sector
manufacturero mexicano. Los insumos de la producción incluidos fueron el capital, el
trabajo, la electricidad y el transporte. Se utilizaron datos de la EIA para el periodo 19962003.
Realizarlo de esta manera permitió considerar una estructura de producción
menos restrictiva ya que se consideraron varias pruebas sobre las hipótesis de
homoteticidad, homogeneidad, retornos constantes a escala y elasticidades de sustitución
unitarias. Además, siguiendo a Christensen y Greene (1976), se estimaron
particularmente economías de escala y costos medios.
Las remuneraciones por hora trabajada y el precio de la electricidad presentaron
fuertes diferencias entre los grupos manufactureros. En referencia a los cambios relativos
en términos reales de los precios de los insumos entre 1996 y 2003, los incrementos en
los precios de electricidad y transporte presentaron la disparidad más significativa,
mientras que los cambios en las remuneraciones por hora trabajada fueron de alguna
forma homogéneos entre los grupos manufactureros.
En relación a la estimación de la función de costos translogarítmica se encontró
que, después de imponer varias condiciones a la ecuación básica, el mejor modelo para el
sector manufacturero mexicano es aquél caracterizado por no homoteticidad y
elasticidades de sustitución no unitarias.
29
Resultados muy similares -en el ordenamiento- se obtienen para el año inicial: 1996.
30
En consecuencia, entre 1996 y 2003, los costos medios han disminuido en cada renglón del Cuadro13.
30 Las elasticidades parciales de sustitución estimadas revelaron que existen
alternativas de sustitución entre los insumos considerados. Todas las elasticidades de la
demanda por insumos presentaron el signo negativo correcto; en particular, la demanda
por electricidad es de elasticidad unitaria, seguida por el capital, trabajo y transporte
(inelástico). Las elasticidades cruzadas fueron menores a uno.
Con respecto al cálculo de economías de escala y costos medios en este sector, se
encontraron dos resultados interesantes. Primero, para los modelos cuyos estimadores del
grado de economías de escala pueden variar según la producción, se observó que, en
general, las economías de escala disminuyen con el nivel de producción, implicando
ganancias en la eficiencia para clases de actividad con una producción más alta. Segundo,
existe un incremento generalizado en las economías de escala estimadas en el tiempo
para cualquier nivel de producción.
Consistente con los hallazgos para las economías de escala, los costos medios
disminuyen en la medida en que el tamaño de la clase de actividad aumenta. A nivel
específico de grupos manufactureros se observa que, en general, G2 Textiles, Prendas de
Vestir y Cuero, G3 Productos de Madera y G12 Otro Equipo de Transporte muestran los
costos medios más altos, mientras que G11 Automotriz es el grupo con los costos medios
más bajos. A pesar de que las diferencias en costos medios entre clases de actividad
pequeña y grande disminuyen en todos los grupos manufactureros en 2003, con respecto
a 1996, algunas diferencias importantes permanecen en los varios grupos. Aun así,
existen indicios de convergencia y/o homogeneidad entre los grupos de la industria
manufacturera.
Como se ha discutido en este documento, algunos resultados pueden estar
sesgados debido a diferentes aspectos relacionados con el periodo de tiempo, la
disponibilidad de datos, la agregación de los datos, etc.
Referencias
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31 Programación.
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http://aplicaciones.cfe.gob.mx/aplicaciones/ccfe/tarifas/factores/factores.asp
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Uzawa, H. (1962). "Production Functions with Constant Elasticities of Substitution".
Review of Economics and Statistics 44(4): 291-299.
32 Apéndice
Composición de los Grupos
Cada grupo manufacturero está compuesto principalmente de las siguientes actividades y
productos:
G1. Alimentos, Bebidas y Tabaco: Procesamiento de carne, lácteos, cereales, panadería,
tortilla, industria azucarera, dulces, café, alcohol, bebidas y tabaco.
G2. Textiles, Prendas de Vestir y Cuero: Fibras, telas, ropa, bienes de piel, pieles,
zapatos.
G3. Productos de Madera: Procesamiento de madera, suministros de construcción y
contenedores.
G4. Productos de Papel, Imprentas y Editoriales: Manufactura de productos de papel,
impresos, periódicos, libros, revistas.
G5. Derivados del Carbón y del Petróleo: Coque, aceites minerales y aditivos.
G6. Petróleo y Químicos: Química básica de aceite, fertilizantes, insecticidas, resinas,
pinturas, farmacéuticos, perfumes, llantas, hule, tubería, suministros de plástico para el
hogar.
G7. Productos Minerales no Metálicos: Materiales de Construcción, vidrio, cemento,
concreto, cerámica.
G8. Industrias Metálicas Básicas: Hierro, acero, aleaciones, aluminio, calentadores.
G9. Otra Maquinaria: Tractores, maquinaria, suministros agrícolas, bombas, filtros.
G10. Aparatos Eléctricos y Componentes: estufas, hornos, refrigeradores, lavadoras,
calentadores, boilers, baterías, focos, componentes eléctricos automotrices.
G11. Automotriz: Producción, ensamblaje y reparación de automóviles, camiones,
máquinas, motores, transmisiones, suspensiones, frenos.
G12. Otro Equipo de Transporte: Producción, ensamblado y reparación de buques de
navegación y barcos, equipo de ferrocarril, motocicletas, bicicletas y partes.
G13. Productos Electrónicos y Computadoras: Computadoras, radios, televisiones,
fotografía, equipo médico, equipo de medición, lentes, máquinas de escribir, casetes,
discos.
G14. Otras Industrias Manufactureras: Joyería, juguetes, suministros de oficina,
colchones, muebles.
33 
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