Jugar en las “ligas mayores”

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Jugar en las “ligas mayores”:
Por Bernando Montes de Oca/Ilustración
Osvaldo Baldi
Colaboración especial para Literofilia
Ser publicado en Estados Unidos conlleva sus retos. La
conferencia de escritores en Niagara Falls, Canadá explica
cómo superarlos e introducirse en el mercado.
“Aquí vemos cómo vender un libro y vender un libro bueno,”
dice Michael Neff, organizador de la conferencia, fijándose en
cada uno de los cuarenta y cinco participantes. Habla con un
tono imponente y energético. “Hay que comprender el mercado
para poder vender en él. Algunos de sus proyectos no venden.
Vamos a hacer que vendan.”
Después de todo, los participantes quieren vivir de escribir.
Para lograrlo, existen ciertos sacrificios que conocerán
durante los cuatro días que dura la conferencia.
Los primeros dos días consisten en varias presentaciones. Neff
habla del mercado y cuáles tendencias han dominado en el
último año. La erótica, la fantasía y la literatura para
jóvenes han sido tres categorías de peso, y resalta que esto
no significa que sean buenos libros. Neff es conciso: “un
libro se puede adherir a una moda y vender aunque sea pésimo.
Lo que buscamos aquí es que la gente venda proyectos buenos”.
Luego de su presentación, los escritores invitados toman el
escenario.
La
escritora
canadiense,
Barbara Kelly/ Foto Melanie
Marttila
En este caso, la escritora canadiense Barbara Kyle discute los
tres actos esenciales para un libro, protagonistas,
antagonistas, motivación, conflicto y la importancia de la
primera oración. Para ella, ejemplos del habla hispana son de
suma importancia, como García Márquez, Borges y Bolaño, entre
otros. Ella también habla de los cambios que tuvo que hacer en
sus trabajos para que fueran comercialmente atractivos. Al ver
que los cambios no son tan drásticos (en el caso de Kyle), se
siente un aire de ilusión entre los participantes. Hasta que
llega el tercer día.
Antes de lanzarse a los editores y agentes literarios, los
participantes de la conferencia utilizan la presencia de gente
letrada en el negocio (como Neff y Kyle), el resto de los
compañeros y su propia creatividad para pulir sus “pitches”.
Los editores y agentes literarios en mercados como Estados
Unidos, Canadá e Inglaterra reciben, en promedio, mil
propuestas de libros al día. Leerlos todos no es posible y por
esto se ha creado el pitch. Los pitches consisten en
doscientas palabras que describen el libro de una manera
emocionante. El primer reto del negocio es resumir una novela
en doscientas palabras. Y hacerlo bien.
Agentes, como Bill Contardi, han generado fama por rechazar
pitches en cuestión de minutos. La primera oración basta.
Luego de unas horas de pulido, Los participantes presentan sus
palabras a todos. Con algunos—la mayoría—hay silencio
incómodo. Nadie quiere criticar. Hasta que Michael interrumpe
con un tono cortante: “Eso no va a vender.” Cruza los brazos y
sonríe de manera empática, “es leer Harry Potter con un poco
de Star Wars y Crepúsculo.”
La palabra de él no es absoluta, él mismo lo dice. Su respaldo
viene de gran conocimiento del mercado. Una multitud de
escritores que han participado en sus conferencias han sido
firmados por editoriales, ha lanzado varios best-sellers y
posee un repertorio de editores y agentes de gran calibre.
Ahora, con la primera interacción de Neff, el resto de los
participantes comienzan a participar. Surgen varias
propuestas, ¿por qué no hacer que el protagonista pase por
esto? ¿Por qué no matar al antagonista antes? ¿Por qué no
cambiar de escenario?
Para las pocas novelas que son bien recibidas de inmediato,
Neff da consejos concisos: quite esto y esto, son lugares
comunes, pula el manuscrito, trabaje en su pitch y comience a
buscar agentes.
A los trabajos que no salen bien, sin embargo, el proceso de
sugerencias puede ser agobiante. Los participantes defienden
su novela y resisten hasta el último instante. Luego,
frustradamente, escuchan todas las sugerencias. Otros se
rinden fácilmente. Al final, todos quieren vender. Y Neff los
motiva a seguir adelante.
“Son cinco años de mi vida,” dice Gabrielle de Toronto, “y al
parecer no es algo que se podría vender. No sé si seguir o
empezar de cero. Es bastante confuso y hay bastante presión.”
Y es que en el cuarto día, llegan los editores de casas
editoriales, acompañados de agentes literarios. Los nombres
son intimidantes: Harper Collins y Penguin Publishing son las
dos editoriales más grandes de Estados Unidos y Akashik es una
editorial artesanal de renombre, dedicada exclusivamente a
nutrir proyectos diferentes de manera personal. Los agentes
vienen de The Rights Factory, una agencia en Canadá con sede
en Nueva York que impulsa varios best-sellers por año.
Cada uno de los participantes tiene cinco minutos
(considerable comparado a otras conferencias que dan noventa
segundos) para presentar su trabajo, contestar preguntas y
esperar que la novela venda.
Durante la noche trabajan para afinar sus pitches, aunque
puede ser que cada vez se alejen más de sus ideas originales,
todo por sonar más interesantes.
“Tengo doscientas palabras que son emocionantes,” dice Robert
de Nueva York, “y no tengo novela. Ya mi proyecto original ha
mutado y ha sido descartado. Es emocionante e intimidante a la
vez.”
Y como él, hay varios. Todos se colocan en filas que se
alargan, el aire se torna pesado con los nervios de la gente y
la ausencia de luz natural—en el sótano de un hotel mediocre
en Canadá—crea una tensión en el ambiente. El café y las
galletas baratas se gastan rápidamente conforme la gente
espera por esos cinco minutos. Ilusionados, los participantes
tratan de leer las expresiones, buscan en sí entre esas
sonrisas educadas y buscan predecir el futuro. Sólo los
proyectos más comerciables recibirán un sí.
Cuando es el turno, únicamente se sonríe y se comienza a
hablar.
NOTA: la mayoría de los editores y agentes concuerdan en los
siguientes consejos para poder romper la barrera del mercado
estadounidense, además de escribir un buen libro:
1. Mucha gente diría que el tiempo y la inversión no vale
2.
3.
4.
5.
la pena. Ese fin de semana, esos cuatro días, se pudo
haber invertido en escritura. Es cierto. Pero si se
quiere vender, hay que comprender el mercado y hay
muchas cosas detrás de éste que no se saben a primera
vista. La mejor manera de conocer el mercado es acudir a
aquellos que lo han llegado a entender.
No escriba para modas. Para cuando su libro esté
terminado, la moda ya pasó.
No entregue nada hasta que esté completamente listo.
El 0,01% de los escritores son publicados. La razón
principal es porque lanzan sus pitches a los agentes
equivocados; hay que hacer la investigación previa con
cada agente.
El mercado internacional está creciendo. Escenarios como
África, Asia, América Latina son cada vez más
interesantes.
6. Siga adelante. El rechazo es parte del éxito.
7. Los amigos y familiares son pésimos críticos. Un buen
lector, imparcial y objetivo, equivale a tres años de
opiniones malas y sesgadas.
8. Superar el proceso de pitching no significa una compra
definitiva. Un libro bien escrito todavía es clave.
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Bernardo Montes de Oca, 1985,
Costa Rica. Además de su trabajo
diurno como ingeniero en equipo
médico, trabaja como traductor y
periodista
para
periódicos
digitales
en
inglés.
Ha
participado
en
talleres
literarios en ambos idiomas y en
estos momentos, está terminando
su primera novela.
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