El daño ambiental en el contexto de la Declaración de Río Por: Lic. Marcela Tenorio Colaboradora Jurídica de la Unidad de Medio Ambiente La Declaración de Río de Janeiro sobre Medio Ambiente y Desarrollo (1992) fue proclamada con el ánimo de lograr acuerdos internacionales en los que se respeten los derechos de todos, procurando proteger la integridad del ambiente y logrando el desarrollo mundial. El daño ambiental es un tema que forma parte importante de este instrumento. La parte final del principio 10 de la Declaración establece lo siguiente: “…Deberá proporcionarse acceso efectivo a los procedimientos judiciales y administrativos, entre éstos el resarcimiento de daños y los recursos pertinentes.” Seguidamente, el principio 13 dice: Los Estados deberán desarrollar la legislación nacional relativa a la responsabilidad y la indemnización respecto de las víctimas de la contaminación y otros daños ambientales. Los Estados deberán cooperar asimismo de manera expedita y más decidida en la elaboración de nuevas leyes internacionales sobre responsabilidad e indemnización por los efectos adversos de los daños ambientales causados por las actividades realizadas dentro de su jurisdicción, o bajo su control, en zonas situadas fuera de su jurisdicción. El daño ambiental constituye, en la legislación, la jurisprudencia y la doctrina, una expresión ambivalente que designa, algunas veces, la alteración nociva al conjunto de elementos y funciones que llamamos “medio ambiente”; en una segunda acepción hace referencia a los efectos que dichas alteraciones provocan en la salud de las personas y en sus bienes; y, finalmente, un desarrollo más moderno del derecho ambiental ha incluido en el concepto toda lesión al derecho subjetivo que tienen las personas a gozar de una medio ambiente sano (PNUMA/ORPALC s/f). En El Salvador, en 1998, y con influencia de los acuerdos internacionales firmados y ratificados en materia ambiental, nace la Ley del Medio Ambiente. Esta Ley incluye reglas sobre el daño ambiental. Primeramente, el artículo 5 establece, como definición de daño ambiental, la siguiente: “Toda pérdida, disminución, deterioro o perjuicio que se ocasione al ambiente o a uno o más de sus componentes, en contravención a las normas legales. El daño podrá ser grave cuando ponga en peligro la salud de grupos humanos, ecosistema o especies de flora y fauna e irreversible, cuando los efectos que produzca sean irreparables y definitivos.” La tercera parte de la referida ley, trata sobre la responsabilidad administrativa civil y penal. Al referirse a las medidas preventivas, en el artículo 83, dice que el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) “condenará al infractor al momento de pronunciarse la resolución definitiva, a la reparación de los daños causados al medio ambiente y si el daño ocasionado fuere irreversible se condenará a las indemnizaciones a que hubiere lugar por la pérdida o destrucción de los recursos naturales o deterioro del medio ambiente, así como a las medidas compensatorias indispensables para restaurar los ecosistemas dañados.” Más adelante, el artículo 96 establece, sobre el valúo de daños al ambiente, que: Siempre que se imponga una sanción administrativa se ordenará al infractor la restauración, restitución o reparación del daño causado al ambiente, concediéndole un plazo prudencial para hacerlo. Caso de incumplimiento se procederá a determinar por peritos nombrados por el Ministerio el valor de la inversión que debe ser destinada a tales objetivos. La certificación del valúo y de la resolución que ordena la restauración, restitución o reparación del daño tendrá fuerza ejecutiva contra el infractor. Finalmente, el artículo 101 se refiere al ejercicio de la acción civil de reparación de daños ambientales causados a la comunidad, facultando, para ejercerla a: “ a) La persona natural o jurídica que haya sufrido el daño de manera directa e inmediata; b) Por cinco ciudadanos miembros de una comunidad que carezca de personalidad jurídica, debiendo adjuntar a la demanda los nombres y apellidos, número de cédulas, lugar de residencia, firma o huella digital del pulgar de la mano derecha de las personas que conforman la comunidad; y c) El Fiscal General de la República así como la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos.” Son grandes los avances que se han dado, en materia ambiental, desde la Conferencia de Río de Janeiro sobre Medio Ambiente y Desarrollo. No obstante, los problemas ambientales están lejos de ser resueltos. En el caso del daño ambiental, éste plantea una serie de dificultades, por su especificidad, al momento de su reparación. Lo anterior, es una de las razones por las que, en El Salvador, aún no se logra operativizar la Ley del Medio Ambiente en su totalidad. Declaración de Río de Janeiro de la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo. Disponible en www.un.org Ley del Medio Ambiente (1998). Disponible en www.jurisprudencia.gob.sv La Responsabilidad por el Daño Ambiental (s/f). PNUMA/ORPALC. Disponible en www.pnuma.org