Detenidas, Violadas y Desaparecidas

Detenidas, Violadas y
Desaparecidas
C
orría el primer mes del Golpe de Estado Cívico Militar, implantado el Terrorismo
de Estado en toda Argentina.
Un pequeño grupo de obreros textiles y de la construcción faltaron a sus
trabajos, con excusas de estar enfermos. Estos diez jóvenes se fueron concentrando
en una casa de seguridad, con excusa de festejar un cumpleaños, al rato empiezan a
llegar unos vehículos, dos camionetas y un coche, que entraron al garaje para evitar
ojos de vecinos indiscretos, salieron “tabicados” o sea escondidos, con pocos minutos
de diferencia y por caminos diferentes, iban a emprender una acción militar, tomar
prisionero a un coronel del ejercito para cambiarle por unos guerrilleros del ERP. Que
no estaban legalizados en el PEN.
Estas células formadas por jóvenes estudiantes universitarios proletarizados; que
dejaron sus estudios y las comodidades de las casas de sus padres, clase media, para
vivir y trabajar como pobres, sintiendo de esa manera sus verdaderas necesidades y
poder comprender mejor sus penurias ya que han tomado la decisión de luchar con
armas en las manos y hacer todo el sacrificio que sea necesario, como matar o morir,
intentando crear un país diferente, sin excluidos sociales y por lo tanto tenían que
saber con más exactitud los sentimientos del pueblo por el cual peleaban, tratando a la
vez de ser mejores personas, un cambio completo del sistema social arcaico y
explotador, buscando un futuro mejor, más justo, un gobierno del pueblo y para el
pueblo, con verdadera justicia social, levantando la bandera del Che y su lucha por un
mundo mejor, tratando cada uno de ser diferente a lo que fue y llegar a ser un hombre
nuevo, con muchos menos defectos, aceptando las criticas constructivas de sus
compañeros, auto criticarse y tratar de mejorar, para ser mejores personas y así los
nuevos combatientes seguirán sus ejemplos tratando a la vez de mejorar en sus vidas
cotidiana, sin egoísmos, envidias, ambiciones económicas desmedidas, sociales,
políticas burguesas, sin villas miserias ni desempleo, sin chicos en las calles ni
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familias que se vayan a dormir sin haber cenado porque no tenían con que preparar la
comida, crear fuentes de trabajo y enseñar algún oficio y cooperativizar a las
prostitutas y a los delincuentes comunes; con solidaridad, compañerismo, respeto,
altruismo, con ética y moral elevado. Hacer una revolución socialista con miras de
construir un comunismo, sin tantos ricos tan ricos y pobres tan pobres, mucho más
igualitario. Construir el paraíso aquí en la tierra, en argentina. No somos una pequeña
isla al que se le puede hacer bloqueos económicos y políticos y aislar del resto del
mundo, somos una gran Nación y podríamos ayudar a otros grupos guerrilleros
Guevaristas que deseen hacer lo mismo en su país o en cualquier lugar del mundo
donde se crea necesario.
Estas eran las ideas que asustaban a los burgueses capitalistas, a los
terratenientes, a los políticos corruptos y horrorizaba a las fuerzas armadas que en
verdad eran su brazo armado y que estaban en el alma de estos jóvenes con corazones
tan puros y dignos, mirando siempre el futuro, luchando según los pactos
internacionales y por supuesto respetando la vida de los prisioneros de guerra, no
como hicieron los milicos desde el primer golpe de estado que hicieron en el país en
1880, que se auto convencieron de que su ultimo grado militar es el de comandante en
jefe de las tres armas, que es el grado de quien ejerce la Presidencia de la Nación.
Se creían salvadores de la patria, excusas para eso nunca les falto, si no era por la
guerra civil, era por la corrupción imperante o era por el anarquismo o el peronismo o
por lo que se les antojaba, pero siempre con el apoyo de un grupo de políticos, de la
burguesía y de los grandes terratenientes.
Entre estos jóvenes combatientes estaban cuatro mujeres y nueve hombres. Los
que manejaban los vehículos también quedaron para participar. “Zulma” era la jefa
directa del operativo.
Pero había un traidor apodado el oso, dueño y chofer de una camioneta que estaba
en el sector logística y como tenia transportado a algunos de ellos en otra ocasión,
ahora estaba más o menos al tanto de la operación y puso sobre aviso a los militares
que se realizaría una acción en esa zona, dos del grupo estaban siendo seguidos por al
menos veinte milicos de inteligencia en diez autos. Se enteraron ese día de la casa de
seguridad, vieron entrar y dejaron salir al auto y las camionetas, la casa quedo
“quemada” y seria allanada horas más tarde.
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Cuando un grupo de contención cortó un cruce de avenida y calles ahí se dieron cuenta
los milicos, por la cercanía, que se trataba contra el coronel, por lo que le pusieron
sobre aviso de la posibilidad del ataque, esté reforzó su custodia pero tenía que seguir
su rutina para poder agarrar a todos los subversivos.
Una parte del grupo de ataque ametralla el coche de guardaespaldas que iba
adelante y que reaccionaron rápidamente disparando y arrojándose al asfalto mientras
se producía un nutrido tiroteo, el ejecito se hizo presente rodeando la zona y entrando
en combate, después de casi tres horas de enfrentamientos en el que mueren tres
custodios, cinco del ejercito y cuatro guerrilleros, una de las chicas queda herida y
Zulma fallece por los siete impactos recibidos, no pudiendo escapar combaten hasta la
ultima bala y se entregan los otros tres jóvenes que también estaban con heridas de
bala de diversas gravedad.
Mientras tanto el grupo de contención formado por una de las mujeres y tres
hombres se enfrentaba con una compañía de milicos que les tenían rodeado y
parapetados detrás de camiones con los que cortaron los accesos
Resistían heroicamente la andanada de ráfagas de todo calibre, no pudiendo replegarse
ni recibir ayuda, fallecieron en lucha cuatro tiras y dos de los rebeldes, se entregaron al
quedarse sin municiones y con heridas de bala leves María y su compañero, los cuales
fueron tomados prisioneros vivos y llevados dentro de los camiones y con destino
desconocido, seguro que a un cuartel o a un campo clandestino de detención.
Dentro de campo de mayo, fueron conducidos a celdas separadas y empezó el
“interrogatorio” apenas llego el general jefe del regimiento y el coronel a cargo de la
compañía.
Las picanas trabajaron arduamente en manos de los torturadores, los gritos de
dolor, impotencia, angustia, bronca, desesperación y odio, llegaban a los oídos de los
sobrevivientes y de otros cumpas que ya estaban allí hace unos días soportando el
mismo tormento.
Cuando lego el turno de las muchachas, empezaron con la picana para ablandarlas, al
no darles resultado se dieron el gusto Nietzscheano – Dionisiaco, de liberar sus
instintos y violarlas reiteradamente mientras las humillaban también en forma verbal. El
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tormento pasado en manos militares, degeneradas y asesinas, es en verdad
indescriptible, las terminaron drogando y vivas las subieron a un avión, arrojándolas al
océano, junto con sus cumpa y otros detenidos – desaparecidos, en uno de los
conocidos vuelos de la muerte tratando de esa forma de ocultar su cobardía.
Luis Alberto Benítez
Cuento Nº 85 y Común N· 50
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