(c) Copyright 2011, vLex. Todos los Derechos Reservados. Copia exclusivamente para uso personal. Se prohibe su distribuci—n o reproducci—n. Las causas de separaci—n en el Ordenamiento Jur’dico-Civil espa–ol: An‡lisis y valoraci—n cr’tica Revista Cr’tica de Derecho Inmobiliario - Nœm. 655, Noviembre - Diciembre 1999 Revista Cr’tica de Derecho Inmobiliario Nœm. 655, Noviembre - Diciembre 1999 Autor: Aurelia Mar’a Romero Coloma P‡ginas: 2423-2442 Id. vLex: VLEX-325259 http://vlex.com/vid/causas-separacion-ordenamiento-valoracion-325259 Texto Introducci—n al tema Las causas de separaci—n matrimonial: an‡lisis y problem‡tica Conclusiones Ê [Página 2423] Introducci—n al tema El matrimonio es una instituci—n jur’dica, contemplada por el legislador constitucional en el art’culo 32, que preceptœa que Çel hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jur’dicaÈ (apartado 1). ÇLa Ley regular‡ las formas de matrimonio, la edad y capacidad para contraerlo, los derechos y deberes de los c—nyuges, las causas de separaci—n y disoluci—n y sus efectosÈ (apartado 2). Efectivamente, el legislador ha previsto, tras la reforma operada por la Ley de 7 de julio de 1981, en sede de Derecho de Familia, unas causas de separaci—n matrimonial para aquellas situaciones que bien pudieran denominarse como crisis del matrimonio. Es, precisamente, la crisis jur’dica que da lugar a la separaci—n matrimonial, la que va Versi—n generada por el usuario Biblioteca Universidad De Navarra 16 de Marzo de 2011 P‡gina 1/18 Las causas de separaci—n en el Ordenamiento Jur’dico-Civil espa–ol: An‡lisis ... http://vlex.com/vid/causas-separacion-ordenamiento-valoracion-325259 a ser objeto de an‡lisis en este art’culo. Se trata, sin duda, de unas causales conflictivas, que dan lugar a polŽmica y que no siempre son f‡ciles de interpretar, como, por otra parte, nada hay f‡cil en el complejo mundo de la pareja matrimonial. El art’culo 82 del C—digo Civil, tras la reforma sufrida, ha dado entrada a las causales de separaci—n. Son un total de siete, agrupando en ellas tanto las causas de separaci—n-ruptura, cuanto las de separaci—n-remedio, de las que hablarŽ en p‡ginas siguientes. La separaci—n, tradicionalmente, ha venido regul‡ndose en distintos Ordenamientos Jur’dicos como una sanci—n, una pena, impuesta al c—nyuge culpable de un comportamiento il’cito en relaci—n con los deberes conyugales. Tras la reforma del 81, ya citada, la separaci—n deja de exigir, al menos con car‡cter absoluto, la tajante distinci—n entre c—nyuge culpable y c—nyuge inocente, si bien hay que admitir que siguen manteniŽndose causales de con[Página 2424] tenido culpabil’stico o que solamente legitiman para instar la separaci—n a uno solo de los esposos, todo ello junto al mutuo disenso y a las causas legales, pudiendo estas œltimas ser instadas por cualquiera de los c—nyuges. Hay que recordar que la Ley del Divorcio de la Segunda Repœblica espa–ola, de 2 de marzo de 1932, preceptu—, como una causa m‡s, Çla violaci—n de alguno de los deberes que impone el matrimonio y la conducta inmoral o deshonrosa de uno de los c—nyuges, que produzca tal perturbaci—n en las relaciones matrimoniales que hagan insoportable para el otro c—nyuge la continuaci—n de la vida comœnÈ. Nuestro C—digo Civil estableci—, en su art’culo 105, causas t’picas y taxativas de separaci—n basadas en la culpa de un c—nyuge. El c—nyuge inocente era el œnico legitimado para pedir la separaci—n, en virtud del art’culo 106. Los procesos de separaci—n conyugal se tramitaban, salvo excepciones aisladas, por los Tribunales eclesi‡sticos que ten’an reconocida la competencia para conocer de las causas matrimoniales relativas a los c—nyuges unidos por matrimonio can—nico. Seguidamente, voy a referirme a las causas de separaci—n conyugal contempladas en el C—digo Civil y a su comentario sistem‡tico, con la problem‡tica que ello conlleva. Las causas de separaci—n matrimonial: an‡lisis y problem‡tica El art’culo 82 de nuestro C—digo Civil contempla siete causas posibles de separaci—n conyugal, a efectos de su interposici—n. Voy a estudiarlas intentando hacer especial hincapiŽ en su valoraci—n e interpretaci—n jur’dicas. Versi—n generada por el usuario Biblioteca Universidad De Navarra 16 de Marzo de 2011 P‡gina 2/18 Las causas de separaci—n en el Ordenamiento Jur’dico-Civil espa–ol: An‡lisis ... http://vlex.com/vid/causas-separacion-ordenamiento-valoracion-325259 La primera causa establecida en el C—digo Civil es la siguiente: ÇEl abandono injustificado del hogar, la infidelidad conyugal, la conducta injuriosa o vejatoria y cualquier otra violaci—n grave o reiterada de los deberes conyugalesÈ. Como vemos, agrupa el apartado 1 de este art’culo 82, varias causales en una sola, aunque, naturalmente, cada una de ellas presenta una entidad propia, una autonom’a y, por tanto, su estudio ha de hacerse en este sentido. El abandono del hogar figuraba ya como causa leg’tima de separaci—n en el derogado art’culo 105. El texto actual incluye la expresi—n ÇinjustificadoÈ, si bien la doctrina jur’dica, generalmente, hab’a dado por entendida la exigencia de este requisito. Como indica Mariano L—pez Alarc—n [1], la noci—n de [Página 2425] abandono se refiere al c—nyuge que se aleja del hogar familiar de modo voluntario y con ‡nimo de romper la convivencia. Con esta conducta, se viola el deber de cohabitaci—n y, por lo tanto, no queda justificada por el hecho de que el c—nyuge que incurre en esta situaci—n atienda a la alimentaci—n de la familia. Por ello, ya Carlos Mar’a Entrena Klett matizaba diciendo que el abandono del hogar es un concepto m‡s amplio que el abandono de familia, aunque nuestro Tribunal Supremo identifica, sin embargo, abandono de hogar con abandono de familia en su Sentencia de 18 de noviembre de 1974 [2], en la que expres— que Ç...no debe interpretarse como el abandono f’sico del domicilio familiar, sino que debe comprender al c—nyuge que deja de cumplir los deberes legales de asistencia inherentes a la patria potestad y al matrimonio, aunque permanezca el marido en el domicilio familiarÈ. Desde mi punto de vista, pienso que hay que matizar y distinguir entre abandono del hogar e incumplimiento de los deberes asistenciales que corresponden al c—nyuge, pues estos œltimos ser’an subsumibles en el œltimo inciso del apartado 1 del art’culo 82, Çcualquier violaci—n grave o reiterada de los deberes conyugalesÈ. El abandono injustificado del hogar excluye la hip—tesis de separaci—n privada convencional. Esta œltima ser’a la acordada por los propios c—nyuges. Para un amplio sector doctrinal [3], en el abandono injustificado se pueden distinguir un corpus o elemento material, consistente en el hecho del apartamiento o distanciamiento de los esposos, y un elemento intencional o animus, por cuanto tal apartamiento debe responder al deseo o resoluci—n de poner fin a la comunidad conyugal. Como consecuencia, hay que concretar que la ausencia del hogar familiar ha de ser voluntaria, no forzada, como ser’a, por ejemplo, el supuesto del c—nyuge que se ve obligado a trasladarse a una ciudad lejana por motivos laborales. TambiŽn ha de ser injustificada, pues, como afirma el apartado 2 del art’culo 87 del C—digo Civil, Çla interrupci—n de la convivencia no implicar‡ el cese efectivo de la misma si obedece a motivos laborales, profesionales o a cualesquiera otros de naturaleza an‡logaÈ. Versi—n generada por el usuario Biblioteca Universidad De Navarra 16 de Marzo de 2011 P‡gina 3/18 Las causas de separaci—n en el Ordenamiento Jur’dico-Civil espa–ol: An‡lisis ... http://vlex.com/vid/causas-separacion-ordenamiento-valoracion-325259 El c—nyuge incurso en esta causal infringe el deber de convivencia, de cohabitaci—n. Hay que recordar, en este sentido, que el art’culo 68 del C—digo dispone que Çlos c—nyuges est‡n obligados a vivir juntos...È No obstante, hay que considerar que el abandono puede ser involuntario cuando el sujeto est‡ incurso en una perturbaci—n ps’quica o si ha sido impuesto por el otro c—nyuge, por un tercero o por una fuerza mayor, excluyŽndose, por tanto, [Página 2426] de esta causal. El hecho material del alejamiento, ausencia o separaci—n no basta para constituir abandono como causa del motivo que estamos contemplando, porque siempre es preciso el factor intencional, el animus, al que antes me he referido y, en concreto, la imputabilidad, calificada por el C—digo Civil con la terminolog’a de ÇinjustificadoÈ. El tŽrmino de imputabilidad es muy elocuente y expresivo y, aunque sea genuinamente penal, ayuda a comprender y a interpretar mejor lo que el legislador quiso decir. El abandono injustificado del hogar se circunscribe, por tanto, a la separaci—n de hecho establecida por decisi—n unilateral de uno de los c—nyuges. Por ÇhogarÈ que entender el domicilio familiar o conyugal a que se refiere el art’culo 70 del C—digo Civil, tal como un sector doctrinal ha puesto de manifiesto [4]. Dentro de la causa 1.a del art’culo 82 se incluye Çla infidelidad conyugalÈ, a la que voy a aludir a continuaci—n. Para analizar esta causal, hay que tener en cuenta que, segœn el art’culo 68, Çlos c—nyuges est‡n obligados a... guardarse fidelidadÈ. La infidelidad conyugal se configura, as’, como causa de separaci—n. La m‡s grave violaci—n a este deber est‡ constituido por el adulterio, aunque hay otras conductas igualmente atentatorias, como lo son las aberraciones sexuales, la heteroinseminaci—n artificial de la mujer sin el consentimiento de su marido, la sodom’a y el bestialismo. TambiŽn constituir’a, a mi juicio, infidelidad conyugal aquella conducta de un c—nyuge abiertamente inmoral y que tenga una entidad capaz de trascender en la esfera de la vida matrimonial. Para que la infidelidad conyugal sea motivo de separaci—n se requiere que exista efectiva convivencia conyugal, ya que el apartado 2 del nœmero 1 del art’culo dispone que Çno podr‡ invocarse como causa de infidelidad conyugal si existe previa separaci—n de hecho libremente consentida por ambos o impuesta por el que la alegueÈ. El problema estriba, sin embargo, en que ser‡ complicado determinar si la separaci—n de hecho devino previa a la infidelidad o a la inversa. La fidelidad, segœn V‡zquez Iruzubieta [5], es el corolario de la promesa de vida comœn, constituci—n de una familia y promesa de cohabitaci—n exclusiva que un hombre y una mujer se formulan con ocasi—n del matrimonio. Naturalmente, a la infidelidad conyugal heterosexual debe asimilarse, como ha Versi—n generada por el usuario Biblioteca Universidad De Navarra 16 de Marzo de 2011 P‡gina 4/18 Las causas de separaci—n en el Ordenamiento Jur’dico-Civil espa–ol: An‡lisis ... http://vlex.com/vid/causas-separacion-ordenamiento-valoracion-325259 expresado Fosar Benlloch [6], la homosexual y, en general, cua[Página 2427] lesquiera otras conductas sexuales incompatibles con la rec’proca disponibilidad afectiva de los c—nyuges entre s’. La Sentencia de 18 de mayo de 1983 es muy interesante por lo que hace al tema que estoy tratando, poniendo de manifiesto que Çla infidelidad del marido es causa suficiente para estimar la demanda, m‡xime si se tiene en cuenta la amplitud que conlleva por su propia ’ndole de fidelidad, concebida Žsta como una categor’a jur’dica y moral capaz de imponer a cada uno de los esposos en su ‡rea de influencia la observancia de una conducta inequ’voca y ausente de cualquier relaci—n que engendre una apariencia comprometedora y lesiva para el otro c—nyugeÈ. Como causal de separaci—n matrimonial, se incluye, asimismo, en el nœmero 1 del art’culo 82, Çla conducta injuriosa o vejatoria y cualquier otra violaci—n grave o reiterada de los deberes conyugalesÈ. Lo primero que hay que decir es que la conducta injuriosa o vejatoria constituye una infracci—n del deber de respeto que los c—nyuges se deben entre s’, pues recordemos que el art’culo 67 del C—digo Civil expresa que Çel marido y la mujer deben respetarse y ayudarse mutuamente y actuar en interŽs de la familiaÈ. Esta causal de separaci—n no se funda en unos actos aislados, espor‡dicos, sino en un comportamiento que se prolonga en el tiempo, que es permanente y continuado. No obstante, estimo que esta exigencia no debiera hacerse demasiado rigurosa, pues uno de los c—nyuges puede ampararse f‡cilmente en que los atentados y las faltas de respeto que haya cometido contra el otro esposo no han tenido una constancia ni permanencia temporal. Para L—pez Alarc—n [7] se descarta la conducta injuriosa cuando un c—nyuge obra en el calor de la ira o como respuesta a otra injuria o provocaci—n, o bien con la intenci—n de corregir a su esposo/a por excesos o desviaciones cometidos en su comportamiento conyugal. Desde mi punto de vista, estimo que incluso en los supuestos citados por L—pez Alarc—n puede darse esta causa de separaci—n que analizo, ya que su exclusi—n podr’a generar serios abusos por parte del c—nyuge que incurriera en dicha conducta injuriosa, m‡xime si sab’a que, en muchas ocasiones, iba a verse amparado por una a modo de Çcausa de justificaci—nÈ. En la actualidad, con la reforma operada en el C—digo Penal, Çes injuria la acci—n o expresi—n que lesionan la dignidad de otra persona, menoscabando su fama o atentado contra su propia estimaci—nÈ (art. 208). El motivo, por tanto, puede ser muy amplio y, en cualquier caso, queda matizado hoy en d’a por la dignidad de la persona, en cuanto fundamento del orden pol’tico y de la paz social, tal como lo ha instituido el legislador constitucional en el art’culo 10. [Página 2428] En cuanto a la conducta vejatoria, hay que hacer notar que es Žste un concepto m‡s Versi—n generada por el usuario Biblioteca Universidad De Navarra 16 de Marzo de 2011 P‡gina 5/18 Las causas de separaci—n en el Ordenamiento Jur’dico-Civil espa–ol: An‡lisis ... http://vlex.com/vid/causas-separacion-ordenamiento-valoracion-325259 grave que el anterior, pudiendo equipararse a malos tratamientos de obra o incluso verbales, siempre que estos œltimos tengan una entidad perturbadora de la convivencia conyugal. Para L—pez-Mu–iz Go–i [8], la vejaci—n es una injuria m‡s profunda, una actitud m‡s atentatoria a la propia dignidad de la persona, considerando este autor vejaci—n el obligar a la esposa a relaciones sexuales contra natura, la relaci—n sexual contra los propios deseos, los golpes o maltratos de obra. A mi juicio, esta causal se inserta a medio camino entre lo que constituyen deberes derivados del matrimonio, como lo es la rec’proca disponibilidad de los cuerpos en orden al acto sexual, y la libertad de la persona, valor humano fundamental, baluarte del desarrollo de la personalidad. Es causa de separaci—n Çcualquier otra violaci—n grave o reiterada de los deberes conyugalesÈ. Hay que hacer notar que, para instar la separaci—n matrimonial por este motivo, se exigen la gravedad o la reiteraci—n, requisitos estos que no aparecen en las anteriores causales. Hay un amplio abanico de posibilidades abarcadoras de esta causal. Es evidente que el legislador ha dejado una puerta abierta a muchas modalidades de incumplimiento por un c—nyuge de sus deberes conyugales. La Sentencia de 7 de febrero de 1984 estim— que Çlas violaciones de los deberes conyugales deben tener el car‡cter de graves, en. cuanto a consecuencia de las mismas hagan la vida en comœn excesivamente y demasiado dif’cil para el otro c—nyuge o los hijos, las cuales han de producirse de modo reiterativo, pues si fueran ocasionales no engendrar’an el malestar ni el temor futuro que justifican la separaci—n, y han de tener conexi—n con la vida en comœn, de suerte que la cesaci—n de Žsta sea remedio necesario para evitar la crueldad en. el trato y el consiguiente malestar conyugal...È La causa 2.a del art’culo 82 se refiere a Çcualquier violaci—n grave o reiterada de los deberes respecto de los hijos comunes o respecto de los de cualquiera de los c—nyuges que convivan en el hogar familiarÈ. Esta causal hay que ponerla en conexi—n ’ntima con el art’culo 154 del C—digo Civil, que, en sede de relaciones paterno-filiales, dispone que Çla patria potestad se ejercer‡ siempre en beneficio de los hijos, de acuerdo con su personalidad, y comprende los siguientes deberes y facultades: 1.a Velar por ellos, tenerlos en su compa–’a, alimentarlos, educarlos y procurarles una formaci—n integral. 2.a Representarlos y administrar sus bienes...È Hay que preguntarles cu‡les son los deberes que se tienen respecto de los hijos de un c—nyuge que conviven en el hogar familiar. A mi juicio, es [Página 2429] contraproducente imponer en el hogar familiar la convivencia de los hijos de uno solo de los esposos y, en todo caso, si se da esa convivencia, deber’a ser una situaci—n Versi—n generada por el usuario Biblioteca Universidad De Navarra 16 de Marzo de 2011 P‡gina 6/18 Las causas de separaci—n en el Ordenamiento Jur’dico-Civil espa–ol: An‡lisis ... http://vlex.com/vid/causas-separacion-ordenamiento-valoracion-325259 aceptada por el otro c—nyuge, para evitar, as’, disputas y el consiguiente deterioro de la paz y armon’a familiares. Algœn sector doctrinal ha puesto de manifiesto que, al ser el texto de esta causal muy amplio, est‡n tambiŽn incluidos los hijos mayores de edad, si bien podr’a alegarse que su exclusi—n est‡ justificada, por cuanto los padres no tienen legales para con ellos. Sin embargo, esta postura no es mantenible, pues, como expresa VçZQUEZ Iruzubieta [9], el interŽs comœn de la familia es uno de los deberes que la Ley impone a los c—nyuges de modo expreso, y familia es, en el concepto m‡s estricto, el grupo de personas que viven en un hogar comœn y est‡n unidas por el lazo del parentesco. Adem‡s, el texto se refiere a los hijos en general, no aludiŽndose, en concreto, a los que estŽn bajo la patria potestad y ampara, de forma loable, a los hijos de cualquiera de los c—nyuges que convivan en el hogar familiar. Esta extensi—n, que merece toda clase de alabanzas para el legislador, es consecuencia ineludible y humanitaria de la protecci—n prevista para los ni–os en los apartados 2 y 4 del art’culo 39 de nuestra Constituci—n. Recordemos, en este sentido, que la Carta Magna protege integralmente a los hijos, con independencia de su filiaci—n y que a los ni–os se les concede la protecci—n prevista en los Acuerdos Internacionales que velen por sus derechos. La causal 3.a del art’culo 82 del C—digo Civil prevŽ que se pueda instar la separaci—n matrimonial en base a Çla condena a pena de privaci—n de libertad por tiempo superior a seis a–osÈ. En la actualidad, con arreglo al nuevo C—digo Penal, esta pena se configura como grave, pues el art’culo 33 del Texto Punitivo expresa que Çson penas graves: a) La prisi—n superior a tres a–osÈ. Esta causal, segœn se–al— L—pez Alarc—n [10], implicaba que el c—nyuge sancionado con esa pena quedara descalificado socialmente y ante el otro c—nyuge en tŽrminos tales que es suficiente, por s’ sola, como situaci—n que da–a el honor matrimonial, impidiendo el cumplimiento de los deberes familiares y pudiendo contribuir a la ruptura de la comunidad conyugal. Estas razones movieron al legislador a incluir esta causal entre las que se deben a culpa de un c—nyuge, aunque directamente Žste no tuviera intenci—n de atentar contra el otro esposo, ni contra el interŽs de los hijos. Un sector doctrinal ha puesto de manifiesto que en esta causal se han utilizado unos juicios de valor que, en muchas ocasiones, no se corresponden con la idea de equidad. El propio texto no especifica que haya de tratarse de un hecho contra los inte[Página 2430] reses familiares, sea del otro c—nyuge, o de los hijos comunes o de los hijos propios. No se alcanza a ver, de este modo, por quŽ una condena penal puede suponer un agravio para el esposo ÇinocenteÈ, salvo que se entienda que, por las circunstancias de la ausencia a lo largo de esos a–os, sobreviene un incumplimiento de los deberes familiares, encuadrable, como causal, en la violaci—n grave o reiterada de los deberes conyugales, entendiendo por Žstos los auxilios econ—micos y los deberes ’ntimos Versi—n generada por el usuario Biblioteca Universidad De Navarra 16 de Marzo de 2011 P‡gina 7/18 Las causas de separaci—n en el Ordenamiento Jur’dico-Civil espa–ol: An‡lisis ... http://vlex.com/vid/causas-separacion-ordenamiento-valoracion-325259 matrimoniales [11]. En la actualidad, con la posibilidad de los permisos de fin de semana, las visitas ’ntimas a la c‡rcel y la autorizaci—n para trabajar fuera del establecimiento penitenciario han provocado que esta causal quede un tanto vac’a de contenido. Para Vega Sala [12] plantea problem‡tica este motivo de separaci—n matrimonial, por cuanto se funda en el mismo hecho de la condena y no en la efectiva comisi—n del delito. A mayor abundamiento, este autor se cuestiona sobre la posibilidad de que el delito por el que se haya condenado a uno de los c—nyuges pueda haber sido cometido en beneficio del otro esposo, con la paradoja de que se le reconoce al ÇinocenteÈ la posibilidad de instar la separaci—n por ello, lo cual no merece elogios para el legislador. Estimo, en vista de las cr’ticas examinadas a esta causal, que lo esencial, a la hora de instar la separaci—n conyugal por este motivo, ha de ser el efectivo incumplimiento por parte de un c—nyuge de sus deberes para con el otro, en funci—n de lo dispuesto en los art’culos 67 y 68 de nuestro C—digo Civil. La causal 4.a del citado art’culo 82 enumera hasta tres diferentes motivos, que hemos de analizar con la l—gica autonom’a, si bien, por razones de ’ndole sistem‡tica, las tres aparecen en la misma causal. Dice el precepto que Çson causas de separaci—n... 4.a El alcoholismo, la toxicoman’a o las perturbaciones mentales, siempre que el interŽs del otro c—nyuge o el de la familia exijan la suspensi—n de la convivenciaÈ. Con relaci—n al primer motivo, el alcoholismo, hay que hacer notar que, segœn la Organizaci—n Mundial de la Salud, son alcoh—licos los que beben en exceso y cuya dependencia respecto del alcohol ha alcanzado un grado tal que determina la aparici—n de visibles perturbaciones mentales o cierta interferencia en la salud f’sica, en relaciones interpersonales y en el adecuado funcionamiento social y econ—mico, o los que muestran signos prodr—micos a dichos fen—menos. La inclusi—n del alcoholismo como causal supone una importante y profunda novedad legislativa, pues, efectivamente, el legislador se toma sensible a los problemas y dificultades de toda ’ndole que pueden romper la armon’a [Página 2431] familiar y que sean fruto o consecuencia del alcoholismo de uno de los componentes de la pareja matrimonial. No obstante, hay que matizar claramente, ya que el c—nyuge ÇinocenteÈ no podr‡ instar esta causal m‡s que cuando su propio interŽs o el de la familia exijan la suspensi—n de la convivencia marital y no en otros supuestos, pues hay que reconocer que no debe d‡rsele una desmesurada extensi—n a esta causal, debiŽndose exigir dictamen pericial a los efectos de comprobar que el alcoholismo ha arraigado como enfermedad en el sujeto, no debiŽndose instar, por esta v’a, en funci—n s—lo de actos espor‡dicos de un c—nyuge, cual ser’a el supuesto de una borrachera que, provocando intoxicaci—n et’lica, supusiera meramente un Versi—n generada por el usuario Biblioteca Universidad De Navarra 16 de Marzo de 2011 P‡gina 8/18 Las causas de separaci—n en el Ordenamiento Jur’dico-Civil espa–ol: An‡lisis ... http://vlex.com/vid/causas-separacion-ordenamiento-valoracion-325259 comportamiento aislado y no reiterativo. Matizar esto es conveniente al objeto de evitar posibles abusos e incluso fraudes a la hora de que el esposo ÇinocenteÈ inste la separaci—n por este motivo. Por lo que hace al segundo motivo enumerado en la causal 4.a del art’culo 82, Çla toxicoman’aÈ, puede denominarse tambiŽn drogadicci—n, y es un estado en el que la persona y su existencia est‡ no s—lo influenciada, sino condicionada totalmente por la ingesti—n o toma de productos t—xicos, como la coca’na, hero’na, LSD, marihuana o psicof‡rmacos. Hay que esclarecer, ante todo, que la toxicoman’a provoca una modificaci—n y alteraci—n de la conducta y, una vez llegado a un cierto grado de intoxicaci—n, el sujeto pierde su capacidad para el desenvolvimiento normal de las relaciones conyugales, produciŽndose una grave desarmon’a familiar que el Ordenamiento Jur’dico Civil se preocupa de contemplar en cuanto causal de separaci—n conyugal. Para Rey Huidobro [13], no es necesario haber alcanzado una plena dependencia f’sica y ps’quica de las drogas para que el abuso de la misma pueda originar una causa de separaci—n, ya que su consumo habitual puede volver a la convivencia intolerable y provocar graves perjuicios a la educaci—n de la prole, dando con ello lugar a alguna de las restantes causas previstas en el C—digo Civil, como pueden ser la conducta injuriosa o vejatoria o cualquier otra violaci—n grave o reiterada de los deberes conyugales. Hay que concluir en el sentido de afirmar que la toxicoman’a es una grave perturbaci—n del comportamiento y cuyas similitudes con la enfermedad mental son, efectivamente, profundas. El c—nyuge adicto es un enfermo y, como tal, mal podr‡ hacer frente a sus obligaciones para con la familia en ese estado. Por fin, el œltimo motivo contemplado en la causal 4.a del art’culo 82 es Çlas perturbaciones mentalesÈ. Esta causal aparece ’ntimamente ligada, desde el punto de vista sistem‡tico, al alcoholismo y a la toxicoman’a, porque muchas perturbaciones men[Página 2432] tales son consecuencia del alcoholismo y de la drogadicci—n. No obstante, hay perturbaciones mentales que, como algœn sector doctrinal ha expresado [14], atacan a los seres humanos sin que encuentren su raz—n de existencia en el alcoholismo o la drogadicci—n. De ah’ que el legislador haya considerado oportuno estudiarlas conjuntamente, en la misma causal, pero con una entidad propia cada una de ellas. Esta causa de separaci—n matrimonial tiene la limitaci—n -al igual que el alcoholismo y la toxicoman’a- de poderse invocar solamente Çcuando el interŽs del otro c—nyuge o el de la familia exijan la suspensi—n de la convivenciaÈ. Hay que entender que las perturbaciones mentales, a que hace referencia esta causal, han de ser efectivamente graves, no bastando un simple episodio pasajero de trastornos ps’quicos, sino exigiŽndose una permanencia en dicho trastorno. De lo contrario, esta causal podr’a convertirse en una especie de Çcaj—n de sastreÈ y ser’a susceptible de Versi—n generada por el usuario Biblioteca Universidad De Navarra 16 de Marzo de 2011 P‡gina 9/18 Las causas de separaci—n en el Ordenamiento Jur’dico-Civil espa–ol: An‡lisis ... http://vlex.com/vid/causas-separacion-ordenamiento-valoracion-325259 dar lugar a muchos abusos por parte del c—nyuge ÇinocenteÈ, es decir, del mentalmente sano. JosŽ Antonio Doral puso de manifiesto que el tŽrmino Çperturbaciones mentalesÈ era m‡s amplio que el tradicional de Çenajenaci—n mentalÈ [15]. Vega Sala, por su parte [16], hac’a alusi—n a las dificultades que pueden surgir al respecto por la gran variedad de perturbaciones mentales, su distinto grado de perturbaci—n y las mœltiples variantes que las mismas comportan. Para Romero Coloma [17] deben incluirse, entre las alteraciones mentales, los siguientes trastornos: La neurosis, la esquizofrenia, la histeria, las fobias, la depresi—n o melancol’a, las man’as y la paranoia, concluyendo en el sentido de mostrar su preocupaci—n, como jurista, por la contradicci—n existente entre el deber de los c—nyuges de ayudarse mutuamente, ex art’culo 67 del C—digo Civil, y de socorrerse, ex art’culo 68 del citado corpus legal, y la separaci—n por perturbaci—n mental. En parecidos tŽrminos se expresa L—pez Mu–iz-Go–i, afirmando que es precisamente en estos casos de perturbaciones mentales cuando el c—nyuge enfermo necesita m‡s que nunca el apoyo familiar para seguir adelante [18]. En cualquier caso, hay que ser cuidadosos y restrictivos con esta causal, tal como expres— la Sentencia de 17 de junio de 1986, afirmando que Çaunque la expresi—n de perturbaci—n mental, a la que se refiere el art’culo 82.4 del [Página 2433] C—digo Civil, como causa de separaci—n matrimonial, parece m‡s amplia que la de enajenaci—n mental, y puede incluirse dentro de la misma todo estado o situaci—n ps’quica anormal, como es la padecida por la esposa; sin embargo, de los elementos probatorios no se infiere que los padecimientos sean de extrema gravedad, de car‡cter irreversible y de peligrosidad para la familia, hasta el punto de impedir la convivencia en tŽrminos gravemente perjudiciales, excluyendo toda presunci—n racional de restablecimiento de la enferma, exigencias que, aunque no requeridas por el citado art’culo, son. del todo l—gicas... Al tŽrmino interŽs del otro c—nyuge, que aparece en. el art’culo 82.4 del C—digo Civil, no debe otorg‡rsele una significaci—n meramente materialista, sino un sentido m‡s humanitario, m‡xime teniendo en. cuenta que el precepto olvida a la enferma, la cual, por su situaci—n, deber’a ser la m‡s amparada en su personal interŽs, centrado en la necesidad de ser asistida y no quedar abandonada, debiendo conjugarse, por tanto, ambos interesesÈ. Los apartados 5 y 6 del art’culo 82 del C—digo Civil admiten como causales de separaci—n: Ça) El cese -deber’a decir Çcesaci—nÈ- efectivo de la convivencia conyugal durante seis meses, libremente consentido; b) El cese efectivo de la convivencia conyugal durante el plazo de tres a–osÈ. Estas causales implican la ruptura de la comunidad de vida y afecto, proyect‡ndose en dos dimensiones o a dos niveles: De un lado, la ruptura de la cohabitaci—n f’sica de los esposos, y, de otro lado, la ruptura del amor conyugal, con la consiguiente quiebra para la afectividad marital. Segœn L—pez Alarc—n [19], la separaci—n es efectiva cuando es real, seria, externa y continuada, destruyendo la convivencia, siendo la separaci—n material -ruptura de la cohabitaci—n- y espiritual -decadencia del amor Versi—n generada por el usuario Biblioteca Universidad De Navarra 16 de Marzo de 2011 P‡gina 10/18 Las causas de separaci—n en el Ordenamiento Jur’dico-Civil espa–ol: An‡lisis ... http://vlex.com/vid/causas-separacion-ordenamiento-valoracion-325259 conyugal-. Desde mi punto de vista, entiendo que estas causales se producen precisamente como consecuencia de haber cesado la convivencia conyugal, pudiŽndose instar entonces la separaci—n y no a la inversa. Segœn Manuel Pons Gonz‡lez y Miguel angel del Arco Torres [20], si los dos c—nyuges deciden suspender la convivencia conyugal, para que se pueda solicitar la separaci—n por la causal a), se necesita, adem‡s, el requisito espec’fico del transcurso del plazo de seis meses o, en otras palabras, la separaci—n de hecho consentida unida al citado plazo son las condiciones v‡lidas para constituir una causa de separaci—n. Comparto la opini—n de Garc’a Cantero, en el sentido de entender que dicha separaci—n de hecho ni siquiera el corpus, es decir, el alejamiento f’sico de los c—nyuges, bastando el animus o prop—sito conjunto de ambos [Página 2434] c—nyuges de romper la convivencia, sin la exigencia del concierto de voluntades a esa cesaci—n de la misma, pues el silencio se convierte en una declaraci—n afirmativa de voluntad [21]. En este sentido, expresa el C—digo Civil que Çse entender‡ libremente prestado este consentimiento cuando un c—nyuge requiriese fehacientemente al otro para prestarlo, apercibiŽndole expresamente de las consecuencias de ello, y Žste no mostrase su voluntad en contra por cualquier medio admitido en Derecho o pidiese la separaci—n o las medidas provisionales a que se refiere el art’culo 103, en el plazo de seis meses, a partir del citado requerimientoÈ. Los medios de prueba admitidos en Derecho pueden reconducirse a la documental, pœblica o privada, la testifical y las presunciones de hecho. En cuanto a la causal 6.a del art’culo 82, Çel cese efectivo de la convivencia conyugal durante el plazo de tres a–osÈ es la ruptura de la convivencia el fundamento legal para instar la solicitud. La Sentencia de 21 de septiembre de 1983, se–al— que Ç...lo œnico que exige, como elemento absolutamente decisorio, es el cese efectivo de la convivencia conyugal durante un per’odo de tiempo m‡s o menos largo, segœn los casos, de tal manera que esa situaci—n de hecho signifique y revele que la voluntad de uno o de ambos c—nyuges no es el resultado de una decisi—n brusca y moment‡nea, sino la expresi—n consciente y deliberada y, por lo tanto, firme de la imposibilidad de una convivencia matrimonial cualquiera que sea la culpa que la produce y, ante tal constataci—n, la Ley permite resolver aquello que a lo largo de un tiempo prudencial se ha mostrado inviable...È La causa 7.a del art’culo 82 prevŽ, como causales de separaci—n conyugal, Çcualquiera de las causas de divorcio en los tŽrminos previstos en los nœmeros 3, 4 y 5 del art’culo 86È. Estas causas son: El cese efectivo de la convivencia conyugal durante dos a–os, desde la separaci—n de hecho consentida o de la declaraci—n de ausencia de uno de los c—nyuges, o cuando al iniciarse la separaci—n de hecho estuviese el otro incurso en causa de separaci—n; el mismo cese efectivo durante cinco a–os sin el concurso de ninguna otra circunstancia, y la condena en sentencia firme por atentar contra la vida del c—nyuge, sus ascendientes Versi—n generada por el usuario Biblioteca Universidad De Navarra 16 de Marzo de 2011 P‡gina 11/18 Las causas de separaci—n en el Ordenamiento Jur’dico-Civil espa–ol: An‡lisis ... http://vlex.com/vid/causas-separacion-ordenamiento-valoracion-325259 o descendientes. Segœn Lacruz Berdejo y Sancho Rebullida [22], la primera causa -cesaci—n efectiva de la convivencia conyugal durante dos a–os, desde la separaci—n de hecho consentidaes absurda, ya que, conforme al nœmero 5 del art’culo 82, se puede instar la separaci—n judicial a los seis meses de la cesi—n de la convivencia libremente consentida, por lo que, a todas luces, [Página 2435] resulta chocante esta remisi—n y aplicaci—n del plazo de dos a–os desde que se consiente la separaci—n de hecho. No obstante, como ha expresado Fosar Benlloch [23], la articulaci—n de esta causa de divorcio como de separaci—n lo que ha pretendido es hacer una concesi—n al Çdivorcio de los cat—licosÈ, no oblig‡ndoles a articularla como disoluci—n del v’nculo, lo que podr’a permitir meramente una modificaci—n del mismo. Se admite tambiŽn como causal la cesaci—n de la convivencia conyugal durante dos a–os, referida a la declaraci—n de ausencia legal. Segœn Lacruz Berdejo y Sancho Rebullida [24], parece que no afectar‡ al divorcio ni al eventual matrimonio sucesivo del c—nyuge presente, la ulterior reaparici—n del declarado ausente, pues, si su reaparici—n tiene lugar despuŽs de los dos a–os de la declaraci—n de ausencia y, con la reaparici—n, no se reanuda la convivencia conyugal, el mismo reaparecido puede instar el divorcio. Se admite, igualmente, que un c—nyuge pueda solicitar la separaci—n siempre que acredite que, al iniciarse la de hecho, el otro estaba incurso en causal de aquŽlla. En este supuesto, s—lo podr‡ demandar el c—nyuge no incurso en causa de separaci—n. Por lo que hace a la cesaci—n efectiva de la convivencia conyugal durante, al menos, cinco a–os, a petici—n de cualquiera de los esposos, me parece que es totalmente il—gica, porque, si puede instarse la separaci—n a los tres a–os, ÀquŽ sentido tiene esperar a un plazo m‡s largo? Por œltimo, la causal consistente en la condena en sentencia firme por atentar contra la vida del c—nyuge, sus ascendientes o descendientes, hay que matizar que la especial gravedad de los hechos contemplados por el legislador merecieron que se constituyera esta causal, no s—lo como de divorcio, sino tambiŽn, muy acertadamente, como de separaci—n. Conclusiones En nuestro pa’s, a la vista de los planteamientos examinados, observamos, en primer lugar, que la separaci—n matrimonial, en determinadas ocasiones y supuestos, abre los cauces para el divorcio. Este hecho no tiene nada de extra–o, habida cuenta que Versi—n generada por el usuario Biblioteca Universidad De Navarra 16 de Marzo de 2011 P‡gina 12/18 Las causas de separaci—n en el Ordenamiento Jur’dico-Civil espa–ol: An‡lisis ... http://vlex.com/vid/causas-separacion-ordenamiento-valoracion-325259 en algunos pa’ses de nuestro entorno se tiende a considerar, especialmente en las legislaciones divorcistas, la separaci—n legal como una situaci—n antecedente a la disoluci—n del matrimonio. [Página 2436] Se ha producido, as’, el acercamiento entre causas de separaci—n y causas de divorcio. Merece la pena resaltar, tras la Ley de Reforma del Matrimonio, las clases de separaci—n que, hoy en d’a, admite nuestro Ordenamiento Jur’dico, matizando cu‡ndo nos encontramos con un supuesto de separaci—n en el que a uno de los c—nyuges se le configura como culpable y distinguiŽndolo de aquellos supuestos en los que la separaci—n constituye en realidad un remedio para aquellos matrimonios rotos y que no tienen posibilidad alguna de reconciliaci—n. En el mismo sentido, me voy a referir a aquellas causales de separaci—n que son autŽnticas sanciones para el c—nyuge demandado. Nuestro Ordenamiento Jur’dico Civil admite, en la actualidad, la separaci—n de hecho, de un lado, y, de otro, la judicial, as’ como la de mutuo acuerdo. Es separaci—n de hecho aquel status alcanzado al margen de toda intervenci—n judicial, si bien, obtenida una sentencia, en su caso, Žsta va a ser tenida en cuenta y a desplegar todos sus efectos en el procedimiento del que traiga su causa. La separaci—n de hecho provoca la legal y, tal como expuso V’ctor Reina [25], significa la ruptura de la comunidad de vida conyugal, aunque sin sanci—n o reconocimiento judicial. En definitiva, la separaci—n de hecho es fruto siempre de un acuerdo privado entre los esposos, que deciden dejar de vivir juntos, adquiriendo eficacia lo pactado por ellos, aunque no exista homologaci—n judicial. La Sentencia de 2 de diciembre de 1982, determin— que Çla separaci—n matrimonial de hecho no hace desaparecer los deberes derivados de la relaci—n conyugal, ni otorga un omn’modo derecho de libertad a los c—nyuges, y esta subsistencia de deberes es igual para uno y otro...È La separaci—n judicial es, de otro lado, la decretada por el —rgano jurisdiccional competente al efecto, dict‡ndose sentencia tras la comprobaci—n de la ruptura de la convivencia conyugal durante el lapso de tiempo establecido por el legislador. Nuestro C—digo Civil distingue claramente dos clases de separaci—n judicial: La consensual y la causal. La consensual tiene lugar cuando ambos c—nyuges la solicitan de comœn acuerdo, o uno de ellos con el consentimiento del otro, transcurrido un a–o desde que contrajeron matrimonio y sin necesidad de alegar causa legal. Algœn sector doctrinal ha llamado a esta clase de separaci—n como negocial. La separaci—n causal tiene lugar a petici—n de uno de los c—nyuges cuando el otro estŽ incurso en causa legal de separaci—n. En cuanto a la separaci—n de mutuo acuerdo, es un procedimiento que resulta r‡pido y econ—mico para los c—nyuges. Las funciones jurisdiccionales son, l—gicamente, muy limitadas en esta clase de separaci—n, siendo su inter- Versi—n generada por el usuario Biblioteca Universidad De Navarra 16 de Marzo de 2011 P‡gina 13/18 Las causas de separaci—n en el Ordenamiento Jur’dico-Civil espa–ol: An‡lisis ... http://vlex.com/vid/causas-separacion-ordenamiento-valoracion-325259 [Página 2437] venci—n meramente circunstancial, siempre que el convenio regulador que presenten no sea gravemente lesivo o perjudicial para uno de los esposos o para los hijos, en su caso. Queda ahora por dilucidar si las causas que el legislador espa–ol ha contemplado en el art’culo 82 del C—digo Civil son objetivas o no. A ello voy a referirme a continuaci—n. Como expresan Manuel Pons Gonz‡lez y Miguel angel del Arco Torres [26], tradicionalmente, tanto la separaci—n como el divorcio ven’an siendo regulados en los Ordenamientos Jur’dicos como una sanci—n impuesta al c—nyuge culpable por infracci—n de los deberes conyugales. Se entend’a, en consecuencia, que, si la convivencia conyugal se hac’a imposible por motivos intr’nsecos, era porque uno de los c—nyuges hab’a provocado dicha situaci—n con actos antijur’dicos y hab’a que inculparle y sancionarle, apart‡ndole del c—nyuge ÇinocenteÈ y de los hijos e imponiŽndole las cargas derivadas de la sentencia y de la nueva situaci—n creada por la misma. Sin embargo, la experiencia demostr— que no era posible ni deseable encuadrar las transgresiones contra el orden jur’dico-matrimonial en un determinado nœmero de causas t’picas de separaci—n culpable, porque, de esta manera, lo que se estaba haciendo, de un modo indirecto, era censurar social y jur’dicamente a uno de los miembros de la pareja y esta ÇtachaÈ era contraproducente, contribuyendo a aumentar la ya de por s’ inestable situaci—n del esposo considerado culpable. De ah’ que las legislaciones decidieran introducir la separaci—n por causas objetivas, sin hacer expresas referencias a conductas culpables. El C—digo Civil espa–ol, antes de la reforma de 1981, establec’a causas t’picas y taxativas de separaci—n, basadas en la culpa de un esposo, estando legitimado para instarla solamente el c—nyuge ÇinocenteÈ. Hoy d’a, con criterios dignos de elogio, se ha suavizado el rŽgimen antecedente, pero no se ha llegado a eliminar por completo la distinci—n entre c—nyuge ÇculpableÈ y c—nyuge ÇinocenteÈ. Se mantienen, en efecto, causas ÇculpablesÈ o culpabil’sticas, aunque un sector de la doctrina jurisprudencial se mostraba muy cauto en este aspecto, afirmando que Çdesaparecido de la Ley el concepto de c—nyuge culpable y de c—nyuge inocente, la actual redacci—n del C—digo Civil se orienta en el sentido de regular las consecuencias de la crisis matrimonial que da lugar a Áa separaci—n o al divorcio con vocaci—n de futuro, atendiendo a lo m‡s beneficioso o, si se prefiere, lo menos malo, para los hijos y los propios c—nyuges, huyendo de reproches y castigos que conducen a consecuencias frecuentemente absurdas y negativas para los propios implicados, adem‡s de injustas por limitar el an‡lisis de la [Página 2438] ruptura de la convivencia a ciertos hechos externos reprochablesÈ (Sentencia de 3 de enero de 1983). Versi—n generada por el usuario Biblioteca Universidad De Navarra 16 de Marzo de 2011 P‡gina 14/18 Las causas de separaci—n en el Ordenamiento Jur’dico-Civil espa–ol: An‡lisis ... http://vlex.com/vid/causas-separacion-ordenamiento-valoracion-325259 Si nos detenemos un instante en algunas de las causales contempladas por el legislador, observaremos que, efectivamente, hay aœn criterios culpabil’sticos o culpables a la hora de determinar la legitimaci—n procesal de un c—nyuge. As’, recordemos, por ejemplo, la causal 4.a, fundada en que uno de los esposos es alcoh—lico o toxic—mano o padece perturbaciones mentales. No puede afirmarse que esta causal sea tŽcnicamente objetiva y que lo que pretende es constatar la ruptura de la vida en comœn de los casados, el fracaso del matrimonio. Ya Entrena Klett entend’a que no resultaba correcto el tŽrmino de ÇinterŽsÈ empleado por el legislador, porque resulta muy el‡stico y materialista, siendo mejor el equivalente de Çpaz familiarÈ, o quiz‡ los de ÇsegundadÈ o Çconvivencia arm—nicaÈ, apuntando este mismo autor, con raz—n, que la causal 4.a no es afortunada al hablar de ÇinterŽs del otro c—nyugeÈ, porque, cesado el amor hasta el grado de instarse la separaci—n, el interŽs del otro c—nyuge estriba precisamente en separarse del enfermo, con lo que se identifica la causa legal y el beneficio procurado por el particular, lo que constituye un grave error de tŽcnica jur’dica, siendo contradictorio con la obligaci—n de socorrerse mutuamente que proclama el art’culo 68 del C—digo Civil, concluyendo en que la interpretaci—n de esta norma ha de ser restrictiva [27]. En el fondo de esta causal 4.a late aœn el sistema de separaci—n en cuanto sanci—n al c—nyuge que ha ca’do en estas conductas y no es de recibo sostener que esta causal se configura estrictamente como objetiva. No lo entendi— as’, sin embargo, nuestra doctrina jurisprudencial. En este sentido, la Sentencia de 24 de abril de 1989, afirm— que Ç...se ha superado el sistema de separaci—n-sanci—n, por lo que el legislador deliberadamente evita emplear la terminolog’a de c—nyuge culpable o inocente, que part’a de la err—nea idea de que la misi—n de los Tribunales de Justicia en. las crisis matrimoniales consiste en. determinar culpabilidades, en. lugar de resolver conflictos, con. el m‡ximo respeto a la esfera de los afectos humanos, que no corresponde a los Tribunales enjuiciar. La resoluci—n judicial de separaci—n no es una reacci—n sancionadora frente a un comportamiento culpable, sino una forma de tratar jur’dicamente Áas crisis matrimoniales, d‡ndoles una salida respetuosa con los diferentes intereses personales y familiares, y por ello se prevŽ que pueda decretarse judicialmente la separaci—n a petici—n de ambos c—nyuges o de uno con. el consentimiento del otro (separaci—n consensual) o por cualquiera de ellos cuando haya transcurrido un determinado per’odo de cese efectivo de la convivencia (art. 82.6.a), transformando en separaci—n judicial, legal[Página 2439] mente reconocida, una situaci—n de separaci—n de hecho, con. independencia de las razones que la motivase, sin que el Juez pueda entrar a examinar y decidir sobre la conveniencia de la separaci—n, sino œnicamente comprobar la existencia de causa legalmente reconocida, y sin que -ni siquiera en. el caso de causas subjetivas imputables a uno de los esposos-, ello implique declaraci—n de culpabilidad o inocencia...È El legislador ha pretendido pasar de un sistema de separaci—n por culpa a uno de Versi—n generada por el usuario Biblioteca Universidad De Navarra 16 de Marzo de 2011 P‡gina 15/18 Las causas de separaci—n en el Ordenamiento Jur’dico-Civil espa–ol: An‡lisis ... http://vlex.com/vid/causas-separacion-ordenamiento-valoracion-325259 separaci—n-remedio. De ah’ que en la regulaci—n jur’dica se omita toda referencia a la idea de culpa en cualquiera de los c—nyuges. Pero, no obstante, estimo que en determinadas causales sigue persistiendo esa idea y, como tal, aflora al exterior. No hay duda que, si uno de los esposos infringe alguno de los deberes que le imponen los art’culos 67 y 68 del C—digo Civil, el otro esposo estar‡ legitimado para instar la separaci—n, por lo que no puede hablarse solamente de separaci—n-remedio en nuestro sistema jur’dico-matrimonial, sino tambiŽn, aunque la norma no lo indique, de separaci—n-sanci—n, pues ser‡, en estos supuestos, el c—nyuge ÇinocenteÈ el legitimado para instarla. En l’neas generales, podemos concluir afirmando que la regulaci—n jur’dica de la separaci—n matrimonial en nuestro Ordenamiento es bastante acertada y positiva, si bien hay que tener en cuenta que el legislador podr’a haber matizado m‡s a la hora de establecer las causales respectivas, al objeto de que se hubiera eliminado, por fin, cualquier referencia a culpabilidad o inocencia de uno de los c—nyuges. En cualquier caso, hay que recordar que, al haberse introducido en nuestro Ordenamiento Jur’dico el divorcio vincular, la separaci—n conyugal ha dejado de ser la œnica soluci—n jur’dica que se le plantea a un c—nyuge para escapar de una situaci—n de crisis, siendo loable, adem‡s, que los c—nyuges puedan valerse del instituto de la separaci—n como escal—n o puente hacia el divorcio. ----------------------------------------------------------NOTAS [1] L—pez Alarc—n, Mariano, ÇLa separaci—n judicial por culpa y su conexi—n con el divorcioÈ, en la Revista La Ley, a–o 111, 9 de febrero de 1982. [2] Entrena Klett, Carlos Mar’a, Matrimonio, separaci—n y divorcio, Madrid, 1981. [3] Romero Coloma, Aurelia Mar’a, El matrimonio y sus crisis jur’dicas: problem‡tica civil y procesal, Barcelona, 1990. [4] Pons Gonz‡lez, Manuel y Del Arco Torres, Miguel angel, Separaci—n, divorcio y nulidad matrimonial: rŽgimen jur’dico, Granada, 1985. [5] V‡zquez Iruzubieta, Carlos, RŽgimen jur’dico de la celebraci—n y disoluci—n del matrimonio, Madrid, 1981. [6] Fosar Benlloch, Enrique, ÇLa separaci—n y el divorcio en el Derecho espa–ol vigenteÈ, en Estudios de Derecho de Familia, Barcelona, 1981. [7] L—pez Alarc—n, Mariano, ÇLa separaci—n personal de los c—nyuges como presupuesto del divorcioÈ, en la Revista La Ley, a–o 11, diciembre de 1981. [8] L—pez Mu–iz Co–i, La ley de divorcio. Experiencias en su aplicaci—n, Madrid, 1982. Versi—n generada por el usuario Biblioteca Universidad De Navarra 16 de Marzo de 2011 P‡gina 16/18 Las causas de separaci—n en el Ordenamiento Jur’dico-Civil espa–ol: An‡lisis ... http://vlex.com/vid/causas-separacion-ordenamiento-valoracion-325259 [9] V‡zquez Iruzubieta, Carlos, obra citada en nota 5. [10] L—pez Alarc—n, Mariano, ÇLa separaci—n judicial por culpa y su conexi—n con el divorcioÈ, citado. [11] Romero Coloma, Aurelia Mar’a, obra citada en nota 3. [12] Vega Sala, F., S’ntesis pr‡ctica sobre la regulaci—n del divorcio en Espa–a, Barcelona, 1981. [13] Rey Huidobro, F., ÇProyecci—n de los estupefacientes en el ‡mbito del Derecho CivilÈ, en Bolet’n de informaci—n del Ministerio de Justicia, 5 de febrero de 1984. [14] Romero Coloma, Aurelia Mar’a, ÇLa separaci—n matrimonial por causa de perturbaciones ps’quicas en el Ordenamiento Civil espa–olÈ, en Actualidad y Derecho, 21 al 27 de marzo de 1994. [15] Doral, JosŽ Antonio, Matrimonio y divorcio. Comentarios al nuevo T’tulo IV del Libro Primero del C—digo Civil, Madrid, 1982. [16] Vega Sala, S’ntesis pr‡ctica de la regulaci—n del divorcio en Espa–a, citado. [17] Romero Coloma, Aurelia Mar’a, ÇLa separaci—n matrimonial por causa de perturbaciones ps’quicas...È, citado. [18] L—pez-Mu–iz Go–i, La Ley de divorcio..., citado. [19] L—pez Alarc—n, Mariano, ÇLa separaci—n judicial por culpa y su conexi—n con el divorcioÈ, citado. [20] Pons Gonz‡lez, Manuel, y Del Arco Torres, Miguel angel, Separaci—n, divorcio y nulidad matrimonial..., citado. [21] Garc’a Cantero, Gabriel, El v’nculo del matrimonio civil en el Derecho espa–ol, Consejo Superior de Investigaciones Cient’ficas, Roma-Madrid, 1959. [22] Lacruz Berdeio, JosŽ Luis y Sancho Rebullida, Derecho de Familia, fasc’culo segundo, Barcelona, 1982. [23] Fosar Benlloch, Enrique, La separaci—n y el divorcio en el Derecho espa–ol vigente, citado. [24] Lacruz Berdejo, JosŽ Luis y otros, El nuevo rŽgimen de la familia. I. Matrimonio y divorcio, Madrid, 1982. [25] Reina, V’ctor, Culpabilidad conyugal y separaci—n, divorcio o nulidad, Barcelona, 1984. Versi—n generada por el usuario Biblioteca Universidad De Navarra 16 de Marzo de 2011 P‡gina 17/18 Las causas de separaci—n en el Ordenamiento Jur’dico-Civil espa–ol: An‡lisis ... http://vlex.com/vid/causas-separacion-ordenamiento-valoracion-325259 [26] Pons Gonz‡lez, Manuel, y Del Arco Torres, Miguel angel, Separaci—n, divorcio y nulidad matrimonial: rŽgimen jur’dico, citado. [27] Entrena Klett, Carlos Mar’a, Matrimonio, separaci—n y divorcio, citado. Versi—n generada por el usuario Biblioteca Universidad De Navarra 16 de Marzo de 2011 P‡gina 18/18