Celebración

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Comienzo de la Celebración: En la plaza delante de la Basílica.
Hna. Marie-Laure Paillet (fdls)
Una voz clama el epitafio del Padre de Montfort: “Oiga, oiga”
Epitafio de San Luis María de Montfort
Viajero, ¿qué estás mirando?
Una antorcha apagada.
Un hombre
Consumido por el fuego de la caridad,
Que se hizo todo para todos.
Luis María Grignion de Montfort.
Si te informas de su vida.
Ninguna más íntegra:
De su penitencia.
Ninguna más austera;
De su celo. Ninguno más ardiente:
De su devoción a María.
Nadie tan semejante
A san Bernardo.
Sacerdote de Cristo, su vida expresó claramente la de Cristo.
Que con sus palabras ensenó por doquiera
Infatigable, sólo reposó en la tumba.
Padre de pobres,
Protector de huérfanos
Reconciliador de pecadores.
Su gloriosa muerte
Fue como su vida.
Murió como vivió,
Maduro para Dios
Voló al cielo,
Murió en el año del señor 1716,
A los 43 años de edad.
Autor anónimo. Compuesto poco después de su muerte
Entrada en la Basílica: Hna. Simone Guillaume (fdls):
« Acogemos la cruz, seguida de las reliquias del Padre de Montfort, de su bastón de peregrino, del
globo terrestre y de las banderas de los países donde la Familia Monfortiana está implantada. »
Canto de entrada: En familia, en pueblo, en Iglesia
En familia, en pueblo, en Iglesia
Llegamos, Señor, de todos los horizontes
En familia, en pueblo, en Iglesia
Llegamos, Señor, para celebrar tu nombre
1. Nos acoges diferentes
Eres tú que nos reúne
Cada uno de nosotros es tu hijo
Porque eres el amor
2. Hemos dejado nuestras casas
Eres tú que nos reúne
Te ofrecemos nuestras vidas
Porque eres el amor
3. Tenemos frío, tenemos sed
Eres tú que nos reúne
Vienes a compartir tu pan
Porque eres el amor
.
Acogida por los tres Superiores generales (en nombre de las tres congregaciones):
Montfort, un Santo Misionero para nuestro tiempo
- Hna. Louise Madore (fdls)
El sonido de las trompetas en la plaza ha anunciado el comienzo de las festividades que
marcarán el año del Tricentenario de la muerte del Padre de Montfort y de su entrada gloriosa en el cielo.
Es una gran alegría vernos reunidos en esta basílica, dedicado al Padre de Montfort y es
en nombre de toda la Familia Monfortiana que acogemos, entre nosotros, Mons. Alain Castet, obispo de la diócesis de Luçon, Mons. Jacques Gomart, vicario general, los miembros
de los Consejos Generales y Provinciales de los Misioneros Monfortianos, de los Hermanos
de San Gabriel y de las Hijas de la Sabiduría así como de los miembros de nuestros institutos.
Bienvenida a Don Bruno Retailleau, senador de la ‘Vendée’, al Sr. Maudet, alcalde de
San Lorenzo que siempre se han mostrados muy benevolentes para la familia Monfortiana.
Bienvenida también a l@s amig@s de la Sabiduría, a los numerosos asociados y a todos
nuestros precios@s colaborador@s. Bienvenida a tod@s aquí presentes que han venido a
compartir con alegría esta celebración.
Es aquí en San Lorenzo, en la posada del “Chêne Vert”, que san Luis María de Montfort,
este hombre consumido por el fuego de la caridad, devorado por el celo de Dios, gran devoto de María, se apagó el 28 abril de 1716.
En esta jornada de la solemnidad de Pentecostés, queremos dar gracias a Dios por el
don del Espíritu Santo en su Iglesia y particularmente, darle gracias por el Espíritu Santo
que, comunicando al Padre de Montfort, un carisma de fundador, ha permitido el nacimiento de 3 institutos monfortianos, de cofradías y de asociados laicos.
Queremos dar gracias a Dios por el Espíritu Santo que ha sembrado en su ser una espiritualidad a la cual beben, desde más de tres siglos, unos discípulos y numerosos bautizados, descubriendo en ella cada día, el secreto de una tierna y verdadera devoción a María
que les conduce a Jesús, la Sabiduría Eterna y Encarnada. Queremos dar gracias a Dios por
el Espíritu Santo que hizo de Montfort un misionero devorado por el amor de Dios e impregnado de su Palabra, testigo incansable, que lleva tras él unos numerosos discípulos para continuar proclamando la locura de la Sabiduría de Dios para la humanidad.
En la época de Montfort, una joven con nombre de María Luisa Trichet, ella también ba-
jo la influencia del Espíritu, busca como responder a esta llamada de Dios que siente en su
corazón. Su encuentro con Luis María será decisivo para el futuro. La lleva a vivir a la escuela de la Sabiduría y le revela la locura de la Cruz. Le dirá: “Me llamo Luis María, se llamará María Luisa, y añada el Nombre de Jesús.”
Con estas palabras, Montfort a sellado, para siempre, la comunión de su existencia. Para siempre, estas dos almas compartirán el mismo itinerario espiritual. Este encuentro providencial permite a Montfort realizar su plan: Formar una Congregación de chicas, consagradas a la sabiduría del Verbo encarnado, para confundir las falsas sabidurías del mundo,
estableciendo la locura del Evangelio entre ellas. Ha querido que lleven el bello nombre de
Hijas de la Sabiduría. (Grandet, Montfort, p. 48)
A la muerte del Padre de Montfort, María Luisa con sol algunas compañeras, se encontró en una situación precaria en muchos niveles. Pero se agarra a las últimas palabras
escritas por el Sr. de Montfort, antes de morir: “Mis queridas Hijas, no os olvidaré jamás,
con tal que améis mi querida cruz, en la cual unimos nuestras fuerzas…”. María Luisa tomará la antorcha, vendrá por medio y la ayuda de las laicas, establecer la cuna de la Congregación, aquí mismo en San Lorenzo, allí donde el Padre de Montfort ha terminado su vida apostólica…
Desde hace más de tres siglos, miles de mujeres han respondido a la llamada de CristoSabiduría para desplegar el carisma de Montfort. Hoy día, las Hijas de la sabiduría trabajan
en los cinco continentes, particularmente con las personas desfavorecidas.
Numerosos bautizados desean también seguir a Montfort, para vivir de su espiritualidad, buscando la Sabiduría en su cotidiano y revelándola al mundo. Como las Hijas de la
sabiduría, se comprometen con los más pobres, con los marginados para revelar el amor
loco de Cristo-Sabiduría por la humanidad como único camino de felicidad.
En este año del Tricentenario, escuchemos a Montfort tomar las palabras de la Sabiduría:
“¡Oh hijos de los hombres! ¡Los estoy llamando desde hace tanto tiempo! ¡A ustedes me dirijo! ¡A ustedes llamo y busco! ¡Por su posesión suspiro! ¡Escúchenme! ¡Vengan a mí: quiero darles la felicidad!” (ASE 66).
¡Qué el Tricentenario sea la ocasión de oir de nuevo esta llamada, intentar responder a
seguir a Montfort y transmitirla a nuestro mundo, en busca de la felicidad!
- Hno. John Kallarackal (fsg)
¡Buenos días a todos!
En este día de la apertura del gran jubileo monfortiano 2015-2016, es para mí una
alegría, en nombre de todos los hermanos de San Gabriel, decirles nuestro gozo de haber
podido, ayer, hacer memoria de los cuatro hermanos que, en Pentecostés 1715, se comprometieron con el Padre de Montfort, en la vida religiosa siguiendo a Cristo. El 27 de abril
de 1716, en vísperas de su muerte, han sido íntimamente presentes en el pensamiento y
en el corazón de Luis María: “Mis cuatro hermanos, unidos conmigo en la obediencia y la
pobreza, a saber Hermano Nicolás de Poitiers, Hermano Felipe de Nantes, Hermano Luis de
La Rochelle y el Hermano Gabriel que está conmigo…”. En el corazón del Padre de Montfort
están también muy presentes: El Sr. Mulot… Sr. Vatel… Mathurin..; Jacques..; Jean.
Montfort ha querido unos hermanos laicos al servicio de la misión monfortiana en la
Iglesia, no solo para asegurar los servicios materiales, sino también por unos servicios de
orden pastoral, litúrgico, educativo. Así, que, desde 1705 a la llegada del P. Deshayes en
1821, encontramos unos hermanos comprometidos como catequistas, educadores, cantores, animadores del Rosario o de cofradías, etc. En 1715, el Padre de Montfort ha respondido plenamente a la preocupación pastoral de Monseñor de Champflour, obispo de La Rochelle, de abrir escuelas caritativas para las niñas y niños de La Rochelle. Para las niñas,
hizo venir, hizo venir las Hijas de la Sabiduría de Poitiers, y, por los niños, ha elegido “gente joven que se habían bajo su conducta” (Besnard)
En 1821, el Padre Gabriel Deshayes va a continuar y amplificar el dinamismo misionero
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del Padre de Montfort y de sus sucesores, especialmente en lo que concierne la enseñanza
que va evidente con la catequesis. Las escuelas caritativas no solo serán por los niños del
campo en mayoría analfabetos, sino también por los jóvenes sordos, abandonados y muy
mal considerados en esa época.
Hoy, en 2015, los hermanos son 1250, repartidos en los cinco continentes, en 33 países, y siguen sirviendo al Señor y la misión monfortiana en la Iglesia con niños y jóvenes,
con los por los cuales el Padre de Montfort y el Padre Deshayes tenían una gran solicitud:
los minusválidos, los pobres, los niños de la calle, los “dejados atrás”, etc. Intentamos responder a este grito del Padre de Montfort “Abrir a Jesucristo”, lo que para nosotros Hermanos de San Gabriel, nos conduce a abrir las inteligencias y los corazones de los niños y de
los jóvenes al amor de Dios y del prójimo, cualquiera que sea su religión. En su súplica ardiente, el Padre de Montfort ardía con el deseo que el Espíritu Santo abraza la tierra de “un
diluvio de fuego del puro amor” (SMM n° 17). Nuestros hermanos buscan concretarlo, especialmente en este mundo a veces tan desgarrado.
Esta historia del Tricentenario de un dinamismo monfortiano siempre vivo, la compartimos íntimamente con los Padres y Hermanos monfortianos, con la Hijas de la Sabiduría,
con los laicos asociados y los colaboradores de nuestras instituciones, con nuestros amigos
y benefactores, con las autoridades civiles y religiosas. Estoy muy feliz que halláis respondido a nuestra invitación a alabar al Señor con la Familia Monfortiana, por el don de San
Luis María a la Iglesia, por su espiritualidad que continúa inspirando y estimulando a numerosos laicos cristianos y que lleva a unos hombres y mujeres a consagrarse a Dios en la vida religiosa.
¡Oremos para que continúe a florecer el espíritu misionero del Padre de Montfort que se
ha hecho todo para todos!
- Père Santino Brembila (smm)
En este día 24 de mayo de 2015, día de la celebración de Pentecostés, ¿Qué buscáis,
miembros de la Compañía de María con el apoyo de la presencia fraternal de las Hijas de la
Sabiduría, de los Hermanos de San Gabriel y de nuestros laicos asociados? Todos queremos reconocer un Guía con corazón de fuego, que ha muerto a la edad de 43 años, el 28
de abril de 1715, aquí mismo en San Lorenzo de Sevre.
En Familia Monfortiana reunida, queremos celebrar el Tricentenario del nacimiento al
cielo de un misionero que ha querido, por sus actos y por sus palabras, ser el defensor de
los pobres. Juntos, queremos reconocer un testigo de la fe que supo anunciar la alegría del
Evangelio sabiendo que él que no arriesga nada, no hace nada.
Conocido y celebrado por el mundo entero por la presencia de los misioneros monfortianos dispersos en más de 31 países de nuestro mundo actual, queremos acoger la iniciativa de un Dios quien, en su Sabiduría, continúa a hacer alianza con toda persona de buena
voluntad. Con el Padre de Montfort, recordamos que tal amor se ha manifestado en Cristo,
Sabiduría Eterna y Encarnada. En María, Jesús ha venido en nosotros y a vosotros, y en
María, Jesús desea tomar sitio en nuestras vidas.
Iluminado por la vida personal de tal testigo, sus escritos y sus cánticos, nosotros, misioneros monfortianos, queremos sacar a la fuente de la vida, el Espíritu Santo para encontrar unas razones de vivir felices y libres siendo fieles a los compromisos de nuestro bautismo.
Guardando una libertad vigilante para favorecer unos lazos con todo grupo o comunidad que se sitúa en la influencia de Montfort, tomamos conciencia que somos un pueblo en
marcha tras las huellas de los Pobres Apóstoles. En esta celebración del Tricentenario, tenemos conciencia de estar invitados a comulgar al impulso de un misionero cuyo testimonio de vida es hoy reconocido por la Iglesia Universal.
Incluso hoy, el Padre de Montfort es considerado como un verdadero testigo de la fe.
Después de un examen profundizado en 1858, sus escritos son reconocidos en conformidad con las enseñanzas de la Iglesias;
En 1888, el Papa León XIII declara Montfort “beato”;
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Y, poco tiempo después de la segunda guerra mundial, el 20 de julio de 1947, es canonizado por Pío XII;
En 1996, San Juan-Pablo II inscribe su fiesta en el calendario de la I9glesia Universal. El
mismo año, con su propia iniciativa, el Papa adelanta un d’ia su visita pastoral en Francia para poder venir a San Lorenzo orar sobre la tumba de San Luis María.
Como somos frágiles, el Espíritu Santo hoy día es capaz aun de hacernos todos unos
misioneros audaces:
Liberos: que, “que vuelen sin obstáculos por todas partes”;
Liberos: “Siempre prontos a correr y sufrirlo todo contigo y por tu causa, como los apóstoles”;
Liberos: unos verdaderos hijos de María, que vayan en todas partes, “con la antorcha brillante y encendida del santo Evangelio en la boca y el santo Rosario en la mano,
… que, gracias a una auténtica devoción a María, es decir, interior sin hipocresía,
exterior sin crítica, prudente sin ignorancia, … aplasten dondequiera que vayan
la cabeza de la antigua serpiente”.
A nuestro mundo desorientado, cuando unas razones de vivir se pierden en los ruidos
de violencia, de intolerancia y de sufrimiento, queremos nosotros también, a partir de las
celebraciones del Tricentenario, decir al Padre de Montfort que queremos pisarle los talones
siguiéndole, en un proceso espiritual y un compromiso evangélico.
Que este Tricentenario pueda ser, para todos nosotros, no solo un memorial del pasado
y una mirada sobre el presente, sino sobre todo un impulso hacia adelante, con la audacia
y la confianza en la Providencia que siempre han caracterizado a San Luis María de Montfort.
¡Buen camino tras sus huellas durante este año del Tricentenario y celebremos en la
alegría su vuelta hacia la casa del Padre en Compañía de María!
Acogida por el celebrante: Mons. Alain Castet
Como lo hemos cantado con todo nuestro corazón, hemos venido de todos los horizontes,
de todas las situaciones, de todos los países y de todos los lugar, de todas las edades y de
todo compromiso. Hemos respondido a la llamada de este predicador incansable como acabamos de oírlo y sobre todo como lo sabemos es signo vivo por el mundo de hoy.
No es indiferente que Dios nos reúne en el día de Pentecostés, porque en este día cada
concentración si ilumina de la alegría de estar juntos, nos invita a volver a marcharse, portador de esta felicidad para dar testimonio y de ser donde estamos nosotros los testigos del
mensaje de salvación, los testigos de Cristo-Sabiduría que da sentido a nuestras vidas
Presentación de dos partes (Hna. Simone Guillaume, fdls):
“En un primer tiempo, estaremos a la escucha del Padre de Montfort, luego escucharemos el Padre
de Montfort en la historia, hoy”.
I. A la escucha del Padre de Montfort
Introducción:
Hno. Maurice Hérault, fsg
“Algunas antes de su último aliento, el Padre de Montfort predica, antes los fieles de San Lorenzo y el obispo de La Rochelle, sobre la “dulzura
de Jesús”. Hasta el final, desea tocar los corazones de los bautizados.
Les anuncia el que es el fruto, del Espíritu Santo en el cuerpo de María:
Jesús, Sabiduría eterna de Dios, manso y humilde de corazón.
Sabemos cuánto ha sido formado por su contemplación y su amor de
Jesucristo quien ha sido hasta dar su vida en la cruz, poniéndose a su
escuela con la Virgen María.
Eso ha hecho de él un misionero ardiente para hacer el bien, por donde ha pasado. Su
mirada sobre las realidades y las necesidades de su tiempo ha sido transformada por estar
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tan poseído por los sentimientos de Jesús y la fuerza del Evangelio. Siempre en camino,
caminaba como hombre libre transportado por el viento del Espíritu. Hacer conocer y amar
a Jesucristo por María, reavivar entre todos los fieles la fuente de su bautismo anunciando
la Buena Nueva del Evangelio a los que el mundo abandona… privilegiando ya “las periferias”, he aquí lo que le anima hasta el final. Escúchale”…
Canción de Montfort (Instituto Musical de Vendée)
De San Lorenzo a La Rochelle
O de Poitiers a Pontchâteau
La mirada muy bañada de cielo
Y su sombrero lleno de canciones
Por las ciudades y por los pueblos
No tiene ni tregua ni reposo
Porque el incendio de lo devasta
Es el fuego de un mundo nuevo.
Rechazado por la gente de raza
Y echado a bastonazos
Mimado por el populacho
Último amigo de los moribundos
Todos los andrajosos de la tierra
Para quienes su vida fue un don
Veían brillar una luz
En la fibra de sus harapos
¿Pero quién eres tú, o peregrino
Por desplegar tantos esfuerzos
Para hacer de los hombres unos santos?
¡Claro que sí! Eres el Padre de Montfort.
Estribillo 3:
¿Quién eres tú, o peregrino
Cuyo corazón brilla como el oro
Amigo fiel de los bribones?
¡Claro que sí! ¡Eres el Padre de Montfort!
Es tentador, lo concedo
Preferir el cabaret
Que es un excelente remedio
Contra el amor y la piedad.
El nos habla de la embriaguez
De banquete y de voluptuosidad
De ser esclavo de una dueña
De las bodas del cordero inmolado.
¡Fuerza! No tenía mucho
En su desierto la sacaba
En la meditación y la oración
En los granos de su rosario.
Pero por encima de todo, su ternura
De una reina era el secreto
Cuya sonrisa y regalos
En el más allá le encantaban
Estribillo 2:
¿Quién eres tú, o peregrino
Gritando hasta despertar a los muertos
Que el pecado es un veneno
¡Claro que sí! ¡Eres el Padre de Montfort!
Estribillo 4:
Te conozco, o peregrino
Tan rico de tesoro tan grande
Rico de Dios, mendigando el pan
¡Claro que sí! ¡Eres el Padre de Montfort!
Oración de apertura
(Is 52, 7)
“¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz,
que trae buenas nuevas, que anuncia salvación, que dice a Sión: « Ya reina tu
Dios! » Alleluya
Canción y danza: “Abrir a Jesucristo” (P. Grosperrin)
1- El Buen Pastor se ha cansado en llevar la oveja herida: Le da su Vida
Montfort ha tomado en sus brazos el enfermo abandonado: “¡Abrid a Jesucristo!”
Tú el Señor-Servidor:
ENSÉÑANOS A SERVIR
Vosotros que buscáis la felicidad:
“¡ABRID A JESUCRISTO!”
Estribillo: MONTFORT, FERVIENTE APÓSTOL
TESTIGO DE CARIDAD
HAZNOS PRÓJIMO DE LOS DEMÁS
EN LA HOSPITALIDAD
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2- Se lanzan las palabras de Dios hasta las tierras del silencio, proclamadas sobre los techos
Se cantan los hechos de Dios por los labios de la infancia; Jesús dice: “Ábrete”
Tú la Palabra del Padre,
DANOS DE ESCUCHAR
Vosotros los mudos para vuestros hermanos, “¡ABRID A JESUCRISTO!”
3- Ha tendido hacia Cristo su mano inerte: Jesús dice: “Levántate”
La creación, por nuestras manos cada día se transforma: Signo de tu amor.
Tú, que forma la tierra,
GUÍANOS PARA SERVIR;
Vosotros cuya mano se abre a los hermanos, “TRABAJAD PARA JESUCRISTO”
4- En su camino el extranjero se acerca al herido: Lo ha tomado como un hermano.
En nuestros caminos, por la Cruz, el Señor se aniquila, Para conducirnos al Padre
Tú nuestro Samaritano,
VEN A CURAR NUESTRAS HERIDAS
Vosotros que dudáis del Camino: ABRID VUESTROS CORAZONES, VUESTRAS MANOS
Lecturas de algunos escritos del Padre de Montfort
1. Como buscar y adquirir a Jesús-Sabiduría
Hna. Simone Guillaume (fdls) et Hno. Camille (fsg)
¿Se puede, acaso, amar lo que no se conoce? ¿Se puede amar con ardor
lo que sólo se conoce imperfectamente?
¿Quieres, pues, realmente la vida eterna? –Consigue el conocimiento de la
Sabiduría eterna.
¿Quieres alcanzar la santidad perfecta en este mundo? –Conoce la Sabiduría.
¿Quieres plantar en tu corazón la raíz de la inmortalidad? –Adquiere el conocimiento de la Sabiduría.
Conocer a Jesucristo, la Sabiduría encarnada, es saber lo suficiente. Saberlo todo, pero no conocerlo a Él, es no saber nada.
Quien desee adquirir el gran tesoro de la Sabiduría debe, a ejemplo de Salomón, buscarla:
desde temprano y…, espiritual y castamente…, con perseverancia, hasta el fin, hasta alcanzarla. (ASE 8, 11, 54)
2. Abandono a la Divina Providencia
Hno. Daniel Busnel, smm
Pero pase lo que pase, nada me preocupa; tengo un Padre en el cielo que no me falla
jamás. Que me condujo hasta aquí, me ha conservado hasta hoy, y lo seguirá haciendo
según su constante misericordia. Aunque no merezco sino castigos a causa de mis pecados, no dejo de implorar al Señor y abandonarme a su Providencia.
(Carta 2: destinatario: el cura Alain Robert; Procedencia: Paris: París, 20 de septiembre de 1694)
3. Confianza en Dios – Oración reciproca
Hna. Marie-Françoise Vivien, fdls
No pienses que la distancia física o el silencio externo me hayan
hecho olvidar tu caridad para conmigo ni la que debo profesarte…
Experimento que sigues pidiendo la divina Sabiduría para este miserable pecador a través de cruces, humillaciones y pobreza. ¡Animo,
querida hija! ¡Animo! Te quedo infinitamente agradecido. Experimento los efectos de tus plegarias, porque me encuentro empobrecido,
crucificado y humillado…
¡Que me calumnien, que me ridiculicen, que hagan jirones mi reputación, que me encierren en la cárcel! … Nada puede resistir a tus
plegarias. El mismo Dios -con ser tan grande- no las puede resistir.
Se ha dejado, afortunadamente, vencer por una fe viva y una firme
esperanza.
Ora, pues; suspira, implora para mí la divina Sabiduría; la obtendrás toda entera para mí.
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Así lo creo.
(Carta 16: destinataria: A María Luisa Trichet; Procedencia: París, 24 de octubre de 1703)
4. Discernimiento
Robert Natutwane
Me siento, desde mi llegada, como perplejo entre dos sentimientos al parecer opuestos.
Por una parte, experimento una inclinación secreta al retiro y a la vida escondida, para aniquilar y combatir mi naturaleza corrompida, deseosa de manifestarse.
Por otra, siento grandes anhelos de hacer amar a Nuestro Señor y a su santísima Madre,
de correr en forma pobre y sencilla a dar el catecismo a los pobres del campo y de excitar
a los pecadores a la devoción a la Santísima Virgen…
Ante las necesidades de la Iglesia, no puedo menos de pedir continuamente con gemidos
una pequeña y pobre compañía de sacerdotes ejemplares que desempeñen ese ministerio
bajo el estandarte y protección de la Santísima Virgen.
(Carta 5: destinatario: Sr. Leschassier; Procedencia: Nantes, 6 de diciembre de 1700)
Alleluia (Salmo 117, un versículo)
Marie-Line Tignon
Evangelio: (MT 28, 16-20)
Joël Rqbin, diacono
“Los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús
les había indicado. Y al verle le adoraron; algunos sin embargo
dudaron.
Jesús se acercó a ellos y les habló así: « Me ha sido dado todo
poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a
todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que
yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos
los días hasta el fin del mundo.”
Homilía de Mons. Castet
Queridos amigos, herman@s en Cristo
Cuando juntos inauguramos este año que celebra el Tricentenario de la vuelta a Dios, de
San Luis María, el momento de oración que vivimos esta tarde, nos invita a oír el final del
Evangelio de san Mateo. Las palabras que acabamos de recibir han guiado la vida misma
de san Luis María como guía, hoy la vida de cada misionero: “Id a enseñar y a bautizar”.
Como, no unirnos a su vida, la vida de san Luis, su creatividad, sus iniciativas audaces y
recibirlas como una invitación a ir mar adentro. Sacerdote siempre en movimiento, insatisfecho, persuadido que con la gracia de Dios tenemos que ir cada vez a más, nos lleva y
nos estimula. Las palabras del apóstol resuenan en nuestros corazones, ¡ay de mí si no
anuncio el Evangelio! Sin embargo, si san Luis María nos invita a ir mar a dentro, nos empuja también a avanzar en aguas profundas, es decir a arraigar profundamente nuestras
vidas en el misterio de Cristo, de la Cruz que el mundo considera como locura y que el
discípulo percibe como Sabiduría. Con él, comprendemos que el único camino de alegría
profunda es el del camino estrecho, el de seguir al Señor con el don de su vida y la participación a este misterio. Id a enseñar, y haced discípulos.
Cómo, queridos amigos, podemos discernir las razones que fundan este imperativo y motivan todo dinamismo.
Permitidme simplificando, distinguir cuatro razones
La primera razón fundadora es el mismo Dios tal como se releva, tal como su naturaleza
aparece desde el primer Testamento. La segunda razón es el testimonio del mismo Jesucristo al cual nuestro bautismo nos asocia. La tercera razón se encuentra en la palabra imperativa del Señor que acabamos de recibir. Y la cuarta, me parece, podemos percibirla en
la mirada bondadosa y misericordiosa de Dios que llevamos sobre el mundo siguiendo al
Salvador.
La primera razón tal como se revela en el primer Testamento, tal como se da a conocer es8
te proceso benévolo del Señor hacia los hombres, se manifiesta de manera elocuente en la
elección del pueblo elegido. Esta elección se hace atención, paciencia, perdón, confianza
pero también rigor paterno. Más allá del pueblo elegido, este mismo Dios, como lo manifiesta la lectura constantemente, desea ser reconocido por todos los pueblos. Así, el Dios
creador envuelve en un mismo amor Israel y las naciones.
La segunda razón, la persona de Jesús realiza plenamente lo que se esboza en el Primer
Testamento. En él, Dios mismo se anuncia, dice quien es y se da a conocer al conjunto de
la humanidad. Por el baño del bautismo estamos configurado a su persona, su ministerio es
nuestro ministerio y según la encíclica “Redentoris missio” del santo Papa Juan Pablo II,
cada bautizado tiene que trabajar para que el mensaje divino de la salvación sea conocido
y recibido por todos los hombres y por toda la tierra. Esta obligación se hace tanto más
apremiante que solo por ellos, los hombres pueden oír el Evangelio y conocer a Jesucristo.
La tercera razón fundadora esta palabra imperativa que acabamos de oír. La palabra
imperativa de Cristo recibida hoy se dirige a cada discípulo, nos envía, nos compromete a
vivir y a hablar sin temor bajo la moción del Espíritu, como nos lo ha enseñado esta mañana la escritura, cuando los discípulos atemorizados salen, hablan a riesgo del desprecio, de
la burla, del rechazo. La fiesta que celebramos hoy nos reconforta el don del Espíritu que
nos ha sido dado en el día de nuestra confirmación, dándonos la paz de Dios, hace de nosotros unos discípulos misioneros. Nos permite vivir una fe viva que atesta. Seamos siempre preparados como nos lo pide la Escritura a explicarnos ante todos los que nos pide dar
cuenta de la esperanza que está en nosotros, al ser reveladores de sentido.
La cuarta razón, estamos establecido como testigos de la misericordia de Dios. El Papa
Francisco insiste, ¿no ha elegido como lema esta toma de conciencia de la misericordia que
ama? estamos establecidos como testigos de la misericordia que Dios lleva al mundo. En
Cristo se nos revela una mirada lúcida, benévola, misericordiosa, esta mirada que hemos
reconocido cuando hemos dicho, decimos “Creo”. Esta mirada, el Señor no lo lleva indiferentemente sobre los grupos sino sobre cada hombre, tuvo piedad de la muchedumbre,
porque estaban como un rebaño sin pastor. El discípulo sabe que cada hombre cualquiera
que sea su itinerario, su pecado, sus debilidades, es esperado por Dios. Por su vida convertida, su palabra y el compañerismo que vive con los hombres, revela al que el hermano aspira, incluso sin conocerle, incluso sin desearle.
Id pues a bautizar, a enseñar, haced discípulos. ¡Qué el entusiasmo de san Luis María, que
su palabra de fuego nos da a revelar esta Sabiduría de la cual fue el testigo!
Canto meditativo: El Pange Lingua de Zoltan Kadaly (I.M.V.)
Pange, lingua, gloriosi
Corporis mysterium
Sanguinisque pretiosi
Quem in mundi pretium
Fructus ventris generosi
Rex effudit gentium
Chante, ma langue, le mystère
du corps glorieux
et du sang précieux
que, pour racheter le monde
le Roi des nations, fruit d’un ventre généreux,
a répandu.
Tantum ergo sacramentum
Veneremur cernui,
Et antiquum documentum
Novo cedat ritui ;
Præstet fides supplementum
Sensum defectui !
Donc, un si grand sacrement,
vénérons-le tête baissée,
et que l'enseignement ancien
laisse la place à un nouveau rite ;
que la foi supplée
à la déficience des sens !
Genitori Genitoque
Laus et jubilatio ;
Salus, honor, virtus quoque
Sit et benedictio ;
Procedenti ab utroque
Compar sit laudatio ! Amen !
Pour le Père et pour le Fils,
louange et chants joyeux ;
salut, honneur, puissance
aussi, et bénédiction ;
Et pour Celui qui procède de l’Un et de l’Autre,
qu’il y ait une égale louange ! Amen !
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Presentación de la segunda parte
(Hna. Simone Guillaume, fdls)
“En la segunda parte, escucharemos al Padre de Montfort en la historia, hoy”.
II – El Padre de Montfort en la historia de Hoy
Introducción:
Si el Padre de Montfort ha sido un sacerdote eminente que ha influenciado mucho la población del siglo XVIII, no es menos importante decir que sigue influenciando el mundo de
hoy. Le siglo XXI ha conocido grandes figuras de santidad, entre ellos Juan Pablo II, que
dice sencillamente que la espiritualidad del Padre de Montfort ha marcado profundamente
su vida. Aun hoy la vida y la espiritualidad del Padre de Montfort siguen influenciando numerosos fieles en búsqueda de santidad. Entrar en esta espiritualidad es consentir dejarse
transformar en profundidad y en verdad. Los testimonios que vais a escuchar os animarán.
Canción: Un hombre con corazón de fuego
Marie-Line Tignon y I.M.V.
1- Un hombre con corazón de fuego
que ha venido del Padre
y que vuelve hacia él, Jesús, el Primogénito.
Un hombre con corazón de fuego
nos invita a seguirle a su vuelta,
Hasta renacer al día irradiante de Pascua.
Jesús, el Primogénito, nos invita a seguirle…
Estribillo:
Para la Gloria de Dios y su alta alabanza
Para la Gloria de Dios y la Salvación del mundo
2- Un hombre bajo el Espíritu,
en acción por el mundo con ganas de crear,
Jesús maestro y Señor
Un hombre bajo el Espíritu
nos invita a seguirle como unos servidores
A servir en las obras donde persigue su Pascua.
Jesús, maestro y señor, nos invita a seguirle…
3- Un hombre con corazón de carne
que quiere reconciliar la tierra con el cielo,
Jesús Verbo de vida.
Un hombre con corazón de carne,
nos invita a la felicidad que da su amor:
La alegría que viene de él, viene a dar testimonio de Pascua.
Jesús, Verbo de Vida, nos invita a la felicidad.
Extractos de los mensajes de San Juan Pablo II
P. Olivier, smm
1. Lo que Grignion de Montfort ha aportado en la vida del Papa Juan Pablo II
San Luis María Grignion de Montfort constituye para mí una significativa figura de referencia, que me ha iluminado en momentos importantes de la vida…
Al poner a la Madre de Cristo en relación con el misterio trinitario, Montfort me ayudó a
comprender que la Virgen pertenece al plan de la salvación por voluntad del Padre, como
Madre del Verbo encarnado, que concibió por obra del Espíritu Santo. Toda intervención de
María en la obra de regeneración de los fieles no está en competición con Cristo, sino que
deriva de él y está a su servicio. La acción que María realiza en el plan de la salvación es
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siempre cristocéntrica, es decir, hace directamente referencia a una mediación que se lleva
a cabo en Cristo. Comprendí entonces que no podía excluir a la Madre del Señor de mi vida
sin dejar de cumplir la voluntad de Dios trino, que quiso "comenzar a realizar" los grandes
misterios de la historia de la salvación con la colaboración responsable y fiel de la humilde
Esclava de Nazaret.
(Discurso a los participantes del coloquio internacional de mariología en Roma a 13 de octubre 2000,
N° 1)
Estribillo:
Soy todo tuyo
María Virgen Santa
Todo lo que tengo es tuyo
María Virgen pura
Que seas mi guía en todo
María Nuestra Madre
2. Modelo para la nueva evangelización
Hna. Jacqueline Portefaix, fdls
Ahora que en la mayor parte de las regiones del mundo se necesita una nueva evangelización, el celo del padre de Montfort por la palabra de Dios, su solicitud por los más pobres, su actitud de hacerse comprender por los más sencillos y de estimular la piedad, sus cualidades de organizador, sus iniciativas para prolongar el fervor
por la fundación de movimientos espirituales o para comprometer a los laicos en el servicio
a los pobres, todo ello, con las debidas adaptaciones, puede inspirar a los apóstoles de hoy.
(Mensaje a la familia religiosa monfortiana con ocasión del 50 aniversario de la canonización de su
fundador. El 21 de junio de 1997, N° 5)
Canto al Espíritu Santo.
Energía imprevisible, Espíritu de Dios,
Viento que hace re-vivir, Espíritu de Dios
Soplo de tempestad, Espíritu de Dios,
¡Abre nuestras ventanas, Espíritu de Dios!
Espíritu
Espíritu
Espíritu
Espíritu
de
de
de
de
Verdad, brisa del Señor
libertad, pasa en nuestros corazones.
verdad, brisa del Señor,
libertad, pasa en nuestros corazones.
Testimonios:
Hna. Christine Pichery, fdls
Cuando me pidieron de hablar del Padre de Montfort y decirles lo que evoca para mi como Hija
de la Sabiduría en 2015, y eso en un minuto, he encontrado el desafío un poco grande. Me lanzo.
La simple evocación del Padre de Montfort hace subir en mí tres calificativos:
Un buscador de Dios,
Un aventurero del Amor,
Un bruto con corazón tierno.
Primero: Montfort como buscador de Dios
Qué alegría poder enriquecerme espiritualmente sacando en los escritos de nuestro Santo Fundador. La determinación infalible de este buscador de Dios y su búsqueda incansable de la divina Sabiduría me dan mucho coraje en mi cotidiano. Cuantas veces Montfort tuvo que renunciar
a sus proyectos sin jamás tirar la toalla, contemplando incansablemente al Señor en la Sabiduría Encarnada e invitándome a hacer lo mismo. ¿Cómo no resistir a la dulzura de sus escritos y
dejarse interpelar por lo tajante de algunas de sus palabras y de sus actos?
Segundo: Montfort como aventurero del Amor
Lo que siempre he ha embargado en Montfort, es su espíritu de aventura que refleja su ser enteramente consagrado a Dios. Su celo y su audacia me llegan. Estoy sensible a sus largos caminatas para ir unas veces a socorrer al pobre, otras veces en intentar llevar a bien una acción,
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un proyecto siempre bajo la conducta de la Sabiduría que no ha dejado de contemplar y de rezar. Acoger la heredad espiritual del Padre de Montfort me invita a calzar sus zapatos, arriesgar
múltiples desplazamientos interiores y trabajar sin descanso en la adquisición y el compartir la
divina Sabiduría.
Todo eso es ser un aventurero del Amor.
Tercero: un bruto con corazón tierno.
Quien va al encuentro de Montfort descubrirá un bruto detrás del cual se esconde un corazón
tierno. Lo he descubierto no hace mucho tiempo por su personalidad sacando en escritos y diferentes biografías. Muchas veces se ha prestado a Montfort unos calificativos severos, me gustaría invitarles a escarbar el espesor de caparazón de este hombre. Descubriréis quizá con sorpresa la dulzura interior de un hombre animado por el Espíritu divino, pero también de un
hombre animado por el encuentro de una mujer en la persona de la Virgen María con la cual ha
sacado consuelo y respuestas a sus numerosas preguntas.
Montfort me habla también hoy por la riqueza de sus escritos y los encuentros que puedo hacer
en familia Monfortiana, en Iglesia y en todo lo que hace mi cotidiano. Permitidme dirigir la conclusión final de mi reflexión al Padre de Montfort directamente.
Primero le doy las gracias por su heredad espiritual que nos ha transmitido y que siempre es de
actualidad. He aquí lo que quiero decirte Luis María:
“¡Puedes descansar en paz Luis María, tu obra continúa,
he sido testigo de ello muchas veces aquí en Francia y también en el mundo!”
Estribillo:
Para la Gloria de Dios y su alta alabanza
Para la Gloria de Dios y la Salvación del mundo
Hermano José Arokiaraj, fsg (Inde)
Para mí lo que me llama particularmente la atención en san Luis María Grignion de Montfort es
su arraigamiento en “Dios Solo” y su devoción afectuosa hacia la Virgen María; su identificación
a los pobres; y su creatividad para inventar medios para transmitir la experiencia de Dios a todos. Para él era imposible callarse.
Lo que me motiva hoy:
Es ser un hermano comprometido a seguir a Cristo mi Señor, Dios solo a la manera de nuestro
fundador San Luis María Grignion de Montfort en la vida consagrada. Es también poner mi fe en
el Señor de manera concreta en su pueblo.
Es ser hermano universal de todos los hombres especialmente de los más pequeños y de los
más necesitados compartiendo las actividades y las preocupaciones.
Estar al servicio de todos y ser un hermano para todos.
El hermano no es para llevar un título, sino para vivir.
Estribillo:
Para la Gloria de Dios y su alta alabanza
Para la Gloria de Dios y la Salvación del mundo
Un hospitalario (PM), Jean Charrier
Voy a intentar, aquí comprender y compartir lo que me ha atraído y retenido desde hace 15
años en esta bella Fraternidad Monfortiana…
Al principio, en 2000, nuevo jubilado, empujado por la obsesión y el miedo de encontrarme inútil, tumbado en un confortable tresillo, mirándome el ombligo. Me dije, ¡quizá hay algo mejor
que hacer! El desencadenador ha sido la compra de un boleto de ofrenda monfortiano. Parece
que, ¡el azar no existe! ¡Incluso se dice que es el nombre que toma Dios cuando quiere pasar
incognito! ¡Paul Eluard, para él, afirma también que no existe el azar, solo existen las citas!
He ido a la cita y al descubrimiento de la Familia Monfortiana. Mi primera peregrinación he ha
colmado de alegría: ¡Qué descubrimiento! ¡Por fin! ¡Un mundo de fraternidad! ¡Gente sonriente,
amable, feliz y generosa!
Pensando a Bernanos que declaraba de cuajo: “Todo cristiano triste es un imostor”. Les puedo
asegura que no he encontrado ninguno entre los Monfortianos. ¡Al contrario, entre los monfortianos, es la sonrisa, los chistes y buen humor en todo momento.
Es verdad que la morosidad ambiente parece actualidad hoy y desgraciadamente más derramada que la alegría en nuestras ciudades. La gente no deja de quejarse que todo va mal e incluso acusan el cielo.
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Se cuenta que un hombre, indignado ante el injusto sufrimiento de un niño enfermo, levantaba
el puño hacia el cielo gritando: “¿Dios qué haces?, el cielo le respondió “¿Y tú?”
El mal, el sufrimiento no se explica, se combate. Dios ha dejado al hombre libre de actuar o de
no hacer nada y justamente es este “¿Y tú, qué haces para aliviar el sufrimiento de tu prójimo?
Que intentan responder en la medida de sus posibilidades, l@s hospitalari@s Monfortianos, muy
humildemente, cada uno en su puesto: Enfermeras, médicos, servicio de las salas, en el desplazamiento de los enfermos, en los diferentes servicios; y todo eso en la alegría más total.
De verdad he vivido, con los monfortianos, buenos momentos de mi vida y he encontrado unas
bellas almas. Entre otras, he guardado en memoria esta maravillosa escena, en el autocar de
los enfermos, donde nuestra dos enfermeras, (cuyo nombres no dije para no herir su modestia), inclinadas sobre una enferma para una intervención, no evidente, oficiaban cantando el
Gloria, espontáneamente, en un impulso totalmente natural, era de una profunda espiritualidad
y de una gran belleza.
Al principio, me pregunté, ¿cómo los hospitalarios podían acumular tantos años de servicio y, lo
confieso, había pensado entonces en la rutina, pues, desde entonces, teniendo un buen número
de años (15 años), me he dado cuenta que el virus de “Monfortanidad” era muy resistente.
Pero cuidado a no caer en el angelismo y la autosatisfacción, no nos tomemos por los mejores,
estamos aun muy lejos de ello; la santidad no es para mañana y el beso al leproso no aun ahora.
En todo caso, Muchísimas gracias a los monfortianos que me han permitido vivir los milagros de
Lourdes ¡Sí, existen! Los he vivido en cada instante con vosotros. Puedo ahora dar testimonio.
Gracia, amigos monfortianos por todo lo que me habéis aportado
“Ubi caritas et amor, Deus ibi est”
« Dios está allí donde están le caridad y el amor »
Estaba muy presente, con nosotros, en Lourdes, en la hospitalidad.
Estribillo:
Para la Gloria de Dios y su alta alabanza
Para la Gloria de Dios y la Salvación del mundo
“Una amiga de la Sabiduría”, Véronique Frinault
Estoy en la familia Monfortiana desde mi infancia, he seguido seguir la enseñanza del Padre de
Montfort. El encuentro con su espiritualidad ya comenzado con unos retiros, se ha profundizado
cuando he elegido seguir el camino de la felicidad propuesto por “l@s amig@s de la Sabiduría”.
He anclado mi vida en la de los Fundadores Hermana María Luisa Trichet y San Luis María de
Montfort que celebramos hoy.
El lugar de la oración, la devoción mariana y el servicio del pobre ya forman parte de mi cotidiano, según mis débiles competencias. No es tan fácil ser congruente. Siguiendo sus pasos,
siendo Amiga de la Sabiduría, he recibido una misión “juntos amamos, vivimos y proclamamos
la Sabiduría” y sigo este camino para descubrir siempre más a Jesús-Sabiduría, que como lo dice el Padre de Montfort debe ser nuestro Todo en Todo. Me reconozco en los elementos de
identidad que han salido, gracias al Espíritu, durante el encuentre internacional de 2008: Oígo
la llamada de la Sabiduría en la oración, me preocupo de toda forma de pobreza y de injusticia
y comparto el Carisma con la Hijas de la Sabiduría. Tengo un compromiso de “Amiga de la Sabiduría” en mi trabajo y acepto unas responsabilidades en el comité de las “Amigas de la Sabiduría” y de la Hospitalidad Monfortiana.
Solo me queda animaros a venir también a descubrir este camino de Felicidad.
Estribillo:
Para la Gloria de Dios y su alta alabanza
Para la Gloria de Dios y la Salvación del mundo
Padre Arnold SUHARDI, smm (Indonesia)
¡Mi Hermano, Luis María Grignion de Montfort! No conocías mi país, Indonesia, porque no formaba parte del concierto de las naciones en tu época. Sin embargo, mi isla, Flores, ya existía.
Estoy persuadido que nunca habías imaginado que tus discípulos, los Padres y Hermanos misioneros de la Compañía de María, e incluso las Hijas de la Sabiduría, trabajarían un día en este
gran y hermoso país. Cestos misioneros “todo de fuego” me han ayudado a descubrir tu vida
totalmente consumida por “el fuego de la caridad”, tú que te has hecho “Todo a todos”.
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Pero entre Francia y mi país, existe una distancia cultural enorme. Aun más entre Francia en tu
época y mi país de hoy día: tenemos horizontes culturales radicalmente opuestos, somos dos
generaciones de humanidad totalmente diferentes.
¡Entonces, cual es el sentido de tu vida para mí! ¿Tienes una pertinencia en mi existencia, en
mi corazón? ¡Si me has enseñado mucho, lo admito! Por eso te llamo “mi Hermano”. ¡No es
porque somos de la misma edad, 43 años! Sino porque eres cercano a mí, estás en mi corazón,
me gusta todo lo que has hecho y enseñado por la humanidad, me gusta tu “humor vagabundo
para salvar a tu pobre prójimo” (Ct. 22)
Me recuerdas el valor eminente de la unión con Dios Solo, la urgencia de la opción fundamental
por Cristo-Sabiduría y la importancia de la docilidad al Espíritu Santo. Me enseñas a recorrer “el
camino inmaculado de María” (VD 158) en la aventura de la santidad, a tocar a los más pobres
con mucha compasión y ternura y a implicar a todos los bautizados en la obra de evangelización.
Ayúdame, Hermano mío, a ser un simple misionero según tu corazón, por nuestro mundo
de hoy, tras los pasos de los pobres apóstoles.
Estribillo:
Para la Gloria de Dios y su alta alabanza
Para la Gloria de Dios y la Salvación del mundo
Alabanza e Intercesión:
En esta solemnidad de Pentecostés, estamos reunidos para celebrar el Tricentenario de la
muerte de San Luis María de Montfort. Por su intercesión, humildemente con el Espíritu
Santo, rogamos al Padre escuchar con bondad la súplica de sus hijos.
R\ Padre Nuestro, Padre Nuestro, te suplicamos humildemente
1. Dios de bondad, te bendecimos por haber
puesto en el corazón de San Luis María el ardiente deseo de predicar el Evangelio. Transforma a tu Iglesia por tu Espíritu, para que se
levanten unos testigos creíbles de tu palabra
de salvación. R/
3. Dios de los vivos, te bendecimos por haber
elegido a San Luis María como fundador y guía
de tres congregaciones religiosas. Mira favorablemente sobre toda la familia monfortiana,
religiosas y laicas, y conceder a cada uno de
sus miembros arder con el mismo celo que su
fundador, el que se ha entregado a la causa
de los empobrecidos por una incansable caridad. R/
2. Dios de ternura, te bendecimos por haber
enviado unos discípulos en el mundo entero a
predicar la Buena Nueva a toda las criaturas.
Asiste a nuestro Papa Francisco con tu sabiduría y confírmale en todos los esfuerzos que
despliega para transmitir al mundo tu mensaje de amor. R/
4. Dios lleno de amor, te bendecimos por la
llamada que no dejas de hacer resonar en el
corazón de los jóvenes. Suscita entre ellos
unos misioneros, hombres y mujeres, con corazón de fuego que, como el Padre de Montfort, tendrán la audacia de predicar a Jesucristo por su vida y por su palabra. R/
Oh Dios, que encendiste en san Luis María el anhelo de
anunciar tu Evangelio a las gentes, concédenos, por sus
plegarias, que, conducidos por María, seamos dóciles a tu
Espíritu y nos convirtamos en apóstoles infatigables de tu
Reino, atendiendo con solicitud fraterna el clamor de los
pobres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, ahora y por los siglos de los siglos. Amén.
Bendición solemne: Mons Alain Castet
Como Hij@s de un mismo Padre, dándonos la mano, cada un@ de nosotr@s en nuesta lengua,
decimos: “Padre Nuestro…”
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Que Dios Padre nuestro,
que nos a reunido para celebrar hoy la fiesta de san Luis María,
nos confirma en nuestro compromiso de fidelidad a su llamada.
R. ¡Amén, Aleluya! (cantado)
Que Cristo Señor,
Que ha inaugurado este Reino por la fe de la Virgen María,
Les haga servir a Dios y al prójimo con la prontitud y la generosidad de san Luis María.
R. ¡Amén, Aleluya! (cantado)
Que el Espíritu Santo,
Que ha encendido el alma misionera de san Luis María,
Haga de vosotros unos testigos auténticos de la vida pascual
Para todos los que encontraréis en vuestro camino.
R. ¡Amén, Aleluya! (cantado)
Y que Dios todopoderoso os bendiga, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
R. ¡Amén, Aleluya! (cantado)
Agradecimiento de la Hna Luisa Madore e invitación de la Hna. Marie-Françoise Vivien, fdls
Canto: Prenons le Large avec Jésus, vers l’autre rive
Vamos mar adentro con Jesús, hacia la otra orilla
Vamos mar adentro con Jesús, hacia la otra orilla
Buscamos la tierra con Jesús, donde Dios hace vivir
Buscamos la tierra con Jesús, donde Dios hace vivir
1- Por un viaje al infinito, vamos mar adentro
Es el Señor que nos lo dice, vamos mar adentro
En nuestra barca está presente, hacia la otra orilla
Y la felicidad nos espera, hacia la otra orilla.
2- No temamos dejar todo, vamos mar adentro
Las miles de bagatelas son del pasado, vamos mar adentro
Abramos nuestros ojos en el futuro, hacia la otra orilla
El Espíritu nos hace salir, hacia la otra orilla.
3- Fijamos rumbo hacia el otro lado, vamos mar adentro
A pesar de la noche, los vientos muy fuertes, vamos mar adentro.
Tendremos que luchar mucho, hacia la otra orilla
Jesús está a nuestro lado, hacia la otra orilla.
4- En nuestra barca puede dormir, vamos mar adentro
Su corazón oye nuestros más pequeños gritos, vamos mar adentro
Cuando la tormenta se desencadena, hacia la otra orilla
Una palabra suya nos da la paz, hacia la otra orilla.
5- Esl tiempo de improvisar, vamos mar adentro
Dios confía en nuestros proyectos, vamos mar adentro
Se revela un Dios de amor, hacia la otra orilla
Y vemos levantar su día, hacia la otra orilla.
6- Hasta la otra orilla en el más allá, vamos mar adentro
Es la aventura de la fe, vamos mar adentro
Jesús conoce la travesía, hacia la otra orilla
Nos hace avanzar, hacia la otra orilla
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2015
26 julio - 2 agosto
Marcha monfortiana
desde El Marillais a Saint-Laurent-sur-Sèvre.
13 septiembre
Peregrinación diocesana
en Mervent.
11 octubre
Peregrinación diocesana
en Saint-Laurent-sur-Sèvre.
17 al 23 abril
Peregrinación diocesana
en Lourdes.
25 al 28 abril
Fiesta del Padre de Montfort
en Saint-Laurent-sur-Sèvre
· Los 25, 26 et 27 de abril: tres días de animaciones
monfortianas.
· El 28 de abril: misa Solemne en la basílica; espectáculo « Sur les pas du Père de Montfort », con el
Instituto Musical de Vendée, el Instituto Arte y Danza
de Vendée y la participación de Michael Lonsdale.
2 & 3 junio
Coloquio universitario
en Angers
· 2 & 3 de junio: La espiritualidad y la misión del
Padre de Montfort y su actualidad.
· 2 de junio: María cantada a través de los tiempos.
Verano
Marcha monfortiana
desde Saint-Pompain à Saint-Laurent-sur-Sèvre.
11 septiembre
Celebración de clausura
en Pontchâteau
· Mañana: celebración eucarística.
· Tarde: animaciones festivas.
2016
16
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