La Fundación BBVA resume el conocimiento científico más riguroso

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NOTA DE PRENSA
DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN
La Fundación BBVA resume el conocimiento
científico más riguroso y actualizado sobre
enfermedades alérgicas en una obra
elaborada por 64 especialistas

Este proyecto de la Fundación BBVA es el tercer título de su serie
editorial dedicada a la salud y en esta ocasión ha contado con la
colaboración de la Fundación de la Sociedad Española de Alergología
e Inmunología Clínica (Seaic)

Los alergólogos insisten en que el acceso de los pacientes a información
sobre su patología redunda en su salud, favorece el auto cuidado y
ayuda a la sostenibilidad del sistema sanitario porque reduce las
consultas y las visitas a Urgencias

Todos los contenidos del Libro de las Enfermedades Alérgicas de la
Fundación BBVA estarán accesibles en un microsite alojado en la web
de la institución –www.fbbva.es-
Madrid, 30 de abril de 2012.- Conocer qué son y cómo se producen las
enfermedades alérgicas es el primer paso para detectarlas y acudir a un
especialista que haga el diagnóstico y prescriba el tratamiento adecuado. La
Fundación BBVA ha reunido a 64 alergólogos de toda España que han
recogido, en 52 capítulos, lo esencial del conocimiento científico más actual
sobre estas patologías.
Todos los contenidos del Libro de las Enfermedades Alérgicas de la Fundación
BBVA estarán accesibles de forma universal y gratuita en la web de la
institución -www.fbbva.es-, en la que se incluye la obra en formato ePub
compatible con lectores de libros electrónicos y smart phones.
Este proyecto de la Fundación BBVA es el tercero de su serie editorial
dedicada a la salud y en esta ocasión ha contado con la colaboración de la
Fundación de la
(Seaic).
Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica
La alergia es una respuesta exagerada del sistema inmunitario del paciente
que identifica como nocivas determinadas sustancias inocuas habitualmente
toleradas por la mayoría de las personas. No se nace alérgico, sino que se
tiene una predisposición genética y en función de los factores ambientales la
persona se hace alérgica a determinada sustancia que se conoce como
alérgeno. Los alérgenos pueden ser inhalados, alimentarios, fármacos, de
contacto, ocupacionales/laborales, o venenos de insectos.
“El acceso a la información médica redunda positivamente en la calidad de
vida del paciente alérgico y reduce el impacto que provoca la enfermedad.
Nuestro objetivo con esta obra es dar a conocer a la población el origen de
las enfermedades alérgicas, sus manifestaciones, los métodos actuales de
diagnóstico, la prevención y el tratamiento, para mejorar la calidad de vida
de los pacientes alérgicos”, explica José Manuel Zubeldia, uno de los
coordinadores del trabajo y jefe del Servicio de Alergología del Hospital
Gregorio Marañón, de Madrid.
El presidente de la Seaic y de su fundación, José María Olaguibel, ha insistido
en que “un pilar básico del tratamiento de las enfermedades alérgicas es la
educación del paciente en el conocimiento de su patología y en el auto
cuidado. Si queremos mantener la sostenibilidad de nuestro sistema de salud
es importante la educación en materias preventivas y de buenos hábitos de
vida, especialmente en este tipo de patologías en las que los factores
medioambientales son esenciales”.
Carlos Senent aconseja a los médicos que atienden a pacientes alérgicos que
les recomienden esta obra como ayuda complementaria para aclarar dudas.
El director de la Fundación BBVA, Rafael Pardo, han insistido en que esta
colaboración es fruto de un objetivo estratégico y común de ambas
instituciones, como es la difusión de información rigurosa que ayude a mejorar
la salud de la población. En esta línea se inscribe la iniciativa de la Fundación
BBVA, que con esta obra continúa su serie editorial que comenzó con El Libro
de la salud, en colaboración con el Hospital Clinic de Barcelona, y siguió con
el Libro de la salud cardiovascular, junto al Hospital Clínico San Carlos, de
Madrid.
Prevalencia y nuevas alergias
Se estima que las enfermedades alérgicas se han duplicado en los últimos 15
años. Uno de cada cuatro españoles padece alguna y factores relacionados
con la industrialización y el cambio climático están incrementando su
prevalencia hasta el punto de convertir las enfermedades alérgicas en una
epidemia del siglo XXI en los países desarrollados. A la mayor incidencia, se
suma un incremento en la complejidad de los procesos, al observarse cada
vez más la coexistencia de alergias alimentaria y respiratoria en un mismo
paciente.
Los autores señalan que el estilo de vida propio de los países desarrollados ha
traído consigo un aumento en la concentración de alérgenos en el interior de
los domicilios: ácaros del polvo (por las mejoras en el aislamiento y el ahorro de
energía en las casas), hongos ambientales (sistemas de aire acondicionado) y
mascotas. Además, se ha observado un incremento de contaminantes como
el ozono, partículas diésel y humo de tabaco. A esto se unen los cambios en la
alimentación de la mujer embarazada y del recién nacido, tales como
disminución de la lactancia materna y la introducción precoz de alimentos
sólidos; se ha disminuido el consumo de antioxidantes y se ha modificado la
ingesta de ácidos grasos.
Ignacio Jaúregui señala algunos ejemplos de las nuevas tipologías o variantes
de las enfermedades alérgicas: “El descubrimiento y caracterización reciente
de distintos “panalergenos” (proteínas alergénicas ubicuas, como las
llamadas profilinas, las proteínas de defensa vegetal, las vicilinas o la
tropomiosina de los mariscos), ha permitido describir nuevos síndromes como el
síndrome látex-frutas (alergia a las proteínas de la goma y a una serie de
vegetales que comparten ciertos enzimas con aquella), los síndromes polenfrutas (alergia a frutas, frutos secos y otros vegetales asociada a polinosis por
abedul, malezas compuestas u otros pólenes), el síndrome ácaros-mariscos
(alergia a crustáceos y moluscos asociada a alergia respiratoria por ácaros), o
el síndrome ave-huevo (alergia al huevo y carnes de aves de comienzo en el
adulto asociada a alergia respiratoria a plumas)”.
En cambio, añade que no hay pruebas sólidas de que tras síndromes como el
denominado de hipersensibilidad química múltiple o el del edificio enfermo
exista un problema inmunitario.
A pesar del alto impacto de las enfermedades alérgicas, muchos pacientes ni
siquiera llegan a la consulta de los especialistas debido, en ocasiones, a una
mala información: “Frecuentemente los pacientes acceden a información
genérica, muy poco selectiva e imprecisa, por lo que terminan tratando su
enfermedad con medicación sintomática y no acuden al alergólogo”.
España, a diferencia de otros países, cuenta con la especialidad de
Alergología e Inmunología, que, como señala Olaguibel, garantiza que el
paciente pueda ser valorado y atendido independientemente de su edad o
de las manifestaciones concretas de su patología.
Los autores aportan su criterio científico para advertir, por ejemplo, contra
pruebas diagnósticas de valor incierto o no comprobado, sobre todo frente a
la alergia alimentaria. Además incluyen un capítulo sobre la evidencia
científica de la medicina complementaria y alternativa a tenor de los últimos
estudios internacionales sobre la materia. En este sentido, se recogen por
ejemplo resultados que indican que algunos productos de la medicina
tradicional china demostraron ser beneficiosos en asma crónica de leve a
moderada, pero que no hay evidencia de la utilidad de la acupuntura en
rinitis y asma o que no existe evidencia suficiente para evaluar de forma fiable
el posible papel de la homeopatía en el asma.
En todo caso, los autores añaden que puesto que la mayoría de los
tratamientos alternativos y complementarios no están regulados, es difícil
saber lo que se podría encontrar y ofrecen estos consejos cuando se estime
el uso de tratamientos alternativos:
1.- El paciente debe hablar con su médico habitual acerca de cualquier
fórmula de plantas que esté considerando con fines terapéuticos antes de
probarla.
2.- Cuando el paciente note efectos secundarios tales como náuseas,
vómitos, palpitaciones, ansiedad, insomnio, diarrea o lesiones en la piel,
dejará de tomar el producto a base de plantas y notificará dicha
eventualidad a su médico.
3.- Hay que evitar el empleo de preparaciones hechas con más de una
planta.
4.- Hay que tener cuidado con las ofertas comerciales de las fórmulas a base
de plantas. Se puede buscar información basada en fuentes científicas
fiables.
5.- Hay que seleccionar cuidadosamente las marcas y comprar sólo las que
ofrecen nombres comunes y científicos de la planta, el nombre y dirección
del fabricante, el número de lote, la fecha de vencimiento, las pautas de
dosificación y los efectos secundarios potenciales.
Efectos de la falta de información
Una de las consecuencias de la desinformación suele ser el abandono
terapéutico y Zubeldia pone un ejemplo: “A pesar de la eficacia demostrada
de la inmunoterapia (vacunas antialérgicas), en España, la mitad de los
alérgicos no siguen el tratamiento correctamente o lo abandona
prematuramente”.
Senent añade que, en contra de la impresión de que las alergias no tienen
cura, “en alergia respiratoria a pólenes, ácaros, hongos y epitelios, las vacunas
han demostrado que pueden modificar el curso natural de la enfermedad,
pudiendo en muchos casos llegar a la curación de la enfermedad”.
Los especialistas lamentan que la alergia siga siendo, a pesar de su gran
prevalencia, una enorme desconocida. “La causa es que en la enfermedad
alérgica el sistema afectado es el inmunitario, que a su vez es un gran
desconocido y no posee una localización en un único órgano. Su ubicuidad
da lugar a que se puedan producir síntomas en cualquier órgano, aunque
predominen los cutáneos, respiratorios y digestivos, debido a que éstas son las
zonas de mayor contacto con el ambiente externo”.
El hecho de que se trate de patologías crónicas y que, en algunos casos, no
haya una cura definitiva, contribuyen a que no se les preste, a juicio de
Zubeldia, una atención acorde a su impacto. Pero el especialista asegura que
con una debida información, la situación podría cambiar: “Las vacunas
pueden combatir y prevenir ciertas enfermedades alérgicas con capacidad
para mejorar síntomas y modificar la evolución de la enfermedad, deteniendo
su progresión y previniendo el desarrollo de nuevas sensibilizaciones. Hay
estudios que demuestran que los pacientes que reciben la adecuada
información mejoran su calidad de vida, disminuyen sus visitas imprevistas a
Urgencias y reducen sus ingresos hospitalarios”.
Además, la investigación aporta avances prometedores. “Los más
significativos se han producido con la introducción de técnicas de diagnóstico
molecular y la incorporación de nuevos fármacos más potentes y con menos
efectos secundarios, así como agentes biológicos”.
Respuestas a las preguntas más frecuentes
El objetivo del Libro de las Enfermedades Alérgicas de la Fundación BBVA es
precisamente ofrecer una información científicamente rigurosa, accesible y
comprensible. Los contenidos se formulan con preguntas/respuestas que los
autores han seleccionado basándose, según su experiencia clínica, en las
dudas de pacientes y familiares. Además se han reflejado las últimas
novedades en cuanto a investigación y tratamientos.
La obra se ha estructurado en diez apartados:
Aspectos generales
¿Cómo se producen las enfermedades alérgicas?
Los responsables de la rinoconjuntivitis y el asma alérgicas
Alergia respiratoria
Alergia cutánea
Alergia a los alimentos
Alergia a los medicamentos
Otras enfermedades alérgicas
¿Cómo se estudian las enfermedades alérgicas?
El tratamiento de las enfermedades alérgicas
La serie editorial de difusión del conocimiento en el ámbito de la salud, es una
línea de trabajo clave en el conjunto de las actividades de la Fundación BBVA
referidas a Biomedicina y complementa otras centradas en el apoyo a la
investigación, la formación avanzada y el reconocimiento de aportaciones
fundamentales dentro de una categoría de los Premios Fundación BBVA
Fronteras del Conocimiento.
Si desea más información, puede ponerse en contacto con el Departamento de
Comunicación de la Fundación BBVA (91 374 52 10 y 91 537 37 69 ó
comunicacion@fbbva.es) o consultar en la web www.fbbva.es
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