RR.HH. DE CINE Tiempos Modernos, de Charles Chaplin JAVIER FERNÁNDEZ AGUADO, Socio Director de MindValue. El guión de este inolvidable largometraje de Chaplin es bien conocido por cualquier aficionado al séptimo arte: un obrero de la industria del acero, en los Estados Unidos posteriores al crack del 29, se vuelve loco a causa del trabajo monótono y sin incentivos que realiza. Tras pasar un periodo en un psiquiátrico, sale a la calle de nuevo. Por azares de la vida se ve involucrado en una manifestación promovida por los sindicatos en contra de las infamantes condiciones en las que se desarrolla la labor fabril. Acaba en la cárcel pero, también por casualidad, es capaz de abortar un motín. Eso le permite recibir gloria y honor, al menos por un corto tiempo. De nuevo en la calle, a donde preferiría no volver porque la situación económica es de depresión profunda, conoce a una golfilla de los muelles. Todo cambia en ese momento: ya la vida no consiste en trabajar para comer, sino en sacar adelante un proyecto en común. El genial Chaplin es capaz de ofrecer multitud de enseñanzas para el mundo de la dirección de organizaciones. Vamos a desgranar algunas. LECCIONES DE DESPUÉS DE UNA GUERRA Con un tono irónico y corrosivo se describe la diferencia entre el trabajo en línea y el llevado a cabo por el principal responsable de la compañía. Mientras los trabajadores se dejan la piel para cumplir objetivos, el directivo se limita a completar un puzzle, a desayunar tranquilamente, a leer pere- Capital Humano 146 zosamente la prensa o a controlar exhaustivamente –con un modelo que a Orwells le hubiera resultado familiar– todo lo que hacen sus subordinados. En ocasiones, los miembros de la dirección no entienden por qué los subordinados no están tan motivados como ellos. Bastaría en ocasiones invertir los papeles por unos días, incluidos los sueldos, la capacidad de decisión, etc., para que se entendieran muchas más cosas. La necesidad de conocer lo que hacen los demás es imprescindible para dirigir con eficacia. Una obsesiva y agresiva gestión del tiempo es ridiculizada en la escena en que es presentada una máquina para dar de comer. En esas legendarias imágenes contemplamos el afán del Director General por disminuir los minutos dedicados al almuerzo. Si lo logra, aseguran los consultores, mejorará la productividad. El invento es un radical fracaso, que lleva al pobre proletario elegido para experimentarlo a recibir platazos de sopa, o a verse obligado a atragantarse con tuercas inmensas dejadas por equivocación en una escudilla. La eficacia es sin duda precisa en las organizaciones, pero el afán por mar- car hasta el último detalle lo que la gente debe hacer, lleva en no pocas ocasiones a la desmotivación, pues todo el mundo aspira a sentirse importante en su puesto. Nunca lo logrará quien no pueda decidir, porque todo ha sido previamente regulado. El éxito en la vida suele proceder para muchos de la coincidencia de tres componentes: trabajo, ilusión y suerte. Por lo que se refiere a este último elemento, es imprescindible estar en el lugar oportuno en el momento oportuno. Lo peor, como refleja en la escena de la manifestación sindicalista, es estar en el minuto inadecuado en el sitio improcedente. El obrero, interesado en devolver una bandera caída de las traseras de un camión, se pone inconscientemente al mando de una manifestación. Quien va delante recibirá los laureles, o los palos… Aquí, éstos son los que recibe. ALTOS Y BAJOS: LA VIDA MISMA De forma habitual, sin embargo, junto con las malas noticias llegan equilibradamente las buenas, y vicever- Los miembros de la dirección no entienden por qué los subordinados no están tan motivados como ellos. Bastaría en ocasiones invertir los papeles por unos días, incluidos los sueldos, la capacidad de decisión, etc., para que se entendieran muchas más cosas Nº 179 • Julio-Agosto • 2004 sa. Así, tras acabar en prisión, de manera también fortuita participa en el control de un motín. Los mismos que hasta entonces lo contemplaban como un delincuente, ahora lo ensalzan, y por supuesto liberan. De nuevo en el tajo, en unos astilleros, descubre que la buena voluntad no basta. Al recibir la indicación de conseguir una cuña grande de madera, se lanza a la búsqueda. Logra entonces que una barcaza en construcción caiga hacia el mar y se hunda. La intención era buena, pero le ha faltado perspectiva para tomar la decisión correcta. La consecuencia es la pérdida del puesto de trabajo. Momento de inflexión importante es, como hemos señalado, su encuentro con una ladronzuela que roba para sobrevivir y para sacar adelante a sus hermanas. El padre, que acabará muriendo de un disparo fortuito en otra revuelta, está en ese momento sometido a una fuerte depresión. La existencia se manifiesta a partir de ahora mucho más llevadera. El obrero y la muchacha tienen un proyecto en común. Como se ha repetido en múltiples ocasiones, no hay ‘yo’ sin ‘tú’. Uno y otra comienzan a desarrollar ese ‘nosotros’ que tan esencial es en la vida de cualquier persona. Las ilusiones compartidas son capaces de superar todos los obstáculos que se presenten. Así, se instalan en una casita medio derruida, encontrada por azar. Para ellos, sin embargo, es como Buckingham Palace. Lo importante, claman con su comportamiento, no es lo que uno hace, sino con quién se hace. Las dificultades, que no faltarán en el resto de la historia de la pareja, son ahora asumidas con alegría, sin darles mayor importancia. Y es que la felicidad procede mucho más de un re- fugio afectivo bien asentado que de los éxitos laborales o económicos.! FICHA TÉCNICA Título: Tiempos Modernos. Director: Charles Chaplin. Año: 1936. Intérpretes: Charles Chaplin, Paulette Goddard, Henry Bergman, Tiny Sandford. Temas: Eficiencia / Eficacia / Familia y Trabajo / Lealtad / Negociación / Autoridad / Estrategia / Gestión de lo imperfecto / Iniciativa / Ilusión / Laboriosidad / Lealtad / Legalidad / Moralidad / Refugio afectivo / Suerte / Trabajo en equipo.