Página 1 de 2 El abandono es el fruto delicioso del amor Santa Teresita del Niño Jesús (o de Lisieux) "En la tierra hay un árbol Prodigioso, oh! Misterio, sus raíces se encuentran, profundas en los cielos. Jamás bajo su sombra se pueden sufrir males; seguro se reposa, sin miedo a tempestades. "Amor" se denomina Ese árbol inefable, Y el "abandono" es su fruto deleitable. Tal fruto en esta vida me da la bienandanza, a mi alma regocija su divina fragancia. Cuando toco este fruto, me parece un tesoro; y, gustado en la boca, resulta aún mas sabroso. Él me abre en este mundo un océano de paz, y en esta paz profunda es siempre mi vagar… Me lanza el abandono a tus brazos Jesús solo él me hace vivir allá en el cielo azul. A ti yo me abandono, oh, mi Esposo divino; y ya solo ambiciono tu mirar peregrino. Durmiéndome en tu pecho, te quiero sonreír; y que "¡Te amo, Señor!" por siempre repetir. Como la margarita de cáliz amarillo, Página 2 de 2 yo, humilde florecita, siempre hacia el sol me inclino. Oh! admirable Rey, y de mi vida Sol, es tu divina hostia pequeña como yo…. De su celeste llama el rayo luminoso hace nacer en mi alma el perfecto abandono. Todas las criaturas pueden abandonarme, yo intentaré sin quejas junto a ti resignarme. Si tú me abandonases, sin tus dulces caricias, mi divino Tesoro, aún te sonreiría. En paz quiero esperar tu vuelta, mi Señor, sin suspender jamás mis cánticos de amor. Nada, nada me inquieta, Nada puede turbarme, Mas alto que la alondra Mi alma sabe elevarse. Más allá de las nubes siempre es azul el cielo, y se tocan las playas donde Dios tiene el Reino. Yo espero en paz la gloria de la eterna Mansión, ¡pues tengo en el Sagrario el Fruto del amor!. Fecha 25/05/05 © ASOCIACIÓN ARVO 1980-2005 Contacto: mailto:webmaster@arvo.net Director de Revistas: Javier Martínez Cortés Editor-Coordinador: Antonio Orozco Delclós