Fue sueño ayer, mañana será tierra! ¡Poco antes, nada; poco después, humo! ¡Y destino ambiciones, y presumo apenas punto al cerco que me cierra! Breve combate de importuna guerra, en mi defensa, soy peligro sumo; y mientras con mis armas me consumo, menos me hospeda el cuerpo, que me entierra. Ya no es ayer; mañana no ha llegado; hoy pasa, y es, y fue, con movimiento que a la muerte me lleva despeñado. Azadas son la hora y el momento que, a jornal de mi pena y mi cuidado, cavan en mi vivir mi monumento. Francisco de Quevedo Ahora buscamos las palabras desconocidas, que las hay. Tras ello, vamos a empezar con el comentario de texto, poco a poco, del soneto “Fue sueño ayer; mañana será tierra” de Francisco de Quevedo. Tema: fugacidad de la vida tras la inútil batalla con la muerte. Estructura interna: este soneto pertenece a los de carácter metafísico del autor español Francisco de Quevedo. Quevedo, símbolo del Barroco en España, estuvo a la cabeza de la corriente conceptista en los primeros años del siglo XVII: esta corriente literaria prefería la profundidad del concepto ante la elaboración estilística típica del culteranismo. Los sonetos de Quevedo, nunca publicados en su vida, se recogieron y publicaron “post-mortem” según un orden de tipo argumentativo: se agruparon en sonetos “amorosos”, “satíricos y burlescos” , y “metafísicos” (en que Quevedo expresaba su visión ante lavida y la muerte). Podríamos dividir este soneto en dos apartados: en la primera parte, que incluye los dos cuartetos, el autor habla sobre la vida y la muerte como en un conflicto (de hecho utiliza términos típicos de la guerra como vamos a ver después) que ve la vida derrotada; en el segundo apartado, que ocupa los dos tercetos, Quevedo refleja sobre la vida y la muerte sin angustia, como si ya hubiera llegado: el autor llega “despeñado” a la muerte, y razona a mente lúcida sobre la fugacidad del tiempo (“la hora y el momento son azadas que cavan en mi vivir mi monumento”). Estructura externa: Si tenemos en cuenta la métrica entendemos que se trata de un soneto (poema compuesto de dos cuartetos y dos tercetos) con versos endecasílabos, de arte mayor, y rima consonante de tipo ABBA – ABBA – CDC – DCD. Comentario del soneto: el estilo de Quevedo es absolutamente conceptista, o sea pone en primer lugar el concepto que quiere expresar, sin dar mucha importancia a referencias cultas y mitológicas o a un estilo obscuro y de difícil interpretación. El estilo que desarrolla en las obras amorosas y metafísicas es lírico y grave, conamplio espacio por la hondura del sentimiento y una visión noble, planteada sobre la claridad de su pensamiento. Pasando a un análisis de las figuras retóricas, se advierte en el primer verso unhipérbaton, que confunde las partes de la frase según la “variatio” de los latinos: “fue sueño ayer; mañana será tierra” es también un quiasmo, ya que “ayer” y “mañana” se combinan simétricamente. Aquí hay tres antítesis: entre “fue” y “será” (de tiempo, entre pasado y futuro); entre “ayer” y “mañana” siempre en esta dirección; entre “sueño” y “tierra”, o sea entre algo metafísico y algo físico. En el segundo verso hay una anáfora (“poco”) y un paralelismo en la estructura conantítesis de significado entre “antes” y “después”. En el cuarto verso se desarrolla la metáfora de la “muerte” como “cerco” alrededor del poeta. En el verso 5 hay un paralelismo entre “combate” y “guerra”. Hasta el verso 7, en lo que se refiere al léxico, se plantean muchos términos de jergamilitar, como “cerco”, “combate”, “guerra”, “defensa”, “armas”, que nos transmiten la idea de la metáfora de la “importuna” batalla entre vida y muerte. En el verso 8, con la frase “menos me hospeda el cuerpo”, se plantea el tópico literarioa través del pensamiento de Quevedo que ve el cuerpo como residencia del alma. En el verso 9, casi se repite la fórmula utilizada en el verso primero: hay un paralelismo con antítesis entre “ayer” y “mañana” y el sucesivo “hoy”. Hay otra antítesis más, como buen poema barroco que es, que encontramos en el verso 10, entre “es” y “fue”, que juntos forman un polisíndeton: (“y es, y fue”). En el terceto conclusivo se plantea la alegoría de “la hora y el momento” que son “azadas” que “cavan en mi vivir mi monumento”. La imagen, de significado muy fuerte y profundo, describe la fugacidad de la vida ante la muerte, el pasar inexorable del tiempo: se establece así el tópico del “tempus fugit” del poeta latino Virgilio. Para concluir con el nivel morfosintáctico, en el verso 12 hay una endíadis entre “hora” y “momento” (ya que las dos palabras indican el mismo concepto). En el verso 13 hay unparalelismo entre “pena” y “cuidado”, y en el último verso, el 14, hay una antítesis entre “vivir” y “monumento”, ya que “monumento” indica un monumento a la muerte. Conclusión: Quevedo retoma en este soneto el tópico del “tempus fugit”, pero en un contexto típicamente barroco, ya que siguiendo a Virgilio, el pensamiento latino y el Renacimiento que desde aquí parte, la vida es algo que merece ser vivido, ya que la vida es “sueño”, la vida es “nada”, como él mismo dice en este soneto.