PUÑETERÍAS Esos seres invisibles CHEMA RODRÍGUEZ @Chemarrodriguez 02/03/2016 20:21 TIENEN nombre. Y apellidos. Y familia. Una vez tuvieron hasta un hogar. Y una vida más o menos como la de cualquiera de ustedes, estimados lectores. Pasaban apuros para llegar a fin de mes y, de cuando en cuando, se permitían hasta algún capricho. Tomaban alguna que otra cerveza en el bar de la esquina y seguían con devoción al equipo de sus amores. Tienen nombre. Y apellidos. Se llaman Salvador. O Manuel. Y un día algo se torció y lo perdieron todo. Hasta la visibilidad. Se convirtieron en seres invisibles, con los que cada día nos topamos, nos cruzamos, pero no vemos. Sencillamente porque no les miramos. La historia de ese aparcacoches que cayó muerto el sábado a las puertas del hospital en cuya sala de esperas pasaba las noches y se refugiaba del frío no es única ni excepcional. Como Salvador hay decenas, cientos, de personas a las que hemos convertido en invisibles, a las que preferimos no ver porque nos muestran, como un espejo, la otra cara de nosotros mismos, el envés de esta sociedad que hemos construido y en la que el bienestar de unos cuantos se sustenta en la miseria de otros muchos. Salvador, lo denunció la asociación La Carpa y lo confirmó el propio hospital Virgen del Rocío, llevaba dos años refugiándose del frío y de la noche en una butaca de la sala de esperas del Maternal y aseándose en los servicios. Cuando el sol calentaba se sentaba en uno de los bancos junto a la zona ajardinada a la que llaman la «pradera». Algunos le recordaban allí, pero sólo unos pocos. Y menos aún sabían que se llamaba Salvador. Normal, era invisible. Con su muerte, Salvador ha conseguido lo que de otra forma hubiese sido imposible, que hoy muchos sepan no sólo cómo se llamaba, sino que hubo un día en el que tuvo una vida normal, como la de cualquiera de ustedes, queridos lectores. A Salvador no le ayudamos. Pasaron dos años y los servicios sociales no pudieron, o o quisieron, ofrecerle una salida o, más bien, un camino de regreso desde el mundo invisible al que hemos condenado a los que, como él, se cayeron un día del tren en marcha de esta sociedad que no perdona los fracasos, que no espera a ningún rezagado y que, desde luego, no para recoger a nadie. Hagan esta mañana un ejercicio práctico. Fíjense en el Salvador con el que se encuentran a diario, esfuércense en verles, en mirarles a la cara y, por qué no, a preguntarles. Piensen en que un día, quizás no tan lejano, su vida era como de la cualquier de ustedes, como la de cualquiera de nosotros. Antes de que les hiciéramos invisibles. OFERTA EXCLUSIVA. Suscríbete a El Mundo con hasta un 30% de descuento. Disfrútalo ya Lo más leído 1 El Defensor investiga la muerte del 'sin techo' a las puertas del hospital 2 La familia de un preso que murió en Puerto III denuncia que no se le atendió a tiempo 3 Salvador, invisible hasta en su muerte 4 El juez se inhibe a favor del Supremo en la querella por estafa contra Errejón 5 Moreno desaloja de su zona de confort a Susana Díaz Destacados Servicios ā Últimas Noticias ā Temas ā Euromillones ā Horóscopo Diario ā Premios Goya ā Oscars 2016 ā Ganadores Oscars 2016 ā Comprobar Lotería del Niño ā Mejores colegios ā Calendario laboral 2016 ā Lotería de Navidad 2015 ā Lotería del Niño 2016 ā Comprobar Lotería ā Orbyt ā Traductor ā Guía TV ā Diccionarios ā Horóscopo ā El tiempo ā Promociones ā Lotería ā Tarot ā Comparador financiero ā Comparador seguros En vivos ā Athletic Club - Deportivo ā Celta de Vigo - Villarreal ā Sevilla - Eibar ā Levante - Real Madrid ā Declaración de la Infanta Cristina