June 19, 2016 Twelfth Sunday of Ordinary Time FATHERS’ DAY For all of you who were baptized into Christ have clothed yourselves in Christ. Galatians 3:27 Dear Friends; Someone once posed the question, “If it were illegal to be a follower of Christ, would there be enough evidence to convict you of the crime?” Because of our baptism “we have clothed ourselves in Christ.” We bear the name of Christ—Christian. What then we say of Jesus the Christ we say of ourselves. So who do we say is Jesus? And more importantly who does Jesus tell us he is? Many people and preachers proclaim a Jesus that is like a good luck charm that guarantees health and wealth. Some refer to it as the “Gospel of Prosperity.” The message is: “If you just believe hard enough in Jesus then only good things will come to you. You will be financially successful, you will have improved good health, your marriage will be strong, and you will be protected from all harm.” The problem is that this does not reflect life or the witness of the Scriptures or of Jesus. Jesus seems only to promise us the cross. When Peter proclaims that Jesus is “The Christ of God,” Jesus orders him and the other disciples to silence. The term Christ was a royal title. It literally means “anointed one” and referred to the king. The title had come to be politically charged. The disciples and other Jewish people of that era were looking for a warrior-king who would violently overthrow the oppression of the Roman occupiers. Then restore Israel to a position of power and success. Jesus had another understanding of “the Christ.” Jesus had come to reveal that the power of God is not force. The power of God is the gentle persuasiveness of love. God is not most concerned with wealth and privilege but the least and lowest. The preaching of Jesus that “the last shall be first” and “the greatest will be slave of all” would be a threat to the established order. The vast multitudes who lived in crushing poverty had value and the one percent “who lorded over others” had a responsibility to care for those who had nothing. This kind of talk will get Jesus killed. But he unleashed the Spirit that is changing our world and points us in the direction of the Reign of God. For those who preach the “Gospel of Prosperity” Jesus was not a success. Jesus died by execution reserved for the most heinous of crimes. His small handful of followers ran away. Yet later, they experience Jesus as alive in a radically new way. He gives them the Spirit to carry on his dream of the Reign of God. They announce its message of radical all-inclusive love. Like Jesus we are empowered to stand with the poor, powerless and the disenfranchised. We speak for the voiceless. We surrender our privileged place to stand with the defenseless. We see in them Christ crucified. We share in carrying each other’s crosses on our way to a new world. We live in a world of fear and violence. It often opposes the vision of the Kingdom. Last weekend’s attack in a gay bar places before us a number of issues. First, this was a targeted attack against the LGBTQ community. Homophobia is alive and well. The LGBTQ community still faces much abuse and violence. Even some of the language that faith communities use gives borderline personalities permission to hate. As Christians we stand with Chicago Archbishop Blase Cupich who stated, “Our hearts and prayers are with…our gay and lesbian sisters and brothers.” The second issue: can we have a sensible end to the proliferation of semi-automatic weapons with large magazine capacities? We need to stop saying ‘our prayers are with the victims’ if we are not going to do something about this. God answers prayer through us. We need to stand up to the gun industry lobby that prevents sensible legislation from being passed. Their concern is only the sale of guns and ammunition not freedom. Are we just going to accept the tens of thousands who die by gun violence each year? Finally, we need to stop scapegoating Islam for every unhinged Muslim. Lunatic Christians who blow up abortion clinics do not represent Christianity anymore than Muslims who commit violence represent their faith. I will venture to do some arm chair pastoral psychology and say that the man who shot up the gay club was not wrestling with religion but his own sexual identity among other serious issues. Anyone who is possessed by our dream of the Kingdom will look at the world differently. And the message may be a threat, especially for those who are perfectly comfortable with the way things are. Some of us will be crucified for the Good News. But once we truly have clothed ourselves in Christ the opposition we face is but a small price in light of the love of God and eternity. Happy Fathers’ Day to All Our Dads and Peace to All, Fr. Ron Esta carta está en español en el sitio web: www.stannechurchbyron.com 19deJunio,2016 DoceavoDomingoenTiempoOrdinario DIADELOSPADRES Pues todos ustedes que fueron bautizados en Cristo se han vestido en Cristo. Gálatas 3:27 Queridos Amigos; ¿Alguien una vez planteó la siguiente pregunta, "si fuera ilegal ser seguidor de Cristo, habría suficiente evidencia para condenarte de delincuencia? Por nuestro bautismo "nos hemos Vestido en Cristo." Llevamos el nombre de Cristo, Cristianos. Entonces, lo que decimos acerca de Cristo decimos de nosotros mismo. Así que quien decimos que es Jesús ? Así ¿quién es Jesús? Y más importante aun, es ¿quien de Jesús que es? Muchas personas y predicadores proclaman un Jesús que es como un amuleto de buena suerte que garantiza salud y riqueza. Algunos se refieren a él como el "Evangelio de Prosperidad". El mensaje es: "si tan sólo creen lo suficientemente en Jesús entonces sólo cosas buenas vendrán. Serán exitosos financieramente, tendrán mejor salud, su matrimonio será fuerte, y serán protegidos de todo peligro." El problema es que esto no refleja la vida o el testimonio de las escrituras o de Jesús. Jesús parece solamente prometernos la Cruz. Cuando Pedro proclama que Jesús es "El Cristo de Dios", Jesús le ordena a él y a los otros discípulos al silencio. El término Cristo era un título real. Literalmente significa "el ungido" y se refería al rey. El título había llegado a ser políticamente significativo. Los discípulos y otros pueblo judíos de aquella época buscaban un rey guerrero que derrocaría violentamente a la opresión de los ocupantes romanos. Y después restauraría a Israel en una posición de poder y éxito. Jesús tenía otra idea de lo que significaba "el Cristo". Jesús había venido a revelar que el poder de Dios no es fuerza. El poder de Dios es la suave persuasión del amor. Dios no está más preocupado con riqueza y privilegio pero mas bien con los pobres y marginados. La predicación de Jesús que "los últimos serán los primeros" y "el mayor será esclavo de todos" sería una amenaza al orden establecido. Las vastas multitudes que vivían en debilitante pobreza tenían valor y el uno por ciento "que reinaban sobre otros" tenían la responsabilidad de cuidar de aquellos que no tenían nada. Estas palabras matarían a Jesús. Pero él desató al espíritu que está cambiando nuestro mundo y nos apunta en la dirección del Reino de Dios. Para aquellos que predican el "evangelio de la prosperidad" Jesús no era un éxito. Jesús murió por una ejecución reservada para el más atroz de los crímenes. Su puñado de seguidores huyeron. Sin embargo, sienten a Jesús vivo en una forma radicalmente nueva. Él les da el espíritu para seguir su sueño del Reino de Dios. Ellos anuncian su mensaje radical de un amor para todos. Como Jesús estamos facultados para estar hombre a hombre con los pobres, débiles y los marginados. Hablamos por los que no tienen voz. Cedemos nuestro lugar privilegiado para estar con los indefensos. Vemos en ellos al Cristo crucificado. Compartimos en el desempeño de la cruz de uno y el otro en nuestro camino hacia un nuevo mundo. Vivimos en un mundo de miedo y violencia. A menudo se opone a la visión del Reino. El ataque de la semana pasada en un bar gay pone ante nosotros una serie de cuestiones. En primer lugar, esto fue un ataque dirigido contra la comunidad gay. La homofobia está viva y presente. La comunidad gay todavía enfrenta mucho abuso y violencia. Incluso cierto lenguaje que utilizan las comunidades de fe dan permiso a odiar. Como Cristianos estamos unidos al arzobispo de Chicago Blase Cupich, quien afirmó, "nuestros corazones y oraciones están con... nuestros hermanos y hermanas gay y lesbianas." La segunda cuestión: ¿podemos tener un fin sensato a la proliferación de las armas semi automáticas con grandes capacidades de tiro? Tenemos que dejar de decir que 'nuestras oraciones están con las víctimas' si no vamos a hacer algo al respecto. Dios contesta las oraciones a través de nosotros. Necesitamos enfrentarnos a las pólizas de la industria de las armas que previenen el paso de una legislación sensata. Su preocupación es sólo la venta de armas y municiones no la libertad. ¿Acaso vamos simplemente a aceptar las decenas de miles de personas que mueren cada año por la violencia de las armas? Por último, tenemos que dejar de culpar al Islam por todo musulmán desquiciado. Los cristianos lunáticos que asaltan clínicas de aborto no representan el cristianismo más que los musulmanes que cometen violencia representan su fe. Me atreveré a hacer algún análisis de psicología pastoral y decir que el hombre que disparó el club gay no estaba en una lucha con su religión sino con su propia identidad sexual, entre otros graves problemas. Cualquier persona que es poseída por nuestro sueño del Reino mirará el mundo de manera diferente. Y el mensaje puede ser una amenaza, especialmente para aquellos que están perfectamente cómodos con la manera en que las cosas son. Algunos de nosotros seremos crucificados por las buenas noticias. Pero una vez que verdaderamente nos hemos revestido en Cristo la oposición a la que nos enfrentamos es un precio pequeño en la luz del amor de Dios y la eternidad. Feliz día de los Padres a todos los Papás y Paz a Todos, Fr. Ron Esta carta está en español en el sitio web: www.stannechurchbyron.com