¿Es Esencial la “Oración del Pecador” para la Salvación? Artículo escrito por: R. Larry Moyer Presidente y Director Ejecutivo Evan Tell, Inc. Las presentaciones del Evangelio con frecuencia terminan con una oración. Tal vez hayas oído que la llaman “la oración del pecador.” En esa oración, la persona que confía en Cristo, reconoce que es pecadora, poniendo su fe en Cristo para su salvación. Algunas oraciones tienen una terminología más clara que otras. La pregunta es, “¿Es esencial esa oración para la salvación?” Retrocedamos un poco. ¿Qué fue lo que Cristo llevó a cabo en la cruz? Él satisfizo la ira de un Dios santo contra nuestro pecado. Mientras moría como nuestro sustituto, Él declaró, “Consumado es.” (Juan 19:30) A través de Su muerte y resurrección, Él pagó por todas las faltas que hemos cometido. Nuestra cuenta de pecados fue pagada por completo. Es por ello que ahora Dios puede darnos la vida eterna como un regalo – de forma totalmente gratuita. Sin embargo, es un regalo que puede ser rechazado o recibido. Así que, ¿cómo es que uno recibe el regalo de la vida eterna? La respuesta a esa pregunta puede ser encontrada en el libro que Dios escribió específicamente para decirnos cómo recibimos la vida eterna –el libro de Juan. Se nos dice en Juan 20:31, “Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.” Noventa y ocho veces en el libro de Juan, se utiliza la palabra “creer.” Juan 1:12 dice, “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.” El verso más conocido de Juan dice, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (Juan 3:16). La palabra creer significa confiar. Sabiendo que soy un pecador, debo venir ante Dios reconociendo que Su Hijo llevó el castigo por mis pecados y resucitó, y confiar en Cristo únicamente para salvarme. Una persona que impactó profundamente mi vida con la claridad del Evangelio dijo, “El mensaje tras el Evangelio es: „Quédate satisfecho con lo que satisface a Dios.” Solo cuando estoy satisfecho de que la muerte de Su Hijo y solamente esa muerte llevó a cabo mi salvación, le perteneceré eternamente. Reconozco ante Dios que -“Si Tú no me llevas al cielo, iré al infierno. Tú y solo Tú eres mi único camino a la vida eterna.” En ese instante, tenemos tanta seguridad del cielo como si ya estuviéramos ahí. La vida eterna comienza en ese momento y culminará en Su presencia. La promesa de Jesús fue, “De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.” (Juan 6:47). Así que ¿qué tiene que ver el decir una oración con la salvación? Absolutamente nada. No somos salvados por decir una oración. Somos salvados por confiar en Cristo. Eso es por lo que Cristo pudo ver al ladrón en la cruz y decirle : “De cierto te digo que hoy 1 estarás conmigo en el paraíso.” (Lucas 23:43). Jamás se ha mencionado que el ladrón “dijera una oración.” Ahí en la cruz mientras colgaba al lado del Salvador del mundo, él creyó en Cristo como su Salvador. Por tanto Cristo le dijo, “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.” (Lucas 23:43). Eso no significa que el decir una oración al momento de venir a Cristo esté mal. Tal oración tiene dos ventajas. Una es que se meta en la mente de la persona lo que ella está haciendo (y probablemente hizo al menos 30 segundos antes de que orara) – confiar en Cristo. Segundo, que habiéndolo verbalizado para Dios, tal oración le anima para decírsela a otros. Dios no necesita ser informado. Él está totalmente enterado de lo que esa apersona está haciendo –confiando en Cristo. Pero el haber expresado su decisión a Dios, anima al nuevo creyente a expresarlo ahora a los demás. Sin embargo, muchas cosas son importantes. Una es que para guiar a la gente a Cristo, necesitamos dejar en claro que el decir una oración no salva. Explicarles que lo que salva es confiar en Cristo. La oración es solo la forma en que ellos le dicen a Dios lo que están haciendo. Esa es la razón por la que, si siento que un no cristiano está preparado para venir a Cristo, le pregunto, “¿Te gustaría orar ahora mismo y decirle a Dios que estás confiando en Cristo?” Si ellos responden positivamente, entonces digo, “Ahora, antes de que oremos, déjame explicarte algo. Decir una oración no salva; es el confiar en Cristo lo que salva. La oración es solo la forma en que le dices a Dios lo que estás haciendo. Pero si ahora mismo quieres confiar en Cristo, esta es la forma en que se lo expresas a Dios. ¿Por qué no oras conmigo en voz alta?” Entonces le guío en oración, frase por frase, mientras le dice a Dios lo que está haciendo. Si les has dejado en claro que el decir una oración no salva, después que ellos han verbalizado a Dios lo que han hecho, esto es lo que debe suceder. Suponte que les preguntas, -- “Si estuvieras ante Dios y Él te preguntara, „¿Por qué debo dejarte entrar el cielo?‟ ¿qué le dirías? Ellos deben responder, “Porque he confiado en Cristo para salvarme,” no, “Porque dije una oración.” También, es importante no confundir el Evangelio o una clara presentación de él con una oración confusa. Si tu los diriges en oración, ésta es la clase de oración para utilizar. Amado Señor, vengo ante ti ahora. Se que soy un pecador. Nada de lo que hago me hace merecedor del cielo. Ahora entiendo que Jesucristo murió por mí. Él tomó mi lugar, mi castigo, y resucitó. Ahora mismo pongo mi confianza únicamente en Cristo para salvarme. Gracias por el regalo de la vida eterna que acabo de recibir. En el nombre de Jesús, amén. La “oración del pecador” no es esencial para la salvación. Confiar en Cristo es lo que salva. Si utilizas una oración para guiar a la gente a Cristo, asegúrate de usarla de manera que mejore y no confunda su comprensión de la salvación. ObreroFiel.com- Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda. 2