¿QUÉ ES LA HOMEOPATÍA UNICISTA

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¿POR QUÉ ES INTERESANTE LA HOMEOPATÍA UNICISTA?
La homeopatía unicista es aquella que utiliza un medicamento
homeopático único cada vez dirigido a curar la totalidad de los síntomas
del paciente tanto en el plano físico como en el mental.
La Homeopatía unicista está basada en los principios establecidos por su descubridor
Samuel Hahneman, medico alemán del siglo XVIII, que después de sentirse
decepcionado con la medicina de su época, dedico su vida a la búsqueda de un sistema
de medicina diferente que pudiera producir curaciones profundas y duraderas en el
ser humano.
Hahneman comprendió que la enfermedad no es simplemente un conjunto de
síntomas físicos o mentales que incomodan más o menos al paciente, sino que se trata
de un desequilibrio de su energía vital central. La energía vital es la fuerza que rige la
conformación, el sostenimiento y el desarrollo de todos los seres vivos. En estado de
armonía, la energía vital se expresa en salud y vigor, y en estado de desequilibrio, en
enfermedad y debilidad. Toda alteración material, estructural o funcional del
organismo, es siempre una manifestación de la energía vital que lo sostiene. Y cada
individuo tiene una energía vital única que se expresa de forma única. Por esto, cada
paciente manifiesta un cuadro de enfermedad único, expresión del desequilibrio de su
energía vital en los diferentes planos de su ser: síntomas físicos concretos, tendencias
a ciertas enfermedades, obsesiones mentales, sueños repetitivos, miedos, sensaciones
extrañas, etc. Si ésta desviación de la energía vital no se corrige en profundidad,
termina condicionando al individuo a vivir en desequilibrio, tanto en su salud física
como en su libertad interior, impidiendo el desarrollo pleno de su potencial de vida.
Por ésta razón, tratar afecciones locales, como unas anginas o una bronquitis, tal y
como lo hace la medicina alopática o convencional, no es en realidad curar, sino
simplemente suprimir uno de los síntomas que produce la energía vital
desequilibrada. La energía vital del organismo produce síntomas como mecanismo de
compensación del estado de desequilibrio; por ejemplo, en una situación de estrés
muy fuerte, se puede producir un estado de gripe que obliga a la persona a guardar
cama y descansar. Otro ejemplo es cuando en un estado de infección generalizada, el
organismo produce un cuadro de fiebre para combatir las bacterias o virus que han
invadido el cuerpo. La reacción de la energía vital al desequilibrarse, es localizar la
desarmonía mediante la creación de un síntoma y así salvar la totalidad del
organismo.
Cuando se suprime el síntoma creado por la energía vital como mecanismo de
preservación del resto, entonces se crea un desequilibrio aun más profundo que será
expresado con síntomas aún más graves: comenzando por la piel hasta llegar a los
órganos vitales, localizándose finalmente en la mente, o terminando con la vida del
paciente. Como ejemplo simple podemos exponer que, en muchos casos, al suprimir
una psoriasis o una dermatitis atópica en un niño, se produce posteriormente un
cuadro de asma. En otros casos, al suprimir el asma del niño, se producen cuadros de
conducta anómala, como la hiperactividad ó un cuadro de atención deficitaria.
Podemos pues decir que, ‘no está enfermo el paciente porque presenta una artritis,
sino que el paciente está enfermo, y por ello produce una artritis’. Curar la artritis en
este caso no es curar al paciente, sino sólo suprimir una manifestación de su
desequilibrio. La situación se podría comparar con un coche que, teniendo problemas
en el motor, dispara la luz roja de la temperatura o del aceite como medio de llamar
la atención para que el dueño arregle el problema de fondo. ¿Qué pensaríamos si al
llevarlo al taller, el mecánico se limitara a arrancar la bombilla roja encendida en vez
de arreglar el depósito del aceite? En realidad, el único objetivo posible de una
verdadera curación es el restablecer el equilibrio de la fuerza vital del organismo.
La homeopatía unicista tiene en cuenta a la persona como una unidad única e
indivisible. Así pues, la homeopatía unicista no emplea simultáneamente
medicamentos diversos para los diferentes síntomas de la persona—un remedio para
la psoriasis, otro para digestiones lentas y otro para la tristeza--- sino que emplea un
medicamento único cada vez para tratar el desequilibrio de fondo que es el que
produce todos los síntomas del paciente, el auténtico ojo del huracán de la
enfermedad y del malestar del ser humano. Cuando se restablece la salud de éste
modo, no sólo desaparecen los síntomas inmediatos que presenta el paciente, sino
que también se fortalece su salud en general y se evita el desarrollo de enfermedades
más serias en el futuro.
SUSANA AIKIN, CCH, RSHom (NA), es homeópata unicista graduada de la School of
Homeopathy de Nueva York, ciudad donde también ha ejercido durante años como
profesional. Actualmente reside y practica homeopatía en Madrid.
Teléfono: 618 446364 Correo electrónico: homeopatia@susanaaikin.com
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