REVISTA ANÁLISIS esto dentro del marco de permanente cambio que se da en el proceso evolutivo de la adolescencia-juventud. Otros factores de riesgo identificados Bry et al. (1982), Newcomb et al. (1986), Labouvie (1986) y Hawkins (1989) lograron identificar y sistematizar algunos factores de riesgo. Lo valioso del siguiente patrón de factores está en los resultados encontrados en preadolescentes, adolescentes y adolescentes jóvenes. Así, forman parte del patrón hallado por los autores, la búsqueda de sensaciones, déficit atencional e hiperactividad, baja reacción del sistema nervioso central y autonómico, factores hormonales, actitudes favorables al uso de las SPA, percepción de los pares y de los adultos que consumen SPA, bajo promedio escolar, carencia de religiosidad, uso temprano de alcohol y tabaco, prácticas de manejo familiar pobres e inconsistentes, conflicto familiar, pobres relaciones familiares, alienación, rebeldía, inicio temprano de comportamientos de riesgo, tempranos y persistentes problemas de conducta. Algunos mitos en estos períodos de desarrollo No es infrecuente que los adultos tengan una imagen deformada e incompleta del adolescente. Se tiende a considerar a los adolescentes como jóvenes problemáticos, rebeldes, irresponsables, desordenados, desinteresados en el futuro, violentos, con pocos recursos para los estudios, amantes de la "mala" diversión y de la vagancia, irrespetuosos, entre otras características. Al respecto, si bien se encuentran en la preadolescencia y la adolescencia, estas conductas no son generalizables ni características de estos períodos. Va l e l a p e n a r e s a l t a r a l g u n a s investigaciones que lograron romper con ciertos mitos. Kandel (1980) realizó un estudio en los Estados Unidos en el que encontró que 38 sólo cerca del 5% de los menores entre los 14 y 18 años de edad presentaron problemas graves de dependencia y requerían tratamiento especializado. La mayoría de la muestra estudiada no había tenido comportamientos de alto riesgo, ni tuvieron crisis acentuada. Por su parte, Freyre (1997) comunica que en un estudio con preadolescentes y adolescentes norteamericanos, se encontró que el 80% de ellos se adaptaba exitosamente a estos períodos, es decir, sin desarrollar patología severa o problemas sociales significativos. De ellos, el 30% tenía una adolescencia fácil, el 40% experimentaba crisis intermitentes, y un 30% pasaba este período de manera "tormentosa". Sin embargo, se encontró un 20% de población que no logró adaptarse, presentando dificultades como uso exagerado de SPA, problemas de comportamiento severo, fugas del hogar, embarazo temprano, entre otras problemáticas. Estos datos nos dan indicios razonables para desterrar el mito de que la adolescencia es necesariamente sinónimo de conflicto, dado que si se toma como base las poblaciones estudiadas, se deduce que la mayoría transita por estas fases sin problemas de carácter disfuncional; en todo caso, se ajustan al período. Algunas ideas para reflexionar El enfoque que proponemos se inscribe dentro de lo sistémico, ya que permite explicar las interacciones de los sistemas y sus componentes, como también identificar y viabilizar ejes de acción e intervención para mejorar la calidad de procesos básicos durante fases del ciclo vital, tales como la adolescencia y la juventud. Podemos decir que la adquisición de salud integral de los preadolescentes, adolescentes y adolescentes jóvenes, y las posibilidades de protegerlos y mejorar sus estilos de vida, dependerán de algunos factores condicionantes como: 1. Asumir que la adolescencia es una fase de heterogeneidad y una interfase