CARTA AL EDITOR Tuberculosis y estudiantes de medicina Tuberculosis and medical students J. Jhonnel Alarco1, Esmilsinia V. Alvarez-Andrade2 (1) Estudiante de medicina, Facultad de Medicina, Universidad Nacional San Luis Gonzaga. Ica, Perú. (2) Interno de medicina, Hospital Regional de Ica. Ica, Perú. Recibido el 16 de junio de 2012. Aceptado el 9 de julio de 2012. Sr. Editor La tuberculosis es una enfermedad infecto contagiosa que es considerada un factor de riesgo para el personal sanitario y para los estudiantes de ciencias de la salud, es una infección que se puede contraer en el ambiente nosocomial y puede considerarse como una enfermedad laboral porque se produce como consecuencia de las condiciones del trabajo sanitario. El mayor riesgo de contagio para el personal sanitario lo constituyen aquellos pacientes con tuberculosis pulmonar o laríngea no diagnosticada, por el peligro de diseminación de los bacilos; los que no reciben tratamiento adecuado y en los que no se realiza un correcto aislamiento respiratorio (1). Los estudios sobre la infección intrahospitalaria de la tuberculosis están orientadas a la descripción de brotes nosocomiales, sobre todo cuando se trata de tuberculosis resistente; a la descripción de la tasa de infección mediante pruebas periódicas de tuberculina en el personal sanitario o en estudiantes de ciencias de la salud y a la determinación de la incidencia de la enfermedad entre los profesionales sanitarios (1,2). El contagio de la tuberculosis es exclusivamente por vía aérea y no por contacto directo, el tiempo de exposición y la concentración de las gotitas de Flugge en el aire que, por su bajo peso pueden estar suspendidas por horas o ser transportadas por las corrientes de aire hacia otros ambientes hospitalarios, son factores determinantes que aumentan el riesgo de infección en el personal de salud y en los estudiantes de medicina y carreras afines (3). Una manera de determinar el grado de infección de los estudiantes es a través de la prueba de derivado proteico purificado (PPD) o llamado tuberculina. El resultado de esta prueba se da por el tamaño de la induración medida a las 72 horas, en donde aquellos con una induración de menos de cinco mm son considerados negativos, los que tienen entre 5-10 mm son sospechosos o normal si han recibido la vacuna contra la tuberculosis o Bacillus de Calmette y Guérin (BCG), y con 10 mm o más son positivos, lo cual orienta al diagnóstico y al tratamiento profiláctico (4). El bacilo puede permanecer latente en los macrófagos sin producir síntomas (infección tuberculosa latente), o progresar a enfermedad (5-10 % de los infectados). Se estima que de cada 100 personas expuestas al Mycobacterium tuberculosis por contactos conocidos, sólo 50 se van a infectar. Un individuo infectado es un “enfermo tuberculoso en potencia” y aquí radica uno de los pilares del control de la enfermedad en los países desarrollados, y uno de los vacíos por la falta de diagnóstico en los países sub desarrollados (5). Los estudiantes de medicina se encuentran expuestos a esta enfermedad como parte de su formación académica, varias investigaciones demuestran que el porcentaje de infección aumenta a medida que los estudiantes pasan más tiempo en los hospitales como cuando cursan los ciclos finales, en donde para mejorar sus destrezas tienen que estar más tiempo en contacto con los enfermos y sus familiares (2), mientras que los internos de medicina, por las condiciones de su estancia, pasan aún más tiempo en contacto con los pacientes y muchas veces sin tener la experiencia adecuada tienen que afrontar situaciones de alto riesgo como el contagio de enfermedades infecto contagiosas. Diversos estudios proponen la implementación de programas de control de la tuberculosis en las facultades de medicina, especialmente en aquellas ciudades que tengan una mayor incidencia de esta enfermedad, la realización de pruebas de tuberculina en forma periódica a los estudiantes, internos y postgraduados durante su etapa de entrenamiento en la residencia, lo que permitiría la detección de aquellos que se encuentren en riesgo o infectados con la finalidad de ser diagnosticados y tratados precozmente (2,3). Consideramos necesario que estas medidas se implementen en colaboración con las universidades, facultades de medicina y hospitales sedes del entrenamiento médico, con el afán de garantizar la salud de los estudiantes y reforzar las medidas de prevención y control de la Tuberculosis. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Casas X, Ruiz-Manzano J, Casas I, Andreo F, Sanz J, Rodriguez N, et al. Tuberculosis en personal sanitario de un hospital general. Med Clin 2004;122(19):741-3. 3. Huaroto L, Espinoza MM. Recomendaciones para el control de la transmisión de la tuberculosis en los hospitales. Rev.perú. med.exp.salud publica 2009;26(3):364-9. 5. Cascante JA, Pascal I, Eguía VM, Hueto J. Diagnóstico de la infección tuberculosa. Anales del Sistema Sanitario de Navarra 2007;30:49-65. 2. Teixeira E, Menzies D, Comstock G, Cunha A, Kritski A, Soares L, et al. Latent tuberculosis infection among undergraduate medical students in Rio de Janeiro State, Brazil. The International Journal of Tuberculosis and Lung Disease 2005;9(8):841-7. 4. Madrigal A, Vázquez P, Arellano P, Prado G, Guzmán M, Gallegos C, et al. Reactividad al PPD en estudiantes deficiencias biomédicas de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, México, 2005. Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría 2008;21(83): 68-74. CORRESPONDENCIA J. Jhonnel Alarco Email: jhonnelalarco@gmail.com 119 REVISTA ANACEM. VOL.6 N°2 (2012) Los autores declaran no tener conflicto de interés en relación a este artículo.