UNIDAD Técnicas de Primeros Auxilios 2 FICHA 1. PRINCIPIOS GENERALES. FICHA2. VALORACIÓN PRIMARIA Y SECUNDARIA DEL ACCIDENTADO. FICHA 3. AHOGADOS. FICHA 4. HEMORRAGIAS Y SHOCK HIPOVOLÉMICO FICHA 5. QUEMADURAS FICHA 6. FRACTURAS FICHA 7. REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR. TEST DE AUTOEVALUACIÓN. Prevención de Riesgos Laborales. Nivel Superior. Pág. 221 Pág. 222 Capítulo 5. Unidad 2. Ficha 1. Principios Generales Primero: Estar tranquilo, pero actuar rápidamente.- Con tranquilidad se da confianza a la víctima y a aquellos que se encuentren cerca. Los testigos suelen tener miedo, con frecuencia pánico o están sobreexcitados. El auxiliador ha de dar ejemplo mostrando su tranquilidad. Segundo: Hacer una composición de lugar.- Cuando se llega al lugar del accidente no se debe comenzar a actuar curando al primer herido que se encuentre. Pueden haber otros heridos más graves y que, por tanto, necesiten atenderse en primer lugar. Hacer, pues, un rápido examen del lugar. Debe intentarse saber si existen heridos ocultos. Hay que darse cuenta también de las posibles fuentes de peligros que aún existan: amenaza de derrumbamiento, ruptura de canalizaciones de gas o de agua, fuego, etc. Tercero: Mover al herido con gran precaución.- Jamás se cambiará de sitio al accidentado antes de cerciorarse de su estado y haberle proporcionado los primeros cuidados. Además, un herido grave, no debe ser movilizado excepto por estas tres razones: 1) para poderle aplicar los primeros auxilios; 2) evitar el agravamiento de sus heridas; y 3) protegerle de un nuevo accidente. Cuarto: Examinar bien al herido.- Investigar si respira, si tiene pulso, si está consciente, si sangra, si tiene una fractura, si presenta quemaduras, si ha perdido el conocimiento. Estar bien seguros de no haber dejado escapar nada. Quinto: No hacer más que lo indispensable.- Si se intentan hacer demasiadas cosas, se retrasará el traslado de la víctima. El papel del auxiliador no es el de reemplazar a los servicios sanitarios, sino que se ha de limitar a proporcionar aquellas medidas estrictamente necesarias para un correcto transporte del herido. Sexto: Mantener al herido caliente.- Evitar no obstante un calor excesivo, manteniéndole a una agradable temperatura. Si hace frío, todo el cuerpo debe ser calentado; para ello lo mejor será envolverlo en una manta. Séptimo: No dar jamás de beber a una persona inconsciente.- En este estado no podrá tragar y existirá peligro de ahogarla al penetrar el líquido en las vías aéreas. Si la víctima conserva la consciencia y no presenta una herida profunda en el vientre, se le puede dar de beber, lentamente, y sólo a pequeños sorbos. No darle alcohol, es preferible café o té caliente, sobre todo si hace frío. Prevención de Riesgos Laborales. Nivel Superior. Pág. 223 Octavo: Tranquilizar a la víctima.- El accidentado tiene miedo. Hay que hablarle ya que está angustiado; el curso de su vida se ha visto truncado bruscamente y padece por los que le acompañan o por su familia. Hay que tranquilizarle, calmar sus temores y levantarle el ánimo. Hay que decirle que hay gente cerca que se ocupa de él, que los servicios de urgencias han sido avisados y que vendrán pronto. No se le debe dejar ver su herida. Noveno: No dejar nunca solo al accidentado.- El estado del mismo puede gravarse en un corto espacio de tiempo. Pág. 224 Capítulo 5. Unidad 2. Ficha 1. Valoración Primaria y Secundaria del Accidentado. VALORACIÓN PRIMARIA El proceso de valoración consiste en la recogida de datos sobre el paciente que pueden ser de utilidad para facilitar la correcta actuación del auxiliador. Esta valoración ha de ser sistemática y precisa. Entendemos dos formas complementarias y consecutivas de valoración: la primaria y la secundaria. En una situación de urgencia, a pesar que la reacción instintiva de cualquier persona es emprender alguna acción, no se ha de caer en este error, pues la valoración primaria requiere pocos minutos y de su realización puede depender la vida del accidentado. La valoración primaria se inicia con la primera impresión que el auxiliador tiene al ver al herido, que se forma a partir de lo que vemos y oímos, seguida de la evaluación primaria propiamente dicha, que consiste en identificar problemas que amenazan la vida del individuo, resumidos en el ABC: A.-AIRWAY: Permeabilidad de las vías aéreas, necesaria para que el aire llegue a los pulmones. B.-BREATHING: Existencia de respiración espontánea. C.-CIRCULATION: Existencia de latido cardiaco y ausencia de grandes hemorragias. La alteración de estos tres puntos se da en la parada cardiorespiratoria, que será tratada posteriormente. VALORACIÓN SECUNDARIA Sólo después de realizar la valoración primaria y las debidas actuaciones (reanimación cardio-pulmonar, apertura de vías, etc..), si las hubo, se realiza la valoración secundaria. Ésta consiste en la valoración del estado del accidentado de pies a cabeza, tanto por delante, por detrás y por ambos laterales. Se han de buscar: • fracturas de miembros o de la columna vertebral, • golpes recibidos en la cabeza, tórax, abdomen y/o espalda que puedan producir hemorragias internas, • lesiones, contusiones, quemaduras, dolor, etc. Durante este proceso se interrogará al enfermo, si está consciente, intentando obtener la mayor cantidad de información posible por si dejara de estarlo. Se anotaran, y posteriormente se trasmitirán a los servicios sanitarios, los siguientes datos: Prevención de Riesgos Laborales. Nivel Superior. Pág. 225 - Nombre y apellidos Edad Constantes vitales (pulso y respiración) Enfermedades que padezca o halla padecido Medicación que toma habitualmente (anticoagulantes, insulina,..) Alergias a algún medicamento Si lleva algún informe médico encima Localización del dolor Hormigueos, "descargas eléctricas", entorpecimiento de las piernas Actuaciones de primeros auxilios realizadas y respuesta del paciente a ellas, SI existe hemorragia la cantidad aproximada y el origen, SI se está realizando la Reanimación Cardio-Pulmonar, tiempo desde la parada y tiempo que se está realizando la maniobra. SI existe intoxicación por fármacos o productos tóxicos, cuándo y qué cantidad, y si hubo vómitos. Pág. 226 Capítulo 5. Unidad 2. Ficha 3. Ahogados El ahogamiento por asfixia o por inmersión, se produce porque un medio líquido obstruye el paso del aire al interior de la vías aéreas. Hay dos clases de ahogamientos: - Ahogamiento seco: Se produce un espasmo de la glotis por Iaringoespasmo, por lo que el agua no llega al interior del árbol bronquial; también se denomina ahogamiento blanco, por el aspecto pálido de la víctima. - Ahogamiento húmedo: Hay aspiración de líquido a los pulmones tras la fase inicial de laringoespasmo, por estímulos de la hipoxia y la hipercapnia en el centro respiratorio de la Inspiración; se denomina ahogamiento azul y representa el auténtico cuadro de asfixia por inmersión. Por otro lado, según el medio en que se produzca, la inmersión puede ser por: Agua de mar, que es hipertónica, lo que provoca paso de líquido hacia los bronquios y los alvéolos, dificultando el intercambio gaseoso, llegando a la muerte por asfixia, hipoxia, acidosis y edema pulmonar. Agua dulce, que es hipotónica y pasa rápidamente desde el alvéolo al torrente circulatorio, produciendo hipervolemia y hemólisis, lo que ocasiona la muerte por fibrilación ventricular, hipoxia y edema pulmonar. Ahogamiento en piscinas, que es igual al del agua dulce, con el agravante del cloro que produce acción tóxica en la pared alveolar. Ahogamiento en aguas contaminadas, que presenta dos problemas añadidos: la contaminación bacteriana y la química. En cualquier caso, el principal acontecimiento tras la inmersión es la hipoxemia arterial. Inicialmente, tras la inmersión total en el agua, la víctima presa del pánico inhibe su respiración mientras lucha y se agita violentamente. La agitación poco a poco desaparece mientras pequeñas cantidades de aire salen de los pulmones y de la misma forma grandes cantidades de líquido son tragadas y aspiradas. Los vómitos están frecuentemente asociados en relación a la ingestión de gran cantidad de líquido. Finalmente desaparecen todos los reflejos de la vía aérea y el agua penetra pasivamente en la tráquea, sucumbiendo y produciéndose la parada cardiaca. Pero como anteriormente hemos descrito, existe el ahogamiento seco, en el que el laringoespasmo no permite la entrada de líquido y la muerte se produce por ausencia de ventilación e hipoxia. Prevención de Riesgos Laborales. Nivel Superior. Pág. 227 En todos los ahogados se produce, en mayor o menor intensidad, un cierto grado de hipotermia, que en cierta forma protege al cerebro de la hipoxia; esto es importante, ya que no se debe abandonar la reanimación de un ahogado basándose en su frialdad. En ocasiones el traumatismo suele ser el acontecimiento principal que precipita la Inmersión; a menudo coexisten lesiones cervicales y torácicas, que no son advertidas y conducen a consecuencias desastrosas. VALORACION, SOPORTE y ESTABILIZACIÓN. • SACAR DEL MEDIO ACUÁTICO • PERMEABILIZAR LA VÍA AÉREA • INICIAR LA VENTILACIÓN/OXIGENACIÓN • SI P.C.R., INICIAR R.C.P. • MONITORIZACIÓN E.C.G. • CONTROL SEGMENTO CERVICAL • CUIDAR LA HIPOTERMIA Lo más importante es extraer a la víctima del lugar del ahogamiento e iniciar prontamente las medidas de reanimación. La asfixia es el primer determinante de la mortalidad tanto temprana como tardía. Por tanto, el primer objetivo en la resucitación es corregir la hipoxemia y establecer la circulación ya en el lugar del accidente. Se deben iniciar las medidas tendentes a la ventilación pulmonar, mediante las respiración boca-boca o la administración de altas concentraciones de oxígeno, si se dispone de él, incluso en los pacientes conscientes y sin aparente dificultad respiratoria. Si no se aprecia latido cardíaco o pulso carotídeo, se debe pasar a una reanimación cardiopulmonar básica completa. Recordar que los vómitos pueden tener lugar en más del 50% de los ahogados durante la resucitación. Es primordial la adecuada limpieza de la vía aérea antes de proceder a la ventilación y el manejo del paciente como si existiera lesión de la columna cervical. Pág. 228 Capítulo 5. Unidad 2. También es muy importante tener en cuenta que en presencia de hipotermia, el tiempo convencional de límite de resucitación (30 minutos) debe ser ignorado hasta que la temperatura central supere los 30ºC. En niños los límites con respecto a la resucitación todavía son más prolongados. Las víctimas de ahogamiento que presentan hipotermia severa deben ser sometidos a una rápida y continuada reanimación hasta que se logre actividad cardíaca. La hipotermia hace extremadamente irritable el miocardio, por lo que es necesario en ocasiones, múltiples choques para revertir la fibrilación hasta que la temperatura alcance los 33-35ºC. Por todo ello, la monitorización electrocardiográfica es necesaria durante el calentamiento. Las maniobras para drenar el líquido de los pulmones son ineficaces y potencialmente peligrosas; deberán ser abandonadas porque pueden provocar el vómito o la aspiración. 3.1. Obstrucción de la Vía Aérea por un Objeto Cuando un objeto compromete la permeabilidad de la vía aérea compromete la vida. En la reanimación cardiopulmonar veremos la forma de abrir las vías en el caso de una víctima supuestamente inconsciente, donde será la propia lengua del accidentado la que impedirá el paso del aire. En este caso, va a ser un objeto el que va a entorpecer el paso del aire hacia los pulmones, pudiendo la víctima estar consciente o no. Antes de continuar, recordemos por un momento la anatomía de las vías respiratorias. estas se dividen en dos partes: vías respiratorias altas y bajas. La boca, nariz , faringe y laringe constituyen las vías respiratorias altas. Traquea, bronquios y bronquiolos las vías bajas. Habitualmente las obstrucciones se localizan en las vías altas con lo que la obstrucción es total. Una vez que el objeto pasa de la traquea, la obstrucción es parcial pues el objeto suele alojarse en el bronquio derecho, permitiendo la ventilación del izquierdo. La obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño suele ir acompañada por el estado de consciencia de la víctima y la ingestión accidental de un cuerpo, bien comida u otros objetos, causa de la asfixia. Si estamos presentes observaremos como la víctima lleva sus manos al cuello, signo universal de atragantamiento y asfixia. Si no estuviéramos presentes en el preciso momento del atragantamiento la observación del lugar puede darnos una pista de vital importancia (p.ej. un niño desmayado junto a un bote de canicas). La maniobra de Heimlich tiene diversas modalidades según esté la víctima de pie o acostada. • Si la víctima está DE PIE: el socorrista se colocará detrás de ella, colocando los brazos por debajo de los de la víctima. Seguidamente cerrará la mano alrededor del dedo pulgar en forma de puño, lo colocará horizontalmente con el dorso de la mano hacia arriba y el pulgar justo por debajo del esternón. La otra mano la colocará sobre el otro extremo del puño. En esta posición tirará bruscamente hacia él comprimiendo el abdomen en sentido ascendente varias veces seguidas. Prevención de Riesgos Laborales. Nivel Superior. Pág. 229 • Si la víctima está SENTADA: el socorrista se colocará detrás de ella con las rodillas flexionadas para estar a la altura más correcta, y procederá como en el caso anterior. • Si la víctima está EN EL SUELO: el auxiliador lo estira boca arriba, colocándose a horcajadas sobre sus muslos, con la palma de la mano encima del ombligo y la otra mano sobre la primera. De esta forma comprimirá hacia abajo y hacia la cabeza bruscamente varias veces. El auxiliador ha de colocar la cabeza de la víctima ladeada para facilitar la salida de objetos. En todos los casos las maniobras pueden repetirse varias veces seguidas y acompañándose de la búsqueda y retirada de objetos de la boca. Si todo esto no fuera suficiente o la víctima permaneciera inconsciente o tomara una coloración violeta practicaríamos varias insuflaciones con la intención de alojar el posible objeto en las vías bajas permitiendo una ventilación parcial. Si tras extraer el cuerpo extraño no respirara practicaríamos la R.C.P. (Que estudiaremos a continuación). Pág. 230 Capítulo 5. Unidad 2. Ficha 4. Hemorragias y Shock Hipovolémico Se habla de hemorragia cuando se produce una salida de sangre fuera de los vasos sanguíneos como consecuencia de la rotura de los mismos, en cualquier parte del cuerpo. Según sea o no visible la salida de la sangre, las hemorragias pueden ser: externas (vemos salir la sangre de la herida) o internas (no vemos salir sangre). Actuación (hemorragia externa) • aflojar la ropa, • averiguar de dónde sale la sangre, quitando la ropa y limpiando la sangre o suciedad, • comprimir directamente la herida con un paño limpio, y elevar el miembro afecto (si la hemorragia se produce en el brazo o la pierna). • si no cesa, buscar y comprimir la arteria de referencia, • excepcionalmente, si la vida del paciente está en peligro, debe colocarse un torniquete. El Shock La pérdida abundante de sangre (no siempre visible), el frío, el miedo, golpes recibidos durante el accidente y ciertas enfermedades, en particular las cardiacas, repercutirán en la circulación sanguínea. En cualquiera de estas situaciones el herido puede estar pálido, tener frío, sus extremidades se enfrían (pies, manos, orejas, nariz); está angustiado, tiene sed. La presión sanguínea se reduce en las arterias, el corazón late más deprisa y con menos fuerza; el pulso radial es débil y rápido (más de 100 latidos/minuto), imposible o muy difícil de palpar: es el SHOCK (también conocido como choque o colapso). Se define el shock como un estado de insuficiencia circulatoria periférica aguda causada por la alteración de la regulación circulatoria o pérdida de líquido circulante. Los signos y síntomas (ya comentados) van a ser: • • • la víctima está pálida (observar sobre todo la mucosa del interior de los labios y el interior del párpado inferior); tiene frío, las extremidades se han enfriado (manos, pies, orejas, nariz) y puede tiritar; el pulso está acelerado y es difícil de localizar a nivel de las pequeñas arterias; si no se encuentra en la muñeca hay que buscarlo en el cuello (carótida), o en la ingle si la víctima va poco vestida. Prevención de Riesgos Laborales. Nivel Superior. Pág. 231 La observación de un solo signo de los mencionados anteriormente debe hacernos actuar. Actuación: • tumbar a la víctima en posición horizontal (de espaldas si está consciente, o en PLS si está inconsciente); en esta posición la sangre circula mejor y puede aportar oxígeno al cerebro; • elevar las piernas al herido echado de espaldas; • buscar una hemorragia externa (oculta a veces por la ropa, sobre todo en invierno o tiempo frío) y detenerla; • interrogar al herido o a los presentes (un golpe, incluso poco violento, puede provocar una hemorragia interna); la víctima puede verse afectada por una enfermedad cardíaca y sufrir dolor torácico; • arropar a la víctima y evitar cualquier movimiento; • avisar a los servicios sanitarios, pues el tratamiento del shock necesita cuidados médicos especializados. El transporte debe hacerse bajo vigilancia médica; • la colocación del herido en la camilla y el transporte del mismo deberán hacerse siempre con la víctima en posición horizontal. Pág. 232 Capítulo 5. Unidad 2. Ficha 5. Quemaduras Las quemaduras pueden ser producidas por el fuego, líquidos calientes, productos cáustico, electricidad y por el sol. 5.1. Clasificación de las Quemaduras • Primer grado: muy superficiales (sólo enrojecimiento). • Segundo grado: aparecen ampollas en la piel. • Tercer grado: existe destrucción de los tejidos y la piel está carbonizada. Actuación en quemaduras de: Primer grado • Refrescar inmediatamente la quemadura con agua a una temperatura de entre 10 y 20 grados centígrados. • Beber abundantes líquidos si ésta es muy extensa, caso de las producidas por el sol durante el verano. Segundo grado Existe peligro de infección si la ampolla revienta al convertirse en una puerta de entrada para los microorganismos. Siempre se ha de lavar la zona afectada con abundante agua durante al menos 5 minutos; posteriormente, según el estado de las ampollas se actuará de una u otra manera. • Ampolla intacta: poner antiséptico sobre ella y cubrir con paño limpio o compresa estéril. • Ampolla rota: tratar como una herida. Lavarse las manos, aplicar antiséptico, recortar con una tijera limpia (a ser posible estéril) la piel muerta e impregnar nuevamente con antiséptico. Colocar una cinta adhesiva o tirita para evitar el dolor y la infección. Prevención de Riesgos Laborales. Nivel Superior. Pág. 233 Tercer grado • Apagar las llamas al accidentado con lo que se tenga a mano: mantas, tierra, o tirándose al suelo y revolcarse, • Lavar la zona afectada con abundante agua durante al menos 5 minutos, • NO retirar los restos de ropa, • NO se deben reventar las ampollas que aparezcan, • NO dar pomadas de ningún tipo, • Envolver la parte afectada con un paño limpio, toallas o sábanas, humedecidos en suero, agua oxigenada o agua, • Trasladar al paciente con urgencia hasta un centro hospitalario. La quemadura es el resultado clínico del contacto o exposición del organismo con el calor. Las quemaduras obedecen a múltiples causas, siendo comúnmente de origen accidental, laboral o doméstico, especialmente en niños. Una rápida y acertada actuación ante un quemado puede salvarle la vida y, en otros casos, mejorar el pronóstico y tiempo de curación del traumatismo térmico. Conociendo adecuadamente la etiología y la fisiopatología del quemado podremos estar en capacidad de hacer un tratamiento preventivo de las múltiples complicaciones y secuelas que pueden presentarse en estos pacientes. La piel es el órgano más extenso del cuerpo, con un espesor que varía entre 1-3 milímetros y es una barrera impermeable que también contribuye a la termorregulación. Se compone de dos capas: epidermis y dermis. La primera es la más externa; la segunda contienen tejido conjuntivo, vasos sanguíneos que aportan los nutrientes para la epidermis, folículos pilosos, glándulas sebáceas y sudoríparas y fibras nerviosas periféricas transmisoras del dolor. Precisamente estas fibras son las que se estimulan en las quemaduras superficiales, transmitiendo al cerebro la sensación dolorosa intensa que se produce y las que se destruyen cuando la quemadura es profunda, desapareciendo por tanto dicha sensación dolorosa. Como en el caso de todos los pacientes traumatizados, las prioridades son mantener la permeabilidad de la vía aérea, asegurar el intercambio de gases y restaurar el volumen intravascular. Una prioridad adicional en pacientes con lesiones térmicas evidentes es detener el proceso de la quemadura, representada por la eliminación de los vestidos, en particular los de fibras sintéticas, que pueden continuar ardiendo durante prolongados períodos de tiempo después de haberse extinguido las llamas. Pág. 234 Capítulo 5. Unidad 2. 5.2. Valoración Se realiza en base a dos parámetros: - Extensión: es el primer factor a considerar en la valoración de la severidad de una quemadura. - Profundidad: directamente relacionada con la temperatura del agente y el tiempo de duración del contacto. Se clasifican generalmente, en primer, segundo o tercer grado, de acuerdo con la profundidad de tejido destruido. Primer grado: destruye solamente la epidermis y se expresa, típicamente, por un eritema que palidece a la presión, es dolorosa y no se asocia con evidencia de desgarro de la piel ni formación de ampollas. Segundo grado: destruye la epidermis y un espesor mayor o menor de la dermis; se subdividen en dos grados, superficial o profundo. Su aspecto es rosado o rojo, con presencia de vesiculación de contenido plasmático y tienden a una epitelización espontánea. Son dolorosas. Tercer grado: destruyen todo el espesor de la piel y, salvo que sean muy pequeñas, no tienen posibilidad de epitelización espontánea. Su aspecto es pálido y se aprecian pequeños vasos coagulados. Son indoloras y no palidecen por la presión. En caso de duda entre el 2 y 3 grado, en las primeras existe dolor intenso y en las otras anestesia local, por destrucción de las fibras sensitivas. Para la evaluación de una quemadura también entran en juego otros factores como la edad, el agente causante o zonas especiales, entre ellas la cara, los pliegues, las manos y los genitales. 5.3. Pronóstico Dependiendo de la localización, profundidad y extensión se hace el pronóstico: - Quemadura grave: - Hasta 25% de superficie corporal total (SCT) 2 y 3 grado, en edades de 0 a 14 años. - Hasta 35% de SCT de 2 y 3 grado, en adultos. - Quemaduras pequeñas con: lesiones por inhalación, lesiones significativas preexistentes, enfermedades previas significativas, quemaduras profundas que afecten a cara, ojos, periné, mano y pie. Prevención de Riesgos Laborales. Nivel Superior. Pág. 235 - Quemadura moderada: - Entre 15 y 25% de SCT de 2 grado, en edades hasta los 14 años. - Entre 20 y 31% de SCT de 2 y 3 grado, en adultos. - Quemadura pequeña por alto voltaje. - Quemaduras térmicas o químicas limitadas al ojo. - Quemadura leve: - Hasta 15% de SCT de 2 grado, superficial hasta los 14 años. - Hasta 10% de SCT de 2º grado, profundo y hasta 20% de SCT de 2 grado superficial en adultos. El pronóstico vital de un quemado se refiere a la posibilidad de supervivencia y está directamente relacionado con la extensión y profundidad de la quemadura. El pronóstico de secuelas está principalmente relacionado con la localización de las quemaduras, por ejemplo, secuelas en cara, manos y pliegues, son más incapacitantes que retracciones o bridas localizadas en otras zonas corporales. Pág. 236 Capítulo 5. Unidad 2. Ficha 6. Fracturas Una fractura es una pérdida de continuidad del hueso. Puede producirse por diferentes mecanismos: tracción o arrancamiento, flexión, torsión, aplastamiento o compresión, y cizallamiento o tijera. 6.1. Fracturas abiertas y cerradas Las fracturas abiertas son aquéllas en las que el hueso atraviesa partes blandas y acaba saliendo al exterior. Se trata de una fractura más una herida. Es grave, pudiendo existir más o menos hemorragia, shock e infecciones. En las fracturas cerradas, el hueso no se exterioriza, y puede cursar con o sin desplazamiento. Los síntomas más comunes son el dolor selectivo e inflamación en la línea y foco de la fractura, aumentando en esta zona la palpitación. La actuación del socorrista en caso de que el accidentado presente una fractura es la siguiente: 1) Nunca se intentará reducir una fractura ya que los huesos actúan como cuchillos. Deberá procederse a la inmovilización del herido. 2) Inmovilizar por encima y por debajo de la fractura. No hay que trasladar a ningún accidentado sin inmovilizar. Si es preciso, se rasgarán las ropas y se dejarán sin retirar las botas, cascos o guantes. 6.2. Esguinces Son el estiramiento forzado o el desgarro de uno o varios ligamentos. Los síntomas son dolor e imposibilidad de movimientos. 6.3. Luxaciones. Son la pérdida de contacto de las superficies articulares con distensión o ruptura de ligamentos. Los movimientos son imposibles y sólo intentarlo es muy doloroso. La pauta de actuación es muy similar a la anterior. Prevención de Riesgos Laborales. Nivel Superior. Pág. 237 Ficha 7. Reanimación Cardiopulmonar Se detecta cuando la víctima no respira o su respiración es ineficaz, observado para ello los movimientos del tórax, es decir: - Su cara es pálida o violeta. Su pulso es inapreciable. Está inanimado y sin conocimiento. Su latido cardíaco es débil o inexistente. Las características esenciales de la respiración artificial son: - Urgente. Ininterrumpida. Mantenida. Eficaz. 7.1. Preparación inmediata de la respiración artificial - Buscar un lugar seguro. Liberar las vías aéreas. Sacar los cuerpos extraños y las prótesis dentales. Liberar las ropas que oprimen. Colocar a la víctima en un plano duro. Iniciar la respiración artificial. 7.2. Fundamentos técnicos de la respiración artificial - Extensión forzada. - Sello hermético de labios contra labios. - Respiración artificial en dos fases: 1) Insuflar aire taponando la nariz y observando si se eleva el tórax. 2) Permitir la espiración. - Frecuencia de 15 por minuto (entre 12-16). Practicar además el masaje cardiaco ante la ausencia de ritmo carotideo. Pág. 238 Capítulo 5. Unidad 2.