Cómo abordar los problemas de Celos y Rivalidad entre hermanos

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TALLER: Cómo abordar los problemas de Celos y Rivalidad entre
hermanos
OBJETIVO. Entender qué son los celos, el por qué se producen, cómo se
manifiestan y qué estrategias llevar a cabo para minimizar sus consecuencias y la
rivalidad.
Los celos y la rivalidad entre hermanos la debemos entender como un hecho natural
y normal, que no podemos evitar que suceda, independientemente de la edad. Forma
parte de una etapa normal y necesaria en el desarrollo evolutivo y ayuda a los niñ@s
a madurar emocionalmente.
Cada individuo es único y quiere ser único para los demás, sobre todo para aquellas
personas que son significativas en su vida y a las que ama.
Cuando alguien tiene la percepción de que deja de ser amado, atendido, querido…
por la persona “amada” porque existe otra persona que “rivaliza” por su atención y
cariño, se producen los CELOS. Es un estado subjetivo.
Citando a Mimí Plugiano “Todos somos celosos porque todos nacemos con dos
miedos: a la pérdida y al ataque”.
Cuando se desarrolla la capacidad de admitir la existencia de los otros estos miedos
desaparecen, pero cuando hay intensos sentimientos de inseguridad, hostilidad,
autocompasión e incluso depresión, porque queremos ejercer un control absoluto
sobre la “otra persona”, estos celos son patológicos. En la infancia y en nuestros
hij@s hay que observar que la celotipia no sea exagerada, produzca un gran malestar
y se prolongue en el tiempo.
Hay diversas variables que influyen para que se den los celos entre hermanos:
1.- La personalidad y el temperamento de los niñ@s. Es más probable que
desarrollen celos los niños con un temperamento sensible, metódico y detallista, con
poca tolerancia a los cambios y con esquemas de comportamiento rígidos. También
son más habituales en los niños que presentan poca capacidad para expresar sus
sentimientos.
2.- La percepción de la realidad, dado que no existe una realidad objetiva cuando
hablamos de sentimientos y percepciones, puesto que cada niñ@ construye “su
realidad” en base a su carácter, historia personal e interpretación de los hechos.
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Como padres podemos pensar que tratamos por igual a nuestros hij@s y que somos
ecuánimes, pero alguno de ellos puede interpretarlo de forma diferente, pensando que
su hermano tiene más privilegios o un trato de favor.
3.- La etapa evolutiva. La etapa más sensible es la de apego, de los 2 a los 4-5 años.
Cuanta mayor capacidad de adaptación exista, mayor será también la capacidad de
afrontar una nueva situación.
4.- El modelo familiar. Si en la familia existe un estilo educativo abierto,
comunicativo, afectivos, donde se destaca lo mejor de cada uno, se minimizan los
celos.
Ante la llegada de un nuevo hermano, el estado anímico y emocional de la madre tras
el parto, puede ser un factor de riesgo desencadenante de los celos.
Cuando hablamos de modelo educativo, hay que prestar atención a los extremos, que
como casi siempre tienen que cuidarse, dado que pueden producirse desajustes
conductuales.
Niñ@s con carencias afectivas
Necesidad continúa de atención
Poca tolerancia a compartir
Niñ@s con afecto excesivo
Demandantes
Prepotentes
Tod@s necesitamos tener un papel o “rol” en nuestra familia, y cada individuo
intentará marcar “la diferencia” que le haga único, para conseguir la atención y el
amor de sus seres queridos. Nuestros hij@s “rivalizarán” por conseguir que su “rol”
capte nuestra atención y amor.
Algunas de las conductas que manifiestan celos entre hermanos son:
Comportamientos regresivos (en los primogénitos)
Llamadas de atención, mediante conductas y comportamientos disruptivos.
Problemas de sueño y/o alimentación
Dificultades sociales y/o académicas
Expresión de sentimientos hostiles
Tristeza e infelicidad
Negación sistemática de sus errores o conductas
Culpabilización de los demás
Generalmente estas conductas son transitorias y puntuales, pero si persisten es
necesario reforzar la autoestima del niño, darle seguridad y afecto, establecer una
eficaz comunicación de sentimientos y empatizar con ellos.
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Es un error “obligarle” con nuestros mensajes a que quiera a su hermano, dado que el
querer a alguien es un sentimiento que surge espontáneamente, por lo que debemos
darle tiempo.
Hay ocasiones en las que una conducta se perpetúa para obtener la atención deseada,
privilegios, o para mantener una posición de aparente fragilidad que usará en su
beneficio.
La rivalidad entre hermanos es NATURAL. Un herman@ es a la vez aliado y
enemigo, rival y confidente, compañero y oponente. Es una de las relaciones más
ricas y complejas, que conllevan múltiples ventajas, que debemos saber transmitir a
nuestros hij@s:
Enseñan a compartir cosas materiales y atención, y a querer y dejarse querer
sin tendencia a la posesión.
Ayudan a conocerse a sí mismo, las aptitudes, los talentos, los límites, las
relaciones personales…
Entrenan habilidades sociales
Proporcionan mecanismos de control de impulsos
Es normal que los hermanos rivalicen, discutan y se pelen, tienen para ello múltiples
motivos:
Divertirse
Desahogarse
Conseguir atención
Defender sus derechos
Herir
Demostrar control
…etc…
La reacción de los padres ante estas manifestaciones es de suma importancia para
canalizarlas, y nuestra actitud siempre debe estar basada en la educación, la
conciliación y la mediación.
Las pautas básicas de prevención ante las riñas de nuestros hij@s deben ser:
1. Establecer normas claras sobre los comportamientos permitidos y las
consecuencias de estos.
2. Hacerles sentirse únicos y especiales, dedicándoles un tiempo exclusivo y
evitando las comparaciones
3. No intervenir sistemáticamente, ni de inmediato, hay que intentar que ellos
solucionen sus problemas o diferencias.
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No obstante, hay ocasiones en las que se hace imprescindible, por la situación,
intervenir o mediar. Algunas estrategias para llevar a cabo con éxito esta mediación
son:
•
•
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Reconoce sus sentimientos (“parece que estáis…..”)
Escucha el punto de vista de cada uno
Devuélveles su punto de vista sin dar tu opinión (“Pablo dice que…..y tú
Marta dices….”)
Enuncia el problema (“por lo que me contáis, parece que….”)
Invítales a que solucionen el problema
Si no son capaces de llegar a una solución ofréceles tu ayuda sin juzgar,
recordándoles las normas, invitándoles a negociar y llegando a un consenso y
solución del conflicto.
Cuando se dé un comportamiento incorrecto, inaceptable y/o disruptivo, que requiere
intervención inmediata, la primera estrategia es “parar la situación”, separándoles si
se están pegando o haciéndoles callar si se están insultando abusivamente, y
establecer un “tiempo fuera”, para calmar la situación y ayudar a la reflexión.
La relación entre los hermanos debemos hacer que sean fluidas y positivas.
Algunas estrategias para mejorar la relación son:
No forzar la interacción
Aceptar sus sentimientos
No “echar culpas”
No juzgar
No etiquetar
No proteger ni pegar
Utilizar el sentido del humor
Programar actividades familiares
Consultar con los hij@s y tener en cuenta sus intereses
Invitarles a comunicar sentimientos
Sacar siempre conclusiones positivas
Algunas sugerencias de Adele Faber para responder de manera diferente ante los
celos de un hermano:
"Por qué vas a tener otro bebé? Yo no quiero a nadie más".
En lugar de: "Verás cómo quieres al bebé. Vas a tener a alguien con quien jugar".
Considera:"¿Eso es lo que sientes? Cuéntame más. Luego te diré que tú siempre
serás mi único y queridísimo hijo mayor".
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Me gustaría que este bebé no hubiese nacido nunca".
En lugar de: "¿Cómo puedes decir algo tan desagradable de tu hermanito?"
Considera: "Algunas veces sí que te gusta el bebé, pero ahora no lo quieres aquí. Yo
sé que los bebés pueden ser muy molestos a veces, pero cuando sea más mayor y
puedas jugar con él te encantará"
"¿A quién quieres más?"
En lugar de: "Os quiero a los dos igual"
Considera: "Esa es una pregunta muy difícil porque los dos sois especiales para mí.
Os quiero a cada uno por ser como sois".
"¡Ga, ga, gu gu … ua, ua … mamá!".
En lugar de: "Deja de comportarte como un bebé. Ya eres un niño mayor".
Considera: "¿Quieres jugar a los bebés? Ven, siéntate en mis rodillas para que te
arrulle".
"Siempre le prestas más atención a ella que a mí".
En lugar de: "¡Eso no es verdad! Te presto atención constantemente".
Considera: "¿Te gustaría pasar más tiempo conmigo? A mí también me gustaría
pasar más tiempo contigo. ¿Quieres que juguemos los dos solos más tarde?"
Por qué siempre te pones de su parte?"
En lugar de: "Yo no me pongo siempre de su parte, pero a veces tú te comportas muy
mal con tu hermanito".
Considera: "¿Eso crees? ¿Por qué no me ayudas a entender mejor lo que sientes para
que pueda ser justa con los dos?"
"Odio a mi hermana"
En lugar de: "No es verdad; quieres a tu hermana"
Considera: "Algo de lo que ha dicho o hecho tu hermana te ha enfadado mucho".
Bibliografía recomendada
Adele Faber, Elaine Mazlish. Hermanos, no rivales. Ed. Medici 2010
Cuentos para trabajar los Celos y la Rivalidad
David Montserrat. Un intruso en la habitación. Ed. La Galera. Colección dulces
sueños
Emily Menéndez-Aponte. Cuando nace un hermanito. Ed. San Pablo
Nuria Figueras. El mediano. Ed. La Galera
Roser Rius. Ana no quiere crecer. Ed. SM
Trace Moroney. Cuando estoy celoso. Ed. SM
Artículo “La mejor edad para tener un hermano” en www.guiadelniño.com
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