Ministerio de Asuntos Exteriores de Dinamarca Datos sobre Dinamarca ENERO 2004 LITERATURA Saxo en el siglo XIII La literatura danesa nació en torno al año 1200, cuando el monje Saxo, en su celda del Monasterio de Sorø –según la tradición, el actual Klosterport, conservado y habitado hasta la fecha– escribió en un deslumbrante latín su colosal obra, la Historia Danesa (esp. 1999). Se trata de una narración histórica de corte político y a la vez de un libro fantástico, rebosante de leyendas sobre la época de los antiguos reyes y repleto de emocionantes relatos, que desde el Renacimiento –el libro se imprimió por vez primera en París en 1514– hasta finales del siglo XIX ha contribuido a acuñar y mitificar la conciencia nacional danesa. Saxo es, por ejemplo, la fuente del Hamlet que Shakespeare convertiría en protagonista de una de sus obras más célebres. Baladas medievales Dinamarca cuenta con un raro tesoro de literatura popular medieval de tradición oral, un cancionero. Se trata fundamentalmente de baladas, es decir, poemas narrativos. No hay unanimidad en cuanto a su aparición: algunos opinan que se remontan al siglo XIII, mientras que otros sostienen que las más antiguas no son anteriores al final del siglo XV. Las hay de tema épico y caballeresco, pero también de contenido burlesco. Lo que distingue a las baladas danesas de las demás es, por una parte, su gran homogeneidad como género y, por otra, el hecho de que se recogieran por escrito siglos antes que las de otros países. Ya en el Renacimiento, a partir del siglo XVI, las damas nobles copiaban estas baladas en sus breviarios, que en 1591 sirvieron de punto de partida al historiador Anders Sørensen Vedel para su Libro de los cien cantares. A éste siguió, en 1657, Trágica, colección realizada por Mette Gøye. Finalmente, en 1695 apareció una nueva edición del Libro de los cien cantares, llevada a cabo por Peder Syv, en la que se incorporaban cien piezas nuevas. Cuatro de los escritores daneses más significativos de los siglos XVIII y XIX. De izquierda a derecha: Ludvig Holberg, Adam Oehlenschläger, Hans Christian Andersen y Søren Kierkegaard. Ilustraciones: Frederiksborgmuseet y H.C. Andersens Hus. Desde una perspectiva europea, estas primeras ediciones de las baladas son únicas y constituyeron un fértil terreno para el desarrollo de una larga tradición lingüística y formal en el seno de la poesía danesa, tradición que se extendería desde el Romanticismo del XIX hasta la Primera Guerra Mundial. Más allá de las fronteras de Dinamarca, el crítico literario alemán Johann Gottfried von Herder tradujo algunas baladas danesas en su conocida antología Canciones populares de 1778-1779. A través de Herder, la tradición de las baladas danesas sirvió de fuente de inspiración al escritor alemán Johann Wolfgang Goethe para su célebre obra El rey de los elfos, de 1782. La literatura como género El cultivo consciente y específico de la literatura como forma artística independiente no llegó hasta el Barroco, en la segunda mitad del siglo XVII, momento en el que los estudiosos de la gramática y la métrica establecieron las normas de un lenguaje literario formal y escrito totalmente imbuido del incipiente y poderoso espíritu del absolutismo. La mayor figura del Barroco es Thomas Kingo (16341703), autor de salmos aún hoy conocido y respetado en la liturgia coral danesa, aunque también es autor de numerosos poemas profanos y grandilocuentes loas escritas con motivo de alguna celebración. Retratos de cuatro escritores daneses que han dejado sentir su gran influencia especialmente en el siglo XX. De izquierda a derecha: J.P. Jacobsen, Karen Blixen, Klaus Rifbjerg y Peter Høeg. Fotos: Det Kongelige Bibliotek, Scanpix Nordfoto/Jakob Boserup y Munksgaard/Rosinante/ Rigmor Mydtskov. El padre de la literatura danesa Siempre se ha considerado al dramaturgo, historiador y moralista Ludvig Holberg (1684-1754) el padre de la literatura danesa. La tradición teatral danesa tiene su arranque, y quizás también su única cima duradera, en las veinticinco comedias que, en un frenético arrebato de inspiración, escribió para algo que en aquel tiempo resultaba tan novedoso e insólito como un escenario danés, el teatro Lille Grønnegade, que existió entre 1722 y 1728. Aunque el autor teatral francés Molière y las comedias eróticas del romano Plauto influyeron en su obra, la mayor fuente de inspiración de Holberg fue la commedia dell’arte italiana, ese teatro juglaresco y callejero que él mismo había tenido ocasión de ver en Roma. La filosofía de la Ilustración, de la que con gran sensatez se hizo portavoz en sus escritos históricos y morales, apenas se aprecia en las comedias, que encierran un vigoroso sentido del humor y una concepción de la vida más propios del Renacimiento y del Barroco. También las comedias de Holberg traspasaron las fronteras nacionales llegando a formar parte del repertorio de los teatros alemanes y rusos. Algunos de los primeros ensayos de Goethe en este género se inspiran en su conocimiento de Holberg. Incluso el romántico alemán Ludwig Tieck conocía y leía las comedias del danés, aun en su lengua original. Niels Klim descubre el fondo de la tierra, la novela utópica en latín que Holberg escribiera en 1741 (esp. 1954), causó sensación al publicarse de forma anónima en Leipzig, lejos de la vigilancia absolutista de su patria. El Romanticismo Con el prerromántico Jens Baggesen (1764-1826) y la principal figura del primer Romanticismo, Adam Oehlensläger (1779-1850), la literatura danesa volvió a ganar terreno en Europa. Baggesen escribió en alemán más de la tercera parte de su obra, y a pesar de que su gran poema épico Parténides o el viaje a los Alpes (1802-1803), editado en varios países, 2 figura en el panorama europeo como una de las principales obras literarias de su época, no apareció en danés hasta 1965. También Oehlenschläger escribió alguna que otra vez en alemán, pero su fama en Europa, fundamentalmente en Alemania, se debe al hecho de que, gracias a sus viajes y su correspondencia, supiera situarse en el centro cultural del momento. Sus primeros poemas románticos lo convierten en el renovador del lenguaje lírico, y su obra teatral fue como un soplo de la antigüedad nórdica en la tragedia y el drama. Hans Christian Andersen y el siglo XIX Hans Christian Andersen (1805-1875) llegó mucho más lejos que Oehlenschläger en lo que a fama y celebridad se refiere. Andersen siempre admiró al poeta y durante toda su vida se sintió cautivado por la mitología del artista que éste había creado en y con su drama épico de corte fantástico Aladino o la lámpara maravillosa (1805). Las novelas y los cuentos de Andersen triunfaban en muchos países a partir de traducciones alemanas y más tarde inglesas ya en los años treinta y cuarenta de ése mismo siglo, y en 1859 el diccionario biográfico Vapereau se refería a él como uno de los autores más originales de la literatura europea del XIX. Al igual que Oehlenschläger, Andersen trabajó sin descanso para hacerse un lugar como artista y literato en los círculos culturales de la Europa de su tiempo. A menudo se encasilla a Andersen como autor de obras para niños, circunstancia que es conveniente matizar. Su nombre está estrecha e indudablemente vinculado a la literatura infantil, pero lo que le hace especial es que sus cuentos, incluso aquellos que los más pequeños conocen y quieren, encierran muchos elementos que ellos no son capaces de entender, porque se dirigen fundamentalmente a un público adulto. Se trata de su visión de la naturaleza y la sociedad, de sus ideas religiosas, su percepción del amor y el arte, su retrato satírico de la conducta humana, su ironía y su sentido del humor a menudo basado en el uso de la lengua. A esto hay que añadir que muchos de sus cuentos y narraciones no son para niños y que además produjo una importante obra para adultos: libros de viajes, poemas, piezas teatrales, libretos de ópera, novelas, artículos y autobiografías. Con Andersen tiene lugar el paso del Romanticismo a un primer Realismo e incluso a tendencias y formas de expresión que apuntan hacia lo que mucho más tarde serían los precursores del modernismo danés del siglo XX. Kierkegaard y Grundtvig El filósofo Søren Kierkegaard (18131855), contemporáneo de Andersen, también maneja planteamientos y formas de expresión muy adelantados a su tiempo, en el que, por otra parte, simplemente se le consideró un fenómeno marginal. En el transcurso del siglo XX quedó consolidado como el fundador del existencialismo internacional. Su complejísima obra, en la que Kierkegaard se oculta tras una máscara de seudónimos y deja al lector, a «cada individuo», la tarea de escoger su camino entre las diversas opciones vitales presentadas, trata problemas filosóficos y teológicos de una forma literaria e incluso que raya en la ficción. La figura de Nikolai Frederik Severin Grundtvig (1783-1872), pastor, escritor, reformador de la enseñanza y de la Iglesia, tuvo una enorme proyección en la cultura y la sociedad danesa, proyección que llega incluso hasta nuestros días. Su proyecto educativo basado en la instrucción y formación pública en escuelas sin exámenes –las escuelas superiores populares–, que tan honda huella ha dejado en la cultura y la política de Dinamarca, fue en muchos aspectos un fenómeno de orientación tan nacional que en su época no despertó ninguna curiosidad más allá del norte de Europa. Los primeros indicios de la influencia de Grundtvig no aparecerían hasta el siglo XX, de manera esporádica y en lugares tan dispares como la Universidad de Tokai, en Japón, o los modelos de instrucción popular ensayados en algunos países africanos en vías de desarrollo. Escritores daneses galardonados Premio Nobel de Literatura 1917 Karl Adolph Gjellerup 1917 Henrik Pontoppidan 1944 Johannes V. Jensen Premio Literario del Consejo Nórdico 1970 Klaus Rifbjerg 1971 Thorkild Hansen 1974 Villy Sørensen 1983 Peter Seeberg 1993 Peer Hultberg 1997 Dorrit Willumsen 1999 Pia Tafdrup 2000 Henrik Nordbrandt La eclosión moderna El desarrollo de la crítica literaria y el ensayo no había tenido demasiada importancia en la primera mitad del siglo XIX hasta la aparición del critico y estudioso de la literatura Georg Brandes (18421927), que se mantuvo abierto a la actualidad y a lo internacional en un modo desconocido hasta la fecha –«descubrió» al filósofo alemán Friedrich Nietzsche, entre otros, y escribió sobre él en danés y alemán– y fue un activo interlocutor en el debate nórdico y europeo. Con su forma periodística y su espíritu crítico se inaugura una nueva época y un movimiento literario que él mismo denominó «la eclosión moderna», en torno a los años 1870-1880. Brandes fue el creador del radicalismo cultural, que aún hoy continúa siendo un elemento destacado en el debate cultural danés (y en el noruego). Los escritores de la eclosión moderna El único autor de este período que alcanzó una proyección internacional considerable fue el novelista y poeta Jens Peter Jacobsen (1847-1885), cuya novela Niels Lyhne (1880, esp. 1984) sirvió de fuente de inspiración al compositor inglés Frederick Delius para su ópera Fennimore y Gerda (1908-1910) y a algunos autores alemanes como Thomas Mann. La poesía de Jacobsen inspiró al poeta alemán Rainer Maria Rilke y al compositor austriaco Arnold Schönberg. Herman Bang (1857-1912), novelista y escritor de relatos que cultivó un elegante impresionismo literario y desarrolló una forma de representación escénica muy en la línea de Andersen, fue un escritor muy apreciado en Alemania, donde también alcanzó cierto renombre el realista Henrik Pontoppidan (1857-1943). En 1986, la televisión alemana llevó a la pantalla su novela crítica El reino de los muertos (19121916). En 1917, Pontoppidan compartió el Premio Nobel de Literatura con otro escritor danés, Karl Adolph Gjellerup (1857-1919), que había abandonado el naturalismo para pasar a militar en las filas del idealismo. También Johannes V. Jensen (1873-1950) recibió el Premio Nobel, él en 1944, sobre todo por su gran epopeya Periplo escandinavo (1908-1922, esp. 1956), aunque su influencia en la literatura danesa se debe más a la renovación lingüística y formal de la poesía que acomete en Poemas (1906) y a la decadencia sugestivamente expresionista de su novela histórico-mítica La caída del rey (1900-1901, esp. 1986), que con motivo del cambio de milenio resultó elegida por la prensa de Dinamarca mejor novela danesa del siglo XX. El modernismo Ernest Hemingway sostenía que Karen Blixen (1885-1962) era la candidata al Premio Nobel que él recibió en su lugar. Cuando la escritora hizo su debut en Dinamarca con Siete cuentos góticos (esp. 1986) en 1935 (el libro había aparecido un año antes en Estados Unidos con el título de Seven Gothic Tales) era un rara avis en el panorama de la literatura danesa de los años treinta, marcado por un realismo de corte psicológico y social. Sin embargo, logró labrarse en una posición única al recurrir a la tradición al tiempo que apuntaba hacia el futuro, hacia el cuento fantástico, tanto del modernismo europeo como de la literatura postmoderna de los últimos diez o veinte años. Su filosofía de la vida y su fatalismo, aparentemente anticuados y aristocratizantes, encubren una amplia estetización vital y narrativa no exenta de inspiración en Nietzsche y Søren Kierkegaard, entre otros. El escritor y filósofo Villy Sørensen (1929- ) continuó desarrollando el cuento fantástico a lo largo de las décadas de los cincuenta y los sesenta, por ejemplo en la obra Historias extrañas (1953). Junto con él, Klaus Rifbjerg (1931-), Ivan Malinovski (1926-1989) y Peter Seeberg (19251999) fueron las figuras principales del modernismo danés. La influencia angloamericana, ya reconocible en los años veinte en las novelas y la crítica de Tom Kristensen (1893-1974) –por ejemplo en su novela Devastación de 1930, inspirada en James Joyce–, marcó profundamente la extensa y gran obra de Rifbjerg. Él y Villy Sørensen se convirtieron en la vanguardia de la nueva formulación del radicalismo cultural, el movimiento cuyo testigo había pasado de las manos de Georg Brandes a la crítica cultural de los años treinta y que ahora se replanteaba como oposición a la sociedad de bienestar de la posguerra. La inclinación de Sørensen hacia la filosofía y la cultura alemanas ha hecho que cuente con más lectores fuera de Dinamarca que el resto de los autores mencionados. Los años posteriores a 1970 Al margen del modernismo se desarrolló, entre otras corrientes, una literatura fantástica que se puede apreciar en la narrativa de Svend Åge Madsen (1939- ), –por ejemplo en Supongamos que existe el mundo (1971) y Siete años de locura (1994)–, cargada de un humor absurdo único en su género y dotada al mismo tiempo de un toque existencial, y en la prosa minimalista de Peer Hultberg (1935- ). La poetisa Inger Christensen (1935- ) ha pasado del formalismo de, por ejemplo, el poema de génesis lingüística Eso (1969) a una interpretación cargada de simbolismo artístico y vital en el ciclo de poemas El valle de las mariposas (1991). Su nombre figura junto con el de Per Højholt (1928- ) –inescrutable cabeza de Jano– como fuente de inspiración de grandes figuras actuales. A Højholt, sistémico y popular a un tiempo, se le conoce 3 Literatura Datos sobre Dinamarca. Publicado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Dinamarca. Dirección: Asiatisk Plads 2, DK-1448 Copenhague K, Dinamarca. Teléfono: (+45) 3392 0000. Fax: (+45) 3254 0533. Correo electrónico: um@um.dk. Internet: www.um.dk. Edición: Flemming Axmark. sobre todo por su obra Monólogos de Gitte (1981 y 1985). La influencia de Christensen y Højholt en la poesía danesa queda reflejada en la obra de Pia Tafdrup (1952- ) y Søren Ulrik Thomsen (1956- ), que representan un postmodernismo a medio camino entre la autorreflexión de corte poético y la proximidad sensorial. El poeta Henrik Nordbrandt (1945- ) ha seguido sus propios derroteros, tanto geográfica como formalmente. A pesar de que lleva muchos años viviendo en Grecia y Turquía y ha recogido su inspiración de la luz y la atmósfera del Mediterráneo oriental, sus más de veinte libros de poemas también han dejado ver su influencia en la lírica danesa de los años noventa. La literatura danesa entre dos milenios En 1987 se creó una escuela danesa para escritores dirigida por el lírico y crítico Poul Borum. Algunos alumnos de esta escuela han destacado como líricos o prosistas experimentales. Con Solvej Balle como una de sus representantes, la última década ha ofrecido fundamentalmente una prosa de ficción fenomenológica y a veces minimalista que ha roto con una línea de pensamiento de corte más tradicional y social. Jens Christian Grøndahl, sin embargo, ha visto nuevas posibilidades en la exploración psicológica de la tradición realista, y en una serie de novelas de firme estilo ha descrito los problemas de identidad del hombre moderno. Algunos escritores de más edad y consagrados han escrito sus obras más importantes en los años noventa y a comienzos del nuevo milenio; se trata de Peer Hultberg, conocido por su particular técnica de «stream of unconsciousness», de Vibeke Grønfeldt, que ha destacado por sus originales novelas de crítica a la civilización, y del poeta sistémico Klaus Høeck, que con sus monumentales suites poéticas se ha convertido en el maestro de la lírica de gran formato. Los grandes libros de viajes del crítico cultural Carsten Jensen han dado nueva vida al género del ensayo durante este período. La diversidad, tanto en las formas de 4 Traducción: Blanca Ortiz. Diseño: Ole Jensen - ojdesign. Se autoriza la reproducción del texto con o sin indicación de la fuente. Publicado: Enero 2004. ISBN 87-7964-896-7 expresión como en los géneros y la selección de temas, caracteriza la heterogénea imagen de la literatura danesa de este nuevo milenio que comienza. Con novelas psicológicas como La serpiente de Sydney (1997) o El quinto sol arde (2000), basadas en la idea del thriller, Michael Larsen (1961- ) es un autor traducido en varios países. Figuras internacionales Henrik Stangerup (1937-1998), Ib Michael (1945- ) y Peter Høeg (1957- ) son tres de los escritores daneses con mayor proyección internacional. A partir del neorrealismo, que en los años sesenta y setenta convivió con el modernismo, Stangerup fue aproximándose con sus novelas a una forma narrativa interior y mitificadora que cristalizó en una trilogía crítica y existencial cuya primera entrega fue Lagoa Santa (1981, esp. 1989). Al igual que Stangerup, Ib Michael se ha inspirado en la cultura latinoamericana para crear en sus cuentos y novelas, como por ejemplo Príncipe (1997), un realismo mágico en tierra danesa. Con sus novelas y sus relatos, Peter Høeg ha alcanzado un éxito internacional sin precedentes desde la época de Karen Blixen. En 1997, el director danés Bille August (1948- ) llevó al cine la novela de Høeg La señorita Smilla y su especial percepción de la nieve (1992, esp. 1995). También la literatura infantil danesa del siglo XX ha tenido repercusión internacional. Uno de sus grandes nombres es Cecil Bødker (1927- ), que con su serie de doce volúmenes sobre el niño Silas (19671993, esp. Silas, 1990) pudo llegar hasta un amplio sector del público internacional. Entre los nuevos escritores cabe destacar a Bjarne Reuter (1950- ), que también ha creado clásicos modernos dentro del mundo de la literatura infantil, como Zappa (1977) y El mundo de Buster (1979, esp. 1988), ambos llevados a la gran pantalla por Bille August. En su producción más reciente, Reuter ha dado el paso hacia el género fantástico. Como conclusión podemos señalar que el hecho de que los tres escritores que hoy en día representan a Dinamarca a nivel internacional –Andersen, Blixen y Høeg– hayan cultivado el relato fantástico llama a la reflexión. El diccionario francés que en 1859 elogió la originalidad de Andersen hablaba a este respecto de «la rêverie du nord» (el ensueño nórdico). Es innegable que Dinamarca, tan poco accidentada geográficamente, ha hecho gala de su fuerza literaria en el ensueño y la fábula. Literatura En el año 2005, la literatura danesa será el centro de atención del mundo entero por la conmemoración de un triple aniversario: se cumplen 200 años del nacimiento de Hans Christian Andersen, 150 de la muerte de Søren Kierkegaard y 120 del nacimiento de Karen Blixen, que escribió con el seudónimo de Isak Dinesen. Estos tres nombres desempeñan un papel fundamental en la aportación danesa a la literatura universal. El caso de Andersen merece capítulo aparte, ya que sus cuentos son conocidos en los cinco continentes y han sido el punto de partida de numerosas representaciones teatrales, películas, grabaciones musicales e ilustraciones. Pero desde los remotos inicios de la literatura danesa hasta nuestros días no han sido éstas las únicas obras ni éstos los únicos escritores que han atraído las miradas del resto del mundo sobre Dinamarca. Johan de Mylius Director del Centro Hans Christian Andersen, Universidad Sur de Dinamarca, dr.phil. Información adicional Centro de Información de Literatura Danesa Christians Brygge 1 DK-1219 Copenhague K (+45) 3332 0725 www.litteraturnet.dk danlit@danlit.dk Asociación de Escritores Daneses Strandgade 6, st. DK-1401 Copenhague K (+45) 3295 5100 www.danskforfatterforening.dk danskforfatterforening@ danskforfatterforening.dk