Cinco esquemas de oración para el Año de la vida consagrada 06/02/2015 ESPIRITUALIDAD - Cinco esquemas de oración elaborada por el P. Fernando Torre, msps para el Año de la vida consagrada. Cada esquema tiene como tema una de las expectativas que el papa Francisco tiene con respecto a las personas consagradas: 1. Alegría; 2. Profecía, para despertar al mundo; 3. Comunión; 4. Salir; 5. Atención a Dios y al mundo. Esquemas de oración 1. Alegría . 2. Profecía, para despertar al mundo.    3. Comunión. 4. Salir. 5. Atención a Dios y al mundo. 1/1 Año de la vida consagrada Reflexión orante de las expectativas del papa Francisco* 1. Alegría Invocación En el nombre del Padre… Canto Palabra de Dios Isaías 35,1-10. El desierto y la tierra reseca se regocijarán, el arenal de alegría florecerá, como flor de narciso florecerá, desbordando de gozo y alegría; tiene la gloria del Líbano, la belleza del Carmelo y del Sarón; ellos verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios. Fortalezcan las manos débiles, afirmen las rodillas vacilantes. Digan a los cobardes: “Sean fuertes, no teman; ahí está su Dios, que trae el desquite, viene en persona, los desagraviará y los salvará.” Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como ciervo el tullido, la lengua del mudo cantará; porque ha brotado agua en el desierto, arroyos en la estepa, el arenal será un estanque, lo reseco un manantial, la hierba cañas y juncos, en la cueva donde se tumbaban chacales. Lo cruzará una calzada que llamarán Vía Sacra, no pasará por ella el impuro, los inexpertos no se extraviarán. No habrá por allí leones, no se acercarán bestias feroces, sino que caminarán los redimidos y volverán por ella los rescatados del Señor: volverán a Sión con cánticos: en cabeza, alegría perpetua, siguiéndolos, gozo y alegría; pena y aflicción se alejarán. Respuesta orante a la palabra escuchada Salmo 126 (125) El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres. Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: * la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares. Esquema de oración elaborado por el P. Fernando Torre, msps, teniendo como base el libro Orar por el mundo y con el mundo. Oraciones ecuménico-misioneras para cada día del año, de la Hna. Virginia Isingrini, mmx (Amateditorial, Guadalajara 2014). 2 Hasta los gentiles decían: «El Señor ha estado grande con ellos». El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres. Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares. Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas. Que el Señor cambie nuestra suerte, como los torrentes del Negueb. Palabra del papa Francisco De la Carta apostólica a todos los consagrados, con ocasión del Año de la Vida consagrada (21 noviembre 2014) ¿Qué espero en particular de este Año de gracia de la Vida Consagrada? 1. Que sea siempre verdad lo que dije una vez: «Donde hay religiosos hay alegría». Estamos llamados a experimentar y demostrar que Dios es capaz de colmar nuestros corazones y hacernos felices, sin necesidad de buscar nuestra felicidad en otro lado; que la auténtica fraternidad vivida en nuestras comunidades alimenta nuestra alegría; que nuestra entrega total al servicio de la Iglesia, las familias, los jóvenes, los ancianos, los pobres, nos realiza como personas y da plenitud a nuestra vida. Que entre nosotros no se vean caras tristes, personas descontentas, porque «un seguimiento triste es un triste seguimiento». También nosotros, al igual que todos los otros hombres y mujeres, sentimos las dificultades, las noches del espíritu, la decepción, la enfermedad, la pérdida de fuerzas debido a la vejez. Precisamente en esto deberíamos encontrar la «perfecta alegría», aprender a reconocer el rostro de Cristo, que se hizo en todo semejante a nosotros, y sentir por tanto la alegría de sabernos semejantes a él, que no ha rehusado someterse a la cruz por amor nuestro. En una sociedad que ostenta el culto a la eficiencia, al estado pletórico de salud, al éxito, y que margina a los pobres y excluye a los «perdedores», podemos testimoniar mediante nuestras vidas la verdad de las palabras de la Escritura: «Cuando soy débil, entonces soy fuerte» (2 Co 12,10). Bien podemos aplicar a la vida consagrada lo que escribí en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium, citando una homilía de Benedicto XVI: «La Iglesia no crece por proselitismo, sino por atracción» (n. 14). Sí, la vida consagrada no crece cuando organizamos bellas campañas vocacionales, sino cuando los jóvenes que nos conocen se sienten atraídos por nosotros, cuando nos ven hombres y mujeres felices. Tampoco su eficacia apostólica depende de la eficiencia y el poderío de sus medios. Es vuestra vida la que debe hablar, una vida en la que se trasparenta la alegría y la belleza de vivir el Evangelio y de seguir a Cristo. Repito a vosotros lo que dije en la última Vigilia de Pentecostés a los Movimientos eclesiales: «El valor de la Iglesia, fundamentalmente, es vivir el Evangelio y dar testimonio de nuestra fe. La Iglesia es la sal de la tierra, es luz del mundo, está llamada a hacer presente en la sociedad la levadura del Reino de Dios 3 y lo hace ante todo con su testimonio, el testimonio del amor fraterno, de la solidaridad, del compartir» (18 mayo 2013). Tiempo de reflexión en silencio Compartir espontaneo / Preces Padre nuestro Oración final Si estuviéramos contentos de ti, Señor, no podríamos resistir a esta necesidad de danzar que irrumpe en el mundo, y atinaríamos fácilmente el baile que te gusta hacernos bailar, siguiendo los pasos que tu Providencia nos ha marcado. Deja que inventemos algo para ser gente alegre que baila su vida contigo. Para ser un buen bailarín, contigo como con todos, no hace falta saber a dónde nos lleva el baile. Basta seguirlo, ser alegre y ligero, y sobre todo no estar rígidos. No es necesario pedir explicaciones sobre los pasos que te gusta marcarnos. Es preciso ser como una prolongación viva y ágil de ti. Y recibir de ti el ritmo que la orquesta marque. No hace falta querer avanzar a toda costa, sino aceptar volver atrás y ponerse de lado. Hay que saber detenerse y deslizarse en lugar de caminar. Pero no olvidemos nunca la música de tu Espíritu y hagamos de nuestra vida un ejercicio de gimnasia: olvidamos que entre tus brazos la vida es alegría y tu santa voluntad se convierte en una inconcebible fantasía, y que no existe monotonía ni aburrimiento que sólo son para las almas viejas. Señor, ¡ven a invitarnos! Estamos listos para bailar este trayecto que debemos recorrer, estas cuentas, esta comida que hemos de preparar, este desvelo en el que tenemos sueño. Estamos preparados para bailar para ti después la danza del trabajo, la del calor y la del frío. Si con frecuencia algunas melodías están en tono menor, no diremos que estamos tristes; si otras nos hacen jadear, no expresaremos que son agotadoras. Y si alguien por el camino nos da un empujón, le sonreiremos: también esto significa danzar. Señor, enséñanos el lugar que debe asumir la danza de nuestra obediencia en el romance eterno que echaste a andar entre tú y nosotros. Revélanos la gran orquesta de tus designios. Enséñanos a abrigarnos cada día con nuestra condición humana como un vestido de baile, que nos hará amar de ti todos los detalles, como joyas indispensables. Haznos vivir nuestra vida como una danza, entre los brazos de tu gracia, con la música que llena el universo de tu amor. Amén. (Madeleine Délbrel, laica convertida al catolicismo. Versión reducida de La danza de la obediencia.) Canto Año de la vida consagrada Reflexión orante de las expectativas del papa Francisco* 2. Profecía Invocación En el nombre del Padre… Canto Palabra de Dios Mateo 23,23-32 ¡Ay de ustedes, letrados y fariseos hipócritas, que pagan el impuesto de la menta, del anís y del comino, y descuidan lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe! ¡Eso es lo que hay que observar, sin descuidar lo otro! ¡Guías ciegos, que cuelan el mosquito y se tragan el camello! ¡Ay de ustedes, letrados y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de inmoralidad y robos! ¡Fariseo ciego, limpia primero por dentro la copa y así quedará limpia por fuera! ¡Ay de ustedes, letrados y fariseos hipócritas, que parecen sepulcros blanqueados: por fuera son hermosos, por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda clase de inmundicia! Así también son ustedes, por fuera parecen honrados delante de la gente, pero por dentro están llenos de hipocresía y maldad. ¡Ay de ustedes, letrados y fariseos hipócritas, que construyen sepulcros grandiosos a los profetas y monumentos a los justos, mientras comentan: “Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros antepasados, no habríamos participado en el asesinato de los profetas”. Con lo cual reconocen que son descendientes de los que mataron a los profetas. Ustedes, pues, terminen de hacer lo que iniciaron sus antepasados. Respuesta orante a la palabra escuchada Salmo 82 (81) Uno solo es el legislador y juez; tú, ¿quién eres para juzgar al prójimo? Dios se levanta en la asamblea divina, rodeado de ángeles juzga: «¿Hasta cuándo darán ustedes sentencia injusta, poniéndose de parte del culpable? * Protejan al desvalido y al huérfano, hagan justicia al humilde y al necesitado, defiendan al pobre y al indigente, sacándolos de las manos del culpable.» Esquema de oración elaborado por el P. Fernando Torre, msps, teniendo como base el libro Orar por el mundo y con el mundo. Oraciones ecuménico-misioneras para cada día del año, de la Hna. Virginia Isingrini, mmx (Amateditorial, Guadalajara 2014). 2 Ellos, ignorantes e insensatos, caminan a oscuras, mientras vacilan los cimientos del orbe. Yo declaro: «Aunque ustedes sean dioses, e hijos del Altísimo todos, morirán como cualquier hombre, caerán, príncipes, como uno de tantos.» Levántate, ¡oh Dios!, y juzga la tierra, porque tú eres dueño de todos los pueblos. Palabra del papa Francisco De la Carta apostólica a todos los consagrados, con ocasión del Año de la Vida consagrada (21 noviembre 2014) ¿Qué espero en particular de este Año de gracia de la Vida Consagrada? 2. Espero que «despertéis al mundo», porque la nota que caracteriza la vida consagrada es la profecía. Como dije a los Superiores Generales, «la radicalidad evangélica no es sólo de los religiosos: se exige a todos. Pero los religiosos siguen al Señor de manera especial, de modo profético». Esta es la prioridad que ahora se nos pide: «Ser profetas como Jesús ha vivido en esta tierra... Un religioso nunca debe renunciar a la profecía» (29 noviembre 2013). El profeta recibe de Dios la capacidad de observar la historia en la que vive y de interpretar los acontecimientos: es como un centinela que vigila por la noche y sabe cuándo llega el alba (cf. Is 21,11-12). Conoce a Dios y conoce a los hombres y mujeres, sus hermanos y hermanas. Es capaz de discernir, y también de denunciar el mal del pecado y las injusticias, porque es libre, no debe rendir cuentas a más amos que a Dios, no tiene otros intereses sino los de Dios. El profeta está generalmente de parte de los pobres y los indefensos, porque sabe que Dios mismo está de su parte. Espero, pues, que mantengáis vivas las «utopías», pero que sepáis crear «otros lugares» donde se viva la lógica evangélica del don, de la fraternidad, de la acogida de la diversidad, del amor mutuo. Los monasterios, comunidades, centros de espiritualidad, «ciudades», escuelas, hospitales, casas de acogida y todos esos lugares que la caridad y la creatividad carismática han fundado, y que fundarán con mayor creatividad aún, deben ser cada vez más la levadura para una sociedad inspirada en el Evangelio, la «ciudad sobre un monte» que habla de la verdad y el poder de las palabras de Jesús. A veces, como sucedió a Elías y Jonás, se puede tener la tentación de huir, de evitar el cometido del profeta, porque es demasiado exigente, porque se está cansado, decepcionado de los resultados. Pero el profeta sabe que nunca está solo. También a nosotros, como a Jeremías, Dios nos asegura: «No tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte» (1,8). Tiempo de reflexión en silencio Compartir espontaneo / Preces Padre nuestro 3 Oración final Santa María, Virgen del mediodía, concédenos la fogosidad de la luz. Estamos experimentando en demasía el oscurecimiento de nuestras lámparas, el declive de las ideologías del poder, la distensión de las sombras crepusculares, sobre los angostos senderos de la tierra, como para no sentir nostalgia del sol meridiano. Arráncanos de la desolación del extravío e inspíranos la humildad de la búsqueda. Apacigua nuestra sed de gracia en el hueco de tu mano. Devuélvenos a la fe que una Madre, pobre y buena como tú, nos ha transmitido desde que éramos niños, y que tal vez un día hemos malbaratado por un miserable plato de lentejas. Tú, mendigante del Espíritu, colma nuestros cántaros de aceite destinado a arder ante Dios: ya hemos quemado en exceso ante los ídolos del desierto. Haznos capaces de abandonarnos en Él. Refrena nuestras soberbias carnales. Haz que la luz de la fe, aun cuando asume los tonos de la denuncia profética, no nos vuelva arrogantes o presumidos, sino que nos conceda el regocijo de la tolerancia y de la comprensión. Sobre todo, libéranos de la tragedia de hacer nuestra fe ajena a las opciones concretas de cada día, tanto públicas como privadas, corriendo el riesgo de no convertirse nunca en carne y sangre sobre el altar de la cotidianidad. Amén. (Tonino Bello, obispo de Molfetta, Italia) Canto Año de la vida consagrada Reflexión orante de las expectativas del papa Francisco* 3. Comunión Invocación En el nombre del Padre… Canto Palabra de Dios 1 Corintios 12,4-13 Existen diversos dones espirituales, pero un mismo Espíritu; existen ministerios diversos, pero un mismo Señor; existen actividades diversas, pero un mismo Dios que ejecuta todo en todos. A cada uno se le da una manifestación del Espíritu para el bien común. Uno por el Espíritu tiene el don de hablar con sabiduría, otro según el mismo Espíritu el de enseñar cosas profundas, a otro por el mismo Espíritu se le da la fe, a éste por el único Espíritu se le da el don de sanaciones, a aquél realizar milagros, a uno el don de profecía, a otro el don de distinguir entre los espíritus falsos y el Espíritu verdadero, a éste hablar lenguas diversas, a aquél el don de interpretarlas. Pero todo lo realiza el mismo y único Espíritu repartiendo a cada uno como quiere. Como el cuerpo, que siendo uno, tiene muchos miembros, y los miembros, siendo muchos, forman un solo cuerpo, así también Cristo. Todos nosotros, judíos o griegos, esclavos o libres, nos hemos bautizado en un solo Espíritu para formar un solo cuerpo, y hemos bebido un solo Espíritu. Respuesta orante a la palabra escuchada Juan 17,11b.15-23 Padre Santo, cuida en tu nombre, a los que me diste, para que sean uno como nosotros. No pido que los saques del mundo, sino que los libres del Maligno. No son del mundo, igual que yo no soy del mundo. Conságralos con la verdad: tu palabra es verdad. Por ellos me consagro, para que queden consagrados con la verdad. No sólo ruego por ellos, sino también por los que han de creer en mí por medio de sus palabras. Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti; que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. Como tú me enviaste al mundo, yo los envié al mundo. * Esquema de oración elaborado por el P. Fernando Torre, msps, teniendo como base el libro Orar por el mundo y con el mundo. Oraciones ecuménico-misioneras para cada día del año, de la Hna. Virginia Isingrini, mmx (Amateditorial, Guadalajara 2014). 2 Yo les di la gloria que tú me diste para que sean uno como lo somos nosotros. Yo en ellos y tú en mí, para que sean plenamente uno; para que el mundo conozca que tú me enviaste y los amaste como me amaste a mí. Palabra del papa Francisco De la Carta apostólica a todos los consagrados, con ocasión del Año de la Vida consagrada (21 noviembre 2014) ¿Qué espero en particular de este Año de gracia de la Vida Consagrada? 3. Los religiosos y las religiosas, al igual que todas las demás personas consagradas, están llamadas a ser «expertos en comunión». Espero, por tanto, que la «espiritualidad de comunión», indicada por san Juan Pablo II, se haga realidad y que vosotros estéis en primera línea para acoger «el gran desafío que tenemos ante nosotros» en este nuevo milenio: «Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunión». Estoy seguro de que este Año trabajaréis con seriedad para que el ideal de fraternidad perseguido por los fundadores y fundadoras crezca en los más diversos niveles, como en círculos concéntricos. La comunión se practica ante todo en las respectivas comunidades del Instituto. A este respecto, invito a releer mis frecuentes intervenciones en las que no me canso de repetir que la crítica, el chisme, la envidia, los celos, los antagonismos, son actitudes que no tienen derecho a vivir en nuestras casas. Pero, sentada esta premisa, el camino de la caridad que se abre ante nosotros es casi infinito, pues se trata de buscar la acogida y la atención recíproca, de practicar la comunión de bienes materiales y espirituales, la corrección fraterna, el respeto para con los más débiles... Es «la mística de vivir juntos» que hace de nuestra vida «una santa peregrinación». También debemos preguntarnos sobre la relación entre personas de diferentes culturas, teniendo en cuenta que nuestras comunidades se hacen cada vez más internacionales. ¿Cómo permitir a cada uno expresarse, ser aceptado con sus dones específicos, ser plenamente corresponsable? También espero que crezca la comunión entre los miembros de los distintos Institutos. ¿No podría ser este Año la ocasión para salir con más valor de los confines del propio Instituto para desarrollar juntos, en el ámbito local y global, proyectos comunes de formación, evangelización, intervenciones sociales? Así se podrá ofrecer más eficazmente un auténtico testimonio profético. La comunión y el encuentro entre diferentes carismas y vocaciones es un camino de esperanza. Nadie construye el futuro aislándose, ni sólo con sus propias fuerzas, sino reconociéndose en la verdad de una comunión que siempre se abre al encuentro, al diálogo, a la escucha, a la ayuda mutua, y nos preserva de la enfermedad de la autoreferencialidad. Al mismo tiempo, la vida consagrada está llamada a buscar una sincera sinergia entre todas las vocaciones en la Iglesia, comenzando por los presbíteros y los laicos, así como a «fomentar la espiritualidad de la comunión, ante todo en su interior y, además, en la comunidad eclesial misma y más allá aún de sus confines». Tiempo de reflexión en silencio 3 Compartir espontaneo / Preces Padre nuestro Oración final Señor, bendice a tus hijos que desean únicamente servirte sirviendo a los que les confiaste. Derrama sobre nosotros tu Espíritu para hacerlo desbordar con abundancia sobre los demás. Mantennos unidos en la disparidad: no tan unidos como para apagar la multiplicidad, no tan distintos como para ahogar la unidad. Cumple el milagro de tu unidad: tú, uno en la substancia, pero trino en la relación personal. Concédenos tu fecundidad de Padre, la entrega de tu Hijo, la efusión de tu Espíritu, para que el mundo crea que tú nos has enviado y para que se nos conceda amar este mundo, restaurarlo en ti, estrecharlo contra nosotros como una madre estrecha contra su pecho a su propio hijo. Permítenos amarte y vaciarnos de nosotros para llenarnos de ti. Bendice esta tierra ya bendita, y concédenos ser para ella una bendición. Otórganos aquella bendición que los patriarcas, los apóstoles, María y todos nuestros padres en la fe derramaron sobre esta tierra que sus pies pisaron. Amén. (Andrés Santoro, Urfa, Turquía, 29 de abril de 2001. Presbítero asesinado ahí el 5 de febrero de 2006). Canto Año de la vida consagrada Reflexión orante de las expectativas del papa Francisco* 4. Salir Invocación En el nombre del Padre… Canto Palabra de Dios Marcos 16,14-20 Por último, [Jesús] se apareció a los Once cuando estaban a la mesa. Les reprendió su incredulidad y obstinación por no haber creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: –Vayan por todo el mundo proclamando la Buena Noticia a toda la humanidad. Quien crea y se bautice se salvará; quien no crea se condenará. A los creyentes acompañarán estas señales: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán lenguas nuevas, agarrarán serpientes; si beben algún veneno, no les hará daño; pondrán las manos sobre los enfermos y se sanarán. El Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba la palabra con las señales que la acompañaban. Respuesta orante a la palabra escuchada Salmo 67 (66) ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, * riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor, nuestro Dios. Que Dios nos bendiga: que lo teman hasta los confines del orbe. Esquema de oración elaborado por el P. Fernando Torre, msps, teniendo como base el libro Orar por el mundo y con el mundo. Oraciones ecuménico-misioneras para cada día del año, de la Hna. Virginia Isingrini, mmx (Amateditorial, Guadalajara 2014). 2 Palabra del papa Francisco De la Carta apostólica a todos los consagrados, con ocasión del Año de la Vida consagrada (21 noviembre 2014) ¿Qué espero en particular de este Año de gracia de la Vida Consagrada? 4. Espero de vosotros, además, lo que pido a todos los miembros de la Iglesia: salir de sí mismos para ir a las periferias existenciales. «Id al mundo entero», fue la última palabra que Jesús dirigió a los suyos, y que sigue dirigiéndonos hoy a todos nosotros (cf. Mc 16,15). Hay toda una humanidad que espera: personas que han perdido toda esperanza, familias en dificultad, niños abandonados, jóvenes sin futuro alguno, enfermos y ancianos abandonados, ricos hartos de bienes y con el corazón vacío, hombres y mujeres en busca del sentido de la vida, sedientos de lo divino... No os repleguéis en vosotros mismos, no dejéis que las pequeñas peleas de casa os asfixien, no quedéis prisioneros de vuestros problemas. Estos se resolverán si vais fuera a ayudar a otros a resolver sus problemas y anunciar la Buena Nueva. Encontraréis la vida dando la vida, la esperanza dando esperanza, el amor amando. Espero de vosotros gestos concretos de acogida a los refugiados, de cercanía a los pobres, de creatividad en la catequesis, en el anuncio del Evangelio, en la iniciación a la vida de oración. Por tanto, espero que se aligeren las estructuras, se reutilicen las grandes casas en favor de obras más acordes a las necesidades actuales de evangelización y de caridad, se adapten las obras a las nuevas necesidades. Tiempo de reflexión en silencio Compartir espontaneo / Preces Padre nuestro Oración final Señor Jesús, tú me has dicho: «Camina con pasos de gigante. Ve por todo el mundo, proclama la Buena Nueva, enjuga las lágrimas del dolor; reanima los corazones desalentados, reúne los corazones divididos, abraza el mundo con el ardor de tu amor, acaba con lo que debe ser destruido, deja en pie sólo la verdad, la justicia, el amor». Pero, Señor, yo conozco mi debilidad. Soy muy indigno de ser apóstol. Hazme fuerte ante las dificultades. Si me ordenas dirigir valerosos mis pasos hacia la Cruz, me dejaré crucificar. Si me ordenas entrar en el silencio de tu tabernáculo hasta el fin de los tiempos, entraré en él con pasos aventurados. Perderé todo: pero me quedarás tú. Allí estará tu amor para inundar mi corazón. Mi felicidad será total... Y por eso repito: te he elegido. Sólo te quiero a ti y a tu gloria. Amén. (Nguyen Van Thuan François-Xavier, cardenal, en la residencia obligatoria de Giang-xá, Viet Nam). Canto Año de la vida consagrada Reflexión orante de las expectativas del papa Francisco* 5. Atención al mundo y a Dios Invocación En el nombre del Padre… Canto Palabra de Dios Mateo 9,35–10,1 Jesús recorría todas las ciudades y pueblos, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Noticia del reino y sanando toda clase de enfermedades y dolencias. Viendo a la multitud, se conmovió por ellos, porque estaban maltratados y abatidos, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a los discípulos: –La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los campos que envíe trabajadores para su cosecha. Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos, para expulsarlos y para sanar toda clase de enfermedades y dolencias. Respuesta orante a la palabra escuchada Tobías 13,1-10 Él es nuestro Dios y Señor, nuestro padre por todos los siglos. Bendito sea Dios, que vive eternamente, y cuyo reino dura por los siglos: él azota y se compadece, hunde hasta el abismo y saca de él, y no hay quien escape de su mano. Denle gracias, israelitas, entre los gentiles, porque él nos dispersó entre ellos. Proclamen allí su grandeza, ensálcenlo ante todos los vivientes: que él es nuestro Dios y Señor, nuestro padre por todos los siglos. * Él nos azota por nuestros delitos, pero se compadecerá de nuevo, y los congregará de entre todas las naciones por donde están dispersados. Si vuelven a él de todo corazón y con toda el alma, siendo sinceros con él, él volverá a ustedes y no les ocultará su rostro. Verán lo que hará con ustedes, le darán gracias a boca llena, Esquema de oración elaborado por el P. Fernando Torre, msps, teniendo como base el libro Orar por el mundo y con el mundo. Oraciones ecuménico-misioneras para cada día del año, de la Hna. Virginia Isingrini, mmx (Amateditorial, Guadalajara 2014). 2 bendecirán al Señor de la justicia y ensalzarán al rey de los siglos. quizá les mostrará benevolencia y tendrá compasión. Yo le doy gracias en mi cautiverio, anuncio su grandeza y su poder a un pueblo pecador. Ensalzaré a mi Dios, al rey del cielo, y me alegraré de su grandeza. Anuncien todos los pueblos sus maravillas y alábenlo sus elegidos en Jerusalén. Conviértanse, pecadores, obren rectamente en su presencia: Palabra del papa Francisco De la Carta apostólica a todos los consagrados, con ocasión del Año de la Vida consagrada (21 noviembre 2014) ¿Qué espero en particular de este Año de gracia de la Vida Consagrada? 5. Espero que toda forma de vida consagrada se pregunte sobre lo que Dios y la humanidad de hoy piden. Los monasterios y los grupos de orientación contemplativa podrían reunirse entre sí, o estar en contacto de algún modo, para intercambiar experiencias sobre la vida de oración, sobre el modo de crecer en la comunión con toda la Iglesia, sobre cómo apoyar a los cristianos perseguidos, sobre la forma de acoger y acompañar a los que están en busca de una vida espiritual más intensa o tienen necesidad de apoyo moral o material. Lo mismo pueden hacer los Institutos dedicados a la caridad, a la enseñanza, a la promoción de la cultura, los que se lanzan al anuncio del Evangelio o desarrollan determinados ministerios pastorales, los Institutos seculares en su presencia capilar en las estructuras sociales. La fantasía del Espíritu ha creado formas de vida y obras tan diferentes, que no podemos fácilmente catalogarlas o encajarlas en esquemas prefabricados. No me es posible, pues, referirme a cada una de las formas carismáticas en particular. No obstante, nadie debería eludir este Año una verificación seria sobre su presencia en la vida de la Iglesia y su manera de responder a los continuos y nuevos interrogantes que se suscitan en nuestro alrededor, al grito de los pobres. Sólo con esta atención a las necesidades del mundo y con la docilidad al Espíritu, este Año de la Vida Consagrada se transformará en un auténtico kairòs, un tiempo de Dios lleno de gracia y de transformación. Tiempo de reflexión en silencio Compartir espontaneo / Preces Padre nuestro Oración final Jesús, ayúdame a esparcir dondequiera tu fragancia, dondequiera que yo pase. Inunda mi alma de tu Espíritu y de tu vida. Invádeme totalmente y hazte maestro de 3 todo mi ser, de manera que mi vida sea un destello de la tuya. Ilumina a través de mí y toma posesión de mi persona hasta el punto de que cualquiera que se me acerque pueda percibir tu presencia en mí. Mirándome, no me vean a mí, sino a ti en mí. Permanece en mí. Entonces resplandecerá tu resplandor y podré dar luz a los demás. Pero esta luz tendrá su fuente únicamente en ti, Jesús, y de mí no brotará ni el más pequeño rayo: serás tú quien ilumine a los demás sirviéndote de mí. Sugiéreme la alabanza que te es más grata, que alumbre a los que están a mi alrededor: que yo no predique con palabras sino con el ejemplo, a través del ímpetu de mis acciones, con el destello visible del amor que mi corazón recibe de ti. Amén. (John Henry Newman, cardenal, antes presbítero anglicano). Canto