13 SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL. 9r •159 Í9 111. •j.fonsui Í3 I i 9 ' i ; t . j J J 9 U p i.! •,i'l » « » O T í i i i fil.jii, ¡hílíhüli- C ; L ' ¿ ! I Í ; Í J / J l a V. n o l j C i ' - ti 11(1) sví sÍKiíKiwrií)-) o(i fieÍHKÍil'jn s l i l l . U i i ^ ; ¿lA :i.í\.,¡ 'Jily SÍ-3JlI9in j sil olifil, - / ' J T C! í t O j . - 0 2 ;B«J«*i jOUtllI. iioiafila» u í tíV'l Of.ij (!0: • r »1)S ¿ 1 ti r-> EL MONUMENTO DE SEMANA SANTA, Y LAS PROCESIONES Y COFRADÍAS DE SEVILLA, R I ADÍE desconoce el espíritu religioso que invadió pode-, i consecuencias que se siguieron á su desarrollo, cstablecica— -roíanjente á toda U nación en los siglos XVI y XVII, y las I do donde la-riqucza era mayor, nuevos lemf los magnjCcp» ABO VII. 27 de marzo de I842. M m SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL. y estensos conventos, y formando instituciones, hijas del celo religioso, laudable si se quiere, pero acaso exajerado e a demasía. Sevilla, que po»' »u estado de opulencia era en aquella época la población primera de la P e n í n s u l a , no podia menos de mostrarse superior í lodos los pueblos en aquella tendencia religiosa, y asi fue que levantó en pocos años magníficos templos, labró convenios s u n t u o s o s , recibía de b u e n grado y alimentaba favorablemente las esperanzas de todas cuantas órdenes religiosas llegaban á sus puertas: de n o d o que el culto llegó á un estado de pompa y de magnificencia, de que no hay ejemplo en la cristiandad. C u a l quiera podrá imaginar con tan grandes recursos, cuál Mo aería el aparato de las principales festividades, y calreielias las que se dedican en el tiempo santo á representar la TOC-. moria de la Pasión de Jesucristo; siendo una prueba de-su «ingularidad, la fama justísima que corre vulgarmonlc,por l a nación y el extranjero de la Semana Sania de Sevilla. Esta celebridad no corresponde ya con lo que ¡actualm e n t e se presenciaba; pues la catedral, reducida p o r c l e s t a d o de penuria en que se halla la nación á lo masinoccsar i o é indispensable, no es ni sombra de su grandeza y m a jestad; solo eleva de su antiguo esplendor el soberbio m o n u m e n t o de que hablaremos después. Las procesiones, llamadas cofradías, han decaído en g r a n parte por falta de recursos unas, y ctTas p o r haberse cslinguido; con todo no dejan todos los anos de hacer a l g u n a su estación pública. Estas cofradías han sido siempre u n o de los objetos de mas estímulo para la curiosidad Üc los forasteros, y especialmente de los extranjero». E n el siglo X I V , p o r los años de 13?0,.se institu.yó:en ; Sevilla u n a cofradía, llamada de la Sangre, porque salía. en el tiempo santo con penitentes que hacían la disciplina p ú b l i c a ; permaneció algún tiempo sola; pero p r o n t o se formó o t r a á su ejemplo, hasta que en el siglo X V I , c r e ciendo de dia en dia el celo religioso, se enjpezaron.á fund a r cofradías de sangre, siendo ya tan considerable su -núm e r o , que pasaban de cuarenta i mcdiadosídel siglo pjsado. Iban en estas procesiones los cofrades con velas a l u m b r a n d o al paso de la h e r m a n d a d , y entre ellos do« disciplinantes medio desnudos, dándose ladiscfplina; les acompañaban los que habían ofrecido promesas;y votos,, y se admitía también & las mujeres. Pero como de buenos principios nacen c o m u n m e n t e depravados intentos, efecto de nuestra debilidad y flaqueza; estas estatuónos cu que:se daban vanos ejemplos de piedad cristiana y espíritu üe ¡penitencia, c m - ' pezaron á corromperse al espinar el siglo X'VI, p u c s e n l r a r o n los desórdenes, las irreverencias y'cl escándalo; m u l tiplicábanse estas escenas en ílas que .s¿1ian de noche. El cardenal arzobispo D. F e r n a n d o Niño de Gucvai-a, celeb r ó sínodo en el año de 1 6 0 4 , y corló (di mal en gran p a r t e , con la absoluta prohibición de que fuesen mujeres; señalando á cada hermandad las horas de su salida, no «iendo ninguna de madrugada. Posteriormente, por orden del gobierno, y ya mas resfriada la caridad de los fieles en e5to de azotarse públicamente, que fue hasta de moda, empezaron á flesaparecer de las cofradías los disciplinantes y penitentes, conservándose desde hace muchos aiios como ae ven en el dia. El n ú m e r o de hermandades se ha ido reduciendo tanto, q u e se cuenta ya como singular la salida de alguna de las q u e existen. Las cofradías la componen los h e r m a n o s , que llaman los nazarenos; van vestidos con túnicas de lienzo m o r a d o ó negro, llevan u n a gran cola de cuatro á cinco var a s de l a r g o , que dejan suelta en los principales sitios de la •stacion; y sino, rccojida en el brazo izquierdo; en la cabe• » u n capirote Ihi'basiarite a l t u r a , cayendo por detras y deIsflte dos t i r a s ' d e lienzo que llegan á la cintura , la de d e - lanle con dos agujeros para ver: á la cintura se ciílen un» soga de esparto; en el pecho llevan el escudo de la cofrad í a ; los cirios los apoyan en el costado , inclinados hacia el c o m p a ñ e r o , y el brazo cstendido en todo su largo. Otros conducen grandes banderas de tafetán, ó estandartes, y b o cinas destempladas que tocan de rato en r a t o : mejor empleados, ocultan bajo el brazo graciosos canastillos repletos de dulces, con que obsequian al paso á algún animado rostro de nuestras morenas a n d a l u z a s ; galantería que aunque pruebe lo cortes, quita lo devoto. Siguen á los cofrades lo que llaman Pasos, porque representan algún pasaje de la Pasión en escultura; las figuras son del tamaño ó mayores que el n a t u r a l ; y hace años que viraos en uno de ellos dos caballos, y en otro la cena con los doce apostóles: suelea •ser de gran magnitud, y conducen á estas enormes escenas rcnndrillas de hombres colocados debajo. Siguen generalmiente al paso los demás hermanos, y después la Virgen, :1a'Capilla de los músicos, los clérigos de la p a r r o q u i a , la diputación del a y u n t a m i e n t o , cerrando la comitiva u n p i quete üe tropa. Hay una cofradía que tiene las túnicas blancas., porque lleva el paso del Sr. del Silencio; en lo antiguo habla muchos con este color. La vista estrambólica de aquellos .enmascarados , su a n d a r pausado, forma u n contraste bien singular y cstráordinario, con la reverencia y la compostura-que debe escitar la representación de las imágenes de-Cristo y de la Virgen. A u n q u e las cofradías todas son iguales en su acompañamiento,'hay sin embargo u n a , p u e s , señalada y notable; •tal es \a conocida con el nombre del Sanio Entierro, cofradía-que se fundó en el año de 1 5 8 2 ; en ella, ademas de los'nazarenos, van en el centro de la procesión varios j ó venes de ambos sexos vestidos ricamente, unos de ánjeles y o t r o s d e . s i b i l a s , llevando en sus manos los atributos y e m ¡blemasdc la pasión, y de la Verónica. Sigúese la u r n a , obra moderna de buen g u s t o , en la cual vá tendido entre finísimos rpauos u n a magnifica escultura del Señor; rodean la u r n a soldados vestidos a l a r o m a n a , calada la visera, y detrás marcha ;una compañía. Esta cofradía llama la atención, no solo de los pueblos circunvecinos que quedan desiertos, sino á los de alguna distancia y consideración. Sevilla en las tardes de la Semana Santa presenta u n o de esos cuadros grandiosos y sorprendentes q u e d a n u n r e cuerdo verdadero de otros siglos, y que sola ella ofrece en aquellos dias. A u n q u e todas las cofradías salen p o r la t a r dq,ihay b t r a s q u c efectúan su estación de madrugada. Es u n hecho que afectan vivamente los pasos de estas procesiones, y cscitan á '.la devoción ¡el corazón de los fieles. H a y p a r a ello una •razón ^poderosísima y es, que todas las efigies son gcneralmenlc perfectas on su género, pues sino son de J u a n Martínez Monlañez y d c sus buenos discípulos , son de a u tores mas a n t i g u o s , de:nota y crédito entre los inlelijentcs:, todas muestran el.grado de superioridad que dieron á su* obras ilos acreditados .aítislas de los siglos XVI y X V I Í . El Monumenío. U n o de los objetos que mas h a n llamado la atención en la semana santa de Sevilla, ha sido siempre el famoso monumento de la catedral; á la magnificencia y grandioso aparato con que celebraba el cabildo las solemnidades y ceremonias del tiempo s a n t o , correspondía esta hermosa y atrevida fábrica, levantada solamente para encerrar el jueves el cuerpo del S e ñ o r : el monumenio de Sevilla es el mejor que existe en la Península. Se levanta debajo de u n a de las bóvedas del craóaVO, entre el trascoro y i a .pilírta gfátidC, üobpcife sepUltuMi del celebre literato^D. F e m a n d o Í Í W I O B . T i J a s d i t a a fvsoí- SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL. "swiltesa olíra cniel aiio J e l ; i 4 5 , cV maestro Antonio F I o •^ntín; la; empezó cu 1 5 4 7 , y la concluyó en 1534; constaba entonces de: tres cuerpos, y concluía en una cruz. 4iaá'estátuaí, la'S trabajaron los acrcilila<los artistas de aquellos tiempos. Cuando el gusto en las arles iba perdiendo »quel sello que p o r tanto tiempo afianzó su dominio, se wKttó con mas acuerdo de aumentar al vionumcnto ven, eüírpo ú l t i n i o , como se clectuó en el año de 1524. Sufrió «Ésputs; varias, restauraciones en la parle de adornos, liasla •PW e » 168)8' hizo u n a gran obra Miguel de P a r r i l l a ; q u i Wiclbarnizr antiguoi, lo pintó todo de n u e v o , de blanco con: perfiíles, bruñidos de o r o negro: operación ejecutada eoni sumo gusto-y acierto, y que luibicra sido completa eon. deslírnáir Mi aiiladásíoi! • Us> estótuas: fuerou' también- reOOVadas;; :•• : • ' . : • • • • ' • ' - • • ' . • < ' : • '••••• ' t •• -I •• •:•'>•> - La: plauta. del monumeii/o, es el do una cruz griega: **ti. formado: di: madera y pasta: el todo es u n cuerpo de arquitectura, aislado cnterairacnte ron cuatro frentes. Está 9ivwl¡do CDi cuaLi"cr cuerpos el primero tiene diez y seis c o "Uimas dóricas, y en grupos de á c u a l r o , presentando dos *n su frente, sustentan un gran cornisamento. Dentro de ?ste c u e r p o hay otro pequeño, formado de coTumnitas, Cambien, dóricas, que reciben una cúpula; bajo de ella se «aloca la, fajraosa custodia de J u a n de Arfe, con una urna ^e o r o , en donde, se deposita la sagrada F o r m a : se sube por gradas; El cuerpo scgundo'es jónico, con ocho column a s ; en su centro otras c u a t r o , y la estatua del Salvador «tt medio. Sobre ocho pedestales, en los que se leen inscripciones latinas, se elevan otras tantas eslStnas, figura» colosales, y gallardas de tres varas y media de alto. R e p r e sentan á A b r a h a m , Helquisedec, ISíoiics y A a ron : y las fi8u>ras alegóricas de. la ¥ i d a eterna , la Naturaleza humana, la Ley a n t i g u a , y la de Gracia: de pedestal á pedestal hay aalepecho. El cuerpo t e r c e r a n o tiene maa que oclvo colura•iass corintias.; en el. centro el Seiíor amarrado á la columba;, sobre pedestales están las estatuas de S. Pedro, Saloróon,. la reina Sabá, el sacerdote del concilio, el sayón de lai bofetada, e l soldado que jugó la tiinica, Abraham é Isaac. Coroiran este cuerpo unas pirámides con bolas d o r a das;. E l cuerpo c u a r t o , que podemos llamar r a q u í t i c o , fue W q u e aSadieron, y al roomenfo se conoce; es de orden compueafio, y n o guarda proporción co» los deiflas- n i con el. todo;, sil figura c i r c u l a r , can arcos y pilastras: encima d e s u bóveda está el Crucifijo y los dos ladrones, á los pies la Vírjen y S . J u a n , t a altura total del monumento es de 120 pica,, su diámetro en la baso de 80. Todo está p i n t a d o de blanco, barnizados y b r u ñ i d o s ; las bases, plintos, gradas, ai-quitraves y frisos están cinteadas de fajas de oro, c a t r e dos negras, lo que hace b u e n ; efecla, é ilarainado presenta u n todo difícil de concebir.: U n escritor del siglo X ^ ' I , pone el siguiente estado del n u m e r o de laces que se empleaban en la iluminación, d o cumento que n a deja d e ser curioso: Lámpara» . . . de piala.., ITapbasi: Velas. »d. 2.°. í^-3.» 40 20 io<i obiichiuÍTj a3ii'..i!i'.'.'f*^ !»[i *oeiiDm'ni-3b ciautl 123 ' 24 n ílilMIi'lifi i.i i ''• Domingo Marlincz delineó e hho en Sevilla en el ATÍXX de 1737 uii dibujo ¿c\ monumento, que grabó l'ed'ro B a l tasar Boullats en Ambercs, en lámina de vara y tres c u a i y tas de largo y una dé a n c h o : estampa sumamente rara. El monumento de la catedral de Sevillii es u n testigo! verdadero que señala en la edad presente cual era el gusto: en lasarles en otros siglos, marcando al mismo tiempo l a riqueza y la prosperidad que desdirlo antiguo poseía e l c a ~ biido. • '^"':''J''/ '-^"-'y---^ /¡i ';i« <""'- -'. •Í:."Í.-!3•'^ Y csla portieniosa o b r a , ifc l i ' q u é f e í h u'rtiíi'údii'tfses. villano, que podía afirmarse que era una de las mas iosig-^ ncs del m u n d o , solo sirve en nuestros dias como las estatuas y columnas en las ruinas de u n a gran población, que af paso que dan testimonio de su grand'cza, hacen mas db,Torosa y sensible su pérdida. i ! j , i ; , i J t Ü ; ; iíj:U ü i i/Uj. ¿ i í ; i ; Í J i i i ; ! r J i : i ' : ' l •••• Mil oU itoiíolqía 8Sii£Jk!<nte LLSIMIÍÜ ,--"<^'jqi:-iO HBJ S(íti C ><)|L' i'i,"^ sb ícJeoí f.&i u» 3Í-1Í0 K ofjoll ü'itqVffírBOTrVy^rHlipi-.si) L..¿,J r-n!:Tr!! eue iicgai)! .£iiiti.jiiii5x,0 ¡9 eojM. : áO^iA Y foi; ol> p i s m ü r t -89 9ÍJp ,! ,, i IJ JIG> obiioníV} ¡9-SOXCOS »inc)idr.(i iuü . o b i i i ü s i - i i f "^etí ab ,1B oueuifil uo sboD ,»,rtbct!»<Ifi í o ! ' - ' ! .r,..-^.... ,in( .•,ui>;:».> íacibsiu sL uoi. LAS XSXA» r i Z I F X V A S . ,*OV¡«3T<|t9 tojo -r.-ir.ipi íufiaupaq í-.íiii'i.ims} s:i!' 9bii9nt¡inoü 9up , i Í3 am lErjíñvc ' ' : i ' í o l sup ,ia.9iJ»iM ¡••>i> •.•) ofaruJií noj^nTÍeBia PRIMERO (^{^'•<><i>'-^t-'^ oh oinoid d t0X<';> .9i(l9iíiíijq-ríilii t,i V itlíl si 9b 9)23bl!Íi l,!UUq B. AJO los abrasadores rayos de la zona t ó r r i d a , entre, 1» línea ecuatorial y Trópico de Cáncer, y rodeadas del J a - ^ po,n, la celebre China, Cochinchina, Sorneo y Molucas, eslicndese el Archipiélago Filipino, tan rico, inmenso y p o blado, como poco conocido,, tibiamente q^ucrido de su m a dre p a t r i a , y mal descrito p o r extranjeras plumas. Centro de la dominación española en el Asia, está ü a raado S ocupar u n importante lugar p o r s« admirable p o sición geográfica, asombrosa fertilidad, y t a n varios p r o d u c t o s , que desde lo antiguo es conocida en toda la Indi» con el nombre de Perla del Oriente. Gozosa con s u unioa. al hispano r e t r o , muestra al orbe la diferencia inmcnsit, entre su dulce trato y la amarga actividad de la coloniza-,cion inglesa, ó la tenacidad cruel del criollo liolande's; y cual joya preciosa, diamante el mas p u r o que España halló, restos codiciados de su desmembrado irapcria,, adorna b r i llante el bello blasón del castellano pueblo. U n a vasta estension de cerca de 8G0O leguas cuadra-"r das hállase repartida entre el multiplicado n ú m e r o de s u i , islas. E s Luzon la mas septentrional de todas, no teniendo,, en cuenta las Bahuyanes. y BataneSyasi como la mas p r i n n ' cipal, tanto p o r su t a m a ñ o , igual á las demás reuni3aSj^ como p o r hallarse en ella su capital y el p u e r t o de Caui(ej\ Corre í lo largo de toda la isla u n a cadcjia de altos m o n - , ; tes, q u e esparciéndose p o r cllat dejan algunos aislados, ent^ medio de los llanos; entre los que se distinguen por su elevar^ cion los volcanes Mayan ó AlBay y T o o / , . d e figura de u»j^ cono truncado. Hállase situado el último en el centro de I»„ Jag^uiia de Bombón de 15 Je^ua4^4e fircuitp»^ díítaote ,^« -,; •••::::•• ; cv:)!Ji::-f-j f.icj-.Ktii:6\ 3b Ó;> onitt"^ h' i:.<;i^.,. • : . , . , j j í ft»oi;^ii.oi-f Í!, V O'iüiolov í£iJc •«o<j .á-'l>.l9ui i a ! ' t i ) lío jgodeBjoj'menos JellamM laat^ncion de nuestros !ec{qj_ ressoti^e tstbs iritéresanles artículos que deb*™°* * ^* amistad de $«., iíU Y (OgEliiqiíJs'íS o t i c -'-"sJ 9; joven y laborioso autor, eléttáí por su.'! particulares crrcunstancía'i"' está en el caso de poder traitar con raaltitnd tte *tttj9 Jllu«ív'o¿-"^aquellas «partadas proy¡nc¡«s «p»*»Irtí « X (««!"" "o)Síusmsíiii;? O^CÍIEÜI i-. H03 esiiiaí:- ..JÍ.ÍI.ÍÜJÚ OIÍS ÜIIIÜMI.;: , 2í.<-{ ;-j j ; oiiliji«;j o/ftiju XotaK 99 ÍQO SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL. 'IVIanila otras tantas. Aun se recuírdan con espanto sus Sin embargo, á tanta amenidad opónense las maleusque cria «er^ipciones entre otras roas antiguas las de 1754 y I 8 I 4 , esta fértil tierra, la flojedad del indígena, los insectos de «Sipecialniente U última, en que cubierta la atmósfera de que abunda, y huracanes que la destruyen. Son las islas Filipinas fecundas en los reinos vegetal, piedras, fuego y h u m o , destruyó muchos pueblos y familias habiendo llegado las cenizas hasta la capital. También animal y mineral. En efecto, las cosechas del palay (a.rTOt), ¡refiere una antigua crónica el fenómeno de haber hervido base del alimiento del hombre en todo el Oriente y princi4 borbollones toda el agua de su crecido lago en la ante- pal cultivo de este pais, son tan abundantes, que sobre darr i o r esplosion. Son sus rios principales el Tajo, el Agno, se sin ningún trabajo dos veces al aiio, en algunas partes pro«1 grande y chico de la Parapauga y el Pasig que sale de duce 100 por uno; tampoco lo son menos las del t r i g o , semilla introducida por los españoles. A estos objetos de conl a vasta Laguna de Bay de 30 leguas de bojeo. Al Sur de Luzon hállanse entre otras las islas de Min- sumo local debe añadirse el cultivo del café, azúcar, cacao, «danao, Paragua, Samar, Mindoro, Panay, Ley te, Negros, tabaco, reputado por el mejor después del de la Habana, .Zebú, Bohol y Masbale, Es de estas la primera también la añil, algodón, el abacá, cuyos fuertes filamentos sirven para mayor; su interior hállase entrecortado de monlaiías, en- fabricar desde los rudos cables hasta los mas delicados tejidos ^tre las que se cuentan muchos volcanes; son horribles sus conocidos con el nombre de Nipis, que esceden con mucho •erupciones, oon particularidad la que se dice en I 6 4 I , en al Holán Batista. Los árboles frutales de Europa no producuya época fue tan fuerte la simultánea esplosion de tres cen ó producen poco, mas en cambio dan opimos y delicio•de aquellos, que el estrépito llegó á oirse cu las costas de sos frutos los de los trópicos é indígenas, entre los que se 'Cochinchina. Riegan sus llanuras y fértiles valles crecido cuentan el de la manga, cuyo fruto es de lo mas esquisito, número de rios y lagos muy considerables; es de estos el el cocotero, árbol del p a n , y plátanos, cuyas especies p a mayor el conocido con el nombre de la misma isla, que es- san de veinte y cinco. cede en tamaño al de Bay ya referido. Sus habitantes El interior del pais está cubierto de frondosos bosques, s o n de mediana estatura, tez morena, labios abultados, vírgenes todavía, en estremo abundosos de maderas t i n t o -ojos espresivos, vivos, fieros y vengativos. rias, ébano y otras propias para construcción. naval y u r £ n la isla de Mindanao debe distinguirse la parte es- bana. Hay varias especies de palmeras, cañas y juncos, l l a fpnuoli, que comprende tres territorios pequeños scpara- madas de Indias, y cañafistolas que forman inmensas selvas •dos entre sí, que forman otras tantas provincias con el g o - cu los pantanos y orillas de los rios. bierno de Zamboanga, lugar de deportación situado en la También prospera muy bien el ganado en estas islas, punta Sudeste de la isla; y la independiente, cuyos habi- por cuyos montes andan errantes venados y carabaos ( b ú tantes parte sujetos al sultán moro de Mindanao, parle entc- falos), los últimos empleados generalmente en la labranza f «•aroente independientes, se hallan confederados con los de carretería. Los españoles han introducido las vacas y cabaüos inmediatos grupos que forman el Archipiélago de Joló, llos, que aunque pequeños son muy robustos y de muy b u e pirateando continuamente en las rancherías de los indios na estampa. Son muy comunes las aves de especies raras en «vasallos de Espaiía, saqueando y quemando sus pueblos, y otros países , notándose entre la diversidad de palomas las •haciendo inumerables cautivos con dolor de la humani- llamadas de la puñalada, por una mancha muy semejante á dad. . ; sangre sobre su blanca pechuga. Entre los animales braCubre la superficie de las islas en general elevadas vios pueden también citarse losg-aío* de algalia que dan el <»rdilleras en diversas direcciones, sobre las que cayendo almizcle, sustancia odorífera de gran precio. Entre los repdensos vapores á influencia de su tropical posición, for- tiles distínguense las serpientes grande y pequeña, conocida man numerosas fuentes, caudalosos rios, lagos y pantanos esta con el nombre de dajum palay (hoja de palay) e n -considerables, y copiosas lluvias. Distínguensc nolablemen- tre los naturales, y tan peligrosa como la de cascabel. En •te las últimas por su periodo, que en las partes Oeste y las costas,.rios y lagos, hormiguean clases muy varias de •Sur es de junio hasta mediados de setiembre, á veces hasta pescados, infestando sus márgenes dañinos caimanes. Visto•diciembre, en cuya época empiezan en las contrarias Este y sísimas mariposas y abejas pueblan el aire, al tiempo m i s ^orte, constituyendo esta variación las estaciones. Son los mo que incomodan escorpiones é infinitos mosquitos y plavientos regionales los Nortes, Lestes y vendábales, cuya du- gas de langostas, que ocultando á veces el sol devastan las 'Tacion, á que llaman monzón, es de 3 á 4 meses cada uno, sementeras. :. ui. -soplando en el cambio de aquellas los baguios ó tifones, Esta tierra contiene ricas y someras minaS de orOvtO*" »que son huracanes que en menos de 24 horas corren toda bre y hierro; solo una de las últimas tenemos noticia se e s - ' 'la aguja, y arrasan horriblemente las campiíías descuajan- plota en la provincia de Bulacan. Varios de sus rios arrasd o con su violencia corpulentos árboles: otras veces esta- tran arenas de oro que utiliza la paciencia indígena: en las llan con menos fuerza, aunque su periodo conocido con inmediaciones délos volcanescójese mucho azufre, y en las «1 nombre de collas pasa á veces de 10 á 12 días y aun costas péscase crecida cantidad de nácar, preciosas perlas y mucho mas: entonces vése alborotado el mar é inundadas ámbar gris. Otras muchas producciones da este pais admip o r torrentes de agua las tierras.- De esta variación en la rable, que figurancomo renglones de un gran comercio,entemperatura, resulta que á pesar de su situación nalural- tre los que se cuentan el sibiicao y otraadrogas para tintes, .mente ardiente, los calores no sean escesivos, á lo que cera, brea, carey,.el nido que forma un pájaro con su añadido la humedad de la tierra, hace su conjunto una baba, y es muy apreciado por los chinos, balate, ajonjolí y deliciosa primavera, y el p^Í3 „np, de l o s ^ a s encanlado- siguey ó caracolitos que sirven de moneda en algunos rei.ces del globo. "•-•^.•-.,1.;:, : ; . , , ; . - , . .^ i'os de la India. •'-' Su suelo ofrece tanta variedad como su clima ; por unas ,^artes el terreno es de formación primitiva y exuberante < a metales, por otras volcánico y de prodigiosa fertilidad, l o que en general se verifica en todas y cada una de sus Jarles. A un temperamento húmedo y algo caluroso, es con-«'guienle una lozana vegetación; así vénse allí los prados, •*ampiñas y montañas en perpetuo verdor, los árboles cons<Untemenie con hoja», y á rece» flor y fruto en uno mismo. • . .W Rienaba la magostad cesárea de Carlos I en el solio español, cuando Fernando de Magallanes triunfando por los años de 1520 y 21 con heroica constancia de inmensos obstáculos, aumentó sus brillantes timbres con el hallazgo de este vasto archipiélago, y un nuevo camino á él por el estrecho que inmortaliza su nombre. Mas la gloria de su conquista en 1565 estaba reservada á Felipe II, p o p e l SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL. Valor del adelantado Miguel López de Legaspi, y la p r u dencia de los religiosos agustinos que le acompañaron. Los anos que entre su descubrimiento y conquista transcurrier o n , pasáronse en lamentables disputas con los portugue•** p o r la posesión de las Molucas, objeto primitivo de aquel célebre náutico. A la llegada de los conquistadores existían dos castas de gentes en el pais; los Aetas ó n e g r i tos y los Indios: primitivos pobladores aquellos sin contradicción habíanse retirado á las m o n t a ñ a s , cuando los úllinios llegaron y ocuparon las playas divididos en varias Daciones. Situábase hi Tagala en el parage en que Manila se ssienta, estendiéndose en circunferencia p o r muchos p u e blos y rancherías gobernadas p o r sus reyezuelos. Al N o r te estaban los Pampangos, Zambales, Pangasinanes y Cagayanes: al S u r de la misma isla los Camarines y en las restantes mas meridionales los Bisayos ó Pintados asi W»^ liados p o r las figuras con que coloreaban su cuerpo. .1 .:n Hoy en dia ademas de las referidas r a z a s , existe otra conocida con el nombre de Mestizos de Sangley, resultado de la unión de las Indias con los chinos llamados S a n glcyes de las palabras Hiang-lay, que en su lengua signiñca "Mercaderes viajeros" por ser este el oficio á que principalmente se dedican. Encuéntranse en el centro N. de Luzon, las tribus de Igorrotcs, descendientes mezclados de los compañeros de Limahon, celebre chino que con una formidable cspedicion puso 5 Manila en grave peligro á los pocos años de su fundación. F o r m a n los negritos varias t r i b u s e r r a n tes en los montes y espesos bosques: bárbaros y de poca capacidad tienen sus cabellos pasas aunque menos atezados que los de Guinea; de narices chatas, no m u y altos de persona, aunque trepados y membrudos, aliméntanse de raices, miel y venados que flechan con sus arcos, en que ion m u y diestros y certeros; sin sentimientos de religión, ni mas traje que un cinturon de corteza de árbol son vengativos, indomables y temibles en sus escursiones á las p o blaciones de los indios. Estos, originarios de la América meridional según u n o s , descendientes de los Malayos, según otros por su proximidad, son bien agestados y formados asi hombres como mujeres, de estatura r e g u l a r , y en a l gunas provincias elevada, color de membrillo cocido, n a rices c h a t a s , cabello negro y lacio, y escasos de b a r b a ; de carácter humanos, sumisos y pacíficos, pero valientes; p e rezosos , y aun,que indolentes y disipados, sumamente m a ííosos y de buenos ingenios para imitar toda clase de obras de manos. Asientan sus poblaciones en las costas del m a r y márgenes de los r i o s , viviendo de sus granjerias, labores, pesquerías, y contrataciones, en tanto que sus mujeres c u i dan de las casas de sus padres y maridos , tejen , hilan y octípanse en las labores de la aguja en que son muy c u riosas. Los mestizos de Sangley, aunque de color mas claro, conservan las facciones de sus padres; activos, orgullosos y osados, distingüeseles p o r sus riquezas, confralcriiidad laboriosidad, instrucción, ambición al mando, y afición al lujo y comercio: demasiado ari'ogantes para considerarse indios y sin titulo alguno para llamarse españoles, afectan los modales de estos , y visten como los primeros. Adcroas de esta división n a t u r a l de la población, hay un crecido n u m e r o de chinos y algunos eslranjeros europeos, á quienes lleva el comercio activo que estas islas hacen de sus admiraibies fruto»., , - - ESIÜDIOS 101 HISTÓRICOS , cti.':. .cti; DON JUAN EL TUERTO/ (J _. íifiO'C. EX. B A U r Q U E T E SIGLO T EX. S V F X . X C I O . XIV. (Conclusión. Véanse los números anteriores.) I-iuHGO comenzó á servirse la espléndida comida en que la abundancia parcela d e r r a m a r su copa de p l a c e r , y o b l i gar á todos á apartarse de graves y enojosos asuntos. T r a zábanse al través de las aclamaciones y b r i n d i s , no obstante la fingida cordialidad, secretos avisos, ademanes de inteligencia m u t u a y otras señales, que n o se hubieron de escapar A la viva penetración del señor de Vizcaya. C o n o ciólo el r e y , y saliendo repentinamente de su embarazosa situación, preguntó á D. J u a n . —Puesto que v o s , á quien p o r m u c h o tiempo obedeció Castilla d u r a n t e mi tutela , conocéis mejor que yo mismo esta tierra y sus leyes y costumbres, decidme, os ruego, ¿ presenciasteis acaso el juramento de los nobles de Avila? Asomaron de repente los colores al rostro del infante, que contestó con ironía. — Rara p r e g u n t a , señor, cuando os puede ser familiar a h o r a , que sucediendo á mi padre en el cargo de t u t o r vuestro, debia entender en eso m u y de cerca. Mas conviene añadir en aclaración de lo respondido, que D. J u a n Manuel pronunció solo ese j u r a m e n t o ; y q u e , mal podría obligar su fuerza á los que asistían, cuando el que juraba no pensó desde luego en cumplir el voto ni el homenage. Según eso (insistió el r e y ) fué vano aparato aquella ceremonia. Pero hallo h a r t o d u r o y desabrido, que la i n tención oculta califique y decida lo que de fuera se contradice y r e p r u e b a , y á mi entender, no parece libre de pena quien asi engaña á Dios y á los hombres á la ver. : _ Y qué importan juramentos, cuando el tiempo cambia «io?i!» b s b í n , , a u ,.Mr.M^*y9.,flB .LA,FüÉpt,TiE.j¡, g.,,,^ 6 trastorna aquello mismo s o b r e q u e se hizo el voto..? (con. testo el de Vizcaya). — Pues que asi pensáis y resolvéis á mi» dudas con tal'í llaneza , cuando se t r a t a de palabras ante lo» ojos de Dio», q u e b r a n t a r debo otras menos solemnes hechas ante lo» hom- \'/. ^mi SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL. brcs que ni alcannaii, ni alcanzar pueden ile la divinidad en sus obras. Infanle D. J u a n (continuó el rey) habéis sentenciado vuestro mismo proceso; me libertáis de las protestas de Bclvcr, y nada serán las palabras de un rey para el <]ue tan'doble y hostilmente trabaja contra su corona y estado. ¡Ola , mis vasallos! asegurad y castigad í ese traidor. A estas voces, prendieron los soldados á D. J u a n , quien vuelto al rey , dijo: — Culpa mia y no Vuestra fué el soltar las armas y v e n i r á abrazaros, sabiendo que el suplicio sería la recompensa. La sangre de uno 6 la del otro babia de d e r r a m a r se, y colocac vos Cn vuestras sienes la diadema de señor de Vizcaya, ó-yv> ere las mías la corona de Castilla. El cielo y m i lealtad permitieron este sacrificio. Resigno mi suerte, pues yo propio fie cn vuestras promesas, y fallé cn mi misma causa. Empero no creáis , rey perjuro, que se alzan los t r o n o s mas brillantes sobre la ingratitud y la traición, que p o r las victorias y el galardón de la v i r t u d ; ni el que se n u t r e de la sustancia del inocente, ha de gozar del fruto de «US delito.T. TeViT, a q u e l , que como yo , debe c.ipiarlos y los cspia en el cadalso: pero ¡cuántos bajan al sepulcro con las n a n o s salpicadas de sangre, y comienzan cn la eterna vida á m o r i r sin morir jamas! ¿Quien s»be, si al acabar tus <!ias , oh rey injusto, darás á tus estados por herencia los bandos, las muertes, y la ruina de tu posteridad..? Deti'ivose aqui el infante, y liacieíido sefia el camarero á los soldados, condujéronle con violencia fuera de aquel s i t i o , encerrándole en una de las cavas mas profundas del calillo. ISi ruegos-, ni súplicas, ni el favor del abad D. Ñuño, t a n aficionado á D. J u a n , padre del p r e s o , ni el temor de •on levantamiento y nueva guerra en los estados de Vizcay a , pudieron atajar el castigo de D. J u a n el T u e r t o . Era la media noche del tres de noviembre de 1324, y •despertando este súbitamente al ruido que movían los c e r i t s ^ s <í* la'Mlfratfa de aquella m a z m o r r a , vio delante de sí á aq!«iel inisBio Gai-cHas«, que llevara el mensage del rey j las pláticas de paz á su castillo de Bclver, Seguíanle un i-eligioso franciscaíitf, vario* soldados conduciendo en m e tí iwá siw escuderos Garrí-Fernandez y Lope Aznairez de Ileprnosilia, trabadas las manos á la espalda con crueles cspoías y SUS' pies cotí gruesas cadenas: Bliráronse unos á olposr con t e r n u r a ' y sorppesa: D. Lope y D. García doblar o n la rodilla ante su seíÍor,y besando sus manos , i n u n d á r o n l a s de lágrimas.-1>, J d a n conservó en este trance toda str. entereza ; peroi n » pudo menos de bajar apresuradaraen16. la vista al observar oculto tras la l ú g u b r e comitiva al ^íjtculOT de las justicias, al verdogo del t r i b u n a l de Valladolld.. U n .silencio sepa lera! siguió á t a a imponente escena. Rompióle Garcilaso cn esta forma. — La amistad qrute es conservo- y la h u m a n i d a d , cuyo pailíicer me aflíje s i e m p r e , han conícguida. d c l r e y vucslro P«Jfdon, y vengo á ofrecéroslo. aiJiia (;í(!'jL' ,.j-;.V.j:" " • y * despojarme corrí hipócrita y Kicntidíi. rompasion-cle j n i í t i l l a i , señoríos y heredamienlos (coulcsló D . Juan.) „!*-Lueg» s'»beÍ9..i.M; . 5 - . Lo sospecho.... ¿Y eónid n o sospechaKlp de quien t,rae<:*»> supliero» los banqoetesr, y,qu«hraBla:,;COip» -vülano, tas- fafebras....? (r'epuso el- da Viecáya).. , - - Pues á ese prCcio se os otorga la vida, D. J u a n ( i n s t ó Garci laso), n u i d ; Aun pod'reis-recobrar cojí; la. libertad l a csperanz» de tíicjore* días. ^ ; , ! , i - . v ' i ' •' • * • ¿:Y soi»^ r o s (conleslóle el ij»faBí«]| q,utejí<sir.rae propo»»«»'*ioS, í q u i e f t debo el « t a d o miserable en qu^ me hallo..? Nunca renunciaré mis estados, ni fallaré i mi n ó m b r e l a mi altwrtM», y al »raor d« mií' vasalloa. U ; decid al rey que, pi^e» ft t«ntft cj(«a!me concede lo que la ley no me quitara I taa^^»t4n Hlá. ©J ha costado otra pena «jue «usiraida» j , ' halagüeiías palabras, que goce á sw sabor de- los despojos <J*r la desgracia y de la violencia. Que el señor de Vizcaya,,J»Í> le demanda favores, ni temcsu^odib y sus castigos^ ÍÚÍ'ÍC Y dichas estas palabras', despidióse: d e s ú s ficles.íservi«r dores , confesó sus culpas; y entregó su cuello al verdugoEjecutaron en seguida á ambos escuderos, y sus cadávcoeí» fueron sepultados sin fausto y^ sin pompa poco después.. De esta manera acabó sus días el poderoso D. J u a n el» T u e r t o , señor de Vizcaya,, victima de sus intrigas y mano-^ jos y de sus torpezas- y traiciones. En él SC estinguió la l í nea de los poseedores de aquel estado, que con los dereías d* su patrimonio quedó adjudicado á la corona de Castilla-, en perjuicio de Doña María, hi-ja del difunto. Perseguido Donj u á n Manuel huyóse al Aragón. i Posteriormente se. otorgaron cesiones de d i d i o s e ñ o r í a en favor de D. Alonso, con lo cual pareció se sciegaban-lo» espíritus, y legitimaban estos medios de adquirir. Asi a t menos nos lo dicen las historias: si ellas fueron ó no b a s tantes, y si se emplearon ruegos ó amenazas en vez de e s pontáneas y gratuitas demostraciones, eso queda al juicia severo é indeclinable de lai posteridad,, y á la obseitvacioih circunspecta de la crítica. ,. ]?Í.Wtik"l>#JKi'CORTÉ r Rekítwí.''!-.! -;-,'i!!, É3tu9!Í)aÓ;j«!> ,?.'.>!0T10a! 9 Ü f . U ( í h J ;;ÍI,. .,:.;•!> •,-..:-,! • , . , , . , ! . : • ; í s L ü o i s f i —«"Jes® J O C ^ ' ..-, ESPAÑA .-' • - sS Í»INT6RESCA. ><:i:"¡-y\ :-ijp¡:.;;; ,£i¡oí7c«J lili ÍH¡./;fl1v ,. fitiüj ,M3¡É1 P U E R T A S T P U E N T E S 1>E TOLEDO*,:;! noü )'íii aií^. HrnOS, . (loisib^q --••. lív'i ttLJ-'jv • • ; . - • - • ' - jq íi.í i e.'jí'.iu'iii.it') ••.";} S f ¡ n elle ty} i o i t i i n i í l v í s i d c n u ) ! ) " ! in .tíjviic^ JuJos m u r o s , puertas y puentes de Toledo, no menos so» dignos de que se haga una reseña de ellos, que de los c d i - , ficios y otras curiosidades que el recinto interior de la ciu"dad contiene. Su grandeza y decadencia y la» diversas d o - . minaciones que sucesivamente han pasado por este anciamx.' y ruinoso padrón de nuestras glorias nacionales, están e^-^ culpidas con indelebles huellas cn sus varios muros y eii^^ Iradas, las que consideradas con atención esclaraará el a r queólogo: "Ved aquí bajo u n recinto señalada la ciudad d a los r o m a n o s , la corle de los godos, la de los árabes, y la silla predilecta de los reyes de Castilla." Pero la injuria de los tiempos y lo sucesivo de las construcciones han borrador en gran parle los lindes que señalaban las diversas edade» de esta ciudad memorable, y es preciso ponerlas de m a n i íiesto al través de los escombros y verde césped nue los cn» cub^i.rr.lr.tfiioj , «r.v.iipi-i •'•«•• ;¡<,>; í',;j[-...-,u..-.;;i,! .¡1, „?.>[,«.o ,•' i E r a m u y pequeño y reducido el circuito de la c m d a ^ ' en tiempo de los romanos y hasta la época de "Wamba, y i no cojia por consiguiente el m u r o mas que u n a tercera parte escasa de la a c t u a l , pues según los restos que aun se e n c u e n t r a n , solo una mitad de la parte occidental era 1^,. que estaba cercada; pero seria fuerte cuando Tilo Libio d»-^ cia de Toledo: "Urbs paría, sed valJc muníla." Los muros y torres que en la actualidad se ven, son la mayor parte d« la época de YVamba, quien despue» de la guerra n a r b o tiense y cn seguida de haber vencido al tirano Paulo y al conde de ÍSíme», quiso hacer díe' Toledo una ciudad digna de que fuese corte del lloreciente imperio gótico, y asi dicen los historiadores contemporáneos, que la ensanchó y a d o r nó con bellos edificios, dedicando lá'í puertas á lo» Santos yalronoí. SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL. Eslc nueva m u r o que está conservado en su mayor " p i r l e , comenzaba desde el puente viejo de San M a r t i n i los Agustinos calzados, puerta del Caubron, casa de Jos 'Vargas, N u n c i o , la Merced, Slo. Domingo el Real, m u r o i tllaraado del Azor, sobre.cl que está la cerca de lo« C a r m e - | -iitas, que dá -uombre^al callejón del Azor, que eslá dclrA« ^ e ese convento; seguía luego -al m i r a d e r o , calle -de las íArmas., Concepción, Sta. Sé-, al puente de Alcánlara. De i-Bquí partía por la puerta de 12 Cantos, Matadero y d c r - : -rnmbaderos de S. Lúeas -basta unirse con el Alcázar. ! No contento con esto, a u n la iparle de la ciudad rodeada í »For el Tajo estaba cercada de.muros, cuyos rcstosy toi^reones demolidos ó encubiertos p o r Ja -tierra, ;aun «e ven, d.esde 5 a n Lúeas, bajando á los molinos del Yerro, por bajo de las c a r r e r a s , plazuela del T r á n s i t o , Sla. Ana y S. J u a n de los Reyes hasta el Puente. Toda esta linca de muros queso dist i n g u e & poco trabajo, es de fuerte cantería, tan sólida, que h á mas de tres siglos que muchos edificios están cargando •obre ellos sin haberse en la menor parte resentido. En loda la circunferencia de este cerco habia varias puertas 'qne ya no existen, tales como la de Adabaquin, que estaba junto á los molinos citados del Y e r r o , la de la Almofala que existía en tiempo de los moros cerca de la puerta hoy llamada Nueva. También donde boy están las ruinas del palacio de los V a r g a s , habia cuando la conquisla, otra p u e r t a llamada de la Almaguera, sobre la cual se conserva la tradición de que atacando por esa parle "la ciudad Al! Aben Jucef fue auycntado por haberse aparecido en aquel p u n t o el arcángel S. Miguel; como sucede igualmente con u n gran torreón que está junto á la puerta del Caubron, el cual se llama la torre de los Abades, y esto proviene de que -sitiando la ciudad los Almorabides, poco después de la conquista, y atacando esa torre, fue esta solo defendida por el arzobispo D. Bernardo y toda su clerecía, por no haber «uficientes tropas p a r a acudir á todos los punios. im vulnerada p o r las guerras,,castigaba-á los malhechores con penas formidables, .sfgun refiere de el el Tudensc que ^'ailios caldarüs dccocuchal, allios,vivos c.vcoriabat." Este F e m a n do González que aquí.criamos fue .señor de Yegros, y pOr su muerte y confiscación dcibiancs pasó la Dehesa de ese nombiic al. monarca, quien la cettió al hospital de Santiago de esta ciud»*, que haala.ahora la ba poseído. ©cjando ya esla digresión,¡sigamos con las noticias ao" bre los reslanlcs muros de Toledo. Desde el puente de AJcánlara hasla cecea del de S. M a r l i n , hay otra Huea .de m u r o que.abraza lia anlorior., tlanqucada por muchas t o r <res cuadradas y•rcdondas.íEsta muralla, de la,que aun se conserva mucha parte, ¡la m a n d ó :hacer D. Alonso el VJ, se^oii consta por;esla,noticia, conservada en los.anales primeros toledanos: Jira 1.142 f7 rey D. Alfonso, mandó facer ti muro de Toledo desde la tajada (Cortadura) que uo xtl rio de jiiso (derecha) de la puent de piedra (el puente de A l cántara) hasla la otra tajada que vá al rio en derecho de S. Esteban. Este S. Esteban que aqui menciona, es el c o n vento de los agustinos calzados, desde donde vaja la otra corladura crcclivaroentc. En esla parle de m u r o es donde está la puerta antigua llamada de Visagra, lodada en la actualidad, y aunque su arquitectura parece árabe, es de la misma época que el m u r o donde está fija. La puerta n u e va de Visagra que está al camino de M a d r i d , es maecstuosa y de hermosa conslruccion, obra sin duela del famoso Covarrubias Ó de alguno de los Vergaras , pues se ejecutó el 1 5 5 0 reinando Carlos I y Doña J u a n a su madre, siendo correjldor D. Francisco de Córdoba. El gran escudo de las armas de Toledo que está encima del arco de e n t r a d a , los dos torreones que llanquean á esta, y las 4 torres piramidales de los ángulos, dan un aspecto imponente á esta entrada. Mas arriba de la puerta de Visagra, pero pegada al m u r o viejo, eslá otra llamada del Cambrón, cuya etimología la v i n o , según dicen, de muchas cambroneras que en lo a n tiguo se criaron cerca de ella. Esla pucrla se cree en u n principio edificada por W a m b a , reedificada por los árabes, y últimamontc vuelta á reconstruir el 157G , siendo c o r r e gidor D. J u a n Gutiérrez Tello. Su arquitectura es de l a d r i l l o , y guarda el orden dórico en todas sus partes, t e niendo otras cuatro torrecillas como la de Visagra. Ademas de estas p u e r t a s , han quedado otras interiores y dentro del nuevo m u r o , tales como la de C r u z ó de V a l inardones sita junto al Cristo de la Luz, y por donde es t r a dición que entró triunfante el conquistador Alonso VI, y la llamada en la actualidad Puerta.del.Sol, que es la que cslá representada por la lámina. P o r la parle de tierra son estas las principales p u c r l a i EsIa entrada y el magnifico torreón quclaidcfiendc, casi toda es de arquitectura ái-abe, como lo acreditan los va- de Toledo; pues o l i o portillo que hay no merece ocuparrios adornos y arquitos arabescos que la rodean. Su se de él. P o r la parte del Tajo se entra á la ciudad por do» eonstruccion es sólida y está perfectamente conservada, magníficos puentes, que son obras dignas d e q u e nos detcny sobre el arco de entrada se 'vc el escudo .de armas de :gamos algo en su descripción. la catedral, que probablemente se pondría alli á poeo de El llamado de Alcántara, que es todo de sillería y consta l a conquisla. Mas a r r i b a de este arco, ya cerca de la c o r o - •de un solo arco do gran dimensión, por donde pasa todo el nación de la t o r r e , se advierten dos figuritas .pequeñas de rio , fue construido [lor los moros cuando dominaban en T o m á r m o l blanco, que sostienen con sus cabezas >una como ledo, en la Egira .')S7 , por Halet, hijo de Mahomat Alamen, bandeja, donde está otra cabeza. No he podido.descubrir la alcaide de Toledo, por mandado de Almanzor Abohamin verdadera causa de esla antigualla: solo se sabe, según u n Malionial, fijo de Abiliamir, Alhagib de Amir Almorcnnin ínanuscrito, que p o r una injusticia atroz que iFernando riixcn. D e c s l c p u e n l c c r a sin d ú d a l o que dijo cl moro Rasis González, alguacil m a y o r que fue de Toledo cía su puencometió con con oslas palabras: Jilrio Tajo es muifamoso, dos mujeres, el rey S. F e r n a n d o le mandó cortar la cabeza, te á par de Toledo, es mui buena cmuirica caíanlo fue so1.il„f • ' . . figuras . mente 'labrada, que nunca home podia afirmar con verdad y para memoria colocar en esta puerta . las de I a que otra habia en Esjmña tan buena, c fue fecha cuando agraviadas, como mostrando al público la cabeza ,dol irai dor. Y n o hay que admirarse de esto, pues S. FecnauiJofuei -vino Mtihomad Elhimer &;. Eslc puente^ junto con otros muchos lie E s p a ñ a , se a r r u i n ó en l a s grandes inundaciol n rey m u y justiciero, según refieren memorias anli €"»« (1), que en la era 12G2 , cuentan c/iie el rey B. JTcr- nes que hubo el año 1 2 5 ^ , en cuya época le reedificó Doa "ando vino á Toledo, é enforco muchos homes é coció muchos Alonso cl Sabio, y luego posteriormente fue varias veces calderas" El padre Florez al comentar ese pasaje, dice que recompuesto en los t i c m p o s d c los reyes católicos D. Felio jnvenló S. F e r n a n d o este castigo, sino que le halló intro- ,pc U , y úllimamcnlc de D. "Felipe V , en cuyo tiempo se " " d o p o r el rey su padre, que á fin de hacer valer la justida.jj ;hizo enlcranioritc nuevo cl arco que sirve de salida. El otro puente que tiene ésta ciudad se llama de San Alaríin, y fue edificado el 1 2 0 3 , de resultas de haberse llevado una inundación cl que hab'a u n poco mas abajo, y i - c k b ^ u a U u n qued<H> resto8.-P"6Utdi&cado-toLce^r4>e»ísinias --^'-*ii«W.«,p„doM6l«Uoos.«tad«s-por^l-H«««. '104 SEMANARIO PINTORESCO ESPAÑOL. cepas, sobre las que cargan dos torres que sirven de entradas. Es todo de sillería, y tiene 3 ojos. El de enmedio tiene 140 pies de diámetro y 95 de altura, que fue el que derribó D. Enrique durante la encarnizada lucha que sostuvo con su hermano D. Pedro. Mas á los principios del reinado de D. Enrique III, el arzobispo D. Pedro Tenorio mandó á su costa reconstruir este grandioso arco, sobre lo cual cuenta Narbona una anécdota, y fue, que el arquitecto que le levantó, tuvo un descuido en su construcción, y conociendo que quitadas las cimbras se arruinaría y vendría todo abajo sin remedio, contó á su mujer el gran apuro en que se hallaba. Calló esta, y 4 la inmediata noche fue sola, y con el secreto posible puso fuego á todo el maderamen y el arco cayó, atribuyendo todos su ruina á esa casualidad, y no á la impericia del marido, que volvió á edificarle con mas cuidado. Ya finalizada la obra des- cubrió al prelado la mujer la fechoría; mas aquel, lejos de repetir por los nuevos gastos, celebró mucho la astucia que salvó el honor de su esposo. En tiempo de Carlos II se recompuso este puente,.*y tanto este como el de Alcántara estuvieron en poco de ser cortados por los ingleses en la guerra de la Independencia, lo que hubiera sido una desgracia irreparable. Espero que á los amantes de antiguallas agradarán estos borrones, mucho mas refiriéndose á una ciudad en la que nada hay indiferente, y que con motivo de la próxima Semana Santa, vá á ser visitada por tantas personas curiosas é ilustradas, que no podrán menos de hallar énjelia amplia materia á sus observaciones artísticas. .'¡'¡üiv.rib •11 I iicÜ N. MAGATÍ.--"-' ' j ' i •:) i.íf.i,ii f}^o}l • Cl! Oaoq t 9UguÍ* cülgia. 29-11 2Ü «ct-i ¿ll • ' • - ) " . luYl chücatll < ji ali oiaefECf !i abcmdl clisuqf I ah nohibeni tí • '"I 1 í .n i.ii i.íoTiii ?!r. ,.rjff.,viíoO • uui so6 (Puerta del Sol, en Toledo). MADRID: IMPRENTA DE L\ YlüDA DE JORDÁN E HIJOS.