Somos guerreros para defender la tierra, nuestra madre, nuestra vida. Para nosotros ésta es la batalla final. Si la tierra muere, morimos nosotros. No hay mañana sin la tierra. El que quiere destruir la tierra es todo un sistema. Ése es el enemigo a vencer. Capitalismo se llama el enemigo. (Subcomandante Insurgente Marcos, Julio de 2007) Lucio Díaz En este texto presentamos pequeñas historias, piezas de un rompecabezas, que ilustran la guerra de conquista sobre los territorios indígenas y campesinos; que ilustran la represión, persecución y cárcel como respuesta sistemática a quienes defienden la tierra. Frente a la guerra que los poderosos libran contra los pueblos indios, éstos responden organizándose. El calendario de abajo marcado por la represión Desde el inicio de los trabajos en torno a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, en las reuniones preparatorias de La Otra Campaña, la Comisión Sexta, junto con muchas organizaciones y colectivos llamaron a tender el primer puente entre los de abajo: la lucha por l@s nuestr@s. Nombrar siempre a nuestros presos, nombrar a los desaparecidos, organizarse frente a la represión. En su camino, La Otra Campaña fue aprendiendo de la experiencia de organizaciones, comunidades y familias con años de lucha por sus presos y por la defensa de los derechos humanos —la movilización, la lucha jurídica, el trabajo dentro y fuera de las prisiones, los plantones—. Se aprendió también de la lucha por la presentación con vida de los desaparecidos —los comités de familiares en Guerrero, las Doñas de Chihuahua y Sinaloa—. La Comisión Sexta se reunió con presos políticos en diferentes penales del país llevando a la práctica el ser compañeros, ser compañeras. Vinieron las amenazas de arriba, y la respuesta de abajo: “si tocan a uno nos tocan a todos”. Y la brutal represión, primero Atenco y después Oaxaca, marcó la necesidad de organizar la defensa, de acompañar 49 a los presos, de articular movilizaciones nacionales e internacionales, acciones jurídicas, plantones; y se hicieron encuentros y festivales. Llegó el calendario de arriba con su telaraña electoral y muchos ahí nomás quedaron. La represión marcó el calendario de abajo y las denuncias se han ido multiplicando en los rincones del México rebelde. El olor de la guerra volvió con más fuerza a las comunidades zapatistas. Entre 2006 y 2009, se registraron nuevas posiciones militares, reactivación de grupos paramilitares, desalojos en Montes Azules, incursiones del ejército mexicano en territorios autónomos, ataques paramilitares en la zona norte, ataques de gobiernos municipales perredistas y priístas. Y detrás de todo esto, el verdadero poder: el gran capital y sus renovados proyectos de conquista de territorios. La Otra Campaña levantó la Red Nacional Contra la Represión y por la Solidaridad que ha dado seguimiento a las denuncias y apoyado acciones, caravanas y encuentros para fortalecer la solidaridad frente a los ataques. Estos esfuerzos han confluido con otros de diversas latitudes en diferentes espacios, como el Encuentro Continental contra la Impunidad, realizado el 20 y 21 de junio de 2009, en el Caracol de Morelia, en territorio zapatista, en Chiapas. En un escenario general de represión, mercantilización de la justicia e impunidad, la palabra del CNI toma otra importancia. Parte de un diagnóstico que se expresa con mayor fuerza en las regiones indígenas del país: 50 ...la represión gubernamental y paragubernamental desatada encontra de nuestros pueblos se ha expresado en el asesinato y el encarcelamiento de cientos de dirigentes indígenas, así como en la ocupación militar y paramilitar de nuestros territorios, criminalizando la lucha social y todo intento organizativo que se origine en nuestros pueblos de manera independiente y autónoma. (Pronunciamiento por la autodefensa indígena. CNI, 2009) Piezas del rompecabezas de la resistencia indígena Ostula. El camino que sigue es continuar ejerciendo nuestro derecho histórico a la Autonomía y libre determinación. Insistimos en que la tierra, que es nuestra madre, NO SE VENDE, CON LA VIDA SE DEFIENDE. (Manifiesto de Ostula. CNI, 2009) Cuando la Comisión Sexta visitó la comunidad de Ostula, en el primer recorrido de La Otra Campaña, en marzo de 2006, los comuneros nahuas explicaron las presiones del gobierno para imponer el Procede, las artimañas de grandes corporaciones mineras para realizar prospecciones en sus territorios y la amenaza que representaban los grandes proyectos turísticos y las invasiones sobre sus bienes comunales. El 26 de julio de 2008, las autoridades agrarias, civiles y tradicionales de Ostula denunciaron el violento asesinato de Diego Ramírez, coordinador de la comisión especial que la asamblea general nombró para la defensa y recuperación total de sus tierras. En enero de 2009, en el Festival Mundial de la Digna Rabia, el CNI denunció este asesinato y llamó a apoyar a los pueblos nahuas de occidente en la defensa de sus tierras. El 13 y 14 de junio, el CNI reunió su asamblea de la región centro-pacífico, ahí se firmaron el manifiesto de Ostula y el pronunciamiento por la autodefensa indígena. Dos semanas después, cientos de comuneros mandatados por su asamblea recuperaron más de mil hectáreas de propiedad comunal en el paraje costero de La Canahuancera. La comunidad de Ostula cuenta con un territorio de 19 mil hectáreas, reconocidas en títulos de propiedad de 1802 y una resolución presidencial de 1964, los supuestos pequeños propietarios, caciques mestizos de La Placita, tenían invadido el paraje desde hacía 45 años. Las autoridades de Ostula denunciaron que, el día 29 de junio, un grupo de choque, contratado por los supuestos pequeños propietarios, emboscó y disparó indis­ criminadamente sobre hombres, mujeres y niños que se encontraban realizando una acción pacífica para proteger la posesión del paraje recuperado. Un comunero resultó herido de bala. También se denunció el establecimiento de dos destacamentos del ejército mexicano y la marina en los alrededores de la comunidad. Ese mismo día, la comunidad cerró los accesos a los 21 poblados que la integran, y cerca de dos mil comuneros iniciaron Santa María Ostula, El Coire y Pómaro como salvaguardas de la integridad de las tierras y de las familias y responsabilizaron a dichos gobiernos de cualquier acción represiva o de cualquier ataque por parte de grupos de delincuencia organizada. Ante la gran tensión que se vive y las necesidades para sostener la autodefensa y edificar el nuevo poblado, la comisión hizo un llamado a instalar un campamento indígena civil y pacífico y un campamento de observación que verifique la protección de los derechos humanos, así como a apoyar con víveres, medicinas y recursos financieros a la comunidad. tareas de vigilancia con el apoyo de las comunidades nahuas de El Coire y Pómaro. Desde principios de julio, la Comisión por la Defensa de los Bienes Comunales de Ostula confirmó la recuperación de cerca de mil hectáreas de tierras que le pertenecían, “que se encuentran bajo nuestro control y custodiadas por las Guardias Comunales pertenecientes a las Policías Comunitarias de nuestra comunidad y de las comunidades hermanas de El Coire y Pomaro”. También informó la fundación del nuevo poblado de Xayakalan con la edificación de 25 casas, además de la Encargatura del Orden, la Capilla y la Casa de Salud Comunal que están en construcción”. Negó cualquier acuerdo alcanzado con el gobierno y explicó la situación que se vive: “existen comuneros heridos que están siendo atendidos por la comunidad; las escuelas de los 21 poblados fueron cerradas ante la inseguridad; existe desabasto en las tiendas y almacenes de la comunidad y las familias no pueden dedicarse a sus labores ante las enormes tareas de resguardo comunal y las obras de edificación del nuevo poblado”. La Comisión dio a conocer que la comunidad tenía detenidas y encarceladas, a raíz de los sucesos del 29 de junio, a tres delincuentes que fueron “moralmente condenados y entregados al gobierno del estado en calidad de detenidos, aclarando que en todo momento fueron tratados con justicia y respetando sus derechos humanos”. Exigieron a los gobiernos estatal y federal respeto y reconocimiento de las policías comunitarias de Bachajón, Chiapas. Manifestamos nuestra solidaridad con las hermanas y hermanos de Bachajón, Chiapas, que actualmente enfrentan una lucha frontal contra el gobierno federal y del estado por mantener y cuidar sus territorios, recursos naturales y gobiernos autónomos. (Manifiesto de Ostula. CNI, 2009) Con los desalojos en Montes Azules, en agosto de 2007, y las incursiones militares a las comunidades de San Jerónimo Tulijá y Hermenegildo Galeana, en junio de 2008, quedó marcado un nuevo ciclo de contrainsurgencia orquestado desde los gobiernos federal de Calderón y estatal de Sabines. En todos los territorios rebeldes de Chiapas, la Procuraduría Agraria crea conflictos y presiona a grupos y organizaciones para hostigar a quienes se oponen a la aplicación del Fondo de Apoyo para Núcleos Agrarios sin Regularizar (FANAR), antes Procede; la Comisión Federal de Electricidad encabeza los ataques contra las resistencias a las altas tarifas de luz; los programas gubernamentales de “combate a la pobreza” son punta de lanza para profundizar la ruptura de los tejidos comunitarios, y seguir creando conflictos y división en las comunidades. El gobierno de Calderón y el de Sabines han anunciado un gran proyecto turístico —que incluye una autopista y un aeropuerto— entre Palenque y San Cristóbal, bajo el nombre de Centro Integralmente Planeado Palenque-Agua Azul. Grandes capitales pretenden apoderarse de, al menos, 21 mil hectáreas de tierra para lo que llaman “el primer desarrollo ecoarqueológico del país”. Se trata, en gran parte, de 51 territorios recuperados por el EZLN, trabajados y cuidados por comunidades y gobiernos autónomos. Desde enero de 2009, fueron cada vez más cotidianas las denuncias de la Junta de Buen Gobierno (JBG) de Morelia, por agresiones de miembros de la ORCAO, paramilitares de la OPDDIC y grupos priístas contra bases de apoyo zapatistas y adherentes a La Otra Campaña, en los Municipios Autónomos Lucio Cabañas y Comandanta Ramona, siempre con la complicidad de la policía estatal y de gobiernos municipales oficiales. La JBG ha señalado cómo detrás de estas agresiones está la apertura de la autopista San CristóbalPalenque y los proyectos turísticos en la zona de Agua Azul. Las agresiones han incluido ataques a turistas en balnearios autónomos, destrucción de casetas de vigilancia autónoma, incendios y robos, ataques con disparos de bala, amenazas de desalojo y detenciones arbitrarias. Como lo expresan los responsables de la JBG: “de nuevo en Chiapas llegó la ley de Absalón Castellanos y de Albores Guillén actuando a través de Juan Sabines”. El día 13 de abril del 2009, seis compañeros de San Sebastián Bachajón fueron detenidos por la policía estatal preventiva en la carretera Ocosingo-Palenque, se les acusó de ser asaltantes. Las autoridades ejidales de Bachajón, adherentes a La Otra Campaña, desmintieron las acusaciones y exigieron su libertad inmediata. Denunciaron cómo el 17 de abril, “ingresaron 800 policías sectoriales, Policía Estatal Preventiva y Agencia Federal de Investigación para desalojar a los adherentes que bloquearon la carretera en el crucero Agua Azul para pedir la libertad de los compañeros”. Ese día fue detenido otro compañero. Las autoridades de Bachajón también identificaron a los verdaderos asaltantes y denunciaron al gobierno estatal y federal de respaldar a la OPDDIC ya que “el mismo 17 de abril ingresó un grupo de policías guiados por miembros de la OPDDIC al área de caseta de cobro, destruyeron la caseta y robaron las cosas que había adentro como el radio de comunicación, archiveros y dinero en efectivo”. Los presos políticos de Bachajón fueron golpeados en el momento de su detención por elementos de la policía, en algunos casos fueron torturados y obligados a firmar una declaración preliminar. 52 La JBG de Morelia informó la detención de Miguel Vázquez Moreno, base de apoyo del EZLN, el 18 de abril, mientras realizaba sus trabajos cotidianos en la zona turística de Agua Azul. Las autoridades autónomas informaron de la custodia de tres de los verdaderos delincuentes, dando el informe de los delitos que se les encontraron, así como de la forma de operar de las bandas de asaltantes que, como toda la “campaña de contrainsurgencia”, se hace en coor­dinación con los tres niveles de gobierno. En el mes de mayo, La Otra Campaña y la Zezta Internacional iniciaron una campaña por la “¡libertad inmediata de los indígenas adherentes a La Otra Campaña injustamente detenidos por el represor Juan Sabines!”, por la libertad para tod@s l@s pres@s polític@s, por la libertad de l@s desaparecid@s polític@s y por la cancelación de todas las órdenes de aprehensión contra luchadores sociales, que nuevamente articuló acciones y movilizaciones en todo el mundo y ha logrado ya la libertad del compañero base de apoyo y de cinco de los compañeros de Bachajón, quedando, al 14 de julio de 2009, dos compañeros injustamente presos. Oaxaca. La represión y los ataques contra territorios indígenas continúan en Oaxaca, donde sigue gobernando un criminal: Ulises Ruiz Ortiz. Presentamos dos botones de muestra. El 23 de abril de 2009, indígenas chatinos denunciaron que “quince camiones tipo torton llenos de soldados armados y encapuchados del ejército arribaron y sitiaron la comunidad de San Miguel Panixtlahuaca, distrito de Juquila, en la costa de Oaxaca. El informe que enviaron los pobladores es que los soldados “sitiaron con retenes la comunidad, no dejando entrar ni salir a nadie y empezaron a catear las casas en busca de armas, aunque además robaron dinero y amedrentaron a la gente”. El operativo, que supuestamente era para desarmar a la población, fue justificado con la ley federal de armas de fuego y explosivos. La comunidad de Panixtlahuaca participa de manera activa en el movimiento de los pueblos de Oaxaca comenzado en 2006. El 6 de mayo de 2009, la policía estatal de Oaxaca y la policía federal preventiva organizaron un operativo de desalojo contra compañeros de la comunidad de San José del Progreso y La Magdalena que se oponen al despojo y destrucción que las mineras Fortuna Silver Inc. y Continum Resources Ltd, con la empresa prestanombre Minera Cuzcatlan, SA de CV, están realizando en sus tierras. Mil quinientos policías desalojaron el plantón que exige la suspensión definitiva de los trabajos, doce compañeros fueron detenidos, cuatro compañeros tienen órdenes de aprehensión, cinco comunidades fueron cercadas por la policía. Las comunidades reforzaron sus movilizaciones para bloquear los trabajos de la minera. Manifestamos nuestra indignación por la violenta represión en contra de los hermanos oaxaqueños que fueron desalojados del plantón que mantenían frente a las instalaciones de la empresa minera en San José del Progreso y La Magdalena, Ocotlán de Morelos en Oaxaca. (Manifiesto de Ostula. CNI, 2009) La ocupación militar de territorios indígenas Michoacán: los casos de A26, A27, A28 y A29. Luego de que un grupo de personas no identificadas atacaron a varios militares y asesinaron a cinco soldados el 1° de mayo de 2007, cientos de soldados se trasladaron a los municipios indígenas de Nocupétaro, Carácuaro y Huetamo con el fin de encontrar a los agresores. Cometieron decenas de abusos, incluidas detenciones ilegales en una base militar, torturas, golpizas, violaciones sexuales e ingreso ilegal a varias viviendas. Cuatro menores de edad fueron violadas, según relata el informe de Human Rights Watch (HRW). La CNDH en su informe identificó a las víctimas como A26, A27, A28 y A29. Un día después, el 2 de mayo de 2007, según el relato de la víctima A26, los soldados las subieron a unos camiones y las llevaron hasta el río, donde se encontraba un helicóptero, las jalaron del pelo, les ataron las manos fuertemente con mecates y cintas plásticas, relata el informe de la CNDH. A26 dijo que ya en el helicóptero, los militares les gritaron: “hijas de su puta madre, se las va a llevar la verga, pinches derechos humanos ni existen, las vamos a aventar al mar y se las van a comer los tiburones”. Luego, la obligaron a que se subiera la falda y se quitara la ropa interior: la manosearon, la patearon y golpearon en el cuerpo y la cabeza. A28 viajó en el mismo helicóptero y, al igual que sus compañeras, fue abusada sexualmente: los militares al llegar al cuartel les gritaron: “pinches drogadictas putas”. A28 llevaba una virgencita en la mano y un militar se la quitó, le levantó la falda, le jaló su ropa interior y “le colocó la estampa hecha bolita entre sus nalgas empujándola con un dedo”. Al mismo tiempo, la nalgueaba y le gritaba: “al cabo que esto es lo que les gusta, pinches perras, que se las cojan, ahora sí ni la virgencita te va a salvar, ni mucho menos Derechos Humanos, porque no existen”. Incursiones militares en la Sierra de Catalán. El Taller de Desarrollo Comunitario de Guerrero, en el pasado Encuentro Continental contra la Impunidad, señaló: “el signo de los tiempos es la militarización supuestamente para combatir el narcotráfico pero realmente es la punta de lanza de la llegada de capitales trasnacionales, por medio del despojo”. Puso como ejemplo lo que sucedió hace unas semanas, cuando dos poblados de la sierra de Coyuca de Catalán fueron tomados por el 53 ejército. Las comunidades vivieron el terror por cuatro días, los soldados llegaron disparando y gritando “viva Rogaciano Alba”, cacique de la región, acusado de ser el autor intelectual del asesinato de la luchadora por los derechos humanos, Digna Ochoa. El ejército allanó las casas y obligó a los hombres a remontarse a la sierra. Para agregar: “éste no es sino un ejemplo de la política de tierra arrasada que se está practicando. Ese despojo masivo está atrás del asesinato y el encarcelamiento y la existencia de más de 240 órdenes de aprehensión en contra de las organizaciones sociales y en contra de las ONGs de derechos humanos”. Agresiones militares en Ayutla de los Libres. La Organización para el Futuro del Pueblo Mixteco (OFPM) igual que la Organización del Pueblo Indígena Me´phaa (OPIM), provienen de la Organización del Pueblo Indígena Mixteco y Tlapaneco. Desde hace unos diez años, documentan y denuncian pública y legalmente atropellos de militares en varias comunidades del municipio de Ayutla. En esta región es donde se encuentra El Charco, comunidad donde soldados del ejército mexicano masacraron a once indígenas, el 7 de junio de 1998. Ese mismo año, se denunciaron esterilizaciones forzadas a mujeres indígenas efectuadas por la Secretaría de Salud. El futuro de los pueblos mixtecos. Según informaciones del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, el 24 de octubre del 2006, Raúl Lucas Lucía presentó una queja ante la CNDH e interpuso una denuncia penal ante la PGR en contra de soldados del ejército mexicano por retención e interrogatorios ilegales. Como presidente de la OFPM, en 2008, Raúl documentó casos de violaciones de derechos humanos: allanamientos, robo, daños, retenciones e interrogatorios ilegales, efectuados por militares en comunidades indígenas mixtecas y tlapanecas. La organización interpuso cinco quejas ante la CNDH y varias denuncias penales. El 13 de febrero de 2009, Raúl Lucas Lucía y Manuel Ponce Rosas, presidente y secretario de la OFPM, fueron desaparecidos de manera forzada por presuntos agentes de la Policía Investigadora Ministerial en Ayutla. El 14 de febrero, los familiares de los desa­parecidos, la Comisión de Defensa de 54 los Derechos Humanos (Coddehum) y Tlachinollan presentaron, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, una petición de medidas cautelares al gobierno mexicano. También Amnistía Internacional pidió una investigación inmediata. Según información proporcionada a los familiares y abogados de Tlachinollan, sus cuerpos sin vida fueron encontrados el 20 de febrero, “estaban en bolsas de plástico y enterrados a 80 centímetros de profundidad. Con visibles huellas de tortura y en avanzado estado de descomposición”. El pueblo indígena me’ phaa. Tras la masacre de El Charco, se ha vivido una guerra de baja intensidad: eliminación de dirigentes, asesinato selectivo, esterilizaciones forzadas, incursiones militares. En 2006, la OPIM platicó a la Comisión Sexta y a La Otra Campaña cómo “son las mujeres las que ejercen la autodefensa frente a la represión, se han organizado, han expulsado de Barranca de Juan y Barranca de Guadalupe al ejército, así con sus manos, a empujones lo han expulsado”. Desde finales de 2008, Tlachinollan impulsaba una campaña por la liberación de cinco indígenas de la OPIM detenidos y torturados en un retén militar. El 3 de febrero de 2009, la OPIM denunció la entrada de 50 militares a la comunidad de Barranca Tecoani, considerando esta acción como un acto más de hostigamiento, en represalia por las denuncias que esta organización ha hecho contra efectivos del ejército que violaron a Inés Fernández Ortega, el 22 de marzo de 2002. Esta es la realidad de la guerra de conquista a que siguen sometidos los pueblos indios en nuestro país y éstas son también algunas muestras de la resistencia indígena frente a dicha guerra. Hoy más que nunca, es claro que de los poderosos y su gobierno, sus partidos políticos, sus instituciones, sus jueces, policías y ejército no podemos esperar nada, más que despojo, injusticia y muerte. Si queremos un futuro digno hay que olvidarnos de arriba y caminar organizando abajo y a la izquierda, con los pueblos indios, con los trabajadores del campo y la ciudad, con los desposeídos de este país. No olvidar que somos la mayoría y, cuando nos decidimos, nadie nos para.