¿Genética o pobreza? El contexto social de la diabetes tipo 2

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Diabetes y sociedad
¿Genética o pobreza? El contexto
social de la diabetes tipo 2
` Claudia Chaufan
Junto con su "hermana gemela", la obesidad infantil, la
diabetes tipo 2 se está extendiendo entre los jóvenes de todo
el mundo. Esto constituye un grave problema de salud pública;
a los 30 años, varias generaciones de jóvenes llevarán 15, 20
o más años viviendo con diabetes tipo 2. La afección ya
representa la mitad de todos los casos nuevos de diabetes
en algunas poblaciones infantiles.
Sin embargo, mientras que, por un lado, es cierto que tanto la
obesidad como la diabetes tipo 2 están afectando a los niños de
todo el mundo, no están afectando a todos los niños por igual.
Los niños y adultos con mayor riesgo de desarrollar diabetes
tipo 2 no sólo pertenecen a etnias no blancas, sino que también
proceden de las familias más pobres.1 En este artículo, Claudia
Chaufan investiga el impacto de los factores socioeconómicos de
la diabetes tipo 2 en los jóvenes.
>>
La diabetes tipo 2 y las desigualdades
de su distribución suelen explicarse
mediante dos paradigmas principales:
los genes y el estilo de vida. La
diabetes tipo 2 se considera el
resultado de una predisposición
genética que se desencadena por
varios factores de estilo de vida.
Sin embargo, la búsqueda de genes
específicos de la diabetes ha
proporcionado pruebas poco
concluyentes para dichos candidatos.
35
El panorama genético de la diabetes
tipo 2 cada vez resulta más confuso.
La supuesta conexión entre genética
y origen étnico se convierte en un
verdadero problema en casos como
la población de los Apalaches, EEUU,
en donde los índices de diabetes tipo
2 llevan creciendo constantemente
durante los últimos 20 años entre
la clase trabajadora más pobre; la
mayoría de las personas afectadas
aquí son blancas. Por otra parte,
la investigación ha demostrado sin
dejar lugar a dudas que el estilo
de vida y la diabetes tipo 2 están
estrechamente vinculados y que
el riesgo de diabetes tipo 2 se
puede reducir dramáticamente
mediante modificaciones del estilo
de vida, independientemente de
la herencia genética.2
Sería razonable llegar a la conclusión
de que la mejor estrategia para atajar
la diabetes tipo 2 es mediante
campañas educativas masivas que
desarrollen hábitos saludables a una
edad temprana. Desgraciadamente,
este no es siempre el caso. La
investigación médica ha sugerido que
el alto riesgo de desarrollar diabetes
tipo 2 se gesta en el útero, mucho >>
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Volumen 49
Número 2
Diabetes y sociedad
pobres. Además, una diabetes
gestacional mal controlada, algo
también tristemente frecuente entre
las comunidades con menos recursos,
aumenta el riesgo de diabetes tipo 2
entre los hijos.5 Este riesgo congénito
se ve agravado por las características
sedentarias y calóricamente densas de
los entornos sociales de los más
desfavorecidos.
© mauritius
antes de que una persona desarrolle un
estilo de vida, ya sea sano o no.3
( )
El riesgo alto de
desarrollar diabetes tipo
2 podría gestarse en el
útero, mucho antes de
que una persona haya
desarrollado un estilo
de vida.
La teoría del genotipo ahorrador
Los indígenas estadounidenses de
Arizona, los Pima, han dejado perpleja a
la comunidad genética durante décadas
debido a sus abrumadores índices de
diabetes tipo 2 tanto en adultos como
en jóvenes. Mientras que esta tendencia
podría atribuirse a la occidentalización
del estilo de vida, se cree que el
"genotipo ahorrador" podría ser la
explicación de porqué el estilo de vida
ha tenido este efecto sobre los Pima.
La teoría del genotipo ahorrador
dice que podría desarrollarse una
predisposición a diabetes y obesidad
como respuesta genética a condiciones
Julio 2004
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Número 2
de "festín o hambruna". Hoy día, en
un entorno que ofrece un suministro
excesivo de alimentos ricos en grasas
y azúcares y de fácil acceso, la función
de este gen, queda obsoleta. Según
esta teoría, dicho gen sería en gran
parte el culpable de los abrumadores
índices de diabetes entre ciertas
comunidades étnicas.
La evidencia histórica de condiciones
de festín o hambruna no es
concluyente. Por el contrario, existen
suficientes datos históricos que nos
hablan de una época de hambruna
sufrida por el pueblo Pima al comenzar
el siglo XX, a la que siguió un cambio
hacia un tipo de vida occidentalizado
dentro de las reservas.3
Factores sociales no reconocidos
Resulta interesante observar que la
carestía social dentro de un entorno
de relativa abundancia nutricional, una
característica de la pobreza actual,
raramente figura dentro de la literatura
como factor de riesgo de diabetes tipo
2. En noviembre de 2003, una búsqueda
en PubMed (buscador de una base de
datos de publicaciones de literatura
biomédica) realizada en inglés,
utilizando los términos "diabetes
tipo 2" y "canadienses First Nation",
combinada con la palabra "pobreza"
(o equivalentes) daba como resultado
0 artículos.
Los mismos términos combinados con
el término "estilo de vida" daban como
resultado tan solo dos artículos. Una
búsqueda con la palabra "genes" daba
14 artículos, una cifra relativamente
Una persona tiene alteración de la
tolerancia a la glucosa (ATG) cuando
La malnutrición fetal aumenta
substancialmente el riesgo de
enfermedad arterial coronaria y de
alteración de la tolerancia a la
glucosa con el paso del tiempo.4 La
malnutrición fetal tiende a coexistir
con los embarazos mal monitorizados,
algo muy común entre las personas
36
su nivel de glucosa en sangre es
superior a lo normal, pero está
por debajo del nivel de una
persona con diabetes. Las personas
con ATG corren un riesgo superior
de desarrollar diabetes tipo 2.
Diabetes y sociedad
alta si consideramos lo inconsistente de
las pruebas de una variación genética
que pueda explicar la desigualdad del
riesgo entre grupos raciales.
Otra ausencia notable era la de la
variedad de factores sociales. Aunque
estos han demostrado ser
responsables de una serie de
afecciones médicas, dichas
consideraciones eran marginales al
hablar de diabetes tipo 2.6
(
La carestía social
dentro de un entrono
de relativa abundancia
nutricional raramente
figura entre
los factores de riesgo
de desarrollar diabetes
tipo 2.
)
No es un entorno de carestía social
sino más bien un comportamiento
poco saludable lo que explica las
desigualdades en la diabetes tipo 2;
ambas cosas pueden y de hecho suelen
coexistir. Podría ocurrir perfectamente
que una persona que es pobre tenga
más probabilidades de comer
alimentos baratos (en establecimientos
de comida rápida) y tener otros
hábitos poco saludables, como beber
debido a la depresión provocada por
las deudas o el desempleo.
Estos factores hacen que sea más
difícil que una persona en estas
circunstancias anime a sus hijos a
que lleven una vida sana. Las
decisiones acerca de qué, como
sociedad, hacemos con la diabetes
tipo 2, dependerán de cómo
centremos nuestra atención en la
cadena que lleva a la diabetes tipo 2.
Tratar los síntomas, sin tener
en cuenta la afección
Podría no haber mucha diferencia
entre grupos étnicos en lo que
respecta a los factores que les ponen
en riesgo. Las limitaciones sociales y
económicas que impiden llevar una
vida sana y libre de diabetes a la
comunidad estadounidense de origen
mexicano del norte de California
apuntan a una cohesión más
fundamental entre estas personas y los
trabajadores pobres de los Apalaches
en lo que respecta a la diabetes tipo 2
que ningún otro dato concreto
relacionado con sus genes o
comportamientos individuales.7
carestía social. Sin embargo, una vez
que se ha desarrollado diabetes, mis
sugerencias sobre el impacto de los
factores sociales en el desarrollo de
complicaciones son relevantes para
ambas formas de la afección.
` Claudia Chaufan
En Buenos Aires, Argentina, Claudia Chaufan
fue diabetóloga clínica y educadora de
diabetes. En los EEUU, obtuvo un Master
en Sociología y ahora está acabando su
doctorado en la misma disciplina en la
Universidad de California, en Santa Cruz.
Sus intereses intelectuales y de investigación
incluyen las desigualdades sociales, política
sanitaria, bioética y teoría sociológica. Hace
32 años que tiene diabetes tipo 1.
Junto con la malnutrición fetal y una
diabetes gestacional mal controlada,
estos factores sociales y económicos
explican por qué la diabetes tipo 2
no es una afección con igualdad de
oportunidades. Sean cuales fueren
los mecanismos genéticos que llevan
a desarrollar diabetes tipo 2, la
carestía social está impulsando
las desigualdades de la distribución
del riesgo de desarrollar la afección.
Si queremos ayudar a combatir
la afección y no meramente tratar
sus síntomas, es necesario que
los profesionales sanitarios
asuman un papel de defensores
de unas condiciones sociales
mejores para todos.
En este artículo, mis ideas sobre la
causa social de la afección tan sólo
se refieren a la diabetes tipo 2. Al
contrario que esta última, la diabetes
tipo 1 no está distribuida de manera
sistemática según categorías sociales.
Su aparición, hasta donde yo sé, tiene
muy poco o nada que ver con la
37
Acknowledgements
La autora quisiera extender su
agradecimiento por su apoyo a la hora de
escribir este artículo a Wally Goldfrank,
Carroll Estes, Julian Field y Daniel Benyshek.
La Sra. Chaufan quiere expresar su profunda
gratitud a las personas con diabetes y a sus
familiares que han puesto a su disposición
sus puntos de vista y su sabiduría.
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formulations. IARC Sci Publ 1997; 138: 51-64.
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Epidemic in the United States. In, Singer M,
Castro A (ed), Unhealthy health policy: a critical
anthropological examination. Walnut Creek:
Altamira Press, 2004 (in preparation).
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