Denuncia penal por la desaparición forzada de Héctor Castagnetto

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DISEÑO DE PORTADA DEL SEMANARIO VOCES DEL FRENTE N°27
Denuncia penal por la desaparición
forzada de Héctor Castagnetto
Con el patrocinio de Serpaj, la señora Ana Castagnetto se presentó en junio
de 2005 ante el Poder Judicial a solicitar
que se investigue el destino de su hermano
Héctor, quien fuera visto por última vez el
17 de agosto de 1971.
La denuncia penal por desaparición
forzada (para el derecho interno la figura
a aplicar es: privación de libertad) quedó
en principio en manos del juez penal de
11º turno, Roberto Timbal. Pero éste declinó actuar al entender que correspondía
enviar la denuncia al Juzgado que ya había
entendido en esta causa en 1987. En aquel
momento, el entonces diputado Nelson
Rovira (Frente Amplio) denunció la desaparición de Héctor Castagnetto da Rosa
y de Abel Ayala, y los homicidios de Antonio Ramos Filippini e Ibero Gutiérrez.
Finalmente el caso fue derivado a la
sede penal de 8º turno, a cargo del Dr. Pablo Eguren. El Ministerio Público está representado por la fiscal penal de 1º turno,
Dra. María del Huerto Martínez.
El juez encomendó a la fiscal el estudio de la denuncia a efectos de determinar
si el delito prescribió o no. Antes de pronunciarse, la Dra. Martínez pidió a la sede
judicial que ubicara el expediente iniciado
en 1987, pero éste nunca fue hallado. Ese
caso fue archivado por el gobierno de Julio
María Sanguinetti, al interpretar que había sido alcanzado por los efectos de la Ley
de caducidad.
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Con ese panorama, la fiscal solicitó al
juez la reconstrucción del expediente a
partir de las planillas de las fiscalías y de
los registros de las denuncias tramitadas
ante los juzgados. El magistrado accedió al
pedido en setiembre; en tanto esta reconstrucción no termine, la fiscal ha decidido
postergar el pronunciamiento acerca de la
prescripción o no del delito.
¿Cómo desapareció Héctor?
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En agosto de 1971, Héctor tenía
19 años; estudiaba agronomía y vendía discos en la feria de Tristán Narvaja.
Interrogado por el Movimiento de Liberación Nacional (MLN, Tupamaros), el
ex policía Nelson Bardesio (integrante
del “Escuadrón de la Muerte”) confesó en
1972 cómo se habría realizado el secuestro
de Castagnetto.1 Según ese testimonio, el
joven fue detenido por integrantes del escuadrón de la muerte en la mañana del 17
de agosto, en el barrio Malvín; trasladado
a la zona del Hotel Carrasco, luego a una
casa en El Pinar y después a otra en la calle
Araucana donde lo interrogaron, torturaron y ejecutaron; su cuerpo fue arrojado al
Río de la Plata.
El informe de la Comisión para la Paz
que le fue entregado en 2003 a su hermana, concuerda con el testimonio del ex policía en cuanto al desarrollo de los hechos,
si bien no identifica a los responsables.
La impunidad como respuesta
Blanca da Rosa, madre del joven desaparecido, denunció el hecho el 18 de
agosto de 1971 ante la Seccional 10º de
policía. Nunca obtuvo una respuesta cierta sobre el paradero de su hijo.
Tras la restitución de la democracia, el
diputado Rovira presentó una denuncia
1
FOTO: ARTIGAS PESSIO
ante la sede penal de 8º turno para que
se investigara el modus operandi del Escuadrón de la Muerte y su relación con la
desaparición de Castagnetto y de Ayala, y
con los asesinatos de Ramos Filippini y de
Gutiérrez. El expediente terminó archivado en 1987 por decisión de Sanguinetti,
incluso antes de que Rovira ratificara su
denuncia ante la sede penal.
La primera respuesta oficial por la desaparición de Castagnetto llegó en el año
2003 con el informe de la Comisión para
la Paz. Ésta sostuvo haber avanzado sobre
la “la verdad posible”, conforme a sus facultades y potestades. Sin embargo, no individualizó a los responsables.
Otro informe oficial entregado en
agosto de 2005 al presidente de la República, Dr. Tabaré Vázquez, por parte de la
Armada Nacional -documento que Serpaj
agregó al expediente judicial como prueba- señala aspectos detallados acerca de la
desaparición forzada de Castagnetto:
relato que fue reproducido posteriormente en diversas publicaciones históricas y por la prensa de la época.
H U M A N O S
2
A pesar de las convenciones internacionales sobre derechos humanos firmadas por Uruguay, aún no se ha creado la figura
penal de Desaparición Forzada.
D E R E C H O S
Según el escrito presentado por Serpaj
ante la sede judicial, las “conductas denunciadas constituyen delitos de lesa humanidad”. Por tanto, es desde esa perspectiva
que se debe analizar la conducta penal de
los denunciados: la desaparición forzada de Castagnetto comenzó a gestarse en
1971 y continúa cometiéndose aún hoy.
En ese sentido “es fundamental tener en
cuenta dos características propias de este
tipo de delito:
A) El Estado debe combatir el delito de
lesa humanidad, lo que supone investigar
los hechos y juzgar a los responsables de
conductas calificadas como crímenes internacionales.
Y
Un delito imprescriptible
B) Este tipo de delitos no se encuentra sujeto a prescripción alguna.
La denuncia se funda en una serie de
instrumentos internacionales ratificados
por Uruguay, tales como la Convención
Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas (Ley Nº 16724, de 1995)2;
la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los
Crímenes de Lesa Humanidad (Ley Nº
17.374 de 2001); y en normas de jus cogens recogidas en otros instrumentos tales
como los Convenios de Ginebra de 1949
y el Estatuto del Tribunal Militar de Nuremberg.
Asimismo cita jurisprudencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos y descarta la aplicación de la Ley de
Caducidad de la Pretensión Punitiva del
Estado, en tanto los hechos denunciados
ocurrieron con anterioridad al período de
facto comprendido por la norma; además
los actos denunciados configuran un delito permanente.
La denuncia subraya que “si bien las
desapariciones forzadas y homicidios
políticos se vinculan (...), estamos ante
delitos sustancialmente diferentes (...);
la ejecución sumaria o el homicidio se
subsumen dentro de la figura de la desaparición forzada. Por tanto, constituye
un crimen mucho más grave, y mientras
no se esclarezca el destino de la persona
desaparecida, ésta debe presumirse con
vida”. Por lo expuesto, concluye que un
delito que se está cometiendo aún hoy,
debe ser investigado por el Poder Judicial
conforme lo establece la propia Constitución de la República.
I M P U N I D A D
“06.07.1970: Es detenido al encontrarle
en el forro de un libro el reglamento interno
de los Tupamaros. Posteriormente quedó en
libertad.
18.08.1970: Su nombre y foto salió publicada en el Diario “El Día” en la nómina
de sediciosos requeridos, proporcionada por
la Jefatura de Policía.
19.08.1970: Fue al Diario “El Día”
junto a su madre, a desmentir su vinculación con los “Tupamaros”. (Prensa Popular
Pág.10)
29/4/1972: Según declaraciones del
Agente Bardesio secuestrado, el SUJETO fue
arrojado a la bahía por el C/N Jorge NADER”.
A diferencia de otros documentos, en
este informe la Armada identifica expresamente a uno de los responsables de la
desaparición de Héctor.
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