AUM – OM - AMEN Por Dr. H. Spencer Lewis, F. R. C. De “The Rosicrucian Digest”, Abril 1935 Reproducido en “The Rosicrucian Digest”, Octubre 1955 De todas las palabras místicas encontradas en las enseñanzas, rituales y el simbolismo de varias escuelas místicas y filosóficas del Oriente y de Occidente, las palabras Aum, Om y Amén son las usadas más frecuentemente y generalmente reconocidas. Pero el estudiante promedio de misticismo en Occidente conoce poco, realmente, acerca del origen o naturaleza de estas palabras. En los rituales y enseñanzas Rosacruces estas palabras son aplicadas estrictamente a ciertos principios, y asociadas correctamente con ciertas leyes. Quizás de todos los cuerpos místicos en Occidente, los Rosacruces usan estas palabras más precisamente en sus estudios y principios místicos. Sin embargo, de las preguntas ocasionales de miembros y no miembros, es evidente que todavía mantienen un misterio innecesario sobre estas palabras, por lo que es necesario abordar este asunto detalladamente. Muy pocos de los Cristianos en el mundo Occidental que usan la palabra Amén (pronunciada a-men) parecen comprender que ellos están usando una palabra mística muy antigua y que su uso es más o menos incorrecta y también es poco comprendida. Y muy pocos Cristianos saben que el propio Jesús fue llamado “El Amén” como está revelado en la Biblia Cristiana. Esto ilustra como las palabras místicas pueden añadirse al ritualismo sin una correcta comprensión de su uso, o de su naturaleza, y como algunas palabras pueden continuar su uso como una mera formalidad. Incidentalmente, puede decirse que en el ritualismo y ceremonias del Cristianismo hay muchas que son místicas, Orientales, y hasta elementos paganos que fueron adoptados por los primeros Cristianos y han continuado a través de las edades con una total aplicación errónea y una completa eliminación del bello poder místico que podría derivarse de un uso correcto y una aplicación comprensible de ellos. Primero, parece no ser aparente para el promedio de estudiantes de misticismo que Aum, Om y Amén son idénticos excepto en su deletreo o naturaleza lingüística. En cada caso la del sonido de la “m” es de extrema importancia y al pronunciar las palabras no solamente debe ser enfatizada sino también prolongada. La “o” y el “au” y la “a” son siempre idénticas en sonido. En las ceremonias místicas en Oriente son pronunciadas en el tono de La en la primera octava debajo del Do central. La palabra Amén debería pronunciarse como si se deletreara “Amn”, o realmente “Am”, y es una sílaba más bien que dos. Si fuera deletreada Ahmn podríamos pronunciarla más correctamente porque la “a” nos daría un sonido claramente abierto. Indudablemente, se han escrito cientos de libros y se han preparado cientos de manuscritos secretos, en relación con estas palabras o con sus raíces. El sonido base más fácilmente reconocido por los pueblos de habla inglesa es la forma de Aum. Esto es familiar con la religión Cristiana en relación con el pasaje de la Biblia que dice: “En el principio fue la Palabra; y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios”. Y hay otras referencias no solamente en la Biblia Cristiana sino también en todos los escritos sagrados de otras tierras, relatando el hecho de que esta palabra se hizo viva en uno u otro tiempo en el pasado, y podría ser de nuevo una palabra viviente. Es interesante saber que en todas las lenguas recientes del mundo este sonido es equivalente a OM o AUM. Es interesante notar también que siempre el primer sonido que cada bebé hace en su intento para autoexpresarse o revelar sus emociones internas es el causado por la letra “m”. En todos los cantos sagrados del Este, dos sonidos son a menudo repetidos y usados en conexión con varias ideas expresadas de una forma mística; estos son “au” o “ah” y el sonido “m”. En nuestras enseñanzas secretas el sonido “m” es significativamente revelador. El sonido de “ah” o del sonido abierto “a” es también universalmente un sonido de adoración o de entusiasmo reverente representando la expresión del éxtasis del alma y de la mente. Es usado, en consecuencia, en muchos cantos y expresiones sagradas para expresar adoración, en cuyo caso es usado en un tono prolongado de “ah” en la nota del teclado mencionado antes. Justo aquí el investigador podría decir que le gustaría saber por qué algunos otros sonidos como “oh”, usado a menudo en el lenguaje Inglés para expresar sorpresa o confusión, u otras letras como “r”, “e” o “i”, no son usadas para propósitos místicos, o para representar la palabra “que fue en el principio”. Déjeme decir en respuesta a esta pregunta natural que la combinación de “ah” y “m” representan en su perfecta y correcta pronunciación una tasa vibratoria que está de acorde con lo creativo, con el poder Divino que da entonamiento inmediato con las fuerzas Cósmicas. Debería tenerse en mente que el hombre descubrió estas palabras y que no las inventó. Como quiera que clasifiquemos este descubrimiento, como un resultado de la revelación Divina o de experimentos de parte del buscador sincero, el hecho resultante es que el hombre no seleccionó arbitrariamente los sonidos de “ah” y “m”, pero encontró que de todos los sonidos él podría pronunciar aquellos que estuvieran asociados con el poder Divino y creativo y que producían ciertos efectos dentro de su ser, de su aura y a su alrededor. El mero hecho de que en muchos países diferentes ampliamente separados y sin contacto uno con el otro, los nativos en tiempos antiguos adoptaron en forma independiente sonidos similares en sus rituales y cantos, para los mismos propósitos, nos da pruebas de que hay un poder y una cualidad en estas vocales particulares y en su pronunciación que no puede encontrarse en otras palabras. Al momento de estar preparando este artículo tengo sintonizada la radio con un programa musical suave, el cual fue interrumpido de pronto por el canto espiritual de algunos Negros, el cual hace énfasis en algo de sus viejas canciones conocidas como “espirituales”. Sin hacer un esfuerzo analítico, noto la repetición constante del sonido “ah” y “m” en sus cantos y el muy notable susurro prolongado de “m”, a menudo estirado en gran longitud por unas pocas voces mientras que las otras enfatizan el sonido “ah”. Es generalmente reconocido en Occidente que los cantos Negros espirituales contienen un elemento espiritual y una cualidad que a veces parece ser misteriosa y ciertamente mística. Muchas personas creen que esto es algo que es propio de los Negros Americanos, pero de hecho ello es inherente de sus antepasados Africanos y esto es en orden una parte de lo Universal, Oriental, el ritualismo Oriental, el cual es difundido entre naciones y pueblos foráneos. En estos sonidos de Aum-Om-Amén, tenemos vibraciones de altas cualidades de poder y de conciencia Cósmica. En muchas otras palabras y nombres místicos, tenemos algunas de sus cualidades ocultas o canceladas. Me refiero a algunas de estas palabras, como Rama, Padme , Omar. Al intentar pronunciar estas palabras, Ud. notará que se requiere un pequeño esfuerzo físico y que mientras lo hace la mente y el cuerpo mantienen una actitud relajada y de paz. Esta condición capacita a todo el cuerpo para ser beneficiado por la vibración del sonido, lo cual es una condición para entonarse con el Cósmico casi inmediatamente. En el Sánscrito aprendemos mucho acerca de estos sonidos y debe tenerse en mente que este lenguaje fue probablemente el primero en el cual las palabras místicas fueron asociadas con ideas de una forma definida y regulada su aplicación. En Sánscrito la combinación de “a” y “u” es equivalente a un diptongo pronunciado como la “o” lo es en otras lenguas y esta “o” tiene el mismo sonido de “ah” o “auh”. La pronunciación correcta tiene un efecto inmediato a través de los canales del sonido de la boca y la cabeza sobre las glándulas pituitaria y pineal y también sobre la tiroides. Estos efectos son transferidos físicamente a través del sistema nervioso simpático a todos los centros psíquicos y plexos del cuerpo humano. Por estas razones el místico en meditación relajada y privada, comienza su período de entonamiento Cósmico con la repetición de estas palabras místicas, “aum” u “om”, repitiéndolas lentamente 10 ó 12 veces, tratando siempre de entonarlas en el tono musical correcto. Para esta conexión es recomendado para quienes desean experimentar más extensamente con las palabras disponer de una armónica o de otro instrumento para ensayar la nota musical. Analizando la palabra “aum”, encontramos que cada una de las tres letras que la componen tiene un poder y una importancia mística en sí misma. El sonido “a” está asociado con los poderes básicos de naturaleza física, del cuerpo físico y del mundo físico. Por esta razón la “a” está a menudo asociada en el ritualismo místico con la siguiente expresiones de ideas: Brahma, Father, Harmony, Omnipresencia. El sonido “u” proviene del centro del cuerpo psíquico y está muy estrechamente relacionado a las glándulas pineal y pituitaria; tiene un efecto definido sobre ellas. Pero esto no es verdad si la “u” es pronunciada sola y separadamente como en el lenguaje inglés cuando pronunciamos la palabra you. Cuando está asociada con la letra “a”, como “ah”, la “u” debería ser muy suave y en la forma de “oo” como la palabra inglesa “mood”. Esto nos da el doble sonido de “ahoo” con el acento en la “ah”, y el sonido “ah” se extiende ligeramente y termina con el sonido de “oo”. La letra “u” en este tono y manera de aplicación está asociada en los rituales antiguos con las palabras Vishnu, mind, ligth y omnipotencia. Cuando añadimos el sonido de “m” estamos extendiendo las vibraciones desde la punta de la lengua y trayendo los otros dos a la expresión externa. Con la prolongación de la “m” dentro de un largo sonido zumbante al final de la palabra, estamos añadiendo el significado de la “m” el cual siempre ha sido asociado en la literatura antigua con el Espíritu Sagrado, con amor, el cuerpo psíquico, Shiva, el estado de sueño, pasividad y omnisciencia. Analizando todos estos factores vemos que la palabra es, después de todo, una más del muy universal nombre de Dios, el Todopoderoso. Por esta razón en las primeras literaturas Cristianas, Jesús fue referido como “El Amén”. Enseguida comprendemos que el uso de la palabra Amén en las iglesias Cristianas Protestantes, al final de los rezos o expresiones gloriosas para significar “que así sea”, es erróneo. Estas palabras místicas de Aum, Om y Amén deberían ser usadas siempre muy reverentemente, como si uno estuviera en contacto con uno de los más sagrados símbolos de la Divinidad. Ellas no son palabras mágicas (como algunas otras palabras usadas en literatura mística Oriental para brindar un sentir de protección y amparo en momentos de emergencia), no son palabras curativas o terapéuticas para ser usadas en el dolor y el sufrimiento. Son puramente palabras Divinas para darnos entonamiento Cósmico, para hacer al hombre uno con Dios en el más alto sentido espiritual y solamente para un propósito Sagrado es que ellas deberían usarse.