EL INDIVIDUALISMO OBJETIVO Y EL INDIVIDUALISMO SUBJETIVO Autor: E. Scarano Comentarista: Elena O. de Guevara El presente trabajo, de naturaleza metodológica, reflexiona acerca de los diversos aspectos del individualismo tanto en su vertiente objetiva como su alternativa, la subjetiva. Este último enfoque constituye, a nuestro entender, el núcleo de la investigación. El interés de distinguir entre individualismos tal como aquí logra hacerlo el autor, radica en el hecho que, según sea la concepción que se asuma en la elaboración de las teorías sociales resultarán el núcleo de las mismas y sus interpretaciones. El cuerpo del ensayo está conformado por tres secciones. La primera considera vis a vis las interpretaciones objetiva y subjetiva de una teoría axiomática dándole significación a las fórmulas. Expone claramente que cuando una interpretaciòn, modelizando las fórmulas, es válida para todos los individuos que integran el conjunto se está frente a un caso de individualismo objetivo. Cuando lo es sólo para uno pero no para la totalidad se tratará de una interpretación subjetiva. A su vez, según sea la perspectiva metodológica, el modelo será el mismo para todos los agentes en la objetiva y relativo, de menor nivel explicativo y contenido empírico en el marco de la subjetiva. La segunda parte caracteriza particularmente teorías cuyos predicados son de naturaleza subjetiva aunque susceptibles de ser medidos. Se detiene en consideraciones esenciales de la teoría de la medición con vistas a identificar las condiciones que deben configurar la conducta de los agentes económicos de forma tal que satisfagan la teoría de la preferencia en el marco del programa de investigación neoclásico. La tercera y última parte -a nuestro entender el núcleo del trabajo- plantea hasta qué punto el enfoque metodológico del individualismo subjetivo puede fundamentar conocimiento científico. Es posible generalizar de manera restringida como ocurre en el caso de los predicados subjetivos válidos para un individuo más no para cualquiera de ellos? Su potencialidad para explicar y predecir será menor que aquélla perteneciente a las teorías elaboradas con predicados objetivos. En el mismo sentido, las mediciones de las relaciones subjetivas así como su variabilidad, no están en mejor forma. Ostentan menor alcance y precisión que las de naturaleza objetiva. De ser posible, cómo se supera la relatividad, debilidad más bien, epistemológica de las teorías formuladas con predicados subjetivos? “Se enuncia formalmente” sostiene Scarano, y agrega “...a este extraño rasgo lo denominaremos generalización no sustantiva”. Seguidamente se enuncia el intento de identificar, en el núcleo de algunas teorías económicas rivales, los enfoques metodológicos alternativos -objetivo/subjetivo- que dieron marco a sus formulaciones.Se detiene a considerar especialmente la teoría ricardiana del valor-trabajo, fruto del individualismo objetivo. En cambio la teoría neoclásica del valor entendido como preferencia es el resultado del enfoque subjetivo “versión extrema del individualismo”. Por fin, se considera que el cambio de concepción acerca del valor obedece a una serie de razones metacientíficas, de naturaleza ideológica, política que van más allá de cuestiones lógicas, epistemológicas o metodológicas. La preocupación de un especialista en filosofía de la ciencia en los debates metodológicos del campo de la Economía, tal como sucede afortunadamente aquí con E. Scarano, no puede menos que recibirse con beneplácito. Es que el autor asume su rol de árbitro con el propósito de dilucidar una cuesitón más bien controvertida. En este caso particular se trata de establecer la diferencia entre las dos formas de individualismo metodológico. La caracterización de uno y otro resulta fecunda dado que aporta criterios de ponderación de las consecuencias metodológicas y epistemológicas de las teorías. Además, constituye un aporte novedoso si se considera que la cuestión planteada no se analiza expresamente en la literatura de la metodología económica. En lo que sigue me limito tan solo a esbozar una reflexión sobre algunos aspectos de trabajo que ameritan, estimo, algun comentario. En la parte II, si bien se ofrecen elementos que permiten seguir con fluidez el desarrollo de la problemática del individualismo metodológico, ¿ no hubiera sido oportuno caracterizarlo con mayor detenimiento y extensión en lugar de limitarse a enunciarlo en dos líneas en palabras de Watkin, en el entendimiento que no sólo los especialistas en el tema tendrán interés en consultar el artículo?. Además, en otro orden de cosas, aunque se consideran criterios de evalución científica fundamentales, sabido es que, como bien señala el propio autor, aplicar el individualismo subjetivo (psicológico?) al punto tal que se convierta en reduccionismo es un obstáculo importante para las teorías de la conducta económica. A nuestro entender, sería interesante entonces estimar la posibilidad de presentar algunas consideraciones acerca de la especificación de una visión más lúcida como sería el caso de las relaciones entre los agentes económicos y las instituciones -las formas de organización de los sistemas económicos o el estilo de administración por ejemplo- en lugar de considerar a las mismas como un epifenómeno. Si bien, me apresuro a aclarar, no fué objeto de la presente investigación, parece oportuno puntualizarlo. Por fin, deseo enfatizar nuevamente mi beneplácito y adhesión por la preocupación en temas de naturaleza metodológica. Elena O. de Guevara