Inmunización y Causas de Brote de la Enfermedad

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Inmunización y Causas de Brote
de la Enfermedad
de Newcastle
Camacho E., Sarfati D., Soto E., Murillo, M., Lozano B.
Laboratorio Avi-Mex, S.A. de C.V.
México
Introducción.
La enfermedad de Newcastle (ENC) de tipo velogénico, fue reportada por primera
vez por el holandés Kraneveld en el año de 1926 en la isla de Java en Indonesia,
seguido por el inglés Doyle en 1927 en Inglaterra, siendo reportada oficialmente
por primera vez en México por Bankowsky y Velázquez en el año de 1949.
Desde su aparición, la ENC ha sido causa de importantes pérdidas económicas
por concepto de mortalidad en aves a distintas edades, mermas en la producción
de huevo, incremento sensible en costos de vacunación y medicación, en general
pérdidas importantes en la productividad.
La ENC es la patología aviar que más pérdidas ha ocasionado a la industria
avícola y en muchas ocasiones hasta limitado su desarrollo.
En la década de los años sesentas, la ENC producida por cepas velogénicas
provocaba resultados catastróficos en Latinoamérica, en donde se hacía evidente
la falta de planeación y organización de las granjas avícolas, que al establecerse
inadecuadamente formaron grandes núcleos de población avícola, en espacios
reducidos, lo que provocaba que la ENC se presentara de manera continua. Aún
en empresas bien organizadas, los porcentajes de mortalidad eran frecuentemente
superiores al 50%.
En los años 70´s y 80’s se determinó que únicamente con un programa de
vacunación adecuado, así como medidas de bioseguridad estrictas sería posible
su control y con ello reducir de manera significativa las perdidas por ENC.
Es importante considerar que para muchos países incluidos México, la ENC es un
problema endémico de difícil control y que la única manera de prevenirlo es
evitando el contacto de las aves con el virus patógeno de campo, y esto solo se
puede lograr con adecuadas medidas de Bioseguridad y programas de vacunación
efectivos.
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Actualmente se han logrado muchos avances en los sistemas sanitarios de las
granjas, así como en la producción de biológicos, minimizando así el problema.
Sin embargo, la ENC aún es considerada como uno de los padecimientos de más
alto riesgo para la industria avícola de muchos países.
En el presente trabajo, se hará una revisión de diferentes factores importantes que
se han visto involucrados en la actualidad como causantes de la presentación de
brotes de ENC velogénico en parvadas comerciales.
Generalidades de la Enfermedad de Newcastle.
La enfermedad de Newcastle es una enfermedad infectocontagiosa de origen viral,
producida por un Rubulavirus (paramixovirus 1), del cual se conocen cinco formas
de presentación o patotipos:
1. Tipo Doyle (1926), infección aguda o letal que afecta todos los aparatos
y sistemas también por lo que es conocido como ENC velogénico
viscerotrópico (ENCVV). Fue diagnosticado por primera vez en al año de
1926 en la Isla de Java.
2. Tipo Beach (1942), infección aguda, generalmente letal, caracterizada
por lesiones en aparato respiratorio. También es producida por cepas tipo
velogénicas.
3. Tipo Beaudette (1946), infección respiratoria aguda y ocasionalmente
nerviosa que normalmente afecta a aves jóvenes, producido por cepas
mesogénicas, que en algunos países son utilizadas como vacunas activas.
4. Tipo Hitchner (1948), infección respiratoria moderada, producido por
cepas lentogénicas que raramente provocan mortalidad. Estas cepas se
utilizan ampliamente como vacunas activas.
5. Tipo asintomático o entérico (1981), son cepas lentogénicas que no
ocasionan signología, por lo que únicamente se detectan por aislamiento
viral de heces fecales y la presencia de anticuerpos específicos. También
son utilizadas como vacunas activas.
La gravedad de la enfermedad está determinada por la cepa viral y patotipo, pero
también por la dosis infectante, ruta de administración, edad y condición
inmunológica del ave, así como por condiciones ambientales.
La gallina doméstica, los pavos y muchas otras especies aviares como faisanes,
gallinas de guinea, codornices, avestruces y pichones resultan susceptibles al
VENC. Los patos y gansos se infectan pero rara vez desarrollan la enfermedad. El
VENC se ha aislado de muchas especies aviares silvestres y en cautiverio, aún sin
manifestación de la enfermedad.
Transmisión y Portadores.
Las aves infectadas excretan grandes cantidades de virus a través de sus heces
fecales, lo que puede provocar una marcada diseminación.
La transmisión horizontal a través de partículas (respiratorias o fecales)
suspendidas en el aire (aerosoles) de aves infectadas a aves susceptibles es la
vía de transmisión más importante entre parvadas. La patogenicidad e infectividad
de la cepa, la edad del huésped, su estatus inmune y las condiciones ambientales
determinan su velocidad de diseminación.
La diseminación de la enfermedad a larga distancia se ha asociado al movimiento
de aves infectadas o de sus productos (especialmente materia fecal), así como
alimento contaminado y cuadrillas de vacunación.
Existe otras fuentes importantes de diseminación como lo son los movimientos
ilegales de gallos de pelea, así como aves de traspatio, pichones y aves de ornato.
Las moscas pueden fungir como portadoras importantes del VENC por periodos
de 6 a 10 días.
El VENC no se transmite a través del huevo, ya que es capaz de matar al embrión
en cualquier fase de desarrollo, pero puede contaminar la superficie del huevo,
charolas, etc., por lo que hay que extremar medidas sanitarias dentro de la planta
incubadora.
Patogenia.
El virus patógeno de la ENC que infecta a aves susceptibles tiene una primera
multiplicación a nivel mucosa ocular, nasal y oral. Entre 6 y 24 horas postinfección
causa una primera viremia, lo que permite localizarlo en ciertos órganos blanco,
como son el hígado y bazo, así como también en las tonsilas cecales, placas de
Peyer y células linfoides circulantes. En este momento se produce una
inmunodepresión y regularmente pasa desapercibida.
Inmediatamente después se inicia una segunda viremia, lo cual lleva al virus de la
ENC a todos los aparatos y sistemas, causando los signos clínicos y lesiones a la
necropsia conocidos, ya que producen un efecto citocida o muerte celular, y puede
culminar con la muerte del ave.
En esta segunda viremia, el virus es transportado al aparato digestivo causando
una severa proventriculitis y enteritis; en el aparato respiratorio en donde produce
laringotraqueítis, neumonía y aerosaculitis; a nivel de ojo en donde produce
conjuntivitis y opacidad de la córnea, y en el sistema nervioso central en donde
produce básicamente encefalitis severa. Estas lesiones serán más severas entre
más susceptible sea el ave y más patógeno sea el virus.
Por lo anteriormente descrito el periodo de incubación oscila entre los 2 y 15 días
con un promedio de 5 a 6 días, dependiendo de: el tipo de cepa viral y grado de
patogenicidad, dosis infectante, susceptibilidad del ave, integridad de su sistema
inmune, etc.
¿Por qué se mueren las aves ante un desafío de VENCVV?
Debido a que el VENCVV es un virus pantotrópo y citocida, para que exista
mortalidad en una parvada infectada con un virus de Newcastle, se necesitan
reunir básicamente dos puntos:
• Que el ave sea susceptible
• Que el virus sea muy patógeno
Si una de estas dos condiciones no se presenta, posiblemente se llegue a
presentar signología clínica, pero seguramente no habrá mortalidad. Si por el
contrario, se dan estas dos condiciones, se puede tener un 100% de mortalidad.
Teniendo en cuenta lo anterior, será muy importante evitar que las aves sean
susceptibles, y por otro lado tratar de evitar la entrada o en su caso eliminar al
virus patógeno residente de la granja por medio de estrictas medidas de
Bioseguridad.
Por lo tanto es de suma importancia tener aves bien protegidas con inmunidad
humoral alta (sanguínea y en epitelios), inmunidad celular (linfocitos T), y de
preferencia con interferencia viral (ocupación de receptores).
¿Qué factores influyen en la susceptibilidad de las aves hacia la ENC?
• Anticuerpos maternos
• Vacunaciones previas
• Métodos y vías de vacunación
• Calendarios de vacunación
• Calidad y tipo de biológicos utilizados
• Integridad del sistema inmunocompetente
• Factores ambientales
Si alguno de estos factores falla, el ave podrá ser susceptible en mayor o menor
medida, ya que la producción de anticuerpos (inmunidad humoral y tisular) o de
linfocitos sensibilizados (celular) no será adecuada, y por lo tanto la protección
será menor a lo esperado.
Causas de Brotes de ENC.
Para fines prácticos se dividen estas causas según la edad de presentación:
• ENC a edad temprana
• ENC después de la cuarta semana de edad
A. ENC a Edad Temprana.
Normalmente las aves comerciales nacen con ciertos niveles de anticuerpos
maternos contra la ENC, y son alojadas en granjas previamente lavadas y
desinfectadas, pero si esto es así ¿Por qué se siguen observándose casos de
ENC en parvadas de 2 a 3 semanas de edad?
Estos brotes tienen distintas causas para su presentación, entre las que destacan:
1. Exposición Temprana Al Virus.
Es muy claro que el origen de este problema se basa en la presencia de una
cantidad suficiente de virus patógeno que entra en contacto con las aves
susceptibles desde edad temprana, lo que está relacionado directamente con los
siguientes factores:
a) Métodos inadecuados de limpieza y desinfección.
Cuando en la parvada anterior ocurrió un brote de ENC, el virus puede
perdurar durante semanas o meses en cualquier superficie de la granja
protegida de la luz solar, especialmente en la gallinaza, pero también en el
equipo, los utensilios, la ropa, el alimento, la bodega, la casa del velador,
etc., creando una amenaza de infección. El hecho de que no se presenten
problemas de ENC a edad temprana no indica necesariamente que se haya
realizado una correcta desinfección, sino simplemente que el virus de
campo no está presente en cantidad suficiente en ese momento para
producir un brote.
Por esta razón tanto el Médico Veterinario como el avicultor deben poner
especial cuidado en practicar un buen sistema de limpieza y desinfección
de la granja antes de recibir una nueva parvada.
b) Granjas de edades múltiples.
Tener aves de distintas edades en la granja es un fuerte impedimento para
lograr la completa desinfección, ya que cuando el virus de la ENC infecta a
una de las parvadas de la explotación con toda seguridad se difundirá al
resto de las aves. Es por lo tanto importante desarrollar un sistema de
crianza de una sola edad en la granja, lo que desafortunadamente en
ocasiones no es posible por razones comerciales. Bajo esta situación debe
buscarse la posibilidad de vaciar la granja cuando se haga presente un
brote de ENC, ya que sólo así se podrá controlar el problema.
c) Cercanía entre las granjas avícolas.
Cuando en una región se tienen granjas separadas por distancias cortas
(menos de 500 metros), las posibilidades de transmisión de la ENC por vía
aérea y por fomites es muy elevada, debido al constante tráfico de aves,
personas, desechos de granja, etc., de ahí que en este tipo de zonas son
más frecuentes los brotes prematuros y su control puede complicarse.
2. Inmunidad Materna.
Los anticuerpos contra la ENC que la reproductora transmite a su progenie
pueden ser abundantes y proporcionar al pollito una cierta protección durante la
primera semana de vida. Esta protección es, sin embargo, parcial y puede ser
vencida por una alta o prolongada exposición al virus de campo, especialmente
cuando éste es de los tipos Doyle, Beach o Beaudette. Comúnmente no es
recomendable vacunar antes de los 7 días de edad, ya que podría ocurrir un
bloqueo importante tanto de los anticuerpos maternos circulantes como del mismo
virus vacunal. En casos de alta incidencia de ENC o ante la posibilidad de una
exposición temprana en aves susceptibles se hace necesario vacunar en los
primeros días de edad, siempre y cuando no exista una sólida inmunidad materna.
Lombardi et. al. demostró desde principios de los años 80´s que la aplicación de
una vacuna activa en los primeros días de vida puede interferir con la inmunidad
materna, y facilitar así la infección de las aves con un VENCVV de campo, por lo
que es recomendable revacunar a las aves en un periodo no superior a 5 – 7 días
de esta primera aplicación, para evitar un brote temprano del VENCVV.
Así mismo, no se debe retrasar la primera vacunación con virus activo a más de
los 12 días de edad, ya que el riesgo crece a medida que el ave avanza en edad,
pues a los 12-15 días las aves están susceptibles a la infección por la caída
normal de los anticuerpos maternos. Mientras más cercano esté el día de la
primera vacunación a la aparición de los signos de la ENC, más severo será el
brote, ya que la infección de campo habrá ocurrido con mucha anticipación a la
vacunación. Estos casos se relacionan en un 90% de las veces con una
exposición masiva al virus, ocasionada por una mala desinfección y una deficiente
inmunidad materna.
En la gráfica 1 se muestra la curva de catabolismo esperado de los anticuerpos
maternos y se señala la edad a la que las parvadas reaccionarían activamente a la
vacunación, evitando la inactivación de la vacuna viva y la neutralización de los
anticuerpos. Se observa que las aves con títulos de anticuerpos HI iguales o
inferiores a 3 Log 2 reaccionan correctamente a la aplicación de vacunas activas.
Gráfica 1.
Edad de respuesta a la vacunación según nivel de anticuerpos maternos
3. Vacunación.
Existen dos tipos de vacunas contra la ENC: Las de virus activo (también llamado
vivo) y las de virus inactivado (también llamado muerto) en emulsión oleosa o en
hidróxido de aluminio. Cada una posee sus propias características, cuyo uso
apropiado brinda excelentes resultados como parte de un programa de prevención
y control de la ENC.
El virus vivo o vacuna activa posee acción rápida, se multiplica en los tejidos
produciendo primero una protección a nivel local (sobre todo epitelial por medio de
la interferencia viral e IgA secretora) y después humoral (IgM e IgG).
El virus muerto o vacuna inactivada en emulsión de aceite constituye una
vacunación de actividad más lenta; las primeras partículas de antígeno se liberan
en 8 a 10 días posteriores a su aplicación, y el nivel más alto de anticuerpos
circulantes se alcanza entre 3 y 4 semanas después de la vacunación.
No confiere una inmunidad a nivel tisular ya que no se multiplica en tejidos, pero
los niveles de anticuerpos se mantienen en un nivel elevado durante 6 a 8
semanas consecutivas, y posteriormente empiezan a descender.
De esta manera, es fácil darse cuenta que en las condiciones actuales lo mejor es
aprovechar las propiedades de ambos tipos de vacuna, provocando una
inmunidad e interferencia viral rápida y efectiva a partir del uso de virus activo, y
una estimulación constante del sistema inmuno-competente para la producción de
elevadas cantidades de anticuerpos humorales, a través del uso de vacunas
inactivadas en emulsión.
Este método de aplicación de dos vacunas en el mismo manejo ha sido
denominado como "vacunación simultánea”, y consiste en aplicar un virus vivo
ENC (por vía ocular, aspersión u oral) en conjunto con un virus inactivado en
emulsión (por vía subcutánea).
La gráfica 2 esquematiza la respuesta serológica de las aves vacunadas con
vacuna activa cepa LaSota, así como la respuesta de aves vacunadas por el
método simultáneo, que confiere una respuesta serológica rápida, alta y
persistente que protege a las aves contra un eventual desafío de campo por varias
semanas o meses.
Gráfica 2.
Respuesta serológica a la vacunación con cepa LaSota y método simultáneo
En gallinas este método se repite dos o tres veces antes del inicio de la postura,
revacunando con virus activo cada 4 a 8 semanas durante la producción, y se
considera hoy en día como una acción altamente eficaz cuando se emplea en
parvadas sanas. La gráfica 3 muestra la respuesta secundaria y terciaria a la
vacunación de las aves con vacunas inactivadas emulsionadas en aceite, donde
se observa que la respuesta obtenida con cada revacunación es más alta y
duradera que la anterior.
Gráfica 3.
Respuesta secundaria y terciaria a la vacunación con vacuna inactivada
Normalmente las aves responderán adecuadamente a un calendario de
vacunación, pero existen factores adversos que pueden alterar la respuesta
inmune de las aves, tales como:
a) Mala calidad de la vacuna.- Cuando se emplean productos de
laboratorios serios es poco probable, más no imposible, que las vacunas de
virus activo tengan un bajo título, o que las vacunas emulsionadas
contengan poco antígeno o aceites o adyuvantes insuficientes o de mala
calidad.
b) Manejo inadecuado de las vacunas.- No cumplir con el manejo
adecuado que requiere una vacuna a virus vivo antes de ser aplicada, como
son: evitar el choque térmico (pastilla fría-diluente tibio); mantenerla
siempre en refrigeración y sin reconstituir; aplicar una dosis completa a
cada ave; asegurarse que la vacuna sea recibida en el 100% de las aves.
El manejo de la vacunación es un acto relativamente simple, pero con
frecuencia se le resta importancia y se presupone que ésta se realiza
correctamente, lo que provoca que en ocasiones las aves no estén
adecuadamente vacunadas y se presenten brotes de campo en aves con
historial de haber sido vacunadas.
La vacunación siempre debe ser supervisada por alguien responsable,
especialmente tomando en cuenta que los “errores” que se cometen son en
ocasiones accidentales y otras veces intencionales, como es el caso de los
trabajadores que permiten el escape de las aves no vacunadas, de los que
no vacunan todas las aves que toman con la mano, y también de los que
por terminar pronto no realizan el trabajo en forma adecuada. Una
vacunación adecuada es aquella que logra que más del 95% de las aves
reciban la dosis correcta de vacuna.
c) Cepa vacunal.- Es importante considerar para establecer un programa
de vacunación que se utilice una cepa adecuada para la protección ante
posible desafío con VENCVV. En zonas en donde la enfermedad es de tipo
endémico se recomienda utilizar cepas tipo Hitchner como B1 o LaSota, y
evitar el utilizar cepas de tipo entérico, ya que estas no son capaces de
proteger ante brotes tempranos de virus de ENC de alta virulencia.
d) Ruta de Aplicación.- Cuando se utilice un virus activo es importante que
utilicemos la ruta de vacunación más apropiada para la primovacunación, y
que la misma esté garantizada en su efectividad por el fabricante, ya que en
ocasiones buscamos más la comodidad de aplicación que la efectividad y
esto puede traer como consecuencia que se presente una marcada ventana
inmune que puede ser significativa para la presentación de un brote a edad
temprana de la ENC.
e) Inmunodepresión.- La infección de la bolsa de Fabricio, la enfermedad
de Marek, la Leucosis Mieloide tipo J, la micotoxicosis y otros factores que
provocan inmunodepresión pueden predisponer a la presentación de brotes
de ENC en aves vacunadas apropiadamente.
B. ENC Después de la Cuarta Semana de Edad y en Aves Adultas.
En estos casos la enfermedad ocurre en aves que ya recibieron una primera
vacunación o varias, ya sea con virus activo solamente o con virus activo e
inactivado aplicados simultáneamente, y que por alguna razón se manifiesta la
presencia de un virus de campo virulento.
Tales brotes pueden presentarse en dos forma principales:
• ENC respiratorio: Esta forma es común en aves bien protegidas, en las
que habrá una mortalidad baja y escasos signos nerviosos (1-2%) o
digestivos, por lo que a veces resulta difícil diagnosticar en la granja. El
diagnóstico se puede realizar mediante la seroconversión de las aves y por
aislamiento viral.
• ENC común: Se observa en aves con baja inmunidad (normalmente
deficientemente inmunizadas) y por lo regular habrá signos nerviosos,
digestivos y caídas en la producción de huevo, con una mortalidad mayor al
5%. El diagnóstico clínico se realiza con base en la signología clínica,
hallazgos a la necropsia y la elevación de los títulos de anticuerpos en
suero. En estos casos lograr el aislamiento viral resulta muy difícil.
Existen varios factores que inciden en la forma de presentación de la ENC
después de la 4a semana, muchos de los cuales coinciden con los explicados al
referirnos a los brotes de ENC en edad temprana.
Es importante indicar que en esta edad las primeras vacunaciones adquieren un
valor preponderante y que los calendarios de vacunación deben diseñarse
tomando en cuenta las necesidades de cada granja, de manera que cuando la
ENC es endémica en una región se tienen que emplear calendarios más cerrados
que garanticen una protección tanto a nivel tisular como humoral.
A estas edades de infección es la vacuna emulsionada la que garantiza la
protección tanto a mortalidad como a caídas de producción de huevo, pero la
misma no producirá una buena inmunidad sino hasta después de 3 a 4 semanas
de su aplicación, por lo que es muy importante reforzar la efectividad del programa
con el uso de virus activo, cerciorándose que todas las aves reciban una dosis
completa de ambas vacunas. En algunas observaciones de campo se ha podido
comprobar que hasta un 10% o más de las aves de una parvada han sido mal
inyectadas, quedando gran parte de la vacuna emulsionada en las plumas, lo que
provoca que la inducción de anticuerpos sea muy irregular para este tipo de aves.
Una forma sencilla de evaluar el programa de vacunación y la calidad de las
vacunas emulsionadas consiste en la medición de los títulos de anticuerpos por la
prueba de inhibición de la hemoaglutinación (IH), cuyos resultados se toman en
cuenta para predecir hasta cierto punto el curso que seguiría un brote de ENC en
nuestra parvada.
Lo que constituye un grave error es el suponer que una vacunación brindará 100%
de protección, lo cual es falso debido a que ningún agente inmunizante es capaz
de evitar la infección, y que en una población de animales siempre habrá unos
cuantos animales que por alguna causa no se encuentren protegidos contra la
enfermedad. Si toca en suerte que los receptores del virus de campo sean aves
inmunes, el brote no se producirá, pero si dicho virus alcanza a las aves
susceptibles, el padecimiento se presentará aunque sea en bajas proporciones.
Prevencion y Control de la ENC.
Las normas adecuadas para evitar la presentación de ENC, son las siguientes:
• Estrictas medidas higiénico-sanitarias
• Adecuados programas de vacunación
Estrictas medidas higiénico sanitarias.
Debido al conocimiento desarrollado hasta este momento donde conocemos la
forma de transmisión y diseminación del VENC, es necesario que se adopten
medidas para disminuir, o en su caso, eliminar la contaminación residual en granja
después de una parvada expuesta al virus, así como para evitar su introducción a
la granja a través de portadores y vectores del mismo.
Lo ideal en un programa de control para la erradicación de brotes de ENC de tipo
velogénico, es que se consideren las siguientes medidas preventivas:
a) Aislamiento sanitario.
b) Eliminación de la contaminación residual.
c) Adecuados programas de vacunación.
Sobre este último punto se ha reportado (Juan Garza, 1976) que el sistema
inmune posee diversos mecanismos de resistencia e inmunidad contra la ENC,
aclarando que la resistencia es un fenómeno espontáneo, de origen genético,
inespecífico y que no tiene memoria, dándose a nivel tisular en tegumentos y
mucosas; celular a nivel de inflamación y fagocitos circulantes; y molecular a nivel
de diversas sustancias como las lisozimas, el complemento y el interferón. La
inmunidad específica, posee mecanismos de memoria y es transferible.
La interferencia viral juega un papel importante en la protección de las aves contra
la ENC, pudiéndose dar a varios niveles como en la entrada del VENC a las
células y en el bloqueo de la síntesis viral. En el caso de la ENC la interferencia
viral dura aproximadamente una semana.
Para la elaboración de un programa de vacunación adecuado es necesario tomar
en cuenta los siguientes puntos:
a) Patogenicidad del virus de campo. Donde las cepas velogénicas
constituyen el mayor riesgo y que entre los diferentes aislamientos se ha
podido demostrar que presentan diferencias en su nivel de virulencia.
b) Riesgo de exposición. Para el diseño de un calendario de vacunación es
necesario evaluar el riesgo de exposición de la parvada a cepas patógenas de
la ENC. Como resulta obvio, este riesgo se puede incrementar debido a los
siguientes factores:
• Reporte de ENC velogénico en la región.
• Alta densidad y tránsito avícola en la zona.
• Tránsito de productos y subproductos avícolas, en especial de gallinaza.
• Manejo de varias edades en la misma granja o núcleo.
• Tránsito de personas que tengan contacto con aves.
• Medidas inadecuadas de aislamiento sanitario.
Cuando el riesgo de exposición es elevado se recomiendan “calendarios cerrados”.
Por el contrario, cuando el riesgo ses bajo se pueden diseñar “calendarios
abiertos” de vacunación, siempre y cuando se mantenga un programa de
vigilancia epidemiológico estricto, que detecte a tiempo el cambio del nivel de
riesgo zoosanitario que permita la adecuación de los programas de vacunación.
Al establecer un programa preventivo se debe lograr el control epidemiológico de
la ENC, evitando que el virus patógeno se replique y se disemine intensamente en
aves susceptibles. Lo anterior se logra con medidas sanitarias y proveyendo a las
aves con títulos altos y uniformes de anticuerpos circulantes. Westbury (1984)
señala que el VENCVV fue reaislado de hisopos traqueales y cloacales durante 14
días post-desafío en aves con títulos de anticuerpos (HI) entre 3 y 7 log 2, y que
esta excreción disminuye significativamente cuando las aves poseen títulos de
anticuerpos HI entre 8 y 12 log (gráfica 4). Así mismo reportó que en la medida
2
en que las aves poseen un titulo de anticuerpos mayor al momento de la
exposición al VENCVV, su respuesta serológica relativa es menor (gráfica 5).
Gráfica 4.
Nivel e intensidad de la excreción viral según título de anticuerpos
circulantes antes del desafío
Gráfica 5.
Respuesta serológica de aves inmunes luego del desafío con VENCVV
c) Métodos de vacunación.
Existen básicamente 3 métodos de vacunación contra la ENC, los cuales difieren
en la forma, tiempo y protección que confieren, independientemente de la marca
utilizada.
Métodos de virus activos
Confieren una protección rápida (1 a 3 días) y de corta duración (10 a 15 días),
principalmente por interferencia viral y presencia de IgA secretora. Requiere de
hacer revacunaciones a intervalos cortos para obtener protección alta. Entre las
vacunas activas comúnmente utilizadas a nivel mundial se encuentran:
• Cepas Lentogénicas: LaSota, B1, ambas son del tipo Hitchner (también
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denominado tipo B1). Se recomienda que cuenten con un título de 10 DIEP
50%/ ml, ya que ante un desafío de VENCVV el nivel de protección puede
variar (gráfica 6).
• Cepas Clonadas: Provienen de cepas lentogénicas como La Sota, no
recomendadas en casos de brotes endémicos con VENCVV.
• Cepas Enterotopas: No recomendadas en casos de brotes endémicos
con VENCVV.
• Cepas Mesogénicas: Roakin, Komarov, Haifa, Herfordshire, Mukeswar.
No autorizadas ni disponibles en América.
• Cepas adaptadas a cultivo de tejidos: Cepas mesogénicas atenuadas
por adaptación a cultivos celulares de riñón de cerdo o bovino, como las
cepas Cal 11914 y Komarov respectivamente. Tampoco están aprobadas
en América.
Gráfica 6.
Sobrevivencia al desafío con aplicación de cepa B1 intranasal
• Método de vacunas inactivadas y emulsionadas: Produce inmunidad
que puede llegar a ser alta y persistente, pero requiere un mínimo de 3 a 4
semana post-vacunación para alcanzar casi un 100% de protección contra
mortalidad. Este tipo de vacunas fueron desarrolladas durante los años 70’s
en diversos países, y en regiones en donde la ENC es de tipo endémico
han sido la herramienta clave para su control.
• Método simultáneo: Consiste en aplicar ambas vacunas en un mismo
manejo, combinando las ventajas de los 2 métodos anteriores, con lo cual
se obtiene una rápida interferencia viral, inmunidad local conferida por el
virus activo, que mantiene protegida a el ave mientras se desarrolla una
óptima inmunidad circulante conferida por el antígeno inactivado en
vehículo oleoso. Es el método más utilizado en México y ha sido
fundamental para el control efectivo de la ENCVV en regiones en donde la
misma es de tipo endémico.
d) Vías de aplicación.
• Virus activos. Normalmente son aplicados por la vía ocular, nasal, oral en
agua bebida o por aspersión. En términos generales es conocido que en
orden creciente, la vía oral, ocular y aspersión provocan mayor reacción, y
esto a su vez también provocan mayor inmunogenicidad e interferencia viral,
pero esto únicamente sucede cuando nos referimos a cepas que su
principal punto de replicación es en epitelio respiratorio, ya que existen
cepas de tipo enterotrópico que provocan una baja respuesta respiratoria y
que deben de ser aplicadas para poder conferir protección ya sea por vía
ocular o bien en agua de bebida y su nivel de protección por interferencia
viral es muy bajo y esto provoca que no sean adecuadas para ser utilizadas
ante un brote de campo. En casos de brote se recomienda el uso de la
aspersión, o en su defecto la vía ocular para provocar una rápida
interferencia viral por vías naturales de entrada del virus patógeno
(mucosas y conjuntivas) y que se utilice cepas que tengan replicación en
tejido respiratorio (tipo Hitchner).
• Virus inactivado. Normalmente se recomienda la vía subcutánea en la
parte media y posterior del cuello, pudiéndose aplicar por esta vía junto a la
rabadilla en aves adultas. Algunos productos emulsionados también están
indicados para aplicación intramuscular en la parte alta de la pechuga o
cara interna del muslo.
e) Calidad de las vacunas.
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• Virus vivo. En general se recomiendan títulos de 10 DIEP 50%/ ml.
• Virus inactivados. Se recomiendan 75 dosis protectoras, y verificar la no
ruptura de la emulsión, buena inyectabilidad, baja irritabilidad y alta
inmunogenicidad, la cual puede ser verificada mediante la prueba de HI a
28 días post-vacunación.
f) Supervisión y evaluación de la vacunación.
Es muy importante verificar que las vacunas sean aplicadas adecuadamente,
ya que es frecuente encontrar como causa de brote que las mismas no fueron
manejadas de manera adecuada.
En el caso de la aplicación de virus activos es importante cuidar que las aves
no estén tirando la vacuna ocular y que a su vez traguen la misma, así como
cuidar que no se presente shock térmico al preparar la suspensión de
liofilizado-diluente, y que la vacuna se aplique en un periodo no mayor a 60
minutos para evitar que la misma se caliente durante su aplicación y pueda así
disminuir su título óptimo.
En el caso de las emulsiones se deberá de verificar que el procedimiento de
inyección sea el correcto, para garantizar que las aves mantengan la vacuna y
evitar que pueda en algún momento ser retirada por el ave (que tiende a
rascarse) provocando así la presencia de cuellos mojados, en cuyo caso se
recomienda volver a vacunar a esas aves.
Para evaluar el programa de inmunización es importante realizar pruebas de HI
en forma rutinaria de la siguiente manera:
• Pollo: a las 4 y 6 semanas de edad
• Pollita: a las 4,10,14 y 18 semanas de edad
• En postura: Realizar mensualmente la prueba.
g) Otras consideraciones.
Otros factores que es importante valorar en el diseño de los programas de
inmunización son:
• Inmunidad materna
• Estado inmune general de las aves
• Anticuerpos circulantes por vacunaciones previas
• Manejo adecuado de las aves durante la vacunación
• Vacunación de aves sanas
• Evitar la interferencia a la respuesta por la aplicación de otras vacunas
Bibliografía.
• Aboaf, R.E. (1961). Determinación de la Resistencia de las Aves a la
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