REFLEXIONES CATÓLICAS SOBRE LA BIBLIA Arquidiócesis de Miami - Ministerio de formación cristiana 29 de Mayo de 2016 Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo (Ciclo C) Lectura del Evangelio: Lucas 9:11-17 Comentario breve: Con la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, la Iglesia invita a celebrar la permanente presencia de Cristo en el sacramento de la Eucaristía. La Eucaristía es el Sacramento de la acogida, la inclusión y la solidaridad; en la lectura del evangelio de la ‘multiplicación de los panes y peces’ vemos a Jesús preocupado por las dificultades del pueblo y nos recuerda como Dios cuidó de Israel en su paso por el desierto. Se nos presenta la Eucaristía como la presencia providente de Dios, que nos acompaña en el camino hacia la tierra prometida; la eterna presencia del altísimo entre nosotros. Al instituir Jesús la Eucaristía “en la noche que él fue entregado”, aparece la Eucaristía como símbolo perfecto de toda la vida de Jesús: “Este es mi cuerpo entregado por ustedes…esta es mi sangre derramada por ustedes. Como afirma el Catecismo: “Jesús vivió su vida por los demás…” Así, al “recibir el Cuerpo de Cristo nos convertimos en su cuerpo” y somos llamados a ser ‘eucarísticos’ tal como Jesús, y hacemos que nuestra actitud sea la misma que Cristo Jesús, quien vino “no a ser servido sino a servir…y a entregar su vida por muchos.” Nos ‘convertimos en lo que recibimos’ cuando la Eucaristía – el “pan de los pobres” – nos lleva a reconocer el sufrimiento de los que pasan hambre y sed; no solo hambre de comida, sino también de justicia, libertad, amor, compasión, esperanza, en definitiva, de misericordia. Debemos ‘convertirnos en aquello que comemos y bebemos’ cuando nos entregamos de corazón al servicio amoroso a Dios y al prójimo, para ser el Cuerpo vivo de Cristo presente en el mundo. En cada celebración de la Eucaristía “probamos y vemos la bondad del Señor,” y damos gracias mientras “recordamos a la muerte del Señor hasta que vuelva”. De esta manera afirmamos nuestra misión de ofrecer al mundo todo lo que con tanto amor hemos recibido de Jesucristo. La lectura de hoy nos presenta tres ideas importantes: • La solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo nos invita a reflexionar sobre el significado e importancia de la Eucaristía para la vida y misión de la Iglesia, en nuestra relación con Dios, y nuestra relación mutua y con el mundo. • Cada vez que comulgamos somos llamados a vivir en comunión con Dios en Cristo a través del Espíritu, y a vivir en comunión unos con los otros como Iglesia. • La Eucaristía continuamente hace presente la vida de Jesús como modelo a seguir y a vivir. Así como Cristo vivió su vida para el prójimo, para nosotros; aquellos que reciben su verdadero Cuerpo y Sangre en la Eucaristía son llamados a convertirse en su Cuerpo, y a ser su presencia, en el mundo para continuar su misión de sanar, enseñar, perdonar y redimir. Para la reflexión personal o comunitaria: • ¿Qué lugar ocupa la Eucaristía en mi vida? ¿Es la Eucaristía el centro de mi relación con Dios y de mi relación con la comunidad de la Iglesia? • ¿Qué cosas me permite entender la Eucaristía y a que forma de pensar me invita? • ¿Cómo puedo celebrar a profundidad la Eucaristía, de tal manera que al participar de ella, la comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo me fortalezca para vivir como discípulo de Jesús y apóstol de su misericordia en y para el mundo? Lecturas recomendadas:Catecismo de la Iglesia Católica, párrafos 1322-1419