He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su

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¿Nacido en un
Establo?
Por: Josué D. Rodríguez
He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre
Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.
Mateo 1:23
Introducción
La noche del nacimiento del Mesías fue una extremadamente especial; tan especial que la
continuamos celebrando hasta el día presente. Dios, quien no olvida sus promesas, hace que su
Hijo sea nacido de una virgen por medio del Espíritu Santo. De esa manera se cumple lo que desde
el principio Dios había dicho, que de la mujer saldría la simiente que traería restauración y redención a la humanidad perdida. Siendo una noche tan especial, se nos hace necesario, a lo menos, el
dibujarnos una cuadro de como hubiese todo ocurrido.
Por tanto, la pintoresca imagen del nacimiento de Jesús está prácticamente cincelada en
cada una de nuestras mentes y corazones. Personalmente puedo decir que desde que tengo memoria siempre he visto la escena del nacimiento del Maestro de la misma manera… un establo de
madera... cubierto de paja... con unos cuantos
animales alrededor… los pastores… los “reyes
magos”… José y María con su mirada puesta
en el recién nacido. Lo hemos visto así en películas y dramas navideños; se han escrito
canciones, en nuestras escuelas bíblicas se
enseña y hasta se han predicado sermones;
todo basado en la imagen tradicional del nacimiento. Pero si fuésemos a hacer un estudio
profundo de la escritura tomando en consideración no solo el contexto gramatical sino también el contexto Escritural, los usos y costumbres de la época, y los recientes descubrimientos arqueológicos; ¿pasará esta imagen la prueba? ¿Será posible que lo que hemos creído
respecto al nacimiento de Jesús este lleno de ideas ajenas a la Palabra y que quizás muchas de
ellas sean erróneas?
A través de este articulo voy a retar muchas de las creencias que han sido parte de nuestra
cultura, y hasta parte de nuestro culto a Dios, respecto al nacimiento de Jesús; por tal razón, mi
querido lector, quiero pedirle con mucho respeto que abra su mente y que me siga cuidadosamente
en la lectura para que al final pueda contestar la pregunta que he escogido por titulo:
¿Nacido en un establo?
Parte 1 - Un análisis del texto
De los cuatro escritores de los evangelios solo Mateo y Lucas hablan del nacimiento de Jesús; pero de los dos es el medico amado, Lucas, quien nos provee detalles específicos acerca de
las condiciones de su nacimiento. Debido a que el propósito de este articulo es analizar la llamada
escena del pesebre; omitiremos el discutir detalles que se presentan en ambos evangelios mencionados anteriormente, como: la aparición del ángel a Zacarías, la aparición del ángel a María, la visita de María a Elizabeth, el sueño de José, el edicto de Augusto Cesar para que todos fuesen empa-
dronados, y el viaje desde Nazaret a Belén. Iremos directamente a discutir los versos en donde se
nos habla del nacimiento como tal. Te sorprenderá saber que solo hay dos versos que detallan la
escena del nacimiento. Consideremos pues los versos en Lucas 2:6-7, y hagamos un análisis cuidadoso de los mismos.
Lucas 2:6
“Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento.”
Normalmente ponemos a María dando a luz tan pronto llegaron a Belén. Nos imaginamos al
pobre José corriendo como loco buscando un lugar para María y para su hijo por nacer. Tocando
de puerta en puerta buscando quien le abriera, pero nadie quería abrir. El mesonero les dice que
no tiene lugar, que el mesón esta lleno. Finalmente no le quedo a José mas remedio que recostar a
María en un establo lleno de paja y animales. Mas, sin embargo, podemos ver claramente por la
construcción gramatical del texto que José y María ya habían llegado y que probablemente llevaban algo de tiempo en Belén. ¿Cuánto tiempo exactamente? En realidad no sabemos, pero vale
notar que la palabra griega para “estando” es “εἰμί (eimi)” que en este caso significa “estar en un
lugar”. Es un verbo presente que claramente nos indica que ya estaban allí cuando se cumplieron
los días; no que llegando allí se cumplieron los días. La traducción al ingles es un poco mas fiel al
original; si fuésemos a parafrasear en español diría algo así: “Mientras estaban ellos allí, le llego el
tiempo de dar a luz.” Además, se hace ilógico que ellos hubiesen intentado hacer el viaje de aproximadamente 70 a 75 millas desde Nazaret a Belén estando María en sus últimos días de embarazo. Es muy probable que ellos habían pasado ya un buen tiempo en Belén. Entonces, y probablemente después de ser empadronados, quedaron en Belén para precisamente esperar que María
diese a luz.
Lucas 2:7
“Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.”
El problema clásico con este verso bíblico es que las palabras pesebre y mesón se han interpretado incorrectamente. Tomemos primeramente la palabra
“pesebre”. Muchas personas piensan que un pesebre es un establo,
pero en realidad un pesebre es una caja mayormente hecha de piedra
en donde se le servía de comer a los animales. La noción de que es un
establo viene mayormente de que como es una caja para dar de comer
a los animales debería estar en un establo. Mas sin embargo, en la mayor parte de los casos el pesebre formaba parte de la habitación inferior de la casa. Mas adelante abundaremos un poco mas sobre esto.
Observemos ahora la palabra mesón. Un mesón puede definirse
como un establecimiento público preparado especialmente para que
los viajeros pudiesen hospedarse. El problema es que la intención de
Lucas no fue describir un mesón como este. Vayamos al griego original
y veamos lo que verdaderamente Lucas quiso decir. La palabra griega
que Lucas utiliza es καταλυμα (kataluma) la cual significa “cuarto o
habitación de huéspedes”.
Pesebre hecho en piedra.
Jesús utilizó esta misma palabra en Lucas 22:11; específicamente para describir al aposento
en donde iba a celebrar la Pascua con sus discípulos. En este caso se refería a la parte superior de
la casa, por tal razón se le conoce como el aposento alto.
La palabra griega para mesón es πανδοκεῖον (pandocheion), la cual se utiliza apropiadamente en Lucas 10:34 en la parábola del buen samaritano. En este caso, sí se habla de un mesón
en donde el samaritano le paga al mesonero para que cuidara del hombre herido. Si Lucas, quien
tenia un buen conocimiento del idioma griego, hubiese querido describir un lugar de alojamiento público en Lucas 2:7 hubiese utilizado πανδοκεῖον (pandocheion) y no καταλυμα (kataluma). Por
ende, la traducción mas apropiada de Lucas 2:7 es que no había lugar para ellos en el “cuarto de
huéspedes” o en el “aposento”.
Además el tratar de ubicar un mesón como tal en Belén trae otros problemas. Esta ciudad
no era muy grande, en Miqueas 5:2 se describe como “pequeña para estar entre las familias de Judá”. Normalmente los mesones se encontraban en las ciudades grandes. Siendo que Jerusalén se
encontraba solo a 5 millas al norte de Belén, y que además era el centro de atracción principal de la
región, los viajeros se hubiesen hospedado en Jerusalén y no en Belén. Esto hace que fuese muy
poco probable que en Belén hubiese algún tipo de mesón o lugar de alojamiento publico.
Parte II - La Costumbre
Hospitalidad: Amabilidad y atención con que una persona recibe y acoge a los visitantes o
extranjeros en su casa o en su tierra. (Diccionario General de la Lengua Española Vox).
Dentro de la cultura oriental la hospitalidad era una práctica común. A través de las Escrituras podemos observar un buen número de ejemplos en los que se demuestra la misma. Tenemos a
un Abraham que recibe con suma hospitalidad a los tres varones que se presentaron frente a su tienda (Génesis 18:3-4).
Job, quien probablemente fue contemporáneo de Abraham,
dice de si mismo: “El forastero no pasaba fuera la noche; Mis
puertas abría al caminante” (Job 31:32). El siervo de Abraham
fue muy bien recibido por Rebecca y su hermano Labán
(Génesis 24:23-32). Lot, mientras vivía en Sodoma, recibe a
los ángeles de Dios que venían a rescatarlo; y cuando los
hombres de la ciudad le pidieron que los sacara a fuera para
que los conocieran, Lot prefirió ofrecerles a sus hijas en vez
de sacar a fuera los enviados de Dios (Génesis 19:1-10). Jetro
ofreció su hospitalidad a Moisés cuando este huía de Egipto
Abraham recibe a los tres varones.
(Éxodo 2:20). Rahab recibe a los espías de Israel y los esconde; ella recibió gran recompensa por su hospitalidad (Josué
2:1-21). Los padres de Sansón ofrecieron su hospitalidad al Ángel de Jehová, cuando este les trajo
las noticias del nacimiento de su hijo (Jueces 13:15-20). La viuda de Sarepta hospeda al profeta
Elías y la de a el la comida que le correspondía a ella y a su hijo (1 Reyes 17:10-15). La mujer sunamita le pide a su esposo que le construya un aposento especialmente para que el siervo de Dios,
Eliseo, se hospedara (2 Reyes 4:8-11).
En el Nuevo Testamento podemos ver que la hospitalidad todavía tenia importancia. “El Señor Jesús envió a sus discípulos diciéndoles que al llegar a una ciudad preguntaran “quién en ella
sea digno” y posaran en su casa (Mateo 10:11–15). Tenía que ser así, porque no abundaban las
facilidades públicas de hospedaje. Y las que había, por lo regular, no eran de muy buena reputación.” (Lockward, A. (2003). Nuevo diccionario de la Biblia. (497). Miami: Editorial Unilit.) Jesús
mismo fue recibido por diferentes personas en numerosas ocasiones. Solo por mencionar un par,
Zaqueo (Lucas 19:1-10), y Marta y su hermana María (Lucas 10:38-42). Jesús también la practicó,
cuando al principio de su ministerio hospedo a los dos discípulos de Juan el bautista que lo siguieron, uno de los cuales era Andrés (Juan 1:39). El apóstol de gentiles, Pablo, también fue receptor
de hospitalidad (Hechos 16:15). Lo apóstoles daban mucho énfasis a la hospitalidad, lo cual es muy
notable a través de sus escritos. En Hebreos 13:2 se nos exhorta a que la practiquemos “porque por
ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.”
Viendo entonces la importancia que se le daba a la hospitalidad dentro de la cultura hebrea
se hace muy difícil aceptar que cuando José y María llegaron a Belén no hubiesen encontrado un
lugar para hospedarse, especialmente estando María embarazada. Además, es muy probable que
José siendo original de Belén todavía tuviese familiares allí y que lo hubiesen recibido en su casa.
Parte III - Las casas del primer siglo
Las casas para el tiempo de Jesús estaban mayormente compuestas por dos partes principales. La parte inferior era el centro de mayor actividad del hogar. Aquí es donde las mujeres trabajaban durante el día preparando los alimentos para su familia, o sea que servía como cocina. Además servía como la sala o antecámara y como patio. Era el lugar donde se encendía el fuego y
donde la familia se reunía para compartir los alimentos.
También era el lugar donde se mantenían algunos animales, especialmente aquellos mas delicados y/o de
mas valor; especialmente en las noches para protegerles del frio, los animales salvajes, y los ladrones, estos
animales utilizaban esta parte inferior como su lugar de
alojamiento. Por tal razón los pesebres, o como hablamos anteriormente las cajas de piedra para dar de comer a los animales, se encontraban aquí.
La otra parte principal de las casas era la parte
superior o la parte alta. Esta porción del hogar servía
como recamara o cuarto de dormitorio. Era común el
hospedar a los huéspedes en esta parte de la casa. De- Representación artística de un hogar típico del siglo 1.
pendiendo del estatus económico de la familia, esta
porción podría haber sido pequeña, solo para hospedar unas cuantas personas; o lo suficientemente grande para que cupieran muchas personas, como fue en el caso de Jesús tomando la ultima
cena con sus discípulos, en donde habían trece personas en el aposento alto. Es esta parte la cual
se conoce como καταλυμα (kataluma); el lugar de hospedaje.
Reconstrucción parcial de una casa del primer siglo, basada en
descubrimientos arqueológicos.
Entrada principal de la casa.
Parte inferior de
la casa. Observando desde el
patio.
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Podemos ver las escaleras a
mano derecha que llevan a la
parte superior.
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Parte IV - ¿Pastores y “Reyes Magos”?
Pastores:
Para los pastores las ovejas eran extremadamente valiosas. Las cuidaban con sus propias
vidas en contra de los animales salvajes y de los ladrones. David mismo cuando se presento delante del Rey Saúl pronuncio estas palabras: “Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y
cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y
lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo
mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba…” (1 Samuel 17.34–36). Vemos también la dedicación del pastor a sus ovejas en Lucas 2:8 en donde se nos dice que los pastores “velaban y
guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.”
Entendemos que para un pastor el perder
su rebaño era lo peor que le pudiese pasar. Sin
embargo, la manifestación de los ángeles anunciando el nacimiento del Mesías dejo a estos pastores tan anonadados que se apresuraron a buscar al recién nacido, dejando atrás las ovejas que
con tanto afán cuidaban. El tesoro mas grande
que ellos tenían no los pudo detener, no les impidió ir a ver al niño que era nacido, al hijo que era
dado. Que precioso seria si la gente hicieran lo
mismo hoy; si dejaran atrás sus tesoros terrenales
para ir en busca del Mesías.
Cuando llegaron al lugar en donde José y María se encontraban con el niño, inmediatamente contaron lo que les había sucedido. Algo interesante es que en la imagen tradicional del nacimiento ponemos al recién nacido con sus padres y a nadie mas; mas en Lucas 2:18 dice: “Y todos
los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían.”; claramente se nos indica que
había mas personas en aquel lugar, Probablemente la
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos casa estaba llena a capacidad. Vale notar que la razón
por la cual José y María viajaron a Belén fue por el
es dado, y el principado sobre su homedicto de Augusto Cesar, lo cual hubiese provocado
bro; y se llamará su nombre Admirable, que la ciudad de Belén estuviese repleta de personas.
Lo mas que me llama la atención acerca del relato de la aparición de los ángeles a los pastores es
que Dios no escogió darle el anuncio a la gente imporEterno, Príncipe de Paz.”
tante del pueblo. Escoge lo sencillo, lo humilde. El
Isaias 9:6 trato de Dios no es con un grupo selecto o elite, la Palabra nos dice: “que lo necio del mundo escogió Dios,
para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil
del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es.” El mensaje
es “para todo el pueblo”. El que tenga oídos para oír…
Consejero, Dios Fuerte, Padre
“Reyes Magos”
Mateo 2:1-2
“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.”
Mateo es el único que nos relata la visita de estos personajes misteriosos. Los mismos han
sido mal interpretados y hasta han sido motivo de controversia e idolatría. ¿Eran magos o reyes?
¿Eran tres? ¿De donde eran? ¿Quienes eran? ¿Como supieron del nacimiento del Mesías?
¿Vieron a Jesús en el pesebre? Para comenzar a contestar estas preguntas a continuación he decidido tomar una cita directa del Comentario Bíblico Mundo Hispano: Mateo.
“El término "mago" es muy ambiguo y designaba a toda clase de sabios en la antigüedad, especialmente a los que se dedicaban a la astronomía. Estos "magos" asociaron
la aparición de la estrella con el acontecimiento de un gran evento y sintieron la necesidad de hacer un viaje extraordinario.
Con el paso del tiempo surgió toda clase de leyenda acerca de estos misteriosos seguidores de una estrella. Y hasta les pusieron nombres: Uno se llamaba Gaspar, otro
Melchor y el tercero, que al parecer era de raza negra, se denominaba Baltasar. Más
adelante les pusieron coronas y les llamaron los reyes magos. También se dijo que
eran tres porque son tres los regalos que hicieron a Jesús: oro, incienso y mirra.
Según el relato bíblico no podemos afirmar cuáles eran sus nombres, ni cuántos eran.
Tampoco si eran de piel oscura o blanca y menos aun que fueran reyes.”
El hecho de que vinieron de oriente, nos da la posibilidad de que eran originales de Babilonia
o Persia, lugares en donde este tipo de “magos” o
mejor dicho “hombres sabios” abundaban. Es posible entonces conectarlos con los judíos que vivieron
en estas áreas durante la época del exilio. Algunos
de los escritos proféticos hubiesen quedado en estas regiones y después de haber visto la aparición
de la estrella, hubiesen entendido que señalaba al
nacimiento del Rey de los Judíos. Muchos piensan
que la profecía de Balaam en Números 24:17 en
donde habla de que de Jacob saldría un estrella, hubiese llevado a estos hombres a esta conclusión.
Además, no podemos descartar de que de la misma
manera que Dios se les revelo para que no volvieran
a Herodes sino que fuesen por otro camino, también
pudiesen haber recibido una revelación de Dios acerca del significado de la estrella y del nacimiento de Jesús. Cualquiera que hubiese sido el caso, vemos en el hecho de que extranjeros vinieron
de lejanas tierras a adorar a Jesús que el propósito de Dios es que el Rey de los Judíos no era solamente para los Judíos; sino que era dado para todas las familias de la tierra.
¿Llegaron los magos y encontraron a Jesús en el pesebre? Si estudiamos de cerca el texto
bíblico notaremos que en realidad los magos nunca llegaron a encontrar a Jesús en el pesebre. En
Mateo 2:11 dice: “Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron…” En ningún lugar se hace mención del pesebre. Solo se menciona a María y al niño en la
casa. El hecho que no se hace mención de José nos abre la posibilidad de que no se encontraba
en la casa sino que probablemente estaba ejerciendo sus faenas diarias como hombre. La realidad
es que los magos no hubiesen llegado a Belén hasta semanas después del nacimiento de Jesús.
Nótese que Jesús es presentado al templo 40 días después de su nacimiento tal como mandaba la
ley (Lucas 2:21, Levítico 12:2-4) y la ofrenda que ofrecieron para purificación fue la ofrenda del pobre (Lucas 2:24, Levítico 12:8, por ende José y María eran pobres o por lo menos no de altos recursos). Si los magos hubiesen llegado al pesebre a ofrecer los ricos obsequios; yo pregunto, ¿Por
qué José y María ofrecieron las tórtolas teniendo claramente la capacidad de ofrecer el cordero?
Por lo tanto, se hace mas lógico que los magos no ofrecieron sus obsequios hasta después de la
presentación de Jesús en el templo.
Muchos han interpretado, especialmente los proponentes de la “Prosperidad”, que Jesús era
rico debido a los regalos que los magos trajeron. El oro, el incienso y la mirra eran artículos de alto
valor. Por lo que existe cierta lógica en pensar que José y María se hubiesen beneficiado de ellos.
Sin embargo, en ningún lugar en la Palabra se nos habla de que ellos se hicieron ricos. A mi entender hubo un propósito dual en que los magos trajeran estos obsequios. Uno para adorar; el hecho
de que fuesen obsequios de alto valor denota el compromiso de los magos en dar una adoración
genuina y verdadera. Segundo; José y María necesitarían sustento para poder huir a Egipto. Sabemos que debido a que Herodes buscaba matar al niño, José es instruido por Dios a huir a Egipto, la cual era una tierra extraña para ellos. Dios sabiendo que ambos, José y María, eran pobres
les provee lo necesario para que puedan ir a Egipto y sostenerse por el tiempo que estuvieron allá.
Además, respecto a si Jesús era rico, cuando leemos a través de los evangelios acerca de la vida
de Jesús en ningún lugar se nos dice que fuese rico. Al contrario podemos ver a un Jesús desligado de las posiciones materiales. En cierta ocasión hubo uno que quería seguir a Jesús adondequiera que el fuese; Jesús le respondió: “Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas
el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.” (Mateo 8:20) O sea puedes seguirme, pero
sépase que no tengo ninguna posesión terrenal.
Parte IV - Los animales
En esta parte no voy a invertir mucho tiempo, vamos directo al punto. Es muy común ver a
Jesús recién nacido rodeado de diferentes animales; por lo menos la mula, el buey y unas cuantas
ovejas. La realidad es que la Palabra no hace mención
ninguna de que hubiesen animales presentes allí. Anteriormente hablamos de que lo mas probable la casa estaba llena de gente, por lo que se hace ilógico que estuviesen también los animales. Lo mas lógico es que los animales tuvieron que mantenerse a fuera debido a la cantidad
de gente que se estaban alojando en aquel lugar.
Conclusión
Primeramente debo decir que de ninguna manera pretendo acertar que lo escrito en este articulo es infalible e inspirado. Entiendo que soy hombre con fallas y defectos, y por tal razón propenso a cometer errores. Lo que si puedo decir con firmeza es que me he cuidado de no hacer daño ninguno a la Palabra, y tal como hizo Lucas, “después de haber investigado con diligencia todas
las cosas” escribírselas por orden, oh excelentísimos hermanos.
Habiendo dicho eso y basado en todo lo que hemos escrito anteriormente, creo que podemos concluir que Jesús en realidad no nació en un establo, sino en una casa en donde José y María se hospedaban. Debido a que la habitación de huéspedes, καταλυμα (kataluma), o la parte superior de la casa estaba llena, José y María se alojaron en la parte inferior, o lo que hablamos anteriormente como la sala y la cocina de la casa. Siendo que en esta parte había una caja probablemente de piedra conocida como pesebre, en donde los animales comían, sirvió esta como el lugar
donde el niño Jesús fue recostado la noche en que nació. Además, la casa estaba llena de personas por lo que lo mas probable no había animales. Solo llegaron los pastores; los llamados magos
no llegaron a visitar al niño hasta tiempo después de su nacimiento. Tomando todo eso en consideración podemos decir que la “escena del pesebre” hubiese sido mas como la que sigue.
Finalmente debo admitir que no debemos concentrarnos tanto en los pequeños detalles que
perdamos de vista el mensaje central de la ocasión. El Hijo de Dios se hizo carne, entró en la creación, se hizo un descendiente de Adán para así, a través del derramamiento de su sangre, pagar la
deuda de pecado de la humanidad; gloria a Dios que hoy tenemos entrada por esa sangre preciosa
a la presencia del Padre, hoy podemos relacionarnos una vez mas con nuestro Creador. Gracias
damos a Dios por Jesús...
“en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.” Colosenses 1:14
Josué D. Rodriguez es un Ministro Certificado del Distrito de Concilio Hispano del Este de las Asambleas de Dios. Miembro y líder de
la Tercera Iglesia Cristiana Estrella de Jacob en New Haven CT. Maestro en el Instituto Bíblico Rama de New Haven.
Si desea hacer algún comentario respecto a este articulo, siéntase en libertad de enviar un email a: jd.rodriguez@sbcglobal.net
Citas bíblicas fueron tomadas de la Biblia Reina-Valera Revisada 1960. Sociedades Bíblicas Unidas.
Imágenes tomadas de Logos Bible Software y Bible Glo Software.
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