El nuevo rostro de la “Casa de la viuda” Hijas de la Sabiduría, Palmira-Valle, Colombia Dicen por ahí, que los tiempos van cambiando y se puede constatar de muchas maneras. También dicen que los cambios siempre traen novedad, en qué sentido? Hace 57 años, la Institución Laura Vergara, conocida como la “Casa de la Viuda” solo recibía mujeres cabeza de hogar con niños mayores de 2 años. Mujeres e hijos que perdían a su esposo y padre a causa de la violencia social que vivía esta zona del país, y quedaban sin ninguna red de apoyo familiar o social. Ahora tiene forma de violencia Sin embargo la figura de la violencia prevalece, pero ahora tiene forma de violencia intrafamiliar y abandono de la figura paterna. Las madres cabeza de familia siguen en aumento; madres que quedan abandonadas porque sus compañeros y padres de sus hijos se han ido con otra o que debido al maltrato físico y psicológico mujeres e hijos han tenido que escapar de ellos, dada la condición de riesgo y vulneración de sus derechos. Por estas épocas, se nos están presentando mujeres madres cabeza de familia con bebés recién nacidos, que siguen siendo víctimas de sus desafortunadas decisiones, unidas a hombres que las maltratan, las menosprecian, las abandonan a su suerte. Estas mujeres deben llevar sobre sí la responsabilidad de la maternidad que las conduce a hacer hasta lo imposible por sacar adelante a sus hijos e hijas. Una nueva preocupación El nuevo rostro de la Institución Laura Vergara, conocida como la “Casa de la Viuda”, es el rostro de niños y niñas que apenas con unos meses de nacidos, reciben el afecto de personas extrañas a su entorno familiar. Una madre que pidió cupo en la Institución, decía llorando: “mi marido me dejó y tengo a mis tres hijos de dos, cinco y seis años regados y con extraños, y a mi bebé de un mes de nacido lo tengo conmigo, pero estoy arrimada en una pieza compartiendo la cama con la señora que me dio albergue… mi sueño es poder tener a mis cuatro hijos juntos, conmigo,… ayúdenme…” Rostros de Jesús niño huyendo a Egipto, con la ayuda de sus padres, para evitar ser asesinado,… Los niños y niñas de la Institución Laura Vergara huyen de la violencia intrafamiliar, de ser vulnerados sus derechos; de criarse en un ambiente de maltrato y de agresividad, en esta situación son las madres que reflexionan y deciden tomar otro camino para proteger a sus hijos e hijas. Hoy, estas madres son recibidas con mucho amor y entran a formar parte de una comunidad de vida, donde se relacionan entre ellas, con más facilidad porque sus situaciones o experiencias son similares. La Sabiduría acompañando a niños - niñas en situación de vulnerabilidad La realidad de los niños-niñas y adolescentes de Colombia cada día se hace más compleja, viven en condiciones de riesgo y vulneración de sus derechos, con una figura parental o a veces con ninguna y son criados por sus abuelos o algún tío, quienes los dejan solos para irse a trabajar. Estos niños- niñas- adolescentes permanecen la mayor parte del tiempo sin ninguna figura de autoridad, ellos y ellas quedan expuestos a todo tipo de situaciones: violaciones, consumo de sustancias psicoactivas, agresividad y con el riesgo de caer en la indigencia o en la conformación de pandillas. Para evitar o disminuir el índice de esta situación, el ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar) ha diseñado programas dependiendo del tipo de población, la “Casa de la Viuda” hace parte de una de esas propuestas, acogiendo actualmente a 73 niños-niñas-adolescentes en riesgo para el programa de protecciónvulneración en las dos jornadas. La presencia de las Hijas de la Sabiduría es muy significativa no solo para el programa ante Bienestar Familiar sino también para estos niños y sus parientes, ellas les brindan seguridad y confianza y aunque trabajar con adolescentes es una tarea ardua, desgastante y desalentadora, allí están presentes los necesitados, los carentes de afecto…. …. Y como dice Puebla: “los rostros sufrientes de Jesús”i i Discurso del Santo Padre Juan Pablo II en la inauguración de la III Conferencia general del episcopado latinoamericano , Puebla, México, Domingo 28 de enero de 1979