CARDIOVASCULAR Infarto de miocardio Sexo y Farmacoterapia Un estudio llevado a cabo en Estados Unidos intenta esclarecer el significado de la diferencias en la terapéutica del infarto de miocardio entre hombres y mujeres descritas en estudios previos. Algunos estudios previos indicaban un diferencias en cuanto a tratamiento del infarto de miocardio en los pacientes en función de su sexo. La revisión de fichas de pacientes incluidos en el Cooperative Cardiovascular Project de Medicare, en Estados Unidos, y la valoración de la medicación administrada en cada caso así como los procedimientos empleados, la asignación o no a protocolos de resucitación en caso necesario y la mortalidad a los 30 días, ha confirmado la existencia de estas diferencias. Para evitar sesgos en cuanto a la idoneidad de los tratamiento que pudieran confundir los resultados, se seleccionaron únicamente aquellos pacientes que se consideraban idóneos para el tratamiento recibido. Al igual que se había observado en otros estudios, los resultados de este último muestran que en las mujeres, son menos frecuentes los procedimientos de cateterización diagnóstica frente a los hombres de igual edad y que esta diferencia aumenta considerablemente con la edad. Este hecho resulta sorprendente, ya que se ha demostrado que este procedimiento incrementa la supervivencia postinfarto a corto plazo. El estudio ha puesto además de manifiesto una infrautilización general de antiagregantes, en concreto, el ácido acetil salicílico, ya que en una población considerada idónea el porcentaje de pacientes tratados es sólo del 80%, así como de trombolíticos, empleados únicamente por el 60%. El tratamiento con trombolíticos en los primeros 60 minutos o antiagregantes durante las primeras 24 horas, es menor en el grupo de mujeres, hecho posiblemente vinculado a un retraso en el diagnóstico en este grupo. Sin embargo, las mujeres son tratadas más frecuentemente que los hombres con inhibidores del enzima de conversión de angiotensina, aunque no existen datos acerca de su función renal que confirmen si había una mayor incidencia de nefropatía diabética o si existía un tratamiento con IECAs previo a la admisión. Los resultados de análisis muestran que, por el contrario, en cuanto a la prescripción de beta-bloqueantes no hay diferencias entre los sexos. Por otra parte, la orden de no recurrir a procedimientos de resucitación es más frecuente en las fichas de mujeres que en las de hombres. Sin embargo, las tasas de mortalidad a los 30 días resultan similares en ambos sexos y pese a que el tratamiento dado a las mujeres es menos agresivo que el administrado a los hombres, las diferencias entre ambos son mínimas y no se traducen en un efecto a corto plazo sobre la mortalidad. Gan SC, Beaver SK, Houck PM, et al. Treatment of acute myocardial infarction and 30 day mortality among women and men. N Eng J Med 2000; 343: 8-15.