62 LATERCERA Domingo 4 de septiembre de 2016 Sociedad Cultura Sully: un nuevo héroe americano para Clint Eastwood MILAGRO EN EL HUDSON El caso de Sully Nacido en 1951 en Texas, Chesley Sullenberger empezó como piloto de aviones fumigadores y luego pasó a la Fuerza Aérea. A los 30 años entró a la aviación comercial y llegó a trasladar medio millón de pasajeros. Su proeza del 15 de enero del 2009 en el vuelo desde Nueva York a Charlotte se conoce como “milagro en el río Hudson”. R La cinta cuenta la proeza del piloto que salvó 155 vidas en un amarizaje en el río Hudson. R La película con Tom Hanks se estrena esta semana en EEUU y llega el 2 de diciembre a Chile. RR Tom Hanks y Clint Eastwood durante la filmación de Sully. FOTO: OUTNOW Rodrigo González M. Una temeraria bandada de gansos canadienses tiene varios destinos trágicos posibles: terminar en la mira del rifle de un cazador, como cena del granjero más cercano o achicharrados en el motor de un jet. Ese es el peor, porque suelen morir todos: plumíferos y humanos. Fue lo que pasó el 15 de enero del 2009, cuando unos gansos se interpusieron en el camino del vuelo US Airways 1549 piloteado por el capitán Chesley Sullenberger, pasadas las 3 horas y 25 minutos de la tarde. El trayecto era desde Nueva York a Carolina del Norte, pero todo se redujo a poco más de seis minutos de vuelo. Tras una serie de impactos, los dos motores del avión dejaron de funcionar, quedando los 155 pasajeros a la suerte de la capacidad de reacción de Sully, el cariñoso apodo de Sullenberger. Finalmente, el piloto logró maniobrar el Airbus A320 con una pericia casi sobrehumana y el resultado fue un amarizaje en pleno río Hudson sin víctimas fatales. Una proeza americana Esta epopeya es la que sirve de motor y prólogo de la nueva película de Clint Eastwood, a la que llamó por el nombre de su nuevo héroe patrio, Sully. La cinta se estrena la próxima semana en Estados Unidos, dos años después de la llegada a salas de El francotirador, su previa versión de la historia de otro titán estadounidense, el marine Chris Kyle, el hombre más mortífero en la guerra de Irak. La cinta llega a Chile el 2 de diciembre y es protagonizada por Tom Hanks en el rol de Chesley “Sully” Sullenberger. Se trata de una elección a la segura: no hay en este momento un actor de Hollywood con más empatía para hacer de héroe que el protagonista de Rescatando al soldado Ryan (1998). Además, Sully, mucho más que el desequilibrado y traumado que Chris Kyle, es una figura de consenso entre los estadounidenses. Uno contra todos Basada en el libro Highest duty, escrito por el propio Chesley Sullenberger y el periodista Jeffrey Zaslow, la cinta tuvo su primera exhibición este viernes en el Festival de Telluride, una de las antesalas obligadas del Oscar. Las primeras reseñas, todas positivas, hablan de una película “tensa y viva” (The Hollywood Reporter) y con “un gran eco en la audiencia estadounidense, especialmente en estos tiempos” (Variety). Como es su costumbre, Eastwood mira la vida desde el punto de vis- ta de los héroes solitarios, enfrentados a una maraña de reglas e improcedentes disposiciones sociales. Si en El francotirador, el diestro Chris Kyle era el mejor de su clase en el manejo de la mira telescópica, en Sully el protagonista es el hombre alfa de las cabinas de aviación. Esto, por supuesto, le costará caro. El conflicto es, otra vez, el de un hombre de heroísmo inaudito acorralado por las fuerzas de la chata burocracia. A fin de cuentas, el verdadero nudo de esta trama son las investigaciones que Chesley Sullenberger debe soportar tras salvar 155 vidas. Este afán por rescatar el caso del as solitario puede, como muchos le reprocharon por El francotirador, alcanzar ribetes fascistoides, pero también un cierto humanismo primitivo e incontaminado. Fue el caso del pistolero Bill Munny en Los imperdonables (1992) y el del entrenador de boxeo Frankie Dunn en Million dollar baby (2004). Chesley Sullenberger es un ejemplo invencible de habilidad: con 20 mil horas de vuelo como piloto de la fuerza aérea estadounidense y luego como capitán de US Airways, tuvo claridad absoluta que la mejor decisión de ese día era llevar el avión al río Hudson. La película de Eastwood muestra aquellos 209 segundos de maniobras en sucesivas escenas y desde varios puntos de vista. Luego los contrasta con la investigación que cae sobre Sully y que cuestiona aquel amarizaje. Los hombres de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte van sobre él y su copiloto Jeff Skiles (Aaaron Eckhart). Llevan pruebas en la mano de pilotos de testeo de la compañía Airbus que certifican que no era necesario posarse sobre el río Hud- son y que podrían haber retornado al aeropuerto de La Guardia. Es más, le dicen que según los informes de los ingenieros es imposible que los dos motores dejaran de funcionar totalmente. Chesley, secundado por Jeff como el mejor perro guardián, los mira incrédulo. ¿Es posible que su futura licencia como piloto esté en riesgo por los burócratas del gobierno tras haber salvado 155 vidas? Según los manuales sí. Según los técnicos también. La pequeña gran diferencia, claro, es que ni los manuales ni lo ingenieros estaban ahí. Ninguno escuchó el aterrador silencio de las turbinas tras el impacto de las aves. A diferencia de películas como El guerrero solitario (1986) o Gran Torino (2008), Sully predica cierta fraternidad ausente en las anteriores propuestas eastwoodianas. Uno nunca sabe qué pasa por la mente del director y actor de 86 años, y el tiempo no pasa en vano. De lo contrario, no se entiende cómo los investigadores de la Junta Nacional vayan poco a poco creyendo más en lo que dice Sully y menos en lo que leen en sus manuales. Es raro para una película de Eastwood, pero es lo que pasó en los hechos. Sully, como ya lo han dicho quienes vieron el largometraje, es la más optimista de las películas del viejo cowboy gruñón.b