[…] Juanito Laguna no pide limosna, reclama justicia; en consecuencia pone a la gente ante esa disyuntiva; los cretinos compadecerán y harán beneficencia con los Juanitos Laguna; los hombres y mujeres de bien, les harán justicia. De eso se trata. […]. Antonio Berni Así nos adentrarnos a desmenuzar si se pudo alcanzar el objetivo de esta clase que consistía en partir de las nociones previas sobre la evaluación como sistema de distribución desigual de poder y mecanismo de control social y desde este lugar reflexionar sobre la evaluación como alternativa para pensar la inclusión digital. En la clase 1, por medio de nuestras narraciones pudimos reflexionar sobre los significados individuales asignados a la evaluación y, desde allí, comprenderla como práctica social, cultural e histórica. Considerar la evaluación como una práctica que se construye a partir de un contexto y que deja entrever la mirada de mundo como cualquier práctica social es lo que nos llevó en esta clase 2 a reflexionar sobre “la evaluación como sistema de distribución de poder y control social significa comprenderla en la trama del dispositivo curricular (Bernstein, 1993). Pretendíamos reflexionar sobre la evaluación como alternativa para pensar la inclusión digital, a través del texto de Connell: “Escuelas y Justicia Social”, intentamos abrir la discusión hacia la posibilidad de construir un modelo que sea operativo a la justicia curricular; para ello el autor propone el análisis de tres lógicas del curriculum: la lógica de la compensación, que implica proveer de recursos adicionales a los desfavorecidos, la lógica oposicionista, que rechaza el currículo general y propone desarrollar un currículo separado, controlado por los desfavorecidos, y la lógica contrahegemónica, en la que el currículo está orientado hacia el punto de vista de los desfavorecidos. Entender la evaluación desde la mirada curricular implica comprender las formas de construcción de la desigualdad y la exclusión social.