El elegido E “ JAVIER NICOLÁS l Quindío es uno de los treinta y dos departamentos de Colombia. Se encuentra en la región oeste-central del país. Su capital es Armenia. Ubicado en la región andina, forma parte del Eje Cafetero y de la región paisa, limitando al norte con Risaralda, por el sur y el este con Tolima, y al oeste con el valle del Cauca. Recién aterrizado con su inseparable Zaida, musa a la par de hierofanía, Jesús Giménez Olivares, el poeta que quiere ser poema como mi admirado Gil de Biedma, había grabado para la televisión local un programa en que la magnitud de la Naturaleza del país de la gente más dulce de la tierra, quedaba insertada entre los versos del elegido. “No es porque se nos mueran que nuestro afecto por ellos se debilite, es porque morimos nosotros mismos.” La pérdida de su amigo y vecino José Luis, marcó un punto de inflexión a sus nueve años, permaneciendo incólume hasta hoy cierto aire melancólico que embellece al ser humano. Como Babieca, el caballo de su admirado Cid Campeador, su poesía corre tan rápida que no puede describirse; lo más que se puede es tomarle deja de serlo si no cree en su libertad, y cuanta más fuerza le supone al destino, más se priva de la que Dios le ha dado al dotarle de Razón. Ésta es una parcela de la divinidad del Creador. Si hace uso de ella para ser humilde y justo, no puede sino complacer a quien le ha hecho don de ella. Afirma que aunque el hombre sea libre, no hay que creer que por ello sea dueño de hacer todo lo que quiera; ya que se convierte en esclavo cuando le domina una pasión. Hombre prudente es el que tiene la fuerza de suspender su actuación hasta recobrar la calma; pero raros son esos seres. Un antiguo decía en tono dogmático: “Si no has hecho cosas dignas de ser escritas, al menos escribe cosas dignas de ser leídas.” Es un precepto tan hermoso como un diamante de primera agua abrillantado con cada uno de sus versos. Su vida es su tema y su tema es su vida. Su poesía comienza inspirada en el amigo fallecido, antes de esa época si es verdad que vivir es pensar al decir de Cicerón, aún no vivía, vegetaba en un feliz clima familiar. El pensamiento del hombre, por no consistir más que en las comparaciones hechas para examinar las relaciones, no puede preceder a la existencia de la memoria. Su premonitoria imaginación, desde una terraza en la maravillosa población de Laredo en Santander, con la certeza de conocer el “Si no has hecho cosas dignas de ser escritas, al menos escribe cosas dignas de ser leídas” una instantánea mientras galopa en busca de su Futuro, sin saber dónde ni cuándo lo encontrará, ni en qué consistirá tampoco. Como en la película “El Cartero y Pablo Neruda” sus Versos Del Más Allá, no son propiamente suyos, nacidos de su inseparable pluma Parker, regalo de su Primera Comunión, sino de quien los necesita.Y como ahora es todo relativo, ya no existe confianza absoluta en Dios, en el Mercado Libre, en el Matrimonio, en los Títulos de la Deuda o la Clase Social, solo quien tiene la fuerza necesaria para no hablar de sí mismo como Jesús, tiene la fuerza suficiente para estar seguro de sí. No aspira a la felicidad, con la serenidad le basta, no lejos de la confusión y del consentimiento. Pasiones como el teatro o el humor barnizan a su juicio esa otra comedia del alma que no sabe lo que quiere, y que vive, sin embargo, preocupada en conseguirlo, provocando forzosamente una sonrisa, aunque sea triste. Próximo a cumplir medio siglo de vida, carecer de emociones como un robot desactivador, significó su mayor deseo en años pretéritos de su existencia, convirtiendo un peligro real en el comienzo disfrazado del más puro misticismo sin el cual, su personalidad no podría explicarse en la actualidad. Poeta asombrosamente fecundo y libre que • enclave sin haberlo pisado anteriormente, aventurar hechos futuros o disociar mente y realidad, son las señas de identidad de un ser tocado con una varita mágica y puesto a nuestra disposición en humanísima figura que, si bien piensa que tal vez nuestro mundo no tenga arreglo, conserva intacta la esperanza de adecentarlo con voluntad. Desde su profunda mirada azul, recorre sucesivamente todos los temperamentos: el pituitoso de la infancia,el sanguíneo de la juventud, más tarde el bilioso hasta llegar a mi favo- rito, el melancólico que, probablemente no abandonará ya. En los dos últimos tercetos de su maravilloso poema Una herida de sangre, dice: “Convencer a los que dicen y sienten, fluir las palabras deslizándose por las cascadas, de los sueños sinceros que nunca mienten. Aunque les cueste superar las miradas, de los que niegan a los que cuenten, que la vida es bella si de verdad solo sueñas con hadas”. Siempre he pensado que el mundo no puede estallar en trozos mientras que los hombres libres vean los arco iris, noten la lluvia en sus rostros u oigan la risa de los niños. No está de más que en la actual situación,un hombre como el elegido para vosotros se encargue de recordarlo. www.spend-in.com