El Guate Guateque Inteligente y desfasada sátira hollywoodiense FICHA TÉCNICA: Título original: The Party Nacionalidad: EEUU Año: 1968 Dirección: Blake Edwards Guión: Blake Edwards, Tom Waldman, Frank Waldman (basado en una historia de Blake Edwards) Producción: Blake Edwards Dirección de Fotografía:Lucien Ballard Montaje: Ralph E. Winters Música: Henry Mancini Reparto: Peter Sellers (Hrundi V. Bakshi), Claudine Longet (Michele Monet), Marge Champion (Rosalind Dunphy), Sharron Kimberly (Princesa Helena), Denny Miller (Wyoming Bill Kelso), Gavin Macleod (C.S. Divot), Buddy Lester (Davey Kane), Corinne Cole (Janice Kane), J. Edward McKinley (Fred Clutterbuck, Jefe del Estudio), Fay McKenzie (Alice Clutterbuck), Kathe Green (Molly Clutterbuck) Duración: 98 min. (Color) Estudio: United Artists SINOPSIS: Hrundi V. Bakshi es un patoso actor de origen hindú que se encuentra rodando una película en el desierto. Sus continuas meteduras de pata le llevan a ser despedido del rodaje. Curiosamente recibe la invitación a una fiesta organizada por el productor de su última película. En la fiesta todos parecen felices, pero Hrundi no conoce a nadie y ante tanta sofisticación social, empezarán a sucederse curiosas situaciones. HOJA INFORMATIVA Nº 97 Noviembre 2005 COMENTARIOS: Muy pocos actores han hecho reír sin moverse. Peter Sellers cruzó esa frontera con su aparición en esta película, lo que nos hace pensar si los gags responden a un juego y un tempo milimétricamente calculados o si, realmente, son producto de la improvisación de un actor en estado de gracia. Porque las pantomimas de Sellers no han hecho reír siempre. Su gracia no es completamente natural. En Doctor Strangelove o en la serie de la Pantera Rosa –que Blake Edwards interrumpió para rodar esta película– su talento para arrancar carcajadas no se pone en duda, pero en otras producciones como Casino Royale apenas hace gracia. Si pensamos en Chaplin o en Jerry Lewis o en Woody Allen, podemos aceptar que hay y hubo cómicos cuya sola presencia despierta la risa o al menos la sonrisa, pero en Sellers eso nunca fue cierto hasta que protagonizó cada segundo de esta inteligente y desfasada sátira hollywoodense, llevando hasta el paroxismo la mentalidad anárquica y naíf que gobernó culturalmente los años sesenta. Cuando comprobamos las grandes consecuencias que puede deparar un simple gesto del actor indio Hrundi V. Bakshi (Peter Sellers), ya estamos preparados para lo peor. O lo mejor. Su nombre se ha colado en la selecta lista de invitados de una fiesta en la casa de un gran jefazo de Hollywood. Él es un figurante que ha desbaratado la última producción del jefazo (una hilarante parodia/tributo al famoso título de aventuras Gunga Din de George Stevens), pero no duda ni un momento que la invitación está más que justificada. Portando su inocencia de auténtico outsider, de esa que llevan dentro los que caminan por la vida como si caminaran por un limbo de felicidad ininterrumpida –posible sólo desde la absoluta imbecilidad–, este extra que es imbécil pero entrañable asiste a la fiesta en su Morgan de tres ruedas engalanado en su traje de domingo, sus calcetines rojos y su sempiterna sonrisa de reluciente dentadura. La música de Henry Mancini no desentona con el agradable, ecléctico ambiente del guateque (título español sólo justificable por la época en que se estrenó), el pequeño estanque donde nuestra torpe criatura comete su primera gansada tampoco parece fuera de lugar en ese chalet de diseño avant-garde. Ni el loro encerrado en su jaula gigante o el cuadro operativo de tecnología punta. El único elemento fuera de su hábitat es Bakshi, que irrumpe en el paraíso como un elefante en una cacharrería. Su destino es ponerlo todo patas arriba. El En El Guateque, a pesar de su suave y plácida ironía, hay mucha más mala leche de la que aparenta. Es un rechazo categórico al conformismo, la frivolidad, la beautiful people, el poder y lo in. A la decencia de escaparate, la celebridad oportunista y lo políticamente correcto. Blake Edwards provoca en nuestro subconsciente el abandono de la sensatez y las buenas formas y la simpatía por la imbecilidad; nos conduce suavemente, entre sonrisa y carcajada, del orden establecido al caos dominante, de la reconfortante y aburrida realidad a la etérea plenitud festiva. El espectador es otro invitado de lujo a la celebración, que se cuela en las estancias de un pez gordo de Hollywood y asiste a su delicioso descalabro, con baño colectivo de espuma y elefante incluidos. El propio Hollywood y sus grandes estudios se descalabraban por entonces, acaso sin saber que las bofetadas también provenían de alguien a quien ellos invitaron por error. El Guateque pone en escena ese impredecible cambio de aires, la defunción de la seriedad, la dolce vita en éxtasis. Nos enseña cómo con delicadeza y amabilidad se puede sabotear una agradable velada VIP y encima ligar con la francesa. LOS PONENTES: FRANCISCO SANTANA SANTOS Y GREGORIO FIGUERAS MARTÍN (PIEDRA PÓMEZ) PROFESORES Y HUMORISTAS. Francisco Santana Santos nació en 1954 y Gregorio Figueras Martín en 1951, ambos en Las Palmas de Gran Canaria. Francisco Santana, Catedrático de Bachillerato en la Asignatura de Griego, fue el creador de Piedra Pómez, como programa nocturno en Radio Guiniguada, allá por el año 1985. Por su parte, Gregorio Figueras, Profesor Agregado de Bachillerato de Geografía e Historia, se unió a Piedra Pómez en el año 1986. Desde que se conocieron, allá por el año 1972, en el Colegio Mayor San Fernando, (La Laguna, Tenerife), desarrollaron múltiples personajes que ya nunca les abandonarían y que tantas horas de risa nos han proporcionado: Fefa, Siony, Vanesa, etc. Se ríen mucho de sí, pero también de fa, de sol y de re (Piedra Pómez dixit).