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La Historiografía Latina
LA HISTORIOGRAFIA
1. - PRECEDENTES:
1.1. DOCUMENTOS PUBLICOS:
-Los Tratados con los reyes de los pueblos vecinos. Se trata de
documentos jurídicos y religiosos sobre todo.
-Las
Actas
de
los
Magistrados,
donde
se
registran
los
acontecimientos más importantes relacionados con las funciones de
los magistrados. Destacan los Annales Maximi, donde se incluyen
año tras año los sucesos más dignos de recordarse, así como el
calendario anual, fiestas, etc.
1.2. DOCUMENTOS
PRIVADOS:
Eran
archivos
documentales
familiares que forman una especia de “historia de las familias”.
-Laudationes funebres o discursos en alabanza de un difunto escritos
para honrar su memoria.
-Tituli imaginum o inscripciones grabadas debajo de los retratos del
difunto donde constan nombre, hazañas, cargos desempeñados.
El nacimiento de la historiografía romana vendrá de la mano de los Analistas,
los cuales pretenden contar la historia de Roma año por año, llevados por el
nacionalismo que trae consigo el nacimiento de un imperio y servirían de propaganda
política y afirmación patriótica. Estos analistas, entre los que destacamos a FABIO
PICTOR, utilizan como lengua el griego, quizá porque el latín no estaba totalmente
asentado.
El más importante va a ser CATON (234-149 a. C.) con su obra Origines, en 7
libros, ya escrita en latín y que abarca la historia no de Roma, sino de toda Italia; no es
una crónica de sucesos sino una aproximación crítica a las causas que lo han motivado.
2. - LA HISTORIOGRAFIA DE EPOCA REPUBLICANA:
JULIO CESAR (100-44 a. C.)
Nacido en Roma tuvo una carrera política y militar deslumbrante; recorrió todas
las magistraturas, alcanzando la máxima formando parte de un triunvirato junto a
Pompeyo y Craso. Conquistó las Galias, fue protagonista de una Guerra Civil frente a
Pompeyo, contra quien se levantó en armas, asumiendo todos los poderes hasta su
asesinato en los idus de marzo del año 44. Fue considerado el mejor general en la
historia militar de todos los tiempos.
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La Historiografía Latina
Su obra literaria comprende varios géneros: poesía, teatro, un tratado sobre
lingüística, pero su fama viene dada por su producción historiográfica: La Guerra de las
Galias y La Guerra Civil.
De bello gallico constaba de 7 libros que narraban sus campañas entre los años
58 a 52 a. C., que terminaron con la conquista y dominio de toda la Galia. Un octavo
libro se atribuye a uno de sus lugartenientes, Hircio.
De bello civile, en 3 libros, narraba el enfrentamiento en distintos frentes entre
Cesar y Pompeyo.
La obra de Cesar no puede considerarse historia propiamente dicha, son
comentarios, un subgénero histórico que tiene sus propias reglas: narrar los
acontecimientos siguiendo la estructura analística, es decir, año tras año.
La finalidad propagandística a favor de su actuación política es evidente hoy en
día, sin embargo, durante mucho tiempo engañó a los lectores y críticos, pues se llegó
incluso a decir que era un ejemplo de objetividad histórica. No obstante, Cesar reelabora
sus fuentes para justificar su posición. Estas fuentes son materiales de primera mano:
sus notas de campaña, los informes de sus lugartenientes, los informes del Senado, etc.
Para aparentar objetividad utiliza la narración en tercera persona como recurso
estilístico; sin embargo, esta falta de veracidad no enturbia la calidad de su obra. La
pureza de su lenguaje y su esmerada sintaxis hacen de la prosa de Cesar un ejemplo de
clasicismo estilístico.
SALUSTIO (87 –35 a. C.).
Amigo de Cesar, ocupa como cargo más destacable el de gobernador de la
provincia de África. Tras la muerte del dictador, se dedica a escribir obras históricas, de
entre las que destacan:
-Historiae. Escrita en 5 libros, de los que sólo nos quedan fragmentos. Eran más
bien una crónica de la decadencia moral de su tiempo.
-Dos monografías:
-Conjuración de Catilina. Narra la tentativa de Catilina de hacerse con el
poder, detallando todo el proceso, desde la descripción de la juventud de este personaje
(degenerado y sin ningún escrúpulo), pasando por su conjura y su muerte en la batalla.
-Guerra de Yugurta cuenta la guerra entre el rey de Numidia (Yugurta) y
los romanos, así como la derrota de aquel.
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La Historiografía Latina
Es el primer gran historiador latino, el creador de la historia como género
literario en Roma. Cesar había sido un gran historiador militar. Pero Salustio será en la
historiografía latina el primer gran historiador político. Es también un moralista. En los
prefacios de sus monografías reflexiona sobre la brevedad de la vida humana, la
superioridad del espíritu sobre el cuerpo y de las actividades de aquel sobre las de éste,
la corrupción de las costumbres, etc.
Tiene un sentido dramático de la historia, por eso elige personajes y situaciones
conflictivas. Según sus palabras eligió “Catilina por lo inaudito de su maldad de los
peligros que trajo consigo”; y la guerra de Yugurta “en atención a su magnitud,
encarnizamiento y variedad de éxitos”.
La caracterización de los personajes se logra mediante los retratos que el autor
dibuja y los discursos que pone en boca de dichos personajes; también son
características las digresiones, como la descripción de la geografía de África.
El estilo de Salustio supone una reacción contra los modelos imperantes en su
tiempo, especialmente la prosa ciceroniana. Destaca por la variedad en el léxico,
mezclando arcaísmos y términos vulgares. Omite los nexos lógicos, llevado por su ideal
de concisión en la narración. Utiliza a menudo la variatio, procedimiento estilístico por
el que se narran de manera distinta dos estructuras paralelas. La construcción asimétrica
de sus frases será criticada por sus contemporáneos, pero servirá de modelo a Tácito.
3.LA HISTORIOGRAFIA DE EPOCA IMPERIAL
Con Salustio se cierra la historiografía de la época republicana. Enseguida sube
al poder, tras la muerte de Cesar, Augusto, que va a inaugurar en Roma la época
imperial. Su reinado posee caracterísitcas especiales: en él se alcanza la paz interior y el
poderío universal. Augusto traza un programa a la vez político, religioso y moral que
tiene como meta la restauración de las virtudes primitivas, la del romano campesino,
austero y religioso. Los hombres de letras que rodean a su “ministro” Mecenas
(Virigilio, Horacio, Propercio,...) sintonizan, como hemos dicho, con estos ideales y le
ayudan a implantarlos y propagarlos. Lo mismo hace el más grande de los prosistas
contemporáneos, el historiador Tito Livio, que escribirá su historia de Roma con fervor
y la conciencia clara de que está contribuyendo a divulgar las grandezas de los
antepasados y a insuflar en sus conciudadanos el amor a la ciudad dominadora del
mundo y el orgullo de ser y sentirse romano.
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La Historiografía Latina
TITO LIVIO (59 a. C. – 17 d.C.)
Rehuyó los cargos públicos en aras de su irrefrenable y única vocación de
historiador, marchó a Roma desde Padua, donde nació, para dedicarse de lleno a escribir
la inmensa historia de Roma que había concebido.
Su historia de Roma, tal como la dejó el autor al morir, constaba de 142 libros y
abarcaba desde los orígenes de Roma (de ahí su título Ab urbe condita = “desde la
fundación de Roma”) hasta la muerte de Druso (año 9 a. C.). Dada la enorme extensión
de su obra, pronto comenzaron a hacerse para uso escolar y de divulgación compendios
que sustituyeron a la obra original, difícil de adquirir y manejar y por ello destinada a
perderse en la Edad Media.
En el prefacio de la obra expone Tito Livio los motivos que le han impulsado a
acometer tan gran empresa: “Será para mí una satisfacción haber contribuido a evocar
los hechos gloriosos del pueblo que está a la cabeza de todos los del universo”. Afirma
que “jamás hubo una nación más grande, más pura, más rica en buenos ejemplos, ni
ciudad a la que tardaran más en llegar la ambición y el lujo y que conservara más
tiempo el culto a la austeridad y a la economía”; pero luego las riquezas y la ambición la
corrompieron y es preciso estudiar su historia para imitar lo bueno y rechazar lo malo,
causa de la decadencia actual.
Como puede observarse, Tito Livio coincide con Salustio en el sentido
“ejemplarizante y moralista” de la historia y tiene, además, una característica propia, la
exaltación de Roma por encima de todo. Sus motivos íntimos y las virtudes que quiere
que su obra infunda en sus conciudadanos son el amor a la patria, el respeto a las
costumbres de los ancianos, la concordia civil y la religiosidad profunda, todo lo cual
coincide punto por punto con el programa restaurador de Augusto, que Tito Livio
comparte con entusiasmo.
El método histórico deja mucho que desear, como en general el de todos los
historiadores antiguos, para los que la historia era un género literario, no una obra
científica; de ahí la aberración, desde el punto de vista de la historia científica moderna,
de poner en boca de los personajes “discursos inventados”, literariamente excelentes,
aún teniendo a mano los que verdaderamente pronunciaron dichos personajes. Ello hace
que su fiabilidad sea a menudo escasa.
El estilo de Tito Livio es el reverso del de Salustio, con períodos largos, amplios
y cadenciosos, afines a la prosa ciceroniana. Por el color poético de su prosa se le ha
llamado “el poeta de la historia”.
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La Historiografía Latina
4. HISTORIADORES DEL SIGLO I d. C.
En la época imperial la historia no deja de ser cultivada, pero está afectada de
un mal contrario a su esencia: la imparcialidad. Los historiadores de los primeros
tiempos del Imperio se dividen en dos bandos: los aduladores del poder y los detractores
del régimen. Unos y otros alteran la verdad en sentidos opuestos.
TACITO (55 –120 d. C.)
Es el gran historiador de la época de los Flavios. De noble familia recorrió todos
los grados del cursus honorum. En su juventud frecuentó las escuelas de retórica y
parece que pudo ser discípulo de Quintiliano. Destacó como orador y fruto de su interés
por la retórica es su primera obra literaria El diálogo de los oradores.
En el año 98, el primero del principado de Trajano, se publican las primeras
obras historiográficas de Tácito, sus monografías Agricola y Germania. Agricola es una
biografía de su suegro y Tácito aprovecha para exponer su propio programa, cómo,
después de quince años de horrores bajo el imperio de Domiciano, ahora reina la
felicidad. Agrícola había sido un prestigioso militar que había conseguido dominar a los
británicos. Tácito contrapone a britanos y romanos y los hace representantes de, por un
lado, la barbarie, que él identifica con la libertad, y, por otro lado, la civilización, con
sus corrupciones y servidumbres.
Germania continúa en esta línea; hace un estudio etnográfico del pueblo
germano, sus costumbres, creencias, confrontando otra vez la felicidad de los bárbaros y
los convencionalismos de la civilización.
Estas dos obras sirvieron a Tácito de preparación para sus dos grandes obra
históricas. Historiae constaban de 14 libros y narraban el período comprendido entre los
años 69-96, esto es, los reinados de Galba, Otón, Vitelio, Vespasiano, Tito y
Domiciano. De esta obra sólo nos quedan los 4 primeros libros. Annales, en 16 libros,
narraban el período anterior, es decir, desde Augusto a Nerón; sólo quedan los libros IIV y XI-XVI.
Para Tácito la historia es una obra de justicia y enseñanza; critica duramente los
excesos del régimen imperial y trata de salvar del olvido las virtudes. También
considera a la obra histórica una obra de arte, pero ante todo la historia debe tener
carácter científico: debe explicar las causas y las consecuencias de los hechos históricos.
Este exige al historiador contrastar todas las fuentes de información posibles y acercarse
a ellas con imparcialidad, sine ira et studio; Tácito consulta con celo los archivos
imperiales, las actas del Senado. Las obras históricas de sus predecesores, los
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La Historiografía Latina
testimonios directos de personas que vivieron los hechos... Su espíritu crítico no acepta
cualquier fuente sin contrastarla con otras y sólo acepta la versión más verosímil.
Toda la obra histórica de Tácito está recorrida por un profundo pesimismo, por
un tono trágico que contrasta fuertemente con el tono épico de Tito Livio, pues Tácito
contempla la desintegración de una época por la torpeza de sus gobernantes, y, aunque
ya no cree posible la vuelta a la república, desea que el principado permita al menos un
resquicio de libertad.
La prosa de Tácito es vigorosa y pasional. Influido por el estilo de Salustio,
gusta de la asimetría en la construcción de las frases y del empleo de la variatio.
Tácito gozó de un enorme éxito en la Antigüedad, después fue redescubierto en
el Renacimiento y empezó a ser considerado una de las figuras capitales de la literatura
latina.
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