Ensayo 14 – Recomendaciones para cuando necesites aclarar tu

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Ensayo 14 – Recomendaciones para cuando necesites
aclarar tu cabeza
Fran
Te he torturado toda la vida con frases hechas. Cada vez que te
pasaba algo siempre tenía a disposición una frase corta que explicaba
la situación y la ubicaba dentro de lo esperable o normal. No era que
lo tuviera planeado ni que me pasara todo el día diciendo refranes,
pero ciertas situaciones me traían a la cabeza algo de lo que me
habían dicho a mí cuando era chico. Ya sé que muchas veces no
entendías que quería decir y que te volvía a repetir cuando pasaba
algo parecido. Creo que con el transcurso del tiempo y la cantidad y
diversidad de cosas que vivíamos y superábamos fuiste
comprendiendo estos dichos. Fuiste entendiendo también muchos de
mis silencios, mi aversión a los lamentos y las quejas y la constante
insistencia para que tomes como normal ciertos hechos o actitudes
que yo nunca había vivido y sobre los que generalmente no tenía la
más pálida idea de qué decir ni hacer. Fuiste entendiendo mi
búsqueda por la menor cantidad de palabras posible que explicaran lo
inexplicable. Fuiste entendiendo que no era perfecto y que, más allá
de que siempre tenía a mano alguna respuesta para darte, era
imposible que las tuviera todas. Ahora nos reímos juntos porque sos
vos el que recurrís a una de estas frases cuando algo pasa, sin
necesidad de tener que buscar o dar mayores explicaciones.
Aquí junté y subrayé algunas de estas recomendaciones o
sugerencias y el refrán o dicho que las resumía. Quizá no todas
coincidan exactamente con lo que dice un diccionario de refranes o
dichos y puedan ser contradictorias entre sí, pero este es el sentido
con las que yo las utilicé. Las dejo para que las tengas a disposición
en el momento en que no te sientas muy bien o cuando quieras
ayudar a alguien. Por favor, compartilas con tus hermanas.
Papá
Confía. En la gente, en tu amigos, en la Iglesia. Pero forma tu propia
opinión sobre las cosas.
No creas en todo lo que te digan.
No te desesperes si las cosas no salen todo lo bien que quieres.
La perfección no existe.
Lo perfecto es enemigo de lo posible.
El que hace se equivoca.
La vida no es fácil. Todo cuesta. A todos. Anímate. Sé positivo. Piensa
en el futuro. Sé constante. Adelántate. Sé previsor. Sigue los temas.
No abandones.
Persevera y triunfarás.
Lo bueno está por venir.
A mal tiempo, buena cara.
El que no llora no mama.
Todo llega.
Al que madruga Dios lo ayuda.
El futuro es difícil de preveer.
No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.
Empieza por lo más accesible. Valóralo.
Más vale pájaro en mano que cien volando.
Cuando necesites algo, acepta con gusto y valora lo que te ofrecen,
por más sencillo que sea.
Cuando hay hambre no hay pan duro.
A caballo regalado no se le miran los dientes.
Todo sirve para aprender, aun los errores.
No hay mal que por bien no venga.
No te desesperes por tener lo que crees ver en otros.
No todo lo que brilla es oro.
Mucho, grande o más largo no siempre es sinónimo de mejor.
Lo bueno viene en envase chico.
Lo bueno, si es breve, dos veces bueno.
Mide tus fuerzas. No quieras hacer más de lo que razonablemente
puedas. Estima las consecuencias de tus decisiones. Estima las
consecuencias de lo que quieres alcanzar. Un amigo, una pareja, un
auto, una casa, un trabajo extra, un perro. Muchas veces verás que
es más difícil administrar los logros que alcanzarlos.
El que mucho abarca, poco aprieta
No te apures. No siempre es bueno saltar pasos o etapas.
Primero lo primero.
Vamos por partes.
No por mucho madrugar amanece más temprano.
No apures a los demás. La fruta necesita madurar. Las personas
también.
Todo tiene su tiempo.
Dale tiempo al tiempo.
No te desesperes ante un fracaso.
Todo vuelve.
La vida te da revancha.
Siempre que llovió, paró.
Lo que no mata, fortalece.
La vida es larga.
Respeta la autoridad. No quieras siempre dirigir la batuta.
Donde manda capitán no manda marinero.
No te desesperes por hablar.
A veces un silencio vale más que mil palabras.
El pez por la boca muere.
A buen entendedor pocas palabras.
Lo bueno, si es breve, dos veces bueno.
En boca cerrada no entran moscas.
“No digas nada, no preguntes nada. Cuando quieras hablar quédate
mudo, que un silencio sin fin será tu escudo, y al mismo tiempo, tu
perfecta espada” (Recuerdo de la primaria)
No interrogues a la gente. Respeta su intimidad y privacidad. Confía.
Menos averigua Dios y perdona.
Cuando creas que hablaste de más, no agregues más palabras. A lo
sumo pide perdón.
Mejor no aclares que oscurece.
HACER,
según
los
casos,
significa
pensar/hablar/decir/contar/dialogar, tomar una decisión o realizar
otro tipo de acción. A veces podrás hablar/dialogar antes de pasar a
otro hacer. Otras veces no podrás. No hay una regla fija. Tu
formación, sentido común, experiencia e inteligencia te enseñarán a
saber cuándo. Pero ANTES de hablar/dialogar o realizar otra acción,
PIENSA lo que vas a decir o hacer y sus CONSECUENCIAS. Salvo
casos excepcionales, casi SIEMPRE la vida te da un minuto para
hacerlo. Porque muchas veces:
El remedio es peor que la enfermedad.
Hombre prevenido vale por dos.
Más vale prevenir que curar.
Procura hablar/dialogar antes de otro tipo de acción. En general:
Hablando la gente se entiende.
Uno puede PENSAR porque le gusta o le hace bien (reflexión), o
porque tiene que tomar una decisión. NO LAS CONFUNDAS. Ambas
requieren su tiempo, pero la decisión generalmente viene atada a una
situación que trae predeterminado su propio tiempo. Si este no se
respeta, el PENSAR ya no cumple su objetivo, y termina en
frustración.
El tiempo es tirano.
El HACER puede ser algo simple o complejo. Es complejo cuando
forma parte de una situación/decisión, porque todas las
situaciones/decisiones son complejas, involucran a otros y generan
distintos tipos de consecuencias. El hacer complejo consiste en varias
cosas a la vez: pensar, creer, querer, analizar medios y alternativas,
preveer consecuencias, decidir, llamar, hablar, acordar, comprar,
vender, estudiar, pagar, tomar un crédito, cargar nafta, ir al
supermercado, cumplir los compromisos asumidos, ser amable,
ordenar y ser ordenado, sonreir, consolar, respetar, ser puntual,
escuchar, hacerse cargo de la decisión. Pensar puede ser un hacer,
pero si no lo concretas en una acción (que supere el simple decir) ese
pensar muere dentro tuyo y te puede confundir. Pensar mucho, creer
mucho, querer mucho y decir mucho sin exteriorizar o concretar en
hechos esos pensamientos, creencias, amor o dichos te puede llevar
a creer que tienes y desarrollas una actividad cuando no la tienes, a
creer que eres lo que crees ser cuando ello no es lo que surge de tus
acciones, a creer que has construido y mantienes una relación
amorosa o de amistad cuando solo existe rutina o conveniencia, o a
creer que ya has hecho lo que has dicho miles de veces que debías
hacer cuando en realidad no te has movido de la silla. No confundas
el pensar, el creer, el querer y el decir con el HACER, se trate de
relaciones humanas (amor, amistad), politica o religión. Es condición
necesaria pero no suficiente.
¿Qué crées, que esto es soplar y hacer botellas?
No hay peor gestión que la que no se hace.
No lo digas, házlo.
El amor se construye.
Analiza integralmente todo proyecto que quieras encarar. Aun el más
lindo tiene su costo. Estudia los recursos que el proyecto necesita.
Pros y contras. Es TU proyecto y TU tienes que hacerte cargo de sus
costos y consecuencias. Parte de la base que te encuentras solo
frente al mundo y que tendrás que hacerte cargo de todo lo que el
proyecto implique, cosas que deberás hacer para sostenerlo, cosas
que deberás dejar. No presumas que otros te proveerán de estos
recursos, ni te creas con derecho a recibirlos de otro, ni siquiera de
mí, por el motivo que sea. La ayuda externa no depende de ti, así
que no la tengas en cuenta en tu análisis. Si alguien te ofrece ayuda,
sé realista y estate muy seguro que se concrete y que no se trate de
puro voluntarismo del otro. Porque si tu proyecto depende de esta
ayuda y esta no se concreta, tú serás el que deberá hacerse cargo de
las consecuencias. Si evaluadas razonablemente estas cosas estás
dispuesto a asumir esos costos, adelante. No tomes decisiones sin
preveer sus consecuencias. Si no tienes en cuenta esto, ante
cualquier problema terminarás equivocadamente hechándole la culpa
a otro. Algunos, también equivocadamente, se solidarizarán contigo y
te consolarán. Yo, en cambio, te diré lo que dice Chiche:
A llorar a la Iglesia.
Los contratos están para cumplirlos.
La palabra es sagrada.
Mal de muchos, consuelo de tontos.
Tomando estos recaudos, no te desesperes ante consecuencias
imprevisibles de tus acciones, ni por consecuencias que pudieras
haber previsto y no lo hiciste.
Nadie es perfecto.
Cuida de tus compañías.
Dime con quien andas y te diré quien eres.
No te dejes asustar por los que hablan mucho o en voz alta.
Perro que ladra no muerde.
Desconfía de los grandes anuncios, promesas, festejos y regalos.
Mucho ruido y pocas nueces.
Cuando la limosna es grande hasta el santo desconfía.
En todo lo que quieras hacer, en todo lo que te pase, prioriza la
habilidad, destreza y tranquilidad por sobre la fuerza y la violencia.
Si te agreden no te enojes, responde con altura. Vas a obtener
mejores resultados.
Mas vale maña que fuerza.
El que se enoja pierde.
A palabras necias oídos sordos.
Trata de no opinar sobre lo que no conoces, no criticar aquello de lo
que sólo has oído hablar en la televisión o los diarios. Antes infórmate
bien, sé prudente. Busca siempre la fuente. Pero que la prudencia o
las dificultades pasajeras o permanentes no te anulen. Busca. Lee.
Fórmate. Como puedas. Ya conoces el modelo de la escuela de
siempre y lo hemos discutido infinidad de veces. Anímate a leer “El
maestro ignorante” de Rancière e interprétalo. Puedo darte mi
interpretación, pero, como dice el libro, no te quedes únicamente con
ella ni con las explicaciones que dan los maestros explicadores, que
suelen (solemos) construir conjuntos de razonamientos para explicar
los conjuntos de razonamientos construídos por los autores de los
libros que te han mandado leer, curiosamente nunca suficientes para
que comprendas por ti mismo. Fórmate, busca, lee, esfuérzate por
comprender por ti mismo, no creas que siempre se necesita una
explicación oral o visual que explique la explicación escrita, no creas
que las explicaciones orales o visuales -que se disipan en el instanteson más claras y se imprimen mejor en tu mente que cuando se
encuentran en un libro. Sé consciente de que tienes la inteligencia
necesaria para comprender, igual que todos los demás. La instrucción
formal tradicional que quizá no puedas recibir no constituye una
garantía en si misma: así como puede estar orientada a ayudarte a
reconocer capacidades que ignoras tener y a desarrollarlas –
emanciparte- también puede estar orientada (a sabiendas o nó) a
producir lo contrario, a confirmar una incapacidad en el acto mismo
que pretende reducirla, a embrutecer. Esto no es una cuestión de
método o de formas particulares de enseñanza y aprendizaje, es un
asunto filosófico y político. El sistema educativo puede tener por
presupuesto una desigualdad que reducir o una igualdad que
verificar. Nosotros no tenemos tiempo que perder: vamos a tratar de
verificar, reconocer y explotar tus capacidades. Con prudencia y
moderación. Con más o menos maestros, pero dentro de algún
sistema. Descartando la anarquía. Si tú quieres. Conversémoslo.
Zapatero a tus zapatos.
Disfruta la vida. Mantente activo. Trata de hacer el bien. Agradece.
Sonríe. No le tengas miedo a la muerte.
La vida es corta.
Estamos de paso.
Justo a mí me lo dice.
Mauricio Devoto
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