ej. hip. inhab (NO)

Anuncio
REGISTRADO BAJO EL Nº
237
Fº
Nº 132.385. Juz. 10, Sec. 10.
///en la ciudad de Mar del Plata, a los 21 días del mes de
abril
del
año
dos
mil
cinco,
se
reúne
la
Cámara
de
Apelaciones en lo Civil y Comercial, Sala Segunda, en acuerdo
ordinario, a efectos de dictar sentencia en autos: "FERNANDEZ
RAUL
JOSE
c/
MOGNETTI
ATILIO
FERRUCCIO
s/
EJECUCION
HIPOTECARIA": habiéndose practicado oportunamente el sorteo
prescripto
por
los
arts.
168
de
la
Constitución
de
la
Provincia y 263 del Código Procesal, resultó que la votación
debía ser en el orden siguiente: Dres. Nélida I. Zampini,
Rafael F. Oteriño y José Manuel Cazeaux.
El Tribunal resolvió plantear y votar las siguientes.
C U E S T I O N E S
1a) ¿Es justa la sentencia de fs. 127/131?.
2a) ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?.
A LA PRIMERA CUESTION PLANTEADA LA SRA. JUEZ DRA. ZAMPINI
DIJO:
I)
Dicta
sentencia
el
Sr.
Juez
de
Primera
Instancia
rechazando la excepción de inhabilidad de título, por cuanto
no es de las defensas admitidas en este tipo de procesos y,
aun
admitiéndola,
en
tanto
el
título
no
presenta
vicios
externos. A su turno, declara la inconstitucionalidad del
régimen de pesificación, sin perjuicio de las acciones que el
deudor pueda articular en pro de un reajuste por imprevisión.
Finalmente
capital
manda
reclamado
llevar
de
$
adelante
8.000.-,
la
más
ejecución
la
por
el
actualización
correspondiente, y de u$s 60.000.-, o su equivalente en pesos
según la cotización del Banco de la Nación Argentina al día
anterior a la fecha de pago, más intereses, gastos y costas.
En
cuanto
a
los
intereses
dispone
que
al
capital
resultante en pesos, a partir de la fecha de mora y hasta su
efectivo pago, y al capital en dólares, únicamente hasta el
5/1/02, se le aplicará la tasa de interés pactada con el tope
del
18
%
anual,
por
todo
concepto,
y
por
los
períodos
posteriores al 6/1/02, con el tope del 4 % anual, también por
todo concepto.
Dicho pronunciamiento es apelado por el demandado quien
se agravia en primer término del rechazo de la excepción de
inhabilidad de título insistiendo en que resulta viable en la
presente ejecución, máxime cuando no existe constancia de lo
que realmente se adeuda. A lo que agrega que tampoco existe
forma de saber cómo está compuesta cada cuota y cuál es el
sistema de amortización de capital.
En
segundo
lugar,
se
inconstitucionalidad
de
consiguiente
en
condena
queja
la
de
la
declaración
"pesificación"
dólares,
cuando
su
y
de
parte
de
la
no
se
encontraba en mora al momento de la sanción de la normativa
en cuestión.
Asimismo,
defiende
solicitando, a
la
validez
todo evento, un
constitucional
de
ésta,
reajuste equitativo de la
obligación. Sobre esto último, señala que carece de utilidad
la promoción de un incidente de reajuste, a fin de obtener el
reconocimiento del derecho a la recomposición, cuando el bien
ya
se ha realizado en subasta, más si se tiene en cuenta que
este tipo de procedimiento no admite la suspensión de la
sentencia de remate.
El memorial es contestado a fs. 148/160.
II) CONSIDERACION DE LOS AGRAVIOS PLANTEADOS.
-PRIMERO:
RECHAZO
DE
LA
EXCEPCION
DE
INHABILIDAD
DE
TITULO.
En
oportunidad
de
deducir
la
defensa
en
análisis
el
ejecutado centra su fundamentación en que en el mutuo no se
ha determinado la tasa de interés compensatorio, por lo que
no puede saberse cómo está compuesta cada cuota, es decir
cuánto corresponde a capital y cuánto a intereses.
Citan -en apoyo de su postura- jurisprudencia en la que
se ha admitido la inhabilidad de título en casos en que en el
contrato de mutuo con garantía hipotecaria se estipulaba el
llamado sistema francés sin precisar la composición de la
cuota y, debido a dicha omisión y ante el incumplimiento de
la obligación y el reclamo de un cierto número de cuotas sin
discriminación
alguna,
no
podía
ya
establecerse
el
monto
líquido adeudado en concepto de capital e intereses.
Adelanto que no le asiste razón.
Liminarmente,
cabe
recordar
que
en
las
ejecuciones
hipotecarias puede considerarse excepcionalmente la defensa
de inhabilidad de título cuando mediante ella se pone de
manifiesto la falta de alguno de los presupuestos básicos del
proceso de ejecución, como son la vinculación jurídica de las
partes y la exigibilidad de la deuda (doct. art. 595 del CPC;
jurisp. esta Cámara, Sala I, causas 118.108,
23/4/2002;
125.699,
RSD-426
del
21/10/2003;
RSD-104 del
CC0201
LP,
B
87.432, RSD-24 del 26/2/1998; CC0101 LP 232247, RSD-307 del
10/12/1998; Morello y otros, "Códigos...", t. VI-C, p. 398).
Ahora bien, cierto es que la hipoteca es un derecho real
que se constituye en seguridad de un crédito de dinero; que
es un derecho accesorio de una
obligación principal cuyo
cumplimiento
cuando
garantiza,
y
que
se
promueve
una
ejecución hipotecaria es necesario presentar un título de
donde surjan la existencia de esos dos derechos: el derecho
personal de crédito y el derecho real accesorio de hipoteca
(Highton,
Elena
I.,
"Juicio
Hipotecario",
ed.
Hammurabi,
1996, pág. 57 y sgts. y jurisp. allí cit.).
En el presente caso se ha acompañado al inicio de la
acción
la
escritura
hipotecaria
de
fs.
7/13,
de
la
que
resulta la obligación principal por la que se constituyó el
gravamen: es el préstamo de la suma de u$s 90.000.- que el
demandado se comprometió a devolver en 6 cuotas de las cuales
cinco serían anuales, iguales y consecutivas de u$s 20.000.-,
y la última de u$s 21.500.- (arts. 3133, 3131 inc.3, 3132, C.
Civil).
Es decir, se identifican claramente los sujetos activo y
pasivo, consiste en una obligación de dar suma de dinero
líquida, y resulta exigible por la caída de plazos pactada
ante su incumplimiento, resultando así -tal como anticipara
el Juez de primera instancia-, plenamente hábil como título
ejecutivo (art. 518 del C.P.C.).
En
otras
palabras,
ateniéndome
a
la
letra
del
mutuo
hipotecario, entiendo que, estableciéndose claramente en el
contrato la suma dada en préstamo y el número y monto de
cuotas en que debía ser oblada, se encuentran cumplidos los
requisitos
respecto
del
principio
de
especialidad
que
consagra expresamente el Código Civil a través de su art.
3109.
El hecho de que en el mutuo no se determine la tasa de
interés compensatorio convenida, no torna inhábil al título,
ni siquiera parcialmente, toda vez que ésta puede obtenerse
mediante simples operaciones matemáticas.
Asimismo, la jurisprudencia citada y antes referida no
resulta
de
aplicación
al
caso,
por
cuanto
-reitero-
se
refiere a aquéllos supuestos en los que se ha admitido la
inhabilidad de título cuando en el contrato de mutuo con
garantía hipotecaria se estipulaba el llamado sistema francés
sin precisar la composición de la cuota y, debido a dicha
omisión
y
ante
el
incumplimiento
reclamo de un cierto número de
de
la
obligación
y
el
cuotas sin discriminación
alguna, no podía ya establecerse el monto líquido adeudado en
concepto de capital e intereses.
En síntesis, de los términos del contrato no surge la
inhabilidad pretendida por los recurrentes, la que deviene,
así, correctamente desestimada (art. 542 inc. 4, C.P.C.).
-SEGUNDO:
DECLARACION
PESIFICACION. REAJUSTE.
DE
INCONSTITUCIONALIDAD.
Me referiré al alcance y validez constitucional tanto de
los arts. 1 y 8 del Dec. 214/02 como del art. 11 de la ley
25.561, en su actual redacción dada por el art. 3 de la ley
25.820,
toda
vez
que
una
correcta
interpretación
impone
analizar las normas a la luz de todo el sistema.
Además, no puede soslayarse que el art. 11 de la ley
25.561, en su actual redacción dada por el art. 3 de la ley
25.820 no hace más que elevar a ley lo dispuesto por el art.
8 del Dec. 214/02, manteniendo incólume la cuestión principal
en torno de la cual gira el planteo de inconstitucionalidad pesificación de los créditos en dólares a la paridad 1 a 1-.
Ahora bien, dispone el art. 11 de la ley 25.561, en su
nueva redacción dada por el art. 3 de la ley 25.820, que
fuera publicada en el B.O. el 4/12/2003: "Las obligaciones de
dar
sumas
de
expresadas
dinero
en
existentes
DOLARES
al
6
de
ESTADOUNIDENSES
enero
u
de
otra
2002,
moneda
extranjera, no vinculadas al sistema financiero, cualquiera
sea su origen o naturaleza, haya o no mora del deudor, se
convertirán a razón de UN DOLAR ESTADOUNIDENSE (U$S 1) = UN
PESO ($ 1), o su equivalente en otra moneda extranjera...".
Por su parte el art. 1 del dec. 214/02 dispone: "A partir
de la fecha del presente Decreto quedan transformadas a pesos
todas las obligaciones de dar sumas de dinero, de cualquier
causa u origen -judiciales o extrajudiciales- expresadas en
dólares
estadounidenses,
existentes
a
la
sanción
u
de
otras
la
Ley
monedas
25.561
extranjeras
y
que
no
se
encontrasen ya convertidas a pesos" a lo que, el art. 8
agrega: "las obligaciones exigibles de dar sumas de dinero
expresadas
en
dólares
estadounidenses
u
otra
moneda
extranjera, no vinculadas al sistema financiero, cualquiera
sea su origen o naturaleza, se convertirán a razón de un
dólar estadounidense (U$S 1) = un peso ($ 1)...".
Es decir, a través de dichos preceptos se dispuso la
transformación a pesos de todas las obligaciones de dar sumas
de
dinero,
de
cualquier
causa
u
origen
-judiciales
o
extrajudiciales- expresada en dólares estadounidenses u otra
moneda extranjera, existentes a la sanción de la ley 25561 y
que no se encontrasen ya convertidas en pesos, previéndose
que la conversión operaría a razón de un dólar estadounidense
= un peso.
No
mediando
otra
especificación,
la
normativa
es
comprensiva, sin lugar a dudas, de la obligación que aquí se
ejecuta, toda vez que se trata de una obligación existente a
la fecha de sanción de la ley 25.561 (arts. 11 de la ley
25.561,
modif.
por
ley
25.820,
y
1
del
Dec.
214/02)
y
exigible de dar suma de dinero (art. 8 del Dec. 214/02), en
cuya
virtud
se
ha
deducido,
precisamente,
bien,
el
advenimiento
la
presente
ejecución.
Ahora
emergencia
y
sus
alcances
de
respecto
la
de
legislación
los
de
contratos
celebrados con anterioridad, ha generado un gran debate en el
ámbito doctrinario y jurisprudencial (Ciuro Caldini, Miguel
Angel "Bases para la interpretación de la ley 25.561", La Ley
Suplemento Especial Emergencia Económica, abril de 2002, pág.
22;
Nicolás,
Noemí
Lidia,
"Las
obligaciones
de
privado no vinculadas al sistema financiero,
derecho
en el nuevo
régimen de emergencia pública", La Ley, Suplemento Especial
de Emergencia Económica, abril de 2002, pág. 45; Salerno,
Marcelo Urbano; "La imprevisible alteración del contrato a
causa del fenómeno monetario", La Ley, 8/2/2002;
Trigo
Represas,
Significado
Derecho
"Deudas
actual
Privado
de
dinero
de
la
y
Comunitario,
y
distinción"
Félix A.
deudas
pub.
en
2001/2
de
valor.
Revista
de
"Obligaciones
dinerarias" pág. 9 y sgtes.; Junyent bas, Francisco;
"En
busca de la coherencia perdida - El sistema monetario y el
régimen de las obligaciones" en L.L. del 08/05/2002; véase,
asimismo, jurisp. y doct. cit. en causas 125.235, 124.628,
entre otras).
De las diversas posturas adoptadas me he inclinado por la
que propugna la validez constitucional de las normas sobre
pesificación (esta Sala, causas 125.235; 124.628; 124.032;
124.147;
121.869;
121.430;
122.298;
122.445;
113.102;
122.240;
121.273;
122.189;
114.403;
123.608;
entre
tantas
otras).
Para arribar a esa conclusión he valorado en particular:
a)
que
se
trata
de
una
legislación
de
"emergencia",
implicando ello una situación excepcional y limitada en el
tiempo
(Tomás
derecho",
cit.
Hutchinson;
por
"La
Revista
de
emergencia
Derecho
y
el
Público
estado
2002/1
de
y
"Emergencia económica", pág. 27; SCJN, fallos 243:470; JA
2959-III-472; Videla Cuello, pub. en La Ley 1991-D 518; J.A.,
1991-I-534, entre otros; Sagues, "Derecho Constitucional y
Derecho de Emergencia");
b) que los decretos reglamentarios dictados por el P.E. se
apoyan en las expresas facultades otorgadas por el texto
legal (art. 11 de la ley 25.561; Bianchi, Alberto B.; "La
delegación de funciones legislativas. Contribuciones para un
estudio de los llamados reglamentos delegados" en el E.D.
122-97, por Toricelli, Maximiliano en Lexis Nexis - J.A. del
6/3/2002);
c) que la extensión de sus alcances a todas las obligaciones
"existentes" al momento de la entrada en vigencia de la ley
25.561 (independientemente de la fecha de constitución en
mora, o de exigibilidad si se quiere) no resulta violatoria
del derecho de propiedad, por cuanto su retroactividad fue
expresamente prevista (art. 3 del C. Civil) y los propios
textos legales establecen mecanismos de ajuste que permiten
resguardar
los
constitucionalmente
derechos
amparados
de
los
(LLambías,
contratantes
Jorge
Joaquín;
"Tratado de Derecho Civil Parte General", T. I, Ed. Perrot,
1997, pág. 118; C.S.N., "J.A."1994- I, p. 810, íd., íd. t.
73, p. 125; "L.L." t. 16, ps. 205 y 372; C.S.N. "J.A." t. 68,
p. 549; íd, íd.t. 35 , p. 1146; "L.L.", t. 34, p. 882, y t.
19, p. 703; íd., íd., t. 107, p. 614; íd., íd;, "J.A., 1962III, p. 550).
Consecuentemente, en relación a las deudas en dólares
existentes al 6/1/2002, no vinculadas al sistema financiero
(es
decir,
entre
particulares),
entiendo
que
quedan
convertidas a pesos, por su importe nominal, de acuerdo a lo
prescripto por los arts. 11 de la ley 25.561 (modif. por art.
3 de la ley 25.820) y 1 y 8 del Dec. 214/02.
Por imperio de los mismos preceptos legales, debo señalar
que si alguna de las partes se considerara perjudicada por
los efectos de
la citada "pesificación" podrá obtener el
reajuste equitativo del contrato, de acuerdo al principio del
esfuerzo compartido, al momento del efectivo pago (art. 8 del
Dec. 214/02; art. 11 de la ley 25.561 en su actual redacción
dada por el art. 3 de la ley 25.820).
En
ese
orden
de
ideas,
he
seguido
la
opinión
del
distinguido jurista santafecino, Dr. Jorge W. Peyrano, quien
sostiene: "¿qué puede perseguirse mediante el ejercicio de
una pretensión distributiva del esfuerzo compartido?.
Fundamentalmente dos cosas: a) establecer las cuotas del
esfuerzo que deberá asumir cada parte en la recomposición de
la relación jurídica alterada por la mutación abrupta de las
reglas de juego cambiarias.- La pretensión en cuestión puede
ser promovida, según fuere el caso, tanto por acreedores como
por deudores, b) proponer, cuando la pretensión distributiva
sea ejercida por el deudor, que el plus en pesos que deberá
abonar sea programado judicialmente (desglosándolo en cuotas
de cumplimiento más extendido de modo tal de no agravar la
situación patrimonial del deudor, (art. 8 del decreto ley
214/02 última parte; art. 11 de la ley 25.561, modif. por
art. 3 de la ley 25.820, tambíen última parte), o que la
pesificación sea soportada solamente por la accionante..."
(Jorge W., Peyrano; "La nueva pretensión: la distributiva del
esfuerzo compartido". Comentarios procesales sobre el régimen
de
pesificación
forzosa
de
obligaciones
en
monedas
extranjeras no vinculadas al sistema financiero, publicado en
El
Derecho,
15-2-2002;
Weingarten,
Celia;
"La
equidad
económica como principio general del derecho"; en J.A. 20021, fasc. nº 2 del 09/01/2002, pág. 9 y ss.).
En
definitiva,
la
norma
señala
que
se
observará
la
doctrina del art. 1198 del Código Civil.
Por
lo
tanto
reitero
que,
sin
perjuicio
de
la
pesificación provisoria fijada en un dólar igual un peso, tal
como surge de los textos legales, el monto definitivo se
determinará al momento del pago, teniendo en cuenta, para
ello, los principios antes mencionados como así también otros
elementos específicos, tales como si hubo mora del deudor, si
la misma le es imputable o no, aplicándose las consecuencias
de los arts. 508, 509, 510, 511, 513 y concds. del Cód.
Civil.
También
se
tendrá
en
cuenta
el
perjuicio
que
le
ocasionó, cotización de la moneda extranjera, valor de la
contraprestación, etc., todo al momento del pago (Jorge W.,
Peyrano; "La nueva pretensión: la distributiva del esfuerzo
compartido".
Comentarios
procesales
sobre
el
régimen
de
pesificación forzosa de obligaciones en monedas extranjeras
no vinculadas al sistema financiero, publicado en El Derecho,
15-2-2002).
De todos modos, debo señalar que la culpa o la mora
serían
irrelevantes
si
la
excesiva
onerosidad
se
hubiera
producido de todos modos; de tal suerte que no existe una
relación de causalidad o efecto entre la
situación culpable
del incumplidor y la consecuencia imprevista
( Cám. Nac.
Civil, Sala C; del 30/04/1979, publicado en L.L. en 1979-C91; Alterini, "La doctrina de la imprevisión frente a la mora
irrelevante"; L.L. en 1980-C-1110; citado por Cám. Apel. en
lo Civil y Comercia, Sala II, Dto. Judicial La Matanza en
autos
"LLoross,
Mario
c/
Desdoc,
Martha
Susana
s/cobro
ejecutivo" del 03/09/2002).
En
suma,
corresponde
modificar
el
fallo
atacado,
disponiéndose la aplicación al caso de la normativa aludida
y, por ende, la transformación a pesos del monto de condena
en dólares a la paridad 1 a 1, sin perjuicio de la aplicación
del mecanismo legal de ajuste que pudiere corrresponder, con
la
consiguiente
reducción
de
intereses
(art.
4
del
Dec.
214/02), y/o de la recomposición equitativa, en base a la
teoría del esfuerzo compartido (arts. 8 del Dec. 214/02 y 11
"in fine" de la ley 25.561, en su actual redacción dada por
el art. 3 de la ley 25.820).
ASI LO VOTO.
A LA MISMA CUESTION PLANTEADA EL SR. JUEZ DR. OTERIÑO
DIJO:
Si bien comparto la opinión de la Dra. Zampini en cuanto
al
rechazo
de
la
defensa
de
inhabilidad
de
título
y
al
alcance del régimen de pesificación a la obligación de autos,
disiento, en cambio, respecto de la validez constitucional de
éste. Ello es así por los siguientes fundamentos.
La aplicación estricta de la normativa de pesificación
produce una anómala novación objetiva de la obligación, por
cuanto
los
importes
convertirse
en
convenidos
pesos,
sin
en
dólares
considerar
el
han
pasado
distinto
a
poder
adquisitivo que, de hecho, trasuntan ambas monedas en la
actualidad.
Puede
argumentarse
que
se
trata
de
una
emergencia
económica, pero esto no quita que su aplicación importa una
clara afectación de derechos y garantías constitucionales.
En primer lugar: una afectación del derecho de propiedad
del
acreedor,
entendido
en
su
sentido
más
amplio:
como
relación real con las cosas materiales que se encuentran bajo
el dominio de su titular, y como relación personal en lo que
hace a todo el ámbito de su expectativa creditoria (conf.
arts. 2312 del C.Civil; 14 y 17 CN; SCBA I 1189 S 23/8/88;
CC0002 AZ 37501 RSD/16/96 S 3/4/96).
En
segundo
igualdad
subvertir
ante
el
lugar:
la
una
ley,
equilibrio
en
afectación
de
la
que,
medida
patrimonial
la
garantía
de
al
tiempo
de
existente
entre
el
acreedor y el deudor al contraerse la obligación, se impone
al presente crédito un régimen distinto del considerado para
los créditos derivados del sistema financiero (conf. art. 16
de la C.N.).
Y, en tercer lugar, la citada normativa impone, en sus
efectos, una aplicación retroactiva de sus disposiciones, por
cuanto convierte en una moneda lo que ya estaba convenido en
otra, con la consiguiente afectación del derecho amparado por
la garantía constitucional (art. 3 del C. Civil y 17 de la
C.N.).
Si
bien
absoluto
de
nuestra
Constitución
propiedad,
puesto
no
que
reconoce
el
un
mismo
derecho
puede
ser
reglamentado conforme lo requiera la moral, el bienestar y
aun el interés económico de la sociedad, falta razonabilidad
en
la
normativa
que
no
guarda
proporción
entre
el
medio
elegido y el objetivo de zanjar la crisis.
A este respecto, la Corte Suprema exige que las leyes de
emergencia
no
sólo
atiendan
al
bien
común
sino
que
sean
razonables, puesto que la emergencia no crea el poder, aunque
pueda dar ocasión para el ejercicio del poder, lo cual impide
que el legislador -o el ejecutivo en función legisferante- se
arrogue facultades que la ley no le acuerda, como la de
privar al particular de su propiedad.
Tratándose de una obligación de dar sumas de dinero, el
acreedor
tiene
derecho
a
exigir
del
deudor
moroso
otra
cantidad igual a la convenida (conf. arts. 608, 616 y concds.
del C.Civil), debiendo el deudor "la especie designada" -en
cuanto al mutuo: "igual cantidad de cosas de la misma especie
y calidad" (conf. arts. 617 y 619, 2240 del C.Civil)-, sin
perjuicio de las articulaciones que pudiera hacer en orden a
la imprevisión, buena fe, moral y buenas costumbres, y orden
público.
Es por las razones expuestas que corresponde mantener la
declaración
de
inconstitucionalidad
del
régimen
de
pesificación (arts. 11 de la ley 25.561, ahora en su actual
redacción dada por el art. 3 de la ley 25.820, y 1 y 8 del
Dec. 214/02), confirmándose, por ende, la resolución atacada.
Resta aun por tratar el pedido de reajuste equitativo de
la obligación, al amparo del art. 1198 del C. Civil que,
adelantando opinión, entiendo que no puede tener favorable
acogida.
En primer lugar, porque se trata de una cuestión que no
fue planteada -mucho menos decidida- en primera instancia y
sabido es que la función de esta Cámara se reduce a "revisar"
lo actuado en la instancia anterior en base a los mismos
elementos que tuvo a la vista el Juzgador de primer grado
(jurisp. esta Alzada, causas 108.415, RSD 29 del 16/2/1999;
116.744, RSI 516 del 7/6/2001).
En otras palabras, el memorial no puede incluir planteos
que
previamente
no
fueron
sometidos
a
consideración
del
Inferior. Eso es lo que surge del espíritu de los arts. 266 y
272 del CPC (argto. jurisprudencia también de esta Cámara,
causas 117.073, RSI 797 del 28/8/2001; 118.872, RSI 31 del
7/2/2002).
En segundo lugar, porque si bien esta Cámara, no sin
disidencia,
ha
sentado
criterio
en
cuanto
a
la
inconstitucionalidad de la normativa dictada en razón de la
emergencia, dejando abierta la posibilidad de las acciones de
revisión y/o renegociación que la parte deudora se viera con
derecho a interponer, ha señalado, sin embargo, que cualquier
modificación de lo estipulado debe ser efectuada a petición
de la parte interesada -sea por vía ordinaria, sumaria o
incluso incidental-, con la debida bilateralidad, defensa en
juicio y producción de prueba, máxime si se ha declarado la
inconstitucionalidad de la Ley 25.561 y Decreto 214/02 que
así lo autorizan (causa 110.796, RSD-709 del 2/10/2003, entre
tantas otras).
Ocurrido un acontecimiento extraordinario e imprevisible
que tenga por consecuencia la excesiva onerosidad de una de
las prestaciones, es necesario que el afectado interponga una
demanda
si
pretende
obtener
un
reajuste
equitativo
del
contrato. La imprevisión debe ser motivo de una demanda o de
una reconvención, pues de lo contrario se alterarían los
términos en que se ha trabado la litis (Conf. CNCiv, Sala D,
27/5/80, LL, 1981-C-655, 35.924-S; íd., Sala C, 14/4/81, LL,
1982-A-290; íd., Sala B, 20/10/82, JA, 1983-III-601).
A su vez, la aplicación de la teoría de la imprevisión
requiere alegación y prueba de que el quebranto o trastorno
ocasionado ha superado el álea "normal" del negocio, pues el
concepto de situación "imprevisible" no responde a una noción
fija y rígida y debe entenderse como contingencia que excede
los niveles de lo habitual y prudentemente previsible
(SCBA,
B 52.402 S 20/12/2000).
Ello,
porque
cualquier
modificación
que
tienda
a
restablecer el equilibrio de las prestaciones debe partir del
contrato mismo, de sus caracteres y circunstancias, lo cual
impone
una
solución
particular
para
cada
caso,
a
fin
de
contemplar, con equidad, la real afectación producida por el
cambio de las bases del negocio jurídico (conf. doct. arts.
1071, 1198 y concds. del C.Civil; argto. Cám.Civil 1ra. Sala
II, La Plata, causa 214456, RSI-139 del 2-4-93).
De ahí que
corresponde
mantener
el
pronunciamiento
atacado en lo que nos ocupa, sin perjuicio de la posibilidad
por
parte
de
los
demandados
de
reformular
su
pedido
de
reajuste equitativo de la obligación con fundamento en el
art. 1198 del C. Civil en el sentido y con los alcances
señalados.
No debe llegarse al extremo de consagrar un exceso ritual
manifiesto,
incompatible
con
el
ejercicio
del
derecho
de
defensa, lo que ocurriría si se privase a los deudores de la
posibilidad de alegar las modificaciones cambiarias y los
remedios
conducentes
fundamento
que
la
frase
corresponder"
(argto.
deducido
la
por
a
paliar
sus
"ocurra
jurisp.
demandada
por
efectos,
la
C.S.J.N.,
en
autos
vía
sin
que
Recurso
"Burman
de
otro
estime
hecho
Leonardo
c/
Alvarez Joaquín s/ Ejecución", del 8/3/1983; Jorge W. Peyrano
"Procedimiento Civil y Comercial 1-Conflictos Procesales", p.
102, Ed. Juris, 2002).
Se ha dicho que atento al momento por el que atraviesa el
país "...ya no pueden caber dudas en punto a la procedencia
de una acción autónoma de reajuste contractual, aun en los
juicios ejecutivos..." (Tobías, José W. y De Lorenzo, Miguel
F.
"Apuntes
sobre
la
acción
autónoma
de
reajuste
en
los
términos del art. 1198 del C. Civil", Sup. Esp. Rev. del
Contrato, febrero de 2003, p. 25).
En
esta
tónica,
y
a
fin
de
asegurar
un
adecuado
tratamiento del pedido de reajuste, y sin perjuicio de su
actual rechazo, parece legítima su reformulación aún por la
vía incidental (art. 1198 del C. Civil; art. 175 del CPC).
En relación a esto último, me animo a señalar "obiter
dictum", que el trámite de cumplimiento de la sentencia no
podrá
detenerse
con
la
excusa
de
la
sustanciación
del
eventual incidente de reajuste (es la solución adoptada por
los principios
Unidroit, art.
6.2.3, Nº 2), salvo
-claro
está- que el incidentista caucione por el importe que él
proponga
como
"equitativo"
y
el
juez
lo
admita
como
suficiente a los fines de detener la orden de subasta (argto.
art. 36, inc. 2º, 34, inc. 5º ap. "b", y concds. del CPC).
Por
todo
apelación,
lo
sin
expuesto,
perjuicio
debe
rechazarse
-reitero-
de
la
el
recurso
de
posibilidad
de
reformular el pedido de reajuste equitativo de la obligación
con fundamento en el art. 1198 del C. Civil en el sentido y
con los alcances señalados.
ASI LO VOTO, adhiriéndome en todo lo demás -tal como
adelantara-
a
la
opinión
de
la
Dra.
Zampini
como
a
los
fundamentos por ella vertidos en lo pertinente.
A LA MISMA CUESTION PLANTEADA EL SR. JUEZ DR. CAZEAUX
DIJO:
-Aplicabilidad:
Cabe
recordar
que
las
leyes,
como
es
sabido,
son
"obligatorias para todos los que habitan el territorio de la
República,
sean
ciudadanos
o
extranjeros,
domiciliados
o
transeúntes" (art. 1 del Cód. Civil).
En
el
sentido
título
de
I
"regla
del
Código,
social
la
palabra
obligatoria,
ley
tiene
establecida
por
el
la
autoridad pública" (Salvat, Parte General, t. I, nros. 16 y
219; Lavalle Cobo, en Belluscio y colaboradores, Cód. Civil,
t. I, p. 6).Esta definición alude a las leyes en el sentido material
o
substancial,
autoridad
o
sea
pública
todas
que
aquellas
contengan
disposiciones
normas
de
de
la
cumplimiento
general, aunque no sean leyes emanadas del Congreso: decretos
del Poder Ejecutivo, resoluciones ministeriales, ordenanzas
municipales, reglamentos de policía, etc. (conf. Busso, t. I,
p. 1; López Olaciregui en Salvat, t. I, n. 219-B, p. 222).
Lo que interesa en estos ordenamientos es su contenido
normativo; son leyes por la "materia" que contienen, aunque
no lo sean por su "forma", por no haber sido sancionadas por
el Congreso (conf. Lavalle Cobo, en
Belluscio y colabora-
dores, op. cit., t. I, ps. 6, 7). Tal el caso del dec. ley
214/02.
Como
protección
de
los
derechos
individuales
y
en
garantía de los mismos interviene el Poder Judicial y en ello
se pone de manifiesto una verdadera garantía de equilibrio
constitucional que consiste en la acción moderadora de los
jueces, frente a los abusos en que pueden incurrir los otros
dos poderes. Tal control de constitucionalidad sólo puede
pronunciarse de manera específica, siempre que se presente un
caso judicial, una contienda previa, en la que se exteriorice
concretamente una parte agraviada (conf. Zavalía, "Derecho
Federal", t. I, ps. 539 y sigs., Buenos Aires, 1941).
El poder de anular el acto de autoridad supuestamente
ilegítimo, tiene una limitación específica: el caso en que se
pronuncia la inconstitucionalidad del acto o de la norma
impugnados (conf. esta Sala, causa n. 120.676; Bidart Campos,
Manual de Derecho Constitucional, p. 779).
Por otro lado, la Ley 25.820, sancionada el 19/11/2003, a
través de su art. 3 modifica el art. 11 de la Ley 25561 (ley
marco que el decreto 214/02 reglamenta), disponiendo que las
obligaciones de dar sumas de dinero existentes al 6 de enero
de 2002, expresadas en Dólares Estadounidenses u otra moneda
extranjera, no vinculadas al sistema financiero, cualquiera
sea su origen o naturaleza, se convertirán a razón de UN
DOLAR
ESTADOUNIDENSE
(U$S
1)
=
UN
PESO
($
1),
o
su
equivalente en otra moneda extranjera, resultando aplicable
la
normativa
Estabilización
Variación
vigente
de
Salarial
en
cuanto
Referencia
(CVS),
o
(CER)
el
al
Coeficiente
o
el
Coeficiente
que
en
el
futuro
de
de
los
reemplace, según sea el caso...".
Dicho
artículo
viene
a
solucionar
la
contradicción
existente entre la ley 25561 (deudas existentes, art 10), y
el decreto 214/02 (deudas exigibles, art. 8), disponiendo en
su artículo 3º, "deudas existentes".
De
esta
manera
se
cierra
la
discusión
acerca
de
la
aplicabilidad o inaplicabilidad de dicha normativa, por lo
que resultarían de aplicación en todos los casos.
-Inconstitucionalidad:
No
obstante
oportunamente
la
lo
expresado,
habiéndose
inconstitucionalidad
de
planteado
las
normas
pesificatorias y existiendo una declaración judicial en tal
sentido que se encuentra apelada, corresponde pronunciarnos
al respecto.
Sin perjuicio de que el art. 11 de la ley 25.561 ha sido
sustituído por la ley 25.820, en lo sustancial, la norma
mantiene la relación de cambio UN PESO ($ 1) igual UN DOLAR
ESTADOUNIDENSE (U$S 1), lo que precisamente, ha sido el objeto del planteo de inconstitucionalidad introducido por la
accionante.
De tal forma, siendo que el art. 11 de la ley 25.561 en
su actual redacción conserva la relación de cambio de ambas
monedas y que el planteo de inconstitucionalidad se funda en
que tal convertibilidad resulta violatoria del derecho de
propiedad corresponde avocarse a su tratamiento.
En
la
causa
"Nardone,
Sonia
C.
Cristobal,
David
s/
Ejecución" (Nº120.676) RSD 238 del 29/08/2002 me he expedido
sobre el tema,
diciendo que "El principio de
"Supremacía
Constitucional" requiere de un cuidadoso sistema de control
capaz de restañar o evitar las lesiones que la legislación
inferior y los actos administrativos puedan causarle. Así la
tarea de control consiste en realizar un exámen de la normas
jurídicas
para
cotejar
su
congruencia
con
los
preceptos
(Midón, M., "Manual de derecho Constitucional Argentino", p.
124). El control debe realizarlo un órgano independiente del
contralor.
En
nuestro
derecho
el
control
de
constitucionalidad es judicial.
"La afirmación -sostiene Midón (ob. cit., p. 126)- se
compadece con el contenido del art. 116 C.N. que hace reposar
en la Corte y demás tribunales inferiores de la Nación el
conocimiento y decisión de todas las
causas que versen sobre
puntos regidos por la Constitución, las leyes de la Nación y
los
tratados
con
países
extranjeros".
No
se
juzga
si
el
decreto es bueno o malo, sino que se trata simplemente de una
labor
técnica
tendiente
a
establecer
si
guarda
correspondencia con la Ley Suprema. Y es el Poder judicial,
en última instancia, el que debe decidir todo conflicto de
naturaleza jurídica.
"Este control de constitucionalidad en nuestro régimen
requiere como base un proceso o causa, en los que, al tener
que
dictar
sentencia,
se
hace
necesario
efectuar
aquel
control y, eventualmente, declarar la inconstitucionalidad no
puede declararse sino en una causa, es decir, como aspecto de
una sentencia en el marco de un proceso."
"El control de inconstitucionalidad, está dentro de la
función de administrar justicia y le corresponde al Juez
"motu propio" dentro de la causa que decide. Como inherente a
su obligación de fallar, y de fundar el fallo en el orden
jurídico vigente...La integral solución de las normas que
tiene prioridad constitucional, y eso tiene que hacerlo por
ineludible
vocación
a
su
cargo
y
de
su
función
"(Bidart
Campos, Manual...", p. 779).
LLevando
concluirse
tales
apreciaciones
válidamente
cuestionadas
en
resultan
al
que
las
violatorias
caso
de
autos,
disposiciones
de
la
puede
legales
Constitución
Nacional.
Entiendo
que
la
"pesificación"
contemplada
en
la
normativa impugnada, viola el derecho de propiedad reconocido
y garantizado por nuestra Carta Magna (arts. 14 y 17).
Si bien la Constitución no define qué es propiedad, desde
el
punto
de
vista
constitucional
la
propiedad
no
se
identifica con el derecho real de dominio, lo supera con
creces.
En
este
intérprete
sentido,
final
de
la
Corte
aquélla,
Suprema
ha
de
decidido
Justicia,
que
el
como
término
"propiedad" comprende todos los intereses apreciables que el
hombre puede poseer fuera de sí mismo, de su vida y de su
libertad. Al enumerar los contenidos del derecho de propiedad
se mencionan, entre otros, los siguientes: los derechos y
obligaciones
emergentes
de
los
contratos;
las
sentencias
pasadas en autoridad de cosa juzgada; y el derecho a obtener
en juicio que la sentencia se dicte conforme a la ley de
fondo, vigentes a la fecha de trabarse la lisis ( Midón, ob.
cit., p. 257; Bidart Campos, "Tratado...", p. 321 y ss.).
Los arts. 11º de la ley 25.561, 1º y 8º del decreto
214/02 y 3º de la ley 25.820 invaden la esfera contractual,
al
modificar
violando
lo
libremente
derechos
convenido
adquiridos
por
por
el
las
partes,
acreedor,
y
resultan
inconstitucionales.
Desde la entrada en vigencia de la ley 23.928 el régimen
jurídico de las obligaciones en moneda extranjera ha sido
robustecido en nuestro orden jurídico.
Según los nuevos textos de los arts. 617 y 619 del Código
Civil,
el
vínculo
que
se
contrae
para
entregar
una
determinada especie de moneda puede y sólo se cumple dando la
misma cantidad de la especie prometida, no otorgando ninguna
opción para sustituirla por otra.
De tal forma toda vez que un particular se obligó a dar
moneda
extranjera,
derecho
creditorio
el
acreedor
cuya
pasa
substancia
a
era
ser
titular
obtener
la
de
un
moneda
específicamente convenida y no otra. Derecho que constituye
"una situación jurídica concreta e individual", constitutiva
de un "derecho adquirido", amparado por el art. 17 de la
Constitución Nacional, y como tal inalterable en su estancia
con lo cual no puede ser suprimido por una ley posterior, sin
agravio
de dicha norma constitucional (Peyrano y otros,
"Efectos
de
la
Emergencia
Económica
en
las
Relaciones
Jurídicas edit. Nova Tesis, p. 75).
Reiteradamente
pronunciado
acerca
la
de
Corte
la
Suprema
de
inalterabilidad
la
de
Nación
los
se
ha
derechos
adquiridos bajo la vigencia de un régimen legal, expresando
que: "...cuando bajo la vigencia de una ley el particular ha
cumplido todos los actos y condiciones sustanciales y los
requisitos formales previstos en ella para ser titular de un
determinado
derecho,
debe
considerarse
que
hay
derecho
adquirido, por la situación jurídica concreto e individual en
cabeza del sujeto que, como tal, se hace inalterable y no
puede ser suprimida por ley posterior sin agravio del derecho
de propiedad consagrado por el art. 17 de la Constitución
Nacional..."Así, entre los más recientes: CS, octubre 31-101994, re "Cassin, Jorge H. y otros c. Poder Ejecutivo de la
provincia de Santa Cruz", en fallos Tº 317-1462, y en LL
1995-C. pg. 495; CS, 8-9-93, in re "Marozzi, Eldo Eithel c/
Provincia de Santa Fe s/ recurso constenciosoadministrativo
de plena jurisdicción", en fallos 316-2090; y CS, 19-11-91,
in re "Gaggiamo, Héctor José Carlos c/ Provincia de Santa Fé
s/ recurso contencioso administrativo de plena jurisdicción",
en fallos 314-1477, etc..-Señalando por otro lado que:..."son
derechos adquiridos los que nacen de una sentencia firme, o
de
un
contrato
o
del
acto
administrativo
que
otorga
una
jubilación: en los tres supuestos tienen la índole jurídica
de la propiedad lato sensu y rige la garantía del art. 17 de
la Constitución Nacional..." (in re "Gaggiamo", antes citado).
Asimismo, ha expresado que ni el legislador ni el juez
"...no
pueden
arrebatar
o
alterar
un
derecho
patrimonial
adquirido al amparo de la legislación anterior, pues en tal
caso el principio de la no retroactividad deja de ser una
norma infraconstitucional para confundirse con la garantía de
la
inviolabilidad
de
la
propiedad
reconocida
por
la
ley
suprema"
(C.,
9-12-96,
in
re
"Francisco
Costa
e
hijos
Agropecuaria c/ Provincia de Buenos Aires",9-12-96, en LL
1998-A,
pg.
480);
e
igualmente
ver:
CS,
11-12-1998,
"Guerrero del Louge, Susana E.T. y otros c. Municipalidad de
Buenos Aires, en LL 111-F, pg. 468 y CS 02-05-1998, "Mendoza
Reyes, Rigoberto E. c/ Rest Services S.R.L.", en LL 1998-C,
pág. 640.
En el caso que nos ocupa, las partes se relacionaron
juridicamente a través del instrumento obrante a fs. 7/13
mutuo
con
garantía
hipotecaria-
en
dólares
-
billetes
estadounidenses.
El art. 11º de la ley 25.561, los arts. 1º y 8º del
decreto
214/02
y
art.
3º
de
la
ley
25.820
resultando
violatorios de normas expresas de la Constitución Nacional,
al
disponer
adquiridos,
decidido
la
"pesificación"
devienen
el
alterando
inconstitucionales,
Juzgador,
por
lo
que
el
así
tal
derechos
como
agravio
lo
debe
ha
ser
desestimado.
-Reajuste:
En cuanto al pedido efectuado en el sentido de que se
determinen mecanismos derivados del esfuerzo compartido que
permitan compatibilizar los intereses de las partes, cabe
señalar
que
el
art.
272
del
CPC
expresamente
establece:
"...el tribunal no podrá fallar sobre capítulos no propuestos
a la decisión del juez de primera instancia...".
Explica
Loutayf
Ranea
que
"...Dentro
de
la
expresión
"capítulos", entonces, debe comprenderse no sólo a los puntos
de interés para las partes, sino también a todos aquellos
planteos
o
defensas
pronunciamiento
expresamente
por
que
el
alegados
sólo
órgano
por
pueden
ser
jurisdiccional
los
objeto
si
interesados
en
han
la
de
sido
etapa
oportuna y adecuada del proceso, de manera que sea posible el
ejercicio del derecho de defensa por la contraria..." ("El
recurso
ordinario
de
apelación
en
el
prceso
civil",
ed.
Astrea, 1989, T. I, p. 170 y ss.).
En esa línea de pensamiento tiene dicho nuestro Supremo
Tribunal Provincial que "...mediante el recurso de apelación
no pueden someterse a conocimiento de la Alzada, defensas o
cuestiones
que
no
fueron
articuladas
oportunamente,
importando su tratamiento por parte de ésta la violación a
los arts. 34 inc. 4º, 163 inc. 6º, 266 y 272 del CPC (SCBA,
Acs. 34.562 del 18/6/85; 41.539 del 21/11/89; jurisp. de esta
Cámara, causas 76.643, 85.551, 104.328, entre otras).
Así las cosas,
enfocando la cuestión traída en apelación
desde la óptica que presenta el marco legal, doctrinario y
jurisprudencial aludido, se concluye que la misma no puede
considerarse, pues no ha sido articulada en la instancia de
origen, lo que constituye, según lo dicho "supra", obstáculo
insalvable para la pretensión
de su tratamiento por esta
Alzada.
En suma, ASI LO VOTO, adhiriéndome en lo que al rechazo
de la defensa de inhabilidad de título se refiere al voto de
la Dra. Zampini.
A LA SEGUNDA CUESTION PLANTEADA LA SRA. JUEZ DRA. ZAMPINI
DIJO:
Corresponde
confirmar
la
sentencia
de
fs.
127/131
en
tanto rechaza la excepción de inhabilidad de título opuesta
por
el
ejecutado
y
-por
mayoría-
en
cuanto
declara
la
inconstitucionalidad del régimen de pesificación (arts. 1 y 8
del Dec. 214/02 y 11 de la ley 25.561, en su actual redacción
dada por el art. 3 de la ley 25.820). Se desestima el recurso
de apelación interpuesto por el demandado, con costas a su
cargo respecto de la primera cuestión debatida y en el orden
causado en cuanto a la segunda, atento a su naturaleza compleja, sobreviniente a la emergencia y sobre la cual no
hay aun criterio firme- y a la forma en que se resuelve
(arts.
68,
2da.
parte,
y
69
del
CPC).
Se
difiere
la
regulación de honorarios para su oportunidad (arts. 31 y 51
de la ley 8904).
ASI LO VOTO.
Los Sres. Jueces Dres. Oteriño y Cazeaux votaron en igual
sentido.
En consecuencia se dicta la siguiente.
S E N T E N C I A
Por los fundamentos expuestos en el precedente acuerdo, se
confirma la sentencia de fs. 127/131 en tanto rechaza la
excepción de inhabilidad de título opuesta por el ejecutado y
-por mayoría- en cuanto declara la inconstitucionalidad del
régimen de pesificación (arts. 1 y 8 del Dec. 214/02 y 11 de
la ley 25.561, en su actual redacción dada por el art. 3 de
la
ley
25.820).
Se
desestima
el
recurso
de
apelación
interpuesto por el demandado, con costas a su cargo respecto
de la primera cuestión debatida y en el orden causado en
cuanto
a
la
segunda,
atento
a
su
naturaleza
-compleja,
sobreviniente a la emergencia y sobre la cual no hay aun
criterio firme- y a la forma en que se resuelve (arts. 68,
2da.
parte,
y
69
del
CPC).
Se
difiere
la
regulación
de
honorarios para su oportunidad (arts. 31 y 51 de la ley
8904). Notifíquese personalmente o por cédula (art.135 CPC).
Devuélvase.
RAFAEL F. OTERIÑO
NELIDA I. ZAMPINI
JOSE M. CAZEAUX
Secretario.
Descargar