Un zapatero que no tenía hijos encontró en el bosque a un niño diminuto y lo llevó a su casa. Aunque el niño era pequeño como un trompo, ajuiciaba en la zapatería, tanto que la gente comenzó a llamarlo Zapatero pequeñito. Vivieron felices el hombre y el niño, hasta que el zapatero murió. Después los parientes se llevaron cueros y agujas de coser zapatos y el zapaterito se quedó sin nada. Por aquel tiempo, el rey enfermó y los médicos dijeron que lo curaría una pluma del Ogro que vivía montaña arriba. —Es un remedio difícil, majestad -dijo el médico- porque el Ogro, cristiano que ve, cristiano que se come. El rey pidió a uno y a otro si se atrevían a ir pero nadie quiso, hasta que uno de ellos se acordó de Zapatero pequeñíío 0 4 —¿Por qué él? -preguntó el rey» —Porque es tan pequeño^ que el Ogro no lo verá -elijo uno. —Porque está solo y nadie lo espera -dijo otro. —-Porque tiene hambre -dijo el tercero» Uno de los guardias buscó a Zapatero pequeñito y le trasmitió el pedido del rey. Por la mañana el/niño salió en busca de una pluma d¿l Ogro, Caminó todo el día, hasta que vio/üna posada y entró a descansar. —¿Qué Irate aquí un niño tan pequeño? -preguntó el posadero, mientras le ofrecía arroz v e n j m plato del tamaño de un botón. —Voy en busca de una pluma del Ogro, para que se cure el rey.