La necesidad de avanzar hacia una Historia Ecológica

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La necesidad de avanzar hacia una
Historia Ecológica para Chile
CIENCIA Y AMBIENTE
El carácter exclusivamente descriptivo con que se ha utilizado el material documental
sobre el pasado ambiental de Chile, ha impedido que se expliquen las relaciones de
largo plazo entre la sociedad chilena y su entorno. Y ha impedido, también, que los
errores ambientales del pasado informen la toma de decisiones en el presente,
minimizando así el riesgo de volver a repetirlos.
E
Fernando Ramírez Morales*
n los textos sobre historia de Chile el tema de
las transformaciones ambientales y sus efectos
económicos no aparece siquiera mencionado.
A lo sumo, respecto del paisaje, se
incorporan las primeras descripciones
hispanas, como las cartas de Pedro de Valdivia al rey
Carlos V en las que describe con indisimulada
intención características climáticas, fertilidad de los
suelos y un conjunto de posibilidades
* Académico Departamento de Ciencias Históricas. U. de Chile.
Director Bosque-Antiguo Chile.
VOL XII- N 2, pp 61 - 68 (ISSN 0716 -1476)
e
«La nuestra, la tierra chilena, es el triste bien de
unos hombres tristes...¿Ante quién habrá que rendir
cuenta de tanto cerro arañado por la erosión con
todos sus panes y pájaros menos, de tantas tierras
enrojecidas sin árboles ni cantos, de tanta quebrada
seca, de los alerces quemados, de las araucarias
abatidas para siempre sin que nada las reemplace?
Sólo clama justicia tanta tierra descuidada, perdida,
estrujada; tanto bien de todos que se fue derecho al
mar. Quién sabe un día presidirá este tribunal
supremo un juez que se hará eco de la parábola de
los talentos: Te di un pedazo de tierra bien plantado
de árboles y amenizado de aguas, y ahora me lo
devuelves yermo. Ahora sabes. Te lo di para probarte, para ver quién eras. Te lo di cargado de flores,
liviano de cantos. Mira lo que me entregas... La
tierra es tu retrato. Mírate en estos cerros secos,
agrietados, satánicos. Aquí no brotan semillas. Ni
siquiera maleza. ¿No es éste tu propio rostro?
Luis Oyarzún, «Defensa de la Tierra», 1971.
para una ocupación del nuevo territorio. Otro de los
citados es Gerónimo de Bibar y su Crónica de 1558, el
primer documento que nos entrega abundantes datos
sobre la flora, la fauna y las formas de explotación de
los recursos naturales por parte de los indígenas. Para
los períodos posteriores a la Conquista a veces se incluyen párrafos de viajeros y científicos como el abate
Molina, Haenke, Gay, Domeyko o, por último, se extraen citas de los diarios de extranjeros de paso como
María Graham o Eduardo Poeppig, los que con distintos grados de adjetivación se refieren a la naturaleza
del país.
El carácter exclusivamente descriptivo con el que
se ha utilizado este material documental, ha impedido
Ambiente y Desarrollo - Junio 19%
CIENCIA Y AMBIENTE
que se expliquen las relaciones de largo plazo entre la
sociedad chilena y su entorno. Se ha configurado, entonces, una historia de hombres, sociedades y períodos,
sin explicaciones sobre las profundas conexiones que
toda actividad colectiva tiene con el entorno. Pareciera
que el fenómeno histórico ocurriera en un estado de
¡evitación a un metro del suelo, sin mención a las
condiciones bióticas. climáticas o hidrológicas en las
que éste se desenvuelve.
Lo que ha estado ausente en la
investigación histórica
Se han excluido de la investigación histórica, entonces, el estudio de hechos silenciosos, casi imperceptibles, los más profundos, aquellos que nadie notó ni
anotó en el documento oficial, lo que no captó el interés político. Fenómenos que. de acuerdo con Ferdinand
Braudel1, pertenecen a una «larga duración», tales como
la lenta desertificación del Norte Chico como resultado
de sus ciclos económicos, el desecamiento de las quebradas de la Zona Central, o la virtual extinción de la
fauna por efecto de la caza y expansión del área destinada a la ganadería, entre otros. Todos estos procesos,
durante mucho tiempo, no han formado parte del estudio histórico.
Resumen
En un momento en que el país enfrenta un proceso de toma de
decisiones en cuanto a su desarrollo futuro, la ciencia histórica tiene
algo que aportar en el tema de las modificaciones ambientales y la
discusión sobre modernización económica. Para ello se debe avanzar
hacía una interpretación histórica de lo que han sido las transformaciones
del medio ambiente en Chile en el largo plazo. Esto implica renovaciones
temáticas y analíticas que, a su vez, conducen a cambios
metodológicos que permitan incorporare! carácter interdisciplinario que
tiene el enfoque histórico-ecológico, rescatando, por ejemplo, la
oralidad retenida en el inconsciente colectivo rural, o reintroducir la
actividad del historiador en terreno. Estos enfoques permiten un
contacto visual con el paisaje, lo que alimenta las necesidades
explicativas del investigador de la historia. Desde esta perspectiva, el
nuevo desafío es elaborar una Historia Ecológica de Chile que abra
paso a visiones más integrales para la comprensión de nuestro
pasado.
Abstract
In the moment in which the country faces the process of decision making
concerning its future development. an historical scientific perspective
has something to offer in relation to the theme of environmental changes
and discussions regarding economic modernization. For this purpose.
we should seek to advance toward an historical interpretation of what
have been the principal long-term environmental transformations in
Chile. The interdisciplinary character of an historical-ecological focus
implies the need for new thematic and analytical approaches that are
conducive to the necessary methodological changes. For example, the
activity of the field-based historian and oral renditions of the rural
collective unconscious should be re-instituted. These approaches
permit a visual contact with the landscape, stimulating the explanatory
powers of the researcher of history. From this perspective, the new
challenge is to elaborate an Historical Ecology of Chile that opens a
more integral vision for the understanding of our past.
62 Ambiente y Desarrollo - Junio 1996
Estamos en un momento en que el discurso público
y privado se colma de propuestas y anhelos preparatorios para la inserción global, para los nuevos requerimientos de la educación, para las innovaciones tecnológicas y para los desafíos que deberemos enfrentar en
el próximo siglo, y en el que se puede advertir una
confianza casi mística en el progreso y esplendor que
parece esperarnos en el futuro cercano. Yin este momento de toma de decisiones en cuanto al desarrollo
futuro del país, cabe preguntarse si la ciencia histórica
tiene algo que aportar en el tema de las modificaciones
ambientales o en la contemporánea discusión sobre
modernización económica.
La respuesta para nosotros es que se debe avanzar
hacia una interpretación histórica de las transformaciones del medio ambiente en Chile. Lo relevante es que
esta interpretación histórica sirva no sólo para incorporarla transversalmente en la enseñanza de la historia,
sino que además se utilice como instrumento de análisis en las actuales propuestas sobre desarrollo y se
incluya en los diagnósticos sobre el impacto ambiental
de actividades económicas que ya fueron realizadas
con anterioridad en una determinada localidad.
La interacción sociedad -naturaleza y la
conformación de una Historia Ecológica
Existen amplias vinculaciones entre la historia y la
ecología. Estas se encuentran principalmente en la forma que adquieren los diferentes modos de producción
económica de una sociedad a lo largo del tiempo. «Cada
uno de los diferentes 'medio ambientes' que existen en
el país son el resultado de las relaciones entre una
explicable dinámica histórica allí verificada»2, así como
del condicionamiento relativo que generan las condiciones de disponibilidad ecológica presentes en cada
etapa.
El Cuadro 1 permite observar la forma en que se
establecen las interacciones históricas entre una comunidad y su entorno.
Entre los aspectos relevantes que se infieren del
Cuadro 1 están las relaciones que existen entre los
tiempos histórico y ecológico, así como entre los sistemas sociales y los ecológicos.
El tiempo histórico y el ecológico
En el fenómeno histórico, el tiempo constituye una
de las bases sobre las cuales se construye el acontecer.
Las escalas del tiempo difieren significativamente si
nos referimos a una de tipo humano o a una de carácter
CIENCIA Y AMBIENTE
biológico o natural. En la interpretación históricoecológica, esta variable ha de estar presente en cada
etapa del análisis para incorporarla como elemento explicativo de las capacidades de sustentabilidad que tenía el medio sobre el cual operaba una sociedad.
En el «largo» tiempo histórico de dos siglos, el
XVII y el XVIII, la sociedad chilota explotó en forma
intensiva los bosques de alerce de la Isla de Chiloé y la
zona costera del continente. Esta actividad se desarrolló impulsada por una demanda de exportación hacia el
mercado del virreynato peruano y la ampliación del
ecúmene en la zona central del país, con lo cual la casi
totalidad del intercambio económico del área quedó
vinculada a esta actividad. Sin embargo, en la perspectiva del tiempo ecológico que estos bosques necesitarían para regenerarse (si es que pudieran regenerarse),
las centenas de años humanos son muy «breves» de
manera que las posibilidades de un desarrollo sostenido basado en la madera de Chiloé quedaron hipotecadas para las generaciones siguientes.
La interacción de estos diferentes órdenes de magnitud temporales debemos considerarlas como el marco que establece un primer límite a determinados modos de extracción de recursos y, por ende, que configuran condicionantes para determinadas formas de crecimiento económico en el país.
Existen amplias vinculaciones entre
la historia y la ecología. Estas se
encuentran principalmente en la
forma que adquieren los diferentes
modos de producción económica de
una sociedad a lo largo del tiempo.
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CIENCIA Y AMBIENTE
Recuadro 1
Historia Ecológica:
Tres puertas que se abren
En el Departamento de Historia, de pendiente de la Facultad de Filosofía
y Humanidades de la Uni versidad de
Chile, nos encontramos desarrollan do un conjunto de investigaciones de
carácter monográfico, realizadas
como parte de las actividades de un
Seminario permanente denominado
«Procesos Históricos y Transforma ciones Ambientales en Chile». En él
se han abordado inicialmente tres lí neas temáticas para la redacción de
una «Historia Ecológica de Chile» que
abarque desde el período del primer
contacto con el mundo hispano, hasta
las modificaciones que la imple mentación del actual modelo econó mico ha generado en el paisaje.
Estas líneas son:
• Procesos históricos asociados a la
deforestación de ecosistemas templa
do cálido y templado lluvioso en Chile
(entre los 30° Lat.S al 48° Lat.S).
• Estudios de casos históricos sobre
procesos de modernización local es
económicamente vinculados a la ex
plotación de recursos naturales (se
han identificado aproximadamente 50
casos de poblados, desde el período
colonial hasta la década de 1980), que
vivieron procesos de auge y caída
económica producto del agotamiento
de los recursos.
• Reconstrucciones en terreno de ex pediciones científicas, misioneras o
militares en las que se hicieron des cripciones detalladas del paisaje y que
permiten comparar el estado actual y
¡a magnitud de las transformaciones
ambientales.
En el primer tema se han desarrolla do los casos de Contao, X Región
(Recuadro 2) en el que se puede apre ciar cómo en el lapso de cien años
esta localidad cruzó desde una
marginalidad en el devenir histórico
hasta un amplio proceso de moderni zación que lo vinculó al mercado in ternacional por medio de la explota ción del alerce. Se puede mencionar
también el trabajo de M. Folchi sobre
la localidad minera de el Volcán* y
otros realizados bajo el alero del Se minario mencionado por alumnos y
egresados de Histor ia de esta Universidad. Deben rescatarse en este sen tido los trabajos pioneros del profesor
Pedro Cunill**, que dio en la década
de los 70 el primer paso hacia esta
modalidad histórica. En relación a las
reconstrucciones
de
antiguas
expediciones se han v erificado la
referida a la «Expedición a la costa
de Chiloé del Capitán Roberto
Maldonado 1895: cien años después»,
realizada con alumnos de historia el
verano de 1993 y que arrojó como
Sistemas sociales y sistemas ecológicos
Los sistemas sociales son el producto de una dinámica histórica en que las relaciones de dominación y
participación han resultado en determinadas estructuras económicas, de propiedad, formas políticas y organización social, y es desde ellas de donde se genera la
vinculación con el medio.
Las formas en que las diferentes «sociedades» chilenas se han apropiado de la naturaleza arrancan de los
estilos de organización interna y la cultura productiva
asociadas a ellas. A fines del siglo XIX la explotación
salitrera en Iquique —en forma de enclave bajo «virtual control» de las compañías inglesas— fue concordante con las formas oligárquicas de dominación y
exclusión imperantes en el resto del país. Por tanto, la
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Ambiente y Desarrollo – Junio 1996
resultado una recopilación de datos y
materiales que han permitido i niciar la
confección de mapas temáticos sobre
el modo de asentamiento y explota ción del temprano Chiloé. En el mis mo sentido, se llevó a cabo en el ve rano de 1996 otra expedición llamada
«Vodudahue: el valle de los mitos. En
busca de sus saltos y del 'g ran
alerzal'». Basándose en copias de
mapas obtenidas del Archivo Nacio nal y el diario de viaje correspondien te, se repitió por igual ruta el largo y
difícil viaje del Padre Fray Francisco
Menéndez en 1783 en busca de la
mítica Ciudad de los Césares a tr avés
del estrecho valle del caudaloso río
Vodudahue (42°26')***. Por último, en
relación a la transfor mación espacial,
económica y social generada por
los procesos de deforestación, se
encuentra termina do en forma de
tesis de grado lo que dice relación a l
avance de la frontera ganadera en
la Región de la Araucanía. AD
Notas:
* Folchi D., Mauricio. 1995. El Volcán: Un
caso de Eco-historia minera». Facultad de
Filosofía y Humanidades, U. de Chile. **
Cunill G., Pedro. 1970. Factores en la
destrucción del paisaje Chileno».
Informaciones Geográficas. Cunill G.,
Pedro. 1974. La Temprana sementera
urbana chilena y los comienzos del
deterioro ambiental». Facultad de
Ciencias Humanas, Universidad de Chile.
*** Los resultados de esta investigación
están en proceso de publicación.
noción de un Estado capturado por una clase social no
dejó espacio para entrever las consecuencias nacionales que tendría este modo de desarrollo.
En nuestro análisis, al frente de los sistemas sociales, en una relación de interacciones recíprocas, se encuentran los sistemas ecológicos sobre los cuales se
instaló una sociedad. Cada uno de ellos presentó peculiares condiciones de relieve, clima y suelos que resultaron de las dinámicas ocurridas en un milenario tiempo ecológico y de las cuales se deriva una limitada
base de recursos tanto en variabilidad, como en calidad
y cantidad.
Los sistemas ecológicos, aunque no determinan el
conjunto de las actividades humanas, constituyen formas de condicionalidad para el desarrollo de modelos
económicos de carácter expansivo y. por tanto, han de
CIENCIA Y AMBIENTE
ser las innovaciones tecnológicas, las pautas culturales, o las
formas políticas las que posibilitarán, en un medio con específicas limitaciones, la permanencia
histórica de una comunidad, que
tendrá en cada nuevo ciclo, que
replantearse su forma de relación
con la base de recursos de que
dispone.
Es el caso, de localidades
mineras del Norte Chico, como
Petorca y Llay-Llay, que naciendo vinculadas a la minería, en el
lapso de cien años han tenido que
reorientar sus actividades económicas por efecto del agotamiento
de los recursos que directamente
o como insumo servían para el
trabajo minero. Sin embargo, en
ninguno de estos cambios de giro
obtuvieron como resultado un
significativo cambio en los
niveles de calidad de vida.
En estos enlaces generados
entre el sistema social y el
ecológico se articulan los fenómenos de transformación espacial que dan contenido a la posibilidad de reinterpretar la historia desde un ángulo que
integralmente incorpore a la
ecología como concepto y factor
del desenvolvimiento social. Una
historia que avance en la explicación, y que supere la simple
descripción de situaciones
paisajísticas, permitirá reconocer
cómo han sido en el pasado reciente o lejano las formas específicas de la relación ambiental y de qué modo
ellas inciden en las decisiones sobre el estilo de desarrollo que persigue la sociedad en su conjunto. Una
historia que fundamentalmente explique sobre los modos del uso de recursos, sobre los diferentes resultados
espaciales y sus conexiones con las características de la
calidad de vida que presentaron los distintos grupos
sociales.
De las explicaciones que surjan de estos estudios
pendientes se podrá recrear la historia de los diferentes
modos del uso del espacio y de los recursos naturales.
Por ejemplo, es necesario revisar e incorporar a nuestro
saber colectivo las cosmovisiones espaciales de los colonos
alemanes que con obsesivo afán
despejaron para siempre los bosques que hasta mediados del siglo XIX cubrían la Región de
los Lagos y compararlas con la
«desordenada» ocupación casi simultánea de la Cordillera de la
Costa en la zona central. Entender cómo el fuego fue utilizado
como arma «de la civilización y
el progreso» y fue la corona humeante que podían enarbolar los
«colonos» de las áreas que se
incorporaron como parte de la
llamada «expansión nacional»
durante los últimos decenios del
siglo pasado. ¿Será útil esta revisión en momentos en que, cien
años después, se proclama una
conquista de otra zona a través
de la Carretera Austral? ¿Deben
necesariamente ser estos procesos de expansión verdaderas epopeyas de la destrucción natural?
Las respuestas a estas interrogantes son el desafío que intentamos sortear en la investigación histórico-ecológica y que
permitirán abrir los espacios
cognitivos sobre las transformaciones históricas del entorno físico, avanzando en nuevas formas de periodificación que superen las conocidas etapas políticas de la Colonia, Independencia o República, y se establezcan tiempos históricos en que se inserten las variaciones espaciales como estadios de desenvolvimiento social.
De igual modo, la revisión del conocimiento histórico que se postula permitiría reconocer las etapas de
desarrollo de una comunidad en relación a las condiciones de la calidad de vida de los diferentes segmentos sociales, en tanto éstas son una expresión comprobable, por ejemplo, de las características de la
redistribución del ingreso, y del control y propiedad de
los recursos, entre otros aspectos.
De la revisión histórico-ambiental que se propone
en el Cuadro 1 surge como corolario el que, a nuestro
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CIENCIA Y AMBIENTE
Contao, un caso de modernización fugaz*
Recuadro 2
En la localidad de Contao —ubicada
hoy en la comuna de Hualaihué, pro vincia de Palena, en la X Región confluyen de manera excepcional los
elementos que permi ten probar en una
especie de «laboratorio histórico», al gunos de los supuestos teóricos y
metodológicos de la ecohistoria. Se
conjugan, en primer lugar, la exis tencia
de un gran bosque de alerce, especie
valiosa por la calidad de su madera,
ubicado en un ecosistema complejo y
frágil. Se agrega un am plio proceso de
explotación que se desarrolló desde la
forma artesanal a una gran tala rasa y
que,
en
el
trans curso
de
aproximadamente veinte años terminó
con gran parte de las disponibilidades
económicas del recurso. Esta actividad
industrial dio origen al asentamiento
poblacional de Contao cuya comunidad
experimentó, junto a la empresa forestal,
su propia historia de auge y caída: igual
que las de sus alerces.
Contao se constituye en un caso de mostrativo de la interdependencia en tre
los recursos naturales y las posibi lidades
históricas de una comunidad. El inicio
de la explotación industrial del llamado
Complejo
Forestal
Contao
puede
fecharse aproximadamente en la década
de 1920, en el sector de Uagüepé y
Chaparano, por parte de la Sociedad
Explotadora de Alerces Reloncaví, la
que planificó un amplio complejo de
explotación con estudios técnicos,
apertura de caminos, insta lación de
bodegas y campamentos, muelles y
casas para el personal. El entusiasmo
generado por el proyecto
se reflejaba en las palabras del presi dente de la compañía: «los alerzales
permiten mantener esa producción por
más o menos 75 años». Las faenas
llevadas a cabo por esta empresa
terminaron con la mayor par te de los
alerzales costeros en la zona sur del
Estuario de Reloncaví. Los relatos y
descripciones de viajeros nos informan
que hacia los años 30 ya no
quedaban alerces en la zona de Puer to Varas, Calbuco, y muy pocos en
Maullín. Por tanto eran los distritos de
Lenca,
Chamiza,
Hualaihué,
Homopirén y Contao los que aporta ban con este tipo de madera, aproxi -
juicio, el actual debate sobre modernización económica carece de una perspectiva histórica. Esto inhibe el
establecimiento de nexos con un pasado en el que, bajo
otras circunstancias y hombres, pero en el mismo limitado espacio, otras sociedades chilenas vivieron el embrujo de sostener el crecimiento en una relación
depredativa del medio y frente a la cual las normas
legales de protección no fueron más que intentos fallidos de visionarios, superados por la incredulidad de
sus contemporáneos.
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Ambiente v Desarrollo - Jumo IW6
madamente, 60 mil pulgadas al año.
La presencia de cordones de cerros
que se anteponen a los bosques inte riores, la incapacidad técnica para el
desarrollo de caminos de montaña y
la rudimentaria maquinaria dejaron a
salvo por casi tres décadas al más
grande y probablemante más antiguo
alerzal de la Provincia de Llanquihue.
Durante el verano del año 1992 y el
otoño del 1995 concurrimos a Contao,
intentamos entremezclamos y estable cer entrevistas en que la comunidad
«contara» la historia del poblado. La
historia resultante es una suerte de
mosaico de auge y caída, de entrar a
un lugar en donde se respira en el
ambiente la sensación de espera de
que vuelva una vida mejor. En los
finales del año 1958 los prime ros
movimientos de ingenier os, traba-
La Historia Ecológica: nuevos temas, nuevos
problemas, nuevos modelos de análisis
Nuestra proposición es que la historia ecológica
puede ser un instrumento de explicación para un conjunto de fenómenos no estudiados y que hoy adquieren
una latente contemporaneidad al gatillarse conflictos
ambientales entre comunidades y actividades económicas en los que surge como elemento argumentativo
un trasfondo histórico que las partes manejan con des-
CIENCIA Y AMBIENTE
jadores y camiones advierten a los
habitantes de Contao el inicio de una
etapa de cambios. La empresa cons tructora Belfi comenzaba la construc ción de un camino costero de pene tración. El proceso de modernización
se acercaba.
Una sociedad formada por la e mpresa norteamericana Simpson Timber
Co. y la nacional Bosques e Indus trias Madereras S.A. (BIMA) se aso ciaron tanto en la compra de los pre dios como en el capital para iniciar la
explotación. En el verano de 1960
comienzan los trabajos de habilitación
del puerto de embarque, el camino
hacia el Volcán Apagado y el diseño
del futuro «Company Town». Dirigi dos por ingenieros forestales del país
del Norte, Contao empezó a vivir su
completa transformación. Los norte americanos venían a quedarse por un
largo tiempo. Los estudios aerofo togramétricos habían mostrado la exis tencia de más de 10 mil hectáreas de
alerce entre los primeros cordones de
cerros frente a Contao hasta el Lago
Cabrera. La política de incentivo a
las inversiones extranjeras y apertura
de las exportaciones impulsadas por
el gobierno de Jorge Alessandri, uni da a la aparente estabilidad política,
eran, entre otros factores económicos,
atractivos innegables para una mode rada inversión y alta rentabilidad. En
poco tiempo, estuvo listo el cam ino,
la pista de aterrizaje, el alcantari llado,
la planta generadora de luz y el
captador y filtro de agua para el con sumo directo.
Así también, nació el pueblo de
Contao. Con ordenada visión urbana,
surgieron construidas en alerce cerca
de cien casas perfectamente alinea das, con dos piezas, baño, cocina, un
patio trasero y un diseño típicamente
extranjero. Lo hispano no estuvo pre -
sente en ese funcional estilo. No hubo
plaza, ni iglesia. El «boliche» fue reem plazado por una abastecida pulpería,
ya que se impuso la «ley seca» para
este incipiente enclave del sur de
Chile.
El incremento y descenso poblacional
de Contao es un testimonio claro de
su proceso de auge y caída. En 1960
la población total llegaba a 427 perso nas, en 1970 se había incrementado
a 1.126 personas, en 1982 quedaban
978, y en 1992 sólo 365 conformaban
los habitantes del pueblo". Tanto para
los antiguos pobladores como para los
recién llegados, con los norteameri canos se inicia el período de auge y
progreso en su vida laboral. Los s ueldos eran buenos, y era costumbre te ner como referencia a los mineros del
cobre, en esa escala estaban casi a
la par. El trato con los chilenos era
exigente, pero respetuoso y deferen te. Eran «norteamericanos». Ni
«gringos», ni «yanquies» fueron ex presiones utilizadas por nuestros en trevistados. Aún hoy, transcurridos
más de veinte años, los nombres de
«Míster Griffin», «Míster Meyer» y
otros son recordados con afecto y
nostalgia.
Un tráfico diario de aviones se encar gaba de los enfermos más graves o,
incluso, como había buena paga, pi lotos civiles del aeródromo de Puerto
Montt realizaban «charter» para que
los trabajadores, con hijos y señora,
fueran los fines de semana largos a
distraerse a la ciudad. A los pocos
años de actividad, llegó la escuel a,
dos postas de primeros auxilios, y una
enorme sede social que se convirtió
en una «plaza de armas» con techo,
en que se conversaba, se discutía en
asamblea la organización de las fies tas o cualquier otro motivo para re unirse.
igual información y que constituye, a veces, el factor
que define el resultado final.
Nuevos temas pueden ser la historia de los procesos que redujeron al extremo los bosques nativos
desde el Maule hasta Reloncaví, y que ha derivado
probablemente en modificaciones del clima regional o
de las disponibilidades hídricas de las cuencas. De igual
modo se requeriría una historia de las relaciones de
poder y subordinación en el control de los cursos de
¿Hubo modernización en C ontao?
Para gran parte de sus actuales habi tantes, de ello no cabe duda. En lo
material: trabajo, buenos sueldos, vi vienda, luz, agua potable y alcantari llado gratis, escuela y actividades de portivas. En lo afectivo: los padres
veían la oportunidad par a sus hijos
que ellos habían sacrificado para sí;
al jubilar ellos, sus hijos varones ocu parían las plazas de empleo, no ten drían que emigrar, las generaciones
de reemplazo se irían casando y for mando los nuevos núcleos familiares.
Sin embargo, esta cas i paradisíaca
visión terminó prácticamente con la
misma velocidad con la que se formó.
Al cabo de diez años, la empresa en tró en crisis.
Tras varios procesos de privatización
de no muy clara procedencia ni obje tivos, el Complejo Forestal Contao,
como centro de explotación forestal,
murió. Ahora, no hay empleos en
Contao, los jóvenes deben emigrar en
busca de alternativas laborales, en la
sede social ya no hay ánimo para or ganizar fiestas, además ya no funcio na la planta generadora de electrici dad, de m odo que sólo cuentan con
un par de horas diarias de luz artificial
obtenida con un motor facilitado por
la autoridad. En un pueblo que nació
y vivió vinculado al bosque, la obten ción de leña se ha convertido hoy en
una faena sacrificada y en la que no
siempre se vuelve a casa con lo que
se necesita.
Notas:
* Extracto de Ramírez M., Fernando.
1995. «Contao: Un caso de
modernización fugaz» Ponencia
presentada al 5to Encuentro Científico
sobre el Medio Ambiente. Cipma,
Temuco, 1 al 4 de agosto. ** Fuente:
Entidades de población, INE.
agua y que fueron condicionando las posibilidades de
pequeñas economías campesinas alternativas en valles
de la costa.
Se abre también la posibilidad de entender históricamente otras cosas, comprender de otra manera el
pasado. Esto, a su vez, exige trabajar con preguntas
renovadas: ¿cómo y bajo qué circunstancias socio-económicas fueron cayendo los alerces de Chiloé?, ¿qué
impactos generó en los ecosistemas estepáricos y la
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CIENCIA Y AMBIENTE
En este momento de toma de decisiones
en cuanto al desarrollo futuro del país,
cabe preguntarse si la ciencia histórica
tiene algo que aportar en el tema de las
modificaciones ambientales o en la
contemporánea discusión sobre
modernización económica.
economía artesanal del Norte Chico la caza de más de
tres millones de chinchillas durante los primeros decenios de este siglo? ¿cuánta contaminación acumulada
se heredó del modelo de industrialización impulsado
por el Estado desde la década de los 40?
Se requiere ahora trabajar con otro tipo de materiales para la reconstrucción histórica. Aquellos registra-
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Ambiente y Desarrollo - Junio 1996
dos en la memoria colectiva y rescatados por la recopilación oral, o lo entremezclado en datos estadísticos
sobre exportación de pieles, o en el cuento y canto
popular, o en los considerandos de un fallo judicial
sobre deslindes de propiedad, u otras fuentes similares.
Estamos iniciando el rescate de estos hechos hasta ahora imperceptibles e insignificantes, protagonizados por
cualquier persona y por todas las personas. La forma
de mirar el paisaje, de botar la basura, de sacar leña del
bosque, pueden ser hechos de la historia si para la
sociedad ellos pueden conformar el mosaico de un
problema histórico.
Cada respuesta obtenida nos permitirá comprender
las limitaciones históricas que se han establecido en el
país como resultado de los efectos de transformaciones
ambientales en gran escala. No se trata de reflotar el
antiguo deterninismo geográfico, sino de reinsertar el
entorno natural como marco explicativo de las modalidades de crecimiento económico.
Estas renovaciones temáticas y analíticas derivan
en cambios metodológicos que permiten incorporar el
carácter interdisciplinario que tiene el enfoque
histórico-ecológico, rescatando, por ejemplo, la oralidad
retenida en el inconsciente colectivo rural, o reintroducir
la actividad del historiador en terreno, lo que permite
un contacto visual con el paisaje y que alimenta las
necesidades explicativas del investigador de la historia.
El desafío asumido es elaborar, entonces, una
Historia Ecológica de Chile que arranque del marco
teórico señalado anteriormente, y que abra paso a visiones más integrales para la comprensión de nuestro
pasado. AD
Referencias bibliográficas
(1) Braudel, Ferdinand. 1990. La Historia y las Ciencias
Sociales. Alianza Editorial, pp. 60 -106.
(2) Ramírez M., Fernando. 1995. Folchi D., Mauricio: La
Renovación de la Historiografía Nacional y la Propuesta de la
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Documento N º 2. Seminario Historia y Medio Ambiente, 1995.
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Donoso, Claudio. 1983. Modificaciones del paisaje chileno a lo
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