04 sec ok.julio:COPPCOPP 7/8/09 6:17 PM Page 89 El doble Bruno Estañol SIGMUND FREUD, LO SINIESTRO Y EL DOBLE El primero que habló de la extrañeza en un texto literario fue Sigmund Freud. En su artículo sobre “Lo Siniestro” analizó el cuento “El hombre de arena” de E.T.A. Hoffmann y declaró que en este cuento el elemento extraño era lo siniestro. Vale la pena detenerse en sus reflexiones por el valor que pueden tener para la literatura en general y para la ficción en particular. Freud astutamente arguye que lo extraño no es algo que ocurre fuera del contexto de la vida cotidiana, sino que es aquello encontrado dentro de lo familiar, de lo común de la vida. Refuta primero a H. Henscht quien comparó lo siniestro o extraño con lo insólito. Freud llamó a esta sensación de extrañeza Unheimlich. Lo familiar es Heimlich. Lo Unheimlich es lo extraño que ocurre dentro de esta familiaridad. Otras lenguas como el inglés tienen un nombre para esta sensación: uncanny. Este último nombre tiene también una gran riqueza connotativa. De hecho Freud encuentra varias palabras en francés, en latín y en español que se refieren a lo extraño. La palabra latina quizá más aproximada es lo inquietante. La interpretación de Freud es que la sensación de extrañeza ocurre porque despierta fantasmas inconcientes reprimidos desde la infancia. El escritor es una persona que tiene acceso momentáneo al inconsciente y puede traerlo a la conciencia. Puede quedar dañado o salir indemne de este buceo interno. Si los cuentos del doble pertenecen al género del terror es acaso porque tienen esta cualidad. Quizás uno de los fantasmas infantiles que mayor relación tienen con el tema del doble es lo que Freud llamó la novela familiar y que vinculó al complejo de Edipo. El concepto de la novela familiar implica que el niño o niña de alrededor de los seis o siete años imagina que fue abandonado y recogido; que sus verdaderos padres fueron otros y que él o ella tiene padres distintos y por lo tanto una identidad distinta. A veces piensa que sus padres fueron personas de un mayor nivel económico o cultural. Percibe a sus padres como extraños y él mismo se siente diferente. Estos pensamientos y sentimientos son reprimidos pero pueden volver en circunstancias propicias. El tema del doble recupera estos sentimientos de la infancia largamente olvidados y bruscamente recuperados. Cuando Edgar Allan Poe fue acusado injustamente de copiar a E.T.A. Hoffmann, diciéndole que el horror venía de Alemania, contestó que el horror venía del alma. Hay que recordar que Poe sí fue un niño adoptado. E.T.A . Hoffmann fue el hijo de un matrimonio desgraciado. Cuando contaba tres años, el padre se separó de su pequeña familia y jamás volvió a ella. En su artículo “Lo Siniestro”, de 1919, Freud analiza después del sentimiento de lo extraño y siniestro el problema del doble como el tipo de relato que produce con mayor intensidad la sensación de extrañeza. Menciona que Otto Rank escribió un texto sobre el tema. Piensa que el tema da para más y expone sus puntos de vista. Rank analiza el tema del doble partiendo del relato de H.H. Ewers: Der Student von Prag (El estudiante de Praga). El protagonista de El estudiante de Praga ha prometido a su novia que no matará a su adversario en un duelo. Dirigiéndose al lugar en el cual debe efectuarse el lance se encuentra con el doble, quien le comunica que acaba de dar cuenta de su rival. Aquí el doble hace lo que realmente uno quiere en contra de las convenciones sociales y de las propias ideas conscientes. Este texto ha sido poco estudiado a lo largo de los años. Freud empieza diciendo que él ha tenido pocas veces el sentimiento o sensación de lo siniestro. Sin embargo, más adelante se contradice y relata que en un viaje a Italia se perdió en una parte poco recomendable de la ciudad (zona de prostitutas) y por más esfuerzos que hacía siempre regresaba al mismo lugar. Esta repetición le ocasionó un sentimiento de extrañeza muy grande. Esta recurrencia de los temas es fundamental para la comprensión de la mente humana. Oigamos la voz de Freud: Dado el carácter siniestro del “doble” será interesante considerar el efecto que nos produce la propia imagen cuando se nos presenta inesperada e inopinadamente. E. Mach describe dos observaciones de esta clase en Analyse der Empfindungen (Análisis de las Sigmund Freud en 1885 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MÉXICO | 89 04 sec ok.julio:COPPCOPP 7/8/09 6:17 PM Page 90 Freud con su hija Sophie sensaciones). En una ocasión no fue pequeño su sobresalto al reconocer el propio rostro en la cara que veía; otra vez juzgó de modo muy poco favorable a un presunto extraño que montaba en el ómnibus que él tomaba: ¿Pero qué maestrucho venido a menos es éste que sube aquí? Yo puedo narrar una aventura análoga: Una vez estaba sentado, solo, en un compartimiento del coche dormitorio, cuando, al abrirse por una sacudida del tren la puerta del lavabo contiguo, vi entrar a un señor de cierta edad, envuelto en su bata y cubierto con su gorra de viaje. Supuse que se habría equivocado de puerta al abandonar el lavabo que daba a dos compartimientos, de modo que me levanté para informarlo de su error, pero me quedé atónito al reconocer que el invasor no era sino mi propia imagen reflejada en el espejo que llevaba a la puerta de comunicación. Aún recuerdo que el personaje me había sido profundamente antipático. De modo que en lugar de asustarnos ante la aparición del doble, ambos —tanto Mach como yo— ni siquiera lo habíamos reconocido. Pero ¿no será el desagrado que causó su presentación el resto de aquella reacción arcaica de acuerdo con la cual se percibe al doble como algo siniestro? El texto de Freud sobre lo extraño es extraño en sí mismo. Creo, no obstante, que su texto sobre el doble sigue siendo insuperable. El tema del doble aparece tempranamente en la psique humana. Es antes que 90 | REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MÉXICO nada una defensa contra la muerte. El tema es que dentro de nuestro cuerpo habita un alma inmortal. El miedo a los muertos se basa en esta creencia. Todavía están vivos en algún lado. Por eso lo siniestro aparece en relación a los muertos y a la muerte. Freud declara que otros temas siniestros son: la ceguera, la omnipotencia del pensamiento, “los miembros separados, una cabeza cortada, una mano desprendida del brazo... pies que danzan solos... la epilepsia y la demencia”. Tales fenómenos aparecen en los sueños. “Nada tenemos que decir de la soledad, del silencio y la oscuridad, salvo que éstos son realmente los factores con los cuales se vincula la angustia infantil. Jamás extinguida totalmente en la mayoría de los seres”. EL DOBLE, EL OTRO ¿EL MISMO? A todos, en algún momento, se nos ha revelado que tenemos un doble. A veces lo encontramos en el supermercado, en la escuela primaria, en el autobús de la ruta 95 de París, en el Hotel Hacienda, en el metro de Londres, de regreso a la ciudad natal, en el exilio, en la vejez al lado del río Charles. Lo contemplamos la mayoría de las veces con odio, otras con perplejidad y pocas veces con felicidad o ternura. El otro puede ser una alimaña persecutoria a quien tratamos de enterrar o puede ser aquél que fuimos y odiamos, o el que nos gustaría haber sido, con aquellas virtudes que nadie tiene. En otras ocasiones nos damos cuenta de que el otro tiene un doble: que la persona que creíamos que era no lo es más, o inclusive que ha cambiado de un modo sutil, física o mentalmente. A veces, el otro es un retrato externo que se descompone por la vida crapulosa. Casi siempre el doble es malo aunque puede ser uno mismo de joven, más guapo o inteligente con las oportunidades que uno no tuvo. Los escritores con frecuencia tienen varios dobles. La mayoría hacen cosas que no puede hacer el escritor en la vida cotidiana dedicada a trabajar, copular, hacer política y amistades. De hecho la escritura es un ejercicio de doblez; el que se sienta frente a la máquina de escribir o la computadora es otro. Vamos por la vida con un doble adentro y a veces también con uno afuera. La narración con sus diferentes puntos de vista es un magnífico ejercicio de enmascaramiento. El otro es una máscara y al mismo tiempo uno también es una máscara. No se sabe quién inventó el tema del doble, del sosia, del doppelgänger como ejercicio literario. Hay escritores que han escrito varios cuentos del doble. E.T.A. Hoffmann es uno de ellos. Edgar Allan Poe, Borges, Cortázar, son otros. La mayoría de los autores han escrito un solo cuento con el tema. El tema del doble ha fatigado la narrativa. Los cuentos con el tema del doble enardecen la imaginación de los lectores. Existen también muchas novelas del doble; El doctor Jekyll y el señor Hyde de Robert Louis Stevenson, Los elíxires del diablo de E.T.A. Hoffmann, El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde, El doble de Fyodor Dostoievski, La esquina feliz de Henry James, así como muchas películas. El caso de Stevenson es de interés porque él mismo ha declarado que soñó el relato y, en este caso, la elaboración inconsciente es más patente. En algunas ocasiones la figura del doble está velada o disfrazada por el autor de tal manera que no reconocemos su verdadero carácter. Sin embargo, la mayoría de las historias sobre el doble pertenecen a las novelas cortas o cuentos cortos. De alguna manera los cuentos se prestan mejor a la figura del doble. Algunos cuentos memorables donde aparece el doble son: 1. “William Wilson” (Edgar A. Poe) 2. “El horla” (G. de Maupassant) 3. “Una flor amarilla” (J. Cortázar) 4. “El rincón feliz” (H. James) 5. “Ligeia” (Edgar A. Poe) 6. “La burbuja y otras noticias del futuro” (Rafael Pérez Gay) 7. “El doctor Jekyll y el señor Hyde” (R.L. Stevenson) 8. “Un suceso sobre el río Creek” (Ambrose Bierce) 9. “Aura” (Carlos Fuentes) 10. “Muñecas rotas” (H. Lara Zavala) 11. “Continuidad de los parques” (J. Cortázar) 12. “Borges y yo” (J.L. Borges) Obviamente existen otros muchos cuentos y relatos en los cuales el tema del doble aparece ya en forma principal o tangencial. 04 sec ok.julio:COPPCOPP 7/8/09 6:17 PM Page 91 EL DOBLE He comprobado que la mayoría de los escritores que conozco recuerdan perfectamente bien los cuentos con el tema del doble y no así los cuentos con otros temas. ¿Cuál es la razón de esta preferencia? ¿Por qué el tema del doble ha sido preferido por autores y lectores a lo largo del tiempo? En última instancia me pregunto a mí mismo por qué el tema del doble ha sido de interés infatigable para mí. ¿Es que toca un tema universal? ¿Es el doble un verdadero fantasma de todos los seres humanos? La lectura y la relectura de estos cuentos me ha planteado diversas preguntas como se las ha planteado a otros. Sospecho que toca el corazón de la elección del tema en la narrativa. La apabullante conclusión es que los cuentos del doble tocan una fibra sensible de todos los seres humanos; en estos cuentos uno siempre encuentra algo de uno mismo. ¿Tenemos todos un doble? Poe tenía razón cuando decía que un cuento debía ser calculado para causar un efecto. Este efecto puede ser, de ansiedad, de terror, de extrañeza, de felicidad. La extrañeza es quizás el efecto más impactante que puede ocasionar una narración. Harold Bloom considera que la extrañeza es el carácter más importante que una narrativa puede tener. ¿Por qué? Los cuentos del doble no se perciben como inverosímiles. No apelan a la suspensión temporal de la incredulidad (temporal suspension of disbelief de Coleridge) que es la principal característica de los cuentos fantásticos. Creo, de hecho, que son un género propio aunque muy cercanos a los cuentos de terror. La idea de que existe un doble puede considerarse, en pocas ocasiones, como una idea delirante o delusoria. De hecho existen dos síndromes mentales en que el tema del doble aparece como un delirio: el síndrome de Capgras, en el que el individuo delirante piensa que han cambiado al ser querido y el actual, el que está viendo, es un impostor o usurpador, y el síndrome de Fregoli, donde existe la idea delusoria de que una sola persona tiene muchas apariencias. Este último síndrome es nombrado en base al transformista italiano de principios del siglo XX, Leopoldo Fregoli, quien se cambiaba de ropa y de carácter con una velocidad vertiginosa. Joseph Capgras describió su síndrome en 1927 y en forma muy apta lo llamó: l’illusion des sosies (la ilusión de los dobles). Es posible que Guy de Maupassant haya tenido uno de estos síndromes. El doble puede aparecer sin hacer nada, como en “El rincón feliz” de Henry James, o puede dialogar tranquilamente con nosotros como en “Borges y yo”, o actuar malignamente como Mr. Hyde o William Wilson. El talento no tiene nada que ver con nuestra salud mental. Uno puede ser sano, neurótico o psicótico y producir una obra de valor. “El horla” fue probablemente escrito cuando Guy de Maupassant ya tenía sífilis cerebral pero eso no le resta un céntimo de mérito. EL DOBLE EN LA LITERATURA El doble puede ser el que encarne todo lo malo que tenemos dentro de nosotros y que no podemos aceptar. El doble puede ser el que encarne todo lo bueno que tenemos dentro de nosotros y no podemos aceptar. Éste es el tema de William Wilson y también del doctor Jekyll y Mr. Hyde. Es quizá también el caso de El retrato de Dorian Gray y “El horla”. El doble es terrible en su persecución. No da tregua ni respiro. El doble de Borges es el reconocimiento humilde que ha ido por la vida con una máscara. El doble de “Una flor amarilla” es el mismo Cortázar pero más joven y pleno de posibilidades. El doble de “El rincón feliz”, es el propio Henry James de joven y aquél que hubiera sido si no hubiera emigrado a Inglaterra. Es el mismo narrador que se ha quedado en Nueva York y pudo haber vivido una vida diferente de la que vivió en Londres. También el doble de Rafael Pérez Gay es el mismo pero más joven. Ahí el tema se invierte: el doble de mayor edad considera su vida echada a perder por la inevitabilidad de la vida cotidiana. En otros cuentos el doble no es el doble del narrador sino el doble del otro. Una mujer aparece duplicada: una joven y una vieja son una y la misma, como en Aura, una mujer odiada se convierte en la mujer querida como en “Ligeia”, un amigo que no se ha visto en mucho tiempo se ha convertido en un hombre diferente como en “Visita a la tumba” de Edgar Allan Poe. En “Un suceso sobre el río Creek”, Ambrose Bierce, deja a su personaje vivir intensamente, desdoblado, unos segundos antes de morir. Lara Zavala deja vivir a su doble innominado, lastimado, por los laberintos del metro de un Londres siniestro que recuerda al de Thomas de Quincey. ¿Tendrá Dios un doble? Freud con Anna en el otoño de 1928 REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MÉXICO | 91