Siglo nuevo El topo, 1970. EL HILO NARRATIVO SERÁ EN OCASIONES LANZADO AL BASURERO COMO SI SE TRATARA DE UNA CAMISA DE FUERZA propio Jodorowsky). Esto, tras subir semidesnudo en un ancla a la cima de una de las torres de Ciudad Satélite. Lo hace movido por sus ansias de riqueza. Pero el Alquimista pretende enseñarle a transformarse de excremento a oro, a alcanzar un nivel de iluminación sin precedentes. Teniendo como escenario las calles y los edificios de la Ciudad de México donde se masacra a estudiantes ante turistas gringos, donde se reproduce la figura de Cristo en cantidades industriales, se prostitu- ye a las niñas o los conquistadores españoles se vuelven sapos en un sangriento espectáculo callejero de circo; la primera etapa del periplo contiene resonancias que conmueven nuestro imaginario nacional en lo más profundo. Si ése no es suficiente desafío ante lo convencional, el hilo narrativo será en ocasiones lanzado al basurero como si se tratara de una camisa de fuerza para así darle paso al trepidante despliegue libre de metáforas visuales, desde las hermosas hasta las abyectas. En la segunda etapa le serán presentados al mendigo sus nueve acompañantes, representando cada uno un planeta del sistema solar. El periplo psicodélico del «psicomago» del cine también tiene mucho de visionario: las obsesiones actuales con la cirugía plástica, las armas, la comercialización del arte, las máquinas para sentirse amado y la violencia institucionalizada encuentran su crítica en cada uno de los planetas de los acompañantes del ladrón. El viaje se tornará ácido conforme los viajeros se vayan acercando a la montaña sagrada y tengan que enfrentar sus peores pesadillas. La inmortalidad tiene su precio. Al final, el objetivo de la iluminación no habrá sido más que un truco cinematográfico. Pero en el ínter, Jodorowsky les habrá dado a muchos cineastas la lección de no dejarse limitar por las cadenas de lo racional. Algunos jóvenes de nuestro tiempo le pondrán mucha atención. La montaña sagrada, 1973. Sn • 25