1 La epístola de Judas La Epístola de JUDAS Norman Holmes 2 La epístola de Judas “La Epístola de Judas” Registrado © Agosto 2001 por Norman Holmes Libro de texto de Zion Christian University usado con permiso. Todos los derechos reservados. Traducción y edición en castellano: equipo de trabajo de IBJ - Guatemala Diseño de portada: Impreso en Guatemala, Centroamérica. A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas fueron tomadas de la Santa Biblia, versión Reina Valera, © 1960 Sociedades Bíblicas Unidas. Para mayor información o copias adicionales, diríjase a esta dirección: Instituto Bíblico Jesucristo Apartado Postal 910-A Guatemala, Centroamerica Tel: +502 5219-0444/45 Fax: +502 2472-8817 e-Mail: ibjcristo@gmail.com, ibj@ibj-guatemala.org Página web: www.ibj-guatemala.org ISBN # 1-890381-11-X La epístola de Judas 3 AGRADECIMIENTOS Al equipo de trabajo de Instituto Bíblico Jesucristo Guatemala que realizó la traducción, corrección de pruebas, y detalles tipográficos de esta obra. A Kevin Womack y Sarah Humphreys por su excelente colaboración al formato final de la edición en inglés de este libro. Al Pastor Brian Alarid, quien diseñó la portada de la edición en inglés de este libro. 4 La epístola de Judas 5 La epístola de Judas ÍNDICE Bosquejo 7 Introducción 9 Parte 1 Introducción (v. 1-4) 15 Parte 2 Advertencias y reprensiones (v. 5-16) 19 Parte 3 Exhortaciones a los fieles (v. 17-23) 65 Parte 4 Doxología (v. 24-25) 71 6 La epístola de Judas 7 La epístola de Judas BOSQUEJO LA EPÍSTOLA DE JUDAS PUEDE SER ORGANIZADA DENTRO DE ESTE BOSQUEJO: PARTE I:INTRODUCCIÓN, v. 1-4. A. Salutación de Judas, v. 1-2. B. La razón de Judas para escribir, v. 3-4. PARTE II: ADVERTENCIAS Y REPRENSIÓN, v. 5-16. A. Juicio en el pasado para los descarriados, v. 5-7. B. Las características de los descarriados, v. 8-13. C. Juicio futuro para los descarriados, v. 14-16. PARTE III: EXHORTACIÓN A LOS FIELES,v. 17-23. A. Recordar las advertencias de los apóstoles, v. 17-19. B. Fortaler la fe, v. 20-21. C. Buscar rescatar a los descarriados, v. 22-23. PARTE IV: DOXOLOGÍA, v. 24-25. 8 La epístola de Judas 9 La epístola de Judas INTRODUCCIÓN PROPÓSITO Judas escribió esta epístola (o carta) para advertir a los santos acerca de la mezcla que se estaba infiltrando en la Iglesia, de manera que ellos pudieran guardar sus corazones cuidadosamente de las trampas del enemigo, y proseguir hacia la madurez. A pesar de que la Iglesia Primitiva comenzó con un avivamiento genuino, Judas observó que muchos creyentes estaban desviándose hacia falsa doctrina y pecado. Desde los inicios, siempre han habido dos corrientes en la Iglesia: Un remanente que busca, en pureza, una mejor herencia, y una corriente de creyentes, que están cayendo, en un proceso regresivo, en dirección a la apostasía. Hoy en día hay multitud en la Iglesia que se encuentran en el valle de la decisión. Ellos escogerán responder al supremo llamamiento de Dios para seguir adelante, o se dejarán llevar por la corriente de la tibieza, el descuido y la rebelión que eventualmente degenera en destrucción. El mensaje de Judas es una advertencia urgente para la Iglesia de nuestros tiempos. ¡Su objetivo es hacernos tomar conciencia de los conflictos que nos rodean hoy, en el Cuerpo de Cristo y hacernos percibir los peligros que persiguen corromper nuestro propio corazón! TEMA CENTRAL El tema central de Judas es “ser guardado o preservado”. Judas usa la palabra griega tereo cinco veces en su corta carta y la 10 La epístola de Judas palabra phulasso una vez. Ambas palabras significan “vigilar, guardar, permanecer, preservar o conservar”. Profundizaremos en este tema a través de todo el libro. UBICACIÓN La ubicación de un libro en la Biblia puede tener mucho significado. Por ejemplo, el libro de Génesis es, naturalmente, el primer libro de la Biblia porque nos relata el origen de todas las cosas. Por otro lado, el libro de Apocalipsis está al final de la Biblia porque nos muestra la consumación de todas las cosas. El libro de Judas también está puesto al final de la Biblia, casi escondido, seguido por el libro de Apocalipsis. El Espíritu Santo lo ubicó aquí para mostrarnos su importancia a los que estamos viviendo casi al final de la Era de la Iglesia, cuando el engaño y la rebelión se intensifiquen. Nuestro Señor Jesús nos advirtió de esto en Mateo 24:3-5, 11, cuando Él dijo que antes de Su venida, muchos serían engañados por falsos profetas y falsos cristos. El apóstol Pablo también confirmó, en 2 Tesalonicenses 2:1-12, el gran engaño y apostasía que surgirán justo antes de la Segunda Venida de Cristo. Por ello, la ubicación del libro de Judas sugiere tener una advertencia especial para nosotros, los que vivimos estos últimos días, en espera del pronto cumplimiento de los eventos profetizados en el libro de Apocalipsis. AUTOR El versículo 1 nos dice que el autor de esta carta es Judas, el hermano de Santiago (o Jacobo). Su nombre “Judas”, en griego, es el mismo nombre “Judá”, en hebreo. Hubo muchos hombres llamados Judas en el Nuevo Testamento. Dos de los doce primeros apóstoles se llamaron Judas. Uno fue Judas Iscariote, el traidor; el otro fue Judas Lebeo (o Tadeo) el hijo, no el hermano, de un hombre llamado Jacobo, según leemos en Lucas 6:16. La epístola de Judas 11 El autor de esta epístola no fue ninguno de estos dos. Tanto la Biblia como la historia de la Iglesia confirman, que el hombre que escribió este libro fue Judas, el mencionado en Mateo 13:55 y Marcos 6:3. De estas escrituras entendemos que Jesucristo tuvo cuatro medio hermanos más jóvenes, incluyendo uno llamado Judas. Ellos eran medio hermanos por ser todos hijos de María, pero José no era el padre de Cristo, ¡Dios era Su Padre! Sin embargo, por haber crecido todos en una misma familia, podemos entender como la influencia de Cristo debió haber ayudado a preparar a Judas y a su hermano mayor Jacobo, para llegar a ser notables apóstoles y autores de la Iglesia Primitiva. Jacobo se convirtió en el anciano gobernante de la iglesia de Jerusalén. Judas y sus hermanos crecieron bajo la sombra de Jesús, su hermano mayor. En la sociedad oriental al hijo primogénito se le da una posición más alta de respeto e influencia, que la que se da en la sociedad occidental. Los Evangelios también sugieren que antes que Jesús cumpliera treinta años e iniciara Su ministerio, José, el esposo de María, habría ya muerto, ocupando Jesús la posición como cabeza de casa. Jesús habría sido, entonces, el responsable de guiar y proveer para Su madre viuda, Sus hermanos y hermanas más jóvenes. Podemos ver que Jesús estuvo preocupado por esta responsabilidad, incluso hasta el final de Su ministerio; ya que estando Él en la cruz, le pidió al apóstol Juan que cuidara, en su lugar, de Su madre viuda (Jn. 19:26-27). Mateo 13:55-56, también nos dice que Jesús tuvo varias hermanas, así como cuatro hermanos menores, a quienes María debió haberles dicho, en muchas ocasiones, al igual que les dijo a los sirvientes en las bodas de Caná de Galilea: “Haced todo lo que os dijere” (Jn. 2:5). ¿Podríamos de alguna manera menospreciar el impacto causado sobre estos cuatro hermanos y hermanas más jóvenes, habiendo tenido a Jesús como su hermano mayor? Después que María quedó viuda, ¿podemos imaginar lo que debió haber sido tener a 12 La epístola de Judas Jesús como el hombre que dirigía la casa? ¡Ellos vieron un ejemplo de completa perfección en el liderazgo de la familia! ¡Qué patrón de rectitud debió haberse mantenido en esa casa! ¿Acaso es de extrañar el mensaje de justicia que se proclama con gran fuerza desde lo profundo de las epístolas escritas por Judas y Santiago? Por más de veinte años estos dos hermanos habían crecido bajo la sombra de la vida perfecta de su hermano mayor, mientras que los doce apóstoles tan sólo caminaron con Él por tres años y medio. Judas probablemente empezó su ministerio como predicador itinerante viajando en compañía de su esposa, como Pablo lo implica en 1 Corintios 9:5. Él y sus hermanos estuvieron entre los 120 del Aposento Alto, junto a María, en el día de Pentecostés (Hch. 1:14-15). Como mencionamos anteriormente, el nombre de Judas en el griego original es “Judas”. En aquel tiempo, este nombre judío era muy popular en honor a Judas Macabeo, quien dos años antes había ayudado a dirigir a Israel hacia la libertad del dominio Sirio. Sin embargo, el Judas más famoso y recordado de todos los tiempos, es el Iscariote, el apóstol que traicionó a Cristo. El nombre Judas siempre ha sido asociado con traición y rebelión. ¡Parece significativo que el Espíritu Santo escogió la Epístola de Judas para advertirnos del peligro del descarriamiento! ÉPOCA EN QUE SE ESCRIBIÓ Debido al silencio del Nuevo Testamento y de la historia, no podemos saber exactamente cuándo fue escrita esta carta. Sin embargo, podemos encontrar varios indicios útiles, por ejemplo: Judas 4 al 8 por su gran similitud con 2 Pedro 2:1-4, así como en Judas 18 se repite la advertencia acerca de la cual Pedro escribió en 2 Pedro 3:3. Esto sugiere que Judas estaba familiarizado con la Segunda Epístola de Pedro, o que por lo menos, conoció muy bien las últimas enseñanzas de él. La epístola de Judas 13 Nosotros podemos también notar que mientras Pedro advirtió en su última epístola acerca de la venida de falsos maestros, Judas escribió en su carta que los falsos maestros ya habían entrado en la Iglesia. Esto podría sugerir que Judas escribió su carta después que Pedro había escrito su segunda epístola, a mediados del año 60 d.C. Entonces podríamos situar el tiempo de escritura de Judas entre el año 66 ó 67 d.C. Si Judas fue enviado a trabajar al mundo judío alrededor de Jerusalén, por necesidad, su época habría de ser varios años antes de que Jerusalén fuese destruida y Palestina fuese saqueada, en el año 70 d.C. Este cálculo también indica que Judas tenía alrededor de 60 años cuando escribió su epístola. Por ser un predicador itinerante, testigo de la introducción encubierta de mezcla maliciosa a la Iglesia y como un embajador maduro del reino celestial, Judas dio una advertencia severa y poderosa de “contender por la fe, la cual fue dada a los santos”. 14 La epístola de Judas 15 La epístola de Judas La Epístola de JUDAS Parte 1 INTRODUCCIÓN VERSÍCULOS 1-4 A. SALUTACIÓN DE JUDAS, VERSÍCULOS 1-2 Judas 1-2 “Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo: Misericordia y paz y amor os sean multiplicados”. “Judas, siervo de Jesucristo…” En el versículo 1, Judas no se identifica como hermano de Jesucristo, sino como su siervo. En sus epístolas, Judas y Jacobo nunca se identificaron personalmente como hermanos de Jesús, aunque algunos de los otros escritores del Nuevo Testamento sí los identificaron de esta manera (Mt. 13:55; Mc. 6:3; 1 Co. 9:5). Ésta fue una demostración de piadosa humildad, al no querer exaltar un parentesco carnal del cual ellos pudieron haberse 16 La epístola de Judas vanagloriado (2 Co. 5:16; Lc. 8:19-21). Esta demostración contrastó claramente con las actitudes que ellos habían tenido antes de creer en Jesús (Jn. 7:3-5; Mc. 3:20-21). Anteriormente, Judas se había unido a sus hermanos para decirle a Jesús lo que Él debía hacer, pero ahora Judas se refiere a sí mismo como siervo (o esclavo) de Jesucristo. Judas 1 “Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo”. Judas habló de sí mismo como hermano de Jacobo. Todos en la Iglesia Primitiva habrían reconocido a este Jacobo, por ser el anciano gobernante de la iglesia de Jerusalén. En Hechos 15:13-21, 21:17-26 y en Gálatas 2:9-10, podemos ver la posición de influencia de Jacobo. En la salutación de Judas, versículos 1-2, encontramos tres triadas: “Judas, Jesucristo y Jacobo”, “llamados, santificados y guardados” y “misericordia, paz y amor”. Toda la epístola está llena de triadas, Judas, de esta manera, buscó enmarcar sus pensamientos en patrones divinos y exponer la sabiduría de Dios con simple lógica. ¡Todo aquel que desee ser un predicador eficaz, debe también aprender esta lección! En el versículo 1, Judas les escribe a aquellos que son “preservados” o “guardados” (tereo en griego) en Jesucristo. Inclusive, en el versículo 21, se les dice a los lectores “conservaos” (tereo otra vez). Judas hace énfasis en el poder guardador de Cristo, pero también enfatiza nuestra responsabilidad personal de no descarriarnos. Debemos usar correctamente la Palabra de Dios sobre esta verdad. Es imperativo balancear los dos conceptos: el de nuestro libre albedrío (enfatizado en la historia de la Iglesia por la Teología Arminiana) y la soberanía de Dios (la cual es enfatizada por la doctrina Calvinista). B. LA RAZÓN DE JUDAS PARA ESCRIBIR, VERSÍCULOS 3-4 Judas 3-4 “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados La epístola de Judas 17 para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo”. En los versículos 3 y 4, Judas dice el propósito de su carta. ¡Es para advertir a los santos acerca de la apostasía en la Iglesia! Judas dijo que él quería escribir a sus lectores acerca de su común salvación, pero en lugar de eso se sintió guiado a escribir una advertencia. Judas pudo ver cómo la mezcla de lo profano y lo santo se introdujo en la Iglesia, especialmente por haber sido un predicador itinerante en contacto directo con los problemas. Esta mezcla había sido profetizada por Cristo (Mt. 13:24-30, 36-43) y advertida a la Iglesia por los apóstoles (Jud. 17-18). En el versículo 3, somos exhortados a “contender ardientemente” por la fe cristiana. “Contender ardientemente” es la palabra griega “epagonizesthai”, cuya raíz es “agonizar”. De la misma manera, que un atleta debe luchar intensamente para vencer a sus oponentes, así también somos llamados a “agonizar” en contra del engaño y el pecado, en defensa de la fe pura. El versículo 4, nos dice que éstos que llegaron a ser apóstatas fueron “destinados” o “señalados” para esta condenación. Esto no significa que fueron predestinados a descarriarse en una forma fatalista, no pudiendo evitarlo personalmente. La palabra griega usada aquí es “progegrammenoi”, que significa “escrito de antemano” y habla de cómo los descarriados ya habían sido advertidos del juicio. La profecía de Enoc (Jud. 14-15) es un ejemplo de cómo han sido advertidos del juicio venidero por causa de su apostasía. Este versículo 4 nos muestra dos problemas que estos “hombres impíos” estaban introduciendo en la Iglesia. El primer problema fue que ellos “convirtieron la gracia de Dios en libertinaje”. Esta palabra libertinaje también significa disolución o inmoralidad desenfrenada. Estos hombres estaban torciendo la verdad acerca de la gracia de Dios; declarando que podían pecar abiertamente, porque Dios es misericordioso y perdonador. 18 La epístola de Judas El apóstol Pablo escribió en Romanos 6:15: “¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡En ninguna manera!” Pero estos apóstatas estaban diciendo exactamente lo contrario: “¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡Por supuesto que sí!” Esta falsa doctrina ha sido enseñada bajo diferentes nombres y títulos a través de la historia de la Iglesia, tales como antinomianismo, gnosticismo, libertinaje, seguridad eterna y gracia disoluta. Esto ha animado a los cristianos a no sentirse culpables al cometer pecado. Es en realidad un espíritu perverso que adormece a la gente, hasta hacerlos caer en un sueño espiritual y, finalmente, los lleva al infierno. Ésta es la razón por la cual Judas combate este error con unas advertencias tan severas. El segundo problema que nos muestra el versículo 4, es acerca de estos hombres impíos que “niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo”. Estos apóstatas no van a pararse y decir, abiertamente, que no creen en Dios o en Jesucristo. De hecho, predicarán dramáticamente acerca de la Biblia, testificando cómo han salido de la esclavitud del legalismo. Muchos de ellos son descarriados pentecostales. Sin embargo, ellos ciertamente están negando el Señorío de Cristo sobre sus vidas, debido a su pecado desenfrenado (Tit. 1:16). Como dice el dicho: “¡O Él es Señor de todo, o Él no es tu Señor en nada!” 19 La epístola de Judas Parte 2 ADVERTENCIAS Y REPRENSIONES VERSÍCULOS 5-16 A. JUICIO PASADO PARA LOS DESCARRIADOS, VERSÍCULOS 5-7 Judas 5-7 “Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron. Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquellos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno”. En estos tres versículos, Judas nos recuerda los tres grupos de descarriados que fueron juzgados por Dios. Estos ejemplos de la historia son advertencias para no seguir las mismas sendas y tener el mismo destino (ver 1 Co. 10:11-12; Pr. 14:12). De nuevo, tenemos una serie de tríadas: los israelitas que fueron redimidos y más tarde destruidos, los ángeles que cayeron y el ejemplo de Sodoma y Gomorra. LOS ISRAELITAS REDIMIDOS QUE DESPUÉS FUERON DESTRUIDOS En el versículo 5 se nos advierte que muchos de los israelitas que fueron rescatados de Egipto, después se descarriaron. Todos 20 La epístola de Judas fueron salvados por la sangre del cordero pascual, al igual que todo cristiano verdadero es salvo por la sangre de Jesucristo. Muchos de estos israelitas que fueron salvados y sacados de Egipto no perseveraron en seguir al Señor, mientras Él buscaba entrenarlos y hacer que maduraran a través de las pruebas en el desierto (Dt. 8:2-5). Del mismo modo, muchos cristianos nacidos de nuevo no perseveran en seguir al Señor cuando Él comienza a disciplinarlos, aunque el propósito sea llevarlos a la santidad y madurez (He. 12:517). Como Judas ha dicho, muchos de los israelitas rebeldes que Dios redimió por la sangre del cordero, después fueron destruidos por Él, de la misma manera que sucederá con muchos cristianos rebeldes y descarriados (Mt. 7:21-23, Jn. 15:5-6). LOS ÁNGELES CAÍDOS QUE TUVIERON LUZ, SON DESTRUIDOS SIN REMEDIO En el versículo 6, Judas usa a los ángeles caídos para su siguiente advertencia. Él está haciendo referencia a un tercio de los ángeles, quienes se rebelaron en el cielo en la misma presencia de Dios. Los israelitas y los ángeles caídos, de los cuales se habla en el versículo 5, ambos tuvieron mucho conocimiento del Señor y habían caminado en Su Luz por un tiempo. La advertencia que Judas nos da no está dirigida a los incrédulos, sino a los santos de la Iglesia. Dios decidió no mostrar misericordia al rebelde Lucifer y a los ángeles caídos, debido a la extraordinaria luz que poseían. Ellos pecaron en la misma presencia de Dios. Podemos estudiar más acerca de su caída en Isaías 14:12-15, Ezequiel 28:13-17, Apocalipsis 12:7-9 y Apocalipsis 20:1-3, 7-10. Judas declara que los ángeles que no se “guardaron” a sí mismos (tereo en el griego) ahora son “guardados” (tereo otra vez) bajo oscuridad, en prisiones eternas para el día del juicio. Nuevamente, tenemos el tema central de la Epístola de Judas, éste es ser “guardado”. La epístola de Judas 21 Judas nos dice que los santos que decidan “ser guardados” lo serán para bendición. Por el contrario, los apóstatas que decidan “no guardarse” serán llevados a juicio. Judas nos enseña que nuestro destino eterno es determinado por la forma en cómo escojamos guardarnos. Por nuestro libre albedrío, podemos escoger ser fieles o ser rebeldes. Si ponemos nuestros corazones y vidas sobre cierto curso o dirección, entonces vendrá el tiempo cuando Dios nos confirmará en esa dirección y permaneceremos en esa senda eternamente. Este concepto también lo vemos en Apocalipsis 22:11 donde dice: “El que es injusto, sea (continúe siendo) injusto todavía; y el que es inmundo, sea (continúe siendo) inmundo todavía; y el que es justo, practique (continúe siendo) la justicia todavía; y el que es santo, (continúe siendo) santifíquese todavía”. SODOMA Y GOMORRA SUFREN LA VENGANZA DEL FUEGO ETERNO En el versículo 7, se nos da una advertencia acerca del juicio dado a los sodomitas y fornicarios de Sodoma y Gomorra. El conocimiento de Dios aún subsistía en ese lugar, como quedó demostrado en las vidas de Lot, Abraham, Melquisedec y quizás Job y sus amigos. Pero la gente de Sodoma y Gomorra había rechazado la verdad y desechado toda restricción. Ellos habían caído en las profundidades de la iniquidad, por lo que Dios escogió los juicios enviados a ellos, como severa advertencia y figura, del fuego eterno que sufrirán todos aquellos que rechacen al Señor. Entonces vemos que la homosexualidad no es el resultado de genes defectuosos, o de una madre dominante y de un padre débil, como los sociólogos lo han sugerido. La verdadera causa de esta depravación es un continuo rechazo a Dios (Ro. 1:24-28). Cuando el hombre pone a Dios por debajo de sí mismo, Dios lo derriba y lo entrega a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen. 22 La epístola de Judas B. LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS DESCARRIADOS, VERSÍCULOS 8-13 Después de habernos dado una pequeña lista de hombres famosos, que se descarriaron a través de la historia, ahora Judas nos relata, en los siguientes versículos, el carácter y el obrar en este tiempo presente, de aquellos que están descarriándose. Judas 8 “No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores”. SOÑADORES En el versículo 8 se nos dice que estos descarriados son “soñadores”. Esta palabra se usa solo en otra parte del Nuevo Testamento (Hch. 2:17), en donde se habla de sueños verdaderos que contienen revelación espiritual. Estos descarriados probablemente estaban teniendo “revelaciones” en sus sueños, las cuales estaban confirmándolos en la senda equivocada, en tanto que se alejaban de Dios. Puede haber gran poder en nuestros sueños, sean estos buenos o malos. Algunas veces es mucho más fácil tener una revelación espiritual en un sueño, porque cuando estamos dormidos no tenemos control de nuestra mente. A menudo, mientras dormimos estamos más abiertos espiritualmente, pero debemos buscar discernir la fuente de ese sueño. El Señor puede visitarnos en sueños, como también pueden hacerlo los espíritus malos. Estos espíritus buscan guiar a la gente hacia falsas revelaciones, ira, lascivia, miedo o espiritismo. Al unirse en un sueño con ese mal espíritu, éste le puede contaminar y controlar. Algunas veces, un sueño puede ser el principio de un problema espiritual. Si nuestros hijos nos cuentan que tuvieron una pesadilla, mi esposa y yo siempre tratamos de prestar atención especial, buscando averiguar la razón de la misma. Si no la entendemos, le preguntamos La epístola de Judas 23 a Dios, porque es responsabilidad de los padres proteger a sus hijos. Si ellos están siendo atacados en sueños y guiados fuera del camino, como padres debemos procurar descubrir cómo cerrar el portillo que el enemigo está usando para ganar una entrada en sus vidas. Al mismo tiempo que, debemos ser cuidadosos con nuestros sueños también lo debemos ser con la imaginación, puesto que esta descripción de “soñadores” puede aplicarse también a la imaginación y pensamientos que tenemos mientras estamos despiertos. El cristiano debe aprender a guardar todos sus pensamientos y su imaginación (2 Co. 10:4-5, Fil. 4:8). Las lecturas pecaminosas, películas inmorales y juegos “personificados” (tales como “Calabozos y Dragones”) pueden abrir la imaginación de una persona al control demoníaco. Los cultos de la Nueva Era tienen muchas actividades para “soñadores”. LOS SOÑADORES MANCILLAN LA CARNE En el versículo 8, se nos muestran tres áreas de pecado hacia las cuales son llevados estos soñadores: 1) Ellos mancillan la carne; 2) rechazan la autoridad y 3) blasfeman de las potestades superiores. Lo primero es que ellos mancillan la carne al igual que Sodoma y Gomorra, los cuales fueron mencionados en el versículo anterior. De Ezequiel 16:49, entendemos que la iniquidad de Sodoma fue ésta: Soberbia, saciedad de pan y abundancia de ociosidad. El principio del descarriamiento de Sodoma fue la soberbia. Y a través de su soberbia y ociosidad, ellos tuvieron mucho tiempo libre para divertirse y ser soñadores. Esto los condujo, eventualmente, a la contaminación de la carne. Un homosexual no principia como tal; esto es el final de una larga caminata de pecado. La soberbia, la abundancia de comida y de todo lo que se desea, todo esto sumado a la ociosidad son una combinación peligrosa. Muchos siglos atrás el Imperio Romano fue el más grande del mundo; sin embargo, este reino también degeneró debido a la miseria ocasionada por la soberbia, la abundancia de provisión y la ociosidad. Ellos instituyeron un sistema de asistencia social, donde todos tenían 24 La epístola de Judas alimento. El gobierno mantenía felices a los habitantes de Roma por medio de los programas alimenticios y circenses. Mientras todos tuvieran pan para comer y pudieran ir al anfiteatro a ver el espectáculo sangriento del día, la multitud estaba feliz. Todo esto debilitó su verdadera vitalidad y las excelentes características que originalmente causaron que Roma fuera un imperio fuerte y enérgico. Ellos se corrompieron completamente, deteriorándose, hasta llegar a ser una cultura donde la homosexualidad era un estilo de vida aceptable. El divorcio y nuevo casamiento también llegaron a ser difundidos por todas partes en esta sociedad. Su moral decayó al seguir el mismo patrón que destruyó a Sodoma. Este comportamiento se está repitiendo también hoy en la sociedad occidental. Las naciones occidentales han crecido orgullosas en su prosperidad. El sistema de asistencia social, que trata de mantener contenta a la gente menesterosa, ha quitado la iniciativa de trabajar y debido a que los hombres trabajan menos para su propio sostenimiento, es que hay falta de iniciativa y abundancia de ociosidad. Ya no tenemos que ir al coliseo para observar a la gente matándose unos a otros. Ahora podemos encender el televisor y ver violencia y toda clase de maldad imaginable, que iguala o supera lo ocurrido en el Imperio Romano. La soberbia, la prosperidad y la ociosidad (que es un aburrimiento provocado por falta de visión) están alejando a las naciones de la gracia de Dios, para llegar a ser como Sodoma y Gomorra. Las naciones están mancillando la carne a través de la homosexualidad, fornicación, el divorcio y el nuevo casamiento. La sociedad occidental está siguiendo la misma tendencia que causó la muerte de Sodoma y Gomorra, así como del Imperio Romano. A menos que experimentemos un gran avivamiento, nuestro destino eterno también será el lago de fuego. LOS SOÑADORES RECHAZAN LA AUTORIDAD La segunda área de pecado, en la cual caen estos soñadores es el rechazo a la autoridad. A través de la historia, los israelitas se La epístola de Judas 25 opusieron repetidamente a la autoridad. Poco después de haber salido de Egipto, vemos el rechazo de Israel hacia su líder en Éxodo 32:1: “Viendo el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se acercaron entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido”. En sólo cuarenta días, la gente rápidamente olvidó al líder que Dios había puesto sobre ellos y estaban listos para seguir en pos de ídolos. Es asombroso cuán prontamente se alejaron del Señor y del líder puesto por Dios. Ésta es una advertencia para todos nosotros, ya que éste es el camino de toda carne. Apartados de la gracia de Dios, podríamos ser semejantes a ellos. Un mes podemos estar danzando victoriosos delante del Señor en el mar Rojo y luego, unas semanas más tarde, podríamos estar danzando delante del becerro de oro y las obras de nuestras propias manos. Israel siguió rechazando a su líder, según vemos en Números 14:1-4: “Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto... Y decían el uno al otro: Designémonos un capitán, y volvámonos a Egipto”. Al comenzar Dios a conducir a Su pueblo hacia adelante, Él levanta a un líder ungido, quien declara: “Éstas son las promesas de Dios que están puestas delante de nosotros”. Sucede a menudo que la misma gente que se regocijó en aquellas promesas, encuentra que la preparación de Dios para obtenerlas, es más difícil de lo que ellos habían esperado. Estando listos para rebelarse prontamente, en contra de su liderazgo y regresar a su antiguo estilo de vida, con el cual, en el pasado, estaban satisfechos. Cuando Dios nos da un supremo llamamiento para marchar hacia adelante, necesitamos entender que entre más alto es el llamamiento, requerirá de una preparación mayor. 26 La epístola de Judas Habrán pruebas en el desierto y habrá más de la cruz aplicada a nuestra vida, porque solamente en la medida que sufrimos con Cristo, estaremos preparados para reinar con Él. En una ocasión, D.L. Moody dijo que él podía decir cuán grande iba a ser la victoria en sus cruzadas, por lo mucho que habían batallado antes de lograr abrir la brecha. Cuando el Señor por Su bondad, nos da un llamamiento más alto o nos ubica con un grupo que tiene un llamamiento mayor, debemos esperar que vengan fuertes tribulaciones, pruebas y rebeliones. Aquellos que no estén capacitados para soportarlas, morirán en el desierto. Judas también nos advirtió acerca de los ángeles que se descarriaron en el cielo. Isaías 14:12-14 describe al máximo líder de la insurrección: “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo”. Estas auto exaltaciones de Lucifer son las que lo condujeron a su caída. Lucifer rechazó la autoridad apropiada dada por Dios y no quiso quedarse en su lugar. Él fue uno de los arcángeles líderes y fue igual, o quizás más alto, que Miguel y Gabriel. A pesar de que fue puesto en lo más alto del orden angelical, en su orgullo quiso exaltarse a sí mismo para igualarse al Altísimo. Él no estuvo satisfecho con la elevada posición que se le asignó. De esta manera, rechazó la justa autoridad y trató de tomarla toda. La Escritura nos dice que necesitamos honrar la autoridad (1 P. 2:17). Necesitamos obedecer la autoridad. La manera de hacer esto es primero honrando y respetando la autoridad en nuestros corazones y con nuestras palabras. Muchas personas puede que no se rebelen en contra de las autoridades, pero se expresan despectivamente acerca de ellas. Por ejemplo, en los Estados Unidos, los niños se refieren a su padre como “su viejo”. Otros se expresan de la policía como “los La epístola de Judas 27 cerdos”, o hacen comentarios despectivos acerca de los líderes gubernamentales. Hay gran libertinaje en nuestro hablar y esto nos conduce a rebelarnos en contra de la autoridad. Algunos líderes atraen muchos seguidores porque denigran al gobierno actual. Aunque algunos de sus comentarios puedan ser correctos, si nosotros escuchamos las palabras de sarcasmo con que menosprecian la autoridad, esto plantará semillas de rebelión y desobediencia en nuestro espíritu. David fue un hombre que aprendió a honrar y someterse a la autoridad. Muchas veces él tuvo que esquivar las lanzas del Rey Saúl, ¡pero nunca las arrancó de la pared y se las lanzó de vuelta! Después muchos años, Saúl había tratado de cazar a David como a un animal, leemos la siguiente narración: “David, pues, y Abisai fueron de noche al ejército; y he aquí que Saúl estaba tendido durmiendo en el campamento, y su lanza clavada en tierra a su cabecera; y Abner y el ejército estaban tendidos alrededor de él. Entonces dijo Abisai a David: Hoy ha entregado Dios a tu enemigo en tu mano; ahora, pues, déjame que le hiera con la lanza, y lo enclavaré en la tierra de un golpe, y no le daré segundo golpe. Y David respondió a Abisai: No le mates; porque ¿quién extenderá su mano contra el ungido de Jehová, y será inocente?” (1 S. 26:7-9). Algunos podrían haber cuestionado si Saúl aún era el ungido de Jehová. Después de todo, Saúl se había descarriado años antes y debido a ello, un espíritu malo de parte de Jehová venía a atormentarlo. Sin embargo, Saúl había sido ungido como rey y en tanto que él fuera el rey, David le respetaba y honraba. Dios probó a David en este asunto. David entendió por profecía que él sería el próximo rey. Estaba parado allí uno de sus hombres, ofreciéndole hacer a un lado al rey Saúl, apresurándo así, el cumplimiento de esta promesa. David tuvo la oportunidad de tomar 28 La epístola de Judas su propia venganza y usurpar con fuerza aquello que Dios había dicho que le daría. ¿Acaso él se levantaría en contra de aquel a quien Dios había puesto en autoridad? David rehusó hacer esto porque él tenía respeto por la autoridad dada por Dios. A pesar de que Saúl era un líder descarriado, David no lo iba a tocar. Mientras David aprendió a honrar la autoridad dada por Dios, y a no vengarse por sí mismo, él estaba sembrando fidelidad y misericordia. Esto lo preparó para su propio reinado, ya que más tarde, cuando llegó a ser rey, Dios lo honró y protegió de aquellos que se levantaron en contra de su autoridad. Por un corto tiempo, el mismo David se descarrió cayendo en la trampa del adulterio, lo que lo llevó a cometer asesinato. Aún así, Dios no quitó a David como lo hizo con Saúl. Cuando los problemas surgieron en el reinado de David y se encendieron las rebeliones, Dios permaneció a su lado. Lo hizo así por varias razones. El corazón de David estaba arrepentido, además, había plantado las semillas de lealtad hacia la autoridad. Aquellos que se levantaron en contra de David tenían motivos justos para quejarse. Absalón también los tenía, pero respondió de forma incorrecta al tomar los asuntos en sus propias manos. Después de todo, su hermana había sido violada por Amón y el rey David nunca lo castigó. Absalón pudo haber comenzado diciendo que él tenía un motivo justo para quejarse, pero su falta de respeto por la autoridad lo condujo al camino de una rebelión perversa. También, Ahitofel se convirtió en el consejero de Absalón y se unió a la rebelión. ¿Por qué el consejero del rey David se unió a esta rebelión? Al estudiar las Escrituras en 2 Samuel 11:3 y 23:24, vemos que Ahitofel fue el abuelo de Betsabé. Así que este hombre sabio vio cómo David trajo desgracia a la vida de su nieta y lo vio, además, asesinar al esposo de ella. Él también podría haber dicho que tenía motivos justos para quejarse. Adonías también se levantó proclamándose a sí mismo rey. Leemos en I Reyes 1:5-6, que David tuvo problemas disciplinando a sus propios hijos, probablemente porque él había fallado en muchas La epístola de Judas 29 de esas mismas áreas. Adonías fue un hijo consentido. Algunos de los seguidores de Adonías pudieron haber sentido que tenían justificación en apoyarlo; después de todo, Adonías era el siguiente en línea directa para llegar a ser rey, ya que para entonces Amón y Absalón habían muerto. En realidad, David nunca le había dicho a Adonías que no condujera los carros delante de él, ni tampoco le reprochó que asumiera ser el heredero del trono. La gente podía ver algunos motivos justos para apoyar cada una de estas rebeliones, puesto que David no había vivido precisamente, una vida perfecta. De manera similar, los pastores que Dios pone sobre nosotros rara vez son perfectos. No debemos esperar una autoridad perfecta y, en cambio, sí debemos reconocer los propósitos de Dios en, y a través de la autoridad imperfecta. Vendrán tropiezos para probarnos, será entonces que necesitaremos tener el corazón de David, quien respetó la autoridad. Cuando fue su turno y se convirtió en el líder, Dios lo honró y protegió. ¿Por qué? Porque David había aprendido a honrar la autoridad puesta sobre él, así que Dios, a Su vez, honró su autoridad. Porque David mostró misericordia, Dios fue misericordioso con él (Sal. 18:25). Porque deseamos, al final, ser como David, debemos ver la importancia de honrar a los que están en eminencia; mostrando respeto, aún por aquellos líderes que tienen defectos obvios, aquellos contra los cuales podríamos tener motivos justos para quejarnos. Queremos que el Señor nos honre y fielmente nos conduzca a la gloria. Éstos son principios importantes que debemos aprender, especialmente para aquellas personas que son llamadas al liderazgo cristiano. Los fundamentos sobre los cuales edificamos nuestro futuro ministerio son muy importantes. Estos fundamentos afectarán el resto de nuestra vida terrenal, así como nuestra herencia eterna. Si algún miembro de la iglesia, o un pastor adjunto, tiene llamado al liderazgo y no tiene sumisión hacia su líder, podría ser que Dios le permita seguir adelante y llegar incluso a ser pastor general. Entonces surgirían problemas mayores. Dios probablemente le daría una congregación llena de gente liberal y que rehúsa ser enseñada, al igual que él. ¡Cosechará lo que 30 La epístola de Judas sembró! Dios encuentra, siempre la forma de tratar con nuestros problemas y nos cambia, si realmente anhelamos lo mejor de Él. Aprende rápidamente, en tu vida cristiana, a caminar en la senda de Dios y a no rechazar la autoridad. Es mucho más fácil permitir que Dios trate con los problemas en nuestro corazón cuando son una pequeña hierba, que tratar de arrancarlos más tarde, cuando han crecido hasta convertirse en árboles gigantescos. LOS SOÑADORES BLASFEMAN DE LAS POTESTADES SUPERIORES La tercera área de pecado que cometen los soñadores es que “blasfeman de las potestades superiores” o “injurian a las potestades angelicales”. Esto hicieron los sodomitas en Génesis 19:5 cuando querían forzar la puerta de la casa de Lot y abusar de sus dos visitantes. Ellos no sabían que estaban injuriando a los ángeles, aquello que había en sus corazones, se fue manifestando. De igual forma, nos podría suceder al encontrarnos con una persona desconocida, que en realidad fuera un ángel; entonces, lo que está en nuestro corazón sería manifiesto. Hace muchos años, fui uno de los directores de un grupo de 50 iglesias. Algunos de estos pastores estaban comenzando a desviarse hacia una dirección equivocada y a cambiar la gracia de Dios en libertinaje, como lo declara el versículo 4 de Judas. Ellos querían introducir carnalidades dentro de sus iglesias y los líderes del concejo dijeron: “¡No, esto traerá contaminación y corrupción dentro de las iglesias y nosotros no lo permitiremos!” Entonces, algunos de estos pastores dijeron al liderazgo: “Nosotros no estamos bajo su esclavitud y legalismo”. Otras iglesias lo están haciendo, es popular y está atrayendo gente nueva. De esta manera, ellos comenzaron una rebelión en el grupo. En medio de esta batalla, Dios me mostró un ángel que Él envió desde el cielo. Este ángel tenía un libro en su mano, él estaba llegando a cada uno de los pastores del concejo y parándose delante de ellos examinaba la respuesta de su corazón. Él estaba escribiendo en el libro algunos nombres de los pastores, pero no el de todos. La epístola de Judas 31 A partir de esta experiencia, he visto que lo que este ángel hacía era escritural. En Malaquías 3:16, Dios dijo que Él tiene escrito un memorial, específicamente para los que temen a Jehová. Leemos en el capítulo 9 de Ezequiel, acerca del ángel que tenía un tintero de escribano, con el que ponía una señal en la frente a los hombres que gemían y que clamaban a causa de todas las abominaciones que se hacían en medio de Jerusalén. Parece escrituralmente claro que los ángeles registran las acciones en la vida de los hombres. En tiempos de confusión y turbación el Señor hace una selección y separación, que es registrada por los ángeles. Cuando sea el juicio ante el gran trono blanco (Ap. 20:11-15), leemos que los muertos serán juzgados por las cosas que están escritas en los libros. Obviamente, existen muchos libros en el cielo. En esta visión vi el nombre del libro en el que el ángel escribía. El libro listaba los nombres de aquellos a quienes Dios les permitía seguir adelante. Encontramos este tema en Hebreos 6:1-3, donde se nos dice: “dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección… si Dios en verdad lo permite”. Es Dios quien determina qué cristianos se graduarán y proseguirán hacia el premio del supremo llamamiento, así como aquellos que no lo harán. En la escuela no se permite pasar a un grado superior hasta que se hayan completado todos los requisitos. Dios también prueba a Su pueblo en asuntos como falsas doctrinas, pecado y rebelión. Dios claramente percibe a aquellos que han comprendido la verdadera gracia de Dios, que van perseverar y a continuar hacia algo mejor. Pero Él también mira a aquellos que no alcanzarán la perfección y deberán pasar otra vez por el desierto, al igual que sucedió con los israelitas por 40 años. En esta visión, vi claramente cómo Dios les estaba permitiendo seguir adelante aquellos cuyos nombres estaban escritos en ese libro. También observé que aquellos cuyos nombres no fueron anotados, no recibieron más gracia para proseguir en la caminata con Él. Ellos 32 La epístola de Judas se quedarían en el nivel que habían alcanzado o caerían en iniquidad y perdición. Éste es el fruto de menospreciar la sabiduría y deleitarse en la simpleza (Pr. 1:20-33). Cuando vi esto el espíritu de temor del Señor cayó sobre mí y clamé: “¡Señor, haz que el ángel escriba mi nombre en ese libro!” El resultado de este tiempo de conmoción fue que un grupo de estos pastores se separó del concejo. Ellos se sintieron muy libres de hacer lo que querían, ¡pero Dios no estaba con ellos! Aparentemente ellos fueron libres, pero no era una libertad genuina en el Espíritu. Después de pocos años, el instituto bíblico que ellos iniciaron cerró. La iglesia más grande de ellos vino a ser tan pequeña, que el pastor la dispersó, diciéndoles que fueran a donde quisieran. Hubo problemas y los otros pastores cayeron a un lado del camino. Dios no permitió que este grupo rebelde siguiera, pero el Señor usó este tiempo para sacar, de entre el buen grupo de pastores, a aquellos que Él no permitiría que siguieran adelante. No sé si alguno de los otros pastores vio al ángel, pero si sé que vino a cada uno y, de alguna manera, examinó cada corazón. Aquellos que injuriaron al ángel y el propósito por el cual había sido enviado, fueron rechazados y sus ministerios pronto colapsaron. ¡Quiera Dios ayudarnos en aquel día secreto, cuando los ángeles vengan a visitarnos, para que tengamos un corazón completamente dispuesto para seguir al Señor! Judas 9 “Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda” En el versículo 8, se nos dice que los descarriados blasfeman de las potestades superiores. Hemos visto que ésto puede referirse a los ángeles de Dios, como en la historia de Lot y el juicio sobre Sodoma. Sin embargo, en el versículo 9 se nos da un ejemplo que nos advierte no maldecir a los ángeles caídos. Aquí se registra que el La epístola de Judas 33 arcángel Miguel fue cuidadoso de no proferir juicio de maldición contra el diablo, un ángel caído. Él no trató con sus propias fuerzas, ni con sus propias palabras de contender contra el diablo. Tampoco le reprendió con insultos u otros adjetivos, como algunos creyentes lo hacen. Miguel estaba a cargo de resucitar el cuerpo de Moisés. Muchos años más tarde, fue Moisés resucitado, quien apareció juntamente con Elías en el Monte de la Transfiguración. Moisés fue levantado antes del tiempo señalado. Satanás objetó y resistió a Miguel en su misión porque él aún poseía el poder de la muerte. Las llaves del infierno y de la muerte le fueron arrebatadas cuando Cristo se levantó de entre los muertos. El ejemplo del arcángel Miguel nos advierte de no injuriar, vituperar o emitir nuestro propio juicio en contra de los ángeles caídos. Miguel no trató de pelear contra Lucifer con sus propias fuerzas. A pesar de que pudieron haber sido iguales, Miguel no se atrevió a oponerse contra Lucifer en su propia fuerza o a insultarlo. Hoy en día, debemos mirar con atención a este ejemplo debido a que los ángeles caídos todavía poseen más poder natural que nosotros. En el Salmo 8:5, se nos dice que el hombre ha sido hecho “un poco menor que los ángeles”. Ellos son más poderosos de lo que nosotros somos como creación natural de Dios. Es solamente cuando nos movemos en el Espíritu, que ya no estamos bajo la autoridad de los ángeles pues actuamos con una autoridad más grande dada por Dios. En I Corintios 6:3, se nos da testimonio sobre esto, donde se nos dice que los santos juzgarán a los ángeles. Sin embargo, no podemos lograrlo, acusándolos o contendiendo contra ellos en nuestra propia fuerza, sino por el Espíritu de Dios actuando a través de nosotros. En Efesios 6:12 se nos dice que no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra gobernadores de las tinieblas. A menudo peleamos nuestras batallas de la forma equivocada. Hay épocas cuando 34 La epístola de Judas somos atacados por principados y potestades, y no siempre discernimos la fuente. Si alguien se enferma o tenemos problemas financieros, o si nuestro vecino está enojado con nosotros sin causa alguna, pensamos que estamos batallando con cosas físicas. Pero a menudo estos son ataques ocultos del enemigo que aparentan ser circunstancias normales. Cuando nuestro adversario viene en contra nuestra, necesitamos aprender a no resistirlo con nuestra propia fuerza, sino en la sabiduría y fortaleza del Señor. El Señor permite que el enemigo esté allí para hacernos crecer y nos capacita para llegar a ser copartícipes de la naturaleza de Cristo como el Varón de Guerra. En la guerra espiritual, si nos movemos en la carne para pelear en contra de los ángeles caídos, pueden haber dos resultados adversos. Primero, los ángeles caídos usarán su gran poder natural para atacarnos en nuestras áreas débiles y tratarán de desviarnos del camino. Recién graduado del instituto bíblico, me fui a Detroit donde dirigí un centro de evangelismo. La primera noche la pasé en un gran sótano de la casa completamente solo. Mientras estaba orando y clamando delante del Señor para que Él trajera poderosos resultados durante la cruzada que iba a comenzar, vi un enorme pie que bajó y pisó violentamente el sótano. Este pie llenó el sótano completamente. Miré hacia arriba y vi al ángel caído que gobierna sobre Detroit y dijo: “Éste es mi territorio!” Como yo estaba recién graduado del instituto bíblico y conocía la Palabra de Dios, saqué mi “espada” y le cité Escrituras a diestra y a siniestra. Yo lo estaba atacando con toda mi fuerza y poder, pero este ángel caído estaba totalmente indiferente porque sabía la gran autoridad espiritual que él tenía, así como el nivel de autoridad tan bajo que yo poseía. Su actitud hacia mí era como la que podemos tener hacia un perro muy pequeñito que nos desafía al ladrarnos desde muy lejos. La epístola de Judas 35 Desde la primera noche, la batalla estaba en pie. Pudimos guiar a docenas de personas a Cristo, pero no hubo avivamiento y no se hizo ningún impacto notorio sobre el dominio del ángel caído. Sin embargo, los contraataques del enemigo sí hicieron un impacto muy notorio en nuestro equipo evangelístico. Uno de los miembros del grupo cayó en las drogas. Otra hermana aseguró haber tenido una revelación, donde ella se iba a casar con un miembro del grupo y esto causó problemas. Luego tuvimos otros dos miembros que decidieron pelearse entre ellos con palabras sarcásticas, en lugar de unir sus corazones para pelear en contra del enemigo. Estas y otras dificultades suscitaron. En cualquier lugar donde hubiera un punto débil, el enemigo atacaba fuertemente. Nosotros no podemos decidir ir a un lugar y hacer algo, esperando obtener resultados. No podemos venir jactanciosamente y asumir que el enemigo se va a retirar simplemente porque sabemos citar las Escrituras. Debemos ser enviados por Dios y tener la fortaleza y aprobación del Señor, si queremos tener la victoria en nuestras batallas espirituales. Cuando ministramos nuevos lugares (un campo misionero o una ciudad nueva), estaremos confrontando nuevos poderes espirituales. Existen diferentes principados y potestades que gobiernan sobre las áreas geográficas del mundo. Encontraremos nuevos enemigos dispuestos a batallar en contra nuestra, cuando vamos a un nuevo lugar a ministrar. Debemos ir en la fortaleza de Dios y no burlarnos del enemigo, diciéndole que es “un león sin dientes”, o reírnos tontamente de su poder. Cuando nos burlamos de la autoridad que Dios ha permitido sobre estas áreas, abrimos portillo para un contraataque e invitamos al enemigo para que muestre lo que puede hacer en contra nuestra. Tenemos suficientes batallas que enfrentar en la vida como para estar invitando más tribulaciones y pruebas innecesarias. Cada vez que voy a ministrar a cierta nación hindú, mi familia debe levantar “un nuevo altar” al Señor. Esto lo hacemos porque conocemos 36 La epístola de Judas el poder de los principados y potestades sobre esa nación y sabemos que cada vez entraremos en nuevas batallas. Una vez, cuando estaba en esta nación, tuve un sueño sobre una vaca que venía a atacarme. La vaca es honrada como uno de los grandes dioses hindúes, de manera que, si uno toca una de las vacas sagradas, entonces estará tocando uno de los principados más fuertes sobre esa nación. En el sueño, esta vaca vino a atacarme y me mordió el pie. Ella estaba tratando de quitarme el zapato y de masticarlo. Esto puede parecer ridículo, hasta que recordamos Efesios 6:15, donde dice que parte de nuestra armadura espiritual es tener nuestros pies calzados con el apresto del Evangelio de la paz. Esta vaca estaba tratando de quitar mi preparación para ser un mensajero del Señor en esa nación hindú. Me desperté de este ataque espiritual y oré aproximadamente una hora, hasta que sentí la victoria sobre esto. Mientras me volvía a dormir, la vaca nuevamente me estaba esperando. Vino a morderme otra vez, pero yo ya había orado; tan pronto como apareció para morderme el pie y quitarme el zapato, yo levanté mi pie y ¡herí su cabeza! En Génesis 3:15, se hace referencia a Satanás en forma de serpiente. El Señor dice que la serpiente morderá su pie, pero que usted le herirá en la cabeza. En esta situación, el poder que trató de morder mi pie no fue una serpiente, sino una vaca; pero de igual forma, yo herí su cabeza por el poder de Dios. Pocos días después, vi la evidencia externa de esta batalla cuando estábamos teniendo un seminario en un lugar donde las potestades del enemigo son muy fuertes. En este lugar es ilegal convertir a alguien al cristianismo. Estábamos realizando un seminario para pastores, con aproximadamente 400 de ellos, en una de las ciudades más grandes de esa área. El coordinador local del seminario había hecho un gran estandarte para esta ocasión y lo colocó en la calle principal de esa ciudad. Una parte del estandarte decía: “Bienvenido Norman Holmes - USA”. Tenía puesta una fotografía mía, así que todos podían ver al misionero blanco que había venido a su ciudad. Eso que hicieron no fue muy sabio. La epístola de Judas 37 Durante el seminario, el jefe de la policía vino a visitarnos, estaba muy enojado y nos reclamó: “¿Qué están haciendo en mi ciudad? ¡Ustedes no pueden hacer esto! ¡Yo puedo cancelar sus pasaportes! ¡Regresaré esta tarde!” Éste era el ataque espiritual acerca del sueño de la vaca, tratando de quitarme el calzado del apresto del Evangelio de la paz. ¡Esta batalla fue muy real! Sabíamos que el enemigo nos quería fuera de allí, así que oramos y el jefe de la policía nunca regresó. Ésta es la clase de batallas a las que nos enfrentamos en el campo misionero, cuando entramos en nuevas áreas. Hay batallas que pueden ser únicas, dependiendo de los principados y potestades que gobiernan sobre cada localidad. No podemos usar una fórmula predeterminada para la batalla espiritual y como resultado esperar tener éxito siempre. Debemos escuchar de Dios para cada batalla, de manera que podamos “ejecutar en ellos el juicio decretado”, así como lo dice el Salmo 149:6-9. En I Reyes 18:27, Elías se burlaba de Baal diciendo: “Gritad en alta voz, porque dios es; quizá esté meditando, o tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle”. Él se burlaba de Baal y blasfemaba contra los ángeles caídos que operaban detrás de la falsa religión de Baal. Elías obtuvo la victoria ese día, pero al día siguiente el enemigo contraatacó a través de Jezabel y dijo: “¡Mañana vas a estar muerto igual que mis profetas!” (I R. 19:2). ¡Elías estuvo en la cima de la montaña y vio el gran poder de Dios, pero al siguiente día estuvo temeroso y escapó por su vida! Él había violado el mandamiento de Éxodo 22:28 que dice: “No injuriarás a los jueces”. Cuando injuriamos a los jueces (autoridades), estamos injuriando a Satanás y nos exponemos para un contraataque. Elías tenía algo en su espíritu, que abrió portillo, lo cual permitió el ataque del enemigo. Nunca debemos burlarnos de Satanás o insultarle. ¡Qué conducta tan impropia la del profeta al comportarse de esta forma! 38 La epístola de Judas Nuestro adversario tratará de aprovecharse de nuestras áreas débiles. Él buscará cualquier abertura que pueda encontrar en nuestra armadura. Satanás tratará de agrandar ese punto débil y agravará las dificultades contra las que estamos luchando. Si tenemos debilidad en nuestra familia o matrimonio, el enemigo tratará de entrar y atacar esa área débil. Debemos ser sabios cuando estamos luchando contra principados y potestades. Éstos son los días cuando los ángeles caídos están trabajando fervientemente (diligentemente) para abatir y destruir a los santos, quienes han respondido “sí” al supremo llamamiento. Su blanco principal son los hombres y mujeres que representan la mayor amenaza al dominio de la oscuridad que poseen. Leemos en Apocalipsis 12:12: “Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! Porque el diablo a descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo”. En los últimos días, mientras el enemigo esté siendo destronado, él vendrá con gran ira en contra de aquellos que saben que han sido ordenados para arrebatarle su reino. Una vez visité una iglesia donde apenas había un pequeño grupo de gente. El pastor estaba pasando por fuertes batallas y aún llegó a considerar el cerrar la pequeña iglesia. Él se preguntaba si valía la pena el esfuerzo de seguir adelante. Fue entonces que una noche tuve un sueño. ¡En el sueño, el Señor me mostró que, a pesar de que el enemigo era poderoso y estaba tratando de destruir esa pequeña iglesia, había terror en el corazón de ese ángel caído! Aunque sólo quedaba un pequeño grupo en la iglesia, yo ví en el Espíritu que ésta era muy grande y que tenía una gran herencia esperándole. En tanto que ellos mantuvieran las puertas abiertas, estarían manteniendo vivas las promesas de la gran herencia, de que Dios se movería con Su Poder. El enemigo estaba desesperadamente temeroso de esa iglesia y estaba tratando de cerrarla. ¡Él sabía que si para los días del avivamiento aún estaba abierta, ésta se llenaría con cientos de personas! El enemigo le teme a aquellos que tienen las promesas de Dios. Una iglesia puede parecer pequeña e insignificante, pero el enemigo se preocupa por los santos que hay en ella, los cuales han La epístola de Judas 39 recibido las preciosas y grandísimas promesas de Dios. Él no le teme a una iglesia enorme, si ésta se encuentra llena de pecado y tiene poco poder espiritual. Él le teme a aquellos que tienen las promesas de Dios, las cuales están por venir. ¡Satanás está aterrorizado de aquellos que están entrando en el poder de Dios! El segundo gran peligro que enfrentamos si tratamos de oponernos al enemigo con nuestra propia fuerza, es que podemos enorgullecernos y llegar a ser corruptos, al igual que Lucifer. Lucifer se enalteció a sí mismo. Como leemos en Judas, versículo 6, él no “guardó su dignidad”. De igual forma, debemos tener cuidado de no enaltecernos o vendremos a ser orgullosos y soberbios como lo son los principados y potestades. Hemos sido hechos un poco menor que los ángeles. A menos que Dios nos de el dominio y el poder para pelear contra ellos, estos ángeles caídos nos vencerán y obtendrán la victoria. Ellos, incluso, harán uso de la adulación para inflar nuestro ego, diciéndonos que somos grandes y poderosos. Recientemente, hubo un evangelista por televisión, quien por muchos años habló libremente en contra de toda clase de autoridad, burlándose de ella. En sus señalamientos incluía a funcionarios de gobierno, ministerios descarriados de la iglesia, así como a Satanás y los ángeles caídos. Él fue muy astuto para humillar a todas estas autoridades perversas, pero mientras las hacía de menos, él se enaltecía a sí mismo. El orgullo que fue creciendo en su vida, eventualmente lo condujo a pecados que le trajeron reproche y que causó la caída de su ministerio. Este evangelista no tenía el respeto correcto por la autoridad. Cuando su denominación lo puso en disciplina y corrección por su descarriamiento, él se rebeló y se fue. Él no se sometería a la disciplina protectora, así que escogió su propio camino. El resultado fue que cayó vez tras vez en los mismos pecados. Esta es la razón por la cual debemos aprender a respetar la autoridad, incluyendo la de los ángeles caídos. No debemos estar temerosos o someternos a ellos. Sin embargo, debemos ser muy cuidadosos y sólo ir en el tiempo del Señor, con Su fortaleza y Su guianza de manera que nos aseguremos la victoria. 40 La epístola de Judas Hubo discusiones entre algunos de los padres de la Iglesia Primitiva sobre si la Epístola de Judas debía ser admitida dentro del Canon y reconocida como uno de los libros inspirados por Dios. Este asunto surgió debido a que Judas citó varios libros y fuentes que no eran la Palabra inspirada de Dios. La Epístola de Judas fue incluida en la Biblia, ya que eventualmente ellos decidieron que Judas había separado correctamente el verdadero “trigo” de la Palabra de Dios de “la cizaña”. Judas no fue el único en citar otros escritos. El Apóstol Pablo también lo hizo. En Hechos 17:28 leemos: “Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos”. Pablo cita esto de uno de sus propios poetas gentiles en Atenas, Grecia. Pablo también hace referencia a un poeta nacional de Creta, cuando le escribe a Tito. En Tito 1:12, él declara que uno de sus propios profetas (o poetas) describe a los cretenses como “siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos”. Aquí Pablo está citando a un escritor pagano, quien correctamente había discernido la naturaleza de sus propios compatriotas. Pablo fue capaz de seleccionar y sacar esta porción de verdad en medio de todo lo falso e introducirlo a la inspirada Palabra de Dios. Él fue capaz de separar el trigo de la cizaña. Esta habilidad también es una necesidad para nosotros y para cualquiera que es llamado para el ministerio profético. En Jeremías 15:19, el Señor le dijo al profeta que si él entresacare lo precioso de lo vil, “serás como mi boca”. Si queremos ser el portavoz de Dios, necesitamos aprender a separar lo precioso de lo vil. Judas fue capaz de leer los escritos religiosos de su tiempo y discernir las verdaderas porciones que eran dignas de repetirse al pueblo de Dios. En Ezequiel 13:3 dice: “Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los profetas insensatos, que andan en pos de su propio espíritu, y nada han visto!” En la época de Ezequiel hubo hombres que profetizaron el mensaje popular de paz y prosperidad. Sin embargo, ellos estaban siguiendo su propio espíritu y su propia imaginación. La epístola de Judas 41 Ellos fueron como los soñadores de Judas 1:8, quienes estaban soñando sus propios sueños. Si los profetas contemporáneos de Ezequiel hubieran estado en armonía con Dios, habrían sabido que éste era un tiempo de juicio. Ellos habrían reconocido las señales de advertencia cuando el ángel iba por delante, poniendo una señal sobre aquellos que serían perdonados en el día de la ira del Señor (Ez. 9:1-11). Solamente Ezequiel y otros pocos tenían la verdadera Palabra del Señor. Debido a que él era un hombre genuino, pudo discernir que los otros profetas estaban en engaño y que el juicio terrible venía. Yo recuerdo el testimonio de un apóstol con quien trabajé hace algunos años. Él dijo que cuando Dios le habló y supo que había sido llamado para ser un apóstol, tuvo la tentación de que el orgullo se levantara en su corazón. El Señor le habló de nuevo y le dijo: “Lo importante no es lo que has sido llamado a ser, sino lo que hagas con tu llamamiento”. Recuerde que Judas también fue llamado a ser un apóstol. Cuando Dios crea a alguien con la capacidad de ser un apóstol o profeta, entonces ellos deben aprender a separar lo precioso de lo vil, de manera que puedan entrar al ministerio santo, para el cual Dios los ha llamado. Si predicamos “paz y prosperidad” cuando no es tiempo de paz y prosperidad, estamos siendo testigos falsos de Dios. Si encubrimos el pecado por proclamar “amor y misericordia”, estamos siendo una voz para el adversario en lugar de ser un verdadero profeta de Dios. Nosotros estamos llevando a la gente hacia sendas de destrucción en lugar de libertar sus almas. Necesitamos ser cuidadosos y aprender a seguir la unción de Dios para no ser desviados en cualquiera de estos caminos. Como un verdadero mensajero de Dios, debemos conocer lo que Él está haciendo en medio de Su pueblo. Judas aprendió a hacer esto. Él fue capaz de escribir un libro puro, aún usando pasajes de otros libros que no eran completamente puros. 42 La epístola de Judas Judas 10 “Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales”. Aquellos que se están descarriándose y se mueven en su propia fuerza y sabiduría, blasfeman de lo que ellos no saben. Nosotros deberíamos ejercitar mucha precaución cuando enfrentamos situaciones que no entendemos, puesto que existe una tendencia de elevarnos en orgullo y derribar a alguien más. Cuando hay un problema en una iglesia o grupo, no deberíamos asumir que somos expertos y presuntuosamente, aprobar a una persona y juzgar a alguien más. Debemos tener la sabiduría de Dios y movernos en Su Revelación. De lo contrario, blasfemaremos autoritativamente acerca de asuntos que no entendemos del todo. Un descarriado es alguien que se arrastra lejos de lo que es espiritual y es motivado por su lógica natural y sabiduría carnal. Él llega a ser como una bestia bruta. Nosotros no queremos ser personas obstinadas en la carne o en el alma, sino más bien personas que caminan con el Espíritu de Dios. Judas 11 “¡Hay de ellos! Porque han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en la contradicción de Coré”. Aquí está otra de las tríadas de Judas Caín, Balaam, y Coré. Este versículo es una escritura clave que nos ayuda a entender el misterio de iniquidad y cómo la gente puede caer en el descarriamiento. El camino de Caín, el error de Balaam y la muerte de Coré forman una falsificación paralela a la declaración de Cristo en Juan 14:6, donde El dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”. Jesús debería de ser nuestro camino, el cual nos guiará a Su verdad y la verdad nos guiará a Su vida. Sin embargo, Judas 1:11 nos muestra una imitación del camino, la verdad y la vida. Somos advertidos del camino equivocado de Caín, en lugar del camino correcto de Jesús. En vez de la verdad de Jesús, somos advertidos del error de Balaam. Y en lugar de la vida 43 La epístola de Judas de Jesús, podemos ser guiados a la muerte de Coré. Esto nos muestra la senda del descarriado. Así pues, consideremos primero cómo el camino de Caín es opuesto al camino de Jesús. EL CAMINO DE CAÍN En Génesis 4:1-7, nosotros leemos que Adán conoció a su mujer, y ella concibió y dio a luz a Caín. Después ella dio a luz otra vez, ahora a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra. Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a su ofrenda. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado y por qué ha decaído tu semblante? ¿Si bien hicieres, no serás enaltecido? Caín fue un creyente que se apartó de Dios. Caín fue el primogénito, quien iba a heredar las promesas de Dios. Él también era un líder de alabanza para la familia. Cuando él alababa, su hermano lo seguía. En este capítulo también leemos que el Señor le hablaba a él y él le hablaba Dios. Caín no se puede clasificar como un incrédulo. Él fue un creyente que endureció su corazón y se apartó del camino. Caín empezó a descarriarse cuando ofreció el sacrificio incorrecto. Nosotros leemos en Génesis 4:3: “Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová”. Desde un punto de vista, su ofrenda parecía ser igual a la de su hermano Abel. Caín era un labrador, así que trajo algo de su cosecha como una ofrenda. Abel fue un pastor de ovejas y él trajo uno de sus corderos. En lo natural, las ofrendas parecían ser iguales. Cada uno trajo del fruto de su trabajo. Cuando las personas empiezan a caminar por una senda equivocada, siempre tienen razones con las cuales pueden justificar 44 La epístola de Judas el curso de acciones. Caín estaba caminando por su propio camino. Él venía a Dios bajo sus propios términos. Él trajo una ofrenda del fruto de la tierra, pero el Señor había dicho en Génesis 3:17: “maldita será la tierra”. Dios maldijo la tierra, y Caín llegó con una ofrenda del fruto de la tierra que estaba maldita, para adorar a Dios. Dios no la aceptó. Dios no acepta nuestra ofrenda y alabanza, a menos que lleguemos a Él en los términos y formas que Él prescribe. A menudo, tratamos de llegar a Dios bajo nuestros propios términos. Nosotros ofrecemos nuestros sacrificios de la manera que queremos, no de la forma que Dios lo requiere, pero Él no la acepta. Nosotros estamos ofreciendo aquello que es natural y contaminado por la maldición del pecado. Frecuentemente, los creyentes tratan de servir al Señor con su propia mente y sus propios talentos naturales, tal como con la música. Sin embargo, no podemos llevar a las personas hacia una verdadera alabanza y hacia el monte Santo, meramente con nuestro propio talento musical natural. Tal vez podemos estimular sus emociones y entretenerlos. Quizás hasta podamos llenar la iglesia con gente joven, quienes vendrán por la música entretenida y el ritmo. Pero entonces, sólo estamos ofreciendo la alabanza de Caín. Si Dios nos dijera que no acepta nuestra ofrenda, ¿nos ofenderíamos grandemente y nos llenaríamos de gran ira como lo hizo Caín? Si así fuera, entonces nuestro sacrificio de alabanza no está siendo ofrecido con un espíritu de humildad, sino con profundo orgullo. La ofrenda que trajo Caín era del fruto de la tierra maldita. No hay ninguna revelación dada de que Dios solicitara este tipo de sacrificio. Sin embargo, Abel trajo una ofrenda que estaba conforme a la revelación divina. Él vino a Dios en las condiciones de Dios, y no en las suyas propias. Cuando Adán y Eva pecaron y conocieron que estaban desnudos, nosotros leemos en Génesis 3:21 que el Señor los vistió con túnicas de pieles. Las pieles de animales simbolizan el derramamiento de sangre. Dios había instituido los sacrificios de animales como una forma de cubrir el pecado. Abel reconoció esto y ofreció su sacrificio en la forma correcta. Sin embargo, Caín estaba La epístola de Judas 45 tomando su propio camino y estaba ofreciendo a Dios sus propias ofrendas naturales y carnales. Aún así, Isaías 55:8-9 declara que los caminos de Dios son más altos que los nuestros; y que nuestros caminos no son Sus caminos. Proverbios 14:12 advierte que hay camino que al hombre le parece derecho, pero su fin es camino de muerte. El camino de Caín conduce al error de Balaam, el cual conduce a muerte. La ofrenda de Abel fue también profética de Jesucristo, el Cordero de Dios, el sacrificio perfecto y verdadero. El sacrificio de Abel fue aceptable porque revelaba el carácter divino, la naturaleza del cordero, la cual es mansedumbre y sumisión. Caín se enfureció cuando su ofrenda fue rechazada. Él no estaba ofreciendo un cordero, ni mucho menos tenía la naturaleza del cordero. Si él hubiera estado dispuesto a tener el carácter del cordero en su vida, cuando su ofrenda fue rechazada, él se hubiera quebrantado delante Dios. El Salmo 25:9 nos dice: “Enseñará a los mansos su carrera”. Si permitimos que la mansedumbre y humildad reinen en nuestras vidas, Dios nos guiará, a pesar de nuestros errores. El Señor puede enseñarnos y ponernos de vuelta en el camino, en tanto seamos mansos y aceptemos Su corrección y también seamos lo suficientemente humildes para admitir nuestras faltas. Dios no honró a Caín y a su ofrenda. Cuando no servimos al Señor de la forma correcta, nuestro servicio no será bendecido o aceptado por Él. Tal vez tratamos de lanzarnos en un nuevo ministerio y encontramos que Dios no lo respalda, y como consecuencia éste falla. ¿Qué haremos cuando seamos confrontados por el fracaso y nos demos cuenta que estamos caminando por nuestro propio camino, haciendo lo malo? Caín se puso muy enojado, deprimido y amargado. Nosotros debemos comprender lo que es realmente la raíz de la ira, la depresión y la amargura. Desde una perspectiva natural, Caín probablemente se sintió justificado. Tal vez él pudo haber razonado: “Yo he trabajado tan 46 La epístola de Judas duro como mi hermano para traer mi ofrenda”. No obstante, él mantuvo su posición y permaneció muy enojado y triste. Cuando erramos al blanco, debemos “ofrecer el cordero”, es decir, humillarnos delante de Dios y de nuestros líderes espirituales. Debemos ser humildes y pedir perdón. D.L Moody fue un predicador de justicia, quien compartió mucho sobre el tema del arrepentimiento. En una ocasión cuando terminó de predicar un mensaje fuerte, se le acercó una persona y le preguntó: “¿Por qué cuando usted predica siempre va en contra de la corriente, incomodándonos?”. Y él respondió: “El problema no es lo que yo digo, sino son ustedes los que deben volverse y fluir en la corriente del Señor”. ¿Cómo respondemos cuando somos reprobados? Si endurecemos nuestros corazones y permitimos que actitudes perversas se levanten dentro de nosotros, entonces estaremos caminando en el camino de Caín. ¿Cuál fue el fin de Caín por no escuchar las continuas súplicas del Espíritu? Caín terminó asesinando a su hermano, a causa de la ira y los celos (1 Jn. 3:12). En la Iglesia de hoy, hay muchos que van por el camino de Caín, haciendo sus propios planes. ¿Cuál será su respuesta cuando Dios no los acepte y sean reprobados por el pastor o la Iglesia? Raramente una persona mataría al pastor o al hermano que lo reprueba, pero si estamos enojados con alguien, podemos rechazarlo y matarlo en nuestro corazón. Caín salió de la presencia de Jehová y se convirtió en un hombre errante (Gn. 4:16). Él nunca fue plantado o establecido por el Señor. Si nosotros vamos por el camino de Caín y rechazamos la reprensión que Dios envía a nuestra vida, también saldremos de la presencia de Dios para ser gente errante. En una ocasión, un graduado del instituto bíblico vino a cierta iglesia y le dijo al pastor: “A mí realmente me gusta su iglesia y quisiera ser un miembro. A propósito, yo he escrito una lista de cosas que puedo hacer para ayudar a su iglesia: yo soy un buen director de alabanza y maestro de biblia; yo 47 La epístola de Judas sería un buen co-pastor y hasta podría ser pastor general. Yo tengo todos estos talentos para ofrecerle a usted y a su iglesia”. El pastor fue cauteloso antes de aceptar el ministerio de este hombre y así de rápido como esta persona vino, así también se fue. ¡Éste es un hombre errante! Existen algunos cristianos “saltamontes” que andan saltando de iglesia en iglesia. A estas personas les gusta ir a nuevas y excitantes convenciones o a reuniones, donde ellos pueden “hacer lo suyo”. Sin embargo, si se rehúsan a ser plantados por Dios en una iglesia local, ellos son gente errante que está yendo por el camino de Caín. Muchas personas dejan su iglesia y dicen algo como esto: “Estoy dejando los problemas atrás. Ese pastor tenía problemas, él no respetó mi ministerio. Yo tendré un nuevo comienzo y encontraré un lugar donde aprecien mi ministerio y mis talentos”. Sin embargo, aquí hay un asunto serio a considerar, ya que si un hombre o una mujer no deja su congregación en el orden divino y con una actitud correcta, entonces ellos están tomando el camino de Caín. El camino de Caín nos hará correr en pos del error de Balaam. Éste es el segundo paso descendente. Esto acelera la caída para descarriarse y apartarse de Dios. Ahora debemos estudiar cómo Balaam permitió ser engañado por el engaño del pecado. EL ERROR DE BALAAM Balaam fue uno de los más grandes profetas sobre la tierra. Él fue un descendiente de Abraham que conoció al Señor. 2 Pedro 2:16, dice que él era profeta. Él no fue sólo un hechicero. Los antiguos escritos judíos hablan de él como un profeta que fue tan grande como Moisés. Nosotros podemos entender algo de su grandeza cuando estudiamos algunas de las profecías que él pronunció, las cuales se han extendido a través de los siglos. Alrededor de 1500 años después de haber profetizado, de la estrella que saldría de Jacob, sus profecías aún estaban siendo estudiadas en el oriente, porque fueron profecías genuinas que iban a cumplirse. Su profecía acerca de la Estrella que saldría de Jacob (Nm. 48 La epístola de Judas 24:17) fue parte de la guianza que, indudablemente, los hombres sabios usaron cuando fueron a Belén para adorar a Cristo. Balaam no fue un creyente común y corriente que se deslizó en el pecado, sino que fue un gigante espiritual. Nosotros necesitamos estar conscientes que existen tipos de Luciferes, Balaames y Saules, que cayeron, esto también puede sucederle a grandes líderes de Dios, así como a cristianos comunes. Números 22:9-14 nos dice: “Y vino Dios a Balaam, y le dijo: ¿Qué varones son estos que están contigo? Y Balaam respondió a Dios: Balac hijo de Zipor, rey de Moab, ha enviado a decirme: He aquí, este pueblo que ha salido de Egipto cubre la faz de la tierra; ven pues, ahora, y maldícemelo; quizá podré pelear contra él y echarlo. Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al pueblo, porque bendito es. Así Balaam se levantó por la mañana y dijo a los príncipes de Balac: Volveos a vuestra tierra, porque Jehová no me quiere dejar ir con vosotros. Y los príncipes de Moab se levantaron, y vinieron a Balac y dijeron: Balaam no quiso venir con nosotros”. El rey Balac solicitó al profeta Balaam que viniera y maldijera a los israelitas. El rey sabía que Balaam era un hombre de gran poder espiritual y cuando él profetizaba, aquellos que él bendecía, eran benditos y aquellos que él maldecía, eran malditos. El rey esperaba que a través del poder de Balaam, vería derrotados a los israelitas. Balaam consultó al Señor acerca de ir, pero el Señor le dijo no, tú no puedes ir con ellos. Yo no quiero que maldigas a los israelitas porque ellos son benditos. Así que Balaam se regresó y le dijo a los mensajeros que él no podía ir. En Números 22:15-18, Balac repite su petición a Balaam: “Volvió Balac a enviar otra vez más príncipes, y más honorables que los otros; los cuales vinieron a Balaam, y le dijeron: Así dice Balac, hijo de Zipor: Te ruego que no dejes de venir a mí; porque sin duda te honraré mucho, y haré todo lo que me digas; ven, pues, La epístola de Judas 49 ahora, maldíceme a este pueblo. Y Balaam respondió y dijo a los siervos de Balac: Aunque Balac me diese su casa llena de plata y oro, no puedo traspasar la palabra de Jehová mi Dios para hacer cosa chica ni grande”. A primera vista, esta respuesta de Balaam aparenta ser muy espiritual. Él dijo que obedecería al Señor aunque Balac le ofreciera una casa llena de plata y oro. Sin embargo, Balaam ya estaba abrigando el pensamiento de una casa llena de plata y oro porque él tenía codicia por el dinero. Judas 11 nos dice claramente que el pecado de Balaam fue la avaricia. Él amaba el dinero, la alabanza y la honra del hombre. Balaam pensó poder controlar su iniquidad, pero ¿qué fue lo siguiente que él dijo en el versículo 19? “Os ruego, por tanto, ahora, que reposéis aquí esta noche, para que yo sepa qué me vuelve a decir Jehová”. Aquí vemos la iniquidad de Balaam saliendo a la superficie. Dios ya le había dicho que él no podía ir y maldecir a los israelitas; sin embargo, cuando se le presentó una mejor oferta, él dijo: Permítanme orar de nuevo y ver qué es lo que Dios pueda hablar esta vez. Él ya sabía la voluntad de Dios, pero estaba esperando que a través de alguna circunstancia, Dios pudiera cambiar de opinión. La iniquidad de Balaam lo estaba engañando. Lo terrible de todo esto es lo siguiente: Dios nos puede permitir que andemos en nuestro propio camino, si seguimos presionándolo para obtener Su permiso. Si un hijo suplica: “Ay papi, por favor, ¿me das una bicicleta?” El padre podría responder: “No hijo, aún no eres lo suficientemente grande”. Pero si el niño, sigue pidiéndolo insistentemente, puede que el padre se le conceda, aún sabiendo que podría ser peligroso para él. El padre del hijo pródigo le dio a éste su herencia, a pesar de que él sabía que no estaba preparado para ello. ¿Por qué lo hizo? Debido a la insistencia del hijo. Nosotros debemos ser cuidadosos de no insistir en recibir algo de Dios, pues Él podría dárnoslo, aún para nuestro propio mal. En Ezequiel 14:4 dice que si nosotros venimos a buscar a Dios por guianza, con un ídolo en 50 La epístola de Judas nuestro corazón, Él puede respondernos de acuerdo al ídolo que tenemos en nuestro corazón. ¡Si amamos algo o alguien, más que a Dios, quizás Él nos dé lo que queremos, pero esto puede ser trágico! Si nosotros queremos más de Cristo y de Su camino, Su verdad y Su vida, entonces eso es lo que Él nos concederá. Sin embargo, si decidimos andar en nuestro propio camino y tenemos avaricia, codicia y otros pecados operando en nuestras vidas, puede ser que Él nos conceda los deseos de nuestro corazón. Continuando en Números 22:20 dice: “Y vino Dios a Balaam de noche, y le dijo: Si vinieron para llamarte estos hombres, levántate y vete con ellos; pero harás lo que yo te diga”. Balaam estaba listo y ansioso de ir cuando escuchó esta segunda palabra de Dios. Números 22:22 dice: “Y la ira de Dios se encendió porque él iba; y el ángel de Jehová se puso en el camino por adversario suyo. Iba, pues, él montado sobre su asna…” Dios le dio permiso a Balaam de ir, pero estaba enojado con él porque había ido. Dios le permitió ir por el camino de Caín y hacer su propia voluntad, pero estaba airado de que Balaam hubiese escogido hacerlo. Balaam iba montando su asna por el camino, mientras el ángel del Señor estaba parado allí con la espada en su mano. Balaam estaba pensando más acerca de “la casa llena de plata y oro”, de lo que pensaba sobre las cosas espirituales. En ese momento, el asna fue más espiritual que Balaam. El asna vio al ángel y se apartó del camino para eludirlo, fue entonces que Balaam se enfureció con el asna. Números 22:23 dice: “Y el asna vio al ángel de Jehová, que estaba en el camino con su espada desnuda en su mano; y se apartó el asna del camino, e iba por el campo. Entonces azotó Balaam al asna para hacerla volver al camino”. Esto sucedió tres veces. ¡Balaam se enfureció de tal manera con su asna obstinada que deseó haber tenido una espada para matarla! Pero en ese momento Balaam vio al ángel con la espada, fue entonces cuando él entendió que Dios estaba enojado con el siervo desobediente ¡y estaba listo para matarlo con la La epístola de Judas 51 espada! Balaam se había enfurecido con el asna por apartarse del camino, pero Dios estaba lleno de ira santa en contra de Su profeta descarriado. Números 22:34 dice: “Entonces Balaam dijo al ángel de Jehová: He pecado, por que no sabía que tú te ponías delante de mí en el camino; más ahora, si te parece mal, yo me volveré”. ¿Qué era lo que realmente estaba operando en el corazón de Balaam? El ángel del Señor apareció con una espada en su mano, listo para destruirlo por ser desobediente y ahora Balaam trató de salirse con la suya, otra vez. Él dijo: “Yo no me dí cuenta que estaba desagradándote; si no quieres que yo vaya, entonces no iré”. Pero en realidad, ¿qué era lo que él estaba diciendo en su corazón? ¡Señor, si tú dices que todavía puedo ir, yo ya estoy en camino a Moab y a la casa llena de plata y oro! Si vemos lo que sigue, es obvio que él no se arrepintió de todo corazón. Balaam aún estaba caminando en error. Él se engañó así mismo, creyendo que iba a Moab dentro de la voluntad de Dios. Después de todo, Dios le había dicho que continuara en esa dirección. Luego Números 22:35 dice: “Y el ángel de Jehová dijo a Balaam: Vé con esos hombres; pero la palabra que yo te diga, esa hablarás. Así Balaam fue con los príncipes de Balac”. Balaam pensó que estaba sirviendo a Dios, cuandoe en realidad sólo estaba siguiendo su propia codicia. Si empezamos a ir por nuestro propio camino y a “hacer las cosas a nuestro modo” (como Caín), esto puede llevarnos al error de creer que nuestros planes son los planes de Dios. Balaam se engañó a sí mismo, pensando que él tenía la bendición de Dios. Él profetizó solamente lo que Dios le dijo, pero también le dió consejo perverso al rey Balac. Balaam les dijo que dejaran a las jóvenes de Moab infiltrarse en el campamento de los israelitas para que los indujeran a caer en la inmoralidad e idolatría y así el juicio de Dios cayera sobre Israel (Ap. 2:14; Nm. 25:1-8). Balaam, pensó en la forma de obedecer la Palabra de Dios y sólo profetizar lo que Él decía, pero al mismo tiempo dio consejo maligno, el cual le daría 52 La epístola de Judas la recompensa que estaba anhelando. ¿Cuál fue el final de Balaam? Él pensó que era el siervo de Dios, pero estaba sirviendo a su propia avaricia y codicia. Números 31:7-8 dice: “Y pelearon contra Madián, como Jehová lo mandó a Moisés... también a Balaam hijo de Beor mataron a espada”. Dios ya había advertido a Balaam que la espada de juicio estaba contra él. Sin embargo, Balaam, al igual que Caín, tomó su propio camino engañándose a sí mismo, por el error de su pecado. Esto aún está sucediendo hoy. Es fácil recibir una profecía que nos dice lo que egoístamente nosotros queremos escuchar. El Salmo 125:5 nos advierte: “Mas a los que se apartan tras sus perversidades, Jehová los llevará con los que hacen iniquidad…” Si estamos torcidos en nuestros caminos y vamos por el camino de Caín, ¿quién va a guiarnos a destrucción? ¡El Señor mismo! El Señor fue quien permitió a Balaam ir a Moab. Él dijo claramente que no quería que Balaam fuera, pero cuando Balaam presionó al Señor y le rogó como un niño egoísta, el Señor le dejó ir. Hay personas que tienen profecías y palabra de Dios y piensan que éstas son evidencia de la aprobación de Dios para sus vidas, en tanto que ellas corren en pos del pecado. Puede ser verdaderamente una profecía del Señor, pero ésta viene porque el corazón de ellos ha sido endurecido y porque el error de Balaam ha estado obrando. Muchas veces el Señor trató de hablarles. Hubo una palabra más alta del Señor, la cual ellos ignoraron repetidamente. Tal vez la palabra fue arrepentimiento, sumisión o espera. Si no vamos a aprender a obedecer las palabras claras de Dios, Él nos dejará caminar en el error de Balaam. Nosotros escucharemos profecías que “justifiquen” nuestro pecado o rebelión. Acab recibió 400 profecías que confirmaban su dirección, sabiendo en su corazón que todas estaban equivocadas. 2 Tesalonicenses 2:11-12 nos dice: “Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean 53 La epístola de Judas condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia”. En estos últimos días, Dios permitirá un poder engañoso que sobrecogerá a los creyentes injustos. Recuerde, la advertencia del libro de Judas es especialmente para los últimos días. Dios nos dejará ir tras el engaño, si nosotros no amamos a la verdad o sino deseamos ir por el camino del Cordero. No podemos confiar en el hecho de que nuestro ministerio sea poderoso, como Balaam o Sansón. Dios puede bendecir nuestro ministerio, mientras está preparando la espada de juicio a causa de nuestra desobediencia, a menos que nos arrepintamos. La pregunta importante es, ¿está nuestra obediencia a la altura de nuestro ministerio? En una ocasión escuché la historia de un hombre borracho que le predicó el evangelio a otro alcohólico, y éste fue salvo. ¡Dios bendijo el ministerio del primer alcohólico, pero no estaba mostrando aprobación sobre su vida! Él solamente estaba respaldando Su Palabra. La tercera parte de Judas 11 se refiere al final del camino del descarriado. Alguien que va por el camino de Caín y es engañado como Balaam, terminará muriendo como aquellos en la rebelión de Coré. PERECER EN LA REBELIÓN DE CORÉ Números 16:1-3: “Coré hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, y Datán y Abiram hijos de Eliab, y On hijo de Pelet, de los hijos de Rubén, tomaron gente, y se levantaron contra Moisés con doscientos cincuenta varones de los hijos de Israel, príncipes de la congregación, de los del consejo, varones de renombre. Y se juntaron contra Moisés y Aarón y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová; ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la congregación de Jehová?” En el versículo 13, ellos acusaron a Moisés de enseñorearse imperiosamente sobre ellos. Estos líderes buscaban igualdad y democracia. Quizás ellos estaban diciendo: “¡Ey, pastor! ¡Todos nosotros somos cristianos, todos oímos 54 La epístola de Judas de Dios! ¿Por qué actúas tú como jefe sobre nosotros?” Tal vez estaban buscando un liderazgo conjunto y estaban diciendo: “¡Moisés, todos nosotros somos líderes! Tú necesitas compartir algo de esa autoridad. ¡Tú estás siendo un dictador en la forma como diriges la Iglesia!” En esta rebelión, Coré no sólo fue capaz de influenciar a los 250 líderes, sino que también, como leemos en Números 16:19: “Coré juntó a toda la congregación en contra ellos (Moisés y Aarón)”. Ésta no fue simplemente una pequeña división en la iglesia. Toda la congregación estaba siendo puesta en contra de su pastor y co-pastor. Coré puso en contra de Moisés a 250 líderes de renombre y causó que toda la congregación se opusiera a Moisés y a Aarón. Cuando alguien está descarriándose o cayendo en error, ellos siempre hablarán en contra de la verdadera autoridad de Dios. Estos descarriados sembrarán discordia entre los hermanos para tratar de alejar a la gente del verdadero liderazgo de Dios, atrayéndolos hacia ellos mismos (Hch. 20:30). Números 16:28-35 muestra el resultado de la rebelión. Coré, Datán, Abiram y sus familias, todos murieron en un terremoto y los 250 líderes fueron consumidos por fuego del cielo. Dios siempre terminará mostrando Su aprobación sobre Sus verdaderos ungidos. Dios vindicará a aquellos que Él ha posicionado verdaderamente en autoridad. A menudo en medio de un conflicto esto es muy difícil de ver. A través de los hechos de estos tres apóstatas, que nos relata el Antiguo Testamento, Judas nos muestra la senda del descarriado. Esto puede comenzar pareciendo algo inocente, como le sucedió a Caín, quien trató de servir y adorar al Señor a su manera. Nadie que empieza a descarriarse está tramando una gran rebelión que puede terminar en juicio y muerte. ¡Sin embargo, esta senda puede conducir a esto! Aprendamos a ser cuidadosos de las pequeñas y ocultas iniquidades que puedan brotar en el jardín de nuestro corazón. Con la gracia de Dios, cuidemos de nuestro jardín diariamente. La epístola de Judas 55 La senda del descarriado es lo opuesto a seguir la senda de Cristo quien es “el camino, y la verdad y la vida”. El descarriado sigue su propio camino (como Caín), y llega a ser engañado (como Balaam), hasta que termina siendo juzgado en su rebelión (como Coré). Este juicio puede ser muerte espiritual y aún hasta la muerte natural. Por lo tanto, aprendamos en mansedumbre, a seguir el camino de Dios. Ésta es la senda de la obediencia. ¡Esta senda nos guiará a la plenitud de la verdad, la que nos traerá la vida abundante y eterna de Jesucristo! Judas 12-13 “Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan así mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas”. En estos dos versículos Judas da siete descripciones poéticas de la naturaleza de un descarriado. Cada una de estas descripciones son expuestas ampliamente por otras escrituras. La palabra manchas del versículo 12 se traduce mejor como rocas hundidas. La palabra griega usada aquí, “spilades”, para que podamos comparar su significado, no se usa en ninguna otra parte en el Nuevo Testamento; pero en el primer siglo, fue usada comúnmente para significar “rocas” o “rocas hundidas”. Para el siglo IV, esta palabra fue usada para significar “manchas”, que es la forma en que la traduce la versión King James. Ambas traducciones son posibles, aunque la más probable es “rocas hundidas” o “arrecife escondido”, como está traducido al margen de la Nueva Versión King James, la NAS y otras versiones. En esta primera imagen poética, nosotros tenemos la idea que el descarriado es un peligro escondido para otros. Leemos en 1 Timoteo 1:19, que un cristiano puede hacer naufragar la fe de otros cristianos y como rocas hundidas o arrecife escondido, puede, inesperadamente, causar un naufragio. Un descarriado puede buscar destruir silenciosamente 56 La epístola de Judas la fe de otros. Ellos pueden ser un peligro oculto durante los “ágapes” (o servicios de Santa Cena), cuando aparentan ser cristianos piadosos. MANCHAS (ARRECIFES ESCONDIDOS) EN SUS FIESTAS Estos descarriados formaban parte de los ágapes que celebraban los primeros cristianos durante sus tiempos de comunión. Gente como ésta puede participar de los servicios de Santa Cena en su iglesia y tener compañerismo con los otros miembros pareciendo justos, como uno de los hermanos. Sin embargo, ellos siguen siendo arrecifes escondidos, esperando penetrar y traspasar alguna vida, para hacerla naufragar. Sutilmente, ellos sembrarán semillas de discordia en los corazones de aquellos que los rodean para hacer menguar su fe y perder la confianza en su pastor. 1 Juan 1:7 nos dice: “Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros”. Mucha gente no basa su comunión en el hecho de estar con aquellos que están caminando en la luz. Por el contrario, ellos basan su comunión en estar con aquellos que tienen una cantidad de luz similar a la de ellos. Nuestra comunión debe de estar basada en nuestra obediencia a la luz. A veces, he tenido un excelente compañerismo con cristianos que vienen de denominaciones fundamentalistas. Muchos de ellos no han tenido buena enseñanza, ni han recibido la misma cantidad de luz que nosotros. Sin embargo, ellos estaban buscando sinceramente caminar en la luz que poseían y nuestra comunión en el Señor ha sido muy especial. En otras ocasiones estuve con pentecostales quienes han recibido las revelaciones y verdades más profundas; sin embargo, no pude tener compañerismo con ellos porque permitieron que el pecado y la iniquidad corrompieran sus vidas. Si hubiera tenido comunión con ellos y hubiera abierto mi espíritu, ellos podrían haber transmitido su rebelión e iniquidad a mi vida. Ellos han recibido más luz, pero no están caminando en ella. Por eso están caminando en tinieblas. Asisten a los servicios de adoración y dicen alabado sea el Señor y parecen estar bien 57 La epístola de Judas superficialmente, pero ellos son arrecifes escondidos quienes tienen motivos equivocados para buscar la comunión. Algunos vienen a la iglesia buscando introducir una doctrina falsa, o bien, plantar amargura, rebelión, duda y codicia en cualquier corazón que está abierto y confiado. Hay muchos motivos que traen a alguien a un servicio en la iglesia. Por lo tanto, estemos alertas y tengamos comunión solamente con aquellos que están caminando en la luz, y no necesariamente con aquellos que han recibido mucha luz. APACENTÁNDOSE (O ALIMENTÁNDOSE) SÓLO A SÍ MISMOS La segunda descripción del descarriado (nueva versión King James) es que ellos están “apacentándose sólo a sí mismos”. La versión King James traduce esto como “alimentándose a sí mismos”, mientras que la Nueva Versión Internacional dice: “Pastores que se alimentan a sí mismos solamente”. Una buena traducción sería “pastores egocéntricos”. En Ezequiel 34:1-16, leemos acerca de estos pastores egoístas. Ellos no tratan de ayudar a las ovejas, solamente las usan y abusan de ellas para su propio beneficio. Cuando la naturaleza de Cristo está obrando en la vida de un verdadero creyente, lo motivará a desear solamente servir y ayudar a otros; mientras que un descarriado sólo tiene motivos egoístas en todo lo que hace. NUBES SIN AGUA La tercera descripción poética del descarriado es que ellos son como “nubes sin agua”. Proverbios 25:14 nos dice: “Como nubes y vientos sin lluvia, así es el hombre que se jacta de falsa liberalidad”. Hay individuos que se mezclan entre el pueblo de Dios y presumen tener un ministerio, pero solamente son nubes sin agua. La lluvia del Espíritu Santo no fluye a través de sus palabras y vidas vacías. Un verdadero don o ministerio tendrá buenos resultados (Dt. 32:1-2). 58 La epístola de Judas LLEVADAS DE ACÁ PARA ALLÁ POR LOS VIENTOS La cuarta descripción del descarriado es ésta: Alguien que es llevado de acá para allá por los vientos. La palabra griega para viento es la misma palabra usada para espíritu. Al igual que las nubes vacías son llevadas por los vientos, estos descarriados son manejados por espíritus malignos. En Efesios 2:2, se refiere a Satanás como “el príncipe de la potestad del aire”. Satanás no solamente quiere manejar al descarriado en diferentes direcciones sin propósito, como una nube vacía, sino además sopla sobre él muchos vientos de falsa doctrina. Efesios 4:14 nos dice: “Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error”. Nosotros no deseamos ser llevados en diferentes direcciones, por todo nuevo viento de doctrina que sopla alrededor, porque no toda nueva doctrina y revelación viene de Dios. Algunas de las doctrinas que soplan a través de la Iglesia vienen de espíritus malos. Estos vientos de falsa doctrina se mueven a través de cristianos descarriados y ministerios de renombre, quienes también están descarriados. 1 Juan 4:1 exhorta: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios”. ¡Nosotros debemos aprender a discernir si la nueva doctrina o moda que está soplando, a través del Cuerpo de Cristo, proviene del viento del Espíritu Santo o del viento del príncipe de la potestad del aire! ÁRBOLES CUYO FRUTO SE MARCHITÓ La quinta descripción del descarriado es: él es como un árbol otoñal sin fruto. Un árbol frutal debe llevar fruto en su estación. Si no es fructífero, entonces es un árbol muerto. Los cristianos descarriados son aquellos que una vez tuvieron fruto, pero su fruto se La epístola de Judas 59 marchitó. El fruto del Espíritu se ha marchitado en sus vidas. “Dos veces muertos” nos habla de la segunda muerte mencionada en Apocalipsis (2:11; 20:14; 21:8). Antes de nuestro nuevo nacimiento, todos estábamos muertos en delitos y pecados. Después del nuevo nacimiento, recibimos vida. Estar “dos veces muerto” se refiere a un cristiano que recibió vida, que ha muerto nuevamente y está eternamente perdido. Ésta es la segunda muerte. Salmos 1:3 nos dice que un buen cristiano debe ser “como árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto en su tiempo”. No toda estación de nuestra vida cristiana traerá fruto, pero a medida que aprendamos a permanecer en Cristo, llegaremos a ser fructíferos en el tiempo apropiado. En Lucas 13:6-9, nuestro Señor Jesús nos enseñó la parábola de la higuera. La higuera no había sido fructífera después de tres años. El viñador intercedió y dijo: “déjala todavía este año,... y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después”. Cristo, claramente, se estaba refiriendo a la nación de Israel. El tiempo había venido para Israel para dar frutos dignos de arrepentimiento, cuando Juan el Bautista fue levantado para preparar el camino del Señor (Mt. 3:8-10). Debido a que ellos no lo hicieron así, la nación fue juzgada y cortada por Dios. Juan el Bautista les advirtió: “El hacha está puesta a la raíz de los árboles”. Aquí vemos que no solamente un descarriado individual, sino también toda una nación descarriada puede ser juzgada y cortada por Dios. FIERAS ONDAS DEL MAR, QUE ESPUMAN SU PROPIA VERGÜENZA La sexta descripción del descarriado es una persona que no tiene paz. Él es como “las fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza”. Esto nos recuerda lo que en Isaías 57:20 dice: “Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse 60 La epístola de Judas quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo”. Santiago 1:6, 8 también nos dice: “Porque el que duda es semejante a toda onda del mar, que es arrastrada por el viento… El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos”. Los descarriados son personas de doble ánimo que carecen de paz. Aun sabiendo que no deben continuar en su pecado, siguen maquinando excusas para justificar sus caminos. “Que espuman su propia vergüenza” se refiere a la corrupción y suciedad que son removidas por los conflictos en sus vidas, de la misma manera que el lodo y cieno son agitados por las aguas en tiempo de tempestad. ESTRELLAS ERRANTES La última descripción de un apóstata que encontramos en la Epístola de Judas, dice que son como “estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas”. Una estrella errante se refiere a un cometa. Un cometa es un pequeño planetoide o meteoro que tiene una órbita alrededor del sol altamente elíptica. Esto significa que a medida que da vueltas alrededor del sol, la mayor parte del tiempo se encuentra alejado de él, aunque sea atraído hacia el sol una sola vez en el transcurso de la vida de un hombre. Cuando el cometa se acerca al sol, el sol derrite el agua congelada, de la que el cometa está parcialmente constituido, formándose una cola de vapor detrás de él. Entonces es que, por un corto tiempo, el cometa se vuelve muy brillante, tan brillante que en ocasiones puede ser visto en pleno día. Pero por no tener una órbita balanceada, como la de los planetas, el cometa pronto será atraído de regreso a la negra oscuridad del espacio exterior. Esto va a suceder a pesar de que, por un corto tiempo, el cometa haya brillado intensamente y dado luz a la tierra. Los descarriados pueden ser así. Hay un tiempo cuando ellos se acercan al Señor y brillan intensamente. Las personas pueden decir: “Miren, es un nuevo creyente ardiendo en su primer amor” o “allí La epístola de Judas 61 está un nuevo hombre de Dios”. Sin embargo, si este creyente no tiene un curso estable y un balance apropiado, después de una estación de gloria, puede descarriarse y regresar a ser errante en las tinieblas del engaño y del pecado. El tema central de Judas es ser “guardado” o “preservado”. En esta frase se repite la idea de ser reservado o guardado, pero en un sentido negativo. Estos descarriados, como estrellas errantes, tienen la oscuridad de las tinieblas “reservada” para ellos. La palabra “phulasso” en el griego original, es la misma palabra traducida “preservar” en el versículo 1. En el versículo 6 ésta significa “guardar” y “reservar”, y significa “conservar” en el versículo 21. Aquí se utiliza la palabra de la misma forma que en el versículo 6. Esto es para enfatizar el juicio eterno que espera al descarriado cuando ellos sean “echados a las tinieblas de afuera”, como nuestro Señor también lo advirtió en Mateo 8:12. En tanto que este es el destino de las “estrellas errantes”, éste no es el destino de los justos, de quienes se habla en Daniel 12:3 como estrellas “perpetuas”: “Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad”. Aquellos que son estables en el Señor brillarán por siempre con gloria y poder como estrellas del firmamento, como también Pablo lo confirma en 1 Corintios 15:40-43. Judas 14-15 “De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él”. Ésta es la profecía de juicio dada por Enoc. Judas citó ésta de El libro de Enoc, introduciendo esta profecía a la Biblia de un libro que no era considerado canónico. Enoc estaba profetizando que el Señor viene para traer juicio sobre aquellos hombres impíos por causa de todas sus obras perversas. Cuando Judas se refiere aquí a los impíos, no está hablando de personas incrédulas. Por el contexto vemos que Judas se refiere a hombres y mujeres que habiendo caminado una vez en la senda 62 La epístola de Judas de justicia, se apartaron después de Dios. Judas está advirtiendo a los creyentes del terrible juicio que espera a aquellos que, siguiendo en pos del error, se apartan de Dios. La Palabra de Dios sólo registra dos profecías dadas a través de Enoc: una la encontramos aquí en Judas y la otra en Génesis 5:22, cuando Enoc le pone por nombre a su hijo Matusalén. Proféticamente Enoc nombró a su primogénito Matusalén, cuyo significado es: “en su muerte será el fluir de las aguas”. Cuando el primogénito de Enoc nació, él entendió que cuando su hijo muriera el juicio de Dios iba a ser enviado sobre el mundo. El Señor prolongó la vida de Matusalén más que la de cualquier hombre en la historia (969 años) para mostrarnos así Su gran paciencia y misericordia, como dice Pedro en 2 Pedro 3:9. El año que el hijo de Enoc murió, el Diluvio vino y destruyó al mundo. Ambas profecías de Enoc fueron acerca del juicio de Dios. Una fue acerca del juicio del Diluvio y la otra sobre el juicio de la Segunda Venida de Cristo. Estas revelaciones causaron que Enoc tuviera temor del Señor y aprendiera a caminar con Dios. Este siervo entró en una relación tan íntima con Dios que no murió. ¡Él fue traspuesto al cielo y así fue librado del juicio del Diluvio! De una forma similar, nosotros necesitamos el temor de Dios obrando en nuestras vidas. Esto puede ayudarnos para aprender a caminar con Dios y también así escapar del juicio en la Segunda Venida de Cristo. Judas 16 “Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho”. Aquí encontramos una descripción adicional del hombre o mujer que empieza a desviarse del camino del Señor. Sus palabras se vuelven cada vez más y más negativas y de crítica; pero cuando desean adular a alguien, para obtener su propio provecho, le pueden hablar muy positivamente. La adulación siempre quiere algo a cambio. La epístola de Judas 63 En 1 Reyes 22:6-25, tenemos el ejemplo de un descarriado comportándose de esta manera. En este relato vemos a un profeta descarriado llamado Sedequías profetizando gloriosa victoria para el malvado rey Acab. El verdadero profeta de Dios, Micaías, tenía una revelación diferente. Él vio que Dios a propósito había mandado a un espíritu malo para engañar al perverso Acab, para que pudiera ser destruido en la batalla. Entonces Sedequías se acercó a Micaías, le golpeó en la mejilla y le dijo: “¿Por dónde se fue de mí el Espíritu de Jehová para hablarte a tí?” ¿Cómo llega un profeta a ser un falso profeta? La respuesta es muy sencilla. Un falso profeta es una persona que alguna vez conoció la verdadera unción y el verdadero espíritu de profecía, pero que gradualmente se alejó del Señor hacia una falsa unción. Sedequías fue uno de éstos. Él había conocido la unción y el espíritu de profecía, pero el Espíritu de Dios se había apartado de él y se había ido a otro que estaba totalmente entregado al Señor. Miacaías no toleraba la mezcla que se estaba dando alrededor de él manteniéndose firme con el Señor, en medio del reino corrupto de Acab. Mientras el descarriado Sedequías se quejaba de Micaías, adulaba al rey buscando de esta manera ganar su favor y promoción. Los descarriados harán ambas cosas, se quejarán y adularán porque ellos no han permanecido en la verdad y son incapaces de hablar rectamente a las personas. Nosotros necesitamos permanecer en Cristo de manera que no hablemos con doblado ánimo. 64 La epístola de Judas 65 La epístola de Judas Parte 3 EXHORTACIONES A LOS FIELES VERSÍCULOS 17-23 Ahora Judas enfoca su atención hacia los creyentes fieles, a quienes él escribe esta carta. En los versículos 17-20, Judas se dirige a ellos como: “Amados”. Primero él recapitula las advertencias que ya dio en los versículos 17-19; antes de decirles como deben responder a estas advertencias, en los versículos 20-23. Después de advertirnos acerca de los peligros del descarriamiento y los riesgos de la iniquidad oculta, Judas cambia su énfasis de la advertencia a la exhortación diciendo: “Pero vosotros, amados…” Judas creía que nosotros podemos ser librados de las trampas del mal sí escuchamos atentamente el mensaje del Espíritu. Pablo expresó lo mismo cuando dijo: “Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a la salvación, aunque hablamos así” (He. 6:9). Aprendamos a balancear cuidadosamente advertencias serias con exhortaciones positivas. En su epístola, Judas inicia y concluye positivamente. Él empieza animando antes de introducirse en su mensaje principal de advertencia. Judas inicia afirmando que nosotros somos “preservados en Cristo Jesús” y al finalizar su epístola él dice: “Y aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría”. Aunque el tema principal de su carta es una seria advertencia, Judas no deja a sus lectores en desesperación o angustia. 66 La epístola de Judas A. RECUERDEN LAS ADVERTENCIAS DE LOS APÓSTOLES, VERSÍCULOS 17-19 Judas 17-18 “Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos”. Este mensaje es muy parecido a 2 Pedro 3:3, donde Pedro escribió que “... que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias”. Como se mencionó en la introducción, Judas había leído esta carta escrita por Pedro o conocía muy bien sus enseñanzas. Judas confirma las palabras de Pedro de que en los últimos tiempos la gente se burlará de las cosas del Señor, especialmente se burlarán del mensaje del juicio de Dios. Muchos se engañan a sí mismos creyendo que no hay juicio venidero. Una vez vi a un demonio inspeccionando la librera de un cristiano. Él se decía a sí mismo: “Estoy contento porque el Milenio está aquí y ya todos sus juicios han pasado”. Este espíritu malo estaba convencido de la doctrina amilenial, la cual enseña que ya estamos en el Milenio. Él no quería creer que el día del juicio estaba aún por venir, cuando Satanás y todos sus demonios serán completamente atados y echados al abismo. Él no quería creer que habría más castigo para él, así que se engañó a sí mismo. Él estaba buscando en la librera de este cristiano, esperando encontrar cualquier suposición que pudiera confortarlo en su angustia. Los descarriados hacen lo mismo. Ellos se rehúsan a pensar acerca de los juicios venideros; de tal manera que se burlan de la idea del juicio, engañándose a sí mismos en un intento por encontrar paz y gozo en sus vidas de pecados. Sin embargo, los creyentes fieles debemos hacer lo opuesto. Nosotros debemos recordar continuamente estas advertencias y apreciarlas. Haciendo esto, el temor de Dios nos animará y Su sabiduría nos preservará para que podamos disfrutar el caminar con Dios en justicia. La epístola de Judas 67 Judas 19 “Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu”. Los apóstatas son sensuales (carnales o mundanos). El Espíritu de Dios se ha ido de ellos y ya no pueden seguir fluyendo con los cristianos justos, que guardan la unidad del Espíritu (Ef. 4:3). Éstos se han apartado de la verdadera unción para seguir al espíritu del anticristo. En 1 Juan 2:19 dice: “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros”. Debemos ser hombres y mujeres que retengan al Espíritu de Dios. De esta manera mantendremos nuestra posición correcta como el ejército unido y triunfante de Dios que vencerá en estos últimos tiempos. 1 Corintios 11:19 dice: “Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados”. Dios usa divisiones y separaciones, no solamente para juzgar a aquellos de espíritu erróneo, pero también, para sacar a luz a aquellos que son aprobados por Dios. B. FORTALECED VUESTRA FE, VERSÍCULOS 20-21 Judas 20-21 “Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna”. Este versículo muestra cómo debemos edificar una vida piadosa. Esto requiere más que “contender por la fe”, como dice el versículo 3 de Judas. Nosotros no debemos sólo defendernos, debemos edificarnos en la fe de manera que estemos equilibrados. Mientras Nehemías y sus hombres restauraban los muros de Jerusalén, usaban sus espadas (para defensa) en una mano y sus paletas de albañil (para edificar) en la otra (Neh. 4:17). 68 La epístola de Judas Orando en el Espíritu es una forma importante de edificarnos. 1 Corintios 14:4 no dice que hablar en lenguas edifica y aumenta la fe del creyente individual. Mientras oramos en lenguas, el Espíritu Santo está orando a través de nosotros, liberando una unción mayor y una fe más grande. Ésta es una forma importante para mantenernos alejados de la senda del descarriado. En el versículo 21, también tenemos la exhortación de “conservarnos”. Vimos antes como la palabra “conservar” es una palabra clave en el libro de Judas. Mientras el versículo 1 nos dice que es Cristo quien nos guarda, en el versículo 21 se nos dice que nosotros tenemos la responsabilidad de conservarnos. Al hombre se le ha dado libre albedrío. Nosotros tenemos la responsabilidad de responder a la gracia de Dios. Esta importante verdad debe ser enfatizada apropiadamente para mantener un balance en la vida cristiana. Se nos dice: “conservaos en el amor de Dios”. Juan 15:10 explica cómo podemos conservarnos en Su amor. Jesús dijo: “Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor”. Debemos recordar a los ángeles rebeldes que no guardaron los mandamientos de Dios; y por esta razón, en lugar de permanecer en el amor de Dios, ellos cayeron en Su ira eterna. La obediencia es la llave para permanecer en el amor y favor de Dios. Luego Judas, refiriéndose a la Segunda Venida de Cristo, nos dice que estemos “esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna”. La palabra “esperando” también es usada en Tito 2:13, donde leemos: “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. Él viene para mostrarnos Su abundante misericordia. Los cristianos que están viviendo rectamente no tienen temor de la Segunda Venida de Cristo. Los justos son tan valientes como un león. Los creyentes justos anhelan la venida de su Desposado Celestial; aumentando su ánimo y gozo mientras aguardan ansiosamente Su retorno. Son los incrédulos y los creyentes no arrepentidos los que temen el día del Juicio. La epístola de Judas 69 C. BUSCANDO RESCATAR A LOS DESCARRIADOS, VERSÍCULOS 22 Y 23 Judas 22-23 “A algunos que dudan convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne”. Luego de decirnos cómo podemos edificar nuestras propias vidas espirituales, en los dos siguientes versículos Judas nos dice cómo podemos edificar las vidas espirituales de otros. Nuestra prioridad debe ser edificar el carácter de Cristo en nuestras propias vidas. Luego podremos edificar en otros. El fundamento de nuestra vida debe ser estable antes de poder tener un ministerio piadoso de servicio a otros. Hay cristianos que sobre enfatizan e “idolatran” el ministerio. El balance apropiado es el de edificar carácter piadoso antes de edificar el ministerio. Éste debe ser nuestro énfasis. El apóstol Pablo siempre enfatizó primero en la vida personal del ministro antes que en el ministerio (Hch. 20:28; 1 Ti. 4:16). Proverbios 16:32 dice: “Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad”. La mayoría piensa que un evangelista que puede ganar una ciudad para Cristo es una gran persona. Proverbios enseña que es mayor proeza poder controlar nuestro espíritu, que el conquistar toda una ciudad. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo y perdieré su alma? ¿De qué nos sirve poder brillar con esplendor, al igual que un cometa, pero terminar descarriados y perdidos en las tinieblas? Desde el principio, el patrón de Dios es que nosotros debemos edificar nuestro carácter antes que el ministerio. Entonces dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree…” (Gn. 1:26). Dios desea primeramente edificar carácter en nosotros antes de decirnos “señoreen”. Esto también es lo que Judas enseña. En los versículos 20-21, él primero anima a los creyentes a edificarse a sí mismos; y luego los anima a alcanzar a los que están perdidos y descarriados, versículos 22-23. 70 La epístola de Judas El versículo 22 también puede ser traducido: “Ten misericordia de aquel, que está dudando” como dice la traducción NAS. Cuando ministramos a otros, Judas nos anima primero a alcanzar, con un corazón tierno, a los confundidos y débiles quienes están en peligro de descarriarse. ¡Nosotros estamos para fortalecer al débil, después de habernos fortalecido a nosotros mismos! Cuando el Cristo resucitado le apareció al incrédulo Tomás, Él no lo reprendió sino que amorosamente lo animó (Jn 20:2429). Isaías, profetizando acerca de esta actitud que deben tomar los siervos al ministrar, dijo: “No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare” (Is 42:3). El versículo 23 describe como alcanzar a aquellos que deliberadamente pecan. Cuando nosotros tratamos de rescatar a los rebeldes que van directamente al infierno, debemos tener una actitud diferente a la mencionada en el párrafo anterior: “A otros salvad con temor”. Debemos recordarles del terror del juicio eterno en el lago de fuego. Pablo dijo: “Conociendo el temor del Señor, persuadimos a los hombres” (2 Co. 5:11). Para ministrar a estos pecadores, necesitamos tener la unción del temor de Dios y el aborrecimiento por el pecado. El temor de Dios puede ayudarlos a desear huir del mal y nos preserva a nosotros de ser contaminados por su forma de vida corrupta (Pr. 16:6). En Zacarías 3:1-5, nosotros tenemos un ejemplo de “arrebatándolos del fuego”. En este relato, el Señor reprendió a Satanás para que el sumo sacerdote fuera liberado de las garras de Satanás. De este modo, él fue como un tizón arrebatado del fuego. Cuando tratamos de rescatar a un pecador, a menudo habrá guerra espiritual en contra de los malos espíritus que lo mantienen atado en esclavitud a sus pecados. “Aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne” es la idea de mantenernos a la mayor distancia de lo que es o parece ser malo. Esto significa evitar todo lo que guía al pecado o aparenta ser pecado (1 Tes. 5:22). 71 La epístola de Judas Parte 4 DOXOLOGÍA FINAL VERSÍCULOS 24-25 Judas 24-25 “Y aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén”. Ahora Judas concluye su carta con una confiada declaración de exaltación. El cristiano no debe vivir en temor de caer en engaño y pecado; no tiene porqué sentirse ansioso e inseguro. Es aquí donde necesitamos discernir entre temor santo y fobia. El temor divino del Señor nos guardará del mal; pero el temor natural, humano o fobia, nos debilita. Recuerden, hemos escogido estar del lado del Señor, nuestra ayuda proviene del Señor ¡que hizo los cielos y la tierra! Como ya vimos en Judas 1, el Señor es capaz de guardarnos de tropezar o caer. Al final de su carta, Judas nos regresa nuevamente a esta verdad, para animarnos a correr nuestra carrera cristiana con coraje, confianza y fortaleza. “Y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe” (He. 12:1b-2a). Al igual que un corredor puede distraerse y tropezar si voltea a ver a los demás atletas a su alrededor, Judas quiere que mantengamos nuestra vista enfocada en la meta final, en el fin de nuestra carrera. Nosotros sí podemos ser presentados “sin falta delante de su Gloria 72 La epístola de Judas con gran gozo”. La idea de ser presentados sin falta delante de Dios nos recuerda cuando Ester tuvo que ir y presentarse ante el rey en su trono. Ella tenía temor, pues sabía que a menos que el cetro de oro le fuera extendido en misericordia, perecería. Sin embargo, cuando Ester se presentó ante el rey vestida con sus ropas reales, él la vio sin falta como su reina escogida. En una forma similar, cuando lavamos nuestras vestiduras en la Sangre del Cordero y somos vestidos con Su Justicia, podremos acercarnos al Señor como Su Novia santa y sin mancha (Ap. 19:7-8). Ésta es la confianza que tenemos para aquellos que caminan rectamente. Judas nos anima a que nos acerquemos confiadamente al trono de gracia, con gran gozo! En el versículo 25, Judas termina su carta atribuyendo a Dios gloria eterna, majestad, dominio y poder. Pablo, de la misma forma, también concluye su carta a los romanos con una nota de admiración y alabanza cuando les escribe acerca del plan de salvación de Dios: “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!... Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén” (Ro. 11:33-36). En la medida que nosotros entendamos las obras de Dios y las sigamos, así veremos más de Su gloria, sabiduría y poder. ¡Delante de este glorioso Dios, fijemos nuestros corazones en fe, obediencia y alabanza! La epístola de Judas 73 74 La epístola de Judas