La Epístola de Judas - iglesiaemanuelsion.org

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La epístola de Judas
La Epístola de
JUDAS
Norman Holmes
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La epístola de Judas
“La Epístola de Judas”
Registrado © Agosto 2001 por Norman Holmes
Libro de texto de Zion Christian University
usado con permiso.
Todos los derechos reservados.
Traducción y edición en castellano:
equipo de trabajo de IBJ - Guatemala
Diseño de portada:
Impreso en Guatemala, Centroamérica.
A menos que se indique lo contrario,
todas las citas bíblicas fueron tomadas de la Santa Biblia,
versión Reina Valera, © 1960 Sociedades Bíblicas Unidas.
Para mayor información o copias adicionales,
diríjase a esta dirección:
Instituto Bíblico Jesucristo
Apartado Postal 910-A
Guatemala, Centroamerica
Tel: +502 5219-0444/45
Fax: +502 2472-8817
e-Mail: ibjcristo@gmail.com, ibj@ibj-guatemala.org
Página web: www.ibj-guatemala.org
ISBN # 1-890381-11-X
La epístola de Judas
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AGRADECIMIENTOS
Al equipo de trabajo de Instituto Bíblico Jesucristo Guatemala que realizó la traducción, corrección de pruebas, y detalles
tipográficos de esta obra.
A Kevin Womack y Sarah Humphreys por su excelente
colaboración al formato final de la edición en inglés de este libro.
Al Pastor Brian Alarid, quien diseñó la portada de la edición
en inglés de este libro.
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La epístola de Judas
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La epístola de Judas
ÍNDICE
Bosquejo
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Introducción
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Parte 1
Introducción (v. 1-4)
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Parte 2
Advertencias y reprensiones (v. 5-16)
19
Parte 3
Exhortaciones a los fieles (v. 17-23)
65
Parte 4
Doxología (v. 24-25)
71
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La epístola de Judas
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La epístola de Judas
BOSQUEJO
LA EPÍSTOLA DE JUDAS
PUEDE SER ORGANIZADA
DENTRO DE ESTE BOSQUEJO:
PARTE I:INTRODUCCIÓN, v. 1-4.
A. Salutación de Judas, v. 1-2.
B. La razón de Judas para escribir, v. 3-4.
PARTE II: ADVERTENCIAS Y REPRENSIÓN, v. 5-16.
A. Juicio en el pasado para los descarriados, v. 5-7.
B. Las características de los descarriados, v. 8-13.
C. Juicio futuro para los descarriados, v. 14-16.
PARTE III: EXHORTACIÓN A LOS FIELES,v. 17-23.
A. Recordar las advertencias de los apóstoles, v. 17-19.
B. Fortaler la fe, v. 20-21.
C. Buscar rescatar a los descarriados, v. 22-23.
PARTE IV: DOXOLOGÍA, v. 24-25.
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La epístola de Judas
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La epístola de Judas
INTRODUCCIÓN
PROPÓSITO
Judas escribió esta epístola (o carta) para advertir a los santos
acerca de la mezcla que se estaba infiltrando en la Iglesia, de manera
que ellos pudieran guardar sus corazones cuidadosamente de las
trampas del enemigo, y proseguir hacia la madurez. A pesar de que la
Iglesia Primitiva comenzó con un avivamiento genuino, Judas
observó que muchos creyentes estaban desviándose hacia falsa
doctrina y pecado.
Desde los inicios, siempre han habido dos corrientes en la
Iglesia: Un remanente que busca, en pureza, una mejor herencia, y
una corriente de creyentes, que están cayendo, en un proceso regresivo,
en dirección a la apostasía. Hoy en día hay multitud en la Iglesia que
se encuentran en el valle de la decisión. Ellos escogerán responder al
supremo llamamiento de Dios para seguir adelante, o se dejarán llevar
por la corriente de la tibieza, el descuido y la rebelión que
eventualmente degenera en destrucción. El mensaje de Judas es una
advertencia urgente para la Iglesia de nuestros tiempos. ¡Su objetivo
es hacernos tomar conciencia de los conflictos que nos rodean hoy,
en el Cuerpo de Cristo y hacernos percibir los peligros que persiguen
corromper nuestro propio corazón!
TEMA CENTRAL
El tema central de Judas es “ser guardado o preservado”.
Judas usa la palabra griega tereo cinco veces en su corta carta y la
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La epístola de Judas
palabra phulasso una vez. Ambas palabras significan “vigilar, guardar,
permanecer, preservar o conservar”. Profundizaremos en este tema
a través de todo el libro.
UBICACIÓN
La ubicación de un libro en la Biblia puede tener mucho
significado. Por ejemplo, el libro de Génesis es, naturalmente, el
primer libro de la Biblia porque nos relata el origen de todas las cosas.
Por otro lado, el libro de Apocalipsis está al final de la Biblia porque
nos muestra la consumación de todas las cosas. El libro de Judas
también está puesto al final de la Biblia, casi escondido, seguido por
el libro de Apocalipsis. El Espíritu Santo lo ubicó aquí para mostrarnos
su importancia a los que estamos viviendo casi al final de la Era de la
Iglesia, cuando el engaño y la rebelión se intensifiquen.
Nuestro Señor Jesús nos advirtió de esto en Mateo 24:3-5,
11, cuando Él dijo que antes de Su venida, muchos serían engañados
por falsos profetas y falsos cristos. El apóstol Pablo también confirmó,
en 2 Tesalonicenses 2:1-12, el gran engaño y apostasía que surgirán
justo antes de la Segunda Venida de Cristo. Por ello, la ubicación del
libro de Judas sugiere tener una advertencia especial para nosotros,
los que vivimos estos últimos días, en espera del pronto cumplimiento
de los eventos profetizados en el libro de Apocalipsis.
AUTOR
El versículo 1 nos dice que el autor de esta carta es Judas, el
hermano de Santiago (o Jacobo). Su nombre “Judas”, en griego, es el
mismo nombre “Judá”, en hebreo. Hubo muchos hombres llamados
Judas en el Nuevo Testamento. Dos de los doce primeros apóstoles
se llamaron Judas. Uno fue Judas Iscariote, el traidor; el otro fue
Judas Lebeo (o Tadeo) el hijo, no el hermano, de un hombre llamado
Jacobo, según leemos en Lucas 6:16.
La epístola de Judas
11
El autor de esta epístola no fue ninguno de estos dos. Tanto la
Biblia como la historia de la Iglesia confirman, que el hombre que
escribió este libro fue Judas, el mencionado en Mateo 13:55 y Marcos
6:3. De estas escrituras entendemos que Jesucristo tuvo cuatro medio
hermanos más jóvenes, incluyendo uno llamado Judas. Ellos eran
medio hermanos por ser todos hijos de María, pero José no era el
padre de Cristo, ¡Dios era Su Padre!
Sin embargo, por haber crecido todos en una misma familia,
podemos entender como la influencia de Cristo debió haber ayudado
a preparar a Judas y a su hermano mayor Jacobo, para llegar a ser
notables apóstoles y autores de la Iglesia Primitiva. Jacobo se convirtió
en el anciano gobernante de la iglesia de Jerusalén.
Judas y sus hermanos crecieron bajo la sombra de Jesús, su
hermano mayor. En la sociedad oriental al hijo primogénito se le da
una posición más alta de respeto e influencia, que la que se da en la
sociedad occidental. Los Evangelios también sugieren que antes que
Jesús cumpliera treinta años e iniciara Su ministerio, José, el esposo
de María, habría ya muerto, ocupando Jesús la posición como cabeza
de casa. Jesús habría sido, entonces, el responsable de guiar y proveer
para Su madre viuda, Sus hermanos y hermanas más jóvenes.
Podemos ver que Jesús estuvo preocupado por esta
responsabilidad, incluso hasta el final de Su ministerio; ya que estando
Él en la cruz, le pidió al apóstol Juan que cuidara, en su lugar, de Su
madre viuda (Jn. 19:26-27). Mateo 13:55-56, también nos dice que
Jesús tuvo varias hermanas, así como cuatro hermanos menores, a
quienes María debió haberles dicho, en muchas ocasiones, al igual
que les dijo a los sirvientes en las bodas de Caná de Galilea: “Haced
todo lo que os dijere” (Jn. 2:5).
¿Podríamos de alguna manera menospreciar el impacto
causado sobre estos cuatro hermanos y hermanas más jóvenes,
habiendo tenido a Jesús como su hermano mayor? Después que María
quedó viuda, ¿podemos imaginar lo que debió haber sido tener a
12
La epístola de Judas
Jesús como el hombre que dirigía la casa? ¡Ellos vieron un ejemplo de
completa perfección en el liderazgo de la familia! ¡Qué patrón de rectitud
debió haberse mantenido en esa casa! ¿Acaso es de extrañar el mensaje
de justicia que se proclama con gran fuerza desde lo profundo de las
epístolas escritas por Judas y Santiago? Por más de veinte años estos dos
hermanos habían crecido bajo la sombra de la vida perfecta de su hermano
mayor, mientras que los doce apóstoles tan sólo caminaron con Él por
tres años y medio.
Judas probablemente empezó su ministerio como predicador
itinerante viajando en compañía de su esposa, como Pablo lo implica
en 1 Corintios 9:5. Él y sus hermanos estuvieron entre los 120 del
Aposento Alto, junto a María, en el día de Pentecostés (Hch. 1:14-15).
Como mencionamos anteriormente, el nombre de Judas en el
griego original es “Judas”. En aquel tiempo, este nombre judío era
muy popular en honor a Judas Macabeo, quien dos años antes había
ayudado a dirigir a Israel hacia la libertad del dominio Sirio. Sin
embargo, el Judas más famoso y recordado de todos los tiempos, es
el Iscariote, el apóstol que traicionó a Cristo. El nombre Judas siempre
ha sido asociado con traición y rebelión. ¡Parece significativo que el
Espíritu Santo escogió la Epístola de Judas para advertirnos del peligro
del descarriamiento!
ÉPOCA EN QUE SE ESCRIBIÓ
Debido al silencio del Nuevo Testamento y de la historia, no
podemos saber exactamente cuándo fue escrita esta carta. Sin
embargo, podemos encontrar varios indicios útiles, por ejemplo: Judas
4 al 8 por su gran similitud con 2 Pedro 2:1-4, así como en Judas 18
se repite la advertencia acerca de la cual Pedro escribió en 2 Pedro
3:3. Esto sugiere que Judas estaba familiarizado con la Segunda
Epístola de Pedro, o que por lo menos, conoció muy bien las últimas
enseñanzas de él.
La epístola de Judas
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Nosotros podemos también notar que mientras Pedro advirtió en
su última epístola acerca de la venida de falsos maestros, Judas escribió
en su carta que los falsos maestros ya habían entrado en la Iglesia. Esto
podría sugerir que Judas escribió su carta después que Pedro había escrito
su segunda epístola, a mediados del año 60 d.C. Entonces podríamos
situar el tiempo de escritura de Judas entre el año 66 ó 67 d.C. Si Judas
fue enviado a trabajar al mundo judío alrededor de Jerusalén, por
necesidad, su época habría de ser varios años antes de que Jerusalén
fuese destruida y Palestina fuese saqueada, en el año 70 d.C.
Este cálculo también indica que Judas tenía alrededor de 60
años cuando escribió su epístola. Por ser un predicador itinerante,
testigo de la introducción encubierta de mezcla maliciosa a la Iglesia
y como un embajador maduro del reino celestial, Judas dio una
advertencia severa y poderosa de “contender por la fe, la cual fue
dada a los santos”.
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La epístola de Judas
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La epístola de Judas
La Epístola de
JUDAS
Parte 1
INTRODUCCIÓN
VERSÍCULOS 1-4
A. SALUTACIÓN DE JUDAS, VERSÍCULOS 1-2
Judas 1-2 “Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo,
a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo:
Misericordia y paz y amor os sean multiplicados”.
“Judas, siervo de Jesucristo…” En el versículo 1, Judas no
se identifica como hermano de Jesucristo, sino como su siervo. En
sus epístolas, Judas y Jacobo nunca se identificaron personalmente
como hermanos de Jesús, aunque algunos de los otros escritores del
Nuevo Testamento sí los identificaron de esta manera (Mt. 13:55;
Mc. 6:3; 1 Co. 9:5).
Ésta fue una demostración de piadosa humildad, al no querer
exaltar un parentesco carnal del cual ellos pudieron haberse
16
La epístola de Judas
vanagloriado (2 Co. 5:16; Lc. 8:19-21). Esta demostración contrastó
claramente con las actitudes que ellos habían tenido antes de creer en
Jesús (Jn. 7:3-5; Mc. 3:20-21). Anteriormente, Judas se había unido
a sus hermanos para decirle a Jesús lo que Él debía hacer, pero ahora
Judas se refiere a sí mismo como siervo (o esclavo) de Jesucristo.
Judas 1 “Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo”.
Judas habló de sí mismo como hermano de Jacobo. Todos en la Iglesia
Primitiva habrían reconocido a este Jacobo, por ser el anciano
gobernante de la iglesia de Jerusalén. En Hechos 15:13-21, 21:17-26
y en Gálatas 2:9-10, podemos ver la posición de influencia de Jacobo.
En la salutación de Judas, versículos 1-2, encontramos tres triadas:
“Judas, Jesucristo y Jacobo”, “llamados, santificados y guardados” y
“misericordia, paz y amor”. Toda la epístola está llena de triadas,
Judas, de esta manera, buscó enmarcar sus pensamientos en patrones
divinos y exponer la sabiduría de Dios con simple lógica. ¡Todo aquel
que desee ser un predicador eficaz, debe también aprender esta
lección!
En el versículo 1, Judas les escribe a aquellos que son
“preservados” o “guardados” (tereo en griego) en Jesucristo. Inclusive,
en el versículo 21, se les dice a los lectores “conservaos” (tereo otra
vez). Judas hace énfasis en el poder guardador de Cristo, pero también
enfatiza nuestra responsabilidad personal de no descarriarnos.
Debemos usar correctamente la Palabra de Dios sobre esta verdad.
Es imperativo balancear los dos conceptos: el de nuestro libre albedrío
(enfatizado en la historia de la Iglesia por la Teología Arminiana) y la
soberanía de Dios (la cual es enfatizada por la doctrina Calvinista).
B. LA RAZÓN DE JUDAS PARA ESCRIBIR, VERSÍCULOS 3-4
Judas 3-4 “Amados, por la gran solicitud que tenía de
escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario
escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que
ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han
entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados
La epístola de Judas
17
para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje
la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a
nuestro Señor Jesucristo”.
En los versículos 3 y 4, Judas dice el propósito de su carta.
¡Es para advertir a los santos acerca de la apostasía en la Iglesia!
Judas dijo que él quería escribir a sus lectores acerca de su común
salvación, pero en lugar de eso se sintió guiado a escribir una
advertencia. Judas pudo ver cómo la mezcla de lo profano y lo santo
se introdujo en la Iglesia, especialmente por haber sido un predicador
itinerante en contacto directo con los problemas. Esta mezcla había
sido profetizada por Cristo (Mt. 13:24-30, 36-43) y advertida a la
Iglesia por los apóstoles (Jud. 17-18).
En el versículo 3, somos exhortados a “contender
ardientemente” por la fe cristiana. “Contender ardientemente” es la
palabra griega “epagonizesthai”, cuya raíz es “agonizar”. De la misma
manera, que un atleta debe luchar intensamente para vencer a sus
oponentes, así también somos llamados a “agonizar” en contra del
engaño y el pecado, en defensa de la fe pura.
El versículo 4, nos dice que éstos que llegaron a ser apóstatas
fueron “destinados” o “señalados” para esta condenación. Esto no
significa que fueron predestinados a descarriarse en una forma
fatalista, no pudiendo evitarlo personalmente. La palabra griega usada
aquí es “progegrammenoi”, que significa “escrito de antemano” y
habla de cómo los descarriados ya habían sido advertidos del juicio.
La profecía de Enoc (Jud. 14-15) es un ejemplo de cómo han sido
advertidos del juicio venidero por causa de su apostasía.
Este versículo 4 nos muestra dos problemas que estos
“hombres impíos” estaban introduciendo en la Iglesia. El primer
problema fue que ellos “convirtieron la gracia de Dios en libertinaje”.
Esta palabra libertinaje también significa disolución o inmoralidad
desenfrenada. Estos hombres estaban torciendo la verdad acerca de
la gracia de Dios; declarando que podían pecar abiertamente, porque
Dios es misericordioso y perdonador.
18
La epístola de Judas
El apóstol Pablo escribió en Romanos 6:15: “¿Qué, pues?
¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia?
¡En ninguna manera!” Pero estos apóstatas estaban diciendo
exactamente lo contrario: “¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no
estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡Por supuesto que sí!” Esta
falsa doctrina ha sido enseñada bajo diferentes nombres y títulos a
través de la historia de la Iglesia, tales como antinomianismo,
gnosticismo, libertinaje, seguridad eterna y gracia disoluta. Esto ha
animado a los cristianos a no sentirse culpables al cometer pecado.
Es en realidad un espíritu perverso que adormece a la gente, hasta
hacerlos caer en un sueño espiritual y, finalmente, los lleva al infierno.
Ésta es la razón por la cual Judas combate este error con unas
advertencias tan severas.
El segundo problema que nos muestra el versículo 4, es acerca
de estos hombres impíos que “niegan a Dios el único soberano, y a
nuestro Señor Jesucristo”. Estos apóstatas no van a pararse y decir,
abiertamente, que no creen en Dios o en Jesucristo. De hecho,
predicarán dramáticamente acerca de la Biblia, testificando cómo han
salido de la esclavitud del legalismo. Muchos de ellos son descarriados
pentecostales. Sin embargo, ellos ciertamente están negando el
Señorío de Cristo sobre sus vidas, debido a su pecado desenfrenado
(Tit. 1:16). Como dice el dicho: “¡O Él es Señor de todo, o Él no es tu
Señor en nada!”
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La epístola de Judas
Parte 2
ADVERTENCIAS Y REPRENSIONES
VERSÍCULOS 5-16
A. JUICIO PASADO PARA LOS DESCARRIADOS, VERSÍCULOS 5-7
Judas 5-7 “Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis
sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto,
después destruyó a los que no creyeron. Y a los ángeles que no
guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada,
los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio
del gran día; como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las
cuales de la misma manera que aquellos, habiendo fornicado e ido
en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo,
sufriendo el castigo del fuego eterno”.
En estos tres versículos, Judas nos recuerda los tres grupos
de descarriados que fueron juzgados por Dios. Estos ejemplos de la
historia son advertencias para no seguir las mismas sendas y tener
el mismo destino (ver 1 Co. 10:11-12; Pr. 14:12). De nuevo,
tenemos una serie de tríadas: los israelitas que fueron redimidos y
más tarde destruidos, los ángeles que cayeron y el ejemplo de
Sodoma y Gomorra.
LOS ISRAELITAS REDIMIDOS QUE DESPUÉS FUERON DESTRUIDOS
En el versículo 5 se nos advierte que muchos de los israelitas
que fueron rescatados de Egipto, después se descarriaron. Todos
20
La epístola de Judas
fueron salvados por la sangre del cordero pascual, al igual que todo cristiano
verdadero es salvo por la sangre de Jesucristo. Muchos de estos israelitas
que fueron salvados y sacados de Egipto no perseveraron en seguir al
Señor, mientras Él buscaba entrenarlos y hacer que maduraran a través de
las pruebas en el desierto (Dt. 8:2-5).
Del mismo modo, muchos cristianos nacidos de nuevo no
perseveran en seguir al Señor cuando Él comienza a disciplinarlos,
aunque el propósito sea llevarlos a la santidad y madurez (He. 12:517). Como Judas ha dicho, muchos de los israelitas rebeldes que Dios
redimió por la sangre del cordero, después fueron destruidos por Él,
de la misma manera que sucederá con muchos cristianos rebeldes y
descarriados (Mt. 7:21-23, Jn. 15:5-6).
LOS ÁNGELES CAÍDOS QUE TUVIERON LUZ,
SON DESTRUIDOS SIN REMEDIO
En el versículo 6, Judas usa a los ángeles caídos para su
siguiente advertencia. Él está haciendo referencia a un tercio de los
ángeles, quienes se rebelaron en el cielo en la misma presencia de
Dios. Los israelitas y los ángeles caídos, de los cuales se habla en el
versículo 5, ambos tuvieron mucho conocimiento del Señor y habían
caminado en Su Luz por un tiempo.
La advertencia que Judas nos da no está dirigida a los
incrédulos, sino a los santos de la Iglesia. Dios decidió no mostrar
misericordia al rebelde Lucifer y a los ángeles caídos, debido a la
extraordinaria luz que poseían. Ellos pecaron en la misma
presencia de Dios. Podemos estudiar más acerca de su caída en
Isaías 14:12-15, Ezequiel 28:13-17, Apocalipsis 12:7-9 y
Apocalipsis 20:1-3, 7-10.
Judas declara que los ángeles que no se “guardaron” a sí
mismos (tereo en el griego) ahora son “guardados” (tereo otra vez)
bajo oscuridad, en prisiones eternas para el día del juicio. Nuevamente,
tenemos el tema central de la Epístola de Judas, éste es ser “guardado”.
La epístola de Judas
21
Judas nos dice que los santos que decidan “ser guardados” lo serán para
bendición. Por el contrario, los apóstatas que decidan “no guardarse”
serán llevados a juicio.
Judas nos enseña que nuestro destino eterno es determinado
por la forma en cómo escojamos guardarnos. Por nuestro libre
albedrío, podemos escoger ser fieles o ser rebeldes. Si ponemos
nuestros corazones y vidas sobre cierto curso o dirección, entonces
vendrá el tiempo cuando Dios nos confirmará en esa dirección y
permaneceremos en esa senda eternamente. Este concepto también
lo vemos en Apocalipsis 22:11 donde dice: “El que es injusto, sea
(continúe siendo) injusto todavía; y el que es inmundo, sea
(continúe siendo) inmundo todavía; y el que es justo, practique
(continúe siendo) la justicia todavía; y el que es santo, (continúe
siendo) santifíquese todavía”.
SODOMA Y GOMORRA SUFREN LA VENGANZA DEL FUEGO ETERNO
En el versículo 7, se nos da una advertencia acerca del juicio
dado a los sodomitas y fornicarios de Sodoma y Gomorra. El
conocimiento de Dios aún subsistía en ese lugar, como quedó
demostrado en las vidas de Lot, Abraham, Melquisedec y quizás Job
y sus amigos. Pero la gente de Sodoma y Gomorra había rechazado
la verdad y desechado toda restricción. Ellos habían caído en las
profundidades de la iniquidad, por lo que Dios escogió los juicios
enviados a ellos, como severa advertencia y figura, del fuego eterno
que sufrirán todos aquellos que rechacen al Señor.
Entonces vemos que la homosexualidad no es el resultado
de genes defectuosos, o de una madre dominante y de un padre
débil, como los sociólogos lo han sugerido. La verdadera causa
de esta depravación es un continuo rechazo a Dios (Ro. 1:24-28).
Cuando el hombre pone a Dios por debajo de sí mismo, Dios lo
derriba y lo entrega a una mente reprobada, para hacer cosas que
no convienen.
22
La epístola de Judas
B. LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS DESCARRIADOS, VERSÍCULOS 8-13
Después de habernos dado una pequeña lista de hombres
famosos, que se descarriaron a través de la historia, ahora Judas nos
relata, en los siguientes versículos, el carácter y el obrar en este tiempo
presente, de aquellos que están descarriándose.
Judas 8 “No obstante, de la misma manera también estos
soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de
las potestades superiores”.
SOÑADORES
En el versículo 8 se nos dice que estos descarriados son
“soñadores”. Esta palabra se usa solo en otra parte del Nuevo
Testamento (Hch. 2:17), en donde se habla de sueños verdaderos que
contienen revelación espiritual. Estos descarriados probablemente
estaban teniendo “revelaciones” en sus sueños, las cuales estaban
confirmándolos en la senda equivocada, en tanto que se alejaban
de Dios.
Puede haber gran poder en nuestros sueños, sean estos buenos
o malos. Algunas veces es mucho más fácil tener una revelación
espiritual en un sueño, porque cuando estamos dormidos no tenemos
control de nuestra mente. A menudo, mientras dormimos estamos
más abiertos espiritualmente, pero debemos buscar discernir la fuente
de ese sueño. El Señor puede visitarnos en sueños, como también
pueden hacerlo los espíritus malos. Estos espíritus buscan guiar a la
gente hacia falsas revelaciones, ira, lascivia, miedo o espiritismo. Al
unirse en un sueño con ese mal espíritu, éste le puede contaminar y
controlar. Algunas veces, un sueño puede ser el principio de un
problema espiritual.
Si nuestros hijos nos cuentan que tuvieron una pesadilla, mi
esposa y yo siempre tratamos de prestar atención especial, buscando
averiguar la razón de la misma. Si no la entendemos, le preguntamos
La epístola de Judas
23
a Dios, porque es responsabilidad de los padres proteger a sus hijos. Si
ellos están siendo atacados en sueños y guiados fuera del camino, como
padres debemos procurar descubrir cómo cerrar el portillo que el enemigo
está usando para ganar una entrada en sus vidas.
Al mismo tiempo que, debemos ser cuidadosos con nuestros
sueños también lo debemos ser con la imaginación, puesto que esta
descripción de “soñadores” puede aplicarse también a la imaginación
y pensamientos que tenemos mientras estamos despiertos. El cristiano
debe aprender a guardar todos sus pensamientos y su imaginación (2
Co. 10:4-5, Fil. 4:8). Las lecturas pecaminosas, películas inmorales
y juegos “personificados” (tales como “Calabozos y Dragones”)
pueden abrir la imaginación de una persona al control demoníaco.
Los cultos de la Nueva Era tienen muchas actividades para “soñadores”.
LOS SOÑADORES MANCILLAN LA CARNE
En el versículo 8, se nos muestran tres áreas de pecado hacia
las cuales son llevados estos soñadores: 1) Ellos mancillan la carne;
2) rechazan la autoridad y 3) blasfeman de las potestades superiores.
Lo primero es que ellos mancillan la carne al igual que Sodoma y
Gomorra, los cuales fueron mencionados en el versículo anterior.
De Ezequiel 16:49, entendemos que la iniquidad de Sodoma
fue ésta: Soberbia, saciedad de pan y abundancia de ociosidad. El
principio del descarriamiento de Sodoma fue la soberbia. Y a través
de su soberbia y ociosidad, ellos tuvieron mucho tiempo libre para
divertirse y ser soñadores. Esto los condujo, eventualmente, a la
contaminación de la carne. Un homosexual no principia como tal;
esto es el final de una larga caminata de pecado.
La soberbia, la abundancia de comida y de todo lo que se
desea, todo esto sumado a la ociosidad son una combinación peligrosa.
Muchos siglos atrás el Imperio Romano fue el más grande del mundo;
sin embargo, este reino también degeneró debido a la miseria
ocasionada por la soberbia, la abundancia de provisión y la ociosidad.
Ellos instituyeron un sistema de asistencia social, donde todos tenían
24
La epístola de Judas
alimento. El gobierno mantenía felices a los habitantes de Roma por medio
de los programas alimenticios y circenses. Mientras todos tuvieran pan
para comer y pudieran ir al anfiteatro a ver el espectáculo sangriento del
día, la multitud estaba feliz.
Todo esto debilitó su verdadera vitalidad y las excelentes
características que originalmente causaron que Roma fuera un imperio
fuerte y enérgico. Ellos se corrompieron completamente,
deteriorándose, hasta llegar a ser una cultura donde la homosexualidad
era un estilo de vida aceptable. El divorcio y nuevo casamiento
también llegaron a ser difundidos por todas partes en esta sociedad.
Su moral decayó al seguir el mismo patrón que destruyó a Sodoma.
Este comportamiento se está repitiendo también hoy en la
sociedad occidental. Las naciones occidentales han crecido orgullosas
en su prosperidad. El sistema de asistencia social, que trata de
mantener contenta a la gente menesterosa, ha quitado la iniciativa de
trabajar y debido a que los hombres trabajan menos para su propio
sostenimiento, es que hay falta de iniciativa y abundancia de ociosidad.
Ya no tenemos que ir al coliseo para observar a la gente matándose
unos a otros. Ahora podemos encender el televisor y ver violencia y
toda clase de maldad imaginable, que iguala o supera lo ocurrido en
el Imperio Romano. La soberbia, la prosperidad y la ociosidad (que
es un aburrimiento provocado por falta de visión) están alejando a
las naciones de la gracia de Dios, para llegar a ser como Sodoma y
Gomorra. Las naciones están mancillando la carne a través de la
homosexualidad, fornicación, el divorcio y el nuevo casamiento. La
sociedad occidental está siguiendo la misma tendencia que causó la
muerte de Sodoma y Gomorra, así como del Imperio Romano. A
menos que experimentemos un gran avivamiento, nuestro destino
eterno también será el lago de fuego.
LOS SOÑADORES RECHAZAN LA AUTORIDAD
La segunda área de pecado, en la cual caen estos soñadores
es el rechazo a la autoridad. A través de la historia, los israelitas se
La epístola de Judas
25
opusieron repetidamente a la autoridad. Poco después de haber salido de
Egipto, vemos el rechazo de Israel hacia su líder en Éxodo 32:1: “Viendo
el pueblo que Moisés tardaba en descender del monte, se acercaron
entonces a Aarón, y le dijeron: Levántate, haznos dioses que vayan
delante de nosotros; porque a este Moisés, el varón que nos sacó de
la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido”.
En sólo cuarenta días, la gente rápidamente olvidó al líder
que Dios había puesto sobre ellos y estaban listos para seguir en pos
de ídolos. Es asombroso cuán prontamente se alejaron del Señor y
del líder puesto por Dios. Ésta es una advertencia para todos nosotros,
ya que éste es el camino de toda carne. Apartados de la gracia de
Dios, podríamos ser semejantes a ellos. Un mes podemos estar
danzando victoriosos delante del Señor en el mar Rojo y luego, unas
semanas más tarde, podríamos estar danzando delante del becerro de
oro y las obras de nuestras propias manos.
Israel siguió rechazando a su líder, según vemos en Números
14:1-4: “Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo
lloró aquella noche. Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón
todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá
muriéramos en la tierra de Egipto... Y decían el uno al otro:
Designémonos un capitán, y volvámonos a Egipto”. Al comenzar
Dios a conducir a Su pueblo hacia adelante, Él levanta a un líder
ungido, quien declara: “Éstas son las promesas de Dios que están
puestas delante de nosotros”.
Sucede a menudo que la misma gente que se regocijó en
aquellas promesas, encuentra que la preparación de Dios para
obtenerlas, es más difícil de lo que ellos habían esperado. Estando
listos para rebelarse prontamente, en contra de su liderazgo y regresar
a su antiguo estilo de vida, con el cual, en el pasado, estaban
satisfechos. Cuando Dios nos da un supremo llamamiento para
marchar hacia adelante, necesitamos entender que entre más alto es
el llamamiento, requerirá de una preparación mayor.
26
La epístola de Judas
Habrán pruebas en el desierto y habrá más de la cruz aplicada
a nuestra vida, porque solamente en la medida que sufrimos con Cristo,
estaremos preparados para reinar con Él. En una ocasión, D.L. Moody
dijo que él podía decir cuán grande iba a ser la victoria en sus cruzadas,
por lo mucho que habían batallado antes de lograr abrir la brecha.
Cuando el Señor por Su bondad, nos da un llamamiento más alto
o nos ubica con un grupo que tiene un llamamiento mayor,
debemos esperar que vengan fuertes tribulaciones, pruebas y
rebeliones. Aquellos que no estén capacitados para soportarlas,
morirán en el desierto.
Judas también nos advirtió acerca de los ángeles que se
descarriaron en el cielo. Isaías 14:12-14 describe al máximo líder de
la insurrección: “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la
mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones.
Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las
estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me
sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré,
y seré semejante al Altísimo”.
Estas auto exaltaciones de Lucifer son las que lo condujeron
a su caída. Lucifer rechazó la autoridad apropiada dada por Dios y no
quiso quedarse en su lugar. Él fue uno de los arcángeles líderes y fue
igual, o quizás más alto, que Miguel y Gabriel. A pesar de que fue
puesto en lo más alto del orden angelical, en su orgullo quiso exaltarse
a sí mismo para igualarse al Altísimo. Él no estuvo satisfecho con la
elevada posición que se le asignó. De esta manera, rechazó la justa
autoridad y trató de tomarla toda. La Escritura nos dice que
necesitamos honrar la autoridad (1 P. 2:17).
Necesitamos obedecer la autoridad. La manera de hacer esto
es primero honrando y respetando la autoridad en nuestros corazones
y con nuestras palabras. Muchas personas puede que no se rebelen
en contra de las autoridades, pero se expresan despectivamente acerca
de ellas. Por ejemplo, en los Estados Unidos, los niños se refieren a
su padre como “su viejo”. Otros se expresan de la policía como “los
La epístola de Judas
27
cerdos”, o hacen comentarios despectivos acerca de los líderes
gubernamentales.
Hay gran libertinaje en nuestro hablar y esto nos conduce a
rebelarnos en contra de la autoridad. Algunos líderes atraen muchos
seguidores porque denigran al gobierno actual. Aunque algunos de
sus comentarios puedan ser correctos, si nosotros escuchamos las
palabras de sarcasmo con que menosprecian la autoridad, esto plantará
semillas de rebelión y desobediencia en nuestro espíritu.
David fue un hombre que aprendió a honrar y someterse a la
autoridad. Muchas veces él tuvo que esquivar las lanzas del Rey Saúl,
¡pero nunca las arrancó de la pared y se las lanzó de vuelta! Después
muchos años, Saúl había tratado de cazar a David como a un animal,
leemos la siguiente narración:
“David, pues, y Abisai fueron de noche al ejército; y he aquí
que Saúl estaba tendido durmiendo en el campamento, y su lanza
clavada en tierra a su cabecera; y Abner y el ejército estaban tendidos
alrededor de él. Entonces dijo Abisai a David: Hoy ha entregado
Dios a tu enemigo en tu mano; ahora, pues, déjame que le hiera con
la lanza, y lo enclavaré en la tierra de un golpe, y no le daré segundo
golpe. Y David respondió a Abisai: No le mates; porque ¿quién
extenderá su mano contra el ungido de Jehová, y será inocente?”
(1 S. 26:7-9).
Algunos podrían haber cuestionado si Saúl aún era el ungido
de Jehová. Después de todo, Saúl se había descarriado años antes y
debido a ello, un espíritu malo de parte de Jehová venía a atormentarlo.
Sin embargo, Saúl había sido ungido como rey y en tanto que él fuera
el rey, David le respetaba y honraba.
Dios probó a David en este asunto. David entendió por
profecía que él sería el próximo rey. Estaba parado allí uno de sus
hombres, ofreciéndole hacer a un lado al rey Saúl, apresurándo así,
el cumplimiento de esta promesa. David tuvo la oportunidad de tomar
28
La epístola de Judas
su propia venganza y usurpar con fuerza aquello que Dios había dicho
que le daría. ¿Acaso él se levantaría en contra de aquel a quien Dios
había puesto en autoridad? David rehusó hacer esto porque él tenía
respeto por la autoridad dada por Dios. A pesar de que Saúl era un
líder descarriado, David no lo iba a tocar.
Mientras David aprendió a honrar la autoridad dada por Dios,
y a no vengarse por sí mismo, él estaba sembrando fidelidad y
misericordia. Esto lo preparó para su propio reinado, ya que más
tarde, cuando llegó a ser rey, Dios lo honró y protegió de aquellos
que se levantaron en contra de su autoridad. Por un corto tiempo, el
mismo David se descarrió cayendo en la trampa del adulterio, lo que
lo llevó a cometer asesinato. Aún así, Dios no quitó a David como lo
hizo con Saúl. Cuando los problemas surgieron en el reinado de David
y se encendieron las rebeliones, Dios permaneció a su lado. Lo hizo
así por varias razones. El corazón de David estaba arrepentido,
además, había plantado las semillas de lealtad hacia la autoridad.
Aquellos que se levantaron en contra de David tenían motivos
justos para quejarse. Absalón también los tenía, pero respondió de
forma incorrecta al tomar los asuntos en sus propias manos. Después
de todo, su hermana había sido violada por Amón y el rey David
nunca lo castigó. Absalón pudo haber comenzado diciendo que él
tenía un motivo justo para quejarse, pero su falta de respeto por la
autoridad lo condujo al camino de una rebelión perversa.
También, Ahitofel se convirtió en el consejero de Absalón y
se unió a la rebelión. ¿Por qué el consejero del rey David se unió a
esta rebelión? Al estudiar las Escrituras en 2 Samuel 11:3 y 23:24,
vemos que Ahitofel fue el abuelo de Betsabé. Así que este hombre
sabio vio cómo David trajo desgracia a la vida de su nieta y lo vio,
además, asesinar al esposo de ella. Él también podría haber dicho
que tenía motivos justos para quejarse.
Adonías también se levantó proclamándose a sí mismo rey.
Leemos en I Reyes 1:5-6, que David tuvo problemas disciplinando a
sus propios hijos, probablemente porque él había fallado en muchas
La epístola de Judas
29
de esas mismas áreas. Adonías fue un hijo consentido. Algunos de los
seguidores de Adonías pudieron haber sentido que tenían justificación en
apoyarlo; después de todo, Adonías era el siguiente en línea directa para
llegar a ser rey, ya que para entonces Amón y Absalón habían muerto. En
realidad, David nunca le había dicho a Adonías que no condujera los
carros delante de él, ni tampoco le reprochó que asumiera ser el heredero
del trono. La gente podía ver algunos motivos justos para apoyar cada
una de estas rebeliones, puesto que David no había vivido precisamente,
una vida perfecta.
De manera similar, los pastores que Dios pone sobre nosotros
rara vez son perfectos. No debemos esperar una autoridad perfecta y,
en cambio, sí debemos reconocer los propósitos de Dios en, y a través
de la autoridad imperfecta. Vendrán tropiezos para probarnos, será
entonces que necesitaremos tener el corazón de David, quien respetó
la autoridad. Cuando fue su turno y se convirtió en el líder, Dios lo
honró y protegió. ¿Por qué? Porque David había aprendido a honrar
la autoridad puesta sobre él, así que Dios, a Su vez, honró su autoridad.
Porque David mostró misericordia, Dios fue misericordioso con él
(Sal. 18:25). Porque deseamos, al final, ser como David, debemos
ver la importancia de honrar a los que están en eminencia; mostrando
respeto, aún por aquellos líderes que tienen defectos obvios, aquellos
contra los cuales podríamos tener motivos justos para quejarnos.
Queremos que el Señor nos honre y fielmente nos conduzca a la gloria.
Éstos son principios importantes que debemos aprender,
especialmente para aquellas personas que son llamadas al liderazgo
cristiano. Los fundamentos sobre los cuales edificamos nuestro futuro
ministerio son muy importantes. Estos fundamentos afectarán el resto
de nuestra vida terrenal, así como nuestra herencia eterna. Si algún
miembro de la iglesia, o un pastor adjunto, tiene llamado al liderazgo
y no tiene sumisión hacia su líder, podría ser que Dios le permita
seguir adelante y llegar incluso a ser pastor general. Entonces surgirían
problemas mayores.
Dios probablemente le daría una congregación llena de gente
liberal y que rehúsa ser enseñada, al igual que él. ¡Cosechará lo que
30
La epístola de Judas
sembró! Dios encuentra, siempre la forma de tratar con nuestros problemas
y nos cambia, si realmente anhelamos lo mejor de Él. Aprende rápidamente,
en tu vida cristiana, a caminar en la senda de Dios y a no rechazar la
autoridad. Es mucho más fácil permitir que Dios trate con los problemas
en nuestro corazón cuando son una pequeña hierba, que tratar de
arrancarlos más tarde, cuando han crecido hasta convertirse en árboles
gigantescos.
LOS SOÑADORES BLASFEMAN DE LAS POTESTADES SUPERIORES
La tercera área de pecado que cometen los soñadores es que
“blasfeman de las potestades superiores” o “injurian a las potestades
angelicales”. Esto hicieron los sodomitas en Génesis 19:5 cuando
querían forzar la puerta de la casa de Lot y abusar de sus dos visitantes.
Ellos no sabían que estaban injuriando a los ángeles, aquello que
había en sus corazones, se fue manifestando. De igual forma, nos
podría suceder al encontrarnos con una persona desconocida, que en
realidad fuera un ángel; entonces, lo que está en nuestro corazón
sería manifiesto.
Hace muchos años, fui uno de los directores de un grupo de
50 iglesias. Algunos de estos pastores estaban comenzando a desviarse
hacia una dirección equivocada y a cambiar la gracia de Dios en
libertinaje, como lo declara el versículo 4 de Judas. Ellos querían
introducir carnalidades dentro de sus iglesias y los líderes del concejo
dijeron: “¡No, esto traerá contaminación y corrupción dentro de las
iglesias y nosotros no lo permitiremos!” Entonces, algunos de estos
pastores dijeron al liderazgo: “Nosotros no estamos bajo su esclavitud
y legalismo”. Otras iglesias lo están haciendo, es popular y está
atrayendo gente nueva. De esta manera, ellos comenzaron una rebelión
en el grupo.
En medio de esta batalla, Dios me mostró un ángel que Él
envió desde el cielo. Este ángel tenía un libro en su mano, él estaba
llegando a cada uno de los pastores del concejo y parándose delante
de ellos examinaba la respuesta de su corazón. Él estaba escribiendo
en el libro algunos nombres de los pastores, pero no el de todos.
La epístola de Judas
31
A partir de esta experiencia, he visto que lo que este ángel hacía
era escritural. En Malaquías 3:16, Dios dijo que Él tiene escrito un
memorial, específicamente para los que temen a Jehová. Leemos en el
capítulo 9 de Ezequiel, acerca del ángel que tenía un tintero de escribano,
con el que ponía una señal en la frente a los hombres que gemían y que
clamaban a causa de todas las abominaciones que se hacían en medio de
Jerusalén. Parece escrituralmente claro que los ángeles registran las
acciones en la vida de los hombres.
En tiempos de confusión y turbación el Señor hace una
selección y separación, que es registrada por los ángeles. Cuando sea
el juicio ante el gran trono blanco (Ap. 20:11-15), leemos que los
muertos serán juzgados por las cosas que están escritas en los libros.
Obviamente, existen muchos libros en el cielo.
En esta visión vi el nombre del libro en el que el ángel escribía.
El libro listaba los nombres de aquellos a quienes Dios les permitía
seguir adelante. Encontramos este tema en Hebreos 6:1-3, donde se
nos dice: “dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos
adelante a la perfección… si Dios en verdad lo permite”.
Es Dios quien determina qué cristianos se graduarán y
proseguirán hacia el premio del supremo llamamiento, así como
aquellos que no lo harán. En la escuela no se permite pasar a un
grado superior hasta que se hayan completado todos los requisitos.
Dios también prueba a Su pueblo en asuntos como falsas doctrinas,
pecado y rebelión. Dios claramente percibe a aquellos que han
comprendido la verdadera gracia de Dios, que van perseverar y a
continuar hacia algo mejor. Pero Él también mira a aquellos que no
alcanzarán la perfección y deberán pasar otra vez por el desierto, al
igual que sucedió con los israelitas por 40 años.
En esta visión, vi claramente cómo Dios les estaba permitiendo
seguir adelante aquellos cuyos nombres estaban escritos en ese libro.
También observé que aquellos cuyos nombres no fueron anotados,
no recibieron más gracia para proseguir en la caminata con Él. Ellos
32
La epístola de Judas
se quedarían en el nivel que habían alcanzado o caerían en iniquidad y
perdición. Éste es el fruto de menospreciar la sabiduría y deleitarse en la
simpleza (Pr. 1:20-33). Cuando vi esto el espíritu de temor del Señor
cayó sobre mí y clamé: “¡Señor, haz que el ángel escriba mi nombre en
ese libro!”
El resultado de este tiempo de conmoción fue que un grupo
de estos pastores se separó del concejo. Ellos se sintieron muy libres
de hacer lo que querían, ¡pero Dios no estaba con ellos! Aparentemente
ellos fueron libres, pero no era una libertad genuina en el Espíritu.
Después de pocos años, el instituto bíblico que ellos iniciaron cerró.
La iglesia más grande de ellos vino a ser tan pequeña, que el pastor la
dispersó, diciéndoles que fueran a donde quisieran.
Hubo problemas y los otros pastores cayeron a un lado del
camino. Dios no permitió que este grupo rebelde siguiera, pero el
Señor usó este tiempo para sacar, de entre el buen grupo de pastores,
a aquellos que Él no permitiría que siguieran adelante.
No sé si alguno de los otros pastores vio al ángel, pero si sé
que vino a cada uno y, de alguna manera, examinó cada corazón.
Aquellos que injuriaron al ángel y el propósito por el cual había sido
enviado, fueron rechazados y sus ministerios pronto colapsaron.
¡Quiera Dios ayudarnos en aquel día secreto, cuando los ángeles
vengan a visitarnos, para que tengamos un corazón completamente
dispuesto para seguir al Señor!
Judas 9 “Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el
diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir
juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda”
En el versículo 8, se nos dice que los descarriados blasfeman
de las potestades superiores. Hemos visto que ésto puede referirse a
los ángeles de Dios, como en la historia de Lot y el juicio sobre
Sodoma. Sin embargo, en el versículo 9 se nos da un ejemplo que
nos advierte no maldecir a los ángeles caídos. Aquí se registra que el
La epístola de Judas
33
arcángel Miguel fue cuidadoso de no proferir juicio de maldición contra el
diablo, un ángel caído. Él no trató con sus propias fuerzas, ni con sus
propias palabras de contender contra el diablo. Tampoco le reprendió
con insultos u otros adjetivos, como algunos creyentes lo hacen.
Miguel estaba a cargo de resucitar el cuerpo de Moisés.
Muchos años más tarde, fue Moisés resucitado, quien apareció
juntamente con Elías en el Monte de la Transfiguración. Moisés fue
levantado antes del tiempo señalado. Satanás objetó y resistió a Miguel
en su misión porque él aún poseía el poder de la muerte. Las llaves
del infierno y de la muerte le fueron arrebatadas cuando Cristo se
levantó de entre los muertos.
El ejemplo del arcángel Miguel nos advierte de no injuriar,
vituperar o emitir nuestro propio juicio en contra de los ángeles caídos.
Miguel no trató de pelear contra Lucifer con sus propias fuerzas. A
pesar de que pudieron haber sido iguales, Miguel no se atrevió a
oponerse contra Lucifer en su propia fuerza o a insultarlo.
Hoy en día, debemos mirar con atención a este ejemplo debido
a que los ángeles caídos todavía poseen más poder natural que
nosotros. En el Salmo 8:5, se nos dice que el hombre ha sido hecho
“un poco menor que los ángeles”. Ellos son más poderosos de lo
que nosotros somos como creación natural de Dios. Es solamente
cuando nos movemos en el Espíritu, que ya no estamos bajo la
autoridad de los ángeles pues actuamos con una autoridad más grande
dada por Dios.
En I Corintios 6:3, se nos da testimonio sobre esto, donde se
nos dice que los santos juzgarán a los ángeles. Sin embargo, no
podemos lograrlo, acusándolos o contendiendo contra ellos en
nuestra propia fuerza, sino por el Espíritu de Dios actuando a través
de nosotros.
En Efesios 6:12 se nos dice que no tenemos lucha contra
sangre y carne, sino contra gobernadores de las tinieblas. A menudo
peleamos nuestras batallas de la forma equivocada. Hay épocas cuando
34
La epístola de Judas
somos atacados por principados y potestades, y no siempre discernimos
la fuente. Si alguien se enferma o tenemos problemas financieros, o si
nuestro vecino está enojado con nosotros sin causa alguna, pensamos
que estamos batallando con cosas físicas.
Pero a menudo estos son ataques ocultos del enemigo que
aparentan ser circunstancias normales. Cuando nuestro adversario
viene en contra nuestra, necesitamos aprender a no resistirlo con
nuestra propia fuerza, sino en la sabiduría y fortaleza del Señor. El
Señor permite que el enemigo esté allí para hacernos crecer y nos
capacita para llegar a ser copartícipes de la naturaleza de Cristo como
el Varón de Guerra.
En la guerra espiritual, si nos movemos en la carne para pelear
en contra de los ángeles caídos, pueden haber dos resultados adversos.
Primero, los ángeles caídos usarán su gran poder natural para atacarnos
en nuestras áreas débiles y tratarán de desviarnos del camino.
Recién graduado del instituto bíblico, me fui a Detroit donde
dirigí un centro de evangelismo. La primera noche la pasé en un gran
sótano de la casa completamente solo. Mientras estaba orando y
clamando delante del Señor para que Él trajera poderosos resultados
durante la cruzada que iba a comenzar, vi un enorme pie que bajó y
pisó violentamente el sótano. Este pie llenó el sótano completamente.
Miré hacia arriba y vi al ángel caído que gobierna sobre Detroit y
dijo: “Éste es mi territorio!”
Como yo estaba recién graduado del instituto bíblico y conocía
la Palabra de Dios, saqué mi “espada” y le cité Escrituras a diestra y
a siniestra. Yo lo estaba atacando con toda mi fuerza y poder, pero
este ángel caído estaba totalmente indiferente porque sabía la gran
autoridad espiritual que él tenía, así como el nivel de autoridad tan
bajo que yo poseía. Su actitud hacia mí era como la que podemos
tener hacia un perro muy pequeñito que nos desafía al ladrarnos desde
muy lejos.
La epístola de Judas
35
Desde la primera noche, la batalla estaba en pie. Pudimos guiar a
docenas de personas a Cristo, pero no hubo avivamiento y no se hizo
ningún impacto notorio sobre el dominio del ángel caído. Sin embargo,
los contraataques del enemigo sí hicieron un impacto muy notorio en
nuestro equipo evangelístico.
Uno de los miembros del grupo cayó en las drogas. Otra
hermana aseguró haber tenido una revelación, donde ella se iba a
casar con un miembro del grupo y esto causó problemas. Luego
tuvimos otros dos miembros que decidieron pelearse entre ellos con
palabras sarcásticas, en lugar de unir sus corazones para pelear en
contra del enemigo. Estas y otras dificultades suscitaron. En cualquier
lugar donde hubiera un punto débil, el enemigo atacaba fuertemente.
Nosotros no podemos decidir ir a un lugar y hacer algo,
esperando obtener resultados. No podemos venir jactanciosamente y
asumir que el enemigo se va a retirar simplemente porque sabemos
citar las Escrituras. Debemos ser enviados por Dios y tener la fortaleza
y aprobación del Señor, si queremos tener la victoria en nuestras
batallas espirituales. Cuando ministramos nuevos lugares (un campo
misionero o una ciudad nueva), estaremos confrontando nuevos
poderes espirituales. Existen diferentes principados y potestades que
gobiernan sobre las áreas geográficas del mundo.
Encontraremos nuevos enemigos dispuestos a batallar en
contra nuestra, cuando vamos a un nuevo lugar a ministrar. Debemos
ir en la fortaleza de Dios y no burlarnos del enemigo, diciéndole que
es “un león sin dientes”, o reírnos tontamente de su poder. Cuando
nos burlamos de la autoridad que Dios ha permitido sobre estas áreas,
abrimos portillo para un contraataque e invitamos al enemigo para
que muestre lo que puede hacer en contra nuestra. Tenemos suficientes
batallas que enfrentar en la vida como para estar invitando más
tribulaciones y pruebas innecesarias.
Cada vez que voy a ministrar a cierta nación hindú, mi familia
debe levantar “un nuevo altar” al Señor. Esto lo hacemos porque conocemos
36
La epístola de Judas
el poder de los principados y potestades sobre esa nación y sabemos que
cada vez entraremos en nuevas batallas. Una vez, cuando estaba en esta
nación, tuve un sueño sobre una vaca que venía a atacarme. La vaca es
honrada como uno de los grandes dioses hindúes, de manera que, si uno
toca una de las vacas sagradas, entonces estará tocando uno de los
principados más fuertes sobre esa nación. En el sueño, esta vaca vino a
atacarme y me mordió el pie. Ella estaba tratando de quitarme el zapato y
de masticarlo. Esto puede parecer ridículo, hasta que recordamos Efesios
6:15, donde dice que parte de nuestra armadura espiritual es tener nuestros
pies calzados con el apresto del Evangelio de la paz. Esta vaca estaba
tratando de quitar mi preparación para ser un mensajero del Señor en
esa nación hindú.
Me desperté de este ataque espiritual y oré aproximadamente
una hora, hasta que sentí la victoria sobre esto. Mientras me volvía a
dormir, la vaca nuevamente me estaba esperando. Vino a morderme
otra vez, pero yo ya había orado; tan pronto como apareció para
morderme el pie y quitarme el zapato, yo levanté mi pie y ¡herí su
cabeza! En Génesis 3:15, se hace referencia a Satanás en forma de
serpiente. El Señor dice que la serpiente morderá su pie, pero que
usted le herirá en la cabeza. En esta situación, el poder que trató de
morder mi pie no fue una serpiente, sino una vaca; pero de igual
forma, yo herí su cabeza por el poder de Dios.
Pocos días después, vi la evidencia externa de esta batalla
cuando estábamos teniendo un seminario en un lugar donde las
potestades del enemigo son muy fuertes. En este lugar es ilegal
convertir a alguien al cristianismo. Estábamos realizando un seminario
para pastores, con aproximadamente 400 de ellos, en una de las
ciudades más grandes de esa área. El coordinador local del seminario
había hecho un gran estandarte para esta ocasión y lo colocó en la
calle principal de esa ciudad. Una parte del estandarte decía:
“Bienvenido Norman Holmes - USA”. Tenía puesta una fotografía
mía, así que todos podían ver al misionero blanco que había venido a
su ciudad. Eso que hicieron no fue muy sabio.
La epístola de Judas
37
Durante el seminario, el jefe de la policía vino a visitarnos, estaba
muy enojado y nos reclamó: “¿Qué están haciendo en mi ciudad? ¡Ustedes
no pueden hacer esto! ¡Yo puedo cancelar sus pasaportes! ¡Regresaré
esta tarde!” Éste era el ataque espiritual acerca del sueño de la vaca,
tratando de quitarme el calzado del apresto del Evangelio de la paz. ¡Esta
batalla fue muy real! Sabíamos que el enemigo nos quería fuera de allí, así
que oramos y el jefe de la policía nunca regresó.
Ésta es la clase de batallas a las que nos enfrentamos en el
campo misionero, cuando entramos en nuevas áreas. Hay batallas
que pueden ser únicas, dependiendo de los principados y potestades
que gobiernan sobre cada localidad.
No podemos usar una fórmula predeterminada para la batalla
espiritual y como resultado esperar tener éxito siempre. Debemos
escuchar de Dios para cada batalla, de manera que podamos “ejecutar
en ellos el juicio decretado”, así como lo dice el Salmo 149:6-9.
En I Reyes 18:27, Elías se burlaba de Baal diciendo: “Gritad
en alta voz, porque dios es; quizá esté meditando, o tiene algún
trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle”. Él
se burlaba de Baal y blasfemaba contra los ángeles caídos que
operaban detrás de la falsa religión de Baal. Elías obtuvo la victoria
ese día, pero al día siguiente el enemigo contraatacó a través de
Jezabel y dijo: “¡Mañana vas a estar muerto igual que mis
profetas!” (I R. 19:2).
¡Elías estuvo en la cima de la montaña y vio el gran poder de
Dios, pero al siguiente día estuvo temeroso y escapó por su vida! Él
había violado el mandamiento de Éxodo 22:28 que dice: “No
injuriarás a los jueces”. Cuando injuriamos a los jueces (autoridades),
estamos injuriando a Satanás y nos exponemos para un contraataque.
Elías tenía algo en su espíritu, que abrió portillo, lo cual permitió el
ataque del enemigo. Nunca debemos burlarnos de Satanás o insultarle.
¡Qué conducta tan impropia la del profeta al comportarse de esta forma!
38
La epístola de Judas
Nuestro adversario tratará de aprovecharse de nuestras áreas
débiles. Él buscará cualquier abertura que pueda encontrar en nuestra
armadura. Satanás tratará de agrandar ese punto débil y agravará las
dificultades contra las que estamos luchando. Si tenemos debilidad en
nuestra familia o matrimonio, el enemigo tratará de entrar y atacar esa
área débil. Debemos ser sabios cuando estamos luchando contra
principados y potestades. Éstos son los días cuando los ángeles caídos
están trabajando fervientemente (diligentemente) para abatir y destruir
a los santos, quienes han respondido “sí” al supremo llamamiento.
Su blanco principal son los hombres y mujeres que representan la
mayor amenaza al dominio de la oscuridad que poseen.
Leemos en Apocalipsis 12:12: “Por lo cual alegraos, cielos,
y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del
mar! Porque el diablo a descendido a vosotros con gran ira, sabiendo
que tiene poco tiempo”. En los últimos días, mientras el enemigo
esté siendo destronado, él vendrá con gran ira en contra de aquellos
que saben que han sido ordenados para arrebatarle su reino.
Una vez visité una iglesia donde apenas había un pequeño
grupo de gente. El pastor estaba pasando por fuertes batallas y aún
llegó a considerar el cerrar la pequeña iglesia. Él se preguntaba si
valía la pena el esfuerzo de seguir adelante. Fue entonces que una
noche tuve un sueño. ¡En el sueño, el Señor me mostró que, a pesar
de que el enemigo era poderoso y estaba tratando de destruir esa
pequeña iglesia, había terror en el corazón de ese ángel caído! Aunque
sólo quedaba un pequeño grupo en la iglesia, yo ví en el Espíritu que
ésta era muy grande y que tenía una gran herencia esperándole. En
tanto que ellos mantuvieran las puertas abiertas, estarían manteniendo
vivas las promesas de la gran herencia, de que Dios se movería con
Su Poder. El enemigo estaba desesperadamente temeroso de esa iglesia
y estaba tratando de cerrarla. ¡Él sabía que si para los días del
avivamiento aún estaba abierta, ésta se llenaría con cientos de personas!
El enemigo le teme a aquellos que tienen las promesas de
Dios. Una iglesia puede parecer pequeña e insignificante, pero el
enemigo se preocupa por los santos que hay en ella, los cuales han
La epístola de Judas
39
recibido las preciosas y grandísimas promesas de Dios. Él no le teme a
una iglesia enorme, si ésta se encuentra llena de pecado y tiene poco
poder espiritual. Él le teme a aquellos que tienen las promesas de Dios,
las cuales están por venir. ¡Satanás está aterrorizado de aquellos que
están entrando en el poder de Dios!
El segundo gran peligro que enfrentamos si tratamos de
oponernos al enemigo con nuestra propia fuerza, es que podemos
enorgullecernos y llegar a ser corruptos, al igual que Lucifer. Lucifer
se enalteció a sí mismo. Como leemos en Judas, versículo 6, él no
“guardó su dignidad”. De igual forma, debemos tener cuidado de no
enaltecernos o vendremos a ser orgullosos y soberbios como lo son
los principados y potestades. Hemos sido hechos un poco menor que
los ángeles. A menos que Dios nos de el dominio y el poder para
pelear contra ellos, estos ángeles caídos nos vencerán y obtendrán la
victoria. Ellos, incluso, harán uso de la adulación para inflar nuestro
ego, diciéndonos que somos grandes y poderosos.
Recientemente, hubo un evangelista por televisión, quien por
muchos años habló libremente en contra de toda clase de autoridad,
burlándose de ella. En sus señalamientos incluía a funcionarios de
gobierno, ministerios descarriados de la iglesia, así como a Satanás y
los ángeles caídos. Él fue muy astuto para humillar a todas estas
autoridades perversas, pero mientras las hacía de menos, él se enaltecía
a sí mismo. El orgullo que fue creciendo en su vida, eventualmente
lo condujo a pecados que le trajeron reproche y que causó la caída de
su ministerio. Este evangelista no tenía el respeto correcto por la
autoridad. Cuando su denominación lo puso en disciplina y corrección
por su descarriamiento, él se rebeló y se fue. Él no se sometería a la
disciplina protectora, así que escogió su propio camino.
El resultado fue que cayó vez tras vez en los mismos pecados.
Esta es la razón por la cual debemos aprender a respetar la autoridad,
incluyendo la de los ángeles caídos. No debemos estar temerosos o
someternos a ellos. Sin embargo, debemos ser muy cuidadosos y sólo
ir en el tiempo del Señor, con Su fortaleza y Su guianza de manera
que nos aseguremos la victoria.
40
La epístola de Judas
Hubo discusiones entre algunos de los padres de la Iglesia Primitiva
sobre si la Epístola de Judas debía ser admitida dentro del Canon y
reconocida como uno de los libros inspirados por Dios. Este asunto surgió
debido a que Judas citó varios libros y fuentes que no eran la Palabra
inspirada de Dios. La Epístola de Judas fue incluida en la Biblia, ya que
eventualmente ellos decidieron que Judas había separado correctamente
el verdadero “trigo” de la Palabra de Dios de “la cizaña”. Judas no fue el
único en citar otros escritos. El Apóstol Pablo también lo hizo. En Hechos
17:28 leemos: “Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como
algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje
suyo somos”. Pablo cita esto de uno de sus propios poetas gentiles en
Atenas, Grecia.
Pablo también hace referencia a un poeta nacional de Creta,
cuando le escribe a Tito. En Tito 1:12, él declara que uno de sus
propios profetas (o poetas) describe a los cretenses como “siempre
mentirosos, malas bestias, glotones ociosos”. Aquí Pablo está citando
a un escritor pagano, quien correctamente había discernido la
naturaleza de sus propios compatriotas. Pablo fue capaz de seleccionar
y sacar esta porción de verdad en medio de todo lo falso e introducirlo
a la inspirada Palabra de Dios. Él fue capaz de separar el trigo de la
cizaña. Esta habilidad también es una necesidad para nosotros y para
cualquiera que es llamado para el ministerio profético.
En Jeremías 15:19, el Señor le dijo al profeta que si él
entresacare lo precioso de lo vil, “serás como mi boca”. Si queremos
ser el portavoz de Dios, necesitamos aprender a separar lo precioso
de lo vil. Judas fue capaz de leer los escritos religiosos de su tiempo
y discernir las verdaderas porciones que eran dignas de repetirse al
pueblo de Dios.
En Ezequiel 13:3 dice: “Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de
los profetas insensatos, que andan en pos de su propio espíritu, y
nada han visto!” En la época de Ezequiel hubo hombres que
profetizaron el mensaje popular de paz y prosperidad. Sin embargo,
ellos estaban siguiendo su propio espíritu y su propia imaginación.
La epístola de Judas
41
Ellos fueron como los soñadores de Judas 1:8, quienes estaban soñando
sus propios sueños.
Si los profetas contemporáneos de Ezequiel hubieran estado en
armonía con Dios, habrían sabido que éste era un tiempo de juicio. Ellos
habrían reconocido las señales de advertencia cuando el ángel iba por
delante, poniendo una señal sobre aquellos que serían perdonados en el
día de la ira del Señor (Ez. 9:1-11). Solamente Ezequiel y otros pocos
tenían la verdadera Palabra del Señor. Debido a que él era un hombre
genuino, pudo discernir que los otros profetas estaban en engaño y que el
juicio terrible venía.
Yo recuerdo el testimonio de un apóstol con quien trabajé
hace algunos años. Él dijo que cuando Dios le habló y supo que había
sido llamado para ser un apóstol, tuvo la tentación de que el orgullo
se levantara en su corazón. El Señor le habló de nuevo y le dijo: “Lo
importante no es lo que has sido llamado a ser, sino lo que hagas con
tu llamamiento”. Recuerde que Judas también fue llamado a ser un
apóstol. Cuando Dios crea a alguien con la capacidad de ser un apóstol
o profeta, entonces ellos deben aprender a separar lo precioso de lo
vil, de manera que puedan entrar al ministerio santo, para el cual
Dios los ha llamado.
Si predicamos “paz y prosperidad” cuando no es tiempo de
paz y prosperidad, estamos siendo testigos falsos de Dios. Si
encubrimos el pecado por proclamar “amor y misericordia”, estamos
siendo una voz para el adversario en lugar de ser un verdadero profeta
de Dios. Nosotros estamos llevando a la gente hacia sendas de
destrucción en lugar de libertar sus almas.
Necesitamos ser cuidadosos y aprender a seguir la unción de
Dios para no ser desviados en cualquiera de estos caminos. Como un
verdadero mensajero de Dios, debemos conocer lo que Él está
haciendo en medio de Su pueblo. Judas aprendió a hacer esto. Él fue
capaz de escribir un libro puro, aún usando pasajes de otros libros
que no eran completamente puros.
42
La epístola de Judas
Judas 10 “Pero éstos blasfeman de cuantas cosas no conocen;
y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales
irracionales”. Aquellos que se están descarriándose y se mueven en
su propia fuerza y sabiduría, blasfeman de lo que ellos no saben. Nosotros
deberíamos ejercitar mucha precaución cuando enfrentamos situaciones
que no entendemos, puesto que existe una tendencia de elevarnos en
orgullo y derribar a alguien más.
Cuando hay un problema en una iglesia o grupo, no
deberíamos asumir que somos expertos y presuntuosamente, aprobar
a una persona y juzgar a alguien más. Debemos tener la sabiduría de
Dios y movernos en Su Revelación.
De lo contrario, blasfemaremos autoritativamente acerca de
asuntos que no entendemos del todo. Un descarriado es alguien que
se arrastra lejos de lo que es espiritual y es motivado por su lógica
natural y sabiduría carnal. Él llega a ser como una bestia bruta.
Nosotros no queremos ser personas obstinadas en la carne o en el
alma, sino más bien personas que caminan con el Espíritu de Dios.
Judas 11 “¡Hay de ellos! Porque han seguido el camino de
Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaam, y perecieron en
la contradicción de Coré”. Aquí está otra de las tríadas de Judas Caín, Balaam, y Coré. Este versículo es una escritura clave que nos
ayuda a entender el misterio de iniquidad y cómo la gente puede caer
en el descarriamiento.
El camino de Caín, el error de Balaam y la muerte de Coré
forman una falsificación paralela a la declaración de Cristo en Juan
14:6, donde El dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida”. Jesús
debería de ser nuestro camino, el cual nos guiará a Su verdad y la
verdad nos guiará a Su vida.
Sin embargo, Judas 1:11 nos muestra una imitación del
camino, la verdad y la vida. Somos advertidos del camino equivocado
de Caín, en lugar del camino correcto de Jesús. En vez de la verdad
de Jesús, somos advertidos del error de Balaam. Y en lugar de la vida
43
La epístola de Judas
de Jesús, podemos ser guiados a la muerte de Coré. Esto nos muestra la
senda del descarriado. Así pues, consideremos primero cómo el camino
de Caín es opuesto al camino de Jesús.
EL CAMINO DE CAÍN
En Génesis 4:1-7, nosotros leemos que Adán conoció a su
mujer, y ella concibió y dio a luz a Caín. Después ella dio a luz otra
vez, ahora a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín
fue labrador de la tierra. Y aconteció andando el tiempo, que Caín
trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también
de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró
Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a
Caín y a su ofrenda. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su
semblante. Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado y
por qué ha decaído tu semblante? ¿Si bien hicieres, no serás
enaltecido?
Caín fue un creyente que se apartó de Dios. Caín fue el
primogénito, quien iba a heredar las promesas de Dios. Él también
era un líder de alabanza para la familia. Cuando él alababa, su hermano
lo seguía. En este capítulo también leemos que el Señor le hablaba a
él y él le hablaba Dios. Caín no se puede clasificar como un incrédulo.
Él fue un creyente que endureció su corazón y se apartó del camino.
Caín empezó a descarriarse cuando ofreció el sacrificio
incorrecto. Nosotros leemos en Génesis 4:3: “Y aconteció andando
el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová”.
Desde un punto de vista, su ofrenda parecía ser igual a la de su
hermano Abel. Caín era un labrador, así que trajo algo de su cosecha
como una ofrenda. Abel fue un pastor de ovejas y él trajo uno de sus
corderos. En lo natural, las ofrendas parecían ser iguales. Cada uno
trajo del fruto de su trabajo.
Cuando las personas empiezan a caminar por una senda
equivocada, siempre tienen razones con las cuales pueden justificar
44
La epístola de Judas
el curso de acciones. Caín estaba caminando por su propio camino. Él
venía a Dios bajo sus propios términos. Él trajo una ofrenda del fruto de
la tierra, pero el Señor había dicho en Génesis 3:17: “maldita será la
tierra”. Dios maldijo la tierra, y Caín llegó con una ofrenda del fruto de la
tierra que estaba maldita, para adorar a Dios. Dios no la aceptó. Dios no
acepta nuestra ofrenda y alabanza, a menos que lleguemos a Él en los
términos y formas que Él prescribe.
A menudo, tratamos de llegar a Dios bajo nuestros propios
términos. Nosotros ofrecemos nuestros sacrificios de la manera que
queremos, no de la forma que Dios lo requiere, pero Él no la acepta.
Nosotros estamos ofreciendo aquello que es natural y contaminado
por la maldición del pecado. Frecuentemente, los creyentes tratan de
servir al Señor con su propia mente y sus propios talentos naturales,
tal como con la música. Sin embargo, no podemos llevar a las personas
hacia una verdadera alabanza y hacia el monte Santo, meramente
con nuestro propio talento musical natural. Tal vez podemos estimular
sus emociones y entretenerlos. Quizás hasta podamos llenar la iglesia
con gente joven, quienes vendrán por la música entretenida y el ritmo.
Pero entonces, sólo estamos ofreciendo la alabanza de Caín.
Si Dios nos dijera que no acepta nuestra ofrenda, ¿nos ofenderíamos
grandemente y nos llenaríamos de gran ira como lo hizo Caín? Si así
fuera, entonces nuestro sacrificio de alabanza no está siendo ofrecido
con un espíritu de humildad, sino con profundo orgullo.
La ofrenda que trajo Caín era del fruto de la tierra maldita.
No hay ninguna revelación dada de que Dios solicitara este tipo de
sacrificio. Sin embargo, Abel trajo una ofrenda que estaba conforme
a la revelación divina. Él vino a Dios en las condiciones de Dios, y
no en las suyas propias. Cuando Adán y Eva pecaron y conocieron
que estaban desnudos, nosotros leemos en Génesis 3:21 que el Señor
los vistió con túnicas de pieles. Las pieles de animales simbolizan el
derramamiento de sangre. Dios había instituido los sacrificios de
animales como una forma de cubrir el pecado. Abel reconoció esto y
ofreció su sacrificio en la forma correcta. Sin embargo, Caín estaba
La epístola de Judas
45
tomando su propio camino y estaba ofreciendo a Dios sus propias ofrendas
naturales y carnales.
Aún así, Isaías 55:8-9 declara que los caminos de Dios son más
altos que los nuestros; y que nuestros caminos no son Sus caminos.
Proverbios 14:12 advierte que hay camino que al hombre le parece
derecho, pero su fin es camino de muerte. El camino de Caín conduce al
error de Balaam, el cual conduce a muerte.
La ofrenda de Abel fue también profética de Jesucristo, el
Cordero de Dios, el sacrificio perfecto y verdadero. El sacrificio de
Abel fue aceptable porque revelaba el carácter divino, la naturaleza
del cordero, la cual es mansedumbre y sumisión. Caín se enfureció
cuando su ofrenda fue rechazada. Él no estaba ofreciendo un cordero,
ni mucho menos tenía la naturaleza del cordero. Si él hubiera estado
dispuesto a tener el carácter del cordero en su vida, cuando su ofrenda
fue rechazada, él se hubiera quebrantado delante Dios.
El Salmo 25:9 nos dice: “Enseñará a los mansos su carrera”.
Si permitimos que la mansedumbre y humildad reinen en nuestras
vidas, Dios nos guiará, a pesar de nuestros errores. El Señor puede
enseñarnos y ponernos de vuelta en el camino, en tanto seamos mansos
y aceptemos Su corrección y también seamos lo suficientemente
humildes para admitir nuestras faltas.
Dios no honró a Caín y a su ofrenda. Cuando no servimos al
Señor de la forma correcta, nuestro servicio no será bendecido o
aceptado por Él. Tal vez tratamos de lanzarnos en un nuevo ministerio
y encontramos que Dios no lo respalda, y como consecuencia éste
falla. ¿Qué haremos cuando seamos confrontados por el fracaso y
nos demos cuenta que estamos caminando por nuestro propio camino,
haciendo lo malo? Caín se puso muy enojado, deprimido y amargado.
Nosotros debemos comprender lo que es realmente la raíz de la ira,
la depresión y la amargura.
Desde una perspectiva natural, Caín probablemente se sintió
justificado. Tal vez él pudo haber razonado: “Yo he trabajado tan
46
La epístola de Judas
duro como mi hermano para traer mi ofrenda”. No obstante, él mantuvo
su posición y permaneció muy enojado y triste. Cuando erramos al blanco,
debemos “ofrecer el cordero”, es decir, humillarnos delante de Dios y de
nuestros líderes espirituales. Debemos ser humildes y pedir perdón.
D.L Moody fue un predicador de justicia, quien compartió
mucho sobre el tema del arrepentimiento. En una ocasión cuando
terminó de predicar un mensaje fuerte, se le acercó una persona y le
preguntó: “¿Por qué cuando usted predica siempre va en contra de la
corriente, incomodándonos?”.
Y él respondió: “El problema no es lo que yo digo, sino son
ustedes los que deben volverse y fluir en la corriente del Señor”.
¿Cómo respondemos cuando somos reprobados? Si endurecemos
nuestros corazones y permitimos que actitudes perversas se levanten
dentro de nosotros, entonces estaremos caminando en el camino de
Caín. ¿Cuál fue el fin de Caín por no escuchar las continuas súplicas
del Espíritu?
Caín terminó asesinando a su hermano, a causa de la ira y los
celos (1 Jn. 3:12). En la Iglesia de hoy, hay muchos que van por el
camino de Caín, haciendo sus propios planes. ¿Cuál será su respuesta
cuando Dios no los acepte y sean reprobados por el pastor o la Iglesia?
Raramente una persona mataría al pastor o al hermano que lo reprueba,
pero si estamos enojados con alguien, podemos rechazarlo y matarlo
en nuestro corazón.
Caín salió de la presencia de Jehová y se convirtió en un
hombre errante (Gn. 4:16). Él nunca fue plantado o establecido por
el Señor. Si nosotros vamos por el camino de Caín y rechazamos la
reprensión que Dios envía a nuestra vida, también saldremos de la
presencia de Dios para ser gente errante. En una ocasión, un graduado
del instituto bíblico vino a cierta iglesia y le dijo al pastor: “A mí
realmente me gusta su iglesia y quisiera ser un miembro. A propósito,
yo he escrito una lista de cosas que puedo hacer para ayudar a su
iglesia: yo soy un buen director de alabanza y maestro de biblia; yo
47
La epístola de Judas
sería un buen co-pastor y hasta podría ser pastor general. Yo tengo todos
estos talentos para ofrecerle a usted y a su iglesia”.
El pastor fue cauteloso antes de aceptar el ministerio de este
hombre y así de rápido como esta persona vino, así también se fue. ¡Éste
es un hombre errante! Existen algunos cristianos “saltamontes” que andan
saltando de iglesia en iglesia. A estas personas les gusta ir a nuevas y
excitantes convenciones o a reuniones, donde ellos pueden “hacer lo suyo”.
Sin embargo, si se rehúsan a ser plantados por Dios en una iglesia local,
ellos son gente errante que está yendo por el camino de Caín.
Muchas personas dejan su iglesia y dicen algo como esto:
“Estoy dejando los problemas atrás. Ese pastor tenía problemas, él
no respetó mi ministerio. Yo tendré un nuevo comienzo y encontraré
un lugar donde aprecien mi ministerio y mis talentos”. Sin embargo,
aquí hay un asunto serio a considerar, ya que si un hombre o una
mujer no deja su congregación en el orden divino y con una actitud
correcta, entonces ellos están tomando el camino de Caín. El camino
de Caín nos hará correr en pos del error de Balaam. Éste es el segundo
paso descendente. Esto acelera la caída para descarriarse y apartarse
de Dios. Ahora debemos estudiar cómo Balaam permitió ser engañado
por el engaño del pecado.
EL ERROR DE BALAAM
Balaam fue uno de los más grandes profetas sobre la tierra.
Él fue un descendiente de Abraham que conoció al Señor. 2 Pedro
2:16, dice que él era profeta. Él no fue sólo un hechicero. Los antiguos
escritos judíos hablan de él como un profeta que fue tan grande como
Moisés. Nosotros podemos entender algo de su grandeza cuando
estudiamos algunas de las profecías que él pronunció, las cuales se
han extendido a través de los siglos.
Alrededor de 1500 años después de haber profetizado, de la
estrella que saldría de Jacob, sus profecías aún estaban siendo
estudiadas en el oriente, porque fueron profecías genuinas que iban a
cumplirse. Su profecía acerca de la Estrella que saldría de Jacob (Nm.
48
La epístola de Judas
24:17) fue parte de la guianza que, indudablemente, los hombres sabios
usaron cuando fueron a Belén para adorar a Cristo.
Balaam no fue un creyente común y corriente que se deslizó
en el pecado, sino que fue un gigante espiritual. Nosotros necesitamos
estar conscientes que existen tipos de Luciferes, Balaames y Saules, que
cayeron, esto también puede sucederle a grandes líderes de Dios, así
como a cristianos comunes.
Números 22:9-14 nos dice: “Y vino Dios a Balaam, y le dijo:
¿Qué varones son estos que están contigo? Y Balaam respondió a
Dios: Balac hijo de Zipor, rey de Moab, ha enviado a decirme: He
aquí, este pueblo que ha salido de Egipto cubre la faz de la tierra;
ven pues, ahora, y maldícemelo; quizá podré pelear contra él y
echarlo. Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos, ni
maldigas al pueblo, porque bendito es. Así Balaam se levantó por la
mañana y dijo a los príncipes de Balac: Volveos a vuestra tierra,
porque Jehová no me quiere dejar ir con vosotros. Y los príncipes de
Moab se levantaron, y vinieron a Balac y dijeron: Balaam no quiso
venir con nosotros”.
El rey Balac solicitó al profeta Balaam que viniera y maldijera
a los israelitas. El rey sabía que Balaam era un hombre de gran poder
espiritual y cuando él profetizaba, aquellos que él bendecía, eran
benditos y aquellos que él maldecía, eran malditos. El rey esperaba
que a través del poder de Balaam, vería derrotados a los israelitas.
Balaam consultó al Señor acerca de ir, pero el Señor le dijo no, tú no
puedes ir con ellos. Yo no quiero que maldigas a los israelitas porque
ellos son benditos. Así que Balaam se regresó y le dijo a los mensajeros
que él no podía ir.
En Números 22:15-18, Balac repite su petición a Balaam:
“Volvió Balac a enviar otra vez más príncipes, y más honorables
que los otros; los cuales vinieron a Balaam, y le dijeron: Así dice
Balac, hijo de Zipor: Te ruego que no dejes de venir a mí; porque sin
duda te honraré mucho, y haré todo lo que me digas; ven, pues,
La epístola de Judas
49
ahora, maldíceme a este pueblo. Y Balaam respondió y dijo a los
siervos de Balac: Aunque Balac me diese su casa llena de plata y
oro, no puedo traspasar la palabra de Jehová mi Dios para hacer
cosa chica ni grande”.
A primera vista, esta respuesta de Balaam aparenta ser muy
espiritual. Él dijo que obedecería al Señor aunque Balac le ofreciera
una casa llena de plata y oro. Sin embargo, Balaam ya estaba abrigando
el pensamiento de una casa llena de plata y oro porque él tenía codicia
por el dinero. Judas 11 nos dice claramente que el pecado de Balaam
fue la avaricia. Él amaba el dinero, la alabanza y la honra del hombre.
Balaam pensó poder controlar su iniquidad, pero ¿qué fue lo siguiente
que él dijo en el versículo 19? “Os ruego, por tanto, ahora, que reposéis
aquí esta noche, para que yo sepa qué me vuelve a decir Jehová”.
Aquí vemos la iniquidad de Balaam saliendo a la superficie.
Dios ya le había dicho que él no podía ir y maldecir a los
israelitas; sin embargo, cuando se le presentó una mejor oferta, él
dijo: Permítanme orar de nuevo y ver qué es lo que Dios pueda hablar
esta vez. Él ya sabía la voluntad de Dios, pero estaba esperando que
a través de alguna circunstancia, Dios pudiera cambiar de opinión.
La iniquidad de Balaam lo estaba engañando. Lo terrible de todo
esto es lo siguiente: Dios nos puede permitir que andemos en nuestro
propio camino, si seguimos presionándolo para obtener Su permiso.
Si un hijo suplica: “Ay papi, por favor, ¿me das una bicicleta?”
El padre podría responder: “No hijo, aún no eres lo suficientemente
grande”. Pero si el niño, sigue pidiéndolo insistentemente, puede que
el padre se le conceda, aún sabiendo que podría ser peligroso para él.
El padre del hijo pródigo le dio a éste su herencia, a pesar de que él
sabía que no estaba preparado para ello.
¿Por qué lo hizo? Debido a la insistencia del hijo. Nosotros
debemos ser cuidadosos de no insistir en recibir algo de Dios, pues
Él podría dárnoslo, aún para nuestro propio mal. En Ezequiel 14:4
dice que si nosotros venimos a buscar a Dios por guianza, con un ídolo en
50
La epístola de Judas
nuestro corazón, Él puede respondernos de acuerdo al ídolo que tenemos
en nuestro corazón.
¡Si amamos algo o alguien, más que a Dios, quizás Él nos dé
lo que queremos, pero esto puede ser trágico! Si nosotros queremos más
de Cristo y de Su camino, Su verdad y Su vida, entonces eso es lo que Él
nos concederá. Sin embargo, si decidimos andar en nuestro propio camino
y tenemos avaricia, codicia y otros pecados operando en nuestras
vidas, puede ser que Él nos conceda los deseos de nuestro corazón.
Continuando en Números 22:20 dice: “Y vino Dios a Balaam
de noche, y le dijo: Si vinieron para llamarte estos hombres, levántate
y vete con ellos; pero harás lo que yo te diga”. Balaam estaba listo y
ansioso de ir cuando escuchó esta segunda palabra de Dios. Números
22:22 dice: “Y la ira de Dios se encendió porque él iba; y el ángel de
Jehová se puso en el camino por adversario suyo. Iba, pues, él
montado sobre su asna…” Dios le dio permiso a Balaam de ir, pero
estaba enojado con él porque había ido. Dios le permitió ir por el
camino de Caín y hacer su propia voluntad, pero estaba airado de que
Balaam hubiese escogido hacerlo.
Balaam iba montando su asna por el camino, mientras el ángel
del Señor estaba parado allí con la espada en su mano. Balaam estaba
pensando más acerca de “la casa llena de plata y oro”, de lo que
pensaba sobre las cosas espirituales. En ese momento, el asna fue
más espiritual que Balaam. El asna vio al ángel y se apartó del camino
para eludirlo, fue entonces que Balaam se enfureció con el asna.
Números 22:23 dice: “Y el asna vio al ángel de Jehová, que
estaba en el camino con su espada desnuda en su mano; y se apartó
el asna del camino, e iba por el campo. Entonces azotó Balaam al
asna para hacerla volver al camino”. Esto sucedió tres veces. ¡Balaam
se enfureció de tal manera con su asna obstinada que deseó haber
tenido una espada para matarla! Pero en ese momento Balaam vio al
ángel con la espada, fue entonces cuando él entendió que Dios estaba
enojado con el siervo desobediente ¡y estaba listo para matarlo con la
La epístola de Judas
51
espada! Balaam se había enfurecido con el asna por apartarse del camino,
pero Dios estaba lleno de ira santa en contra de Su profeta descarriado.
Números 22:34 dice: “Entonces Balaam dijo al ángel de
Jehová: He pecado, por que no sabía que tú te ponías delante de mí
en el camino; más ahora, si te parece mal, yo me volveré”.
¿Qué era lo que realmente estaba operando en el corazón de
Balaam? El ángel del Señor apareció con una espada en su mano,
listo para destruirlo por ser desobediente y ahora Balaam trató de
salirse con la suya, otra vez. Él dijo: “Yo no me dí cuenta que estaba
desagradándote; si no quieres que yo vaya, entonces no iré”. Pero
en realidad, ¿qué era lo que él estaba diciendo en su corazón?
¡Señor, si tú dices que todavía puedo ir, yo ya estoy en camino
a Moab y a la casa llena de plata y oro! Si vemos lo que sigue, es
obvio que él no se arrepintió de todo corazón. Balaam aún estaba
caminando en error. Él se engañó así mismo, creyendo que iba a Moab
dentro de la voluntad de Dios. Después de todo, Dios le había dicho
que continuara en esa dirección.
Luego Números 22:35 dice: “Y el ángel de Jehová dijo a
Balaam: Vé con esos hombres; pero la palabra que yo te diga, esa
hablarás. Así Balaam fue con los príncipes de Balac”. Balaam pensó
que estaba sirviendo a Dios, cuandoe en realidad sólo estaba
siguiendo su propia codicia. Si empezamos a ir por nuestro propio
camino y a “hacer las cosas a nuestro modo” (como Caín), esto
puede llevarnos al error de creer que nuestros planes son los planes
de Dios. Balaam se engañó a sí mismo, pensando que él tenía la
bendición de Dios. Él profetizó solamente lo que Dios le dijo, pero
también le dió consejo perverso al rey Balac. Balaam les dijo que
dejaran a las jóvenes de Moab infiltrarse en el campamento de los
israelitas para que los indujeran a caer en la inmoralidad e idolatría y
así el juicio de Dios cayera sobre Israel (Ap. 2:14; Nm. 25:1-8).
Balaam, pensó en la forma de obedecer la Palabra de Dios y sólo profetizar
lo que Él decía, pero al mismo tiempo dio consejo maligno, el cual le daría
52
La epístola de Judas
la recompensa que estaba anhelando. ¿Cuál fue el final de Balaam? Él
pensó que era el siervo de Dios, pero estaba sirviendo a su propia avaricia
y codicia.
Números 31:7-8 dice: “Y pelearon contra Madián, como
Jehová lo mandó a Moisés... también a Balaam hijo de Beor mataron
a espada”.
Dios ya había advertido a Balaam que la espada de juicio
estaba contra él. Sin embargo, Balaam, al igual que Caín, tomó su
propio camino engañándose a sí mismo, por el error de su pecado.
Esto aún está sucediendo hoy. Es fácil recibir una profecía que nos
dice lo que egoístamente nosotros queremos escuchar. El Salmo 125:5
nos advierte: “Mas a los que se apartan tras sus perversidades, Jehová
los llevará con los que hacen iniquidad…” Si estamos torcidos en
nuestros caminos y vamos por el camino de Caín, ¿quién va a guiarnos
a destrucción? ¡El Señor mismo!
El Señor fue quien permitió a Balaam ir a Moab. Él dijo
claramente que no quería que Balaam fuera, pero cuando Balaam
presionó al Señor y le rogó como un niño egoísta, el Señor le dejó ir.
Hay personas que tienen profecías y palabra de Dios y piensan que
éstas son evidencia de la aprobación de Dios para sus vidas, en tanto
que ellas corren en pos del pecado. Puede ser verdaderamente una
profecía del Señor, pero ésta viene porque el corazón de ellos ha sido
endurecido y porque el error de Balaam ha estado obrando. Muchas
veces el Señor trató de hablarles. Hubo una palabra más alta del
Señor, la cual ellos ignoraron repetidamente. Tal vez la palabra fue
arrepentimiento, sumisión o espera. Si no vamos a aprender a obedecer
las palabras claras de Dios, Él nos dejará caminar en el error de
Balaam. Nosotros escucharemos profecías que “justifiquen” nuestro
pecado o rebelión. Acab recibió 400 profecías que confirmaban su
dirección, sabiendo en su corazón que todas estaban equivocadas.
2 Tesalonicenses 2:11-12 nos dice: “Por esto Dios les envía
un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean
53
La epístola de Judas
condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se
complacieron en la injusticia”. En estos últimos días, Dios
permitirá un poder engañoso que sobrecogerá a los creyentes
injustos. Recuerde, la advertencia del libro de Judas es especialmente
para los últimos días.
Dios nos dejará ir tras el engaño, si nosotros no amamos a la
verdad o sino deseamos ir por el camino del Cordero. No podemos
confiar en el hecho de que nuestro ministerio sea poderoso, como
Balaam o Sansón. Dios puede bendecir nuestro ministerio, mientras
está preparando la espada de juicio a causa de nuestra desobediencia,
a menos que nos arrepintamos. La pregunta importante es, ¿está
nuestra obediencia a la altura de nuestro ministerio?
En una ocasión escuché la historia de un hombre borracho
que le predicó el evangelio a otro alcohólico, y éste fue salvo. ¡Dios
bendijo el ministerio del primer alcohólico, pero no estaba mostrando
aprobación sobre su vida! Él solamente estaba respaldando Su Palabra.
La tercera parte de Judas 11 se refiere al final del camino del
descarriado. Alguien que va por el camino de Caín y es engañado
como Balaam, terminará muriendo como aquellos en la rebelión de Coré.
PERECER EN LA REBELIÓN DE CORÉ
Números 16:1-3: “Coré hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de
Leví, y Datán y Abiram hijos de Eliab, y On hijo de Pelet, de los hijos
de Rubén, tomaron gente, y se levantaron contra Moisés con
doscientos cincuenta varones de los hijos de Israel, príncipes de la
congregación, de los del consejo, varones de renombre. Y se juntaron
contra Moisés y Aarón y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque
toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos
está Jehová; ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la
congregación de Jehová?” En el versículo 13, ellos acusaron a Moisés
de enseñorearse imperiosamente sobre ellos.
Estos líderes buscaban igualdad y democracia. Quizás ellos estaban
diciendo: “¡Ey, pastor! ¡Todos nosotros somos cristianos, todos oímos
54
La epístola de Judas
de Dios! ¿Por qué actúas tú como jefe sobre nosotros?” Tal vez estaban
buscando un liderazgo conjunto y estaban diciendo: “¡Moisés, todos
nosotros somos líderes! Tú necesitas compartir algo de esa autoridad.
¡Tú estás siendo un dictador en la forma como diriges la Iglesia!”
En esta rebelión, Coré no sólo fue capaz de influenciar a los 250
líderes, sino que también, como leemos en Números 16:19: “Coré juntó
a toda la congregación en contra ellos (Moisés y Aarón)”. Ésta no fue
simplemente una pequeña división en la iglesia. Toda la congregación estaba
siendo puesta en contra de su pastor y co-pastor. Coré puso en contra de
Moisés a 250 líderes de renombre y causó que toda la congregación se
opusiera a Moisés y a Aarón. Cuando alguien está descarriándose o
cayendo en error, ellos siempre hablarán en contra de la verdadera
autoridad de Dios. Estos descarriados sembrarán discordia entre los
hermanos para tratar de alejar a la gente del verdadero liderazgo de Dios,
atrayéndolos hacia ellos mismos (Hch. 20:30).
Números 16:28-35 muestra el resultado de la rebelión. Coré,
Datán, Abiram y sus familias, todos murieron en un terremoto y los
250 líderes fueron consumidos por fuego del cielo. Dios siempre
terminará mostrando Su aprobación sobre Sus verdaderos ungidos.
Dios vindicará a aquellos que Él ha posicionado verdaderamente
en autoridad. A menudo en medio de un conflicto esto es muy
difícil de ver.
A través de los hechos de estos tres apóstatas, que nos relata
el Antiguo Testamento, Judas nos muestra la senda del descarriado.
Esto puede comenzar pareciendo algo inocente, como le sucedió a
Caín, quien trató de servir y adorar al Señor a su manera.
Nadie que empieza a descarriarse está tramando una gran
rebelión que puede terminar en juicio y muerte. ¡Sin embargo,
esta senda puede conducir a esto! Aprendamos a ser cuidadosos
de las pequeñas y ocultas iniquidades que puedan brotar en el
jardín de nuestro corazón. Con la gracia de Dios, cuidemos de
nuestro jardín diariamente.
La epístola de Judas
55
La senda del descarriado es lo opuesto a seguir la senda de Cristo
quien es “el camino, y la verdad y la vida”. El descarriado sigue su
propio camino (como Caín), y llega a ser engañado (como Balaam), hasta
que termina siendo juzgado en su rebelión (como Coré). Este juicio puede
ser muerte espiritual y aún hasta la muerte natural. Por lo tanto, aprendamos
en mansedumbre, a seguir el camino de Dios. Ésta es la senda de la
obediencia. ¡Esta senda nos guiará a la plenitud de la verdad, la que
nos traerá la vida abundante y eterna de Jesucristo!
Judas 12-13 “Estos son manchas en vuestros ágapes, que
comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan así mismos;
nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles
otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; fieras ondas
del mar, que espuman su propia vergüenza; estrellas errantes, para
las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas”.
En estos dos versículos Judas da siete descripciones poéticas
de la naturaleza de un descarriado. Cada una de estas descripciones
son expuestas ampliamente por otras escrituras.
La palabra manchas del versículo 12 se traduce mejor como
rocas hundidas. La palabra griega usada aquí, “spilades”, para que
podamos comparar su significado, no se usa en ninguna otra parte en
el Nuevo Testamento; pero en el primer siglo, fue usada comúnmente
para significar “rocas” o “rocas hundidas”. Para el siglo IV, esta
palabra fue usada para significar “manchas”, que es la forma en que
la traduce la versión King James. Ambas traducciones son posibles,
aunque la más probable es “rocas hundidas” o “arrecife escondido”,
como está traducido al margen de la Nueva Versión King James, la
NAS y otras versiones.
En esta primera imagen poética, nosotros tenemos la idea que el
descarriado es un peligro escondido para otros. Leemos en 1 Timoteo
1:19, que un cristiano puede hacer naufragar la fe de otros cristianos y
como rocas hundidas o arrecife escondido, puede, inesperadamente,
causar un naufragio. Un descarriado puede buscar destruir silenciosamente
56
La epístola de Judas
la fe de otros. Ellos pueden ser un peligro oculto durante los “ágapes” (o
servicios de Santa Cena), cuando aparentan ser cristianos piadosos.
MANCHAS (ARRECIFES ESCONDIDOS) EN SUS FIESTAS
Estos descarriados formaban parte de los ágapes que
celebraban los primeros cristianos durante sus tiempos de comunión.
Gente como ésta puede participar de los servicios de Santa Cena en
su iglesia y tener compañerismo con los otros miembros pareciendo
justos, como uno de los hermanos. Sin embargo, ellos siguen siendo
arrecifes escondidos, esperando penetrar y traspasar alguna vida, para
hacerla naufragar. Sutilmente, ellos sembrarán semillas de discordia
en los corazones de aquellos que los rodean para hacer menguar su fe
y perder la confianza en su pastor.
1 Juan 1:7 nos dice: “Pero si andamos en luz, como él está en
luz, tenemos comunión unos con otros”. Mucha gente no basa su
comunión en el hecho de estar con aquellos que están caminando en
la luz. Por el contrario, ellos basan su comunión en estar con aquellos
que tienen una cantidad de luz similar a la de ellos. Nuestra comunión
debe de estar basada en nuestra obediencia a la luz. A veces, he tenido
un excelente compañerismo con cristianos que vienen de
denominaciones fundamentalistas. Muchos de ellos no han tenido
buena enseñanza, ni han recibido la misma cantidad de luz que
nosotros. Sin embargo, ellos estaban buscando sinceramente
caminar en la luz que poseían y nuestra comunión en el Señor ha
sido muy especial.
En otras ocasiones estuve con pentecostales quienes han
recibido las revelaciones y verdades más profundas; sin embargo, no
pude tener compañerismo con ellos porque permitieron que el pecado y
la iniquidad corrompieran sus vidas. Si hubiera tenido comunión con ellos
y hubiera abierto mi espíritu, ellos podrían haber transmitido su rebelión e
iniquidad a mi vida. Ellos han recibido más luz, pero no están caminando
en ella. Por eso están caminando en tinieblas. Asisten a los servicios de
adoración y dicen alabado sea el Señor y parecen estar bien
57
La epístola de Judas
superficialmente, pero ellos son arrecifes escondidos quienes tienen
motivos equivocados para buscar la comunión. Algunos vienen a la iglesia
buscando introducir una doctrina falsa, o bien, plantar amargura, rebelión,
duda y codicia en cualquier corazón que está abierto y confiado. Hay
muchos motivos que traen a alguien a un servicio en la iglesia. Por lo
tanto, estemos alertas y tengamos comunión solamente con aquellos que
están caminando en la luz, y no necesariamente con aquellos que han
recibido mucha luz.
APACENTÁNDOSE (O ALIMENTÁNDOSE) SÓLO A SÍ MISMOS
La segunda descripción del descarriado (nueva versión King
James) es que ellos están “apacentándose sólo a sí mismos”. La
versión King James traduce esto como “alimentándose a sí mismos”,
mientras que la Nueva Versión Internacional dice: “Pastores que se
alimentan a sí mismos solamente”. Una buena traducción sería
“pastores egocéntricos”.
En Ezequiel 34:1-16, leemos acerca de estos pastores egoístas.
Ellos no tratan de ayudar a las ovejas, solamente las usan y abusan de
ellas para su propio beneficio. Cuando la naturaleza de Cristo está
obrando en la vida de un verdadero creyente, lo motivará a desear
solamente servir y ayudar a otros; mientras que un descarriado sólo
tiene motivos egoístas en todo lo que hace.
NUBES SIN AGUA
La tercera descripción poética del descarriado es que ellos
son como “nubes sin agua”. Proverbios 25:14 nos dice: “Como nubes
y vientos sin lluvia, así es el hombre que se jacta de falsa liberalidad”.
Hay individuos que se mezclan entre el pueblo de Dios y presumen
tener un ministerio, pero solamente son nubes sin agua. La lluvia del Espíritu
Santo no fluye a través de sus palabras y vidas vacías. Un verdadero
don o ministerio tendrá buenos resultados (Dt. 32:1-2).
58
La epístola de Judas
LLEVADAS DE ACÁ PARA ALLÁ POR LOS VIENTOS
La cuarta descripción del descarriado es ésta: Alguien que es
llevado de acá para allá por los vientos. La palabra griega para viento
es la misma palabra usada para espíritu. Al igual que las nubes vacías son
llevadas por los vientos, estos descarriados son manejados por espíritus
malignos.
En Efesios 2:2, se refiere a Satanás como “el príncipe de la
potestad del aire”. Satanás no solamente quiere manejar al descarriado
en diferentes direcciones sin propósito, como una nube vacía, sino
además sopla sobre él muchos vientos de falsa doctrina.
Efesios 4:14 nos dice: “Para que ya no seamos niños
fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por
estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las
artimañas del error”.
Nosotros no deseamos ser llevados en diferentes direcciones,
por todo nuevo viento de doctrina que sopla alrededor, porque no
toda nueva doctrina y revelación viene de Dios. Algunas de las
doctrinas que soplan a través de la Iglesia vienen de espíritus
malos. Estos vientos de falsa doctrina se mueven a través de
cristianos descarriados y ministerios de renombre, quienes también
están descarriados.
1 Juan 4:1 exhorta: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino
probad los espíritus si son de Dios”. ¡Nosotros debemos aprender a
discernir si la nueva doctrina o moda que está soplando, a través del
Cuerpo de Cristo, proviene del viento del Espíritu Santo o del viento
del príncipe de la potestad del aire!
ÁRBOLES
CUYO FRUTO SE MARCHITÓ
La quinta descripción del descarriado es: él es como un árbol
otoñal sin fruto. Un árbol frutal debe llevar fruto en su estación. Si
no es fructífero, entonces es un árbol muerto. Los cristianos
descarriados son aquellos que una vez tuvieron fruto, pero su fruto se
La epístola de Judas
59
marchitó. El fruto del Espíritu se ha marchitado en sus vidas. “Dos veces
muertos” nos habla de la segunda muerte mencionada en Apocalipsis (2:11;
20:14; 21:8).
Antes de nuestro nuevo nacimiento, todos estábamos muertos
en delitos y pecados. Después del nuevo nacimiento, recibimos vida.
Estar “dos veces muerto” se refiere a un cristiano que recibió vida,
que ha muerto nuevamente y está eternamente perdido. Ésta es la
segunda muerte.
Salmos 1:3 nos dice que un buen cristiano debe ser “como
árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto en su
tiempo”. No toda estación de nuestra vida cristiana traerá fruto, pero
a medida que aprendamos a permanecer en Cristo, llegaremos a ser
fructíferos en el tiempo apropiado.
En Lucas 13:6-9, nuestro Señor Jesús nos enseñó la parábola
de la higuera. La higuera no había sido fructífera después de tres
años. El viñador intercedió y dijo: “déjala todavía este año,... y si
diere fruto, bien; y si no, la cortarás después”. Cristo, claramente, se
estaba refiriendo a la nación de Israel.
El tiempo había venido para Israel para dar frutos dignos de
arrepentimiento, cuando Juan el Bautista fue levantado para preparar
el camino del Señor (Mt. 3:8-10). Debido a que ellos no lo hicieron
así, la nación fue juzgada y cortada por Dios. Juan el Bautista les
advirtió: “El hacha está puesta a la raíz de los árboles”. Aquí vemos
que no solamente un descarriado individual, sino también toda una
nación descarriada puede ser juzgada y cortada por Dios.
FIERAS ONDAS DEL MAR, QUE ESPUMAN SU PROPIA VERGÜENZA
La sexta descripción del descarriado es una persona que no
tiene paz. Él es como “las fieras ondas del mar, que espuman su
propia vergüenza”. Esto nos recuerda lo que en Isaías 57:20 dice:
“Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse
60
La epístola de Judas
quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo”. Santiago 1:6, 8 también nos
dice: “Porque el que duda es semejante a toda onda del mar, que es
arrastrada por el viento… El hombre de doble ánimo es inconstante
en todos sus caminos”.
Los descarriados son personas de doble ánimo que carecen
de paz. Aun sabiendo que no deben continuar en su pecado, siguen
maquinando excusas para justificar sus caminos. “Que espuman su
propia vergüenza” se refiere a la corrupción y suciedad que son
removidas por los conflictos en sus vidas, de la misma manera que el
lodo y cieno son agitados por las aguas en tiempo de tempestad.
ESTRELLAS ERRANTES
La última descripción de un apóstata que encontramos en la
Epístola de Judas, dice que son como “estrellas errantes, para las
cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas”.
Una estrella errante se refiere a un cometa. Un cometa es un pequeño
planetoide o meteoro que tiene una órbita alrededor del sol altamente
elíptica. Esto significa que a medida que da vueltas alrededor del sol,
la mayor parte del tiempo se encuentra alejado de él, aunque sea
atraído hacia el sol una sola vez en el transcurso de la vida de un
hombre. Cuando el cometa se acerca al sol, el sol derrite el agua
congelada, de la que el cometa está parcialmente constituido,
formándose una cola de vapor detrás de él.
Entonces es que, por un corto tiempo, el cometa se vuelve
muy brillante, tan brillante que en ocasiones puede ser visto en pleno
día. Pero por no tener una órbita balanceada, como la de los planetas,
el cometa pronto será atraído de regreso a la negra oscuridad del
espacio exterior. Esto va a suceder a pesar de que, por un corto tiempo,
el cometa haya brillado intensamente y dado luz a la tierra.
Los descarriados pueden ser así. Hay un tiempo cuando ellos
se acercan al Señor y brillan intensamente. Las personas pueden decir:
“Miren, es un nuevo creyente ardiendo en su primer amor” o “allí
La epístola de Judas
61
está un nuevo hombre de Dios”. Sin embargo, si este creyente no tiene un
curso estable y un balance apropiado, después de una estación de gloria,
puede descarriarse y regresar a ser errante en las tinieblas del engaño y
del pecado.
El tema central de Judas es ser “guardado” o “preservado”. En
esta frase se repite la idea de ser reservado o guardado, pero en un sentido
negativo. Estos descarriados, como estrellas errantes, tienen la oscuridad
de las tinieblas “reservada” para ellos. La palabra “phulasso” en el griego
original, es la misma palabra traducida “preservar” en el versículo 1. En el
versículo 6 ésta significa “guardar” y “reservar”, y significa “conservar” en
el versículo 21. Aquí se utiliza la palabra de la misma forma que en el
versículo 6. Esto es para enfatizar el juicio eterno que espera al descarriado
cuando ellos sean “echados a las tinieblas de afuera”, como nuestro
Señor también lo advirtió en Mateo 8:12.
En tanto que este es el destino de las “estrellas errantes”, éste
no es el destino de los justos, de quienes se habla en Daniel 12:3
como estrellas “perpetuas”: “Los entendidos resplandecerán como
el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la
multitud, como las estrellas a perpetua eternidad”. Aquellos que son
estables en el Señor brillarán por siempre con gloria y poder como
estrellas del firmamento, como también Pablo lo confirma en 1
Corintios 15:40-43.
Judas 14-15 “De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde
Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de
millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos
los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de
todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él”.
Ésta es la profecía de juicio dada por Enoc. Judas citó ésta de El
libro de Enoc, introduciendo esta profecía a la Biblia de un libro que no
era considerado canónico. Enoc estaba profetizando que el Señor viene
para traer juicio sobre aquellos hombres impíos por causa de todas sus
obras perversas. Cuando Judas se refiere aquí a los impíos, no está
hablando de personas incrédulas. Por el contexto vemos que Judas se
refiere a hombres y mujeres que habiendo caminado una vez en la senda
62
La epístola de Judas
de justicia, se apartaron después de Dios. Judas está advirtiendo a los
creyentes del terrible juicio que espera a aquellos que, siguiendo en pos
del error, se apartan de Dios.
La Palabra de Dios sólo registra dos profecías dadas a través de
Enoc: una la encontramos aquí en Judas y la otra en Génesis 5:22, cuando
Enoc le pone por nombre a su hijo Matusalén. Proféticamente Enoc nombró
a su primogénito Matusalén, cuyo significado es: “en su muerte será el
fluir de las aguas”. Cuando el primogénito de Enoc nació, él entendió
que cuando su hijo muriera el juicio de Dios iba a ser enviado sobre el
mundo. El Señor prolongó la vida de Matusalén más que la de cualquier
hombre en la historia (969 años) para mostrarnos así Su gran paciencia y
misericordia, como dice Pedro en 2 Pedro 3:9. El año que el hijo de Enoc
murió, el Diluvio vino y destruyó al mundo.
Ambas profecías de Enoc fueron acerca del juicio de Dios.
Una fue acerca del juicio del Diluvio y la otra sobre el juicio de la
Segunda Venida de Cristo. Estas revelaciones causaron que Enoc
tuviera temor del Señor y aprendiera a caminar con Dios. Este siervo
entró en una relación tan íntima con Dios que no murió. ¡Él fue
traspuesto al cielo y así fue librado del juicio del Diluvio! De una
forma similar, nosotros necesitamos el temor de Dios obrando en
nuestras vidas. Esto puede ayudarnos para aprender a caminar con
Dios y también así escapar del juicio en la Segunda Venida de Cristo.
Judas 16 “Estos son murmuradores, querellosos, que andan
según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando
a las personas para sacar provecho”.
Aquí encontramos una descripción adicional del hombre o mujer
que empieza a desviarse del camino del Señor. Sus palabras se vuelven
cada vez más y más negativas y de crítica; pero cuando desean adular a
alguien, para obtener su propio provecho, le pueden hablar muy
positivamente. La adulación siempre quiere algo a cambio.
La epístola de Judas
63
En 1 Reyes 22:6-25, tenemos el ejemplo de un descarriado
comportándose de esta manera. En este relato vemos a un profeta
descarriado llamado Sedequías profetizando gloriosa victoria para el
malvado rey Acab. El verdadero profeta de Dios, Micaías, tenía una
revelación diferente. Él vio que Dios a propósito había mandado a un
espíritu malo para engañar al perverso Acab, para que pudiera ser destruido
en la batalla. Entonces Sedequías se acercó a Micaías, le golpeó en la
mejilla y le dijo: “¿Por dónde se fue de mí el Espíritu de Jehová para
hablarte a tí?” ¿Cómo llega un profeta a ser un falso profeta? La respuesta
es muy sencilla. Un falso profeta es una persona que alguna vez conoció
la verdadera unción y el verdadero espíritu de profecía, pero que
gradualmente se alejó del Señor hacia una falsa unción. Sedequías fue
uno de éstos. Él había conocido la unción y el espíritu de profecía, pero el
Espíritu de Dios se había apartado de él y se había ido a otro que estaba
totalmente entregado al Señor.
Miacaías no toleraba la mezcla que se estaba dando alrededor
de él manteniéndose firme con el Señor, en medio del reino corrupto
de Acab. Mientras el descarriado Sedequías se quejaba de Micaías,
adulaba al rey buscando de esta manera ganar su favor y promoción.
Los descarriados harán ambas cosas, se quejarán y adularán porque
ellos no han permanecido en la verdad y son incapaces de hablar
rectamente a las personas. Nosotros necesitamos permanecer en Cristo
de manera que no hablemos con doblado ánimo.
64
La epístola de Judas
65
La epístola de Judas
Parte 3
EXHORTACIONES A LOS FIELES
VERSÍCULOS 17-23
Ahora Judas enfoca su atención hacia los creyentes fieles, a quienes
él escribe esta carta. En los versículos 17-20, Judas se dirige a ellos como:
“Amados”. Primero él recapitula las advertencias que ya dio en los
versículos 17-19; antes de decirles como deben responder a estas
advertencias, en los versículos 20-23.
Después de advertirnos acerca de los peligros del
descarriamiento y los riesgos de la iniquidad oculta, Judas cambia su
énfasis de la advertencia a la exhortación diciendo: “Pero vosotros,
amados…” Judas creía que nosotros podemos ser librados de las
trampas del mal sí escuchamos atentamente el mensaje del Espíritu.
Pablo expresó lo mismo cuando dijo: “Pero en cuanto a vosotros,
oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que
pertenecen a la salvación, aunque hablamos así” (He. 6:9).
Aprendamos a balancear cuidadosamente advertencias serias con
exhortaciones positivas.
En su epístola, Judas inicia y concluye positivamente. Él
empieza animando antes de introducirse en su mensaje principal de
advertencia. Judas inicia afirmando que nosotros somos “preservados
en Cristo Jesús” y al finalizar su epístola él dice: “Y aquel que es
poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha
delante de su gloria con gran alegría”. Aunque el tema principal
de su carta es una seria advertencia, Judas no deja a sus lectores en
desesperación o angustia.
66
La epístola de Judas
A. RECUERDEN LAS ADVERTENCIAS DE LOS APÓSTOLES,
VERSÍCULOS 17-19
Judas 17-18 “Pero vosotros, amados, tened memoria de las
palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor
Jesucristo; los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores,
que andarán según sus malvados deseos”.
Este mensaje es muy parecido a 2 Pedro 3:3, donde Pedro
escribió que “... que en los postreros días vendrán burladores,
andando según sus propias concupiscencias”. Como se mencionó en
la introducción, Judas había leído esta carta escrita por Pedro o conocía
muy bien sus enseñanzas. Judas confirma las palabras de Pedro de que en
los últimos tiempos la gente se burlará de las cosas del Señor, especialmente
se burlarán del mensaje del juicio de Dios. Muchos se engañan a sí mismos
creyendo que no hay juicio venidero.
Una vez vi a un demonio inspeccionando la librera de un
cristiano. Él se decía a sí mismo: “Estoy contento porque el Milenio
está aquí y ya todos sus juicios han pasado”. Este espíritu malo estaba
convencido de la doctrina amilenial, la cual enseña que ya estamos
en el Milenio. Él no quería creer que el día del juicio estaba aún por
venir, cuando Satanás y todos sus demonios serán completamente
atados y echados al abismo. Él no quería creer que habría más castigo
para él, así que se engañó a sí mismo. Él estaba buscando en la librera
de este cristiano, esperando encontrar cualquier suposición que
pudiera confortarlo en su angustia.
Los descarriados hacen lo mismo. Ellos se rehúsan a pensar
acerca de los juicios venideros; de tal manera que se burlan de la idea
del juicio, engañándose a sí mismos en un intento por encontrar paz
y gozo en sus vidas de pecados. Sin embargo, los creyentes fieles
debemos hacer lo opuesto. Nosotros debemos recordar continuamente
estas advertencias y apreciarlas. Haciendo esto, el temor de Dios nos
animará y Su sabiduría nos preservará para que podamos disfrutar el
caminar con Dios en justicia.
La epístola de Judas
67
Judas 19 “Estos son los que causan divisiones; los sensuales,
que no tienen al Espíritu”.
Los apóstatas son sensuales (carnales o mundanos). El Espíritu
de Dios se ha ido de ellos y ya no pueden seguir fluyendo con los
cristianos justos, que guardan la unidad del Espíritu (Ef. 4:3). Éstos
se han apartado de la verdadera unción para seguir al espíritu del
anticristo. En 1 Juan 2:19 dice: “Salieron de nosotros, pero no eran
de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían
permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase
que no todos son de nosotros”. Debemos ser hombres y mujeres que
retengan al Espíritu de Dios. De esta manera mantendremos nuestra
posición correcta como el ejército unido y triunfante de Dios que
vencerá en estos últimos tiempos.
1 Corintios 11:19 dice: “Porque es preciso que entre vosotros
haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los
que son aprobados”. Dios usa divisiones y separaciones, no solamente
para juzgar a aquellos de espíritu erróneo, pero también, para sacar a
luz a aquellos que son aprobados por Dios.
B. FORTALECED VUESTRA FE, VERSÍCULOS 20-21
Judas 20-21 “Pero vosotros, amados, edificándoos sobre
vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el
amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo
para vida eterna”.
Este versículo muestra cómo debemos edificar una vida
piadosa. Esto requiere más que “contender por la fe”, como dice el
versículo 3 de Judas. Nosotros no debemos sólo defendernos, debemos
edificarnos en la fe de manera que estemos equilibrados. Mientras
Nehemías y sus hombres restauraban los muros de Jerusalén, usaban
sus espadas (para defensa) en una mano y sus paletas de albañil (para
edificar) en la otra (Neh. 4:17).
68
La epístola de Judas
Orando en el Espíritu es una forma importante de edificarnos. 1
Corintios 14:4 no dice que hablar en lenguas edifica y aumenta la fe del
creyente individual. Mientras oramos en lenguas, el Espíritu Santo está
orando a través de nosotros, liberando una unción mayor y una fe más
grande. Ésta es una forma importante para mantenernos alejados de la
senda del descarriado.
En el versículo 21, también tenemos la exhortación de
“conservarnos”. Vimos antes como la palabra “conservar” es una
palabra clave en el libro de Judas. Mientras el versículo 1 nos dice
que es Cristo quien nos guarda, en el versículo 21 se nos dice que nosotros
tenemos la responsabilidad de conservarnos. Al hombre se le ha dado
libre albedrío. Nosotros tenemos la responsabilidad de responder a la
gracia de Dios. Esta importante verdad debe ser enfatizada apropiadamente
para mantener un balance en la vida cristiana.
Se nos dice: “conservaos en el amor de Dios”. Juan 15:10
explica cómo podemos conservarnos en Su amor. Jesús dijo: “Si
guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor”. Debemos
recordar a los ángeles rebeldes que no guardaron los mandamientos
de Dios; y por esta razón, en lugar de permanecer en el amor de Dios,
ellos cayeron en Su ira eterna. La obediencia es la llave para
permanecer en el amor y favor de Dios.
Luego Judas, refiriéndose a la Segunda Venida de Cristo, nos
dice que estemos “esperando la misericordia de nuestro Señor
Jesucristo para vida eterna”. La palabra “esperando” también es
usada en Tito 2:13, donde leemos: “aguardando la esperanza
bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y
Salvador Jesucristo”. Él viene para mostrarnos Su abundante
misericordia. Los cristianos que están viviendo rectamente no tienen
temor de la Segunda Venida de Cristo. Los justos son tan valientes
como un león. Los creyentes justos anhelan la venida de su Desposado
Celestial; aumentando su ánimo y gozo mientras aguardan
ansiosamente Su retorno. Son los incrédulos y los creyentes no
arrepentidos los que temen el día del Juicio.
La epístola de Judas
69
C. BUSCANDO RESCATAR A LOS DESCARRIADOS,
VERSÍCULOS 22 Y 23
Judas 22-23 “A algunos que dudan convencedlos. A otros
salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con
temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne”.
Luego de decirnos cómo podemos edificar nuestras propias
vidas espirituales, en los dos siguientes versículos Judas nos dice
cómo podemos edificar las vidas espirituales de otros. Nuestra
prioridad debe ser edificar el carácter de Cristo en nuestras propias
vidas. Luego podremos edificar en otros. El fundamento de nuestra vida
debe ser estable antes de poder tener un ministerio piadoso de servicio a
otros. Hay cristianos que sobre enfatizan e “idolatran” el ministerio. El
balance apropiado es el de edificar carácter piadoso antes de edificar el
ministerio. Éste debe ser nuestro énfasis. El apóstol Pablo siempre enfatizó
primero en la vida personal del ministro antes que en el ministerio (Hch.
20:28; 1 Ti. 4:16).
Proverbios 16:32 dice: “Mejor es el que tarda en airarse que
el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una
ciudad”. La mayoría piensa que un evangelista que puede ganar una
ciudad para Cristo es una gran persona. Proverbios enseña que es
mayor proeza poder controlar nuestro espíritu, que el conquistar toda
una ciudad. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el
mundo y perdieré su alma? ¿De qué nos sirve poder brillar con
esplendor, al igual que un cometa, pero terminar descarriados y
perdidos en las tinieblas?
Desde el principio, el patrón de Dios es que nosotros debemos
edificar nuestro carácter antes que el ministerio. Entonces dijo Dios:
“Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza; y señoree…” (Gn. 1:26). Dios desea primeramente edificar
carácter en nosotros antes de decirnos “señoreen”. Esto también es
lo que Judas enseña. En los versículos 20-21, él primero anima a los
creyentes a edificarse a sí mismos; y luego los anima a alcanzar a los
que están perdidos y descarriados, versículos 22-23.
70
La epístola de Judas
El versículo 22 también puede ser traducido: “Ten misericordia
de aquel, que está dudando” como dice la traducción NAS. Cuando
ministramos a otros, Judas nos anima primero a alcanzar, con un corazón
tierno, a los confundidos y débiles quienes están en peligro de descarriarse.
¡Nosotros estamos para fortalecer al débil, después de habernos fortalecido
a nosotros mismos! Cuando el Cristo resucitado le apareció al incrédulo
Tomás, Él no lo reprendió sino que amorosamente lo animó (Jn 20:2429). Isaías, profetizando acerca de esta actitud que deben tomar los siervos
al ministrar, dijo: “No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo
que humeare” (Is 42:3).
El versículo 23 describe como alcanzar a aquellos que
deliberadamente pecan. Cuando nosotros tratamos de rescatar a los
rebeldes que van directamente al infierno, debemos tener una actitud
diferente a la mencionada en el párrafo anterior: “A otros salvad con
temor”. Debemos recordarles del terror del juicio eterno en el lago
de fuego. Pablo dijo: “Conociendo el temor del Señor, persuadimos
a los hombres” (2 Co. 5:11). Para ministrar a estos pecadores,
necesitamos tener la unción del temor de Dios y el aborrecimiento
por el pecado. El temor de Dios puede ayudarlos a desear huir del
mal y nos preserva a nosotros de ser contaminados por su forma de
vida corrupta (Pr. 16:6).
En Zacarías 3:1-5, nosotros tenemos un ejemplo de
“arrebatándolos del fuego”. En este relato, el Señor reprendió a
Satanás para que el sumo sacerdote fuera liberado de las garras de
Satanás. De este modo, él fue como un tizón arrebatado del fuego.
Cuando tratamos de rescatar a un pecador, a menudo habrá guerra
espiritual en contra de los malos espíritus que lo mantienen atado en
esclavitud a sus pecados. “Aborreciendo aun la ropa contaminada
por su carne” es la idea de mantenernos a la mayor distancia de lo
que es o parece ser malo. Esto significa evitar todo lo que guía al
pecado o aparenta ser pecado (1 Tes. 5:22).
71
La epístola de Judas
Parte 4
DOXOLOGÍA FINAL
VERSÍCULOS 24-25
Judas 24-25 “Y aquel que es poderoso para guardaros sin
caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría,
al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio
y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén”.
Ahora Judas concluye su carta con una confiada declaración de
exaltación. El cristiano no debe vivir en temor de caer en engaño y pecado;
no tiene porqué sentirse ansioso e inseguro. Es aquí donde necesitamos
discernir entre temor santo y fobia. El temor divino del Señor nos guardará
del mal; pero el temor natural, humano o fobia, nos debilita. Recuerden,
hemos escogido estar del lado del Señor, nuestra ayuda proviene del
Señor ¡que hizo los cielos y la tierra!
Como ya vimos en Judas 1, el Señor es capaz de guardarnos
de tropezar o caer. Al final de su carta, Judas nos regresa nuevamente
a esta verdad, para animarnos a correr nuestra carrera cristiana con
coraje, confianza y fortaleza. “Y corramos con paciencia la carrera
que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y
consumador de nuestra fe” (He. 12:1b-2a).
Al igual que un corredor puede distraerse y tropezar si voltea
a ver a los demás atletas a su alrededor, Judas quiere que mantengamos
nuestra vista enfocada en la meta final, en el fin de nuestra carrera.
Nosotros sí podemos ser presentados “sin falta delante de su Gloria
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con gran gozo”. La idea de ser presentados sin falta delante de Dios nos
recuerda cuando Ester tuvo que ir y presentarse ante el rey en su trono.
Ella tenía temor, pues sabía que a menos que el cetro de oro le fuera
extendido en misericordia, perecería. Sin embargo, cuando Ester se
presentó ante el rey vestida con sus ropas reales, él la vio sin falta como
su reina escogida.
En una forma similar, cuando lavamos nuestras vestiduras en
la Sangre del Cordero y somos vestidos con Su Justicia, podremos
acercarnos al Señor como Su Novia santa y sin mancha (Ap. 19:7-8).
Ésta es la confianza que tenemos para aquellos que caminan
rectamente. Judas nos anima a que nos acerquemos confiadamente
al trono de gracia, con gran gozo!
En el versículo 25, Judas termina su carta atribuyendo a Dios
gloria eterna, majestad, dominio y poder. Pablo, de la misma forma,
también concluye su carta a los romanos con una nota de admiración
y alabanza cuando les escribe acerca del plan de salvación de Dios:
“¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de
Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus
caminos!... Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él
sea la gloria por los siglos. Amén” (Ro. 11:33-36).
En la medida que nosotros entendamos las obras de Dios y
las sigamos, así veremos más de Su gloria, sabiduría y poder.
¡Delante de este glorioso Dios, fijemos nuestros corazones en fe,
obediencia y alabanza!
La epístola de Judas
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