“2013 – AÑO DEL BICENTENARIO DE LA ASAMBLEA GENERAL CONSTITUYENTE DE 1813” Senado de la Nación Secretaria Parlamentaria Dirección General de Publicaciones VERSION PRELIMINAR SUSCEPTIBLE DE CORRECCION UNA VEZ CONFRONTADO CON EL ORIGINAL IMPRESO (S-1699/13) PROYECTO DE LEY El Senado y Cámara de Diputados,... ARTICULO 1º - Dispóngase la construcción de un monumento en memoria de María Remedios del Valle, en reconocimiento por su trascendente protagonismo en la lucha por la independencia de la República Argentina. ARTICULO 2º - La construcción del mismo deberá estar a cargo de escultores argentinos, para lo que se llamará a concurso público de proyectos a ese efecto. ARTICULO 3º - El Poder Ejecutivo, por intermedio de la Secretaría de Cultura de la Nación, dictará la reglamentación pertinente para su trámite y la designación del jurado respectivo. ARTÍCULO 4º - Los gastos que demande el cumplimiento de la presente ley, serán imputados al Presupuesto de la Administración Nacional, en la partida que corresponda. ARTICULO 5º - Comuníquese al Poder Ejecutivo. Ada Iturrez de Cappellini FUNDAMENTOS Señor presidente: A los 60 años, esta heroína negra era una indigente que vendía pastelitos. El país había olvidado que fue la única mujer admitida por el Gral. Belgrano en su ejército y que le había conferido el grado de capitana por su arrojo y valor. La Argentina tiene dos padres: San Martín y Belgrano, pero también tiene una madre: María Remedios del Valle, ausente e ignorada gracias a la burocracia política y a plumas como las de Bartolomé Mitre, que no podían permitir que una mujer reuniera la condición de madre y de soldado, heroína y negra, benemérita y pobre, todo a la vez. “2013 – AÑO DEL BICENTENARIO DE LA ASAMBLEA GENERAL CONSTITUYENTE DE 1813” La heroína no sabía nada de Mitre cuando, durante las invasiones inglesas, decidió guardar las mochilas de los soldados del Cuerpo de Andaluces que necesitaban aligerar la marcha hacia los Corrales de Miserere. Tampoco el 6 de julio de 1810, cuando se sumó, junto a su marido y sus dos hijos, a las filas del Ejército Auxiliar del Norte, donde hizo cuanto pudo y le dejaron. El 23 de septiembre de 1812, en la víspera de la Batalla de Tucumán, se presentó ante el Gral. Belgrano y le suplicó que la dejara asistir a los heridos que se amontonaban en las primeras líneas. Belgrano se negó: el campo de batalla no era cosa de mujeres. María Remedios del Valle actuó en la retaguardia desafiando las órdenes del General. Pronto se convirtió en leyenda entre la tropa, que comenzó a llamarla la Madre de la Patria. Belgrano terminó cediendo: fue la única mujer admitida en su milicia. María Remedios perdió a su marido y a sus hijos bajo las balas enemigas, pero se destacó en las batallas de Salta, Vilcapugio y Ayohuma. Tras la derrota, cayó en manos españolas, tenía seis heridas de bala en su cuerpo y fue azotada en público durante nueve días. Sobrevivió al castigo y burló el cerco, para volver a pelear, aún cuando no eran tiempos para que las mujeres se les atrevieran a las armas. Hace doscientos años era noticia que un grupo de mujeres donara fusiles, pero no empuñarlos. Por eso “desahogaban su patriotismo” comprando fusiles y suplicaban “que manden grabar su nombre en el fusil que costean”. Eso pidieron Mariquita Sánchez de Thompson, Carmen Quintanilla de Alvear y otras mujeres paquetas, cuyas historias perduran hasta nuestros días. Cuando la revolución triunfó, no se supo más nada de ella. Era apenas un mito. Un mito andrajoso, encorvado y mendicante, que ofrecía pastelitos en lo que es hoy la Plaza de Mayo, pobre de toda pobreza, con 60 años y con más arrugas de las que pudiera contar. En ese momento fue reconocida por el Gral. Juan José Viamonte, quien no podía creer lo que veía, instándola a que presentara un pedido de pensión para dejar de mendigar. María Remedios presentó su pedido. El 11 de octubre de 1827, los diputados de la Junta de Representantes de la Provincia de Buenos Aires lo trataron. Según las actas de la sesión, la llamaron “una heroína”, una”mujer de mérito que no merece que olviden sus servicio”, entre otros calificativos halagüeños. Pero se olvidaron durante nueve meses. “2013 – AÑO DEL BICENTENARIO DE LA ASAMBLEA GENERAL CONSTITUYENTE DE 1813” Finalmente, los diputados votaron el otorgamiento de una pensión de $30.- desde el mismo día que la había solicitado. Para tener una idea de lo exigua que era esa cifra, vale precisar que una lavandera ganaba $20.-, la libra de aceite costaba $1.45, la de carne $2.- y la de yerba $0,70. A María Remedios le otorgaron un peso por día. Murió sola el 8 de noviembre de 1847, después de haberse cambiado el nombre por el de Remedios Rosas, en agradecimiento al entonces gobernador Juan Manuel de Rosas, quien la había ascendido a Sargento Mayor en 1829. Cabría agregar a lo señalado, que María Remedios del Valle fue víctima de una triple discriminación: por ser pueblo, por ser mujer y por ser negra. Por los fundamentos expuesto, solicito a mis Pares me acompañen en la sanción del presente proyecto. Ada Iturrez de Cappellini