El control de las prensas: hacia la construcción de una imprenta propia. Alba de la Cruz Redondo La edición española del siglo XVIII se caracterizó por un férreo intervencionismo real, especialmente a partir de la segunda mitad, durante los reinados de Carlos III y Carlos IV. Los principales centros de impresión del periodo están directa o indirectamente relacionados con el poder. Esto es así porque el monarca ha descubierto que, inundando el mercado con obras que satisfagan todos los gustos, puede ejercer un mayor control sobre la naciente opinión pública, sin necesidad de basar su vigilancia estrictamente en el aparato censor. Por su parte, las imprentas encuentran en el monarca un apoyo y una protección que las hace mantenerse estables y poder abordar empresas más arriesgadas que el resto. Una relación fructífera para ambas partes, aunque polémica dentro del gremio, por los inconvenientes que puede ocasionar a aquellos que quedan fuera de la red. Ese binomio imprenta-poder es la principal conclusión que pudimos extraer en el trabajo de investigación, donde realizamos un primer acercamiento a la cuestión. Gracias a ello tenemos ahora un “punto de partida” para la realización de una tesis en la que el control de las prensas por parte del monarca y la gestación simultánea de una oficina tipográfica propia, la Imprenta Real, como culminación a este proceso, serían el elemento vertebrador, pero donde también tendrán cabida otra serie de cuestiones que consideramos de vital importancia y que pueden verse como innovadoras en lo que ha sido hasta ahora el tratamiento del tema. La amplia formación de los impresores, que nos hace verlos como personajes activos en el mundo de la cultura, llevando a cabo iniciativas que no responden sólo a un interés empresarial, sino a sus propias inquietudes intelectuales; el hecho de que las imprentas se convirtieran en lugares de interacción sociocultural, que hace de ellas verdaderas instituciones del conocimiento; el papel fundamental que juega la familia y el entorno en la evolución y desarrollo de las imprentas, atendiendo especialmente al relevo generacional, la participación de las viudas y la interacción que se produce entre unos y otros maestros, o la comparación de la relación entre los intelectuales y el poder en la Ilustración francesa con el caso español, son algunas de esas cuestiones, pero es tal la complejidad de esta enmarañada red del mundo de la impresión, que las posibilidades y vías de estudio son, afortunadamente, infinitas.