IMPOTENCIA Y FRIGIDEZ 55 ¿Hasta en qué instante están hembra y varón en iguales cir cunstancias? Creo que esta pregunta es interesante porque el IMPOTENCIA Y FRIGIDEZ tratar de contestarla nos hace ver más claramente. Ante todo José Rubio. por lo tanto de una historia personal y de otra impersonal. La personal es previa al primer encuentro. Con la interpersonal se empieza la historia de la pareja que puede ser duradera o fugaz. dos fenómenos esencialmente diferentes y no correspondientes, Eigentum des Erich Fromm Dokumentationszentrums. Nutzung nur für persönliche Zwecke. Veröffentlichungen – auch von Teilen – bedürfen der schriftlichen Erlaubnis des Rechteinhabers. Propriety of the Erich Fromm Document Center. For personal use only. Citation or publication of material prohibited without express written permission of the copyright holder. Tratar estos dos temas juntos no significa paralelismo alguno, sino el intentar modificar lo tradicionalmente acostumbrado. Ge neralmente se piensa que el segundo es el correspondiente feme nino de la condición patológica masculina. No creo tal cosa. Son tenemos que preguntarnos qué ha acercado a la pareja. Entra mos aquí al elemento histórico del ser humano. La historia de la pareja define la naturaleza de su relación. Podemos hablar idea que debemos sentar básicamente. Esta diferencia parte de un hecho anatómico-fisiológico no de presencia en uno y ausen cia en la otra de "algo", sino sencilla y llanamente de diferencia. Decir que lamujer carece de algo es ya sentar un prejuicio valorativo. Por lo tanto tengo a exponer dos temas. Donde conflu yen hombre y mujer es en la diserosia. Ambos pueden ser aneróticos, hipoeróticos o hipereróticos. Impotencia Muchos han querido ver en la exclusividad de la presencia ana tómica del pene y en su vulnerabilidad fisiológica, un peldaño más en una escala ascendente que hace superior al varón. Esto ha ocasionado mucha confusión pues el hombre ha festejado rui dosamente el triunfo de su fisiología peneana, tanto más cuanto La primera, desde luego, matizará la segunda y quizá la de termine. Por lo tanto, teniendo en cuenta su historicidad, puede flanquear la pareja limpiamente los niveles sexuales biológicos más primitivos, sin llegar a los aspectos más evolucionados del ágape en el sentido de Nygren, o sea el considerar a la pareja no como objeto sino como persona. En el ágape hay elementos histórico-interpersonales. En el nivel sexual-biológico, única mente hay elementos histórico-personales, aunque se rjueda dar un paso más y convertirse en interpersonales y tal vez llegar al ágape. Tendríamos una escala de valores pero sólo si nos referi mos a la humanización de lo genital. Así toda consideración de categorías anatómico-fisiológicas quedan hechas a un lado, ya que nuestros valores son otros. mayor temor ha tenido al fracaso. El hombre ha buscado inútil mente el paralelo femenino de su erección y no lo ha encon trado. Volviendo a la pregunta de la igualdad de circunstancias de hombre y mujer, formulada en el párrafo IV la respuesta sería "hasta que uno de los dos abandone su actitud biológica exclu Una cosa es la capacidad de goce orgástico y otra los niveles anatómicos fisiológicos para lograr la potencia. Si negué la co rrespondencia entre impotencia y frigidez me basé en un hecho: que lacapacidad orgástica puede existir en el varón sin ingurgi tación eréctil de los plexos isquio y bulbocavernosos. No es ne cesaria la erección peneana para el orgasmo. Por lo tanto basta simplemente con hacer a un lado la actitud del varón frente a la erección para que comprendamos mejor el problema. Lo único siva y pase a lo interpersonal". Es entonces cuando lo humano se presenta. Pero ¿hasta qué punto lo biológico puede tener carac teres no humanos? Al hablar de lo humano me refiero a lo que más se acerca a la esencia de lo que es el hombre y desde lue go más cerca están los niveles de realización de lo genital hacia el amor. En los primeros niveles se roza y mucho con los me ramente biológicos. Ló humanó se presenta al máximo, al reali zarse la fusión mística del ágape. que festeja el hombre es el triunfo de su responsabilidad fisio lógica: la erección. A ésta naturalmente hay que añadir el com ponente "eyaculación" para que el proceso de potencia esté completo y llene los requisitos que la definen. Pero hay otro hecho que influye mucho en la fisiología de'la erección y son los conceptos axiológicos de la sexualidad frente a' ese fenómeno. Rubio, J., 1973: Impotencia y frigidez, in: Revista de Psicoanálisis, Psiquiatría y Psicología, México (No. 2/3, 1973), pp. 54-60. Esta exclusividad anatomofisiológica del varón si es tan vul nerable es por su esencia humana, ya que su estructura es repre sentativa del hombre mismo, como todo acto humano. Dicho más sencillamente tiene una vertiente psíquica y otra somática. Lo psíquico tiene componentes socio-culturales y por lo tanto históricos. Ocupémonos de esta última vertiente como psicólogos que somos. Lo histórico-personal visto desde el mirador científico, entra Eigentum des Erich Fromm Dokumentationszentrums. Nutzung nur für persönliche Zwecke. Veröffentlichungen – auch von Teilen – bedürfen der schriftlichen Erlaubnis des Rechteinhabers. en el quehacer de las ciencias histórico-culturales en el sentido Propriety of the Erich Fromm Document Center. For personal use only. Citation or publication of material prohibited without express written permission of the copyright holder. IMPOTENCIA Y IMPOTENCIA Y FRIGIDEZ 56 de Dilthey cuyos acaeceres objeto de la ocupación científica, son imprevisibles por tener como sustrato motivaciones humanas y dentro de éstas caería la interacción de las estructuras socio- culturales y el hombre. Entre ellas el concepto valorativo de la potencia viril, considerada como atributo de fuerza y superio ridad agresiva sobre la mujer, es el que más ha influido. Lo que no es más que una correspondencia anatomofisiológica ha sido vivido por el hombre como un valor de superioridad. De ahí, su vulnerabilidad. Se forma por lo tanto un resquicio por el cual se filtran las emociones conscientes o inconscientes perte necientes a la vertiente histórico-personal causando la disarmo nía funcional vivida y realizada como impotencia. Esta es, por lo tanto, la manera como el hombre vive la tragedia de su po sición única de ser, que recuerda y planea su historia. Es en este resquicio aquileano donde actúa la psicodinamia sobre la determinación de la impotencia. La teoría y la experiencia clínica nos han enseñado^ que las inhibiciones sexuales son síntomas frecuentes en las más diver sas neurosis. Puede manifestarse desde la más leve timidez has ta una impotencia completa. La inhibición puede deberse a una falta de interés o antipatía consciente o inconsciente hacia lo sexual. La inhibición puede lesionar a la sexualidad en su totalidad o sólo a una parte de ella, por ejemplo la sensualidad al placer orgástico, o a ciertos rasgos ya totales o parciales de la pareja sexual, que generalmente tienen relación con experiencias in fantiles que los determinaron, como temores o circunstancias específicas. Una actitud femenina masoquista o extremadamente pasiva, puede provocar una respuesta de impotencia en el varón, así como una actitud agresiva o sádica de éste, despertar una res puesta de frigidez en ella. Esta aseveración para mí no implica correspondencia sintomática de iguales niveles patológicos. Si existieran habría una típica simbiosis sexual. En cuanto al miedo del varón frente al sexo que puede sen tirlo peligroso, es mantenido y asegurado por una respuesta fí- FRIGIDEZ 57 sica de inhibición de los reflejos fisiológicos. Así la impotencia viene a ser una alteración fisiológica que nace de una actitud defensiva del yo para evitar la realización de una manifestación proveniente del ello. Se entiende que la parte del yo que rea liza esta acción defensiva es inconsciente, en el cual hay compo nentes del miedo a la castración correspondiente al Edipo o temor intenso a la mujer expresado orínicamente con la terrible imagen de la vagina dentata. También puede haber temor frente a la propia excitación si ésta va ligada a sentimientos de culpa y de peligro estructu rados frente a represiones muy intensas de la infancia. Es fácil mente comprensible que cada vez que reaparezca la culpable excitación, se genere su propia desaparición a través del superyó fiscalizante. Siendo que la persistencia de los fines sexuales in fantiles es una de las características de la neurosis, según Freud, la impotencia en sus diversas manifestaciones podría ser un ele mento constante en la neurosis. Sin embargo, encontramos con extraordinaria frecuencia personas intensamente perturbadas y destruidas cuya función sexual está intacta. En Tres contribuciones a la teoría del sexo, Freud afirma que el complejo nuclear de la sexualidad infantil es el comple jo de Edipo y en los casos más sencillos y típicos, la impotencia se basa en la persistencia de un vínculo sensual inconsciente con la madre. En un plano superficial ningún vínculo sexual es completamente atractivo, a causa de que la pareja no es nunca la madre, pero en un plano más profundo, todo vínculo sexual tiene que ser inhibido por cuanto toda pareja representa a la madre. Según Maxim Steiner, citado por Fenichel, "el hombre que tiene una inconsciente orientación femenina, puede estar rehu yendo la realización de sus funciones sexuales también por cau sa de la angustia y la identificación femenina desempeña un papel importante en la psicogénesis de los casos más pertinaces de impotencia". "Esto no quiere decir —continúa Steiner— que la homosexualidad reprime la heterosexualidad, sino que los mismos factores que originan la homosexualidad en el hombre, lo hacen también impotente frente a las mujeres." Edmund Bergler en su libro La impotencia psíquica en el hombre, declara que "el repudio de todos los otros fines sexua les infantiles temidos, es decir de las fantasías pregenitales, pue de conducir también, indudablemente, a la impotencia*' (cit. p. Fenichel). Hay, como bien se sabe, diversos grados de impotencia: la ocasional, que puede ser total o parcial, y la total y crónica o Rubio, J., 1973: Impotencia y frigidez, in: Revista de Psicoanálisis, Psiquiatría y Psicología, México (No. 2/3, 1973), pp. 54-60. 58 IMPOTENCIA Y FRIGIDEZ absoluta. Ésta, como se supondrá, por lo general, es la más difícil de superar. Según Abraham, la forma de impotencia que se presenta por eyaculación precoz constituye una perturbación más seria que la incapacidad de lograr erección, pues francamente representa un grave rechazo a la mujer, estructurado sobre una patología muy profunda. Se señala que la eyaculación retardada tiene más bien sín Eigentum des Erich Fromm Dokumentationszentrums. Nutzung nur für persönliche Zwecke. Veröffentlichungen – auch von Teilen – bedürfen der schriftlichen Erlaubnis des Rechteinhabers. Propriety of the Erich Fromm Document Center. For personal use only. Citation or publication of material prohibited without express written permission of the copyright holder. tomas conversivos. Yo más bien diría que es una manifestación montada sobre una hipoerosia por problemas personales inconscientes que pue den conscientemente atribuirse a una pretendida falta de estí mulos excitantes provenientes de la mujer dando así una com prensión lógica al fenómeno, aunque no racional. Frigidez IMPOTENCIA Y FRIGIDEZ 59 rante el periodo fálico, y básicamente en el pensamiento psicoanalítico tradicional al igual que en la impotencia, la persisten cia del complejo de Edipo. La teoría de la exageración de la erogeneidad del clítoris se ha venido abajo como sabemos con las investigaciones de Masters y Johnson. Como en la impotencia, hay gradaciones similares. La va riante exclusivamente femenina del vaginismo, es indudable mente el síntoma equiparable a la impotencia. El paralelismo no puede ser más evidente. Existe una disfunción que impide la cópula y la correspondencia es perfecta. En un caso hay intento de penetración. En el otro impedimento a dicha penetración los medios anatómicos se corresponden a la inversa. Las cosquillas en la mujer, más que en el hombre, tomadas como frigidez, pueden ser la respuesta adecuada a una actitud torpe e inadecuada del varón. La observación nos enseña que éste debe ir descubriendo la sensibilidad de su compañera to mando contacto con las zonas corporales menos erotizadas al Con gran frecuencia se habla de frigidez sin que ésta exista. Muchas veces no se trata más que de una falta de conocimiento por parte de la pareja masculina —a veces los más elementa les— de la naturalez anatómica, fisiológica y psicológica de la sexualidad de la mujer. Se interpreta como frigidez la respuesta adecuada de la mu jer, frente a la torpeza de un hombre narcisista e impreparado. Se interpreta como frigidez el rechazo de la mujer a caricias que no le producen más que sensaciones de cosquillas. Se inter preta como frigidez, en fin, el rechazo a unas relaciones sexuales que no prometen más que el sentirse usadas como objetos y no como seres humanos que comparten la experiencia del orgasmo y del ágape. Si a esto me refiero, es para recalcar el papel decididamen principio, para ir avanzando poco a poco hacia las más cargadas te instructor que tenemos en este sentido. Sin la menor duda ductivo-amorosa. debe haber una información amplísima y detallada. Por otra parte, a todos es dado encontrarnos con personas que tienen sobrada razón para presentar las manifestaciones pa tológicas objeto, de. esta exposición y no las padecen. Factores constitucionales, caracterológicos y desconocidos cambian total mente las respuestas individuales por lo que es poco útil tratar de esquematizar la psicodinamia de la frigidez. Cada caso lleva en su individualidad lo diferente y personal que lo hace único, aunque siempre montado en una orientación caracterológica im productiva. Lo personal puede ser rechazado de la propia femi nidad, temor al embarazo, agresividad y odio hacia el hombre manifestados por actitudes castrantes, superego fiscalizante, en vidia del pene, exageración de la erogeneidad en el clítoris du- en ese sentido, teniendo el talento de llevar el tempo interno femenino de excitación sexual para poder franquear los dife rentes estratos a su debido momento. Si comete el error de pa sar de una a otra fuera de tiempo, la mujer responde al estí mulo con una sensación de cosquillas a manera de defensa. Es comprensible que hombres inseguros o mal informados tomen por rechazo total a un rechazo parcial y normal como éste. Así como una solución irracional de la condición de separa- tidad del ser humano puede resolverse a través de estados or giásticos entre ellos la experiencia sexual (c. p. Fromm El arte de amar, pág. 23) también puede resolverse a través de la unión amorosa auténtica y trascendente del ágape, producto de toda una evolución que ha llevado al hombre a la orientación pro- No quiero terminar sin referirme a la categoría ética de la manifestación de potencia en el hombre y el grado de goce sexual de la mujer que pienso van avalados por el grado de desarrollo humano del ser que lo experimenta. Resumen 1. La frigidez no es la correspondiente femenina de la impo tencia en el varón, sino el vaginismo. 2. El identificarles es un error conceptual de la esencia de esos fenómenos que son radicalmente diferentes. 3. El temor del hombre frente a la responsabilidad fisiológica de la erección lo ha determinado el valor que le da, y ha in- Rubio, J., 1973: Impotencia y frigidez, in: Revista de Psicoanálisis, Psiquiatría y Psicología, México (No. 2/3, 1973), pp. 54-60. 60 IMPOTENCIA Y FRIGIDEZ fluido haciendo posible su inhibición a través de factores his térico-personales sobre los histórico-interpersonales. 4. Si en lo sexual se quiere hablar de valores, únicamente puede referirse en función con el grado de desarrollo humano que DEPRESIÓN Y ANSIEDAD: CORRELACIÓN DE ASPECTOS BIOQUÍMICOS-CLÍNICOS Y ALGUNAS REFLEXIONES SOCIALES DEL PROBLEMA logre. 5. En el psicoanálisis tradicional la impotencia tiene por núcleo un Edipo no resuelto o conflictos neuróticos entre el yo y Introducción Eigentum des Erich Fromm Dokumentationszentrums. Nutzung nur für persönliche Zwecke. Veröffentlichungen – auch von Teilen – bedürfen der schriftlichen Erlaubnis des Rechteinhabers. el ello. Propriety of the Erich Fromm Document Center. For personal use only. Citation or publication of material prohibited without express written permission of the copyright holder. Alejandro Córdova. 6. La frigidez muchas veces no existe. Con frecuencia se trata de diagnósticos superficiales. 7. Tanto la impotencia como la frigidez pueden tener motiva ciones psicógenas que tienen que estudiarse individualmente. Siempre están montadas sobre una orientación caracterológica improductiva. 8. Ciertas respuestas inadecuadas tanto por parte del hombre como de la mujer pueden ser mecanismos de defensa a esti mulaciones de zonas eróticas fuera del tempo interno indivi dual y constitucionalmente estructurado, el cual debería ser conocido como parte del cotidiano asombro del descubrimien to de la pareja amorosa. En los últimos años el perfeccionamiento de las técnicas de laboratorio en el estudio de la bioquímica del sistema nervioso central y el amplio uso de los psicofármacos han permitido ob tener una serie de datos que arrojan luz sobre los procesos neurobioquímicos relacionados con la afectividad, especialmen te la depresión y la ansiedad. Aunque existen algunos hechos contradictorios entre los ha llazgos experimentales de laboratorio, la respuesta a ciertas dro gas y algunas observaciones clínicas;50' »• «*•B3 la mayoría de los investigadores se inclinan por la teoría que sostiene que la base orgánica de las alteraciones de la afectividad (ansiedad y de presión) se debe a una alteración en el metabolismo de las ca- tecolaminas. Esta idea se ha visto reforzada por la observación de que algunos psicofármacos modifican el afecto a través de un mecanismo bioquímico en el que intervienen alteraciones de estas aminas, especialmente la noradrenalina.14- 25> 28« 4°.41. *.« Del material aportado por los investigadores en el campo de la bioquímica de la afectividad, se desprende que la mayoría de todas las formas de depresión se encuentran asociadas con una disminución o falta de catecolaminas, especialmente nora drenalina, en determinadas regiones del cerebro, en tanto que la ansiedad (excitación) estaría producida por un exceso de es tas aminas.3 Aspectos bioquímicos de las catecolaminas Las catecolaminas se denominan así por entrar en su composición una estructura cíclica llamada catecol. Comprenden los siguien tes compuestos: adrenalina, noradrenalina, 3-4 hidroxifenilala- nina (DOPA), 3-4 hidroxifeniletinamina (dpamina), isopropilnoradrenalina y algunos otros compuestos metilados derivados del metabolismo de estas substancias.1'2- 44>46 El organismo sintetiza las catecolaminas a partir de un ami noácido esencial, la fenilalanina, que, por hidroxilación, se con vierte en tirosina, otro aminoácido esencial que, hidroxilado a su vez, pasa a DOPA, la cual, al ser descarboxilada, se convierte Rubio, J., 1973: Impotencia y frigidez, in: Revista de Psicoanálisis, Psiquiatría y Psicología, México (No. 2/3, 1973), pp. 54-60.