los fundamentos lección 9

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LOS FUNDAMENTOS DE LA VIDA CRISTIANA
LECCIÓN No. 9
“La sangre de Jesús” (Parte dos)
18 de junio de 2010
a) Escrituras clave.
Juan 6:53-57.
1 Juan 1:7.
Hebreos 9:11-28.
Levítico 17:11.
1 Pedro 1:18-20.
b) Cómo afecta la sangre de Jesús nuestra vida diaria.
1. Victoria sobre rebelión.
En el jardín de Getsemaní Jesús oró:
“No se haga mi voluntad, sino la tuya.”
La tensión de la muerte era tan fuerte sobre Él que los vasos sanguíneos de su cara se rompieron,
se mezclaron con su sudor y cayeron al suelo grandes gotas. Aquella sangre derramada en el jardín
habla de una redención particular, es decir, redención de rebelión —ejercitar nuestra voluntad contra
la voluntad de Dios— hacer “nuestra propia cosa” y todas sus consecuencias horrorosas. Desde
Adán la raza humana ha insistido en hacer su propia voluntad y pisotear la voluntad de Dios. A veces
la gente intenta guardar su voluntad en su propio poder, según la ley, pero no tienen ningún poder.
Cuando Jesús pronunció la oración del sumo sacerdote: “No se haga mi voluntad, sino la tuya”, oró
en nuestro lugar, tal como lo hace un sacerdote, representando a la gente ante Dios. Al orar aquella
oración derramó su sangre para redimir nuestra voluntad para que nosotros también podamos decir:
“No se haga mi voluntad, sino la tuya”.
2. Jesús derramó su sangre a través de la corona de espinas.
La espina era un símbolo de la maldición de Dios sobre el pecado (Génesis 3:18). Era apropiado
para Jesús cuando estaba sufriendo en la cruz por nuestra redención de la maldición del pecado,
llevar en su frente el símbolo de esa maldición, es decir, la corona de espinas (Mateo 27:29). Y de
esa manera indicó que llevaba la maldición en sí mismo. La sangre derramada habla de redención de
la maldición del pecado.
3. La sangre de sus azotes o latigazos.
Esta sangre fue derramada de la espalda de Jesús. Isaías 53:5 dice que por estas llagas o heridas
(de los latigazos) somos sanados. Esta es una sanidad total para espíritu, alma, mente y cuerpo;
incluso nuestras actitudes y relaciones. Enfermedad y aflicción son el resultado del pecado, pero la
sangre de Jesús nos redime de la maldición de ese pecado.
4. La sangre de Jesús fue derramada en la cruz del calvario.
Los clavos en las manos y pies de Jesús que le sujetaron a la cruz, derramaron sangre que era, y
es, suficiente y suficientemente poderosa como para salvarnos y redimirnos eternamente del pecado
y la condena de Dios en él (Romanos 8:1-2; Efesios 2:8, 9, y 13).
c) Preguntas y puntos de discusión.
1. ¿Por qué Jesús necesitó aguantar tanto, durante un período de veinticuatro horas, antes de finalmente
entregar su vida? Discútelo.
2. ¿Qué crees que estaba experimentando Jesús en el jardín de Getsemaní y por qué? (Lucas 22:39-46).
3. En el huerto del Edén ¿qué usó Dios para satisfacer (expiar) el primer pecado del hombre (Génesis
3:21).
4. ¿Por qué instituyó Jesús el beber de su sangre simbólicamente en la Cena del Señor? (Juan 6:53-57).
d) Resumen y aplicación.
1. La sangre de Jesús es efectiva para nuestra vida diaria y nos pone en condiciones para servir a Dios
fructíferamente, con la conciencia limpia, y con la paz de Dios rigiendo en nuestro corazón.
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