8 ■ paranj nfo Martes, 17 de febrero, 2009 MÁS CERCA SALVADOR SALORT PROFESOR TITULAR DE HISTORIA E INSTITUCIONES ECONÓMICAS DE LA UA Si fuera posible hacer la suma de economía e historia, sin duda, el resultado se personificaría en la figura de Salvador Salort y, concretamente, en su último libro, «Vivir y morir en Alicante. Higienistas e inversiones públicas en salud (1859-1923)». Fervoroso defensor de la sanidad pública y, sobre todo, del Estado del bienestar, en su obra trata de reivindicar la solidaridad interpersonal e intergeneracional. “ «La muerte nos iguala a todos pero llegar a ella sigue siendo desigual» ISABEL RAMÓN MARÍA POMARES ¿Por qué hay que leer «Vivir y morir en Alicante»? Uno siempre escribe un libro por algo, y yo lo hice para reivindicar la solidaridad interpersonal y para que los ciudadanos seamos conscientes de que los esfuerzos que hacemos con nuestros impuestos deben ser bien gestionados para ofrecer escenarios de bienestar. Por otro lado, los alicantinos deberían leerlo para conocer a los higienistas a los que les debemos mucho y a los que no se les ha rendido el tributo que se les debe. Destaca la incidencia de las inversiones públicas en la salud… Sí, las inversiones del Ayuntamiento y de la Junta de Obras del Puerto fueron mejorando la salud y la salubridad y, en definitiva, hicieron pasar de un escenario sombrío hasta finales del siglo XIX a otro en el que el Ayuntamiento liberal clásico empieza su singladura hacia un municipio providencial. En definitiva, el libro trata de la Hacienda local aplicada a la salud, que sigue siendo el principal indicador del bienestar de las personas. ¿Y cuál sería la salud de la sociedad de hoy? Bueno. Ahora bien, todo se puede mejorar y la salud también. Los problemas de subsistencia han desaparecido, pero las contingencias que pueden hacer llegar a las personas a perder o a recuperar la salud siempre necesitan de nuevos modelos, de mejores inversiones y de mejor atención. No tengo nada en contra de la sanidad privada, pero creo que en el sistema de salud público y, a mi juicio, debería haber más intervención pública. La salud no es un negocio, es un derecho y, como tal, debe ser reconocido, respaldado y alentado por los poderes públicos. En contra de una hipótesis bastante extendida, dice que la repercusión de los progresos de la medicina en el desplome de la mortalidad es insostenible. ¿Siempre le gusta llevar la contraria? Ése es un factor al que se le ha dado bastante importancia, pero hoy casi todo el mundo está de acuerdo en que hay que relativizarlo. Sólo desde el momento en que la renta de la población llegó a un cierto nivel es cuando los avances médicos pudieron ser accesibles para todos. La muerte nos iguala, pero llegar a la muerte todavía sigue siendo desigual. ¿La salud sí tiene precio? La salud tiene un precio, pero los poderes públicos tienen la obligación de El profesor Salvador Salort acaba de publicar su libro «Vivir y morir en Alicante. Higienistas e inversiones públicas en salud (1859-1923)» “” Las autonomías han aprendido muy pronto el papel jacobinista “” Tras la crisis, seguiremos con un modelo capitalista, pero más regulado que pueda ser pagado por la inmensa mayoría de la población. En la polémica entre optimistas y pesimistas sobre los efectos de la revolución industrial, se declara pesimista… Me declaro pesimista porque las consecuencias de los primeros años fueron negativas para la clase trabajadora. Ahora bien, a largo plazo, benefició a todo el mundo y, en ese sentido, sí sería optimista. Los estudios de los optimistas están hechos sobre las rentas nominales de las personas y el universo que se ha podido investigar es corto. Además, si no se saben los niveles de inflación, es imposible saber cuál era la capacidad adquisitiva. Y, respecto a la situación económica actual, ¿dónde se posiciona? No soy un economista, soy un historiador económico y un ciudadano que contempla con preocupación lo que está pasando, pero me parece que puedo estar razonablemente esperanzado. No sé cómo saldremos, pero lo cierto es que el modelo va a ser nuevo. Creo que seguirá siendo un modelo capitalista, pero más regulado. ¿La financiación local es la asignatura pendiente de España? Los ayuntamientos salen perdiendo por el lado de los ingresos y por el de los gastos, ya que están haciendo una labor que no les corresponde por competencias, pero que no pueden eludir. No tienen una voz propia y no existe un poder municipal fuerte, y eso se explica porque no tienen suficiente capacidad de presión. Las autonomías han aprendido muy pronto el papel jacobinista que antes desempeñaba sólo el Gobierno central. La solución pasa por que el Gobierno ceda impuestos a los ayuntamientos, pero para siempre. ¿La actual crisis puede herir de muerte al Estado del bienestar? Se habla mucho de la crisis del Estado de bienestar porque hay fuerzas interesadas en hacernos llegar a la conclusión de que es insostenible, pero están equivocados y, además, los que somos sus fervientes partidarios vamos a hacer lo posible para que lo estén. Y, si así fuera, ¿supondría el fin de la socialdemocracia? Perdería uno de sus principios de identidad más fundamentales si no pudiera evitar su desmantelamiento o si no supiera sustentarlo, aunque fuera reformado. ¿Qué queda de aquel joven que quería ser director de cine o presentador? Bueno, en mis clases, me estoy realizando como presentador y como guionista. La docencia, en cierta medida, es una tarea de representación, aunque no el sentido histriónico. ¿Y el público se cree la función? Sí, creo que sí porque, aunque no me aplauden, la relación personal con los alumnos es buena y los resultados también. En corto Nacimiento: 6 de febrero de 1947, en Els Poblets. Titulación: Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Valencia y doctor en Economía por la UA. Estado civil: Soltero. Aficiones: Leer, el cine, la música y andar. Ultimo libro leído: «Vida y destino», de Vasili Grossman. Última película que ha visto: «El intercambio». Banda sonora de su vida: La de «Amarcord» y «L’amitié». ¿Cómo se define? Como optimista. Un reto: Ser feliz y que lo sean los demás. Un referente: Mi maestro de Primaria Vicent Perles Moncho. ¿Qué huella le gustaría dejar a sus alumnos? Me gustaría que me recordaran como a una buena persona y buen profesional. ¿Qué le queda por hacer? Estoy trabajando en una monografía sobre «El malestar económico del municipio del bienestar social español». Además, este año vamos a organizar la tercera edición de las jornadas sobre el Estado del bienestar, y voy a colaborar en un curso de verano sobre la mujer trabajadora.