Cristianos y musulmanes Patio de la mezquita de Salih Talai (El Cairo, Egipto) Nombre: Cristianos y musulmanes Inicio: Año 1000 Fin: Año 1299 Siguientes: Musulmanes Imperio Bizantino Las Cruzadas La Reconquista en España A lo largo de la Plena Edad Media se producirán continuos enfrentamientos entre musulmanes y cristianos, siendo las cruzadas su máxima expresión. Pero a lo largo de este tiempo no sólo se producen enfrentamientos en Tierra Santa donde se creó de forma efímera el reino de Jerusalén- sino que será la Península Ibérica una Alminar de la Kutubiya de Marrakech (Marruecos) de las regiones donde se observen mayores encuentros entre ambos, encuentros que también se manifiestan en el terreno cultural, político o Minarete de la Gran Mezquita de Alepo (Siria) social. La Reconquista española alcanzará a lo largo de los siglos XII y XIII su máximo apogeo. También el Imperio Bizantino tendrá estrechos Caballeros cristianos y musulmanes contactos con el mundo islámico a lo largo de los siglos XI, XII y XIII, viviendo un periodo de decadencia que finalizará con la conquista otomana en 1453. A pesar de esta crisis se mantendrá como un excelente foco de cultura clasicista que seguirá siendo fuente de referencia. El Mundo Islámico perderá el auge alcanzado con los omeyas y Fernando III el Santo abassíes en centurias pasadas e iniciará una descomposición interna que dará lugar a la creación de nuevos dominios islámicos como los almorávides y almohades o los turcómanos de Asia Menor. Partida de Godofredo de Buillon a Jerusalén Guerreros cristianos defendiendo Jerusalén Jerusalén vista desde el monte de los Olivos Pontificado e Imperio Capitel del claustro del Nombre: Pontificado e Imperio Inicio: Año 1000 Fin: Año 1300 Siguientes: Relaciones entre los siglos XI y XII La lucha por el dominium mundi Triunfo de la Plenitudo Potestatis Apogeo y crisis de la política Staufen monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos) Las relaciones entre el poder temporal representado por el Emperador- y el poder espiritual -en manos del Pontificado- serán intensas durante los siglos XI-XIII. La mayor parte de estas Claustro de Moissac (Francia) relaciones estarán caracterizadas por el enfrentamiento, luchando por el dominium mundi, especialmente Federico Barbarroja y Alejandro III. El III Concilio de Letrán en 1179 se presentó como un gran triunfo de la perseverancia de Alejandro III. El prestigio alcanzado por la institución conciliar tutelada por los Papas era incuestionable. Los 18 años de pontificado de Inocencio III supondrán el Cabeza de Cristo procedente de Auvergne (Francia) triunfo del pontificado -Plenitudo Potestatis- ante el cúmulo de elementos negativos con los que se enfrentó. El triunfo de la política papal se pondrá de manifiesto en la convocatoria del IV Concilio de Letrán, cuyos objetivos serán afianzar la reforma y promover la cruzada. La primera mitad del siglo XIII Campesinos trabajando conoce el último capítulo de la gran prueba de fuerza entre Pontificado e Imperio. Tres Papas (Honorio III, Gregorio X e Inocencio IV) y un monarca (Federico II) serán los principales protagonistas del drama, poniéndose de manifiesto el apogeo y la crisis de la política Staufen cuya culminación será el Gran Interregno. Facistol procedente de Alspirbasch Virgen de Mosjo Federico I Barbarroja Monarquías occidentales Aguamanil germánico Nombre: Monarquías occidentales Inicio: Año 1000 Fin: Año 1299 Siguientes: Bases ideológicas Medios del poder real Francia e Inglaterra Las Monarquías del flanco sur Tras momentos de esplendor, el Sacro Imperio vivió un prolongado declive. El mayor beneficiario Cubierta del "Libro de Pericopios de Enrique II" de él serían los Estados situados en su flanco occidental: las llamadas "monarquías feudales" de las que Francia e Inglaterra son modelos clásicos. Reyes, nobleza y organismos de carácter representativo (Cortes en la Península Ibérica, Negociación de la rendición de una ciudad sitiada Estados Generales en Francia, Parlamento en Inglaterra) constituyen el trípode político sobre el que estas monarquías descansan. El que cada uno de ellos aspirara a extender su esfera de influencia será causa de numerosas tensiones desde el siglo XIII hasta el ocaso del Medievo. Hacia el año 1000 las relaciones exteriores de los príncipes europeos era cuestión de familia o de los intrincados lazos de naturaleza feudovasallática. Tres siglos más tarde, puede hablarse ya de un verdadero esbozo de Caballero cruzado rezando política internacional que preside las relaciones entre los grandes poderes territoriales que han fraguado en Occidente. Arquero inglés Lanzas y alabarda hispánicas Nuevas fronteras cristianas Guerrero escandinavo Nombre: Nuevas fronteras cristianas Inicio: Año 1000 Fin: Año 1300 Siguientes: Europa Báltica Expansión alemana Europa Central Península Balcánica Rusia Negociación de la rendición de una ciudad sitiada Las condiciones creadas por las segundas invasiones y la desarticulación del Imperio carolingio dieron lugar a un nuevo orden político, en el que se integraron definitivamente normandos, húngaros y eslavos. Estos formarán sus Estados y fijarán sus límites a tenor de la expansión del cristianismo, bajo la atenta mirada de los dos imperios. El germánico extendería su influencia Hirdman vikingo religiosa, político, cultural... sobre los pueblos del norte y centro de Europa. Con la formación de los nuevos reinos y principados, la Cristiandad Caballero normando occidental alcanzaría los máximos limites de expansión. Por su parte, el Imperio Bizantino haría lo mismo sobre los eslavos orientales y los asentados en los Balcanes. Los pueblos, que en el periodo anterior habían sido una amenaza para la Cristiandad, se incorporaron a ella de forma permanente y constituyeron la barrera que detuvo Escenas de la vida del primer obispo metropolitano de Moscú Santos Sergio y Baco el golpe del asalto siguiente: la invasión mongola del siglo XIII. Virgen de Vladimir Renacimiento agrario, mercantil y urbano Campesinos trabajando Nombre: Renacimiento agrario, mercantil y urbano Inicio: Año 1000 Fin: Año 1300 Siguientes: Expansión agraria Nuevas fuerzas sociales y económicas Revolución comercial Renovación de las ciudades A pesar de considerar tradicionalmente la época medieval como un momento de crisis, durante la Mujeres recogiendo cilantro Plena Edad Media se pone de manifiesto un importante renacimiento agrario, mercantil y urbano. Se producirá una expansión agraria - Transporte y trabajo de ramas de boj gracias a los avances tecnológicos, a las nuevas roturaciones y colonizaciones- que afectará a la inflexión demográfica y al desarrollo de una nueva geografía agraria, aunque el crecimiento también tenga sus contradicciones y su momento de fin. La aparición de nuevas fuerzas sociales y económicas se manifiesta con fuerza en la importante revolución comercial que se llevará a cabo en esta época, definiéndose nuevas áreas comerciales, abriéndose más ferias y mercados, poniendo en circulación nuevas y más potentes monedas y activando un amplio mercado crediticio que afectará especialmente a las ciudades. No en balde la Plena Edad Media será el momento de la Vendimia renovación de las ciudades, adquiriendo la urbe importantes funciones económicas, apareciendo nuevas estructuras sociales y produciéndose Barcos episodios de solidaridad y conflictividad. Pago de gabelas Madurez de la sociedad feudal Batalla de Azincourt entre ingleses y franceses Hombre vareando una encina Nombre: Madurez de la sociedad feudal Inicio: Año 1000 Fin: Año 1300 Siguientes: Fundamentos del sistema feudal Cronología de la feudalización Señores y campesinos Franquicias y libertades campesinas Revolución burguesa La Iglesia en el feudalismo La Península Ibérica Crisis del feudalismo La interpretación más convencional y clásica del feudalismo basa su explicación en: las relaciones entre señores y vasallos en la sociedad rural poco evolucionada; la descentralización de las jurisdicciones, como consecuencia del debilitamiento del poder civil; la aparición de los feudos, que absorben alodios de campesinos Página del Breviario de Monteramey libres, y el predicamento ideológico de una "sociedad trifuncional". La de los "milites" que guerrean y defienden al cuerpo social, los "bellatores"; los "oratores" o clérigos, que atienden las necesidades espirituales de la sociedad cuya salvación tiene encomendada; y los "laboratores", o trabajadores de la tierra, que producen para Caballero en traje de armas procedente de la catedral de Estrasburgo alimentar y sostener materialmente a los otros dos grupos ociosos económicamente. Pero el feudalismo es, además, o por encima de los aspectos jurídico-institucionales e ideológicofuncionales, un "modo de producción" en una sociedad que, con un bajo nivel tecnológico, sólo se permite unidades reducidas de producción agraria en las que la fuerza de trabajo tiene como base la familia campesina. Familia que, si es Construcción de una catedral gótica acomodada, puede poseer pequeñas propiedades trabajadas en común o con ayuda de terceros, y si no es el caso termina entregando sus bienes a un señor a cambio de protección y cobertura fiscal, pasando a depender personal y jurídicamente del mismo. Pero si en el campo la unidad de producción se base en la fuerza de trabajo familiar, en las ciudades es la familia menestral y el taller artesano lo que conforma dicha unidad de producción, basada en la fuerza de trabajo familiar con sus aprendices y oficiales correspondientes; por lo que al hablar de feudalismo no hay por que excluir, por sistema, al ámbito urbano del multiforme espacio europeo de los siglos XI al XIII. En la sociedad feudal, las relaciones de producción son las fundamentadas entre los grandes propietarios rurales y la masa de campesinos en diferentes grados de dependencia. Se trata de relaciones de producción en las cuales el excedente de la renta campesina se extrae a través de exacciones, multas, derechos jurisdiccionales y prestaciones de trabajo personal que constituyen la renta feudal de la clase dominante. Clase dominante que conforma la superestructura política, ya sean señores, dignidades eclesiásticas (señoríos laicos o clericales) o incluso las llamadas monarquías feudales, manifestando su poder a través de las jurisdicciones Contrariamente a la clasificación de los tres órdenes, que tiene un soporte más ideológico que práctico, entre los grandes señores se encuentran los de condición laica y también los obispos, abades y establecimientos religiosos, que se integran en el estamento de los poderosos señores feudales, pues tienen igualmente dominios con el mismo sistema de explotación. Interrelación que se extiende también al poder monárquico y su vinculación con los nobles, como ha destacado Ch. Petit-Dutaillis en su clásico y fundamental libro sobre "La monarquía feudal en Francia e Inglaterra". De ahí que, como señala R. Hilton, en dicha sociedad feudal había latente un conflicto de clases que iba a aflorar a través de enfrentamientos, revueltas y levantamientos campesinos. Pero en el caso de las ciudades la pregunta es si existe contradicción entre el hecho urbano y la feudalidad, y si las clases urbanas no encajaban en el seno de la sociedad feudal. Porque, por un lado, los artesanos iban a desarrollar unos esquemas sociales contrapuestos a los feudales y, por otro, parece que fueron tanto los pobres y marginados como la burguesía mercantil quienes amenazaron continuamente el sistema. Acaso la solución sea considerar que el feudalismo es un fenómeno múltiple, poliforme y heterogéneo -pudiéndose hablar de variantes regionales y hasta de cultura y civilización, excediendo la cronología medieval y la geografía europea-, pero con unos signos de identidad homologables en toda circunstancia y condición, centrados en el secuestro de las libertades y de la autoridad civil, el dominio del excedente de la renta campesina y la acaparación de poder territorial y jurisdiccional en detrimento de la autoridad pública. Sin embargo, si antes del siglo X encontramos elementos prefeudales, protofeudales e, incluso, para algunos autores, ya plenamente feudales, nadie duda de que los siglos de la plena Edad Media fueron en Europa los de la madurez de la sociedad feudal. O más bien de las sociedades feudales, por el polimorfismo antes apuntado, sociedades que exigieron de los campesinos una parte cada vez mayor del excedente, después de haber satisfecho los productores su inmediata necesidad, con idea de asegurarse los señores una renta añadida a la propia y comerciar con ella en los mercados locales, algunos controlados por los mismos señores, a cambio de la obtención de elementos propios de su estirpe y condición: armas, tejidos, joyas o suelo urbano. Y si en principio los derechos campesinos fueron entregados en especie, poco a poco se transformaron en renta en moneda que iba a sufrir con mayor desajuste los efectos de las variaciones de los precios y la devaluación a partir del siglo XIII. En lo que respecta a la ciudad, la definición de M. Postan como una isla en medio de un mar feudal, siguiendo en esta apreciación a Pirenne, debe matizarse, pues hubo elementos importantes del feudalismo en las ciudades de esta época. Los historiadores del fenómeno urbano han tendido a concentrar su atención en aspectos concretos materiales y sociales- de las ciudades, sin atender al reflejo que las estructuras de la sociedad feudal tuvieron en ellas, ya fuera desde el punto de vista socio-económico o ideológico. Muchas ciudades de mercado y muchos burgos ofrecen en alguna etapa de su evolución comercial componentes propios de la sociedad feudal. Así, pequeñas concentraciones mercantiles se asemejan a los feudos sin dejar de ser urbanas, pues una parte de la población se dedica permanentemente al intercambio de bienes y servicios, siendo modestos comerciantes los que atienden a los campesinos que acuden al mercado para obtener dinero efectivo de sus productos, y menestrales o artesanos quienes surten dicho mercado elaborando objetos que adquieren los campesinos. Durante los siglos del crecimiento y la expansión muchos campesinos adquirieron mercancías ofrecidas por los artesanos y productores urbanos y, antes de que en el siglo XIV las dificultades lo impidieran, compraron y vendieron después de satisfacer rentas e impuestos al poder señorial y fiscal. Desde luego, la estructura social de estas pequeñas urbes distaba mucho de la que presentaban ciudades de mayor envergadura, pues disponían de artesanos de poca monta y albergaban en su recinto a campesinos humildes que vivían en ellas con el trabajo de la tierra. En estas ciudades reducidas, ni el capital comercial era significativo ni existían monopolios en manos de mercaderes poderosos ni los artesanos representaban un grupo social dominante en el poder administrador de las mismas. De hecho ni los menestrales ni los comerciantes podían ser nombrados magistrados porque el regimiento comunal lo ostentaban los señores laicos o eclesiásticos, o el príncipe en su caso. Pero el fenómeno global del feudalismo es suficientemente complejo y requiere un tratamiento que aborde la totalidad de la cuestión a través de los diversos elementos que lo componen, las diferentes situaciones que lo animan y las formas que lo acompañan en su manifestación de poder y notoriedad. Religiosidad en la Plenitud Medieval Iglesia de Paray-le-Monial (Francia) Nombre: Religiosidad en la Plenitud Medieval Inicio: Año 1000 Fin: Año 1300 Siguientes: Ordenes religiosas Religiosidad de los laicos Herejías e Inquisición En la Plena Edad Media se produce un significativo auge de la religiosidad. En las órdenes religiosas se viven aires de reforma, en un principio en Cluny Iglesia de San Saturnino de Toulouse (Francia) y posteriormente con San Bernardo y el Cister. También aparecen órdenes militares y hospitalarias fruto de las Cruzadas que tienen su momento de esplendor en estas fechas. El clero secular también manifiesta un importante proceso de renovación al igual que las órdenes mendicantes -dominicos, Iglesia de San Vicente de Cardona (Barcelona) franciscanos, espirituales y órdenes menores-. El espíritu religioso reformista afectará de igual manera a los laicos, adquiriendo una gran Iglesia de San Pedro de Roda importancia los sacramentos y nuevas formas de culto y piedad. Sin embargo, estos aires reformistas en ocasiones se alejarán de la ortodoxia provocando diversas corrientes heréticas comunales, mesiánico-milenaristas, antijerárquicas, a favor de la pobreza- siendo la más conocida el catarismo. La reacción eclesiástica no se hizo esperar y la represión del catarismo traerá consigo la creación de la Inquisición. Catedral de Santiago de Compostela (Galicia) Renacimiento cultural del siglo XII Imágenes del Manuscrito Harley Nombre: Renacimiento cultural del siglo XII Inicio: Año 1100 Fin: Año 1200 Siguientes: Medios, métodos y materias Escuelas catedralicias y municipales Escuelas de San Victor y Chartres Abelardo y los Universales La recuperación de Aristóteles Las universidades A principios del siglo XI Occidente no presentaba en apariencia signos que pudieran hacer previsible Arzobispo inglés predicando la gran eclosión cultural de las dos siguientes centurias. Los únicos centros descollantes, producto de la ya agotada renovación otónida, eran una serie de monasterios y escuelas episcopales situadas casi siempre en el núcleo central europeo. En el Imperio, abadías como Corvey, Saint Gall y Gandershein y obispados como Metz, Verdún, Miniatura francesa Colonia, Worms y, sobre todo, Bamberg, eran sin excepción el resultado del patrocinio de las dinastías sajona y sálica. En Italia destacaban los cenobios de Montecassino y Bobbio y las escuelas urbanas de Pavía, Ravena, Novara, Parma y Roma. Aunque tímidamente, en otros centros Búsqueda de hierbas medicinales situados más al sur -Nápoles, Salerno, Amalfi-, comenzaban también a circular ciertas traducciones árabes y griegas. Dato éste que se repetía en algunos puntos de la Península Ibérica, como los monasterios de Ripoll y Vich, centros de recepción de obras matemáticas y astronómicas orientales. Respecto a Francia, merecen la pena destacarse los monasterios de Fleury, San Marcial Estatua dedicada a Averroes en las murallas de Córdoba de Limoges y Bec, así como la sede episcopal de Reims, a cuya escuela estuvieron ligados Gerberto de Aurillac -Silvestre II (muerto en 1003)-, una de las principales figuras del renacimiento otoniano, y su discípulo Fulberto, sin duda el principal intelectual de su tiempo. Fulberto, que llegaría a ser obispo de Chartres entre 1006 y 1028, es considerado con razón el creador de la prestigiosa Retrato romántico de Avicena escuela catedralicia de dicha ciudad. La reforma monástica, lejos de modificar este mediocre panorama, no hizo sino reforzarlo. Los nuevos cenobios, así como los de antigua fundación ganados al espíritu reformista, se inclinaron abiertamente por el retorno a las ocupaciones estrictamente religiosas. Este comportamiento, ejemplificado en Cluny, fue incluso superado por el Cister, que excluyó de manera explícita las labores de enseñanza de sus monasterios. De este modo, aunque mantenidas con relativa vitalidad a lo largo del siglo XI, las funciones docentes desaparecieron de los monasterios desde principios de la siguiente centuria, en lo que fue también un verdadero traspaso de las actividades culturales desde el campo a la ciudad. El llamado Renacimiento del siglo XII no fue en la práctica sino la expresión, en el plano de la cultura, de un cambio mucho más profundo acontecido en Occidente. La maduración del orden feudal, unida a un crecimiento sostenido de la economía y de la población, permitió en efecto no ya solo consolidar el ámbito geográfico europeo, sino ampliarlo incluso en un creciente contacto con las civilizaciones islámica y bizantina. Más en concreto, esta pujanza se manifestó en el despertar de las ciudades, focos de desarrollo de una nueva clase social -la burguesía- ligada a formas también novedosas en los campos artístico, intelectual, religioso y de las mentalidades. Junto a las ciudades, la reforma gregoriana será otro de los elementos de referencia básicos para entender el apogeo del siglo XII. Un resultado más de estos cambios fue el de la aparición del intelectual. Con este término los hombres de la Edad Media no aludían tanto a una categoría profesional, que se designaba con multitud de vocablos (litteratus, magister, professor, etc.), cuanto a una cualidad de tipo inmaterial. El intelectual era, en efecto, un individuo que cultivaba y, al tiempo, vendía el producto de su saber. Aunque comúnmente al servicio de la Iglesia y los poderes laicos, los intelectuales constituían una nueva categoría sociológica y no eran por ello fácilmente clasificables en la condición tradicional de los "oratores", por más que la mayoría de ellos fuesen jurídicamente clérigos. A diferencia de éstos el intelectual no consideraba el oficio de pensar ligado a otras actividades como la docencia y la escritura- como un simple medio de llegar a Dios, sino como un fin en sí mismo. De hecho, el estudio de las diversas "auctoritates", a menudo imitadas servilmente, perseguía un solo ideal: llegar más lejos que las anteriores generaciones. Por eso, en palabras de Bernardo de Chartres (muerto en 1130), los intelectuales se consideraban "enanos subidos sobre hombros de gigantes". Su ámbito natural era, por supuesto, la ciudad, centro de todas las inquietudes de renovación de la época, e incluso lugar físico de asentamiento de las nuevas instituciones culturales. De ahí que haya podido afirmarse, con razón, que "el intelectual de la Edad Media nace con las ciudades" (Le Goff). La crisis de la Baja Edad Media Trabajos del campo Nombre: La crisis de la Baja Edad Media Inicio: Año 1300 Fin: Año 1500 Siguientes: Interpretación de la crisis Una crisis global Crisis socio-económica y espiritual Trastornos demográficos El mundo rural Ciudades, artesanía y comercio Conflictos sociales La expresión "crisis de la Baja Edad Media", u otras similares, como "gran depresión", está firmemente asentada en la historiografía contemporánea. Con Vendimia ella se elude a la presencia, lógicamente en la época de referencia, de una serie de manifestaciones de muy diversa naturaleza que trastocaron la evolución seguida por la sociedad en el tiempo que le precedió. Tradicionalmente se ha Recolección de espinacas puesto el acento en los aspectos demográficos, económicos y sociales de la mencionada crisis. El retroceso experimentado por la población europea, particularmente a consecuencia de la difusión de las epidemias de mortandad, la caída de la producción, ante todo en el medio rural, las bruscas Recolección de coles alteraciones de los precios y de los salarios y, finalmente, la acentuación de las tensiones sociales, que alcanzaron cotas desconocidas, Musicos medievales serían las manifestaciones más llamativas de la crisis. En cuanto a su cronología, aunque varía lógicamente de unas regiones a otras, se sitúa grosso modo en los siglos XIV y XV, con especial referencia a la primera de las centurias citadas. De Banquete medieval ahí que en ocasiones se haya hablado, sin más, de la crisis del siglo XIV. En todo caso parece un hecho comprobado que la crisis ya estaba presente en el occidente de Europa, aunque de forma todavía incipiente, en el entorno del año 1300. Pero fue en el transcurso de la decimocuarta centuria Recolección de melones cuando la crisis se generalizó, lo que explica que estuviera en su fase aguda alrededor del año 1400. De ahí, por ejemplo, que la obra colectiva, editada hace unos años por los profesores alemanes Ferdinand Seibt y Winfried Eberhard, y que recoge las ponencias presentadas por destacados especialistas en un seminario que trató sobre dicho tema, lleve por título "Europa 1400. Die Krise des Spätmittelalters" (1984) (hay traducción castellana, con el titulo "Europa 1400. La crisis de la Baja Edad Media", en Edit. Crítica, del año 1993). La interpretación de la crisis es, no obstante, un problema sumamente complejo. Como en tantas otras ocasiones, a propósito de cuestiones históricas controvertidas, puede decirse que han corrido ríos de tinta y que ha habido opiniones para todos los gustos, llegando algunos historiadores incluso a negar que hubiera crisis en la época final de la Edad Media. Ahora bien, partiendo de lo que juzgamos un hecho incontrovertible, la realidad de la crisis bajomedieval, es preciso destacar la existencia, como mínimo desde los años treinta del siglo XX, de un intenso debate historiográfico sobre el particular. En el mismo se han utilizado, básicamente, dos modelos teóricos de referencia, el "malthusiano", por una parte, y el "marxista", por otra. También se ha discutido si la crisis revelaba la decadencia de un sistema o si, por el contrario, suponía el anuncio de la próxima génesis, por supuesto difícil, de un nuevo mundo. En otras palabras, nos encontraríamos con la dialéctica entre una crisis depresiva o una crisis de crecimiento. Mas lo cierto es que en los últimos años se ha puesto especial énfasis en contemplar la mencionada crisis no sólo desde el prisma socioeconómico, sin duda el privilegiado en la tradición historiográfica, sino también desde otras perspectivas. Algunos historiadores han puesto de relieve el impacto ejercido por la gran depresión europea de los siglos XIV y XV en ámbitos de la actividad humana tan variados como el político, el intelectual o el artístico. Transformaciones políticas Nave central de la catedral de Ely (Inglaterra) Fachada principal de NotreDame de París Nombre: Transformaciones políticas Inicio: Año 1300 Fin: Año 1500 Siguientes: Monarquías europeas en el siglo XIV La primera fase de la Guerra de los Cien Años Segunda fase de la Guerra de los Cien Años Monarquías en el ocaso medieval Orígenes medievales del Estado moderno Occidente entre las Edades Media y Moderna Alemania y la decadencia imperial Italia y su fragmentación política Periferia de Europa Cristiandad e Islam a fines del Medievo Durante los siglos XIV y XV Europa occidental vivió lo que la historiografía ha llamado crisis de la Baja Iglesia de Santa María del Mar (Barcelona) Edad Media, una agitada etapa de transición entre el ocaso del Medievo y la génesis del Renacimiento que puede ser considerada también una "época en Cabecera de la catedral de Colonia (Alemania) sí misma" (B. Guennée). En líneas generales, este periodo se caracterizó por la confluencia de la recesión demográfica, la crisis económica, las agitaciones sociales y las convulsiones políticas en un contexto de guerra generalizada. La otra cara de este negativo panorama fue la búsqueda de unas Escena de la corte bizantina soluciones que permitieron superar estos problemas y abordar futuros retos. La crisis agraria Batalla de Azincourt entre ingleses y franceses iniciada a finales del siglo XIII (descenso de producción y precios, empeoramiento climático, incapacidad técnica...) preparó el camino a una Peste Negra que, desde 1347 y en oleadas sucesivas, fue demoledora. El bloqueo económico y el retroceso demográfico repercutieron gravemente en una sociedad cuyas principales fuerzas políticas eran la monarquía y la nobleza Escena cortesana feudal. Ante el descenso de sus rentas y la perdida de su predominio socio-económico, los nobles demostraron una enorme resistencia: incrementaron su presión sobre el campesinado provocando su sobreexplotación, se unieron a las empresas bélicas de las monarquías con la Banquete medieval intención de convertir la guerra en el medio de asegurar su amenazada posición dominante y, en Trabajos del campo última instancia, con este fin intentaron el asalto a las instituciones del Estado. Desde el primer tercio del siglo XIV la guerra, consecuencia y agravante de la crisis, alcanzó una difusión e intensidad desconocidas hasta entonces en el Occidente europeo, convirtiéndose en la característica más llamativa de la conflictividad política de la Baja Edad Media. En esta época las monarquías occidentales combatieron entre sí en varios escenarios. Francia e Inglaterra iniciaron el enfrentamiento bélico de dimensiones europeas que conocemos como Guerra de los Cien Años. Los reinos ibéricos alternaron las luchas dinásticoterritoriales en la Península y el enfrentamiento contra los musulmanes en la Batalla del Estrecho con una decisiva participación en el gran conflicto anglo-francés. Por último, la Corona de Aragón prosiguió su expansión marítima en el Mediterráneo iniciada en el siglo XIII. Pontificado y cultura Nombre: Pontificado y cultura Inicio: Año 1300 Fin: Año 1500 Siguientes: Pontificado de Aviñón El Cisma de Occidente El Conciliarismo Cultura y espiritualidad Catedral de San Saturnino de Toulouse La Iglesia Occidental vive uno de los momentos de mayor tensión en la Baja Edad Media. Durante el siglo XIV se vive el episodio del Pontificado de Aviñón -trasladado a esta ciudad francesa por diferenes razones entre las que destaca la grave Portada de la iglesia de San Trófimo de Arlés crisis que vivía Italia- y el Cisma de Occidente con la elección simultánea de Urbano VI y Clemente VIII. La extinción del Cisma se conseguirá con la elección de Martín V ya en la centuria siguiente pero los problemas no se resuelven, ya que surgirá con fuerza la vía conciliarista. El triunfo del Pontificado se alcanza con Nicolás V ante el Decoración del Panteón Real de San Isidoro de León cansancio surgido en el seno del Concilio. Respecto a la cultura y la espiritualidad, las convulsiones sociales, la presencia de la guerra como un hecho permanente y las duras oleadas de peste que recorren Europa, causas y consecuencias de sí mismas, inducen a la toma de posturas y sentimientos contrapuestos y extremos: el más absoluto idealismo y el realismo más Vaso del tesoro de SaintDenis desgarrado; movimientos de rígido ascetismo junto a una escandalosa inmoralidad. Aunque la cultura sigue estando en manos de los clérigos, se aprecia Bodas místicas de Santa Catalina Apóstoles Arzobispo inglés predicando una cierta secularización: el laicismo humanista, cuyos primeros esbozos se atisban ahora. Asia y Africa Nombre: Asia y Africa Inicio: Año 1000 Fin: Año 1500 Siguientes: Asia en la Edad Media Africa en la Edad Media En el gran continente asiático a lo largo de la Edad Figura femenina de la puerta del templo de Muktesvara en Orissâ (India) Media fueron surgiendo una serie de grandes civilizaciones, la mayoría de las cuales serán una pura evolución de etapas históricas precedentes. En el Asia oriental con su gran civilización china y sus largos caminos de penetración, y el Japón siempre protegido por su situación insular. Como nexo de unión entre el Asia más occidental y la oriental el mundo de las estepas se convertirá en más de una ocasión en el verdadero protagonista Juego de polo de la Historia continental, llegando incluso con su impulso a influir directa o indirectamente en la Ahura Mazda entregando el poder a Ardeshir I Historia del continente europeo. El continente africano será una inmensa plataforma en donde se desarrollen y evolucionen las más diversas Gengisján lucha contra un clan rival culturas, por donde se extenderán en más de una ocasión unas civilizaciones extrañas a él, que le condicionarán en los aspectos religioso, económico Príncipe Yuguri leyendo la carta de la princesa Ochiba y social. Una de las cosas que más llama la atención de este continente es su heterogeneidad, que se manifiesta principalmente en las áreas más norteñas habitadas por gentes blancas, y el resto del continente poblado en su mayoría por pueblos negros; si bien a excepción del color de la piel, el tipo africano negro no puede definirse con mucha precisión, debido a la gran variedad de matices en Pabellón Dorado en Kyoto (Japón) sus rasgos físicos, que de ningún modo revisten caracteres generales. E incluso muchas poblaciones como los etíopes, somalíes y pueblos del Tibesti, en el Sahara oriental, que tienen una piel negra menos oscura, presentan unos rasgos Estatuas de elefantes y camellos que apenas se diferencian de la llamada raza blanca. La historia de África en los tiempos llamados Medios refleja claramente esta variedad en todos los aspectos, y con seguridad de una Gran Muralla (China) manera mucho menos real de lo que fue debido a la falta de información histórica de todo tipo. Figura de "nommo" Cazos de calabaza decorados Estatuilla femenina Estatuilla relicario