En sus propias palabras: viviendo con síndrome premenstrual (PMS, por sus siglas en inglés) English Version Regina es una mamá de 33 años de edad y ama de casa. Ella lleva y trae a sus tres niños de la escuela a la casa, cuida de los animales (2 perros, 4 conejillos de indias, 5 gallinas) y ha estado casada por 13 años. ¿Cuál fue su primera señal de que algo andaba mal? ¿Cuáles fueron los síntomas que experimentó? Supe primero que no me estaba sintiendo yo misma hace casi cuatro años, después del nacimiento de nuestro tercer hijo. Yo tuve un periodo difícil para tomar decisiones y siempre me sentí un poco desorientada y confundida. Ocasionalmente también me despertaba con ataques de ansiedad y me sentía sensible e inflamada la mayor parte del mes. Mientras tratábamos que yo quedara embarazada con los niños, siempre mantuve un cuadro diario de mis ciclos y estados de ánimo. Continué este cuadro y empecé a notar un patrón mensual perceptible en mis estados de ánimo. Dos o tres días después del final de mi ciclo, yo me sentiría progresivamente peor hasta el inicio de mi próximo periodo. Me parecía que sólo tenía unos pocos días buenos en un mes cuando me sentía bajo control y normal. Con el paso de cuatro años, los síntomas se agravaron y así lo hicieron mis temores. Debido a que yo no entendía lo que estaba pasando, tenía miedo de decirle a mis amigos y mi familia, lo cual sólo empeoró mi ansiedad. También tenía miedo de comentar estos síntomas con mi OB/GYN, debido a que tenía miedo de que él me prescribiera un antidepresivo y yo no quería tomar medicamentos. ¿Cómo fue la experiencia del diagnóstico? Primero vi a mi médico OB/GYN; se lo comenté durante mi examen de rutina anual. Estaba satisfecha de que él fuera muy comprensivo y un buen oyente y rápidamente revisó primero mi tiroides para detectar desequilibrios. Pero después de que las pruebas resultaron normales, mis temores se materializaron cuando su próximo curso de acción fue prescribir Sarafem (otra forma de Prozac) para mis síntomas. Lo tomé por dos semanas, pero no estaba feliz al tomarlo. Yo sentía que tenían que existir otras opciones que yo podría intentar antes del restaurar el medicamento. ¿Cuál fue su reacción inicial y a largo plazo al diagnóstico ? Al principio, yo no estaba segura si el diagnóstico era correcto, debido a que no habíamos comentado otros aspectos de mis historial médico. Sin embargo, después de hacer mi propia investigación, eventualmente estuve de acuerdo en que el diagnóstico de PMS parecía exacto. Sentí un gran alivio al descubrir alguna clase de nombre para esta montaña rusa emocional y física y de darme cuenta de que tenía opciones. ¿Cómo controla su padecimiento? Hasta la fecha hago un buen cuidado de mí misma y doy seguimiento de manera cuidadosa a cómo me estoy sintiendo y qué es lo que me afecta en momentos diferentes. Leo acerca del PMS y algunas de las hierbas que ayudan. Me educo a mí misma acerca de nuevos tratamientos y alimentos que ayudan a disminuir algunos de los síntomas. A pesar de que no todos mis síntomas son aliviados, siento que estos están más dirigidos y bajo control. Las cosas que solían enviarme a dar vueltas, ahora causan que sólo me siente y las arregle. Me siento más feliz y ha regresado mi deseo de disfrutar pasatiempos del pasado. Yo no siento siquiera que necesariamente esté libre Page 1 of 3 Copyright © 2010 EBSCO Publishing. All rights reserved. de mi PMS hasta después de la menopausia, pero no tengo que dejar que me controle y que se lleve lo que realmente quiero ser. ¿Ha hecho algún cambio en su estilo de vida o en su dieta en respuesta a su condición? Camino cada mañana por al menos 30 minutos al aire fresco y el brillo del sol. He excluido casi toda la cafeína y muchos, aunque no todos, los azúcares. Quiero controlar mis hábitos alimenticios pero no ser una esclava de ellos. (Todas las chicas tienen que comer una pieza de pastel de queso de vez en cuando.) Estoy bien cuando tomo un puñado de crujientes espinacas en vez de crujientes papas fritas y trato de masticar una zanahoria en vez de una barra de dulce. He aprendido a amar mis tés herbales, los cuales elijo por sus ingredientes relajantes y calmantes. Tomo un buen multivitamínico cada día y he incorporado algunos nuevos alimentos e ingredientes para la salud general, tales como la linaza molida. También trato de encontrar tiempo para relajarme y hacer cosas que disfruto realizar. Usted se sorprendería de lo terapéutico que puede ser un baño de leche y hierbas con una vela encendida. Tal vez algún día pueda necesitar ver los prospectos de medicamentos, pero esto sería un último recurso. ¿Buscó algún tipo de apoyo emocional? Busqué apoyo emocional cautelosa y cuidadosamente. No me gustaba admitir que estaba peleando con el PMS debido a que éste era un chiste social tan común y yo no quería que alguien pensara que no podía controlarme a mí misma emocionalmente. Tenía miedo del rechazo y de los malos entendidos. Yo hacía preguntas generales acerca del PMS a un grupo de mujeres, pero no decía que necesitaba la información para mí misma. Tampoco lo comenté con mi marido, aunque tenemos una gran relación. De alguna manera, no sentía que el pudiera entender o incluso ser capaz de ayudar, simplemente debido a que él no es una mujer. Él es una persona tan lógica que estaba segura de que él pensaría que había alguna explicación lógica y solución a mi problema. El PMS simplemente no funciona de esa manera y es mucho más delicado y un maestro del disfraz. Yo sentía que él se preocuparía acerca de mí y se sentiría tan inútil debido a que él no sabría cómo relacionarlo. ¿Su condición causa/causó algún impacto en su familia? Siempre fue importante para mí que el PMS no estorbara en mi relación con mis hijos y mi esposo. Por supuesto, era ingenua al pensar que ellos no se daban cuenta. Pero he tomado pasos para ser honesta con ellos, y en general, no creo que esto los afecte en absoluto. Elegí ser abierta con ellos después del diagnóstico debido a que deseaba su apoyo. Quería que los niños entendieran por qué mamá ya no tiraba cada alimento chatarra que ellos agarraban y ponían dentro del carro de los abarrotes. También quería hacerles saber que yo estaba demandando algo de tiempo sola de vez en cuando. Les deje saber a todos que los amaba y que podríamos tener grandes momentos juntos, pero que algunas veces, iba a intentar yo misma tener un momento de quietud. Ellos han estado grandiosos. Yo creo que el PMS nos ha acercado más. Hablo de manera más libre acerca de cómo me estoy sintiendo en un momento particular y les pido que sean más comprensivos conmigo. Ellos son más abiertos acerca de dejarme saber cuándo estoy siendo dura no simplemente no estoy actuando por mí misma. Pero esto también tiene sus lados malos. Mi marido ha tenido que se ser muy comprensivo muchas veces cuando yo simplemente no he podido ver conseguir el deseo de intimar. El PMS puede hacerla sentir muy egoísta y egocéntrica por momentos. ¿Qué consejo le daría a cualquiera que viva con su padecimiento? El PMS es un viaje incómodo en el que usted está, pero éste no define lo que usted realmente es. Las cosas a tener en mente son: ¡Cuídese a sí misma mediante la nutrición y el ejercicio! Poner atención a la comida y el ejercicio regularmente puede ayudar a reducir la dosis del medicamento o eliminar la necesidad de medicamento completamente. Haga su propia investigación y deberes. No sólo se base en su médico para sugerir un plan de tratamiento Page 2 of 3 Copyright © 2010 EBSCO Publishing. All rights reserved. sin educarse a sí misma en las opciones que se le ofrecen. Asegúrese de sentir que todas las opciones han sido exploradas y trabaje en encontrar una solución que sea tan cómoda o libre de medicamentos como sea posible. Algunas veces pueden ser necesarios los medicamentos, pero usted también tiene algo de trabajo que hacer en su término. No puede basarse sólo en poner una pastilla en su boca todos los días. Está bien sentirse sensible, estar enojada, estar con ansiedad. Pero, usted no tiene que ahogarse en esos sentimientos. Los puede compartir, puede hablar, puede buscar ayuda y puede reunir información. Encuentre a otras personas que estén atravesando por lo mismo. Algunas veces, sólo saber que el PMS afecta a tantas otras mujeres y que usted no se está volviendo loca es un gran alivio. Sólo compartir sus sentimientos con alguien alivia mucha de la presión. Cuando descubra que otra mujer con PMS está experimentando algunos de sus mismos síntomas, esto le dará un sentimiento de camaradería, de que ustedes están en este combate juntas. Salga allá y ayude a alguien más que esté tan asustada y confundida como usted lo estaba (y algunas veces lo está todavía), ¡y vea qué tan bien la hace sentir esto! Como se lo dijo a Michelle Badash, MS Ultima revisión Enero 2002 por EBSCO Publishing's Medical Review Board Page 3 of 3 Copyright © 2010 EBSCO Publishing. All rights reserved.